^^^Juliette Laurent.^^^

—Sus recuerdos deberían regresar con el transcurso del tiempo. No sabemos con exactitud cuándo y hay una pequeña posibilidad de que nunca los recupere, pero intenten tomar esta situación con calma y sin presión.—Aconsejó el doctor de cabello gris.—Los detonantes para su recuperación deberían ser esos pequeños detalles de su vida cotidiana. Algún pasatiempo o una actividad que sea importante para ella.

—¿Cuándo le dará el alta?.—Preguntó con impaciencia mi esposo. Eso había dicho el hombre de cabello negro y ojos marrones que tenía un anillo de compromiso a juego con el mío.

Mi supuesto esposo se había presentado con el nombre de Christ Laurent, diciendo lo mínimo para darme a entender mi situación y con una expresión de desaprobación al verme en la camilla del hospital.

Era mi esposo y compañero de vida, pero no había felicidad en sus ojos al verme despierta. Mi corazón ni siquiera reaccionó por él, pero algo siguió afectando en mi interior por su actitud fría y desalmada.

...¿Acaso estaba en un matrimonio sin amor?...

El doctor dijo algo que no escuche y mi marido asintió con la cabeza, viéndome por una vez más antes de marcharse del cuarto junto al hombre de bata blanca y cabello canoso.

La habitación quedó en completo silencio, mi respiración era el único ruido que perturbada el tranquilo cuarto blanco. No duró mucho mi corta soledad cuando una mujer rubia, con su cabello alcanzado su mandíbula por el corte de este y su atuendo hecho un desastre, siendo una camiseta arrugada y pantalones de pijama sin calzado.

Sus ojos azules eran opacados por el rojo vivo dónde debería haber blanco. Hinchados y con ojeras, la mujer debió llorar por días para llegar a este horrible estado.

—Julie.—Sollozó, las lágrimas aparecieron en su rostro tan rápido como me vio.

Corrió hacia la camilla y sus delgados brazos rodearon mi cuello para darme un fuerte y posiblemente, muy necesitado abrazo. Lloró aún más entre mi cuello y siguió de ese modo por los últimos 5 minutos.

No tuve el valor de apartarla, aunque no la recordaba, no quería lastimarla con mi indiferencia.

—Pensé que no despertarías.—Confesó casi con demasiado dolor.—Pensé que perdería a mi mejor amiga luego de casarse con ese monstruo.

...¿Llamó monstruo a mi esposo?...

—No sabes lo preocupados que estábamos todos por ti.—Finalmente, se apartó de mí y se mantuvo a pocos centímetros de la camilla.—Un accidente en tu luna de miel, en serio, ¿cuáles son las posibilidades? Tu hermano se volvió loco y golpeo a ese inepto por no saber protegerte, yo también lo hubiera golpeado, pero desde que estoy embarazada Elliot ha sido estricto en todo lo que debo o no debo hacer.—Me entrega una pequeña y cálida sonrisa mientras toca su vientre levemente hinchado.

—Lo siento, yo no..

...No sé de qué está hablando....

—Oh.—Ella abrió los ojos en comprensión.—Cierto, nos mencionaron sobre tu amnesia. Debes estar confundida con todo lo que dije.

—No te preocupes.—Intento acomodarme en la camilla para sentarme, pero todavía estoy demasiado débil después de despertar esta mañana.

Agradezco que ella me ayude y me deje en la posición que deseaba. Por contrario a mi esposo, esta chica realmente parece feliz de verme con los ojos abiertos.

—El doctor dijo que podía recuperar la memoria con el tiempo, pero me sabe mal no saber tu nombre ahora.—Me explico.

—Claro, déjame presentarme.—Sonríe dulcemente, mientras lleva una mano hacia el pecho y hace una pequeña reverencia.—Soy Caroline Fournier, Su Majestad.—Me río ante su actuación.—Su mejor amiga y esposa de su hermano mayor.—Vuelve a enderezar su cuerpo y me guiña un ojo.—Nos metimos en muchos problemas cuando me ayudó a conquistarlo, pero valió la pena y gané una familia por nuestra perseverancia.

—Me alegra oírlo.—Sonrío, su felicidad es contagiosa.

^^^Juliette Laurent.^^^

Estuve en compañía de Caroline por la última hora, hasta que alguien entró al cuarto con un aspecto desaliñado. Un hombre alto de cabello negro y una barba sin afeitar del tamaño de una semana aproximé.

Caroline saltó de la silla que estaba a un lado de mi camilla y corrió a los brazos del enorme hombre.

—¡Está despierta!.—Chilló ella con felicidad.—Tenías razón, tanta, tanta razón. Ustedes dos son increíblemente fuertes.

El hombre besó la frente de Caroline y susurro algo en sus oídos que no pude escuchar, pero hizo sonrojar a la adorable chica que dice ser mi amiga.

—Ya era hora, Pitufa. No podía seguir consolando a nuestra madre.—Habló el tipo con sus ojos grises puestos en mí.

—¿Nuestra madre?.—Murmure, intentando procesar la información en mi cabeza.—¿Eres Elliot?

Caroline estuvo hablando sobre él por la última media hora luego de explicar qué tan grande era nuestra amistad y contarme unos cuantos detalles sobre mí. Mencionó que ambas tenemos 18 años y que faltaban unos pocos meses para cumplir los 19.

...Ella dijo que se casó por amor....

Mientras mi matrimonio era un arreglo de mis padres con los padres de Christ para fortalecer la alianza entre ambas familias e invertir en un mismo negocio.

