Un hombre alto y musculoso, con un abrigo oscuro y gafas oscuras, salió con el teléfono pegado a la oreja.
"¿Tiene la información?".
"Sí, General. La chica que lo salvó del incendio hace diez años es Thea Callahan. Sobrevivió después de lo sucedido, pero ha quedado bastante desfigurada a causa del fuego".
El hombre apretó el teléfono y su expresión se tornó sombría.
Era un caluroso día de verano
Pero la temperatura bajó de repente.
Pasó una ráfaga de viento frío, y todos los que pasaron junto al hombre se estremecieron
inevitablemente.
Se llamaba James Caden.
Hace diez años, los Caden fueron quemados vivos, al ser víctimas de un plan en su contra.
Sin importarle su propia seguridad, una joven se
precipitó al interior del incendio y lo salvó.
Los 38 Caden perdieron la vida esa noche, y la primera familia de Cansington dejó de existir.
Tras ser rescatado, saltó al río. Era la única forma de sobrevivir.
Acabó en las Llanuras del Sur, donde se hizo soldado.
Pasó diez años ascendiendo de rango. De ser un gruñón don nadie, ahora a general.
Había desafiado a un ejército de élite de 30,000 personas sin ayuda. Se había ido en una misión en solitario, infiltrándose en el campamento enemigo y capturando vivo a su general.
Él era el legendario General Dragón de las Llanuras del Sur.
También el Dragón Negro, un nombre que infundía miedo a sus enemigos.
Era el general más joven que Sol había visto.
Cuando fue nombrado general, decidió retirarse y
regresar a Cansington. Tenía deudas que pagar y venganza que tomar.
Tenía que pagarle a Thea por salvar su vida y vengar a su familia.
"Quiero toda la información que tengas sobre Thea".
"He enviado la información a su correo, señor. Por favor, eche un vistazo".
James terminó la llamada y revisó su correo electrónico. Había un mensaje a la espera.
Thea Callahan, mujer, 27 años.
Los Callahan eran ciudadanos de segunda clase en
Cansington.
Hace diez años, Thea todavía estaba en el instituto, era estudiante de tercer curso.
Era un domingo y estaba de excursión en las afueras con sus amigos.
Por la noche, escuchó los gritos de auxilio de una villa en llamas. Sin importarle su propia seguridad, se apresuró a salvar a un joven.
Ese joven era James.
El accidente cambió por completo la vida de Thea.
Tuvo la suerte de sobrevivir, pero sufrió quemaduras por todo el cuerpo que la dejaron
gravemente desfigurada.
Desde entonces, se convirtió en el blanco de burlas de sus compañeros de clase. Todos hablaban de ella a sus espaldas.
"Thea, te debo mi vida. Pasaré el resto de ella pagando esta deuda de gratitud".
"Los Xavier, Frasier, Zimmermany Wilson están en
deuda conmigo de por vida.
Ahora que he vuelto a la ciudad, les haré pagar. Por las muertes de mi familia, pagarán con sangre. Todos ellos".
James apretó los puños y entró en un coche todoterreno sin matrícula.
Un hombre que llevaba una camiseta negra y una gorra estaba al volante.
Dijo: "General, los Callahan elegirán un esposo para Thea dentro de tres días. El patriarca, Lex Callahan, ha emitido un comunicado. Mientras un pretendiente esté dispuesto a casarse con la
familia Callahan, estará bajo la protección de los Callahan después de la boda".
James frunció el ceño. "¿ Elegirán un esposo?".
"Señor, los Callahan son una familia bastante prestigiosa, y sin embargo, Thea es considerada ahora el patito feo de Cansington. Nadie quiere casarse con ella y es el objeto de burla de la familia.
El Viejo Amo Callahan está desesperado, así que se le ocurrió esta idea. Thea puede estar desfigurada, pero muchos todavía codician los negocios y la riqueza de la familia. Con eso como incentivo, estarían dispuestos a casarse con la familia".
En la villa de los Callahan.
Todos los miembros importantes de la familia
Callahan estaban presentes.
Hoy era el día en que Lex Callahan elegiría un esposo para su nieta. Después de un meticuloso proceso de selección, diez pretendientes habían llegado a la ronda final.
De pie en el vestíbulo de la villa, eran de todas las edades, formas y tamaños.
