LA GUARDAESPALDAS DEL CEO
CAPÍTULO 1 21+
Esteban Reyes, un importante CEO, necesita un guardaespaldas urgentemente, ya que intentaron asesinarlo fuera de su empresa. ¿La razón? No se sabe aún.
Davina Davis, una joven hija de padres prestigiosos bueno lo eran en su momento. La madre de ella fue una gran abogada y su padre un excelente juez.
Pero no todo es color de rosa.
Atención, en esta novela se podría ver: abuso sexual, violencia, secuestro, muerte, etc.
Todo comenzó cuando Davina tenía 14 años.
Davina fue secuestrada por Sam Williams. Un mafioso de 33 años. Este la había secuestrado por qué su padre lo mando a prisión por unos años, pero se escapó. Y ahora, que se había enterado de que tenía una hija, le iba a hacer la vida imposible.
Sabía que el punto débil del padre de Davina, era ella, la propia Davina. Su única hija.
Sam Williams
Secuéstrenla. — Le dijo a uno de sus hombres, mientras miraba a Davina a través de la ventana de la limusina. Le parecía atractiva, para tener 14 años.
Davina (Adolescente)
¡Déjenme!— Grité. Forcejeaba con dos hombres que estaban agarrándome, para meterme en limusina. Me taparon la boca y me inyectaron algo, que a los pocos minutos me hizo desmayar y dejar de luchar.
Davina (Adolescente)
— Abrí los ojos lentamente, me dolía la cabeza, no sabía dónde estaba, ni por qué estaba acá. Me latía el corazón con fuerza al recordar como unos hombres me llevaban a la fuerza a una limusina.
Sam Williams
Al fin despertaste, hermosa. — Sonrió aquel tipo que no conocía en el absoluto.
Davina (Adolescente)
¿Quién eres?— Pregunté, temblorosa. Por alguna razón este hombre me daba mala espina.
Sam Williams
Soy Sam Williams. — Dijo, acercándose.— Seguramente has oído mi nombre por la boca de tu padre en algún momento.
Davina (Adolescente)
— Recordé que un par de veces mi padre le hablaba a mi madre sobre un hombre que se llamaba así. Pero negué. Estaba asustada.
Sam Williams
Oh... Eres una pésima mentirosa. ¿Lo sabías? — Me agarro de la barbilla.
Davina (Adolescente)
¿Qué hago aquí?— De mis ojos empezaron a caer lágrimas. Estaba aterrada.
Sam Williams
Ya lo sabrás. — Se levantó y empezó a quitarse los pantalones. Ahí me di cuenta lo que iba a pasarme. Negué y retrocedí hacia atrás. Golpeé mi espalda contra el respaldo de la cama en la que me encontraba.
Davina (Adolescente)
Por favor. Solo déjeme ir. Juro que no se lo contaré a nadie.
Sam Williams
No me interesa.
Sam se acercó a Davina, que se encontraba temblando. Este le rasgo la ropa y entro en ella.
Davina (Adolescente)
¡Ay!— Solté, me dolía mucho, empecé a llorar mientras que el solo se movía.
Davina empezó a empujarlo, queriendo que saliera de ella. Pero era en vano, el era mucho más grande y fuerte que ella.
Davina (Adolescente)
Basta... Por favor. — Lloraba. El le empezó a morderme el cuello, yo grité de dolor.
La puerta de aquella había se abrió, pensé que me iban a salvar, pero no, era una mujer con el semblante serio.
Sam Williams
ahh ~ — El miró a la mujer que estaba ahí, se siguió moviendo.— ¿Que quieres?
Enid Park
Vengo a ver qué hace mí esposo. — Me mira con desprecio unos segundos y luego lo mira a él —. Te estás cogiendo a esta golfa.
Sam Williams
Ahh ~ — Se viene dentro de Davina. — Solo nos estamos divirtiendo, ¿o no, hermosa?— Sale de ella para luego darla vuelta y entrar en ella nuevamente.
Davina (Adolescente)
Déjeme. — Lloré.
CAPÍTULO 2
Apenas las torturas de Davina empezaban. Sam siempre llegaba a la habitación y abusaba de ella, cuando quería y como lo quería.
En la mansión en la que vivía Davina con Sam y Enid, ya la conocían como la nueva zorra de Sam, la prostituta de Sam, la muñeca de Sam, etc. Pero ella solo tenía catorce años para soportar todo.
