—Buenas tardes joven, podría usted por favor ayudarme a conseguir esta ubicación—Si en algo aprendí del mejor.
—Claro, permítame—Toma en sus manos el papel con la falsa dirección lo único que quería era conversar con él.
—Señorita—Me mira por un buen rato—Esta dirección esta algo retirada.
—Muchas gracias seguiré caminando entonces—Lo miro con ojos de cachorro, el hombre aún sigue con sus lentes oscuros puestos.
—Si gusta la puedo llevar, me queda de pasó—Bingo era justo lo que quería.
—Me da mucha vergüenza con usted, mejor dígame por dónde debo irme y caminaré.
—De verdad que está algo retirado de aquí, pierda cuidado yo la llevará—Me muestra una impecable sonrisa, yo no estoy viendo si es guapo, si es blanco, gordo, flaco lo único que quiero es meterme en su familia.
Amablemente me abrió la puerta de su auto para que entre.
Estando ya dentro del auto, se quitó las gafas, sus ojos, esos malditos ojos.
Contuve la rabia, la desesperación para no lanzarme sobre el y rebanarle el cuello.
—¿Como te llamas preciosa?
—Charlotte Anderson—Le doy mi mano.
—Derek Scott—Hora de fingir.
—Dereck Scott el hijo de William Scott el CEO de empresas Scott.
—¿La conoces?
—Quien no los conoce, si son la empresa más exitosa de el país—De esta manera llegaré hasta ellos.
—Aqui es la dirección Charlotte, fue un verdadero placer conocerte—Me coloca una tarjeta en las manos antes de bajarse a ayudarme a salir.
—Muchas gracias señor Scott, hasta luego.
Estratégicamente deje mi teléfono celular en su auto, el me dió su tarjeta pero no seré yo quien lo llame, por lo menos no directamente.
Espero en el centro comercial una media hora, para llamar a mi teléfono.
Da varios tonos y nada que contesta, desisto por un rato..
Sus ojos.
El día que lo conocí hace 7 años, así mismo me abordo en la calle por una dirección, ahora me doy cuenta que siempre me vio, pero ese día se atrevió a acercarse.
Maldito, maldito desgraciado, te juro que me vas a pagar cada lágrima, cada dolor que pase, cada momento en soledad.
Llegó al apartamento que tengo alquilado, no me puedo quedar en un solo sitió.
Me lanzó en la cama, el momento casi llega William Scott, de nuevo nos volveremos a ver las caras.
Intento nuevamente realizar la llamada, pero nada que obtengo respuestas, será que no se dieron cuenta, más tarde lo vuelvo a intentar.
Me doy un baño, me coloco una ropa para dormir.
Intento nuevamente, si no me iré a dormir, repica dos veces y alguien contesta.
—Buenas noches, disculpe que le moleste—No lo dejo ni hablar—Es que se me extravió el celular por la tarde y no se dónde.
—Señorita Anderson—Su voz fuerte llega a mis oídos—Se le quedo en mi auto, ¿como hacemos para entregárselo? ¿porque no me llamo?
—Disculpe es que tengo extraviado el teléfono, es más es usted quien lo tiene ahora mismo.
—Oh, si, es verdad, disculpa, podemos vernos mañana a la hora del almuerzo para hacerle entrega de su aparato.
—Me parece muy bien, usted me dira dónde, y yo estaré allí.
—Mejor usted me da su dirección y yo la paso recogiendo.
Bien, muchas gracias, le doy mi dirección y cuelgo la llamada.
Me meto en la cama, se que será difícil lograr lo que tanto quiero, se que Willians no sera tan fácil de manejar, bien puedo llegar y meterle un solo tiro en medio de los ojos, pero eso sería para el un dulce, el merece sufrir, y sufrir mucho, por eso debo casarme con su hijo Dereck.
No sé cómo voy a poder estar con el, mirarlo a los ojos, será algo horrible, porque son sus ojos, los mismos ojos que me hicieron tanto daño.
Me quedo dormida, el rato que puedo hacerlo, ya que la misma pesadilla me persigue por 7 años.
Al amanecer hago mi rutina de ejercicios, no soy muy femenina, tengo un cuerpo y un rostro espectacular, pero tengo el corazón y el alma destrozados, creo que no habrá nada que logré sanarlo, solo ver a ese maldito y su familia arrastrados a mis pies, cuando los deje sin nada.
Los recuerdos me agobian me queman.
