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La Obsesión Del Príncipe

Su majestad

Terrance

----¿Se puede saber quien es ella?----Preguntó una voz madura en modo de regaño

Di vueltas en mi cama, tratando de conciliar el sueño. Pero la insiste voz de alguien, hizo que soltara un gruñido

----Largate de aquí

No tenía ganas de verle la cara, estaba muy exhausto. Volví a perderme en mis suaves almohadas, esperando que se fuera.

----¿Esa no es la esposa del barón Dikins?----Volvío a preguntar pero esta vez asustada

Arrugue el entrecejo y tuve abrir los ojos mal humorados. Y allí estaba ella de pie, mi nana me miraba horrorizada. Suspire cansado y me levante de mala gana

A mi lado estaba una Rubia, descansado, ciertamente estaba casada,, pero a ella ni le importo cuando se me insinuó. A mí me importó tres quintales de mierda su vida, me la tiré y era hora de que se fuera

----Es hora de irte----La sacudí y así fue como ella se aferraba a mis sábanas.

No quería irse era notorio. Y no iba a aguantarla, poco me importaba si hacía un escándalo, a mí nadie me iba a retrasar

----No estoy para pataletas, recoge tu ropa y vete

Así fue como ella se despertó y salió de mi cama, desnuda. Mi nana jadeó asustada.

----Mi ropa no está----Dijo con una nota de voz débil. Me parecía curioso que ella estuviese actuando como una víctima, cuando hacía unas horas que se me había insinuado olvidándose de sus votos matrimoniales

----No es mi problema----Me encogí de hombros, importándome menos.----Ahora vete de aquí

La chica se tapó como pudo y salió a hurtadillas de mi alcoba. Lo más probable era que los sirvientes se enteraran y correrían la voz, su reputación estaría manchada y el barón le pediría el divorcio.

La nana me miraba con desaprobación. Tenía un dolor de cabeza insoportable, busque desesperado la botella de licor que tenía en mi tocador, y le di un gran sorbo urgente

----¿Cuándo dejarás tus malos hábitos?

----¿Cuándo dejarás de meterte en mis asuntos?----Contesté a la defensiva. Su voz empezaba a fastidiarme, en demasía.

A nadie le importaba si me desmayaba borracho o llegaba a la hora que quería. Nadie se atrevía a decirme nada ni mis propios padres.

----Me preocupas mucho

----No lo hagas, no es tu obligación

Se quedó callada y me levanté de sopetón a la ducha. Y me di un baño relajante de media hora, para cuando salí los sirvientes ya tenían mi ropa lista, y mi desayuno en la cama. Todo estaba perfectamente ordenado como a mí me gustaba.

Termine de vestirme y camine directo para ir a la caballeriza y encargarme de unos asuntos. Abrí la puerta y me encontré con la sonrisa burlona de Saulas. El hermano de mi padre, una rata asquerosa que vivía a costilla nuestra.

----¿Qué Demonios haces tú aquí?----Escupí nadamas verlo parado en el umbral de mi puerta

Paso por alto mis insultos, y su sonrisa aumentó en masa.

----¿Así es como saludas a tu tío?----Contestó con una falsa nota inocente. Entró sin mi permiso, y estuvo dándole vueltas en mi alcoba, como un León enjaulado. Tuve la tentación de acabar con su ineficiente vida en el lapso en el que estuvimos solos, pero sabía que mi padre iba a terminar sollozando por un imbécil como Saulas.

----Dejate de estupideces y no me hagas perder el tiempo

----¿Estuviste tomando otra vez?----Alzo ambas cejas. ----Que dirá el consejo sobre tu comportamiento

----Bien sabes que el consejo me vale tres quintales de mierda----Sonreí sin apuros. Saulas me miró con molestia por mi arrogancia. Él odiaba que lo desafiará, pero no podía sobreponerse, porque yo era un Príncipe Real y el no era nadie

----Quiero retomar mi puesto como capitán, hablé con tu padre y él está encantado

Saulas había perdido su puesto en el ejército, cuando se había acobardado en una emboscada del reino enemigo y dejando a los soldados expuestos, demostrando ser un cobarde lame huevos. Y mi padre iba a cometer el mismo error al volver a entregarle el poder

----Fui muy claro cuando dije que no te quería en mi ejército

----Sobrino mío, me temo que las órdenes vienen de arriba y tú sabes que no puedes sobreponerte a ellas

Se acercó a tocarme el hombro, pero logré safarme de su agarre. Y lo fulminé con la mirada deseando asesinarlo con todas mis fuerzas.

Desde que tengo uso de razón, sé que ese oportunista ha querido quitarle el poder a mi Padre y no me sorprendería que él lo traicionará un día de estos.

Él sonrió al ver mi silencio. Se metió las manos en los bolsillos del pantalón, despreocupado.

----Cuanto lujo hay por aquí

Lo seguí con la mirada en cada paso que daba, inconscientemente lo estaba acechando.

----Largate de aquí o terminaré cediendo a las voces de mi cabeza----Le amenacé de un grito que lo hizo girar, abrumado

Aun así se recompuso y siguió con su asquerosa sonrisa burlona

----¿Qué te dicen ellas?----Preguntó divertido, pero su sonrisa se borró al ver mi semblante

----Que tomé mi espada y de un fino corte en la yugular termine todo

Trago grueso, mirando hacia todos lados claramente buscando algún guardia, pero para su mala suerte solo estábamos nosotros dos. Y Saulas era inteligente, sabía que de los dos él no tardaría en dar su último soplo de vida

----Hans no lo permitiría ----Se apresuró a decir un poco menos valiente. Alcé el mentón decidido

----No me retes Saulas.