Ninguno de ellos tenía un historial impresionante,
incluido James.
Sin Thea, él habría muerto en el incendio de hace diez años.
Sin Thea, no existiría James, ni el Dragón Negro.
Una chica cubierta de pies a cabeza estaba sentada en el sofá. Con un velo blanco cubriendo su rostro, nadie podía ver su rostro.
Un anciano con un traje de tres piezas se puso de pie, apoyándose en un bastón con la cabeza de un dragón. Con la mirada en los diez hombres, anunció: "He elegido a... James Caden".
La chica del velo blanco se estremeció.
¿Finalmente se había sellado su destino?
Ella sabía que desde el momento en que corrió hacia el fuego diez años atrás, había perdido todo.
Los otros pretendientes se fueron, decepcionados.
James se quedó allí, inmóvil.
Justo entonces, un hombre se puso de pie y se acercó a James. Dándole una palmada en la espalda, el hombre hizo una mueca. "Trata bien a mi prima hermana. Puede que esté desfigurada, pero sigue siendo una mujer. Estoy seguro de que igualmente podrá satisfacerte".
Era Tommy Callahan, el nieto mayor de los Callahan.
James ignoró a Tommy y optó por centrarse en Thea.
Su mirada se posó en ella, aunque seguía sin poder ver su rostro.
Sin embargo, pudo ver que el velo estaba húmedo por sus lágrimas.
"Thea, vete sola a casa. Tengo una cita". Una mujer de mediana edad se marchó tan rápido como pudo, con una ligera expresión de disgusto en su rostro.
La mujer era la madre de Thea, Gladys Hill.
Gladys estaba muy decepcionada con su hija.
Todas las demás chicas de la familia se habían casado dignamente, pero su propia hija tuvo que casarse con un hombre sacado en la calle.
"Papá, me voy a la oficina". El padre de Thea, Benjamín, ignoró a su hija. Se marchó después de saludar a su padre con displicencia.
El resto de los Callahan tenían la mirada fija en James, con una expresión burlona en sus rostros.
Era alto, fuerte y con buen cuerpo, ¿y aún así estaba dispuesto con Thea y con la familia Callahan? Thea era el hazmerreír de todo Cansington, ¡por el amor de Dios!
James se acercó a Thea y extendió el brazo, aún con los ojos fijos en ella.
Thea, quien lloraba en silencio en el sofá, se quedó atónita.
"A partir de ahora, te protegeré. Ven conmigo y tendrás el mundo entero en la palma de tus manos. Te haré la mujer más feliz de la tierra".
Su voz era fuerte e inquebrantable.
En ese momento, ella se olvidó de las caras burlonas de su familia.
Todo lo que vio fue el hombre que tenía delante. Alto y poderoso, pero amable.
James la tomó de la mano y la puso de pie. Dijo con voz suave: "Vámonos".
Tomado de la mano, salieron de la villa.
Un coche todoterreno sin matrícula los esperaba fuera de la villa, junto con dos hombres que llevaban trajes negros.
James dirigió a una estupefacta Thea hasta allí.
Los hombres empezaron a decir "Gen...".
James agitó la mano, interrumpiéndolos. "Llévenme a la Casa de la Realeza. Tengo que atender las heridas de mi esposa".
James no solo era el legendario General Dragón de las Llanuras del Sur. También era un hábil doctor.
Tratar las cicatrices de Thea seria una hazaña fácil.
Con 20,000 metros cuadrados, la Casa de la
Realeza era la villa más lujosa de todo Cansington.
Tenía de todo, desde un jardín, una piscina y un
campo de golf.
En el vestíbulo de la villa.
Thea tomó asiento en el cómodo sofá, mirando la villa con incredulidad. Parecía un palacio más que nada.
Cuando su abuelo eligió un esposo para ella, supo que cualquier persona con dignidad nunca aceptaría casarse con ella mucho menos con la familia Callahan.
No tenía ni idea de quién sería su esposo.
Sin embargo, supuso que sería codicioso y perezoso. Alguien que codiciaba la riqueza de su
familia.
En cambio, él la trajo a este paraíso.
James se arrodilló y le levantó el velo.
"No...".
Thea entró en pánico y se apartó. Con las cicatrices que le cruzaban la cara y todo el cuerpo, tenía un aspecto aterrador. ¿Y si ahuyentaba a su nuevo esposo? Ni siquiera habían sido presentados como
es debido.