Mami, papi llegue—Estoy tan emocionada, ya mañana es el gran día, Camino por el espacio de la casa, mis padres no salen a recibirme como todos los días, Sebastián viene detrás de mi, ya que lo convencí para que viniera a comer con nosotros.
Subo las escaleras, en su habitación no están, me parece raro, mis padres a la hora de la comida siempre están aquí.
—Mami, papi—Los llamo con temor, un miedo en mi pecho.
Bajo de nuevo, Sebastián me pregunta pero niego, seguro están en el despacho, al poner un pie dentro de este, una voz gruesa que ya había conocido antes, llegó a mis oídos paralizado mis pasos.
—Te estaba esperando pequeño ratoncito—Una sonrisa retorcida apareció en su rostro tensando mi cuerpo, iba a preguntar por mis padres, pero al voltear mi rostro al otro lado, cada parte de mi cuerpo se congelo al ver tan atroz escena.
—¡Nooooooo! Fue lo que salió de mis labios para salir corriendo a ellos—Mamá, papá, no ustedes no por favor—Cai de rodillas al piso justo frente a ellos—Maldito bastardo que le hizo a mis padres—Llore, el dolor que sentía en mi pecho era horrible, sentía que no podía ni respirar, sentía que mis pulmones estaban llenos de espinas en vez de aire.
Me levanté yendo hasta ese horrible hombre, golpee con fuerzas su pecho.
—Charlotte—la voz de Sebastián apareció en mi campo de audición.
—Sebastian, corre, huye—Le grite antes que el cuerpo del chico que tanto me gustaba cayera inerte al piso.
—¡No, Sebastián no!—Suplique con ese dolor más horrible en mi pecho.
Mis padres, el hombre que amaba estaban muertos. Habían muerto a manos de este hombre, sin saber porque.
El solo maldito recuerdo me quema la vida, me quema la sangre, lo único que deseo es tenerlo de frente demostrarle que ya no soy aquella niña tonta e indefensa que no pudo defenderse.
Limpio mis lágrimas, antes de entrar al baño, tengo una cita y una venganza que cobrar.
Me coloco un vestido y tacones, muy pocos los uso, ya que siempre después de eso he usado pantalón de cuero, y botas , hay situaciones que ameritan ser una mujer indefensa, a veces solo hay que jugar como ellos, ser despiadados, no me causa ningún remordimiento jugar con este chico, que nada tendrá que ver con la basura que es su papá, pero mis padres, Sebastián tampoco lo eran, y aún así pagaron por algo de lo que no sabían, y aún no sé.
Maldito Willian Scott.
Hola, de nuevo yo, con esta historia, por qué les dejo el primer capítulo para que la agreguen a su biblioteca, y me acompañen con sus comentarios a través del desarrollo de la misma. un beso ♥️
charlotte Anderson 23 años.
Dereck está sentado en la silla de su escritorio, con el teléfono celular de Charlotte en sus manos, piensa en esos ojos azules que lo cautivaron, al instante.
En su celular no tenía nada, mensajes, llamadas nada, solo algunos contactos, unas fotos de ella misma, de la cuáles se robó algunas, guardo su contacto en el celular e igual hizo con el.
A la hora acordada se dirigió al lugar donde ella le dijo que era su ubicación.
Es un lugar de clase media, supone que es de bajos recursos Por eso andaba caminando el día anterior.
Charlotte se arregla lo mejor posible para parecer una chica frágil e inocente, cuando lo único que tiene es una sed de Venganza.
Esperó en la parte de afuera la llega del hombre, cuando el auto se acerca, siente un estrago en el estómago, recordando el auto que su padre usaba para acosarla en aquel entonces.
Con una sonrisa lo recibió, Dereck bajo del auto mirando a todos lados es una figura importante, hijo del uno de los hombres más ricos de el país.
Miro a Charlotte de arriba abajo, le pareció muy linda y tierna con un vestido rosa, casi perece una niña menor de edad.
Su larga cabellera rubia, ondea por el viento y esos ojos azules que los estaban desquiciando.
—Buenas tardes señorita Anderson—Saludo con amabilidad
"Pero que sus palabras no te confundan" pensó ella enseguida.
Subieron al auto, después de el saludo, y en el restaurant Dereck le devolvió su teléfono celular, Charlotte solo lo guardo en su bolsa sin revisarlo siquiera, ella solo espera que el hombre, haya hecho lo que tenia que hacer.
Conversaron, de cosas triviales, muy poco sobre su vida personal, Por lo menos no Charlotte.
—¿Entonces estás desempleada? ¿En qué te desempeñas?—Pregunto interesado.
