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ENTRE LA LEY Y LA MAFIA

CAPITULO 1

CAPÍTULO 1.

Por CHLOE HAMILTON.

Mi nombre es Chloe Hamilton y esta es mi historia… Tengo 26 años, soy la hija mayor de Alexander Hamilton y Elizabeth Shore. Seguramente los recuerden. Mis padres eran agentes del FBI. Debido a su increíble trabajo, fueron llamados desde la Casa Blanca para integrar el cuerpo de seguridad del Presidente. Es difícil pasar desapercibida cuando la gente escucha mi apellido. Tengo una familia hermosa e increíblemente unida. Papa y mamá son mis máximos referentes, en cuanto a mí, puedo decir que soy una especie de “niña de papá”.

Amo tanto a Alexander como mi madre. Realmente admiro demasiado el amor que se tienen aún después de tantos años y criar a dos niños, así es… Tengo un hermano apenas un año menor que yo, Tomás, se llama así en honor a mi abuelo. En cuanto al resto de mi familia, tengo a mi abuela Laurel, su esposo Fabio, quien ha sido como un abuelo para mí; también están mi tía Jade, el tío Francisco y mi primo, Félix; también está el tío Liam, la tía Lucia y mi primo mayor, Florentino. En cuanto a la familia de mamá, solo tengo al tío Mike y la tía Pen y mis dos primos Samantha y Mirko.

Mama dice que ella y Michael nunca conocieron a sus padres biológicos, sino que fueron adoptados de pequeños por la familia Shore, quienes han sido como mis abuelos también. Sin embargo, cada vez que les pregunto por la adopción de mamá y el tío Mike, las cosas se ponen algo extrañas, creo que todos intentan evadir el tema.

En cuanto a mí, estudie y me dedique a lo mismo que mis padres, soy agente del FBI. Una muy buena, de hecho, mama dice que también tenía mi edad cuando comenzó a trabajar para el Buro. Yo llevo algo de tiempo trabajando allí, en espera de algún caso que impulse mi carrera y me logre convertir en detective, es lo que más deseo.

Desde algún tiempo me mudé a mi propio departamento, ya que mamá y papá son como conejos y ahora que ya soy mayor no quiero encontrarme con escenas algo incómodas. De hecho, una vez nos tocó, a Tom y a mí. Fue algo traumático, se los puedo jurar. Sin embargo, al pensar en lo mucho que Alexander ama a Elizabeth, deseo tener un amor así de bonito.  Si tan solo vieran como ella mira a papa, a pesar de sus edades, se derretirían ahí mismo. Por otro lado, Tom sigue en la casa, hasta que finalice sus estudios. Se la pasa estudiando para ser el mejor ingeniero.

El día de hoy, me apronté y salí temprano para la oficina, estaba investigando acerca de un caso que llamo mucho mi atención hace algún tiempo. Un caso en el que, supe, estuvo involucrado papa. De hecho, fue el último antes de retirarse del FBI, el del famoso Criminal Robert Ressler, que hasta hoy día, a pesar de su muerte, hace más de 26 años, sigue estando presente en la mente de muchos agentes que trabajan en las fuerzas, ya que, según dicen, nunca habian conocido a un asesino tan brutal como ese. Se dice, que antes de su muerte, hallaron más de cincuenta cuerpos enterrados bajo un campo de golf.

Imagínense mi curiosidad cuando uno de mis compañeros de oficina, Ezequiel Johnson, me dijo que papa había investigado ese caso. Me fascino y quise hacer un repaso acerca de aquel caso tan importante. Además, de esa forma podría sentirme más cerca de papa. Quería saber como era su trabajo. En algún punto, me gustaría parecerme a él.

Estaba en mi oficina, repasando ese caso que me tenía tan atrapada, cuando de repente un chico y una chica que aparentaban tener la misma edad, irrumpieron mi concentración. Se veían desesperados. Detrás de ellos dos, estaba Ezequiel.

-Lo siento mucho Chloe, no pude detenerlos. -Dijo él. -Estaban desesperados por encontrarte.

-Está bien Ezequiel, déjame hablar con ellos. -Dije algo confundida, ante la atenta mirada de los chicos. Ezequiel asintió y salió de la oficina. -Por favor, tomen asiento. -Dije. -Soy la Agente Chloe Hamilton.

