— ¡Padre!... ¡Por favor, no quiero morir!

Gritó, una mujer albina, que era llevada a la guillotina por su mayor delito, que fue asesinar a la princesa por algo absurdo como pelear por un hombre.

Su padre, el único familia que tiene, no la miraba, él se encontraba al lado de la pasarela entre varias personas que eran de la corte para observar la tragedia que estaba a punto de comenzar.

La mujer lloraba, mientras que era colocada bajo la madera fría por el verdugo. Sus lágrimas no cesaban y seguía mirando a su padre, forcejeando, lo único que hacía era lastimarse.

— ¡Padre, padre.... ¡¡¡PADRE!!!

El verdugo suelta la soga que sostenía el filoso cuchillo, en menos de un segundo, la cabeza de esa mujer yacía en una cesta. Con los ojos en par quedaron llenos de tristeza, ese color carmesí de sus ojos jamás va hacer olvidado por su padre, su rostro no mostraba ninguna emoción, así que luego de eso, él se va...

Pero... ¿Quién fue ella?... ¿Quién era ese hombre?

Comencemos por ella...

Su nombre era Emma. Una joven mujer de 20 años, sin embargo, su infancia no fue la mejor. Al nacer, su parto fue tráfico para su madre, murió tan pronto que la bebé salió. El duque, amaba mucho a su mujer y al enterarse de eso, su estado de ánimo gravemente bajó. Aunque jamás culpó a Emma de eso, si se alejó por el parecido que tenía con su difunta esposa. Al paso de los años, la pequeña buscaba el afecto de su padre. con la edad de 11, era muy afectuosa y cariñosa. Con su inocencia, ella no sabía que era la frialdad hasta ahora.

— Ania, quiero ver a mi padre...— dijo ella, quién estába sentada en las piernas de su cuidadora mientras que era peinada.

— me temo que no se podrá...

— ¿Por qué?... Jamás me quiere ver, pero yo no me desánimo...

— mi pequeña... El duque Alessandro es un hombre muy ocupado, así que...

La niña se baja de la piernas de Ania y sale corriendo. Tras ella iba la criada.

— ¡Jovencita Emma... Por favor, no vaya-...

Ania sabía que ella quería ir a la oficina de su padre, Emma corre más rápido a pesar de ser una pequeña. Cuando la niña ve la puerta, de inmediato se alza sobre la manija y la baja...

— ¡Padre...!— exclamó con gozo, una sonrisa dibujada en su rostro.

— ¿Que haces aquí?— su voz era seca. Sin mirarla a los ojos, puesto a que solo lo tiene en el documento.

— pero... Pero quería verte, papi...— sus ojos se llenan con lágrimas, ya que ahí siente que no le importaba.

Llega Ania, detrás de la niña se pone ella.

— ¡Mi señor... Le pido-...

— sácala de aquí. Estoy ocupado.

— s-si...— hace una reverencia rápidamente, toma a la niña y la intenta sacar de ahí.

— ¡Papi... Papi... No me dejes. Yo-...— dijo Emma, con lágrimas en los ojos.

La puerta es cerrada marcando fin a esa parte.

Años después; que a pesar de que no tenía el cariño de su padre, lo tenía de Ania. No obstante, desde esa vez que su padre no quería verla, Emma cambio, respetaba mucho a Ania, pero no con lo demás. Arrogante y engreída su personalidad se volvió, si así quería humillaba a las demás solo para llamar la atención de su padre pero jamás logro, al contrario, fue más ignorada. Al comprender eso, ya no le importaba la atención de él.

La joven tenía grandes poderes con la magia, el mana y la hechicería, nunca le mostró interés para no parecerse como su padre, así que lo dejó pasar eh hizo como si no existiera tales talentos. Emma tenía que debutar en la sociedad está noche. Una hermosa joven de 18 años.

Los invitados esperaban en la sala. Mientras que ella aguardaba en su habitación.

— ¿Y mi padre?— preguntó ella, con una voz fría mirándose al espejo con vanidad. Portaba un hermoso vestido, el más costosos que había, joyas y cosas caras tenía ella.