—Soy licenciada en finanzas—Dijo ella como si nada.
—Es muy interesante, me gustaría ofrecerte un puesto en la empresa— Sugirió; pero ella no podía aceptarlo eso solo dañaría sus planes.
—Muchas gracias, espero no insista no puedo aceptar el ofrecimiento—Simulo vergüenza.
—¿Por qué?—Le extraño al joven, que como ella tenía solo 24 años, uno más que ella, era unico hijo del despiadado William Scott.
—No puedo decirle pero por ahora no puedo aceptar, más adelante si puede ser—Movió su cabellera, Derek se quedó embobado, al verla, parecía una diosa.
—A lo mejor ya te han dicho esto muchos hombres, no quiero ser uno más del monton; pero es usted dueña de una impresionante belleza.
—"Sueltame maldito asqueroso, quita tus manos de mi cuerpo, asesino—Lo empuja con las fuerzas que tiene, no son muchas, de tanto llorar.
—Serás mía como de lugar, eres hermosa, y te deseó—El hombre que acaba de matar a su familia, intenta abusar de ella"
Charlotte, se levanta de la silla, y corre a los baños, comienza a vomitar, ante el maldito recuerdo que le quema las venas, y esos ojos que la hacen revivir el recuerdo.
—¿Estas bien?—La voz de Dereck fuera del baño la sacan de su letargo.
Se lava la cara y la boca, quitando el maquillaje que tenía en el rostro, se limpio y salió como si nada.
—Estoy bien, seguro fue el desayuno que me cayó mal.
"¿Estará embarazada?" Se pregunto enseguida.
Ya en la mesa decidió preguntar un poco más sobre su vida personal.
—¿Charlotte tienes novio?
—No, para nada, en este momento no estoy buscando pareja, busco otras cosas—La joven rubia intenta no mirarlo a los ojos.
A Dereck le pareció ma bella al salir del baño, sin maquillaje parece una niña inocente, falta de Cariño, de amor, de comprensión.
—Entiendo—Lo dijo en un todo triste, ya que si era así, no se fijaría en él.
Ella acercó su mano a la de él, ese contacto no le desagrado, como el tacto de otros hombres.
Recuerda que al descubrirse todo sobre la muerte de sus padres, cuando la chica ya casi tenía los 18 años, el hijo de su tía que quedó a cargo de ella, intento tocarla, reviviendo así todo esos días horribles, el hombre termino hospitalizado, con un fuerte golpe en la cabeza.
—Disculpa—retiro la mano enseguida, esquivando el contacto con sus ojos.
Comieron tranquilos, el decía cosas, ella fingía estar divertida.
Así pasaron los siguientes días, Dereck invita a Charlotte a cualquier lugar, ya sea el cine, restaurant, caminar por el centro comercia, ella siente cada día que puede dominar la situación.
Un mes después de su primer encuentro la invito a cenar, luego si ella acepta la llevaría, aún lugar a bailar, tomar algo quizá, aunque se ha dado cuenta que ella no lo hace, y es desconfiada.
En el restaurant Dereck está nervioso, no sabe cómo Charlotte va a tomar lo que le quiere decir, la cena avanzo, sin mayores, contratiempos, no ha tenido el valor de decirle nada, cuando la ve, solo se olvida de todo, el cree que es tan hermosa, no se equivoca porque lo es.
Al terminar de cenar se dirigen a una discoteca que es de unas amistades de Dereck.
Estando ya en el lugar, Charlotte mira a todos lados, esos lugares le traen nostalgia, tuvo que trabajar en uno, durante muchos años, para poder pagar, su carrera y un lugar para vivir después que su tía, la echara como a un perro de su casa, a Charlotte le ha tocado vivir momentos dolorosos, pasar por montones de cosas.
—Charlotte—Se acerca a ella, ya que la música es muy alta.
Ya Dereck se ha tomado varios tragos, y ella solo uno, y eso porque casi le suplico que lo hiciera.
—Nos vamos—Le dijo ella cuando él se acercó.
El asíntio con la cabeza, y salieron del lugar, el intenta tomarla de la mano pero ella lo esquiva de una forma u otra.
Ya en el auto se arma de valor para decirle lo que tanto quiere decirle, Charlotte, sabe que hoy es el gran día.
—Charlotte, quería que supieras que me gustas mucho, eres una mujer muy hermosa, eres dulce, tierna, y a lo mejor, pueda ser que yo te guste un poquito—Junto sus dedos, señalando un poquito.
