Crónicas
Errantes vagamos entre los mortales.
Sintiendo sus latidos y temores pero nunca pertenecimos a ellos nunca.... Nunca ni cuando éramos iguales a ellos y nos escondíamos nuestros lívidos rostros del Sol
Ellos no desean conocernos. Ellos no son felices como tampoco lo soy yo.
como nosotros no deseamos que nos conozcan.
Anónimo....
***
Han pasado más de doscientos años la última vez que lo vi, con esos ojos azules que caracterizan un tempano de hielo, tan cruel y mordaz no se detuvo ante mis lágrimas, mis suplicas constantes ese día se llevó conmigo todo lo que era. "El seria mi destinado" "Mi Compañero" pero al verme lo que era, reflejaron el desprecio de lo que soy una simple loba débil como se justificó, para mí fue solo una estupidez y una promesa rota. En algo tenía razón era débil por humillarme ante él, por querer depender de un ser sin corazón. Que se pude esperar de un oscuro con deseos de venganzas.
Había cabida en nuestra relación el un nocturno sediento de sangre en cambio yo solo una simple loba huérfana y el mundo contra mí.
Pero la vida me está dando la oportunidad de terminar lo que una vez quedo pendiente, no retrocedo estoy más que decidida, tomare lo que hace años he buscado. Sin remordimientos, sin necesidad de justificación él es mi pasado. Ahora vivo el presente y mi futuro con alguien más.
-¿Estas decidida? Sabes que te apoyo en todo.
-Lo sé y es por eso que mereces mi amor, esto que hare no dañara lo nuestro. -me aseguro mirando sus ojos cafés, me duele dañarlo son años que ha estado conmigo.
-No exactamente, duele un poco el simple hecho que estas con alguien más, pero quiero verte realizada.
-Gracias -me pongo de puntillas besándolo -No me esperes despierto.
Tres meses después.
Tengo el corazón a mil, me estoy volviendo paranoica él no está aquí me repito mentalmente, Franco me besa la nuca antes de irse, después de esa noche pensé que cambiara todo, pero ahora que veo las consecuencias de mis actos mi relación es una grieta que empieza hacerse más grande. Suspiro tomando un poco de té cada vez el cansancio me mata.
¿Tarde para arrepentirse? Posiblemente. Esta hecho, mi propósito y mi oscura seducción en hacerlo caer en la trampa, gracias a ello tendré mi familia.
Escupo él te, me sabe amargo y mis labios se agrietan, se lo que llevo adentro me pide alimentar y me niego a dárselo. Su demanda es tan fuerte que domina mi cuerpo, abriendo el refri y sacando el empaque rojo, lo bebo tan desesperada que limpio mis labios con mi brazo. «Ya me acostumbré al sabor>>
-Espero que estés feliz -le hablo se mueve respondiendo con una patadita, provoca que suelte una sonrisa. -Sabes muy bien de que hablo.
Un golpe fuerte me hace tambalear, viene desde la entrada, camino con sigiloso mi corazón parece que está galopeando tan fuerte que me saldrá de mi pecho, sus movimientos se hacen más fuertes que me suelta un quejido incómodo de mi parte baja. Algo no esta bien, respirar me cuesta trabajo. Doy un salto de nuevo el golpe se vuelve a repetir constantemente, temor a lo que se aproxima me despierta una sensación en mi garganta Respira, respira». Haciéndome dudar en abrir la puerta.
Mi loba me pide que me detenga, la reacción de mi cuerpo ni yo misma la reconozco, como un maldito imán llevándome al abismo oscuro, la bruja me lo advirtió y no quise escuchar llevándomelo lejos necesita crecer en otra lugar lejos del creador.
Mi verdugo estaba frente a mí, con esos mismos ojos de aquella noche, su rostro se ve desencajado cuando me recorre completamente el cuerpo, hay fuego en ellos, ese fuego ardiente que te quema y me hizo arder entre los gemidos, reacciono rápido protegiendo aquello con mi vida porque es mío, solo mio.
-Como... Como es que... -mis labios tiemblan que me pasa.
-Parece que tenemos mucho que hablar -hace una meuca de lado. -Creíste que era un imbécil que puedes manipular con esos juegos, te equivocaste, no sabes lo que provocaste. Mi furia y no solo eso vaya sorpresa parece que has conseguido algo mío y lo quiero devuelta.
-No sé de qué hablas-respondo tan rápido que no me doy cuenta de lo estúpida que soy.-Debes irte las cosas quedaron claras esa noche o es que quieres que lo repita.
