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Adiós Y Buena Suerte

Dos raros enamorados

^^^Esta historia se basa en una experiencia de una de tantas jovencitas mujeres que inicia su vida de pre profesional en los colegios y, los acontecimientos son resumidos y se han omitido muchos personajes para evitar confusión y extensión innecesaria de la historia, están comprometidos asuntos políticos que han perjudicado a muchos jóvenes en ese momento. También se tomaron en cuenta las confesiones de cómo trabajan y cómo piensan muchos empleados en el sector de transporte público.

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-¡Booo!

Melissa gritó del susto.

- ¡Omar me asustaste!

- Jajaja, ¿En verdad te asusté con tan poco? Y ¿Cómo no te asustas cuando estamos en la cama?

- En ese lugar hacemos el amor, que es muy diferente.

La pareja se encuentra en un parque algo escondido; no es grande, pero está rodeado de casas y de la salida de un mercado, Melissa estaba sentada sobre una banca de concreto leyendo mensajes y Omar está a espaldas de ella abrazándola.

- Quiero hacerlo de una vez, no puedo escapar mucho tiempo del trabajo.

- ¡Que! ¿Tan rápido quieres? Acabas de llegar. Oye ¿Qué haces?

Omar metió su mano dentro de los pantalones de Melissa para manosear su zona v.

- Me gusta mucho como se siente su cuerpo al acariciar. A demás como soy tu dueño y tengo derecho de tocar.

Omar, estamos en un parque, están llegando niños. ¡Compórtate!

- Sólo te estoy estimulando para que al entrar al cuarto ya estés lista y bien lubricada.

- Por favor, eso se hace en privado.

- Una vez en el cuarto quiero penetrarte de frente. Vamos de una vez.

Omar la lleva aún hostal que queda muy cerca del parque y paga el cuarto. Una vez dentro se desnuda rápidamente y acelera a Melissa, quien ni bien termina de desvestirse la penetra y actúa con mucha hambre.

- ¡Omar! - Está algo quejosa por qué Omar actuó de inmediato.

- Estás quejosa por qué no estás bien estimulada.

- Eso que dices, se hace aquí. Ya lo puedes hacer, si tanto quieres tocar.

- Ya no sé puede, estoy haciendo el amor.

Omar sólo sigue moviendo su cadera.

-Lo quiero todo, ya voy a llenarte, un poco más y termino.

Melissa sintió la descarga seminal. Ella se levantó y fue al baño a lavarse y sacar la mayor cantidad de líquido espeso y blanco dejado por Omar.

- ¿Omar?

- Dime.

- ¿Botaste mucho?

- Lávate no más, por qué no sé cuánto salió.

- La próxima deberías usar condón.

- ¿Por qué? – Omar se aproxima a la puerta del baño - ¿No te gusta el roce de mi piel con la tuya?

- Es por protección.

- Sí gustas te vuelvo hacer. Yo jamás usaré condón. Se supone que para intimar la piel debe rozar piel.

Omar arrastra a Melissa a la cama y vuelven a tener sexo. En el techo hay un espejo y a través de el, Melissa veía como se movía Omar y al terminar ambos contemplaron su desnudez por el espejo. Omar no perdió la oportunidad de jugar con los senos de Melisa.

- Tus senos son grandes, mira, tus pezones están duros, listos para saborearlos.

- No toques así, me duele.

- Me gusta tu cuerpo, sobre todo desnudo ¿Te gusta el mío?

- Admiro la fuerza que hay en tus brazos.

- ¿Es todo lo que gusta?

- Me gusta todo en ti.

- ¿Todito, todito y desnudo también?

- Por su puesto. Todo me gusta.

- ¿Y cuando hacemos el amor? – acaricia su miembro.

- Omar, me gusta todo.

Omar se pone de rodillas sobre la cama para que Melissa vea mejor su amigo de cerca y luego él le abre las piernas y vuelve a hacerlo.

-Con que te gusta todo. Pues es tuyo, todo tuyo, puedes jugar con él cuando quieras. - en este momento está descargando el semen - Lávate y te vistes debo volver al trabajo.

Eso hizo Melissa, después cuando fue a vestirse, Omar fue a orinar, a lavarse y arreglarse para volver al trabajo. El trabajo que tiene Omar es de ser cobrador en una línea de transporte público. Por lo tanto, debe estar arreglado ante la presencia del público. En cambio, Melissa, ella aún estudia y hace sus prácticas pre profesionales en un colegio preuniversitario.

Ellos salen del hostal y Omar se va sin decir una sola palabra.

-¡Omar! ¿Te vas sin despedirte?

- Estoy en tardanza – levantó la voz sin mirar atrás.