James le quitó el velo de todos modos.
Thea estaba muy asustada, su corazón latía nerviosamente en su pecho. Estaba muy avergonzada, y lo único que quería era desaparecer y esconderse.
James levantó su cara con delicadeza.
Tenía un impactante entramado de cicatrices.
James pasó los dedos por encima de ellas.
Sintió pena por ella, ya que sabía que todo era culpa de él.
Si ella no lo hubiera salvado, Thea no estaría en esta situación.
Tenía una expresión amable en el rostro, un aspecto poco habitual en él. Casi entre lágrimas, dijo: "Ah, Thea, has sufrido demasiado".
Thea no tuvo el valor de mirar a James a los ojos. En su lugar, jugueteó con su camisa.
Con delicadeza, James le dijo: "Confía en mí. Te ayudaré a recuperarte".
Thea volvió a entrar en pánico y siguió con la mirada baja. "Trae la medicina", gritó James al poner de pie.
Al instante, las puertas de la villa se abrieron de golpe. Entraron unos cuantos hombres con trajes negros, cargando unas cuantas cajas.
Dentro de las cajas había costosas píldoras, pastillas y otros tipos de valiosos medicamentos.
James se puso a trabajar, manipulando los artículos
dentro de las cajas y mezclando algunos de ellos
para formar un ungüento.
Cuando terminó, se agachó junto a Thea. Ella seguía jugando con una esquina de su camisa. Tomó sus manos llenas de cicatrices entre las
suyas, pero ella se apartó y las escondió detrás de la espalda. Con la mirada en el suelo, preguntó en voz baja: "¿Qué...? ¿Qué estás haciendo?".
"Tranquila, Thea. Quítate la ropa".
Thea rompió en llanto al instante y tiró de su ropa. Con lágrimas en los ojos, dijo: "Sí, sé que soy fea. Tengo cicatrices por todas partes. ¿Estás feliz ahora?".
Sabía que cualquiera que su abuelo eligiera para ella la tomaría como blanco de burlas y la humillaría.
Se había acostumbrado a ello con los años.
Desde el incidente, estaba plagada de pesadillas. Lloraba todos los días y apenas recordaba lo que era ser feliz.
Mientras miraba a James, ella se estaba mordiendo el labio, todavía con lágrimas en los ojos. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos y se derramaban por sus mejillas.
James sintió que su frío corazón se derretía al mirarla.
Atrajo a Thea hacia su pecho, jurando solemnemente: " Nunca te dejaré de lado. No
importa tu aspecto, eres mi esposa, ahora y siempre".
Thea se quedó atónita.
¿No iba a burlarse de ella?
No pudo encontrar una respuesta.
James la soltó y le aplicó con cuidado el ungüento que había preparado en sus cicatrices.
Luego, la envolvió con una gasa por completo, incluso su rostro. Cuando terminó, Thea parecía una momia.
James guió a Thea para que se sentara con él.
"Thea, confía en mí. Diez días es todo lo que se necesita. Te prometo que serás una persona diferente después de ese tiempo".
"¿De verdad?", respondió Thea finalmente, aunque no se lo creía del todo.
"Por supuesto. Nunca te mentiría".
Aunque no podía ver la cara de James, podía oír su voz. Magnética y suave, le alegraba el corazón.
En un abrir y cerrar de ojos, habían pasado diez días.
Fueron los diez días más felices que Thea había vivido en los últimos diez años.
Todavía no sabía quién era su esposo, pero él la cuidaba atentamente se quedaba con ella las veinticuatro horas del día.
Todas las noches le contaba historias y chistes para
adormecerla.
Cada vez que se despertaba, sus fuertes manos estaban allí, sosteniéndola.
Durante los últimos diez años, había olvidado lo que era el cuidado, por no hablar del amor.
Ahora se sentía enamorada.
En la villa, frente al espejo.
Thea estaba envuelta en una gasa blanca de pies a cabeza, incluida la cara.
No podía evitar sentirse nerviosa.
Durante diez días, se había aplicado el ungüento,
sintiendo cómo le ardía la piel.
James le había dicho que mientras lo hiciera
regularmente, podría recuperar su verdadero aspecto.
"¿Esto... de verdad está pasando?". Se aferraba a un
par de manos fuertes.