-Eso crees loba. -veo en sus ojos que sabe la verdad. -No lo acepto.
-Eso creo vampiro. -no titubeo esta vez -Acepta y vive con ello, como hace siglos.
-Entonces no me iré hasta tenerlo conmigo - apunta mi vientre.-Porque lo sabes es mío, o pensabas criarlo con el perro que tienes a lado.
-Jamás -manoteo no quiero que me toque, más ahora que será una tormenta en mi vida.-Es mi familia.
-Que lobo tan comprensivo, pero te diré algo loba de una manera a otra ya estas unida, hare tu sueño realidad, me querías atado a tu vida hace siglos, que así sea Micaela.
Siglos antes:
Mis piernas apenas logran responderme llevo días escondiéndome, sé que no tardara en dar conmigo, he asesinado a su madre frente a sus ojos, su grito aun esta resonando en mi cabeza, no importa como haya sido Lileth era su madre y con ello me robe su corazón, sostengo con fuerza el vestido, ante aquel rio de no ser llevada por la corriente, cada día es más pesado el aire me flat y me siento extraña. Las ideas no me dejan pensar con claridad, soy la que hizo la matanza no directamente, pero si la que inicio con los lobos oscuros.
<
Logro recargar mi cuerpo en aquel árbol, mi respiración no se baja esta más acelerada, semanas llevo sintiéndome rara, mi cuerpo está cambiando, algo me está pasando. las náuseas me consumen. Noto el extraño bulto en mi vientre duro. Aun así, recargo mi cabeza cerrando los ojos.
El recuerdo de esa noche me golpea tan rudamente, < Que irónico, ahora llevo a su hijo, creciendo haciendo raíz. Cuando el mismo jamás tocaría una bruja como yo. Talvez nunca debí entrar a su habitación, tal vez debí solo irme. Pero ahora llevo algo suyo, su sangre en mi vientre. No fue difícil adivinar con los días, mi vientre me estaba mostrando que tenía algo suyo creciendo, un ser oscuro que me estaba consumiendo, hice las peores atrocidades en alimentarme para que eso viviera, sentimientos encontrados aparecieron mi corazón, no podía quedarmelo el tenia lo que lo hacía feliz, sería tonto comprender lo que sucedía era YO su compañera YO era su destinada. Tal ve algún día sedara cuenta que estuvo engañado, tal vez ciego aún así todos tendremos un pago en este mundo. Hubo momentos que deseaba regresar que me viera, ¿Que diría? Se daría cuenta que yo.... Pero mi dolor era más fuerte, no se lo merece él nunca lo sabrá me lo jure a mi misma. Conjure un bloqueo donde no pudiera sentir la conexión mucho menos cuando este ser nocturno naciera. La luna era hermosa su color rojizo era un imán que no puedes dejar de verlo. Pero el deseaba nacer esa noche. No pida mas camine buscando refugio hasta que vi aquel humo debía ser una casa, como pude y las pocas fuerzas que tenía toque. Caí en brazos de aquel hombre mayor, no dudo en apoyarme en aquella cama, su mujer me auxilio el dolor era insoportable mas con mi condición física, mi carne pegada al hueso el oscuro ser me estaba consumiendo al punto de llevarme a la muerte. -Puja mujer, puja -me suplicaba lo hice solo quería termina con este dolor de meses. -No... No puedo más... -Puedes estas coronando puedo sentir la cabecita mujer, puja saca a tu bebe. Me aferre entre gritos de podrían aterrorizar, me mordí con fuerza mi mano casi hueso, y con la poca voluntad que aun tenia logre dar mi último pujón sacando al oscuro ser de mí. La sensación era de alivio al fin era liberada de sus garras. -Es un varón, pero.... -¿Qué...? ¿Qué pasa? -Mujer, no respira tu bebe, no hay latido en él. El solo escucharlo me hizo reaccionar lo mala que fue en desear que muriera, mis lágrimas me llenaron de remordimiento, exigiendo verlo, ahí estaba frio, lo detalle era tan hermoso con su cabello oscuro, sus pequeñas manitas, sus piecitos que bese y esa boquita ese rostro sería igual a su padre, un producto de una noche que el mismo nunca recordara y donde me confeso cuanto me amaba. Pero no quita que fuera un estúpido cobarde. -Lo siento mucho -dijo aquella mujer -El aún está dormido -dije entre lágrimas -Lo llevara mi esposo -me dice ayudándome a limpiar mi herida. Esa noche lloré como nunca en mi vida, perdí un pedazo de mí, porque antes de él, nació de mi cuerpo que le dio vida, creció y me absorbió, al final llego a este mundo sin vida. -Le da mi esposo santa sepultura, mujer dime como te llamas. -Mi... Mi nombre es... Ziotlema Ziowas. -Hermoso nombre y único por lo que veo jamás lo he escuchado, dámelo me lo llevare. -No por favor quiero quedármelo un poco más conmigo -dije entre lágrimas. -Es un hermoso niño, ¿Quieres darle un nombre? - me pregunto mire la cara de mi bebe, hermoso sería un gran vampiro, su esencia era tan igual a su padre y a la mía, podría olerlo. -Su nombre será Damián... Damián Burguet Ziowas. Seria la ultima vez que lo llegara a ver, la vida me daria una oportunidad antes de despedirme años despues.
