Me llamo Sebastián Petrova, hijo de Jessica Álvarez y Jack Petrova, tengo 20 años, soy ingeniero de sistemas y programador, también soy el segundo mejor hacker del mundo, ya que la primera es mi mamá, le ayude con su trabajo hasta los 17 años, pero después de ver algo inhumano y encontrar a mi hijo, decidí alejarme de eso.
Flashback
"Mama hay personas dentro de ese contenedor en llamas" Grito Sebastián.
"Lo siento mucho por ellos, pero no podemos intervenir, además aunque lo hagamos no podremos sacarlos" Contestó Jessica con pesar, ya que llegaron tarde para rescatar a aquellas personas, que estaban siendo transportadas como mercancías, pero en ese momento ven que se abre la puerta y ven salir a unas personas gritando por la quemadura en sus pies, manos y algunos en su cuerpo, pero algo resalto entre todo ellos, era una mujer embarazada, que gritaba de dolor, Sebastián sin esperar ninguna orden, corrió a auxiliarla, al acercarse se dio cuenta de que solo era una niña.
"Por favor ayúdame, mi hijo va a nacer, si algo me pasa llévatelo contigo, por favor" Dijo mientras gritaba.
Sebastián cargó sacándola del lugar, antes que llegue la policía, su madre solamente lo vio irse cargado a la joven.
"Todo estará bien, no se preocupe, su bebe estará bien, lo prometo" Le decía Sebastián acomodándola en el auto, pero en ese momento la chica comenzó a pujar, asustando a Sebastián que no sabía qué hacer en esa situación, la volvió a mirar y corrió a agarrar al bebe que salía de la joven.
Cuando llego junto a la chica, el bebe ya estaba con la mitad de su cuerpo fuera de su madre.
"Ah salvarlo, por favor, él no tiene la culpa de nada, promételo que te lo llevaras, que no lo abandonará" Pidió la joven, Sebastián la miraba con preocupación, ya que no dejaba de sangrar.
"Te lo prometo, no lo dejaré a su suerte, así que tranquilízate que tenemos que ir al hospital" Dijo Sebastián, pero la joven le agarró de las manos.
"Yo no aguantaré llegar al hospital, así que escúchame, por favor, tienes que sacar del país a mi hijo, que él corre peligro, prométemelo, prométemelo, por favor, y cuando lo registres ponlo Matías, es el nombre de su abuelo por favor, dejarme, no pueden encontrar al niño, vete ahora mismo" Gritó la joven aguantando el dolor.
"Está bien me iré, pero primero te dejaré en un lugar seguro, mi mamá vendrá por ti, te lo prometo, así que aguanta" Dijo Sebastián, cargándola para dejarla en una casa abandonada cerca a unas montañas, para después cargar al bebé, que lloraba mucho como si supiera que le están separando de su madre, pero no le quedaba otra que irse del lugar.
Mientras Sebastián se alejaba con el bebé, la joven se levantó, se acercó a un barranco que estaba cerca del sitio, miró hacia abajo y vio como la corriente golpeaban el risco, lloro mirando por donde se iba su hijo.
"Hijo mío, perdóname el no perder estar a tu lado, pero te vas con un buen hombre, ojalá lo hubiéramos conocido antes" Dijo con una sonrisa, para luego lanzarse al mar.
Sebastián, que decidió regresar por ella, la vio lanzarse del abismo cayendo al mar, sabía que una vez que cayera en esas corrientes submarinas sería difícil encontrarla.
Fin de flashback
Después de verla lanzarse al abismo, me fui a casa, hablé con mis padres, y pedí su ayuda para adoptar a Matías, aunque no estaban del todo de acuerdo me apoyaron, pero para eso teníamos que salir del país y así fue como a mis 17 años viaje a Alemania junto a mi hijo, ahora soy CEO de Petrova Technology y un padre orgulloso de su hijo, aunque no fue fácil este camino, ya que al tomar la decisión de ser padre a tan temprana edad, tuve que aprender a cambiar pañales, preparar el biberón, e ir a trabajar llevando a mi hijo, porque no quería dejarlo con nadie, temía que le pudiera pasar algo, mis padres me decían que soy un paranoico, pero después de ver tanta maldad en el mundo, llegué a desconfiar casi de todos, mis hermanos se turnaban para venir a ayudarme con su sobrino, de eso ya pasaron tres años, ahora mi pequeño Matías tiene 3 años y es un niño hermoso e inteligente
Hoy, tengo una reunión virtual con uno de los representantes de la sede en Francia, al parecer alguien se está asiendo el listo, yo sé quién es el responsable, pero lo dejé ser, porque quiero ver hasta dónde es capaz de llegar, piensa que por estar lejos no estoy enterado de lo que pasa en dicha sede, pero eso es un grave error que pronto le haré saber.