— no está, mi señora. Ahora debe estar en la casa del archiduque Connell.

Un suspiro tan pequeño saco la albina, volviéndose a ver en el espejo, hace como si no hubiera escuchado nada. En esa gala, su padre jamás apareció, pero si conoció a Williams, un joven de su misma edad, carismático y guapo. Era claro que había dejado encantada a la joven. Con solo una noche de hablar, ella le gustó mucho. Su mundo se volvió él. Cada día, ella invitaba al joven Williams a tomar el té o a comer, solo para seguir conociendolo, ya no le importaba su padre o que la ignorara. Ya que ese joven le daba la atención que ella tanto buscaba...

Era claro que su relación crecería, un par de años después, Emma era muy apegada a él, tanto, que no dejaba que ninguna mujer se acercara. Al principio, Williams la quería, pero no todo era para siempre y el amor no dura si no es verdadero.

En una de la fiesta que Emma siempre está acostumbrada a ir con Williams, esa noche, el hombre conoce a una hermosa dama, la señorita Roxan. Una encantadora princesa, hija única por supuesto. Ella, al ver fijamente a Williams no evitó acercarse sin importar la presencia de Emma.

— buenas noches, joven Williams...

— princesa...— suelta la mano de Emma para darle una reverencia a Roxan...— que encantadora noche con su presencia.

— que halago, espero que su pareja no le importe...

— por supuesto que no... Ella sabe que usted es una princesa y como tal tiene que darle respeto... ¿O no, Emma?

— ¿Princesa?.... Más bien parece una ofrecida al acercarse a alguien comprometido.

— ¡Emma!... ¡Disculpate ahora!

— es la verdad, no debería porque darle una disculpa.

La princesa oculta sus labios con su abanico.

— vaya... Creo que no soy bienvenida aquí. me disculpo joven... No sabía que estaba comprometido de tal manera.

— ¡No... Esperé!— dijo Williams muy arrepentido. La princesa ya se había marchado.

— ¡Jum!... Sin vergüenza.

— tu eres la que no tienes vergüenza, Emma... ¿Como te atreves en tratar a alguien de la corona de esa manera? ¿Ah?

— ¿A que te refieres?... No entiendo cómo es posible que tu la defiendas más a ella, que apenas conoces, que a mí, que soy tu pareja de hace años.

— tu y yo no estamos comprometidos... Emma.

La albina agranda sus ojos, tragaba saliva porque tenía un pequeño presentimiento de lo que estaba por ocurrir.

🙋🏾‍♀️ holaaaa mi hermosa gente, como están espero que bien. bueno, aquí devuelta con una nueva historia. espero que sea se su agrado y que me apoyen en ella. muchas gracias por leer 😊

— ¿Como?...— saca una sonrisa nerviosa—... Pensé que si lo estábamos, hace una semana te oí hablar con mi padre de un compromiso o algo parecido...

— creo que oíste mal... Sí, hablé con tu padre, pero no era de eso, lo que le dije a tu padre fue el caso contrario...— con un gran suspiro, éste le termina de explicar—... Pensaba decirte esto en unos días, pero la situación en la que dejas, no me da opción... Quiero terminar contigo, Emma.

— ¿Eh?

— ya no te amo...

La mente de la albina daba vuelta, veía todo girar ante sus ojos. Dejando caer la copa de vino que tenía en su mano, ésta vuelve en sí cuando Willians pronuncia su nombre.

— ¿Emma?

—....

La mujer sale corriendo de ahí, la única persona que ella pensaba que la quería le termino de una manera muy difícil de olvidar. El hombre ni siquiera la siguió, pues estaba cansado de los celos y dramas de Emma, que eso fue lo que hizo que él ya no sintiera lo mismo, además que la mujer era muy apegada que siempre dependía de Williams.

Los días pasaron y Emma no salía de su habitación, no comía y solo esperaba la llegada de Williams para ofrecerle una disculpa o algo parecido, él nunca volvió a pisar la mansión. Pero algo inesperado pasó.