-Sabemos quién eres. -Dijo el muchacho, interrumpiéndome. -Investigamos acerca de ti, por eso estamos aquí. Sabemos que eres muy buena en tu trabajo y queríamos pedirte ayuda. De verdad no estaríamos aquí si no fueras nuestro último recurso. -Dijo, serio, en un perfecto inglés pero con un inconfundible acento italiano.

-Ok. -Dije, intentando calmarlo. -Cuéntenme. ¿Quiénes son ustedes y como saben de mí?-pregunte.

-Yo soy Fiorella Costello y él es mi hermano gemelo, Alessandro. -Dijo la chica. -Somos los herederos de “Bonatello Tec”, una prestigiosa empresa de tecnología con sede en varios lugares del mundo.

-Claro, los conozco. -Dije, imposible no hacerlo. Eran de las personas más ricas del mundo.

-En cuanto a tu pregunta de como te encontramos… Demás está decir que usamos todos nuestros recursos para buscar al mejor agente y sobre todo de confianza. -Dijo Alessandro. -Claro que nuestra prioridad era Alexander Hamilton, pero supimos que está retirado, así que… buscamos a su hija.

-Bien, entiendo. -Dije. -Díganme, ¿en qué puedo ayudarlos?

-Nuestro hermano, Vigo Costello, está desaparecido hace tres días. Es un prestigioso abogado, ha trabajado en casos penales de muy alta exposición mediática y ya sabe como funciona esto… Un ajuste de cuentas o lo que sea…

-Comprendo. Dejaremos asentada la denuncia para poder empezar a trabajar en ello, ¿están de acuerdo? - pregunté.

-Está bien, pero por favor, prométanos que se encargara personalmente de esto. -Dijo el muchacho suplicante.

-Haré todo lo posible.

Dejando a los chicos tranquilos, asentamos la denuncia de búsqueda y me dirigí a hablar con mi jefe, Richard, para comentarle lo del caso. Él accedió totalmente a dejarme a cargo, diciendo que el mismísimo Massimo Costello había hablado con él para pedirle que fuese yo quien se encargara y que no aceptaba una negativa, puesto que fueron sus hijos quienes le informaron que yo era la única persona capaz. Obviamente, a pesar del aprecio que Richard me tiene, tampoco estaría de acuerdo en perder ese caso que seguramente nos llenara de prestigio. Él estaba muy orgulloso de mí y me prometió que si lograba resolver el caso, me daría un ascenso. Ese que tanto estaba esperando. Por fin seré detective.

CAPITULO 2

CAPÍTULO 2.

Por VIGO COSTELLO.

Mi nombre es Vigo Costello, el hijo mayor de Massimo Costello y Camila Bonano. Así es, los antiguos líderes de la mafia italiana. Papa y mamá nos criaron a mí, y a mis dos hermanos para que cada uno decida lo que quiera hacer, y eso es algo que admiro de ellos. Son una especie de superhéroes para mí. Se que han hecho lo posible para que ninguno conozca el mal en el mundo.

Papa siempre ha estado ahí, es mi mejor amigo… Y mama… Ella es la mujer de mi vida… Desde que Camila y Massimo se retiraron del negocio, las cosas siguieron un tiempo en manos del tío Giovanni hasta que él también decidió soltarlo. Ahora ellos se dedican a descansar y se hacen cargo de los negocios legales. El bajo mundo, lo controlan, en parte, mi hermano Alessandro y mi primo Francisco, hijo del tío Giovanni.

Antes de proseguir, repasemos los integrantes de mi familia…

Por un lado, Fabrizio e Isabella, son mis abuelos maternos; por otro lado, Lorenzo y Ariana, son mis abuelos paternos, recordemos que Lorenzo había sido asesinado. Tiempo después, Ariana conoció a Mauricio, quien ha sido como mi abuelo desde ese entonces. Papa es hijo único, mientras que mamá tiene un hermano y una hermana: Giovanni y Laurel. Giovanni se casó con la tía Vicky y tuvieron un hijo al que llamaron Francisco. También está mi padrino Noah y la tía Laurel, ellos tuvieron una niña, Amara… Tal vez recuerden que Amara, Francisco y los gemelos nacieron el mismo día. Caótico.

