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Me Enamore De Un Barbero

Prólogo

Aún lo recuerdo como si hubiese sido ayer, mi vida era aburrida, deprimente y hasta un tanto fastidiosa, hasta que lo conocí a él; todo cambió, nunca llegue a pensar que ese Bambino me fuera a poner el mundo patas arriba.

Comencemos desde el principio;Me presento soy Fiorella Perella la menor de nueve hermanos, la verdad creo que mis padres no veían televisor, y al parecer se saltaron la clase de biología, al ser la menor y la única mujer, era la niña consentida de papá; ¡Por Dios! Casi olvido uno de los detalles más importantes mi padre es Franchesco Perella, para los que no lo conozcan es uno de los mafiosos más poderosos de Italia.

Bueno yendo al grano desde hace tres años  nuestra familia estaba en guerra con los rusos; una guerra que había dejado unas cuantas pérdidas entre ellas mi tío Pablo el hermano menor de mi padre, después de eso mi padre hablo con los Stebanelli la segunda familia más poderosa de Italia, ambos llegaron a un acuerdo yo tendría que casarme con Fabricio el hijo menor de ellos para así poder lograr una alianza y destruir a los dichosos rusos.

La idea no me simpatizaba para nada pero era por el bien de la familia así que termine aceptando mi asqueroso destino.

El día en que se iba anunciar el compromiso realizaron una gran reunión.

Ese día la puerta se abrió de golpe y todos mis pensamientos fueron interrumpidos.

—¡Fiorella aún no te has vestido!—El gritó de mi madre hizo que el dolor de cabeza empezará antes de lo previsto.

Mi madre Carla de Perella inteligente, elegante, y con unos ojos azules iguales a los míos, algo obstinada, y adicta a las reglas.

Coloqué mis dedos en la cien—Por Dios madre podrías hacerme el favor de no gritar.

Camina hacía mi armario —¿Cómo quieres que no te grite?, ¡Falta solo media hora para que lleguen los invitados y tú aún hay acostada!—Camino hacía mi armario—.Párate y anda a ducharte que Isabella ya viene para peinarte.

Bufé y salí de mi cómoda cama de dos metros.

—¿Por qué carajos es tan importante ese estúpido anuncio? ,envien la información por correo y listo.

Mi madre saca un vestido blanco que nunca me había puesto; porque la verdad no me gustaba.

—Esta reunión es muy importante es el anuncio de tu compromiso con Fabricio Stebanelli, abra gente muy importante así que levántate y empieza a comportarte como una mujer.

Rodee los ojos  y fui a ducharme.

Siempre que me bañaba tenía algo así como un ritual, primero poner a todo volúmen mi canción favorita; Unstoppable de Sia; segundo me desvestía , abría la regadera colocaba una esencia de fresa y coco en el jacuzzi, para luego meterme y relajarme mientras seguía escuchando y cantando mi canción favorita.

I put  my armor on , I'II show thant  I am...

Pero al parecer mi madre no entendía mi ritual —¡FIORELLA!

Rodeé los ojos de nuevo y salí de mi relajante baño, cambié la canción; Juanka y Jey Wheeler con tus besos resonaba en mi habitación.

Mi madre me miró con cara de pocos amigos.

—¡¿Qué?!—.Tengo que confesarte mamá que estoy enamorada de Jey Wheeler—Me coloque las manos en el pecho y Pestañee

Puso los ojos en blanco—Sabés que no me gusta esa música ruidosa—Va directo a la salida.

—“Donde hubo fuego cenizas quedan y esto no se apagau, te hago otra pregunta ya que no has contestau te gustaría bailar esta pieza los dos bien pegau”—Cantaba a todo pulmón mientras movía mis caderas sabía que eso irritaba a mamá.

Mamá se pasó la mano por la cara—¡Por favor FIORELLA!,¡Compórtate y apúrate!

Gire mi cuerpo hacia el espejo mientras seguía bailando y cantando—¡Por Dios mamá! Me estoy divirtiendo tú deberías hacer lo mismo— agarré el cepillo de peinar y lo comencé a utilizar como micrófono.

Me reprendió—¡APÚRATE!

Subí las manos al aire en señal de paz.