Alguien tocaba la puerta de la habitación de ella, no era Ania, su criada. Tampoco se anunciaba, hasta que ella pregunta.

— ¿Quién es?...— su tono era apagada.

— tu padre...— era la voz de Alessandro.

Era de sorprenderse, pero la albina solo se quedó callada, abrazando una almohada acostada en su cama. Emma le daba la espalda a la entrada de la puerta, cuando siente el peso de algo sentarse detrás de ella, ni siquiera ve ni mira de reojo.

— yo...

— me sorprende verte aquí.

— es sobre tu rompimiento con Williams...

— ¿Ahora te intereso?

— Emma, sabes que yo siempre-...

— siempre me mantenía alejada de tí. ¿Que caso tiene ahora?... ¿Vines aquí por sentir lastima de tu hija?... Ya es demasiado tarde.

Emma se levanta de la cama alejándose de su padre, no dejaba hablar a Alessandro.

— me odias porque hice que mi madre muriera por mi ¿Verdad?

Alessandro ancha los ojos, querido responder, ella le sigue interrumpiendo. Pero esta vez, con lagrimas en sus ojos.

— jamás me quisiste como tú hija, solo me mantuviste bajo tu techo para cumplir con tu deber como padre, pero realmente yo no quería nada material... ¡Lo único que quería era tu cariño!

La mujer sale de su habitación aún en bata.

— ¡Emma!

Gritó Alessandro mientras que veía por la dirección donde ella se fue.

Como él tiempo iba pasando, el corazón roto de la albina no había sanado, ni mucho cuando se entera por rumores, de que la princesa había conseguido a su pretendiente, nada más siendo él, Williams.

Roxan hace tiempo había puesto el ojo sobre la ex pareja de Emma, pero para no romper su buena reputación de princesa, esperó el momento de que ambos se separaran, y esa noche, comprobó que su relación iba mal, así que por eso no dudo en acercarse y comprobar ella misma si le llegaba a interesar a Williams y si que le gustó la primera vez que se vieron. Emma se había enterado de que todo era un plan de la princesa.

En un día común, Emma invitó a Roxan a tomar el té. Como ambas pertenecías a una familia de aristócratas, fue fácil pedir esa petición. Como Roxan quería saber cómo se encontraba Emma, decidió ir.

— señorita Emma, es un placer volvernos a ver, y en las mejores condiciones...— con una sonrisa de lado, ella pregunta— ¿Sin rencores?

— princesa, por su puesto... Yo sé dejar ir a lo que nunca fue mío... ¿Quiere té?

— por supuesto.

Mientras que Emma servía el té en la taza de la princesa, esperaba pacientemente a que lo bebiera. Roxan por fin había consumido el líquido, poco después, comienza a toser si. Parar.

— ¿Que... Fue... Cof, cof... Lo que me diste?

— veneno para ratas...— la voz y la mirada era de Emma era de total oscuridad...— si Williams no fue mío, tuyo tampoco será.

Después de eso, Roxan muere envenenada. En ese tiempo, Emma estaba cegada por la venganza que no sabía que había hasta ver el cuerpo de la princesa sin vida y en el suelo. La joven reacciona y se da cuenta de lo que había hecho, de que por lo celos, había matado a una mujer que no merecía la pena, pero fue por la venganza que la mataba.

Era obvio que Emma no saldría de está. Al enterarse esto la corona, mandaron a encarcelar a la mujer hasta esperar su juicio, furiosos se encontraba los emperadores, era su única hija, así que no dejarían ir tan fácil a la mujer. Dejando a Emma por varios días en la peor celda del calabozo, ahí la joven sufría.

Alessandro jamás fue a verla, ella pensaba de que este fue la gran gota de agua que había derramado el vaso sobre la relación con su padre...

Habia llegado la hora de su sentencia.

— la muerte...— declaró el juez al analizar toda la escena, las pruebas era más que suficiente.