Melissa es una mujer joven y enamorada, todo lo ve perfecto y piensa en Omar como si fuera un pobre hombre que trabaja duro y sin parar, ella se quedó pensando al ver como ese hombre tiene que ir al trabajo.

- “Pobre Omar, debe escapar del trabajo para poder estar juntos, apenas un cuarto de hora. Eso no es vida, pero cuando nos casemos las noches serán bonitas. Tendremos horas para amarnos bien y no como hoy”.

Melissa está enamorada hasta la médula que no ve el error todavía, Omar es muy caliente y no es para menos, él le lleva 12 años. Raro estar sólo a esa edad. Omar por su parte se sentía aliviado, tuvo sexo tres veces, el estrés lo había descargado sobe Melissa. Camino al paradero inicial de la ruta, se le ve tan relajado, tan renovado que ni piensa en Melissa.

Ya en el terminal, Omar tiene una sonrisa de oreja a oreja, está esperando su turno, mientras el chofer almuerza, él va pensando a media voz.

-“Mientras Melissa siga enamorada y no se de cuenta que la uso, yo me relajo. Vaya, que tres veces de sexo me ha hecho mucho bien. Dos veces por semana, bien hechas por vez, más que suficiente. Sólo esperar a la noche y aguantar a Celina”.

A pocos minutos de su turno para salir a dar la vuelta sus amigos más cercanos lo saludan y conversan.

- ¿Qué fue?

- Que creen.

- Te veo bien relajado.

- Fueron tres.

Sus cinco amigos se quedaron atónitos, no esperaban que Omar pudiera hacer tanto en poco tiempo.

- Te saldrá caro el día que ella sepa la verdad. - Comentó uno

- Para que me voy a cuidar, que se cuide ella.

- ¿Y con Celina? ¿Cómo siguen las cosas? – Comentó otro.

- No quiero hablar de ella, las cosas van mal.

- ¿Piensas en separarte?

- No quiero que mi hijo sufra.

- Omar – comenta un tercero – piensa, tienes treinta, si tú relación va mal termina, te quedas con la sucursal. Pero no hagas doble vida.

- Melissa es chibola, tiene dieciocho y está estudiando.

- Mujer barata, úsala mientras tanto. Cuando te cansas la dejas y te vas con otra más madura. -comentó otro.

- Las mujeres de hoy se regalan, por un hombre que les haga la cama abre rápido las piernas y donde hay plata aparentan santidad. - Comentó uno - Mira a Rodrigo, se va a divorciar porque no hay como salvar el matrimonio.

Le secretaria notifica por perifoneo que el número 75 debe salir, y 75 es número del bus en el que trabaja Omar.

A la noche Omar llama a Melissa.

- ¡Aló!

- ¿Aló, mi amor? ¿Estás bien?

- Sí estoy bien ¿Cómo fue tu día? Me supongo que muy cansado.

- El día fue tranquilo ¿y tú?

- He comprado una pastilla de emergencia.

- Me parece muy bien.

- Deberías cuidarte tú también.

- La próxima vez, terminaré fuera si tanto te da miedo.

- Usa protección.

- Ya quiero estar contigo, voy a soñar contigo bien mojadito.

- jajajaja. Descansa que lo necesitas.

- Porque te ríes, ya lo tengo duro, se me paró y tú no estás.

- Chistoso.

- ¡De verdad!, está duro y bien parado, te está deseando.

- No me hagas reír.

- Ok, mi amor, duerme bien. Un beso.

- Un beso para ti también.

Omar termina su día llevando el bus a su casa, o mejor dicho al edifico donde alquila un cuarto, por la madrugada tiene el trabajo de hacerla limpieza y desinfección del bus.

Muchas veces los cobradores se llevan lo carros del terminal para ese fin, son los responsables de que el bus llegue al terminal limpio, desinfectado y con el tanque lleno, ellos tienen que presentar la factura de la gasolina a tesorería.

Disciplina

Hoy, en casa de Melissa, los hijos de Amanda, amiga de Omar, están almorzando. Y ella está en casa hoy. Hoy es su día libre, fue al mercado para el almuerzo de hoy, en cambio sus hijos los cuida la mama de Melissa.

- ¿Qué porquería es esto? - Esteban reclama.

- ¿Qué dijiste? - Reclama Saúl, el hermano mayor, - come y calla.

-No hagan problemas, eso es fácil de resolver – Melisa quita el plato a Esteban – Si tanto dice que esto es porquería, simplemente no hay otra cosa que esto.

- No te preocupes Melissa, se lo diré a papá para que lo castigue – Maya la segunda hija de Amanda – Él es así, mi mamá le consiente por qué es el último.