"Papi tengo mucha hambre" Escucho decir a Matías.
"Ven aquí campeón, te estuve esperando, sabes que yo nunca desayuno sin ti, por cierto dónde está tu tía" Pregunté cargándolo.
"Se fue a darse un baño, dijo que en un momento baja" Contestó mi pequeño.
Hace dos meses mis padres enviaron a Yessenia para que me ayude con Matías, Ella es uno de los trillizos, tiene 16 años, es una jovencita extrovertida, muy diferente Jessica y a Martín, sé que algo le sucedió, ya que de un tiempo acá tuvo un cambio muy radical en su actitud y forma de vestir, como mis padres están muy ocupados, decidieron mandarla conmigo, dicen que por ser el mayor y ahora padre puedo aconsejarla y encaminarla mejor.
"Yessenia, apúrate que tenemos que ir a la empresa" Grité desde el comedor, ya que esta niña se demora mucho.
"Ya voy hermano, no te enojes, por favor" Contestó desde su habitación.
"No te demores, que Matías ya tiene hambre" Contesté.
Cuando bajó, la quedé mirando, no podía creer como iba vestida, tenía un short muy corto que dejaba sus glúteos prácticamente a la vista y un top dejando todo su abdomen al descubierto, no es que no me guste ver a una chica vestida de esa manera, pero en ella esto no es normal, además es mi hermanita por dios, jamás dejaría que saliera vestida de esta manera y menos estando bajo mi cuidado.
"Desayuna e inmediatamente te cambias esa ropa, no voy a permitir que salgas vestida de esta manera" Dije algo molesto.
"A mí me gusta vestirme así, ni tú ni nadie me hará cambiar" Contestó molesta.
"Yessenia, quién te dijo que para verte sexy y hermosa tienes que vestirte de esa manera, por si no lo sabes, hay ropas que te quedarían hermoso y te harían ver mucho más sexy, sin parecer vulgar como lo estás haciendo ahora" Dije mirándola a los ojos, sabía que estaba siendo duro con ella, pero tenía que hacerle entender que no tiene que vestirse de manera vulgar para verse hermosa.
"Hermano, tú no sabes cómo se siente que alguien que te guste te diga que no eres bonita, que tu cuerpo es horrendo, solo porque no te vistes y comportas como las chicas a su alrededor" Contestó entre lágrimas.
Sebastián se sintió mal al verla llorar, pero sabía que esto era necesario, ella debe entender que no debe cambiar por nadie y mucho menos por un muchacho que no vale la pena, él sabe que su hermana es una chica muy inteligente, aunque no tenga las mismas habilidades que él y sus hermanos, es excelente con los números y en este momento decidió ponerla de ayudante de la secretaria de contabilidad, después de sus horas de estudio.
"No tienes por qué sentirte de esa manera por alguien que no vale la pena, tú eres una jovencita muy inteligente, te aseguro que conocerás a alguien que te valore por lo que eres, y no tendrás que cambiar nada en ti, porque eres tan hermosa como lo es mamá y nuestras hermanas, así que cambia esa cara, vamos que se nos enfría el desayuno, después te cambias y nos vamos a la oficina, a partir de hoy ayudaras a la secretaria de contabilidad, por Matías no te preocupes, igual él siempre está conmigo" Dijo con sonrisa mientras revolvía el cabello de su hermana.
"Papi, yo también quiero que revuelvas mi cabello" Dijo Matías acercando su cabeza a su papá, Sebastián sonrió e hizo lo mismo con su hijo.