Me gustó la mirada de miedo que me regaló y los nervios en sus extremidades me lo demostraban

----Tengo que irme, antes de que te vuelvas más loco----Alcé una ceja, divirtiéndome

Se dio la vuelta pero antes de dejar que se fuera, le advertí

----No olvides que soy tu Comandante y tu mi soldado, sigo estando dos pasos más arriba sobre ti

Antes de irse me dio una mirada de odio puro, como estaba acostumbrado. No me afectaba, en lo absoluto. Sin más distracciones, fui por un carruaje para ir a la caballeriza y distraerme un rato.

Walter, el consejero de mi padre. Estaba de pie en el vestíbulo como un fantasma. Pase de largo, ignorando su presencia

----Majestad----Me llamó y maldije no ser tan rápido.----Su padre quiere hablar con usted en su despacho.

----No tengo tiempo para tonterías

----Es sobre un asunto importante

Suspire cansado. Sabía que Padre quería hablar sobre su querido hermano Saulas. Él esperaba que lo tratase como una delicada flor y le enseñara a pulirse las uñas. Estaba muy equivocado, si quería a Saulas en mi ejército, le tendría que sudar las bolas para ganarse el puesto.

Fue un golpe bajo de Saulas. Pero se estaba olvidando que yo no era mi Padre y era hora de hacérselo saber

----Solo dile que mis hombres y yo nos divertiremos dándole la bienvenida

Walter perdió el color de su cuerpo y se volvió blanco como una hoja de papel. Sus ojos me miraban asustadizos

----¿Va a matarlo?

----Algo mejor

Deje que su mente vagara lejos y se imaginara los peores escenarios, para que su miedo acrecentará y mi padre empezara a tomarme en serio. Llegue en donde estaba mi desahogo y era la caballeriza donde entrenaban los soldados

Era un campo diez veces más grande que una casa noble. Tenía todo lo necesario para preparar buenos soldados. Yo mismo me había encargado de equiparlo con todo lo mejor, para que estar bien asegurados hasta los dientes.

Benvolio mi fiel amigo me recibió, un poco ansioso que de costumbre

----Tenemos Problemas

----Habla----Pedí impaciente.

----Encontramos a varios sujetos queriendo armar una rebelión en nuestra contra, me he enterado gracias a un soplón

----Llévenlos al campo de tiro----Ordene de inmediato. Él asintió y se reunió con unos cuantos soldados más.

Di grandes zancadas hasta llegar a mi despacho y cambiarme de ropa para el campo de batalla. Y el solo hecho de imaginarme sus clamores me hacía sentir más vivo

Saulas ya estaba en el campo de tiro perdiendo el tiempo con unos cuantos hombres, alardeando su puesto y hablando blasfemias en mi contra. Los soldados al verme, perdieron el color y Saulas se lo imaginó sin darse la vuelta

----Sobrino mío----Saludó con una sonrisa socarrona

No iba a entrar en rodeos, iría al grano de una vez por todas

----Te tengo un deber

----¿Así?

Les di una señal para que trajeran a los hombres amordazados, con los pies y las manos amarrados, como un animal.

Saulas tenía el ceño fruncido. Benvolio y yo compartimos una mirada cómplice que prometía muchas cosas.

----Veremos de qué estás hecho

----Estás tramando algo----Reafirmo al ver todo el alboroto a su alrededor y mi actitud arisca

Lo ignore y me fije en la multitud que tenían los ojos puestos en los cuatro hombres postrados de rodillas como criminales

----A los cerdos se les abre la barriga cuando son desobedientes y necesitan una lección----Empecé diciendo y todos se callaron de inmediato, solo dejando escuchar la brisa del aire y nuestras respiraciones----Saulas será el privilegiado esta vez

----¿Que....?----Abrió los ojos de par en par y saque mi daga favorita y la tendí en sus manos. Todavía estaba en shock, mirándome con perplejidad----Terrance

----Adelante, está será la prueba para ver quien será el capitán que dirigirá a mis hombres

Las manos de Saulas temblaban como una hoja. Todos tenían su vista en él. Atentos, con ganas de ver sangre o algunos incluso con morbosidad

Los traidores miraban a Saulas sin ninguna emoción, porque el imbécil parecía querer romperse a llorar en cualquier momento. Cuando por fin vi iniciativa de su parte y acercar la navaja en la barriga de alguien, esperábamos con ansias el momento, todos estuvimos la respiración, pero él soltó la navaja de un golpe.

Negué con la cabeza y le ordené a Benvolio que lo sostuviera de brazos, imposibilitando que se moviera

----Sabía que eras un débil

Me agache a tomar la navaja y de un solo golpe se la clave al traidor, ganándome un grito desgarrador que no te dejaría dormir. Volví a clavarle la navaja con más fuerza, manchando mi rostro y el de Saulas de sangre

Volví a repetir la acción varias veces, hasta que me cernía sobre él y cumplí mi promesa. Saulas grito desesperado porque lo soltaran, el hombre a quien estaba destripando lloraba como imaginaba que lo hiciera y disfrute tener la piel manchada de carmín

----¡Eres un monstruo!----Gritó al borde del colapso, mientras suplicaba que lo dejaran ir. Y seguí torturando al hombre hasta que la vida se le fue en mis manos. Los demás traidores pedían clemencia pero yo no la conocía

Mis hombres gritaban eufóricos viendo la función, todos con sangre fría como el hielo. El único blando aquí, estaba a punto de desmayarse.