Muchos se habían quedado asombrado del suceso de la hija de una gran duque. Más que Emma sentía que su final estaba muy cerca. En una de la celda, ella aguardaba.

— ¡Mi señora!...— era Ania, la mujer que siempre crío a la chica con mucho cariño como una madre— ¿Por qué?— preguntó ella muy dolida.

— yo... Ania.... Lo siento mucho, estaba cegada por el odio, la venganza y el dolor... No sabía lo que hacia hasta que estaba ya hecho...— la albina se levanta del suelo, su manos fría agarran los barrotes oxidados dándole esa sensación espeluznante—... No quiero morir... Por favor, haz algo. Mi padre.

— el duque Alessandro... Mi señor no lo he visto desde que usted fue llevada por los guardias. Lo lamento, no puedo hacer más nada.

— ¡Se terminó la visita!... ¡Es hora de que te vayas!— alzó la voz, un guardia.

— ¡Mi señora...!— el hombre toma de la muñeca a la sirvienta para sacarla del lugar.

— ¡Ania!

Entonces, una vez que él silencio tormentoso del lugar pasaba por la cabeza de la albina, se da cuenta de mucha cosas que había hecho mal en su vida.

“yo... Como me arrepiento de mis pecados, ¿Por qué no deje ir a Williams sin hacer esa estúpides?— golpea el suelo de la impotencia—... Yo, quisiera tener otra oportunidad. Una vida en la que yo pueda cambiar y no ser esa villana; maltrate, insulté y maté, solo porque no obtuve lo que más siempre quise... Padre, perdoname aunque jamás me quisiste, debí ser una buena hija. Lo único que hice es darte dolores de cabeza y vergüenza, madre, perdóname... Lo siento"

Llegando el momento de que Emma debía morir la joven con súplicas veía a su padre en un mar de lágrimas, éste solo le dedicaba una mirada vacía y sin emoción. Cuando la cabeza de Emma cae en el cesto después de que la guillotina cayó, aunque muchos habían venido al ver, se quedaron asombrados. Entre el público se encontraba Williams, viendo con repudio a la persona que alguna vez fue su pareja, luego se marcha para no ser visto más.

Lo más impactantes era que la conciencia de ella aún estaba viva después de que su cabeza fue despegada de su cuerpo pero solo por unos segundos...

“por favor... Quisiera volver atrás y cambiar todo"

Una vez que la oscuridad se apoderada de toda su conciencia. Emma muere y su historia termina ahí... O eso es lo que ella cree...

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— pequeña Emma... Despierta. Se te hará tarde para el desayuno — movía Ania el cuerpo de la joven durmiendo.

— ¿Eh?... ¿Ania?

Con una sonrisa, la criada le ofrece.

— buenos días... Jovencita, espero que haya tenido dulces sueños.

Al parecer, Emma estaba confundida, ¿Que hacía aquí si murió hace unos minutos?... ¿Quizás, volvió en el tiempo?... ¿Esta es su nueva oportunidad?

Emma observaba su habitación. La misma de que cuando era una niña de 10 años.

— Ania... ¿Que es esto?... No hace un momento estaba— se toca deliberadamente el cuello, luego susurra—... Muerta.

— ¿Hum?... ¿Que fue lo que dijo?... No la escuché.

Quitándose la sábana de las piernas, Emma se levanta y toca el frío suelo.

“no es un sueño"

Sus manos se dirigen al vidrio de la ventana, mirando al patio que siempre le encantaba ver.

— pequeña Emma... ¿Que le ocurre?... ¿Se siente bien?

“no lo entiendo... ¿Como?... Ahora que recuerdo, si esto es real, estoy segura que tengo la edad de 10. ¿Volví atrás en el tiempo?... ¿Tengo oportunidad para cambiar?

— Emma...

La albina se voltea y se va a abrazar a Ania...

— te lo prometo, cambiaré...

— ¿Ah?... ¿Cambiar?.... Si eres perfecta así Emma... No lo hagas, jamás...— Ania abraza más a la pequeña.