—¡Dereck!—Se hizo a la sorprendida—De verdad que me dejas sin palabras—lo miro a los ojos, para tomar el valor que necesita.
—Te gustaría, salir conmigo, en plan de novios, no sé—Se encogió de hombros.
—Dejame pensar Dereck, es que pronto debo viajar de nuevo—Mentira—Visitar a mi abuela—Otra mentira.
—¿No me has contado nada de tu vida?
—No tengo mucho que contar, fui criada por mi abuela, después que mis padres murieron en un accidente de tránsito—Sollozo, y está ves no es de mentira.
—Lo siento mucho, no sabía.
—No tenias que saberlo, me iré pronto y no sé si vuelva, aquí no tengo nada.
—Ahora me tienes a mi—Coloco la mano en su mejilla, para limpiar sus lágrimas.
—No tengo empleo, ya no puedo rentar el apartamento, mi abuela necesita sus medicinas, son muchas cosas.
—Si Me lo permites puedo ayudarte con todo eso, inclusive conseguir un lugar para que vivas, te podrías traer a tu abuela, no sé trabajar conmigo.
"Mierda en eso no había pensado, y ahora"
Déjame pensar, es que no quiero vivir de tu caridad, mucho menos como tú amante.
—No serás tal cosa, eso jamás, serás mi novia.
Es lo que ella más deseo, siempre pensó que sería difícil conquistarlo, pero le resultó tan fácil, no se parece en nada a su papá, despiadado, de malos sentimientos, hasta le dió lastima usarlo para sus propósitos.
Déjenme sus comentarios. ♥️
—Que me dices—Dereck intenta acercarse, a ella.
Pero la sola idea de ser besada, le causa repulsión, Charlotte nunca a Sido besada por nadie, a Sebastián no pudo ni darle un beso nunca, y después de lo que le sucedió mucho menos quiere besar a alguien, ya que la imagen asquerosa de los labios de ese hombre sobre su piel no se lo permiten.
—Dereck, no puedo lo siento—Abre la puerta del auto, intentando huir del momento.
—Charlotte, Charlotte, espera Oye, para donde vas— la detuvo antes de salir del auto.
—No lo sé, me siento asfixiada aquí dentro—Dijo sin aire en los pulmones.
—Te llevaré a tu casa—Suspiro, estaba siendo un poco complicado llegar al corazón de esta chica, pero le gusta tanto que no puede nada más alejarse de ella.
La llevo a su casa, no volvió a tocar más el tema de lo que siente por ella durante el viaje a casa.
—¿Cuando piensas viajar?—Pregunto con las manos sobre el volante.
—Pronto, no se que día pero pronto—No puede darle Ninguna otra información ya que eso no le conviene a ella.
—¿Te puedo llevar si quieres?—Se ofreció, él intenta ser amable con ella.
—¡Noooo!—Dijo asustada—No es necesario, tu tienes tus cosa que hacer—Se calmo.
—Esta bien, prometes que me llamaras si necesitas algo—Aparto la vista de la cartera para mirarla.
Ella asíntio, con una sonrisa que a él le pareció de coqueteo; pero que en realidad era por qué estaba satisfecha de lo que había conseguido.
Al llegar Se despidió con la mano porque no lo deja ni que le dé un beso en la mejilla, creo que es esa su actitud que vuelve loco al hombre.
Recuerdo.
—Sebas—Se acerca a él, con mucho cuidado, siempre a estado enamorada de él, pero el chico nunca ha mostrado interés en ella—Te puedo decir algo—Se muerde el labio.
Sebastián carraspea, el sabe lo que ella siente, el siente lo mismo, pero quiere confesarle lo que siente el día de su graduación, ese día le pedirá que sea su novia, delante de sus padres, porque quiere hacer lo correcto.
—Charlie creo que mejor me voy a mi casa, es suficiente por hoy—Se levanta de pronto, Le estaba explicando unos ejercicios matemáticos que ella ya sabe, pero por estar con el se hace a la tonta, que no sabe matemáticas.
—Esta bien, dijo con tristeza, a él no le agrada rechazarla pero debía esperar solo unos días, para confesarle todo lo que siente.
Fin del recuerdo.
Charlotte se toca los labios—Nunca pude tocar sus labios, nunca pude decirle lo que sentía por cobarde.
Mis labios solo tienes el sabor asqueroso de ese maldito hombre, comenzó a limpiarlos como si quisiera borrar ese sabor, ese recuerdo.