Busqué en la gaveta de noche un conjunto de braga y brasier blanco de encaje Victoria Secret, observé hacía la cama y ni en mis pesadillas más  horribles me pondría ese vestido.

Fui de nuevo al armario y busqué un vestido plateado que dejaba mi espalda al descubierto sabía que a mamá le daría un infarto, pero así era yo atrevida.

Me quité el brasier, me puse el vestido y fui al espejo, me quedaba perfecto realzaba mis pechos, y ni hablar de mi trasero, además de que hacia un gran contraste con mi piel bronceada y mis ojos azulados, sonreí satisfecha.

La puerta se medio abrió—¿Puedo pasar señorita Fiorella?

Caminé a la puerta —Claro que puedes pasar y no me digas así ,¡zorra!—le saco el dedo corazón

Isabella suelta una carcajada—Es que si tu madre me ve hablándote de tú a tú quien se la aguanta—Termina de entrar y cierra.

Me observa de pie a cabeza—¡Uau!,¡Uau!, Toda una Diosa, si no fueras mi mejor amiga y una adicta a los p3n3s te juro que te enamoro.

No pude evitar reír Isabella era mi mejor amiga, mi confidente, mi compañera de locuras;desde que  era solo una niña su madre era la  estilista de la mía, hace unos meses falleció y bueno Isabella había tomado su lugar, Isabella era alta, delgada y con el cabello rojo cortado a la altura de los hombros, sus ojos marrones eran hermosos, para ser sincera si yo fuera lesbiana  al igual que ella; fuera mi novia ideal.

—Bien tu madre me dijo que te hiciera un peinado elegante, así que manos a la obra.

La frene con la palma de mi mano—Negativo procedimiento, quiero algo cool, algo que me haga ver más zorra—Puse cara de pervertida.

Sonrió —Aunque la zorr@ se vista de seda, zorr@ se queda—Saco  la plancha de cabello.

—¡Exacto!—Chocamos la cinco.

Al final me  planchó el cabello y me hizo unas ondas en las puntas, colocándome todo el cabello hacia el lado izquierdo para que se notará la abertura del vestido a nivel de la espalda.

—¿Cuándo te vas a cambiar ese tono chocolate?—Indaga mientras me colocaba un poco de sombra plateada—.Se me olvidaba mi hermano llega el sábado me vas acompañar a buscarlo en el aeropuerto.

— Obvio, además el sábado quiero que  aclares el cabello—Me observé una última vez al espejo y caminé a la puerta me detuve—.¿Qué tal me veo?—Doy una vuelta.

—Perfecta, solo qué...—Sonrió—.Creo que te faltan los tacones.

Me golpeé la frente—¡Carajo verdad!—Busque entre mis zapatos y escogí unos plateados con escarcha—.Ahora sí lista.

—De verdad creo que voy a tener sueños húmedos contigo esta noche.

Me despedí  tirándole un beso.

Baje al salón de fiestas, antes de abrir la puerta escuchaba una canción que no reconocí si era Beethoven o Mozart.

Entre y de inmediato la primera mirada que había caído en mí  nada más y nada menos que mi madre; me observaba con el ceño fruncido, negando la cabeza, hice un intento por ignorarla y miré a mi alrededor había mucha gente importante, alcaldes, gobernadores, ministro incluso un cardenal del vaticano,sí mi padre era mafioso pero nunca le consiguieron nada, obvio cuando tienes dinero compras hasta la forma de caminar del presidente.

Caminé por el pasillo antes de llegar a la mesa mi madre me interceptó.

—¿Qué crees que haces Fiorella?,¿Por qué no te pusiste el vestido que te dije?—Hablaba muy bajo.

—Ese vestido era horrible.

Rueda los ojos—Era elegante, mírate—me observó de pie a cabeza—.Pareces una puta, ¿Qué van a decir las otras familias?

Me encogí de hombros—Que soy sexy, y atractiva, estamos en pleno siglo XXI,¡por favor mamá!

Algunas miradas cayeron en nosotras.

—Mia Bambola(Mi muñeca)—Mi padre vestía un esmoquin negro con el cabello canoso peinado perfectamente hacia atrás.

Le di un beso en la mejilla.