Siglos después de aquello:
Irlanda
Micaela.
-Micaela, ¿Dónde te has metido hija?, esta niña escuché a mi madre decir la vi desde el árbol escondiéndome de ella.
Me encanta ver el cielo desde aquí, las aves son tan hermosas algún día me gustaría poder volar como ellas.
-¡Mica!, tu padre no tarda en llegar -ahí estaba de nuevo el grito de mi madre
-¡Voy mama! -doy un salto cayendo de rodillas. -Pudiste lastimarte amor, no debes subirte a los árboles.
-Quiero ser un ave, poder volar mama.
-Cariño sabes lo que tu padre y yo somos.
-Si lo sé y también de que no debemos decirlo.
-Eso nos mantendrá alejado de cazadores y gente mala cariño.
Ayudo a recoger las manzanas del pasto, con cuido las pongo en la canasta, mi madre me sonríe, pero tiene razón hay gente mala, hacernos pasar como humanos nos ayuda mucho, los rumores de vampiros, brujas y lobos hacen que la gente esté alerta.
-Mama, podrías hacer un pay de manzana hay muchas en la canasta.
-Pensé hacer un pastel de carne.
-Por favor, por favor. -suplico con mis manos juntas.
-Micaela Yukonsky no me hagas esa cara.
Suplico jalándola del mandil, ella suspira diciéndome que está bien, no quita que me ordene que me levante y me dé un baño, la lleno de besos saliendo de ahí.
Escucho voces dentro de la casa, mi padre hizo un pequeño lavado que esta atrás de la casa, tomo la perilla que moja con mi cabello rubio cayendo gotas al suelo de madera, observando que mi padre no vino solo, sino con alguien más.
Noto al hombre de mirada fría, me da miedo más esa forma de mirar, él no es como nosotros, tampoco es humano. Mi padre sigue hablando con él, mi madre me da un pellizco que suba rápido a cambiarme. Termino de alistarme dando un suspiro parándome enfrente del nuevo invitado.
-Cariño déjame presentarte a Damián, nos ayudara con la cosecha.
-Mucho gusto- comenta haciendo una reverencia que me causa risa.
Mi madre se le salen los ojos, pero no puedo evitar reírme por esa forma tan anticuada. Más cuando vivimos en el campo esas costumbres solo quedan en los pueblos con más acaudalados.
-Disculpa la actitud de mi hija, aun es joven para comprender el saludo cortes.
-Descuide señor Hanson
-Pasemos a la mesa, la comida está servida, prepare pastel de carne y un poco de guisantes y pay de manzana -dijo mi madre mirándome.
-Me parece delicioso.
No pude evitar verlo, pero era una tonta cuando su mirada se cruzó con la mía sonrojándome por completo su acto me acaloro con aquel guiño discreto.
Convirtiéndose en alguien especial.
-Vamos hija solo es la pala y arrastra no es tan complicado.
-Padre tan fácil decirlo, es solo que no se meda sembrar.
-Esta niña.
-Ya no lo soy padre desde hace mucho -contesto indignada
Veo a Damián cargando el costal de papa, me sonríe indicándome que los siga veo a mi padre depositando con delicadez cada semilla, en espera que la próxima temporada podamos tener cultivo.
Invente un pretexto en escabullirme, a decir verdad siempre tenía un don esa forma de que mi presencia no fuera notada cuando de tratar de huir. Llegue hasta el cuarto de cultivo observando al hombre de ojos azules, el siempre se ha mostrado muy respetoso y conmigo tanto que se ha convertido como mi hermano mayor.