En fin, desde que ellos dejaron el bajo mundo, son mi hermano y mi primo quienes se encargan de vez en cuando de aquello, en algún momento yo he participado de un par de misiones, pero eso es cosa del pasado, me recibí de abogado, mientras que Alessandro estudio medicina y Fiorella estudio varias carreras, todas relacionadas con los negocios. Siguiendo con lo que ocurrió cuando papa y mamá dejaron lo ilegal, nos mudamos a Estados Unidos, papa y mamá decidieron comenzar desde aquí, aunque solían viajar con frecuencia. Fiore trabaja en la empresa con papa y yo, soy el abogado de la familia… Tanto en temas legales como ilegales…

Hace algún tiempo, ayude a los chicos con una misión peligrosa en la cual se enfrentaron al mafioso más buscado de los Estados Unidos, como abogado, lo se perfectamente, les hablo de Charles Gagliano. Obviamente, la misión fallo, me reconocieron el rostro y desde ese entonces me han estado siguiendo, he intentado por todos los medios escapar de ellos, pero uno no puede escapar de su destino. No podía decirle nada a papa porque sabía que pondrá el grito en el cielo, incluso creo que ni Alessandro ni mi primo dijeron nada acerca de esa misión fallida en la cual el maldito mafioso se salio con la suya, me golpeo y vio mi rostro.

Y como dije anteriormente, nadie puede escapar de su destino, así que yo debía cumplir el mío. Iba saliendo de mi bufete en el centro de New York, siendo ya las 11 p.m cuando una camioneta me intercepta y me agarra desprevenido y desarmado. Tres matones bajaron de ahí, golpeándome y secuestrándome. Desperté al día siguiente, amarrado por las manos a unos tirantes en el techo de lo que parecía ser un sucio galpón, estaba descalzo y solo tenía puesto mi pantalón, mi camisa estaba desprendida y presentaba múltiples hematomas en mi cuerpo, ni les digo del dolor que sentí. Obviamente, de pie al frente mío, se encontraba el bastardo de Charles, arrogante, soberbio, con una sonrisa triunfal… Supongo que le satisfacía verme de esta forma. Un Costello rendido. ¿Quién no pagaría por ver algo así?

Sin embargo, se que es cuestión de tiempo, se que Alessandro vendrá por mí, papa vendrá por mí, incluso el tío Giovanni… Yo observaba a cada minuto hacia la puerta esperando verlo pateando algunos traseros, pero eso no pasaba.

Perdí la noción del tiempo y los días que estuve así, sentía mis manos doler demasiado, por más que intentaba soltarme no podía hacerlo, supongo que ese maldito conocía todos los trucos para cazar a un mafioso en rehabilitación.

Estaba comenzando a perder la esperanza y eso no era para nada bueno…

CAPITULO 3

CAPÍTULO 3.

Por ALESSANDRO COSTELLO.

Sabía perfectamente que ese maldito hijo de perra no se olvidaría de Vigo; sin embargo, sabía esconderse muy bien… Supongo que no soy tan bueno como papa. Se que él hubiera acabado con el de un principio. Y yo fui un idiota arrogante que no pudo hacerlo solo y tuve que meter a mi hermano mayor para que me salve el trasero. Cuanto me arrepiento. Maldita sea, si a Vigo le sucede algo yo…

-Alessandro. -Exclamo esa voz potente. -¿Sabes algo de tu hermano? No ha respondido los llamados de tu madre desde hace tres días.

-Papa… Hay algo que debo confesarte. -Dije, afligido. Odiaba estar así, pero se que papa es mi única salida. Siempre ha sido así.

-¿Qué ocurre? -pregunto él, tomando asiento a mi lado.

-Papa yo… hace algún tiempo tuve una misión… Sobre Gagliano, ya sabes el poderoso líder de la mafia de Estados Unidos.

-He oído hablar de él. -Dijo papa, viéndome con curiosidad.

-Padre… La cagué. -Dije rompiendo en llanto. -Las cosas se salieron de control y Vigo no dudo en ayudarme y yo… papa, Charles le vio el rostro… Escapo, pero supongo que no lo ha perdido de vista.