Después de desayunar, Yessenia subió a cambiarse tal y como le pidió su hermano, después salieron rumbo a la empresa, Matías estaba muy feliz, porque hoy llegan sus abuelos.
"Papi a qué horas iremos por los abuelos" Pregunto Matías, sentado en su escritorio al costado de su papá haciendo su tarea.
"Ellos llegarán por la tarde, así que concéntrate en tu tarea" Le hablo Sebastián con cariño, el niño lo miró con una gran sonrisa, para luego volver a concentrarse en su tarea.
Mientras tanto, Yessenia fue enviada al área de contabilidad, ya que desde este hoy será la ayudante de la secretaria de dicha área.
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Aquí les dejo el primer capítulo, esperando les guste esta historia 💞
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Y sus comentarios.
A las 4 de la tarde suena el celular de Sebastián, era la llamada de su padre avisando que habían llegado a Alemania.
📲 Hijo, te estamos esperando, pero si estás ocupado nos veremos en casa _ Dijo sentado en la sala de espera del aeropuerto.
📱 Padre, no me digas que vinieron en un vuelo comercial _ Pregunto con preocupación.
📲 Si lo hicimos y déjame decirte que me aplastaron mucho, no vuelvo a viajar en sección turista nunca más _ Contestó decaído.
📱 Ya hablaremos de eso en casa, mande un chófer por ustedes, seguro los estará esperando _ Informó a su padre.
📲 Está bien hijo, te esperamos en casa, no regreses tarde, que quiero ver a mi nieto _ Dijo antes de cortar la llamada.
"¿Papi ya llegaron los abuelos?, vendrán a la empresa o se irán a la casa" Preguntó Matías con alegría.
"Nos esperan en casa pequeño, así que ve alistando tus cosas que enseguida nos vamos" Dijo revisando los últimos documentos.
"Ya terminé, esperamos a mi tía o voy a buscarla" preguntó el pequeño.
"Ve por ella, dile al asistente que te acompañe" Dijo Sebastián, porque sabía que su hijo no se iría sin su tía.
Matías al salir vio que el asistente ya lo esperaba en la puerta, ya que tenía que acompañarlo al área de contabilidad.
"Señor Meyer, dice mi papá que me acompañe a contabilidad" Dijo Matías al joven asistente.
"Estoy a sus órdenes joven Matías, quiere caminar o desea que lo cargué" Preguntó con una ligera sonrisa, puesto que a este pequeño no le gusta ser tratado como un bebé y eso le divertía al joven asistente.
"Adal, no me gusta que me trates como un bebé, soy un niño grande, te respeto por ser asistente de mi papá, pero no te pases" Dijo el niño molesto.
Adal sonrió al escucharlo, sabía que este niño no era un niño normal, bueno viniendo de alguien como su jefe era normal que su hijo fuera un niño dotado.
Mateo aparentemente es un niño como todos, pero su inteligencia iba más allá de un niño de su edad, tiene 3 años, pero su comportamiento es como un niño de 10 u 11 años, aunque no tiene ningún parentesco con su padre, su inteligencia es similar, por eso no había ninguna duda que fuera un Petrova, ya que todos piensan que se parece a la madre con la inteligencia de su padre, todos en la empresa le tienen miedo, porque ha logrado hacer despedir algunas personas que estaban asiendo mal uso de sus cargos, todos lo consideraban un pequeño demonio, pero ante los ojos de su padre es el niño más dulce y más tierno que existe, Sebastián sabe de la inteligencia de su hijo, pero se hace el desentendido, puesto que quiere que él disfrutara de su niñez como un niño de su edad.
"Tía vine por ti, por cierto por qué no regresaste a la oficina si ya son casi las 5" Preguntó mirando hacia la oficina del jefe de contabilidad.
Yessenia frunció el ceño, al escuchar a su sobrino como si estuviera regañándola.
"Ya estaba por irme pequeño, solo me faltaba poner en orden los horarios del jefe" Contestó con una ligera sonrisa, cosa que no pasó desapercibida en los ojos del pequeño.