Se arrodilló en la cama a llorar, aunque se hace a la fuerte, lo cierto es que ese dolor nunca lo va a superar.
Dereck llegó a su casa, ya era tarde la noche, los ojos azules de esa mujer, su sonrisa tierna, pero en su mirada Tierna esconde algo, un sentimiento—Puede ser el haber perdido a sus padres.
El la quiere con él, nunca ninguna mujer a causado tanto sentimientos en su corazón, siente como una necesidad de protegerla, de cuidarla.
Pensando en sus ojos, su sonrisa se queda dormido.
Se levanta con la firme idea de ayudarla, sea porque ella quiera tener una relación con el, o no pero algo lo empuja a ayudarla.
—Buen día hijo, ¿como estás? Vi que llegaste tarde anoche, ¿dónde estabas?—La señora Eva, su mamá lo interroga, es su único hijo, ella piensa que el es joven, aún esta comenzando a vivir.
—Sali con una chica—Su papá lo mira—Es una mujer hermosa, voy a conquistarla, ya saben pronto la traeré para que la conozcan.
Willians Scott, recordó cuando conoció a una chiquilla muy hermosa, y todo lo que hizo para poder tenerla, ya que era muy escurridiza, no siente ni el menor remordimiento por lo que hizo aquella vez, se relamio los labios, "Sin duda lo volvería a hacer si tuviera la oportunidad" pensó.
Willian Scott es un hombre, prepotente, malvado, sin sentimientos, que piensa que por tener poder, dinero, las mujeres deben lanzarse sobre el, la mujer que el desee y lo rechace siempre buscará la manera para coaccionar y ellas terminen por aceptar, sin sentir que es una violación, lo es, pero nunca se verá como tal, lo que sucedió con los padres de aquella chica es que, ellos no aceptaron hacer negocios, mucho menos sabiendo que el interés de por medio era su hija, su pequeña niña, que era solo una niña de 16 años, empezando a vivir, llena de ilusión.
—¿Cuando lo vas a traer?—Willian delante de su familia es el padre y esposo abnegado, el mejor de los hombres, pero detrás es el nombre más despiadado.
—Pronto papá, pronto, y el día que la traiga es porque ella esté segura de ser mi esposa.
—Hijo, estás muy joven para responsabilidades de ese tipo—Dijo evidentemente enojado, ya que el día que Dereck tenga a su familia tendrá que entregarle el poder de la empresa.
—Dejalo Willian, mi hijo tiene que aprender de sus experiencias, nosotros también éramos jóvenes cuando nos casamos—Le recordó.
—Era diferente, nuestro matrimonio fue diferente.
Eva y William se casaron jóvenes, ya que la chica era poseedora de la inmensa fortuna, el padre de Willian hizo hasta lo posible por casarlos, cualquier medio que hubiera utilizado para ese entonces era válido con tal de ser parte de su familia, ella se casó sin quererlo, dolida porque el chico que tanto queria se fue y la dejo sin decirle nada, cuando solo faltaban días para el matrimonio.
Ella lo miro mal—Mi hijo es adulto y puede casarse cuando y con quiera, a él no le voy a imponer un matrimonio—Se levanto de su sitio—Te amo hijo, nos vemos luego.
Eva Ayllón, dueña de la fortuna Scott, la mujer fue obligada a casarse con William Scott cuando apenas tenía 20 años de edad, Willian y su padre, hicieron cosas, para apoderarse de las riquezas de la mujer, por eso ahora la empresa se llama Scott y no Ayllón, la mujer aprendió a vivir con esa cruz a cuentas, después de todo Willian era un hombre guapo, atento, considerado, de esos que esconden su verdadero yo, pero que viven frustrados, por no ser como realme son.
Charlotte despertó con una sola idea en la cabeza, debía ponerla en práctica, de lo contrario sería descubierta por Dereck y eso era algo que ella no podía permitirse.
Se dió un baño, se colocó unos pantalones de cuero negro, un suéter negro y unos botines de tacón negro, recogió su larga cabellera rubia en una cola alta, coloco color rojo en sus labios, lentes oscuros, y salió del apartamento, cualquiera que la viera diria que no es ella, no por lo menos la frágil y tierna Charlotte que Dereck conoció.
Recibió un mensaje de parte de Dereck para darle los buenos días, ella no le respondió, por los momentos debía hacerle creer otra cosa, no le conviene responder a su mensaje, para cuando le diga lo que piensa hacer sea más creíble.
Feliz día mis queridas lectoras. 🤗🤗
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