Después de tanto caminar he llegado a un pequeño café, tome asiento en el lugar más alejado del lugar, no pensaba pedir nada solo traigo el dinero para el pasaje y llegar a casa, en pleno siglo 21 y solo tengo el dinero de mi pasaje, —¿increíble verdad?— con mis pensamientos dando vuelta a mi cabeza repasándolos, pero el que más me inquieta es que estoy sin trabajo, desde que salí de casa a las 7 de la mañana hasta las 4 yendo de entrevista a entrevista sin ningún buen resultado unas lágrimas brotan de mis ojos, aún sentada en este pequeño restaurante
Estoy cansada y con mucha hambre, no tengo ni ganas de llegar a casa, encontrarme con mis hermanos y mis padres es desgastante, les diré por qué.
Soy una chica mexicana de 20 años, morena , cabello negro, mido 1.65, ojos color miel, labios gruesos, no tengo buen cuerpo, pues, les diré que soy gordita, también les puedo decir que hace aproximadamente 4 meses termine mi carrera técnica con bachillerato en Trabajo Social, la verdad pensaba que sería más sencillo una vez que terminara encontrar trabajo, pero qué sorpresa me he llevado porque no es así al contrario y cuál es el primer defecto que ven, que soy gorda eso es lo primero que puedo percatarme y no necesitan decírmelo, cuando entras a la empresa para la cita puedes observar pura Barbie sentada esperando a ser entrevistada, algunas van vestidas que se les ve todo otras van decentemente, pero son delgadas, y siempre que me ven me dicen que me llamarán. Muchos podrán decir, bueno a todos nos pasa que nos dicen así, desgraciadamente escuche a la segunda chica que esperando su turno hablando creo a su casa para comentar que ya la habían contratado cuando a mí me dijeron que me hablarían, no digo que todos los trabajos sean así, pero para que mentir es la realidad, vivimos en una nueva era según hay libertad de expresión, hay inclusión y existe un alto al bullying — ja, ja, ja— si como no, pero sigamos, así fui a mis 5 entrevistas, probablemente necesiten personas con experiencia, pero a decir verdad como uno va a adquirir experiencia si no nos dan chance de adquirirla, por eso estoy aquí, esperando a que sea una hora en donde no encuentre a toda mi familia y me dejen en paz.
Mi familia es sumamente desquiciante, mi madre vive con sus achaques de que se siente mal casi siempre y que decir de mi padre que se deja mangonear por mi madre a más no poder y mi hermano que es mayor por 5 años divorciado dos veces, si como lo oyen dos divorcios, se casó a los 18 y se divorció a los 19 después se casó a los 21 nuevamente y se divorció apenas 2 meses, lo bueno es que no tiene hijos, pero al final regreso de dónde se fue a la casa de sus padres, no molesta a nadie, pero no espera momento alguno para estar restregándole a uno que porque estoy tan gorda y fea, que porque no cuido mejor a mis padres lo que resta de sus vejes y otras cosas más, mi hermana que es dos años menor que yo por consiguiente la consentida de la familia, ella es muy delgada, por increíble que parezca es de piel clara, con ojos café obscuro como mi madre, le permiten muchas cosas además que todo le dan, y no me molesta al contrario me da gusto que ella su pueda vivir lo que yo no pude.
Seguía yo muy metida en mis pensamientos que no me fije cuando alguien puso un café enfrente de mí y tosió, fue ahí cuando reaccione.
Lamento interrumpir tus pensamientos, linda, te traje este café para aminorar un poco tu cansancio o prefieres un refresco, —dijo una camarera como de 30 años—.
O no, señora, perdón, señorita, no he pedido nada.
Ja, ja, ja Se que no has pedido nada, pero alguna vez tuve tu edad y me veía igual que tú en estos momentos, así que la casa invita.
¡De verdad!, Pues muchas gracias.