Le saqué un órgano vital y tomé las manos de Saulas y se lo di como regalo

----Bienvenido al equipo

El hermano de mi Padre. Soltó un grito desgarrador y tiró el órgano muy lejos. Mirando su mano como una aberración. Empecé a reírme y todos me siguieron

----¿No te gustó mi regalo?----Pregunté con falsa inocencia

Saulas vomitó sobre sus pies, y Benvolio lo lanzó al suelo con asco. Arrugue la nariz sintiendo repulsión.

----¿Qué hacemos con los demás señor?----Dijo un soldado. Mire sobre mi hombro a los demás y me encontré con muchos sentimientos encontrados entre ellas, miradas de odio

----Que pierdan la cabeza---Ordené sin titubear. Y fui a darme una ducha. Como si hubiese estado en un partido de polo y no, sacando corazones

En el camino me encontré con algunos ojos curiosos y otros con miedo o asco.

Llevaba la camisa y el rostro lleno de sangre, con la imagen de un Guerrero que llevaba las almas y disfrutaba la sangre. Me gustaba causar esa impresión, me hacía sentir más poderoso.

Ya, en mi lugar de trabajo me permití revisar algunas cosas y documentos, por pura coincidencia me encontré con una carta del palacio, donde tal y como imaginé el Rey me pedía un poco de paciencia para su hermano, la hice una bola y la tiré muy lejos. Y así pasé mi día, entrenando, perfeccionando algunas cosas y planeando nuevas estrategias para la guerra.

Hasta que llegó la hora de que me fuera al palacio. Walter me dio la noticia de que el rey ya estaba esperándome para cenar, algo extrañamente raro en el. Y tuve que ceder por compromiso. Mamá fue la primera en verme y miro con desaprobación la espada con manchas de sangre. Padre me ignoro y sigui comiendo

----¿Has matado a alguien?----Preguntó asustada. Me senté lo más lejos posible de ellos

----Tal vez

----¿Eso es una respuesta?----Contestó al borde del colapso. Continuamente estaba detrás de mí como un halcón----Mírame y dime que no has matado a alguien

La miré de mala gana. Ella me sostuvo la mirada, y tuve que morderme la lengua para no contestar algo afilado, Mi madre era una Mujer un poco sentimental y si le admitiera que había matado a un hombre, iba a sufrir un infarto. Prefería que siguiera con la imagen de la familia perfecta en su cabeza

----No he matado a nadie----Mentí y pude ver el alivio en su cara. Como si el peso que tenía sobre sus hombros se habría despegado.

----Dejo de ser un niño hace mucho tiempo Jane, el es un hombre y sabe lo que hace perfectamente. No puedes enderezar algo que nace torcido

Sentí una punzada de rabia. Y Me fue imposible no quedarme callado y darle la razón a un intento de Rey

----¿Desde cuánto te volviste tan jodidamente moralista?----Repliqué furioso. El golpeo la mesa en un golpe seco que sacudió la mesa y asustó a su esposa.

Sus ojos estaban inundados de enfado, comportándose por primera vez como un hombre

----Aquí no vas a comportarte como un salvaje, aquí vas a cuidar tu vocabulario que tu madre está presente

----¿Por que seguiría tus órdenes?----Reí sin poder evitarlo y eso lo hizo explotar de ira y se levantó de sopetón

----¡Porque soy tu Rey y me debes respeto!

----¡No lo será por mucho tiempo!----Le amenace de inmediato no dejándome vencer

----¡Ya basta!----Gritó la Reina, perdiendo la paciencia.----Somos una familia compórtense como tal

Nos quedamos en un silencio abrumador. Madre nos miraba con los ojos llenos de lágrimas. Siempre trato de que su esposo y yo nos lleváramos bien, pero desde que tenía doce años me empezó a subestimar y a tratarme con mano dura, pero se tragó sus palabras cuando le demostré ser diez veces mejor que el

Después de que vio como degollaba a un hombre, perdió la fe en mi y siempre afirmo que no tenía humanidad. Una parte de mí, sabia que el no quería heredarme nada, por que presentía que iba a volverme un dictador y estaba en lo correcto

Me había propuesto no ser un débil, como él

----Se acercan las festividades conmemorativas y tenemos que limpiar nuestra imagen----Siguió diciendo la Reina, tratando de aminorar la situación sin éxito----Quiero que se comporten y dejen de aparentar ser unos enemigos

No me atreví a llevarle la contraria a mi madre, por lo que me quedé callado esperando que Hans dijera algo. Pero solo la miraba pensativo. Me levanté de la mesa y me disculpé con mi Madre pero no tenía ganas de seguir fingiendo estar bien con Hans. Me encerré en mi alcoba y traté de buscar alguna distracción, fui a por un libro y estuve dándole vueltas hasta que termine por casarme y dormirme por primera vez, sobrio

Enfrentamientos a la vista

Claire

Mire las manos entrelazadas, con todo el dolor de mi corazón. Él la estaba tocando como a mí nunca me tocó y la miraba de la forma en que tampoco me miró

Por primera vez sentí el tan famoso sentimiento de desamor y experimenté lo que era un corazón roto, como tanto había leído en las novelas románticas. Jonathan, mi mejor amigo de la infancia y el primer hombre que había querido tanto en mi corta vida, ahora estaba besando a mi Mejor Amiga.