Matías frunció el ceño, sabía que su tía le estaba mintiendo, pero ya hablará con su papá más tarde, no quiere que ese pervertido esté cerca de su tía. Al llegar a la oficina de su papá, el cual estaba alistando su maleta para salir de la oficina, Matías corrió a agarrar su mochila para pararse al costado de su papá.
"Vámonos que papá nos espera en casa" Dijo Sebastián mirando a Yessenia.
"Yo pensé que llegaba mañana" Preguntó la joven.
"Pues no, él llegó hoy a las 4 de la tarde, al parecer la que llegará mañana es mamá porque al señor se le dio por venir en un vuelo comercial" Dijo Sebastián con una ligera sonrisa.
"¿Vino solo?, ¿no me digas, Martín lo acompañó con esta absurda idea?" Pregunto Yessenia con un suspiro, sabía que su padre de un tiempo acá hacía cosas que no era normal en alguien como él y que su trillizo lo acompañaba y apoyaba en todo.
"Es tal y como tú supones, él acompañó a papá en esta aventura" Dijo Sebastián con otro suspiro.
"Papá es malo viajar y con un avión comercial" Preguntó Matías.
"No, no es malo, pero tu abuelo no está acostumbrado a viajar en lugares pequeños y más aún rodeado de muchas personas" Explicó Sebastián a su hijo.
"Entonces por qué no viajó en el jet, acaso se malogró" Preguntó con preocupación.
"No es nada de eso, pequeño, eso lo que tu abuelo a esta edad se siente como un adolescente" Dijo Yessenia removiendo el cabello de su sobrino.
Matías solo asintió y siguió caminando, cuando llegaron al estacionamiento subieron al auto y salieron rumbo a la mansión, mientras Sebastián manejaba, Mateo iba muy pensativo, porque tenía que hablar con su papá sobre el jefe de contabilidad, no quería ese hombre cerca de su tía.
"Papi, por qué no cambias de área a mi tía, creo que estaría mejor en recursos humanos, el gerente de contabilidad no me gusta y creo que mi tía está de acuerdo conmigo, ¡verdad tía¡" Preguntó mirándola como ojos tiernos.
"Te sientes incómoda trabajando con él" Preguntó Sebastián sin mirarla.
Yessenia dio un suspiro, entendía muy bien lo que hacía su sobrino, pero no estaba dispuesta a dejar que se salga con la suya.
"No, claro que no hermano, Antón es un excelente jefe y su secretaria ni que hablar, me explica y enseña muy bien lo que tengo que hacer y me siento a gusto trabajando en esa área" Contestó mirando a su sobrino, con una sonrisa burlona.
"Me da gusto que te sientas bien, Antón es un gerente estricto, pero muy bueno, así que espero que pongas todo de ti para que aprendas lo que él te enseñe" Dijo con una sonrisa, está feliz que su hermana aceptara trabajar como ayudante de la secretaria de su gerente de contabilidad, sabía que esto le ayudaría a superar sus problemas amorosos, porque tendrá su mente ocupada entre el estudio y el trabajo y no tendrá tiempo para pensar en ese sinvergüenza.
"A partir de mañana trabajarás de 2 a 5, no te preocupes, todo estará bien, si pasa algo o te sientes incómoda, no dudes en decirme, sabes que antes que el jefe soy tu hermano" Dijo dando una sonrisa a su hermana que se lo borró cuando escuchó un gruñido de molestia de parte de Matías.
Al llegar a la mansión, Matías vio a lo lejos a su abuelo parado en la puerta esperándolos, ni bien se estacionó el auto, se soltó el cinturón y salió corriendo a los brazos de su abuelo, él sabía que Sebastián no era su verdadero padre y por consiguiente que Jack y Jessica no eran sus abuelos, pero en todo este tiempo ellos jamás le hicieron sentir algún tipo de rechazo hacia él, para Sebastián él era su hijo sin importar el cómo llegó a su vida, y sus padres pensaban lo mismo querían muchísimo a Matías.
"Abuelito, qué bueno que hayas venido a visitarnos, te extrañé muchísimo, dónde está la abuela no vino contigo" Preguntó mirando a todos lados, él sabía muy bien que la abuela llegaría mañana, pero ante los ojos de su abuelo él era simplemente un niño de 3 años.