No te preocupes, estoy en descanso de 15 min, mi nombre es Verónica, y el tuyo.
Mi nombre es Esmeralda, mucho gusto. Verónica.
El gusto es mío, Esmeralda, dime tuviste un día pesado.
Bastante diría yo y no solo un día, más bien una semana.
¿Vives sola?
Mmm bueno, disculpe que no le contesté, vivimos en una sociedad en donde los secuestros y asesinatos están al salir de aquí, será mejor que me vaya, le agradezco el café, una vez que tenga trabajo le vendré a pagar tan generoso gesto.
Entiendo tu preocupación, y no me ofendo linda, no te vayas quédate aquí, te pregunto por qué podría ayudarte a conseguir trabajo, pero sería de noche entiendes.
Se trata de cuidar a un enfermo, está buscando a una chica responsable que no tenga problema por trabajar en la noche.
Es en serio, Verónica, no me estás mintiendo.
No tendría porque.
Vivo con mis papás, pero no tendría problema por trabajar en ella noche.
Bueno, deja marco a la señora que me dijo del trabajo.
Claro, — Verónica saco su teléfono celular, marco un número, espero a que contestaran—.
Anca buenas noches, amiga, mira he encontrado a la chica para cuidar a tu papá, si es muy responsable, cuando te he quedado mal, ¡Ahora! Si le daré tu dirección, si mi amiga se llama Esmeralda, muy bien después te espero acá para tomarnos un café, te quiero adiós.
Listo linda te recibirá ahora, la dirección no es lejos de aquí.
¡Por dios! De verdad.
Sí, mira, ella es una mujer difícil, pero es linda cuando te tenga confianza, estudiemos juntas en el Liceo Franco Mexicano.
¡Estudio en esa escuela tan cara!, disculpe mi atrevimiento, pero que hace despachando cafés!
Bueno, este restaurante junto con los que encontraras en el país son míos linda.
¡O por dios! Es increíble encontrarme con la dueña del restaurante, vestida como mesera y yo hablándole con tanta confianza, qué sorpresas tiene la vida verdad, gracias Verónica, gracias— con lágrimas en los ojos, Esmeralda le tomo la mano para seguirle agradeciendo—.
Tranquila deja de llorar, Cúa do tengas tiempo regresa y me cuentas cómo te fue, yo vivo en la parte de arriba del restaurante y la puerta a la plata alta está a un lado de la entrada de los empleados, a tu lado derecho, mira esta es la dirección ****, preguntas por la señorita Anca, dile señorita, le molesta que le digan señora.
Muy bien así lo, are, gracias nuevamente, — Esmeralda se levantó de aquel lugar dispuesta a caminar cuando la voz de Verónica le dijo—.
Tienes dinero para llegar a la dirección que te di.
Mmm no— lo dijo con pena—.
Toma este dinero para te vayas en taxi y, llegue más rápido, no te preocupes cuando tengas dinero, sé que me pagarás.
Que dios le dé más Verónica, no tengo como pagarle este favor que me hace gracias.
Esmeralda salió de ahí confiando en que no fuera una trampa, le pedía a Dios que no fuera así, además si fueran secuestradores no le harían nada, pues, estaba tan gorda que estaba segura de que no darían nada por ella, tomo el taxi dio la dirección y pidiéndole a Dios que no pasará nada malo iba rumbo a su destino.
Esmeralda estaba muy nerviosa, digamos que sabía que no era precisamente su área laboral, pero en su carrera había llegado a ver el tema sobre los ancianos, así que pondría en práctica algunas cosas que aprendió, esperaba que la contratarán y que el pago le pudiera ayudar para juntar y poderse independizar, pues, sabía que no duraría mucho más en ese dizque hogar.
Señor podría buscar otra ruta más rápida, la verdad tengo mucha prisa.
Señorita, no ve que no puedo avanzar más, si tanta prisa tiene bájese y camine.