- Cállate y no digas tonterías, tú no eres quien para decirle cosas a papá.

- Esteban, si no te callas, te pego. - Saúl amenaza.

Esteban escupe en cara a su hermano y éste le dio un fuerte lapo.

- Ahora te disculpas de la señora y de Melissa.

- No quiero – gritó y se fue al segundo piso, lugar donde ellos viven.

- Saúl, come rápido, no vaya a hacer que Esteban se vaya a lastimar ya tú sabes.

- Ahora termino y subo, lo encierro en el cuarto y bajo para hacer la tarea.

La mamá de Melissa se siente mal por el mal comportamiento de Esteban, sólo tiene ocho años, pero ha demostrado ser una persona de muy mala conducta, pero mamá lo defiende por que el día que nació vio la pelona, su parto fue complicado. Saúl terminó rápidamente su comida y subió a ver a Esteban.

- Señora Luisa – habla Maya – no sé sienta mal, Esteban es muy mimado por mi mamá, Saúl lo va a disciplinar.

- Tan pequeño y con tanto desprecio a lo que uno le da. Que Saúl no vaya a cometer una tontería, no quiero problemas con tu madre.

- No señora, no sé preocupe, Saúl ya sabe lo que tiene que hacer.

Se escucha tirar una puerta y el grito de Esteban. Saúl sostuvo de los cabellos a su hermano y lo metió a la ducha, abre la llave y lo baña al agua fría, con la ayuda de una chancleta le pega en las piernas.

- Mamá - el grito de desesperación de Esteban era desgarrador – mamá.

- Cállate o te doy peor, así lloras por algo.

La sala-comedor estaba hecha un desastre, Esteban había roto muchas cosas, si Saúl no terminaba rápido el almuerzo ¿Cómo hubiera quedado el departamento? Estaban tiene el cuerpo adolorido, fue al cuarto para cambiarse de ropa para luego bajar y hacer la tarea.

Maya subió el táper con la comida de Esteban y la dejó sobre la mesa para que papá lo haga comer, aplique la disciplina y lo obligue a pedir disculpas a la señora Luisa.

Melissa ayuda a los chicos con las tareas las veces que tiene horas libres y hoy está en casa y los ayuda. Maya tenía geografía, Saúl tenía ejercicios de matemáticas y Esteban de redacción.

- Muy buen Esteban, tienes crear un texto o mejor dicho una breve historia donde los personajes tienen que trabajar juntos para cuidar del planeta. Aquí tienes una hoja borrador cuando terminas la reviso y luego lo pasas en limpio a tu cuaderno.

Esteban está con una cara que parece inexpresiva, pero sus ojos destilan toda la maldad que puede haber en el corazón de un ser humano, mientras tanto ayuda a Maya con la tarea de geografía

- ¿Qué tienes que hacer en geografía?

- Tengo que dibujar un mapa con las ecorregiones.

- Señalar costa, chala, jalca, puna, bagua, selva alta, selva baja otros dicen bosque seco, manglares...

- Sí, ese.

- ¿Luego?

- Lo otro es matemáticas.

- Bien, mientras Esteban hace su redacción, y tu con tus matemáticas yo te hago el mapa.

Esteban permanecía inmóvil, parecía una estatua. La cara se mantiene inexpresiva, ni siquiera una sola letra escribió. Melissa hizo el mapa y tanto Maya como Saúl se asombraron al ver como quedó el mapa.

- ¡Que paja quedó el mapa! – Fue la expresión de Saúl.

- Salió muy bonito, Melissa debería vender dibujos para resolver las tareas, tendrías mucho dinero.

- Le saco la foto y la mando a mamá. - Saúl enfoca y captura la imagen para mandarla a mamá.

- Ya me saqué 20 en mi tarea – Maya saca de su cartuchera una goma en barra, pega el mapa y guarda su cuaderno.

Amanda recibe la foto que Saúl le envío y está se lo muestra a su chofer.

- Melissa sabe dibujar, me gustaría mucho que la madre de mi hija fuera igual.

- Melissa es muy hábil. Si vieras como mantiene disciplinados a mis hijos.

- ¡De verdad! Preséntamela, que yo dejo a mi pareja.

- Chistoso te crees.

- Sí se enteran de la clase de mujer que es, aquí se divorcian todos.

- Tú crees que una mujer como ella se rebaja a ustedes.

- Yo quiero una mujer que si no me atiende no importa, pero que enseñe así de bonito a mi hija.

- Tendrá que dejar a Omar.

- Cuando reviente el chupo, me la llevo.

- Te pasas. Tú no tienes remedio.