Ninguno se había percatado de mi presencia porque me había escondido en una columna de Mármol que tapaba mi figura y donde tenía una vista perfecta de ellos. Asome la cabeza, rogando al cielo que un rulo no se me escapará y me dejara en evidencia. Él posó su mano en la mandíbula de ella y poco a poco fue posando sus labios en los suyos con una suavidad como si temiera romperla.

Sentí un nudo en mi garganta al ver como ella lo recibía muy dispuesta olvidándose de su lealtad hacia mí. Y poco a poco la imagen se fue volviendo borrosa por las lágrimas que seguramente había acumulado en mi vista. Viví en carne propia la traición de las dos personas que más había querido tanto, Nancy desvió su mirada hacia mí como si sintiera mi mirada, ella no mostró arrepentimiento y lo tomó del nacimiento del cabello y lo acercó a ella, observándome con descaro. Fue suficiente para mí y me fui corriendo a mi casa como una niña pequeña buscando consuelo.

Fui al jardín trasero y me derrumbé llorando, dejando abrazar por la naturaleza. Hasta que sentí una mano en mi hombro y me di la vuelta sobresaltada.

Me encontré con unos ojos verdes como las hojas en primavera similares a los míos. Pero, a diferencia que los de ella eran más intimidantes, solo mi madre podía ejercer miedo

----¿Por qué lloras?----Preguntó sin preocuparse en lucir desesperada.

Apreté los labios debatiendo si contárselo o no, pero al final opté por hablar con mi madre para que pudiese darme el apoyo que necesitaba

----Encontré a Jonathan con Nancy besándose en la plaza a la vista de todos----Termine diciendo con la voz todavía afectada. Decirlo en voz alta dolía aún más

Me limpié las lágrimas de mala gana, tratando de recuperar el aliento, ella estaba muy seria, algo inusual, siempre estaba quejándose

----¿No dirás nada?----Pregunté en medio de mi estupor.

Mi madre se encogió de hombros, resignada

----Jonathan no era de mi agrado----Contesto con simpleza----No podías esperar mucho del hijo de un carnicero

Había olvidado que siempre había sido un poco frívola. Ella era muy persuasiva, nunca estuvo de acuerdo que estuviese saliendo con él, ella quería que me casara con un noble de casta alta y aspirará más alto.

----Gracias al cielo entraste en razón hija mía, no soportaría estar emparentada con esa gente.

Cerré los ojos todavía removerando el momento y tragándome un sollozo

----No les importo que la gente los viera

----Claire cariño ¿Saliste vestida así a la calle? ----Mencionó ignorando mi dolor. Sorbí mi nariz tratando de tranquilizarme al ver que ella no le interesaba---- ¿Estás escuchándome?

La ignore y pase por alto sus réplicas, estaba muy enfadada y por el bien mío fui a distraerme a mi jardín de hortalizas, buscando la paz que tanto necesitaba. Mi madre no estaba de acuerdo conmigo porque fue siguiéndome murmurando improperios

----Elaine vendrá por ti más tarde

----No quiero verla----Me Cruze de brazos tratando de reafirmar mi pocision

Elaine era la sobrina de mi madre y era una mujer ambiciosa, que se aprovechaba de la bondad. Ella jamás fue de mi agrado, siempre buscaba el mejor momento para hacerme sentir menospreciada.

Pero siempre procuraba alejarme de su sombra pero para mi madre siempre fue su preferida dado que ambas eran parecidas físicamente.

----Consiguió un trabajo en el Palacio Real como cocinera, y tiene más probabilidades de casarse con un conde----Declaró orgullosa como si fuese un logro suyo----Hablé con ella para que te consiguiera un trabajo y tú tal vez logres casarte con un rico

----Tengo otros planes

Me excuse un poco triste. Mi madre clavó sus penetrantes ojos verdes como dos grandes faros en llamas, antes de que hablara ella me interrumpió

----Tú no vas a ser ninguna profesora de niños----Determinó enfadada, a sabiendas de que era lo que más quería hacer.----Tengo la certeza de que mi hija será una duquesa o esposa de un petrolero, pero no va a criar hijos ajenos

Suspire cansada del mismo sermón de siempre. Todos los días era lo mismo y estaba empezando a fastidiarme, desde que cumplí los dieciocho se había empecinado en encontrarme un marido

Desde que tengo memoria a mí siempre me ha encantado jugar en el jardín descalza con la melena suelta y ser un alma libre. Quería ser profesora de los niños, porque me apasionaba mucho, mi padre me apoyaba fielmente pero Madre lo aborrecía.

Mi madre me tomó de los hombros para que la mirara a los ojos

----Prometeme que no irás a buscar a ese mequetrefe

Trague grueso tratando de borrar el nudo en mi garganta, cada vez se hacia más grande y molesto, y no me dejaba hablar

----Madre...

----Ve asimilando que tu novio va a casarse con Nancy de una vez por todas----Estaba enfadada, porque hablaba en voz alta siendo fria como un témpano----No seas una arrastrada

Trague grueso para no llorar porque era lo que más quería en ese momento. Todavía dolía saber que mi novio me había engañado con mi Mejor Amiga. Baje la mirada, pero mi madre me levanto la cara de malas maneras

----Prometelo Claire----Suplicó

Parecía desesperada y su agarre se afianzaba cada vez más fuerte al punto que casi jadeaba del dolor

----De acuerdo, lo prometo----Pronuncie en un hilo de voz que logro convencerla. Dejándome más apagada

Me dio un beso en la frente y después sonrió complacida.