Algunas veces, Sam obligaba a Davina ver cómo tenía sexo con Enid, o la hacía ver a Enid cómo abusaba de Davina.
Davina quedó embarazada de Sam tres veces, en los tres los perdió por culpa de Enid. Su primer embarazo fue a los catorce, luego los quince, hasta el último dieciséis.
Sam Williams
Salta sobre mí, zorra.— Cacheteó a Davina.
Davina no se movió. Sam la agarró de la cintura y empezó a moverla. Parecía una muñeca que podía manejar a su antojo.
A veces, solamente a veces, ella soñaba con asesinarlo y escapar.
Habían pasado tres años desde su secuestro, casi cuatro. En lo que cuáles Sam mato a los padres de Davina.
Sam Williams
Ahhh ~ — echo su cabeza hacia atrás mientras se venía dentro de la chica. Sam apretó el trasero de ella, dejándolo prácticamente rojo.
Davina (Adolescente)
Ya asesinaste a mis padres. — Susurró. — ¿Por qué no me matas y ya? Ya te vengaste.
Sam Williams
Si, pero... — La beso y luego le empezó a esparcir besos por su cuello desnudo.— Pero me das placer. Me encantas. — Apretó con fuerza el trasero de Davina, está se quejó del dolor.
Davina (Adolescente)
Me duele.
Sam Williams
Lo lamento, es una de mis partes favoritas de tu cuerpo.
Davina (Adolescente)
Te odio. — Dije furiosa, lo odiaba tanto que quería matarlo en ese momento.
Sam Williams
— Empezó a morder el cuello de ella. —
Davina estaba muerta en vida. Ya no tenía el brillo en sus ojos que tanto la caracterizaba, ya no existía.
Para ella era preferible estar muerta que afrontar todo esto.
Creyo que jamás iba a salir de ahí, que se iba a morir ahí. Pero afortunadamente, el FBI allanó la mansión de Sam.
CAPÍTULO 3
Jessica Gonzalez
Bien, Davi. — Felicito su jefa.
Davina Davis
Gracias, jefa.
Davina Davis
¿Que sucede?— Pregunto al ver a Jessica con unos documentos en las manos. Se pasa una toalla por la cara y baja del ring.
Jessica Gonzalez
Hay un caso. Tienes que proteger a Esteban Reyes. ¿Sabes quién es?
Davina Davis
Sí. El empresario famoso.
Juan Suarez
Usted debe ser la señorita Davina. — Sonrió amablemente. — Mi amigo se encuentra en su oficina.
Davina siguió a Juan, este le abrió la puerta y Davina entró. La oficina estaba a oscuras, lo que le parecía extraño.
Davina miro en dirección al gritó, un perro golden salto sobre ella, tirando la enseguida.
Davina Davis
¡Ay! — El perro estaba encima mio, lamiendome la cara.
Esteban Reyes
¡Gigi! — Saque a mi mascota encima de la chica. Gigi le ladro en forma amistosa y le siguió lamiendo la cara.
Davina Davis
Ay, mi cabeza. — Me toque la cabeza y luego vi a la golden retriever para luego ver a su dueño. Acaricié a la perrita. Ella puso su patita en mi muslo.
Esteban Reyes
Lo lamento, Señorita. — Dije avergonzado. — Gigi. — Mire a mi mascota en forma de regaño.— No debes tirar a las personas que entran en mi oficina. No, mejor dicho, no tienes que tirar a nadie.
Gigi
—Empieza a ladrar a su dueño.—
Esteban Reyes
No me ladres en ese tono, jovencita.
Davina Davis
— Mira a ambos sin entender nada. — Creo que volveré en otro momento.
Esteban Reyes
No,no. — Sonrió. — Quiero disculparme. Gigi también. — Mire a Gigi que se puso en dos patas y coloco sus dos patas delanteras en la pierna de la chica, Gigi le estaba moviendo la cola.— Es raro.
Davina Davis
¿Qué?— Acaricié a la perrita.— Es hermosa.
Esteban Reyes
Normalmente, te morderia. Digo, no es para nada sociable Gigi; le gusta dormir y comer. — Dije sin simpleza. La chica se puso pálida, más de lo normal.— Pero a ti no.
Davina Davis
— Reí con nervios. — Bueno, por suerte no me mordió. — Carraspeo. La perrita se fue al sofá que estaba en la oficina y se acostó a dormir.— Soy Davina Davis. Seré su guardaespaldas.
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