—Padre, ¿cómo me veo?—Doy una vuelta.

—Hermosa mía Bambola(Mi muñeca)

Caminamos al centro del salón en donde nos esperaban el resto de los invitados.

Mi padre tomó una copa la golpeó suavemente y todas las miradas cayeron sobre él, todos a la espera del gran anuncio...

NOTA:Hola, bueno primero que todo gracias por leer mi historia es primera vez que escribo sobre mafia, espero sea de su agrado, segundo la historia está participando en un concurso y me ayudarías mucho con tu voto ⭐⭐⭐⭐⭐☺️

Capítulo Uno

...•El Compromiso•...

El salón estaba adornado de forma muy elegante, las mesas redondas cubiertas por un mantel blanco con encajes dorados, en el centro de mesa una botella de Whisky, a un lado un gran piano blanco el cual estaba siendo tocado por un importante pianista francés, el piso estaba revestido de mármol blanco mientras en el techo había una pintura clásica de angeles, todos vestían muy elegantes con esmoquín y vestidos largos, la mayoría de los hombres peinados hacia atrás  y las mujeres con moños altos.

—Hoy estamos aquí todos reunidos para oficializar la unión entre los Stebanelli y los Perella, mi querida hija Fiorella—Mi padre colocó su mano en mi hombro—.Va a contraer matrimonio con Fabricio Stebanelli.

El hombre camina hacia mi lado, nunca lo había visto en persona, solo unas cuantas fotos y para ser sincera estaba bueno, sus ojos eran de un color verde oscuro con la mirada fría como todo mafioso, el traje negro se ajustaba muy bien a sus brazos, sus labios eran delgados, sus cejas no muy pobladas, pero aquí lo más importante era...el tamaño de su cos@.

Saben que me jodia más la vida que casarme por obligación, que el hombre con el que me fuera a casar la tuviera chiquita, imagínense lo deprimente de ese matrimonio.

Sin amor y sin s3x8 no duraría mucho ese matrimonio.

Tal vez Fabricio en ese momento noto que mis ojos se posaban en su entrepierna porque carraspeó y fue cuando reaccioné.

Extendí mi mano el la recibió le dió un beso y luego saco una caja roja del bolsillo de su chaqueta.

Mi padre se colocó a mi lado—Te voy a entregar mi tesoro más preciado mía Bámbola (mi muñeca), así que cuidala con tu vida.

Fabricio asintió y abrió la pequeña caja y dentro había una sortija con un diamante en medio, me lo coloco en el dedo y todos aplaudieron.

Unos minutos después todos empezaron a conversar entre ellos, ví que Fabricio se dirigió al baño y aproveché la gran oportunidad lo seguí, se metió en el baño y yo entré con él.

—Hola—Lo saludé con una voz sensual.

Él se giró sorprendido.

—¿Sucede algo?—Indaga confundido

Negué con la cabeza y me acerque a él coloque mi mano en su pecho.

—Solo quiero pasar unos minutos a solas con mi prometido—Me muerdo el labio inferior.

Noté que estaba nervioso así que me tocó tomar la iniciativa, empecé a besar sus labios con ganas, un beso salvaje.

—Fiorella esto no está bien.

Subí una ceja—Estamos comprometidos—Susurro con mis labios rozando los suyos—. Además quiero ver qué es lo que tienes hay abajo—Baje mi mano hasta llegar a su m13mbr0.

Le quite el cinturón y baje la cremallera su 3r3cc1ón estaba siendo obstruida por el bóxer así que se lo baje, su pene erecto quedó en total libertad unos diecinueve centímetros más o menos, no estaba tan mal.

Busca en su bolsillo y saca un pr3s3rv@tivo, se lo coloca rápido,

Veo que él cuerpo de Fabricio se tensa y luego se relaja.

—Ya—Susurra con la voz ronca y agitada.

Alce ambas cejas —¡Qué!, tan rápido no me jodas, yo aún no termino

Me mira con asombro y sigue embistiendo, segundo después llegue al clím@x, no voy a mentir diciéndo que fue un org@$mo, para nada.

¡Qué carajo no duró ni cinco minutos! Protesta mi conciencia.

—Fabricio para la próxima aguanta más—Abrí la puerta y salí echando humo.