Las palabras quedaron atoradas en mi garganta, como un remolino feroz. Ella me dio un último vistazo como si se estuviera asegurando que cumpliría mi palabra. Pero lo cierto era que yo no era demasiado fuerte como ella, era muy blanda y no tenía el temperamento fuerte de Papá

Pasado el medio día fui al mercado de pulgas para ir a comprar algunos víveres que hacían falta en la casa, pero me topé con la sorpresa de que todos estaban muy atentos porque la familia Real estaba haciendo un recorrido por la plaza de la ciudad de Wimbledon. Todos estaban amontonados tratando de llamar la atención de sus monarcas, pero ellos solo se limitaban a saludar de lejos.

Iban a pie para facilitarle más el recorrido pero llevaban escoltas por todos lados precaviendo por si pasara algo. Tal como lo imaginaba, el Rey y la Reina estaban envueltos en impulsos trajes de tela fina y llenos de joyas

La Reina Jane iba imponiendo como una soberana sin perder el glamour. En su cabeza llevaba un tocado redondeado adornado con perlas simulando una tiara, que a todas las damas nos dejó fascinadas. Ellos se mostraban muy cariñosos y a menudo iban a tomados del brazo

Más al fondo iba el Príncipe, con su traje militar cargando su espada como un Guerrero de batalla. Retuve el aliento al ver al hombre que dejaba a los niños huérfanos, un hombre aterradoramente atractivo. Tenía unos ojos azules tan profundos como el océano y la piel impoluta y blanca. Las cejas espesas y cobrizas como su cabello, extremadamente alto y con demasiada masa muscular como un Oso

Tenía una mirada muy intimidante que haría que le pudieses disculpas solo por respirar el mismo aire que él. Aquel hombre llevaba en sus manos la sangre de un millar de personas, se había cobrado la vida de muchos hombres y no cargaba ningún peso de conciencia. A diferencia de sus padres, él iba con la cabeza alta y sin mirar a nadie, tan solo como si estuviese obligado a ir y aquello me irritó mucho

Escuche a un hombre gritarle que era un asesino, pero él se limitó a sonreír de una manera diabólica, regocijándose de su dolor. Dejándome descolocada, al darme cuenta de toda la maldad que habitaba en un hombre.

Un niño a mi lado empezó a gritarle que le recibiera una flor pero él no parecía querer acercarse como si tuviésemos lepra, ignoró al pobre pequeño que se había puesto de cuclillas para poder verlo.

----¡Príncipe Terrance!----Gritaba desesperado por tener su atención.----¡Príncipe Terrance!

Con impotencia observe la escena, los ruidos infantiles hacia que mi corazón se derritiera. Algo en mí, hizo que mis labios se abrieran sin mi consentimiento y gritara enfadada

----El niño quiere darle una flor ¿Es que acaso es cierto que usted no tiene corazón?

El corazón dejó de latirme cando vi que todos callaron y una melena cobrizo giro de inmediato a verme con molestia. La valentía desapareció de mi cuerpo al ver que se estaba acercando hacia donde estábamos, en una de las filas

Lo tuve frente a frente y casi entró en colapso. El monstruo del que todos hablaban era muy atractivo que era imposible no sentirte intimidada

----¿Quién eres tú para venir a gritarme semejante blasfemia?----Gritó muy encolerizado, poniéndome los vellos de punta

Mire los ojos del niño iluminarse de emoción al ver al príncipe frente a nosotros. Fue demasiado tarde cuando me di cuenta de que había actuado con imprudencia, en algo que iba a acostarme la vida

Careaspeé incómoda al sentir unos feroces zafiros hacia mí.

----El pequeño quiere entregarle una flor, ¿es mucho pedir?

Me sostuvo la mirada y sentí una corriente eléctrica recorrer por todo mi cuerpo

----Está hablando con el futuro soberano, alguien superior a usted y debería estar arrodillada pidiendo mi perdón ahora mismo----Mencionó ignorando al niño. Y dejando en evidencia su hostilidad

Asentí resignada. El era un cubo de hielo, era más fácil que una pared tuviese sentimientos que él mismo Príncipe

----Acaba de confirmarme los rumores----Reafirme mi punto de vista

----Desgraciadamente poco me importa lo que piensen de mí, señorita

Sin perder la elegancia, paseó su vista por todos los presentes como si se estuviese dando cuenta de que estábamos al ojo público

----No voy a armar un escándalo mandándola a la horca, pero sepa usted que la próxima vez no seré tan misericordioso

----No habrá próxima vez se lo aseguro, no perderé mi tiempo hablando con un hombre necio

Abrió los ojos de par en par incrédulo. Tomándome por sorpresa a el y a mí, creo que a él nadie le había dicho semejantes atrocidades que lo hicieron querer incinerarme viva

----Está aprovechándose

----Estaremos a la par entonces su Majestad.

Creí ver a un soldado detrás suyo ponerse una mano en la boca tratando de ocultar su sonrisa, haciéndolo rabiar más

----Insolente----Escupío las palabras de forma despectiva

----Lo soy

Lo acepté por que era verdad y aceptaba mis defectos, había escuchado muchos seudónimos en mi vida que podía aceptar las reprimendas de un hombre sin pizca de humildad

Llevándome una sorpresa, sus ojos se iluminaron en un brillo extraño. Sus comisuras se alzaron en una sonrisa traviesa o malévola, pero su majestad me observo como si fuese un animal en peligro de extinción o la joya más grande del mundo.