Esmeralda no sabía ni que decir, no se dejaba tan fácilmente cuánta la gente abusaba de los demás, pero en esos momentos necesitaba de llegar pronto, pero al ver que el taxi de plano no quería moverse saco un billete y le pago al señor taxista.
Déjeme decirle que es usted un grosero, — no espero a escuchar lo que decía el taxista y salió corriendo en busca de la calle y el número correcto, sabía que estaba cerca, y aunque le faltaba 45 min para la cita ella corría y corría, pero por esa distracción sin darse cuenta choco con un hombre muy alto y muy fuerte pensó ella, pues, fácilmente la tiro de nalgas al suelo.
Aquel hombre era un señor demasiado guapo, pensó ella, lo miro a esos ojos de un color azul profundo.
Domnisoara ( señorita en rumano), ayudarle se encuentra usted bien.
Gracias, señor, pues así que digamos bien, bien, pues, no, párese usted un muro, me duele el trasero.
Yo tengo la culpa por venir viendo mi celular cuando debería de fijarme por donde camino, le pido una disculpa.
No se preocupe, también yo por venir corriendo, así que los dos somos culpables.
Permítame enmendar mi error, le invito a tomar un café o lo que usted guste.
Le agradezco, señor, pero tengo prisa.
Aquel señor extraño la quería tomar de la mano y no dejarla ir, era difícil de creer que un hombre como él sintiera la necesidad de tenerla cerca, como era posible que aquella señorita que a leguas se veía mucho más chica que él, no quería dejarla por ningún motivo y les diré Por qué.
Mi nombre es Dragos Kovacs soy un hombre de 32 años de edad, soltero, muy mujeriego, pero díganme que hombre no lo es, estatura de 1.80, me gusta mucho La Oina, (deporte nacional rumano, que después les contaré que es y como se juega), mi cuerpo es atlético, mi cabello es rubio ondulado y me llega a los hombros, mis ojos son azules, mi boca es de tamaño normal ni tan grueso si tan delgados, mi nariz es respingada, soy un arquitecto reconocido a nivel mundial, poco a poco irán conociendo de mí.
Salí molesto de mi casa en México, pues mi hermana mayor que yo me sigue insistiendo en quedarse aquí, cosa que aún no entiendo por qué, y lo que es peor quiere que mi padre se quede con ella, no podía seguir discutiendo la amo y lo que menos quiero es estar disgustado con mi familia, quería tomarme un café en el restaurante de Verónica, así que decidí irme caminando para despejar mi mente, lo que nunca me imaginé es que mis ojos se toparían con una mujer realmente única, el asunto es que por ir viendo mi celular choque con ella, cuando mis ojos la vieron fue de esos momentos en los que jamás te imaginas creer en el mentado amor a primera vista, increíble, pero me paso, y lo más raro del mundo es que es una hermosa jovencita gordita, de ese moreno que me encanta de las mexicanas, la tomé de la mano y demonios esa corriente eléctrica que te pasa por la columna y ese vacío que sientes en el estómago por fin lo pude sentir, no quería dejarla ir, así que me las ingenia como cualquier adolescente invitándola a enmendar mi estupidez, ahora espero que ella acepte mi invitación.
Entiendo, entonces dame tu número de teléfono para pagarte ese café, te parece, — por favor que me lo dé— pensé en mis adentros — pero qué demonios me pasa, yo el arquitecto más famoso del mundo pidiendo que una señorita inferior a mí en todos los aspectos me dé su número, esto es inaudito, pero que si me lo dé—.
Está bien, mmm mi número es *****, bueno, señor hasta pronto.
Espera señorita, cómo te llamas.
Esmeralda— grito muestras seguido corriendo—.