"Mati mi bebé, yo también te he extrañado muchísimo, no te preocupes por tu abuela que ella llega mañana, pero como yo te extrañaba tanto decidí venir primero para llenarte de muchos abrazos y besos" Dijo Jack dándole besos por todo su cara, Mateo reía por las cosquillas que sentía a causa su barba.
"Abuelito no me des más cosquillas que me haré piss" Dijo Matías entre risas.
Sebastián al verlos sintió una inmensa alegría en su corazón, sabía del amor que su padre sentía hacia su hijo, y no importaba si era o no de su sangre, y eso era algo invaluable para él y demostraba que su padre era un gran hombre.
"Me da gusto tenerte en casa padre" Dijo acercándose a saludarlo con un abrazo.
"A mí también me da gusto estar aquí contigo, hijo mío, y dónde está mi rebelde" Preguntó refiriéndose a Yessenia.
"Aquí estoy papi, estoy muy feliz que estés aquí, no te imaginas cuánto te he extrañado" Dijo Yessenia con los ojos llorosos, Jack al verla se soltó del abrazo de Sebastián, para ir a abrazar a su pequeña.
"No llores mi niña, sí no deseas estar más tiempo con tu hermano, puedes regresar conmigo porque Jessica también te extraña mucho" Dijo acariciándole el cabello, Yessenia al escuchar que regresaría a Rusia inmediatamente secó sus lágrimas.
"No te preocupes papi, que yo estoy bien, me gusta este país y me gusta aún más estar con mi hermano y mi sobrino" Dijo, rápidamente, ganándose un puchero de molestia de parte Matías.
"Ya lo veremos" Contestó Jack, para luego entrar a la casa, seguido por sus hijos.
"Qué bien que hayan llegado, lávense las manos que la cena está servida" Dijo Martín saliendo de la cocina.
"Hermano, me da gusto tenerte en casa, no te imaginas lo feliz que estoy de verte, mm y qué es ese delicioso olor" Dijo Yessenia soltándose del abrazo de su hermano.
"Por lo que veo has mejorado bastante, tan solo el olor hace que mi hambre crezca" Dijo Sebastián, con una gran sonrisa acercándose a su hermano para darle un abrazo.
"Muchas gracias hermano, y sí he mejorado un poco, me tomé el atrevimiento de usar todo lo que había en el refrigerador, que no era casi nada por cierto" Dijo levantando una ceja.
"No me mires, así que hoy por la noche iba a irme a hacer mercado" Contestó Sebastián rascándose la nuca porque se había olvidado de llenar la despensa.
"Bueno, dejemos eso para después cenemos antes que la comida se enfríe" Dijo Jack dando golpecitos en los hombros a sus hijos.
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Yessenia y Matías ya estaban en la mesa devorando la comida, Sebastián y Martín sonrieron al verlos, Jack solamente movía su cabeza en negación, no podía creer que su hija cuando se trata de comida siguiera comportándose como una niña, Matías por su parte disfrutaba de la deliciosa cena que preparó su tío, para él no había mejor chef que él, ya que su comida era muy deliciosa.
"Tío, estudiarás para hacer chef" Preguntó Mateo con su boca llena de comida.
"Matias, mastica y pasa lo que tienes en la boca antes de hablar" Regañó Sebastián a su hijo.
"Déjalo hijo, aún es pequeño, ya aprenderá" Dijo Jack mientras limpiaba la boca de Matías.
Martín, después de la pregunta que hizo su sobrino quedó pensativo, sabía que su padre esperaba que él asumiera la empresa petrolera, pero a él le gusta la gastronomía, él quiere estudiar para ser chef, pero no quería defraudar a su padre, Jack al verlo pensativo habló.
"Tu tío puede estudiar lo que él desea pequeño, si su sueño es ser chef, nosotros lo apoyaremos, además tengo a tus tías, ellas podrán hacerse cargo de la empresa más adelante, aún soy joven y fuerte, así que no te preocupes hijo, si la gastronomía es tu pasión nosotros te apoyaremos, pero eso sí tienes que ser el mejor" Dijo Jack con una sonrisa, para después meter un trozo de carne a su boca, y hacer un gesto al probar el exquisito sabor de la misma.