Eso era lo único que me faltaba aparte de casarme por obligación y con un hombre que no amo, el muy desgraciado no dura ni cinco minutos en la cama, eso sí que era un verdadero fracasó.

Me senté en la mesa de brazos cruzados a mi lado se sentó Fabricio, yo rodee los ojos en señal de fastidio.

—¿Conversaron?—Pregunta papá.

Sonreí sin ganas—Sí, pero la conversación fue muy rápida para mi gusto—Miro a Fabricio y este me observaba confundido.

—Tienen suficiente tiempo para conocerse—Dijo mi padre muy animado.

Después de cuatro horas en la dichosa, aburrida y fastidiosa reunión me fuí a mi habitación.

Tenía varios WhatsApp de Isabella.

«¿Qué tal el Stebanelli?»

«¿La tiene gr@nd3?»

«¿Ya te lo c0gist3?»

Sonreí y la llamé.

—Z0rr@ uno aquí.

Ríe al otro lado de la línea.

—Z0rr@ dos presenté—Responde entre risas—¡Cuéntame todo a detallé!

Suspiró frustrada—Sí y sí...pero... no dura ni cinco minutos.

Isabella suelta una gran carcajada—¡Por Dios!,que mala suerte amiga.

Rodee los ojos—¿Que te puedo decir?, ¡mald1to destino cruel, que tienes en contra de mi felicidad s3xu@l!, además de casada por obligación, para completar el paquete, no aguanta ni cinco—Me golpeé la frente.

Isabella y yo duramos una hora hablando.

Después de eso tome mi laptop y me puse a escribir, sí era una escritora anónima, subía mis historias en una plataforma digital con el seudónimo de Flor, en ese momento solo Isabella sabía de mi gran pasatiempo.

Empecé a responder algunos comentarios hasta que los dedos se me cansaron y tuve que acostarme...

Capítulo II

...•IDIOTA•...

Después de esa noche no ví más a Fabricio, esperaba a Isabella en la entrada de la casa con Joshep el chófer y mis dos guardaespaldas Ling, era una chica asiática que sabía arte marciales y Julia una morena estadounidense que sabía defensa personal ambas muy bien entrenada para poder cuidarme, aunque yo las veía más como mis amigas, mi  madre me repetía una y otra vez los jefes no se mezclan con sus empleados pero eso me tenía sin cuidado, para mí eran dos chicas geniales, me divertía y disfrutaba de salidas locas con ellas.

Llegamos al aeropuerto me coloque mis gafas de sol y acompañe a Isabella a buscar a su hermano, en ese momento no sabía casi nada del chico, sabía que después del divorcio de sus padres, su papá se lo llevó fuera de Italia, pero no estaba al tanto de más nada.

Isabella estaba muy animada.

—Tengo como doce años que no lo veo.

—¿Está bueno?

Ella se rió de carcajada—La última vez que supe de él estaba bien flaco—Se encoge de hombros.

Isabella observa por encima de la gente.

Toque si hombro—Voy al baño me estoy haciendo pipí.

Ella asiente Ling me acompaña mientras Julia se queda con Isabella.

Entre al baño hice mis necesidades y me mire al espejo, retoque un poco mi labial y salí.

Empecé hablar con Ling cuando de repente choque contra alguien y él muy Idiota me tiró encima un vaso completo de agua fría.

—¡Mierda!—Quede mirando mi blusa blanca que ahora se pegaba a mis p3zon3$ que por el frío estaban rígidos.

—¿Señorita está bien?—pregunto Ling rápidamente.

Subí mi vista poco a poco para observar quien era el culpable y al llegar a sus ojos sentí una gran presión en el pecho, como si el aire empezará a faltarle a mis pulmones.

Sus ojos eran de un marrón intenso he inexpresivos. Quería reclamarle pero las palabras no me salían.

Note que sus ojos bajaron hasta mis p3ch0$ genial bonito día para no ponerme brasier y andar con una blusa blanca.

—¿Qué miras idiota?

Alza la mirada y sube una de sus cejas

—Tranquila, no tengo interés de mirarte he visto mejores.