No sé por qué carajos le di mi número a un desconocido, de verdad que no me reconozco, tantos pinches secuestros que hay en México y a mí se me ocurre hacer semejante estupidez, pero como negarme a esa vocecita en mi cabeza de “dale tu número, no se ve mal hombre”, esperemos que se le olvide mi número y no marque, hay dios, pero como negarlo si es un cuerpo de hombre, se ve mayor que yo eso es definitivo, pero ese cabello a lo salvaje, y esos ojos que parece que te hundes en un mar profundo, ahora que si le quitamos esa ropa, no hombre, válgame dios, pero qué cosas estoy pensando, vamos Esmeralda corre loas que puedas que llegarás tarde.
Y si con ese hombre esmeralda perdió 35 min, en lo que reaccionaban después de que se miraban con mensos, y en lo que se levantó del suelo y se sobó el trasero, y así transcurrieron 35 minutos, cuando por fin llegó a la mentada dirección ya habían pasado los 45 minutos, tocó la puerta y espero a que le abrieran y no notarán su tardanza.
Parada en aquella puerta tan hermosa de madera tallada con vidrios biselados, esperaba intranquila, cuando escucho que abren la puerta y el mayordomo me permite pasar.
Espere aquí, la señorita Anca en un minuto baja.
Gracias, señor aquí la espero.
Esmeralda esperó media hora para que la señorita Anca bajará y una vez que bajo se dirigió a ella.
Señorita Esmeralda, la esperaba a las 5:00 y llego tarde.
De verdad lo siento señorita, no soy de llegar tarde, pero me paso un accidente cuando venía para acá, no tengo justificación, así que no tengo cara.
Lamentablemente, he contratado a una enfermera para cuidar a mi papá, no podré darte el trabajo aunque seas recomendada.
Entiendo señorita, pero por favor si usted quiere puedo ayudarle a lavar su ropa o hacer su quehacer, pero por favor deme una oportunidad.
Solo porque vienes recomendada de Verónica, mañana preséntate aras la comida y el quehacer, te pagaré 5000 mensuales por el momento, trabajaras de 8 de la mañana hasta las 7 de la noche, claro.
Así será señorita, muchas gracias de verdad.
Bueno, puedes irte y te espero mañana.
Está bien, gracias, — cuando Esmeralda dio la vuelta Anca se dio cuenta de que tenía sus medias desgarradas y un pequeño hilo de sangre que corría por su pierna derecha.
Esmeralda espera, ¿cuál fue el accidente que tuviste?.
Bueno, choque con un hombre por venir corriendo para llegar temprano porque el maldito taxi, perdón el taxi, no quería avanzar por el tráfico y literalmente me bajo del taxi, y aunque corrí lo más que pude, pues, no llegue, pero porque la pregunta.
Bueno, porque al parecer te lastimaste con algo porque estás sangrando de tu pierna.
¡Qué!, Pero como— paso su mano por su pierna y ahí estaba la sangre entre sus dedos—, de verdad que en el momento que me caí no me di cuenta, no puedo hacer más, señorita, una vez que llegue a mi casa, me curaré, gracias por todo.
Espérate, te digo, sígueme mi despacho.
Esmeralda la siguió hasta su despacho, cerró la puerta y escucho a la señorita Anca decir.
Ahora bájate la falda y quítate esas medias.
Pe… Pe… Pero.
Nada, he dicho que te la quites.
Está bien, — se quitó su falda y después las medias—.
Por dios, niña, pues que estás muerta, no sientes acaso la cortada que te has hecho.
Bueno, no es que esté muerta, solo que uno aprende a aguantar señorita.
Deja te curo, y después te vas.
Anca, por primera vez en su vida, se ensució las manos limpiando a una desconocida, porque lo hizo ni ella misma lo sabe.
Listo esmeralda, puedes ponerte tu falda nuevamente.
Gracias señorita, de verdad que no era necesario.
Si lo era, toma este dinero para que te vayas en taxi.
Claro que no, mire, yo traigo dinero y puedo viajar en metro es más rápido y económico.