"Sí". James le quitó lentamente la gasa de la cara y
el cuerpo.
Thea sabía que había luz, pero tenía miedo de abrir los ojos.
"Vamos, abre los ojos y echa un vistazo".
Solo entonces Thea abrió los ojos. Estaba desnuda frente al espejo.
La chica en el espejo todavía tenía los restos del ungüento por todo el cuerpo, pero era evidente que su piel estaba suave y sin imperfecciones.
En el espejo, su rostro era casi perfecto. Thea se sorprendió. Se quedó boquiabierta.
Tras unos segundos, se limpió el ungüento de la cara, tocándola con incredulidad. "¿Qué...?".
Se quedó muy sorprendida. ¿Cómo podía ser ella la chica del espejo con la piel tersa y sin imperfecciones?
Hace diez años, sufrió quemaduras y quedó
desfigurada.
Por muy avanzada que fuera la medicina entonces, no había vuelta atrás.
Pero ahora...
En los últimos diez años, ni siquiera se había mirado al espejo una vez.
Ahora, al mirar su rostro perfecto en el espejo, lloró de alegría.
Cayó en los brazos de James y sollozó, sintiendo que el peso de la pena y el sufrimiento de los últimos diez años desaparecía.
James abrazo a Thea con fuerza. "No dejaré que te vuelvan hacer daño", le prometió.
Thea estaba emocionada y llena de alegría al principio, pero entonces se dio cuenta de que estaba completamente desnuda. Su euforia se convirtió en pena.
Se liberó del abrazo y apartó la mirada con impotencia.
James señaló el cuarto de baño y dijo: "He preparado agua caliente y ropa para ti, pero no conozco tu talla, así que los sostenes son de
diferentes tamaños. Vístete con el que más te acomode".
Tímidamente, Thea se dirigió apresuradamente al baño.
James se dirigió al vestíbulo, se hundió en el sofá y
encendió un cigarrillo.
"General".
Entró un hombre de unos 40 años, con un traje negro. Llevaba una gran pila de documentos y se la pasó a James con la cabeza inclinada. "Esta es toda la información que tenemos sobre Los Cuatro
Grandes. Todo lo que hemos podido encontrar sobre las muertes de los Caden está aquí. Por favor, eche un vistazo".
James señaló la mesa. "Déjalo ahí".
"General, son familias de clase baja. Diga la palabra y nos encargaremos de ellos...".
James hizo un gesto con la mano.
El hombre dejó de hablar inmediatamente.
James levantó la cabeza y miró al hombre que tenía
delante, cuya cabeza seguía inclinada. "Ya no soy el
general. A partir de ahora, no habrá más General Dragón. Investigar a Los Cuatro Grandes será la última vez que use mi privilegio también. No tienes que quedarte conmigo. Lleva a los hombres contigo. Los necesitan en la frontera".
El hombre cayó de rodillas. "Señor, lo seguiremos hasta el fin del mundo. La frontera en las Llanuras del Sur es estable. El enemigo no nos invadirá.
General, no nos pida irnos. Déjenos quedarnos junto a usted y ayudar".
James se puso de pie y tiró del hombre, diciendo: "Henry, esto es un asunto personal. Me encargaré personalmente. Cuando esté hecho, lo único Después de un rato, Thea salió de la ducha.
Había elegido un vestido blanco que dejaba ver su
cuello y sus brazos tersos.
Nunca se habría puesto algo así en el pasado.
Estaba de muy buen humor, cantando una melodía en voz baja. Tocando su piel suave, esbozó una sonrisa de oreja a oreja.
Se detuvo al ver a James fumando con un aspecto
sombrío en el sofá.
Se acercó y tomó asiento a su lado. Tenía la cara sonrojada, aunque no sabía si era porque acababa de terminar de ducharse o porque era tímida.
"Emm...", abrió la boca sin saber qué decir.
Aunque había pasado diez días con James, era diferente, ya que tenía los ojos vendados.
Ahora que lo estaba viendo con claridad, era un poco tímida. No encontraba las palabras para hablar.
Sacado de sus pensamientos, James miró a Thea, con los ojos brillantes. "Cariño, ¿cuándo vamos a obtener nuestro certificado de matrimonio?".
"¿Qué?".
Thea se quedó atónita, con la boca ligeramente abierta. Se veía adorable cuando estaba confundida.