Son siete años desde que llego, aun recuerdo la desconfianza que tenía hacia él, y que mis padres no notaban el aura oscura que desprendía, pero solo yo me daba cuenta que Damián era algo más que un simple humano, un ser que los cuales debía causarles miedo.
-Mi padre te mando con Krasmelia, tuvo buena cosecha. -comento subiéndome a la mesa. -Sí, creo que para todos no les está hiendo bien este año.
-Si, al menos nosotros podemos sobrevivir el invierno.
-Tu padre debería tener cuido con los Fuilers más cuando su hijo...
-¿Su hijo qué? -pregunte curiosa
-Olvídalo, pásame el cuchillo.
-Acaso no puedes romper el lazo, mis padres no te verán recuerda que guardo tu secreto.
-Si lo hago pueden correrse por todas partes.
-Usa esa magia que tienes, si... Si ándale.
-Nunca debí mostrarte, ahora no poder quitarte de encima chiquilla enfadosa.
-Recuerda que hiciste un juramento inquebrantable, cuidaras a esta pequeña princesa si a unos de mis lindos padres les pasara algo, sabes que te quieren como un hijo y yo te quiero como mi hermano.
Lo veo suspirar como si le pesara la promesa, deja las patatas en el costal grane para este invierno, lo veo como la luz de la ventana ilumina su cuerpo, observándolo con más detalle, su cabello negro, su altura, pero tiene algo en sus ojos que no puedes dejarlo de ver. Mi mano viaja a mi estómago.
«Que es esto>>
Es una sensación que nunca había sentido, tanto que mis mejillas se ponen rojas, el aún sigue de espaldas y entre más lo veo me pongo nerviosa.
-Listo, con eso bastara -sacude sus manos, y el melino crece en mi estómago.
No digo nada me quedo calda, como el viene hacia a mí, el corazón late con fuerza, ¿Qué me pasa? Porque ahora lo veo distinto, muevo mi cabeza con rapidez tanto que me mareo el siente mi rostro mirándolo tan cercas.
-Puedes lastimarse no hagas eso. -me reprende sentando se aun lado de mí.
Mi corazón solo dice «Pum, Pum, Pum» mis manos sudan. No solo eso su esencia la noto tan diferente que entra por mis fosas, no pudo evitar mover mi nariz y el me descubre que lo olfateo.
-Mica, puedo notar que me estas oliendo ¿Pasa algo?
-No, te puedo preguntar algo.
-Claro, siempre no sea esas preguntas que no tiene apuesta con gusto respondo.
-Mentiroso sé que para todo puedes responder,
-dime ¿A qué huelo para ti?
El solo tacto de su piel me siento nerviosa, su nariz rozo mi cabello rubio, del cual tomo llevándoselo a la nariz, note un destello en ellos, tanto que nuestras miradas se quedaron así, deteniendo el tiempo como si el que los cerrara perdiera, no parpadee me quede quieta con la respiración agitada, mi boca se abrió y el bajo la mirada directamente a mis labios.
Debía hacer algo, se acercó tanto que pude jurar que tendría mi primer beso, pero no fue así, la desilusión llegó como el acomodaba un mechón detrás de mí oreja.
-Debemos irnos -me indica.
-Damián, nunca te he preguntado y sé que tampoco has dicho nada de cómo has llegado hasta aquí. Pero siempre me he preguntado
-¿Quiénes son tus padres?
-Y ahora te salió la curiosidad -su voz se escucha incomoda.
-Perdón no debí.
-Descuida pequeña, no es importante, mi madre me dejo creyendo que morí y mi padre quien sabe si sabe o no de mi existencia.
-Damián...
-Es mejor preparar tu cumpleaños, ¿Qué deseas? Mica.
-¿Qué deseo? -me pregunte.
Realmente lo tenía todo, nunca desee nada que no podía tener, mis padres me inculcaron luchar por lo que deseo y no envidiara a nadie. Además seria mi trasformación.
Que tonta e ingenua pensar que sería un cumpleaños hermoso sería algo que jamás olvidaría para toda la vida.
-Piénsalo tal vez pueda cumplírtelo - me dijo sin darme cuenta que ya no estaba a mi lado.
Y el solo hecho de saber que él se ira algún día me hizo sentir extraña, una necesidad que él se quedara para siempre en mi vida. Me puse de píe rápido y no pude contener abrazarlo con todas mis fuerzas.
-Mica.
-Nunca me dejes Damián promételo.
-Lo prometo pequeña. - me prometió besando mi cabello rubio.
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