- Luz, la sucursal de Miguel. Ella trabaja en el Saco Oliveros y es un colegio bien mentado.

- Ella solo enseña primaria, en cambio, Melissa enseña en todos los niveles.

- ¿Por qué no la conocí antes?

Volviendo a casa de Melissa, está resolviendo el problema de Esteban.

- ¿Por qué no has escrito nada?

- Porque no me da la gana. - con tono despectivo.

- ¿Cómo dijiste?

- Porque no me da la gana ¿No escuchaste? – Esteban levantó la voz.

Melissa lo fulmina con la mirada y una mano la levanta.

- Una más y está mano te romperá la cara. – Melissa está muy seria y su tono de voz es frío.

- Dale no más, si se queja le digo a mamá y papá lo mal que se comportó hoy.

- Sube a tu cuarto, - la firmeza de Melissa hizo que Esteban obedeciera sin decir un pio.

A los pocos minutos suben los otros y Melissa hace la redacción, lo hizo en el papel borrador y subió la hoja.

- Hola Saúl, aquí está la tarea de Esteban, que lo pase en limpio.

- Después del castigo de papá hará la tarea.

- Será muy tarde.

- Papá llamó y dijo que en una hora llegará a casa.

- Está bien. Pórtense bien.

Papá se enteró de todo por qué Saúl y Maya no se reservaron ni una coma en el relato, así que, el papá se sacó en cinturón y lo agitó contra la mesa y Esteban comió su comida que Maya había calentado en el microondas, el niño comió todo sin una mínima expresión de disgusto. Después, Maya cuidaba a que su hermano copie todo para que no presente la tarea con errores.

Maya tuvo la mejor calificación con su mapa y Esteban tuvo lo mismo con su redacción. Es más, la profesora saco fotocopia al escrito y la secretaria lo editó por computadora y fue expuesto en el mural de la dirección como redacción modelo.

Estas son las habilidades de Melissa, es muy capaz y en todo. Casi no tiene rival y solo tiene 19 años, es muy capaz, pero tiene una aguda ceguera por Omar.

Indicios

Son tres días que Omar no llama y el celular está apagado. Ella manda mensajes y él no contesta. El hijo de Omar, quien tiene seis años está muy enfermo. Y en casa sólo discute.

- Omar, necesito más dinero para las medicinas.

- No tengo. Ya te di todo, hasta de mis ahorros.

- El bebé está enfermo.

- Te recuerdo que con mi trabajo estoy pagando alquiler, servicios, comida, ropa, colegio, pago todo. Yo trabajo todo el día, a veces ni como del estrés que me das.

- Yo trabajo en casa, cuido de mi hijo.

- Pues se te olvida que muchas veces mi uniforme está sucio porque no tuviste tiempo de lavarlo.

- Como si fuera fácil criar un hijo y cuidar de la casa.

- ¿Casa? Esto es un cuarto grande y el baño es compartido, no vivimos en una casa para que te estés quejando de que tienes muchas cosas que hacer. Sólo tenemos un cuarto y una cocina-sala-comedor, no hay lavandería, no hay balcón, apenas una ventana, el baño nos toca limpiar una vez por semana, por acuerdo entre inquilinos. De dónde sacas tanto trabajo. La lavandería se hace en el baño y a veces yo lavo mi uniforme en el lavadero de la cocina. Es más, la semana pasada tuve que lavar mi uniforme en el terminal y el jefe me prestó para poder trabajar y por ser prestado tuve que lavarlo y dos veces para que quede lo más limpio posible.

- Mientes, yo soy la que hago todo. Tú eres quien no me valora, soy tu mujer, soy la madre de tu hijo y tu hijo está enfermo.

- Celina, me cansas.

- Vete al diablo.

- Pues tú lo quisiste, me voy.

Omar se va de casa tirando la puerta, prende el celular y lee todos los mensajes de Melissa y se da cuenta de las llamadas perdidas. Decide llamarla.

- ¡Aló!

- Hola, princesa. - Saluda con tono seductor.

- Me has tenido preocupada, ¿Estás bien? - ella muestra preocupación.

- Estuve enfermo, pero ahora me siento mejor ¿Puedo verte ahora?

- No estoy en casa. Pero puedo ir para allá.

- Te veo allí.

Omar llegó primero, y mientras esperaba la llegada de Melissa compra un periódico. Ella al verlo se acerca despacio y se pone a leer junto a él. La cálida presencia de Melissa distrae a Omar, quien la abraza y ella lo besa.

- ¿Cómo estás?

- Estoy mejor.

- ¿Qué fue lo que te pasó?

- Malestar general.