James sonrió. "Ahora soy parte de los Callahan. Soy tu esposo según las órdenes de tu abuelo. ¿Te arrepientes? ¿No quieres casarte conmigo?".
"Sí quiero".
Cuando Thea se recompuso, no había nada que decir excepto esas dos palabras. James le había mostrado tanto cariño durante los últimos diez días que se había ganado su corazón.
¿Cómo no iba a casarse con un hombre como el.
Echó una mirada de reojo a James.
Era alto, fuerte y seguro de sí mismo. El simple hecho de mirarlo la hizo sonrojarse y su corazón latió más rápido.
Una hora después.
De la mano, un hombre y una mujer salieron del
Departamento de Asuntos Civiles.
Thea miró el certificado rojo y finalmente cayó en la cuenta.
¿Ya estaba oficialmente casada?
Antes de esto, fantaseaba con su futuro y esperaba tener algún día una relación amorosa apasionada.
Sin embargo, las cosas no suelen salir según lo planeado o lo imaginado. Su abuelo había arreglado su destino. James, quien se casó con su
familia, la llevó a un palacio paradisíaco donde
permaneció diez días.
En esos diez días, se había recuperado. Volvió a ser
hermosa.
Aunque todavía no sabía quién era exactamente su
esposo, el sentimiento de calidez se extendió por todo su cuerpo, haciendo que se aferraba con fuerza a la mano de James.
Ninguno de los Callahan se
molestó en buscar a Thea a
pesar de que llevaban diez sin
saber de ella.
Para los Callahan, Thea era la
oveja negra de la familia y el
hazmerreír de Cansington.
Si no fuera por Thea, el negocio
de los Callahan estaría en
auge.
Cuando Thea se recuperó,
recogió su certificado de
matrimonio con James y se
fueron juntos a casa.
Lex Callahan tenía tres hijos.
Según el orden de nacimiento, eran Howard, Jhon y
Benjamin.
Benjamin fue rechazado por
su propia familia por culpa de
Thea. No importaba que
trabajara duro, ampliando el
negocio familiar a pasos
agigantados.
En casa, no tenía ningún
rango, estatus o autoridad.
Benjamin podía ser gerente
del Grupo Callahan, pero no
tenía acciones en la compañía.
Lo único que recibía era un
salario fijo cada mes, sin
ninguna bonificación. Como
tal, luchaba para sobrevivir.
Es cierto que se había
comprado una casa, pero aún tenía que pagar la hipoteca
cada mes.
"Esta es mi casa, James".
Señalando las puertas, Thea
dijo: "Pero no es nada
comparado con el palacio en
el que vives".
James tomó su mano entre las
suyas y sonrió. “El hogar es
donde tú estés".
Thea sonrió. Se acercó a la
entrada y llamó suavemente a
la puerta.
Gladys abrió la puerta.
Se sorprendió un poco al ver a
una hermosa chica y a un
hombre desconocido.
Preguntó: "¿Puedo ayudarla?".
"Mamá", dijo Thea.
Gladys se quedó atónita al
escuchar que esta hermosa
chica la llamaba mamá.
"Mamá, soy Thea. Tu hija".
"¿Qué?".
Gladys estaba sorprendida.
Mientras miraba a la chica
frente a ella, cada vez estaba
más confundida. "¿Tú eres
Thea?".
“Soy yo, mamá. Mis cicatrices
ya han desaparecido".
"Hola, madre", añadió James.
"¿Qué?". Gladys pensó que
jamás se recuperaría de todos
las cicatrices.
Agarrándose al brazo de
James, Thea dijo: "Mamá, el
abuelo lo eligió como mi
esposo".
Gladys finalmente volvió a sus
sentidos. Tiró de Thea hacia
su lado rápidamente. Con
frialdad, le dijo a James:
Nunca te he reconocido como
mi yerno".
Tocó el suave rostro de Thea. "
Thea, ¿eres realmente tú? Tú...
Tu cara y las cicatrices y tu
cuerpo... ¿Qué ha pasado?".
"Mamá, he estado en
tratamiento durante los
últimos diez días. Ya estoy
recuperada y ya no seré una
humillación para la familia", dijo Thea con la voz
entrecortada.
Desde el incidente, había sido
una vergüenza para los
Callahan, haciendo que fueran
el hazmerreír de Cansington.