Siempre eres así de necia, hazme caso te hiciste una cortada que si no tienes cuidado sangrará otra vez, mejor espera yo llamaré al taxi.
Y dicho y hecho esmeralda salió de la casa de Anca a las 6 de la tarde para llegar a su casa a las 7.
Le pago al chofer, y salió del taxi, metió las llaves a la puerta, se dio cuenta de que las luces estaban apagadas, cuando avanzo más, al fondo de casa, en su cuarto escuchó unos ruidos extraños, abrió lentamente la puerta y pudo ver a su hermana, teniendo sexo con su novio.
Si como no, soy virgen, ja, ja, ja, si mis padres se enteraran, dejarían de tenerla en un pedestal, pero eso no me corresponde a mí decirlo.
Salió de aquel lugar rumbo a su habitación, preparo sus cosas para el trabajo de mañana, escogió uno pantalón de mezclilla y una playera color azul, con unos tenéis muy sencillos, después salió nuevamente de su habitación, para hacerse algo de cenar y de ahí irse a dormir.
En ese momento que estaba cenando, llegaron sus padres y para no perder la costumbre, su madre comenzó con sus manipulaciones.
Eres una mala hija esmeralda, te esperaba para que me acompañaras a la cita que tenía en el seguro, pero como siempre nunca piensas en mí, por poco y me caigo, mis piernas me temblaban del dolor, eres una desconsiderada, tan siquiera encontraste trabajo o como siempre nunca hay.
Ya mamá, si me hubieses dicho que tenías cita, no salgo a buscar trabajo, pero no me dijiste nada, y si, gracias a Dios, encontré trabajo, no es de lo que yo esperaba, pero encontré uno que es lo más importante.
Y de que encontraste.
En una casa de ricos, are el quehacer y la comida.
¡Que!, Esto es el colmo, te pagamos la carrera para que trabajaras de lo tuyo, no de chacha, pues no sé cómo le hagas, pero aquí aras tus quehaceres y después te vas a tu trabajo.
Pero mamá, si entro temprano, no me dará tiempo.
Pues me vale madres, pero aquí se viven bajo mis reglas y si quieres seguir acá tendrás que hacerlo y darnos el gasto, para cubrir las necesidades de la casa, mira lo que has ocasiona, ahora me tiembla todo el cuerpo, siempre tienes la culpa de mis desgracias, no entiendo cómo me fui a embarazar de ti, no sabes cómo me arrepiento si fueras como tu hermana otra cosa sería, Abdalá lárgate ya.
Con un nudo en la garganta, se fue a su habitación, quería tener el valor de contestarle, de decirle muchas cosas, pero no podía, si algo le pasaba a su madre sería su culpa y no quería cargar con eso sobre su conciencia, así que se levantaría más temprano para hacer si quehacer en casa, puso su despertador a las 5 de la mañana para que le diera tiempo de todo, cuando se escuchó un zumbido del celular indicándole que le llegó un mensaje.
Hola Esmeralda, te debo un café, me recuerdas.
Rayos es el sabroso hombre con el choque, al parecer no se le olvidó mi número, — hay dios, le contesto o no le contesto, porfa ilumíname—.
Sé que estás ahí, mira pasado mañana salgo a mi país de origen y me gustaría pagarte el café el día de mañana, anda dime que sí.
Ok, entendí tu señal, hola me has despertado, mañana salgo de trabajar a las 7 de la noche, tendrás que pagarme el café en otra ocasión que estés por acá en México.
No importa la hora, yo te llevo a tu casa, solo concédeme el honor de ver tus ojos nuevamente y pagarte el café, por favor.
Está bien, nos vemos en el Vips del metro en el Sanborns de los azulejos a las 7 pm, lo ubicas.
Claro que sí, entonces ahí nos vemos a las 7 descansa hermosa.
Descansa.
Y con una gran sonrisa se durmieron los dos, sin imaginar que apartar de ese momento sus vidas cambiarían.
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