- Mi amor, este mes no ha bajado.

- ¿Cómo te fue en el estudio?

Melissa se quedó fría unos segundos, antes de responder, Omar restó importancia a la preocupación de Melissa.

- Me fue bien, gracias por preguntar.

- ¿Con el colegio?

- Todo tranquilo, entrenando a mis alumnos para el concurso interno de conocimientos.

- Pero tú eres profesora de inglés.

- Van a competir con el inglés también.

- ¡Ah ya! Los pequeños.

- Primaria y secundaria también.

- Asu madre, estás full trabajo.

- Omar, te hice un comentario en el que quería saber tu reacción y me cambiaste de tema.

- ¿Así? ¿Qué me comentaste?

- Que este mes no me ha bajado.

- ¿Qué cosa no te ha bajado?

- Tengo miedo. ¿Y si resulta que estoy embarazada?

- Yo me voy.

- ¿Qué?

- Yo te dejo, no quiero hijos.

Hubo silencio unos segundos, Melissa intenta asimilar la reacción desfavorable de Omar.

- Omar, ¿Qué pasa contigo? -Observa bien sus gestos y nota algo que algo no anda bien - ¿Tienes preocupación que no te deja pensar claro? ¿Te noto distinto?

Omar no lo puede creer, Melissa lo conoce bien, sabe que está mintiendo, es consciente de ello. Una mujer barata, como dicen sus amigos, no le importa y menos prestan atención a los cambios de uno. Una mujer barata haría escándalo por no ser atendida por unos días, una mujer barata o regalada busca saciar la abstinencia de sexo seduciendo al hombre. Melissa es lo contrario, ella está observadora el día de hoy, parece despertar del cuento que Omar contó, está alerta en todo sentido de la palabra, eso lo percibe Omar, él no es tonto.

- Omar te estoy hablando – Melissa despierta a Omar de sus pensamientos - ¿Qué cosas son las que te están preocupando? ¡Cuéntame! ¿Qué está pasando?

- Estoy terminando tarde el trabajo. Descanso mal y me siento... no sé... - Omar no sabe que decir para ocultar la verdad.

- Me dijiste que estabas enfermo.

- Por eso. Por jornadas largas de trabajo, es que me enfermé.

- ¿Cuándo son tus vacaciones?

- No tenemos vacaciones.

- Mírame cuando hablas, dime la verdad ¿Tienes problemas en casa?

Eso asustó a Omar, la mirada asustada lo dijo todo, él mira a Melissa como si ella lo supiera todo, y siente que su corazón se le paralizó, está en una situación incómoda.

-Omar, ¿Estás bien? ¿Acerté con el problema?

Omar tuvo que cambiar el aspecto de su mirada, parpadea y le cambia de tema.

- Alguna vez te dijeron lo bonita que eres.

- Eso que tiene que ver.

- Melissa, ¿Por qué no te arreglas? Eres bonita, pero luces descuidada.

- ¿Me veo mal?

- Sólo mejora tu belleza, eso no quiere decir que vayas a transformar tu cara en un personaje, sólo corregir imperfecciones, esconder las marcas que el acné te deja.

- Por lo menos conoces mi cara al natural.

Omar sonríe, normalmente él no lo hace, sin embargo, ella lo logró con una simple ocurrencia.

- Meli, - Omar abraza a Melissa tiene miedo – eres bonita, cuídate.

- Está bien, sólo porque tú me lo pides.

- Valórate. Toda mujer se cuida, maquíllate un poco. Me tengo que ir, cuídate mucho, ve directo a casa.

- Llámame apenas puedas o escríbeme.

- Lo haré. Espera a que yo lo haga sí, se buena niña.

Omar se fue, no hay beso. No hay frase dulce, no hay nada. Melissa piensa mientras va camino a casa.

- “Me cambió de tema, ¿Por qué? ¿Por qué al hablar de casa me miró como si yo hubiese ofendido? ¿Será verdad que tiene problemas en casa? Puede que él sea reservado y todo lo calla para que yo no me preocupe. Recuerdo aquella vez, que su polo estaba como picado y él sintió vergüenza cuando le dije para arreglar su polo, ahora se viste mejor y como él ha hecho ese cambio me dijo descuidada. Ok, me fijé en sus problemas y no hago nada para los míos. Otra cosa que no entiendo es ¿Por qué se fue sin decirme algo bonito? Todas las parejas se despiden con cariño, con besos y él no. Hasta para saludar, si yo no lo hago él no lo hace. Es más, me dijo que me dejaría si quedo embarazada, ¡Qué irresponsable! Tengo que conocerlo un poco más, algo esconde y lo voy a averiguar”.

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