En esta época, Emma aún era una dulce niña, en la que aún no se convertía en la villana de su vida pasada.

Dispuesta a cambiar, le pide una cosa.

— Ania... Quiero aprender. Necesito saber magia, no quiero ser débil.

— ... ¿Magia?... Pero... No sabemos si tienes. Supongo que te has despertado muy imaginativa... Vamos a darte un baño y luego hablaremos.

Ania toma la mano de la niña y salen de la habitación para el baño.

“es cierto, aún no estoy en el tiempo de que no sale ningún tipo de magia en mí. Supongo que tendré que buscar una forma de sacarlo. Si pienso cambiar será para mejor, una chica fuerte sin tener que depender de nadie. Esta vez no quiero estar atada por los sentimientos. Ya aprendí la lección..."

Luego de haber desayunado la niña caminaba por el pasillo de la mansión.

Sin embargo, se queda viendo la puerta de la oficina de su padre, claramente se escuchaba su presencia ahí adentro. Tal vez quiera ser otra persona, pero los sentimientos que siente por su padre aún sigue igual, aún recuerda cuando Alessandro la miró y no hizo nada para ayudarla cuando fue ejecutada, ni cuando era una niña.

— supongo que algunas cosas no cambiarán. Pero esta vez no seré una carga para tí...— susurró ella, su mano se afincaba de la madera de la puerta.

— ¿Quién está ahí?...— preguntó Alessandro de manera seca.

Emma se sobresalta ya que no estaba lista para ver nuevamente a su padre, así que rápidamente se marcha. Segundos después, la puerta es abierta mostrando al hombre, buscando de lado a lado la presencia de la persona...

— Emma...

Alessandro entra a su oficina, está vez dejando medio abierta. Se sienta en su escritorio y saca un gran suspiro mientras leía un documento. Teniendo mucho en su cargo, él es un gran mago como hechicero, era de esperarse ser importante en la sociedad, más solo se encarga de su ducado ya que no le gusta alardear sobre su magia.

— mi Lord...— tocó la puerta un mayordomo a medio entrar—... Le he traído una carta del archiduque Connell.

— déjala, la leeré cuando termine.

— como ordene.

En el momento de que el mayordomo se había ido, Alessandro suelta el documento y empieza a leer la carta, dándole a entender que él archiduque quiere verlo.

Suspirando con gran pesadez, otra vez tocaban la puerta.

— mi señor...— era Ania— tengo que pedirle un favor...

— ¿De que, Ania?

— es sobre la señorita Emma. Quiere aprender magia. No se podría contratar a alguien y que sea su maestro-...

— no hará falta...— dijo él, levantándose de su asiento...— llama a mi hija, quiero hablar con ella.

Sin palabras, Ania veía a Alessandro sorprendida, ya que jamás quiso ver o citar a su hija. Ella solo asiente y se marcha.

La albina caminaba por el sendero del jardín, jamás pensó en sentirse feliz de estas pequeñas cosas que la vida le ofrecía, luego de haber experimentado tales experiencia, solo queda aprender de ellas y no cometerlo otra vez.

“comprendi, que dañe mi vida pasada por los celos hacia un hombre que no me quiso de verdad, dañe mi vida porque mi padre jamás me amó... Es hora de planear para ser independiente y tener una vida mejor cuando sea mayor. Lejos de Williams y de mi padre..."

Ania buscaba en el jardín a la pequeña.

— ¿Donde te metiste?... Emma...— al verla sentada en la grama, se alegró, acercándose más a ella.

La albina al ver a su cuidadora a su lado, saca una sonrisa.

— Ania...

— pequeña Emma... Hay algo que quiero decirte. Tú padre quiere verte.

— ¿Que?

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🙇🏾‍♀️ bueno, mi gente, es algo diferente a lo que estoy acostumbrada a escribir, no sé si le está gustando pero aún así seguiré actualizando. como sabrán, estoy en los estudios y no será muy constante las actualizaciones pero si habrán, no se preocupen. muchas gracias por leer 🙇🏾‍♀️