Sus padres apenas podían dar
la cara en público.
“Mi niña...". Gladys abrazó a
Thea, con lágrimas en los
ojos. “Mi niña... Es mi culpa.
Nunca debí dejarte sola para
que te enfrentaras a ello. Has
pasado por tanto... Ven,
entremos".
Tiró de Thea hacia el interior
de la casa.
Ahora que Thea había
recuperado su aspecto, Gladys tenía otros planes en mente.
Con el hermoso aspecto de
Thea, podría casarse con un
hombre rico en lugar de con
un don nadie perezoso que
andaba detrás de la riqueza de
la familia.
Señaló la puerta y ordenó
fríamente a James: "Vete".
“Mamá, ¿qué estás haciendo?
Él es mi esposo, elegido por el
abuelo".
"Vamos a la villa familiar
ahora. Haré que el viejo
cancele la boda él mismo".
Gladys no se atrevió a perder
un segundo más, arrastrando
a Thea con ella.
"James...".
Thea se giró para mirar a
James con impotencia.
James se encogió de hombros,
luciendo como si no le
importara nada. Se limitó a
seguir a las dos mujeres.
Los Callahan se reunieron en
el vestíbulo de la villa,
mirando con incredulidad a la
hermosa chica que estaba
junto a Gladys.
¿Cómo podía ser Thea?
¿Thea, la que estuvo
desfigurada por diez años?
¿Qué ha pasado? ¿Cómo ha
podido tener una gran
transformación en solo diez días?
"Thea, ¿eres tú?".
"Thea? ¿Te hiciste una
cirugía plástica en Corea? ¿Su
tecnología es tan avanzada
que hay una opción de cuerpo
completo?".
Los Callahan se quedaron
boquiabiertos.
No podían creer que la
hermosa chica que tenían
delante fuera la misma Thea
que tenía cicatrices por todo el
cuerpo.
¿A qué se dedicaba?
Gladys fue directamente al
grano. "Papá, no estoy de
acuerdo con este matrimonio.
Con el aspecto de Thea, podría
casarse con alguien rico de
una familia prestigiosa. ¿
Cómo podría casarse con un
don nadie?".
Fumando una pipa de tabaco
en el sofá, Lex tenía la mirada
fija en Thea.
Le costaba estar al tanto.
¿Cómo había recuperado Thea
su aspecto en solo diez días?
Sin embargo, Thea era una
belleza ahora. Eso no se podía
negar. Asintió con la cabeza,
diciendo: "Tienes razón.
Todavía hay muchos solteros
elegibles entre las familias
más prestigiosas de
Cansington. Podría correr la voz y encontrar un esposo
adecuado para Thea".
"No", dijo Thea.
Thea se levantó con lágrimas
en los ojos. "Abuelo, decidiste
casarme con James. Ahora que
James me ha ayudado a
recuperarme, no cumples tu
palabra. ¿Qué soy yo para ti?".
"Mocosa desagradecida...".
Gladys abofeteó a Thea en la
cara. Gritó: "¿Qué le ves a este
pobre hombre?".
Thea tomó un cuchillo que
estaba sobre la mesa y se lo
puso en la mejilla. "Me
cortaré la cara si me presionas
hasta este punto".
"Cómo te atreves...". Gladys
temblaba de rabia.
"¡Suficiente!", rugió Lex. "¿
Qué está pasando, Thea? Esto
es por tu propio bien. Mira lo
hermosa que eres ahora.
Podrías casarte bien y
disfrutar de una vida fácil. ¿
Por qué insistes en estar con
un pobre tipo como él?".
Justo en ese momento, James,
quien había estado callado
todo este tiempo, habló.
Mirando a los Callahan, dijo
en voz baja: "Me da igual
formar parte de su familia,
pero esto es entre Thea y yo.
Hemos obtenido nuestro
certificado de matrimonio. Si
ella quiere el divorcio, lo aceptaré. Si no, nadie la
obligará a nada".
"¿Quién te ha dado permiso
para hablar?".
Tommy, el nieto mayor de la
familia, se puso en pie de un
salto y señaló con un dedo a
James. "No eres más que
basura. No tienes derecho a
hablar aquí. Si queremos que
te vayas, te vas".