-Hijo… -Dijo papa. -Realmente me siento decepcionado porque no hayas confiado en mí para contarme aquello, pero… Nuestro apellido es demasiado conocido, sobre todo en el bajo mundo. Esto tarde o temprano podía pasar, eres joven… Las cosas no fueron fáciles cuando yo estuve en tu lugar.

-Papá, lo siento mucho. No quería decepcionarte. -Papa me abrazo y al igual que yo, él también soltó una que otra lágrima. Aunque no lo demostraba a simple vista, estaba preocupado por mi hermano. Tenía una mirada fría que cualquiera que lo conoce sabe que está planeando cortar a ese hombre en pedazos.

-Ya, ya Alex… Tenemos que concentrarnos en rescatar a tu hermano. -Dijo él. -Dime algo, ¿qué has podido lograr?

-Nada padre, nadie tiene los suficientes recursos como para saber acerca de ese maldito, supongo que es muy bueno en lo que hace.

-Alessandro. -Dijo papa. -Hay una familia que es muy prestigiosa en este mundo, son los segundos al mando. En caso de que nadie de nosotros quede, ellos se harían cargo del bajo mundo. Quiero que me prometas que cederás el mando. Se terminó Alessandro, yo salí de esto porque estaba cansado, cuando era joven amaba las balas, la acción, era un caso perdido… Pero cuando los tuve a ustedes tres, las cosas cambiaron…

-Haré lo que se papa, solo quiero que mi hermano regrese. -Dije.

Mamá, quien al parecer estuvo escuchando todo, se acercó para abrazarme. La veía furiosa, pero de todas formas me mostró su comprensión. Lo lamento Massimo, supongo que tendrás que soportarla tú, después. Pensé para mis adentros.

En ese instante, mi hermana ingreso por la puerta.

-Familia, supongo que mi querido hermanito ya los puso al tanto de la situación. -Exclamo ella, a lo que los tres asentimos. -Bien, dado que no podemos hacer nada, porque por lo visto tenemos las manos atadas, encontré una salida, poco convencional para esta familia, pero creo que por una vez en la vida lo podemos hacer de este modo.

-Habla. -Dije.

-Ella es Chloe Hamilton. -Dijo Fiore, entregándonos un expediente. -Es una Agente del FBI, una muy buena, de hecho… Ella es nuestra solución. Claro que mi primera opción fue su padre, pero él ya no está activo. Así que, que mejor que llamar a su mismísima heredera.

-¿Acaso estás enferma?, ¿Tienes fiebre o qué? -le pregunté. -¿Quieres involucrar al FBI? ¿Acaso quieres que te recuerde que soy un mafioso y tus padres son dos mafiosos rehabilitados?

-Oye. -Reclamo mama. Y yo le sonreí.

-Fiorella tiene razón. -Dijo papa. -Es la única forma. Además, es un buen comienzo para que salgas de esa mierda, y desde ya, exijo que Francisco también deje ese mundo.

-Está bien, pa… Haremos lo que sea para que Vigo regrese sano y salvo.

Así que nos pusimos manos a la obra, Fiorella y yo nos dirigimos a la oficina del FBI, donde sabíamos, por la información de mi hermana, que allí se encontraba la agente Hamilton. Mientras que papa le hizo una llamada al jefe de la división para que permita que sea ella quien se encargue del caso en persona, probablemente le ofreció una gran suma de dinero para que acepte, pero¿qué hacer? … Así funciona el mundo.

-¿Estás seguro de esto? –pregunto Fiorella.

-Si… Es la única manera…  No tenemos el poder que solían tener nuestros padres y el tío Giovanni, en este país no contamos ni con la mitad de nuestros contactos, es la única manera. –Dije.

-Bien… Vamos. –Dijo ella. –Siempre fuimos nosotros dos en todas las travesuras.

-Sí… mira a donde nos llevaron las travesuras. –Dije riendo.

Finalmente, después de un rato de reunión con la detective, salimos de ahí, aliviados. Ella había aceptado el caso. Creo que no me alcanzara la vida para agradecerle por esto, ella quedó en encargarse de investigar y nos llamaría cuando tenga alguna conclusión. Por el momento nos pidió que le informemos los lugares que Vigo suele frecuentar, incluso nos pidió autorización para investigar en su Bufete, lo cual, por supuesto, accedimos… Daríamos todas las herramientas posibles para encontrar a mi hermano.

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