Abrí la boca en una gran O, en realidad mi mandíbula casi cae al piso. Qué se creía ese tipo para andar mirando y criticando a mis dos amigas.

No me dió tiempo de reaccionar porque cuando regrese a la realidad ya no estaba.

—Escuchaste lo que dijo ese tipo—Mire a Ling que se mordía el labio para no reír.

—Si te consuela, tus pechos son hermosos, ya quisiera yo tener esos melones—Se aprieta ambos s3no$.

Rodee los ojos y regrese con Isabella.

Está aún estaba hay parada, me mira intentando no reír.

—¿Qué te paso?,m@r1ca se te ven todas las tetas—Se tapó la boca y río.

Me coloque enfrente de ella —Un idiota me...—No me dejó terminar y salió corriendo.

—Se me acaban de bajar las bragas solas—Dice Julia mirando por encima de mi hombro.

Giro para poner mi atención en lo que está sucediendo y junto a Isabella viene el mismo tipo que me hecho encima el agua.

Mientras caminaba hacia nosotros lo pude observar más detalladamente, el cabello lo llevaba peinado en un copete perfecto con dos rayas marcadas a los lados, sus cejas eran pobladas y en una de ella tenía un pequeño corte, su mentón se cubría con una pequeña capa de vello, bíceps y tríceps bien trabajados, una gran cantidad de tinta cubria sus brazos,por sus facciones me imaginé que tenía unos veinte años, y lo más importante tenía  un letrero que decía alejate, peligro, alto voltaje,chico problemas, bueno dirán que exageró con lo del letrero pero mentalmente lo vi así.

Sin contar que se me m0j@ron las br@gas, se me bajaron sola y algo en mi empezó a palpitar y no precisamente mi corazón.

Alzo una ceja cuando me vio, yo fruncí el ceño.

—Fiorella, el es mi hermano Alexander—lo dijo con gran alegría.

Él y yo solo nos mirábamos fijamente, era algo así como una guerra de miradas,Isabella noto el ambiente y carraspeo.

—¿Se conocen?—Pregunta confundida.

Asiento—Ese idiota fue el que me mojo—En ese momento no sabía lo que decía, hasta que en el rostro de Alexander se dibujó una sonrisa pícara, dejando ver su perfecta dentadura.

¡Oh mierda la cagué!

—No fue mi intención  moj@rte—hace énfasis en la última palabra su voz era muy varonil.

Hay que admitirlo Alexander estaba para comérselo entero, pero cuando digo entero no exagero, llevaba una franelilla roja que se le ajustaba a sus pectorales, si tiene los brazos así de trabajados no me podía imaginar su abdomen  o su...De repente empecé a fantasear con sus gruesos labios.

—Será que podrías dejar de abusar de mi con la mirada, eres muy evidente.

La voz del chico me sacó de mis fantasía.

—Por favor,¿que te crees?, ni que estuvieras tan bueno.

Bajo su mirada de nuevo a mis pechos, me gire y empecé a caminar hacia la salida.

Ya en el auto, me tocó sentarme a su lado su colonia penetraban mis fosas nasales, su hombro rozó el mío y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

Isabella empezó a preguntarle sobre toda su vida.

La madre de ellos era Italiana mientras que su padre era Venezolano, después de que se divorciaron, él se regreso a Venezuela con su hijo en donde lo crío.

—¿Cómo es Venezuela?—Pregunta Isabella

—Es un país muy hermoso, con playas, montañas, bosques; los venezolanos son amables, comprensivos, solidarios, y tienen un espíritu de perseverancia envidiable, y ni hablar de su gastronomía, las arepas, el pabellón...

No pude evitar interrumpir—¿El pabe?...¿Qué?

Se humedece los labios y de nuevo empezaron las fantasías, su lengua acariciando mis labios y no precisamente los de mi boca, inconsciente me muerdo el labio.

Él carraspea—El pabellón, es una comida típica de Venezuela, arroz, caraota, plátano frito, queso llanero, y carne desmechada.

—Podrías cocinarlo algún día—Dijo Isabella.

—Sí, mientras viví allá hice un curso de gastronomía.

Mi teléfono suena y en la pantalla el nombre de Fabricio aparece. Lo que me faltaba el precoz llamando para fastidiar.

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