El hijo del Rey, tomó la flor logrando que el niño lo saludara emocionado como si fuese su héroe. Me sentí pequeña e insignificante al estar a la par de un hombre que ha arrancado cabezas y destajado personas. Quien ahora no me quitaba los ojos de encima

La gente murmuraba sobre mí, enfrentamiento. Los Reyes inclusive detuvieron su caminata para mirarnos con extrañeza, jamás en la vida me había sentido tan famosa como ahora mismo al tener la atención de tantas personas y de la familia real.

Quisiera asegurar que me había sacado de la cabeza el rostro del Príncipe pero lo cierto era que al cerrar los ojos, todavía podía recordar su perfume y el sonido de su voz. Tan fuerte y varonil, acostumbrado a dictar órdenes

Sabia que lo que había hecho había dio demasiado peligroso y estúpido, no iba a arriesgar mi vida por una tontería. Él era un hombre atractivo, pero a la vez un grosero imprudente y sin corazón. La familia Real finalizó su caminata y con pesar mire al pelirrojo retirarse cabalgando en un corcel blanco. Suspire sin darme cuenta que había estado reteniendo la respiración por mucho tiempo, mi mente también estaba un poco cansada, todo en general.

Termine mis compras y fui a mi casa con una sensación de zozobra en el pecho. Padre estaba plantando algunas hierbas, al verme, se quitó los guantes de jardín y llegó a darme un gran abrazo fraternal

----Mi pequeña----Sonreí por primera vez, apretujandolo como si las cosas estuvieran bien----¿Estas bien?

----Fui al mercado de pulgas y encontré muchos libros

----¿Nancy te acompaño?----Sonrío enternecido y evite mirarlo a los ojos por tristeza para que no se diese cuenta. Asentí negándole hablarlo en palabras----Debes estar cansada, pequeña

----Déja de mimarla William, Claire es malcriada por culpa tuya

Me sobresalte al escuchar la voz de mi madre, mirándonos en el umbral de la puerta. Padre apretó los labios tratando de apaciguar las cosas.

Él siempre había sido un padre maravilloso conmigo pero la relación con mi madre siempre había estado en la cuerda floja, constantemente discutían

----Déja en paz a mi hija Robín

----Es mi hija también y quiero lo mejor para ella----Se jactó, cruzada de brazos. Su melena castaña estaba perfectamente peinada como siempre trataba de mantenerlo. ----Pero que sucio estas, al menos sé tan amable de darte un baño

----Acabo de venir de trabajar, no creerás que terminaré perfumado en rosas

Él estaba sucio todos los días, por que era un agricultor y gracias a eso llevábamos el pan a nuestra boca. Pero al final ignoro los comentarios mal intencionados de su esposa

----Me encontré a Jonathan y me pidió decirte que viniese a cenar a su casa

Mamá fue más rápida y se apresuró hablar, agradeciéndole profundamente

----Claire, ve a cambiarte y a ponerte bonita que hueles a suciedad.----Dijo lo último acompañado de una mueca de asco que mi padre no dejó pasar

Hice caso a sus órdenes, despidiéndome un poco triste. Y llendo a mi habitación para poder desahogarme de este turbulento día

La chica

Terrance

----¿Viste como te hablo?----Se burló sin contenerse

Benvolio reía a carcajadas desde hacía un buen rato que habíamos llegado al palacio. Estuve conteniéndome para no lanzarle lo primero que tuviese a la vista, me había estado hostigando con la joven del mercader.

Aquella chiquilla insolente y maleducada. Se había atrevido a hablarle como le diera en gana a un comandante del ejército y a un futuro soberano. De solo recordar aquellos ojos negros mirarme con desprecio me hacía querer matarla pero a la vez descubrir más de ella. Ninguna mujer me había demostrado ser tan valiente y feroz como aquella.

Estuve a un milímetro de condenarla a la horca, pero me detuve por impulso o porque Hans iba a armar un alboroto y hacerse el héroe como siempre

----Te dejo sin palabras, por primera vez en la historia

----Cierra la boca Benvolio----Pedí cansado, estaba empezando a irritarme

A él le valió y tomó una manzana de mi escritorio, llevándola a su boca masticando como si su viera dependiera de ello. Arrugue la nariz, lleno de asco

----¿Crees volver a verla?----Preguntó con curiosidad

Miré la flor en mis manos, que hasta el momento no sabía por qué demonios la había tomado pero me recordaba tanto a ella.

¿Quería verla? Desgraciadamente, sí, quería saber más de esa lengua afilada y esa maraña de rizos negros que la acompañaba, porque además de ser insoportable era bonita. Y tenía el presentimiento que estaría en la fiesta de esta noche, por ser hija de un conde o duque

----No me interesa volver a verla----Dije tratando de convencerme a mi mismo, pero él solo puso los ojos en blanco como si no me creyese

----Ajá

----Era tan descarada----Solté sin pensar al recordar como me había hablado sin titubear, no había tenido miedo de mí----Que criatura más escandalosa

----Era igual de salvaje que tú

Apenas terminó de decir, lo fulminé con la mirada enfadada, Benvolio se tomaba muchas libertades por ser Amigo mío

----¿Que has dicho?----Le recriminó ofendido y molesto a partes iguales, pero él se dedicó a comer con lentitud la manzana, saboreándola en el proceso

----La chiquilla se parecía tanto a ti pero en una versión más parlanchina----Se mofó burlándose----Jamás había visto a una Mujer que se negara a tus encantos

Me apresure a decirle

----No habría estado con ella ni aunque se pusiera de rodillas.