James extendió la mano y
dobló el dedo extendido de
Tommy hacia atrás. Con
frialdad, dijo: "Nadie me
había señalado con el dedo
antes".
"¡Ah, me duele!".
Tommy gritó ae dolor. Su
cuerpo estaba doblado en un
ángulo incómodo y su cara se
retorcía de dolor. Dijo: "Me
equivoqué, me equivoqué. Por
favor, suéltame".
James cedió.
Tommy jadeó con fuerza. Al
mirar el rostro inexpresivo de
James, Tommy se enfureció.
Tomó un cenicero de la mesa,
preparándose para golpear a
James en la cabeza.
"¿Qué estás haciendo?", gritó
Lex. "¿Acaso ya no hay orden
en la familia? ¡Suelta eso!".
Tommy miró a Lex suplicante.
"Abuelo, James se ha pasado
de la raya. Tienes que ayudarme".
"Suficiente". Lex seguía
dando caladas a su pipa,
agitando una mano. Con la
mirada fija en James, dijo: "Te
daré quinientos mil dólares.
Todo lo que tienes que hacer
es divorciarte de Thea y
mantenerte alejado de ella".
"¡No!", gritó Thea.
"¡Cómo te atreves!". Lex
golpeó su mano sobre la mesa.
"Todavía no estoy muerto.
Sigo siendo el jefe de la
familia. Todos ustedes tienen
que inclinarse ante mi
voluntad".
James no quería que la
relación de Thea con su familia se rompiera.
Su regreso fue alimentado por
dos propósitos. Para
compensar a Thea, y para
vengar a su familia.
No quería que Thea sufriera
una relación rota con su
familia solo para poder
cumplir su propio propósito.
"Abuelo, dame una
oportunidad. Déjame
demostrar que soy tan capaz
como cualquier otro".
"¿Una oportunidad?". Tommy
hizo una mueca. "James
Caden, según nuestra
información, eres huérfano.
Creciste en un orfanato y
estuviste en el ejército durante unos años. Thea está
fuera de tu alcance. Claro,
podríamos darte una
oportunidad. ¿Has oído hablar
del Grupo Celestial? Siempre
hemos querido trabajar con
ellos, pero nunca lo hemos
conseguido. Si puedes hacer
que funcione, estaríamos
encantados de reconocerte
como parte de la familia".
A Tommy le había disgustado
James desde el principio. Era
un soldado retirado después
de todo. No tenía dinero ni
poder. ¿Por qué era tan
arrogante?
Por lo tanto, se le ocurrió la
idea de ponerle las cosas
difíciles a James, con la esperanza de que se diera por
vencido.
Ya tenía un candidato mejor
en mente para Thea, Joel
Xavier. Era el líder de Los
Cuatro Grandes, y sería una
unión beneficiosa.
"Abuelo, deja que James
intente conseguir un acuerdo
con el Grupo Celestial. Si lo
consigue, lo reconoceremos.
Si no, se irá".
Lex dio una calada a su pipa.
De acuerdo. Nuestro negocio
se ocupa principalmente en el
procesamiento de
medicamentos.
Recientemente, el Grupo
Celestial ha estado expandiendo su producción, y
han lanzado muchas
oportunidades de pedidos.
Muchos negocios están
luchando por obtener tales
pedidos. Si consigues un
pedido por valor de treinta
millones de ellos, le diré a
todo el mundo que eres el
yerno de los Callahan. Tienes
diez días".
"No necesito diez días. Lo
haré mañana”.
Después de eso, James se fue
con Thea.
"Es audaz pero estúpido.
Celestial es el líder de los
grupos farmacéuticos, con un
valor de cien mil millones en el mercado. Es casi imposible
conseguir un pedido de ellos".
Tommy no estaba
impresionado.
Gladys suplicó: "Papá, no
puedes hacer esto. ¿Qué son
treinta millones cuando Thea
podría casarse con cualquiera
de Los Cuatro Grandes?".
Lex agitó la mano. “No
podemos precipitarnos. Los
negocios de Celestial son
todos con Los Cuatro Grandes.
No será tan sencillo conseguir
un pedido de Celestial. Deja
que James lo intente. Se dará
por vencido. Para entonces, se
nos ocurrirá una idea para que
Thea se case con alguien de
Los Cuatro Grandes. Con una alianza matrimonial,
podremos subir de rango en
Cansington".
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