Martín al escuchar y ver las reacciones de su padre, sus lágrimas comenzaron a caer, sabía que su padre lo apoyaría con la decisión que él tomara, es solo que él no quería defraudarlo, pero después de lo que dijo hará todo lo posible para ser uno de los mejores y enorgullecer a sus padres y hermanos.
"Muchas gracias padre, no te imaginas lo que estas palabras significan para mí, que tú y madre me apoyen es lo más maravilloso que me puede pasar" Dijo entre lágrimas, Sebastián y Yessenia sonrieron para después darle un pulgar arriba, mientras seguían degustando la comida.
Después de cenar lavaron los platos y limpiaron la cocina, para después irse a la sala a ver televisión todos juntos, Yessenia se despidió de su padre y hermanos para llevar a Mateo a su habitación, para que se vaya a dormir, el niño se despidió de todos para ir junto a su tía, mientras tanto jack y sus dos hijos quedaron en la sala.
"Padre, tengo algo muy importante que quiero hablar contigo" Dijo Sebastián muy serio.
"Es tan importante que no puede esperar hasta mañana" Preguntó Jack algo cansado.
"No, claro que no padre ve a descansar ya mañana hablamos" Dijo dándole una sonrisa, Jack asintió para luego despedirse e ir a descansar.
"Qué es lo que está pasando hermano" Preguntó Martín al ver la cara de preocupación de su hermano.
"Nada, bueno, en realidad alguien está desviando dinero en la sucursal de Francia, aunque puedo solucionar este problema desde acá, quisiera hacerlo personalmente, pero el problema es que se me hace imposible viajar en este momento, así que pensaba preguntar a padre si está de acuerdo en quedarse a cargo un tiempo hasta que resuelva el problema y haga una limpieza a fondo" Comentó Sebastián.
"Es una buena idea, papá y mamá estarían más que feliz, ya que estarán cerca de Adolfo, además estoy pensando estudiar en Francia, así que no estarás solo, de la empresa no te preocupes que el tío Marck se hará cargo" Dijo con una sonrisa para tranquilizar a su hermano.
Al siguiente día Sebastián se levantó temprano para hacer sus ejercicios como de costumbre, al bajar las escaleras vio a tres personas entrando desde el jardín trasero hacia la cocina, se acercó rápidamente para interceptar a los intrusos, pero al llegar se llevó una gran sorpresa.
"Así recibes a tu madre que tanto te ha extrañado" Preguntó Jessica fingiendo sollozar.
"Qué mal hermano, qué mal jamás pensé que nos darías este recibimiento" Dijo su hermana Jessica de forma dramática.
Frank se reía de lo ocurrido, mientras que Sebastián corrió a los brazos de su madre como un niño chiquito.
"Mami, mamita, no sabes cuánta falta me has hecho todo este tiempo" Dijo Sebastián mientras se aferraba a los brazos de su madre, ella sonríe y acaricia el cabello y rostro de su hijo.
"Ya estoy aquí, hijo mío, sé que te prometí venir más seguido, ya deje todo en orden, ahora si podré dedicarme a tu padre y a ustedes" Dijo dándole un beso en su frente.
Frank y Jessica sonreían al ver a su hermano de manera mimada, ya que él era el que más se parecía a su madre, trabajo y la acompañó desde muy pequeño, aunque es un hombre maduro con una inteligencia mayor a la de su madre, se comporta como un niño cuando está con ella.
"Y a mí no me has extrañado" Preguntó Frank levantando una ceja, en ese momento Sebastián se recompuso y se limpió las lágrimas que se le escaparon, ya que se había olvidado que no estaban solos.
"Claro que sí, cómo no extrañarte ingeniero Petrova" Dijo acercándose a darle un abrazo.
"Yo también te he extrañado hermano" Dijo Jessica lanzándose a los brazos de sus dos hermanos, su madre sonrió al verlos.
"Cariño dónde está tu padre, no me digas que aún no llega" Preguntó con preocupación.
"Él está descansando madre, además cómo crees que lo encontrarás despierto a estas horas si recién son las 4 de la mañana" Contestó fijándose en la hora.