Pero era una mentira, que el idiota no iba a saberlo por el bien de mi integridad

----Pues yo sí----Agregó poco después, haciendo que casi lo matara. Mis cejas se fruncieron en una expresión de desprecio

Benvolio iba a perder la cabeza si se atrevía a tocarla o a rozar su mano en su piel. Alzo ambas manos en señal de rendición

----Vale, ya has puesto el ojo en ella----Aseguró al ver mi expresión

----Va a ser mía----Aseguré más dispuesto de lo que pensaba. Benvolio se mostró divertido por autocontradecirme

----Pensé que la odiaba

De inmediato corregí mi error

----Será mi esclava

Entrecerro los ojos sin creerme, como si en cualquier momento iba a ir a lanzarme a los brazos de la chica

----Como digas

Jugueteé con la flor, mientras pensaba y le daba vueltas a la cabeza, pensando en cómo hacerla caer. Era una fiera de ojos salvajes y perversos

Definitivamente, iba a tenerla, me gustaba, iba a averiguar que más podría hacer aquella boca además de insultar

----Terrance, cariño mío----Chilló una voz a mis espaldas. Me giré hastiado al reconocer ese sonido tan fastidioso

Una pelirroja chillona estaba frente a mí, más sonriente que nunca. Benvolio perdió el habla mirándola como si fuese un fantasma al ver a Amelia Mountbatten. Sobrina de mi madre y prima mía, también más conocida como la princesa de Westminster.

----¿No piensas saludarme?

----¿No se suponía que vendrías mañana?

----¡Adelante los planes!----Chilló emocionada, haciendo que mi oído sufriera

No me moleste en ocultar mi descontento. La hice un lado cuando trato de abrazarme, ella no mostró signo de enfado o indignación, simplemente seguía sonriendo como loca

 ----¿No te alegras de verme?

----No----Mencioné fastidiado. Pero ignoro mi actitud, claro está

Agitaba sus espesas pestañas en mi cara como un abanico. Benvolio Carraspeo buscando la mínima atención por su parte, pero ella lo miraba como un idiota.

Él sabía que ella lo despreciaba pero carecía de su cariño, y se conformaba con miserias de afecto. Amelia era la personificación del clasicismo, y existía una probabilidad de que ella lo soportara solamente por mí

----Princesa----Saludó entusiasmado, observando su rostro como si fuese la joya más costosa.

Amelia lo saludó sin ápice de amabilidad, mostrándose hostil como lo era siempre

----Sargento Dudley

Él sonrió de oreja a oreja como si se hubiese ganado un botín de oro. Puse los ojos en blanco, al ser tan obvio

----Me alegro volver a verla, siempre es un gusto tenerla cerca Princesa

Asintió sin ganas de hablar, mire a Benvolio mandandole señales para que captase. Ella no era esencial para su vida, no la necesitaba. Me parecía absurdo que se volviera loco por una Mujer, cuando habían miles en el mundo y mejores

----Me gustaría si no es molestia sargento, estar a solas con mi primo

La fulmine con la mirada, molesto por su descaro, Su imprudencia me estaba fastidiando y solo la soportaba por ser hija de un Rey, de lo contrario ya la hubiese mandado lejos

----P-por suppuesto----Tartamudeó incómodo. Sus orejas se pusieron rojas como un jitomate

----Tu te quedas aquí----Demandé autoritario.----El queda las órdenes aquí, soy yo

----Yo no quise sonar grosera, solo quería privacidad----Se excusó poco arrepentida

----En todo caso, puedes irte cuando quieras hacerlo----Terminé diciendo con voz dura.

Sus ojos se nublaron repletos de lágrimas, Benvolio la miraba con impotencia, le dolía aún más que su amada sufriera aún si eso significaba que lo despreciara como un gusano

----Es mejor que me vaya

----Benvolio..----Le amenace, mientras miraba con odio la escena frente a mí. No tenía que ceder a un capricho

Su deber era más fuerte, y se inclinó hacia donde estaba su debilidad, y la complació

----Hasta luego----Se despidió con tristeza

Nos quedamos en un silencio abrumador, Benvolio se fue con pasos apresurados con la cabeza cabizbaja, después de la humillación de la pelirroja fastidiosa, mientras yo mismo entraba en cólera. La puerta se cerró con un ruido sordo, que hizo que reventara

----¿¡Quien demonios te crees que eres!?

Se tambaleó asustada cuando le grité furioso. Sus ojos desbordaban grandes lagunas

----¡En tu reino mandas tu, pero este es el mío y te pese o no las órdenes las doy yo!

Se encogia con cada grito que daba, pero me importaba una mierda ella, solo era una precentiosa arpía como Saulas

----Terry...----Susurro asustada. Y le dediqué una mirada llena de resentimiento que la hizo llorar más.

Sus lágrimas no me afectaban, la conocía perfectamente y sabía que era una gran actriz

----Odio ese maldito diminutivo----Le recordé.

----Terrance----Corrigío nerviosa. Sus labios temblaban como si tuviesen vida propia----Queria estar a solas contigo

----Pero yo no quiero estar contigo----Contesté fuera de si pero con la mayor honestidad que conocía

Su expresión fue como si la hubiese abofeteado. Poco me importó si rompí su podrido corazón, quería que se largará y me dejara solo

----Estas enfadado y no conoces la magnitud de tus palabras----Dijo con la voz quebrada, tratando de justificarme como siempre hacía cada que la lastimaba----Conozco a mi Terrance y el no me haría eso

Estaba cansado y no iba a arruinar sus ilusiones por que sabia que no iba a entrar en razón, Amelia se había quedado con la versión más antigua de mi persona, aún sin saber que había adquirido malicia desde hacía mucho. Suspire tratando de controlarme, para no soltar otra tontería que la hiciera desmayarse del llanto si eso fuese posible, lo mejor que pude hacer es fingir tranquilizarme y echarla de aquí antes de que explotara

----Largáte de una vez Amelia----Pedí casi a ruegos

Se secó su lagrimas con las mangas de sus ropas. Tratando de aparentar ser la Princesa fría de siempre, algo que siempre admiré de la sobrina de mi madre. Ella susurró algo que no escuché y se dio la media vuelta, hasta desaparecer de mi alcoba

Me pasé las manos por el cabello tratando de tranquilizarme. Y fui a por una espada para practicar con un criado.