Ahora entiendo la falta de amor por parte de mi esposo cuando me vio despierta en esta camilla. Por supuesto que no podría importarle menos cuando hemos sido arrastrados por un compromiso sin amor.

—El doctor mencionó tu amnesia.—Él se acercó a mi lado lo suficiente como para ver un rastro de amor fraternal en su mirada.—El accidente no hubiera ocurrido si no hubiera sido egoísta. No debí permitir que te sacrificarás por mí.

Busqué a Caroline con la mirada en búsqueda de una explicación. Ella estaba a un lado de Elliot y se aferró al brazo de su esposo.

—Era Elliot quien debería casarse con un Laurent para fortalecer el lazo entre ambas familias, se hubiera casado con la prima de Christ si no hubieras insistido en nuestra propia felicidad.—Ella mordió levemente su labio inferior, vi la culpa en sus ojos.—Hiciste que nuestro amor fuera posible con tu sacrificio, pero ahora eres tú quien se encuentra en un matrimonio sin amor, y ahora mira como has acabado.

Caroline rompió a llorar y buscó consuelo en los brazos de mi hermano mayor.

—No sé cómo sentirme con eso.—Di un pequeño respiro.—Creo que me siento aliviada, sí, estoy aliviada de ver que he logrado la felicidad de dos personas importantes para mí.—Aunque no los recuerdo ahora, pero decido no mencionar eso.

—Me gustaría decir que estamos a tiempo para conseguir tu libertad, pero el divorcio no es posible ahora.—Decide comentar Elliot.—Pero tal vez puedas quedarte con nosotros durante un tiempo.

—Con gusto la aceptaría para siempre en nuestro hogar.—Asegura Caroline a su esposo.—Dile que se quede, sufrirá con ese monstruo. Has visto cómo la mira.

—Lo agradezco, pero no.—Rechazo.

—Juliette...—Sus ojos azules están horrorizados por mi rechazo.—No lo entiendes, estoy segura de que el accidente en tu luna de miel no fue simplemente un accidente. Christ es un..

—Un monstruo.—Termino por ella.—Pero sigue siendo mi esposo, ¿no es así? Quiero respetarlo y tener el tiempo de conocerle, nadie puede ser tan malvado.—Sonrío con optimismo.

Se supone que me casé con él por ellos y no puedo dar marcha atrás con esa decisión ahora que tengo amnesia. No quiero hacer algo que mi yo original lamentaría.

^^^Juliette Laurent.^^^

Tuve que permanecer en el hospital un día más, mientras mi familia se acercaba y mis padres se presentaban con sus nombres y me entregaban más detalles que podrían importar para mi vida cotidiana.

Al parecer no estudio ni trabajo porque mi único deber es ser una buena esposa para Christ. Caroline deseaba comentar algo sobre eso, pero decidió permanecer en silencio porque al final todo fue por mi propia decisión.

Dijeron que yo había aceptado este método de vida y no me quedo más alternativas que confiar en ellos, no puedo confiar en mí cuando no recuerdo nada que pueda demostrar que la noticia de ser una ama de casa me incomodaba.

Nuevamente, aunque me molesta un poco, creo que es sabio dejarse guiar por la corriente. No quiero hacer o decir algo que luego cause mi arrepentimiento. No ahora que tengo amnesia.

Al día siguiente todo transcurrió con tranquilidad y mi familia en esta ocasión decidió comunicarse conmigo a través del celular que Elliot me entregó.

Él lo había guardado en estas dos semanas que estuve inconsciente en la camilla del hospital, increíblemente, todavía no me han dicho que ocurrió conmigo exactamente. Aunque Caroline prometió decirme hasta el último detalle una vez que me haya instalado en mi nueva casa con Christ.

Mi esposo y yo no hemos compartido el mismo techo desde mi luna de miel, antes de eso éramos unos completos desconocidos que se vieron obligados a comprometerse por el bienestar financiero de nuestras familias.

Hay tanta información nueva que todavía me encuentro demasiado confundida como para comprender todo. Afortunadamente, el doctor decidió darme el alta hoy y mi esposo prometió llevarme a casa después del trabajo.

Tengo 3 horas aproximadamente antes que eso ocurra y si soy sincera conmigo misma, puedo decir que realmente estoy aterrada por empezar mi vida matrimonial.

—Dios, ¿y me pide pasar la noche con él?.—Me aterra mi propia pregunta.

No creo estar lista para tener sexo con Christ y tampoco creo desearlo de esa manera. Aunque dije que debería respetar a mi esposo y que no podía ser tan malo como Caroline dijo. Debo admitir que sus advertencias sobre él me dieron miedo.

...¿Y si realmente es un monstruo?...

Obviamente no lo es, es humano y lo sé, pero sus ojos carecían de humanidad cuando me vio y se presentó. Me odia, esa impresión me dio.

No podría compartir un momento tan íntimo con él sabiendo que ni siquiera puede quererme. Amor no es lo que pido en un matrimonio arreglado, pero respecto y el afecto es necesario en una pareja de recién casados.

...¿Acaso estoy pidiendo demasiado?...

—No seas tonta.—Niego con la cabeza.

El respeto y el afecto deberían ser obligatorios en una relación, de otro modo terminaremos siendo lastimados por el otro.

Dejando el miedo por mi esposo, decido ir cuarto de baño para refrescar mi rostro. Todavía me siento débil después de haber despertado ayer por la mañana, pero ahora mis pies pueden mantenerme de pie sin la ayuda de otros.