"Lo que pasa es que mamá no podía esperar para venir en busca de papá, ya que él viajó sin avisarnos, solamente dejo una nota diciendo que nos espera en Alemania" dijo Frank ganándose una mala mirada de su hermana.
"El que dejó la nota no fue papá, sino Martín, no entiendo cómo es que hasta ahora no pueden diferenciar la letra de ambos" Se quejó Jessica.
"Bueno, ya basta tranquilícense, por favor, Jessica ve a descansar, yo acompañare a tu hermano" Dijo Jessica a sus hijos.
Frank y Jessica subieron a sus cuartos, mientras que Jessica y Sebastián salieron a correr, Sebastián esta más que feliz por estar con su mamá, ya que desde muy pequeño él era mucho más pegado a ella seguida por Emma, mientras que Frank se enfocaba más en inventar y crear todo lo que tenga que ver con piezas, máquinas y automóviles.
Los trillizos eran un caso, Jessica es una chica que le gusta ayudar a los demás, por eso su sueño es estudiar psicología, mientras que Yessenia es una chica que domina muy bien los números, por eso es que Sebastián la puso a trabajar en el área de contabilidad para ir aprendiendo sobre el manejo de esa área, mientras que Martín desde pequeño le gustaba cocinar, siempre le gustó recrear y crear nuevos platillos y ahora por fin que tiene la aprobación y apoyo de sus padres cumplirá sus sueños.
"Madre, cuánto tiempo piensas quedarte en el país" Preguntó Sebastián.
"La verdad es que me gustaría quedarme por un tiempo, como ya te había comentado he decidido dejar la agencia y dedicarme a la ONG y la empresa de auditorías, y así tener más tiempo para estar con ustedes y con mi nieto" Contestó Jessica.
"Me da gusto escuchar eso, porque quiero proponer a papá para que se quedara a cargo de la empresa por un tiempo, ya que tengo que viajar a Francia" Dijo Sebastián, parando en seco a su madre.
"Pasa algo malo en la sede, porque tú no te irías si no fuera el caso, ¿verdad?" Preguntó Jessica.
"Al parecer un gracioso está desviando dinero, y está metido en cosas nada legales y eso me preocupa, por eso es que quiero ir para solucionar esto personalmente y hacer una limpieza a fondo, no quiero que la empresa esté relacionada con ningún tipo de negocios ilegales o problemas de esa índole" Explicó Sebastián.
"Claro que sí, mi niño eso no estaría bien, yo hablaré con tu papá para quedarnos por un tiempo, tú no te preocupes que todo saldrá bien, cómo está se está portando Yessenia" Preguntó parándose a descansar un rato.
"Ella está muy bien, desde hoy trabajará como ayudante de la secretaria de contabilidad, eso le ayudará a tener la mente ocupada y no pensar en ese muchacho" Dijo con molestia.
"Bueno, si tú consideras que es lo correcto está bien, por lo demás no te preocupes que tu padre entenderá, por la empresa en Rusia no te preocupes que tu tío Marck se hará cargo mientras no estemos" Dijo con una sonrisa, tranquilizando a su hijo.
Después de hablar un rato más corrieron en silencio, después de dos horas y media llegaron a casa muy cansados y sudados, al entrar sintieron un agradable olor, sabían que eso era obra de Martín, así que se acercaron a la cocina, Jessica corrió a abrazar a su hijo.
"Mi bebé cómo estás, por qué apañas al viejo de tu padre en sus locuras" Dijo Jessica mientras lo pegaba más a su pecho.
"Mamá, por favor estas llena de sudor, sabes que te quiero muchísimo, pero ve a darte una ducha por favor que estás empapada" Dijo Martín Alejando cuidadosamente a su madre para después darle un beso en la frente, Jessica al ser alejada de su hijo hizo un puchero que causó que ellos se rieran.
"Está bien, está bien, me voy a bañar, por cierto el cuarto es insonorizado" Preguntó con una ligera sonrisa, Sebastián se atragantó con su saliva, mientras que Martín sonreía, ya que estaba más que acostumbrado a la forma de ser de sus padres.
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