Después de un rato terminé jadeante pero con satisfacción al tener a Juan de rodillas con la espada muy lejos de él, sonreí victorioso. Él se paró un poco descolocado y débil, no tan acostumbrado a un entrenamiento duro.

Lo cierto era que para mí desgracia o fortuna, Hans me había metido al ejército desde los doce. Me había aventurado a ver todo lo que un niño jamás debía y despedace tantos cuerpos que ni siquiera podía contar. Logrando encontrarlo fascinante, y convirtiéndome en un cazador en demasía, nadie iba a darme clases de moral cuando ni siquiera conocen toda la mierda que vengo arrastrando

----Necesito algo de ti

----Si señor

----Quiero que me encuentres a la Mujer de la plaza, a la pelinegra, tengo un presentimiento de que tu podrías encontrarla----Traté de sobonarlo, Juan podría investigar en las altas casas y traerme a la chica----Te voy a pagar muy bien

Sus ojos brillaron llenos de ambición, conocia perfectamente el sentimiento que podía entender la necesidad de el, sin titubeos me contestó muy apresurado

----Por supuesto mi señor

Mi ansiedad crecía por saber de aquella chica, una parte de mí pensaba que se trataba de pasión, y cada minuto me autoconvencia que era eso, iba a tenerla y después la iba a dejar ir, calmando mis ansias de ella

Sabia que solo era un capricho, que al tenerlo se me iba a pasar, me convencía lo suficiente como para afirmarlo

Los días pasaron y Juan nunca obtuvo noticias de la Mujer de la plaza, me había asegurado de encontrarla por cielo, tierra y mar, esa mujer no iba a librarse de mí, aunque quisiera.

Amelia seguía hostigandome con su presencia, verla merodeando por el palacio, me hacía entrar en cólera y evitaba estar en aquel lugar respirando el mismo aire que ella, por lo que prefería pasar mi tiempo en el cuartel o en el castillo de Winston, por que estaba a las afueras de la ciudad

Hans se había vuelto un grano en el trasero, teniendo su sombra siempre tras de mí, como si se estuviese asegurando de que no hiciera algo malo en los siguientes días que sé que son importantes para él. La conmemoración de su aniversario de coronación se celebraría a lo grande como siempre hacía cada que se le antojaba. Había optado por no asistir solo para dejarle en claro que sus órdenes me valían un quintal de mierda, pero por mucho que odiara a mi padre, también tenía mis intereses y sabia que la Pelinegra iba a estar ahí, al ser hija de un noble

Y heme aquí, frente al espejo vestido en un elegante traje de sastre negro hecho a la medida. Confeccionado para hacerme sentir imponente como el futuro Rey que era pero me hacía sentir tan infeliz.

----¿El circo ya empezó?

Mi nana me miró foribunda ante mis comentarios mal intencionados y siguió acomodando mis solapas del traje como si nada

----Si se refiere a su padre, ya está listo

----El Payaso número uno no podría faltar----Sonreí sin gracia. Por qué éramos un circo, fingiendo ser algo que no eramos

Mi nana suspiro con cansancio y se separó de mí, lo suficiente para mirarme a los ojos

----Príncipe Terrance, este es un día especial para su padre

----¿Eso en que me beneficia?

----No lo arruine con su actitud malcriada----Me regañó como si fuese mi madre.

----Aveces eres tan insoportable----Me quejé de ella, Marie puso los ojos en blanco, causando me indignación. Como si no le importase mi opinión en lo absoluto

----Lo veré en unos minutos----Se levantó, sacudiéndose las manos----Iré a asegurarme de que la Princesa no esté haciendo llorar a otra doncella

----Aségurate de costurarle la boca----Le respondí de mal humor. Marie me miró el doble de mal, pero ni me inmutó. Amelia era una guacamaya fastidiosa

Mi nana se despidió de mí y se fue rogándole al cielo paciencia, haciéndome sonreír en el proceso.

Fui a por una bebida para darle un gran trago y asegurarme de poder aguantar toda esta farsa, para recargar energías. Sabrá el cielo cuanto de fuerza necesitaba para soportar todo sin demostrar mis verdadera intenciones y dejarme al descubierto. Pero mi plan fue de picada cuando la botella iba a por la mitad y todo a mi alrededor estaba dando vueltas.

Pero me sentía relajado y lo demás no me afectaba, todo estaba bien. Un ciervo me ayudó a llegar hasta el salón y apenas fui consciente de estar en presencia de mucha gente que me miraban asustadizos, o furiosos como lo estaba haciendo en este momento mi padre. Lejos de sentirme mal, sonreí demostrando que me la estaba pasando en grande

El sufrimiento de mi padre era mi felicidad. El viejo se tragó el coraje y cambió la cara al público, mostrándose alegre y amable, por poco y vomitó en sus pantalones al ver la imagen poco realista del Rey.

Me iba a divertir, eso era claro

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