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Las Extrañas Aventuras De Nadea

Capítulo 1

Decide hacer cambios en la narración, preferí adaptarla a párrafos más pequeños, y agregar más detalles. Espero que lo disfrutes.

Esta es la historia de una chica pelirroja de pelo largo, más bien su pelo es como un rubio a casi naranja. No es rubia pero tampoco tiene pelo rojo, sólo es un rubio rojizo. Lo que importa es que esta chica pelirroja se llama Nadea.

Lo interesante es que esta chica es bastante tontita, fuerte o tal vez sea demasiado despistada. Si odias los problemas, no es buena idea que hagas una amistad con ella. Si decides enfrentarlos, ven, déjate llevar. Ella tomará tu mano con alegría y te jalará a un mundo diferente al tuyo, un mundo donde los pecados son la reflexión y la justicia es el mundo de la diversión.

Cuando venía de camino a casa, se llevó una sorpresa que nunca esperó encontrar. Se le había olvidado por completo la fecha de hoy, se le olvidó por completo que cada año en este pueblo hacen una feria. Esto lo hacen en honor a un Legna, un héroe que bendijo estas tierras otorgando abundantes cosechas, borró el hambre, borró las lágrimas de los hambrientos. Con rostro lleno de alegría, decide ir a la feria del pueblo.

Sin previo aviso se tropezó, se tropezó de tanto gozar. Se da cuenta de la estatua, la estatua que está cercas de la feria. Se pregunta si esa habrá sido realmente la imagen de ese Legna. Ella no sabe que significa esa palabra, pero siente exagerado colocarle alas de pájaro a un humano, nunca ha visto un humano tener alas. Puede que sólo hayan exagerado como adorno o tal vez existieron. Es difícil de creerlo cuando nunca ha visto un Legna. Ignora la estatua al ver algo lindo.

–Espero que a mamá le guste lo que acabo de comprar.

El tal objeto que robó la atención a Nadea, es un simple destornillador de punta de cruz, decide guardarlo en el bolsillo de su pantalón. Esto lo hace para que nadie se le ocurra robarle lo que es suyo, ya que en los caminos pasando por el bosque oscuro, siempre hay rufianes. Se fue de prisa, su madre se enojará por llegar noche, se fue alegremente esperando que le guste este pequeño regalo.

–No puede ser...

Se llevó una gran sorpresa, esto no lo esperaba, toda su casa estaba totalmente tirada, estaba hecha en pedazos. Ella corrió rápidamente a buscar en los escombros, tiene que encontrar a esa mujer loca que es su madre.

A su madre le fascina hacer experimentos sin importar los límites, sin importar pagar algunas cuantas partes de su cuerpo, órganos o tal vez huesos. Nadea está harta de tanto buscar, esta vez puede que su madre haya caído por todos lados en pequeños trozos de carne, lo malo es que ahora tiene que buscar todos los pedazos, para luego formar su cuerpo.

– ¡Mama! ¡¿Dónde estás?! ¡Te dije claramente que no volvieras hacer tus experimentos locos! ¡Nunca aprendes! ¡Podrían confundirte como una loca!

La encontró, comenzó a llorar.

–Madre...

–Hija...

–Debo de sacarte de aquí ahora mismo.

Empezó a quitarle todos los escombros de encima. No deja de llorar, siente que está vez la tramposa se irá. Está con sólo la media parte de su cuerpo hecho pinole, el resto supongo que está bien. No deja de llorar mientras intenta levantar este pesado poste de madera. Nunca debió usar madera de buena calidad para hacer esta casa, debió mejor hacer una casa de madera sencilla, así no le dolería la explosión de esta casa por décima vez.

–Ten.

– ¿Qué es esto?

Lo coloco en la mano de Nadea, le dio un extraño collar metálico con una joya misteriosa.

–Cuídalo bien. Se lo das a él, se lo entregas a mi amigo Carlos.

– ¿Al tío Carlos?

Le sorprende que le pida llevar este collar a su tío Carlos, se suponía que la última vez discutieron y no querían verse nunca más. Quién los entiende.

–Ese mero, hija.

– ¿Qué es esta cosa?

–No dejes que nadie te lo quite, este collar puede traer paz pero al mismo tiempo caos, por favor entrégalo a mi amigo Carlos, él vive en la ciudad de los magos...

–Mamá...

Después de unos segundos reacción...

– ¡Mamaaaaaaa! ¡No te mueras! ¡Al menos dime como llegar a la tal ciudad de los magos de no sé qué! ¡Debo sacarte aquí! ¡No te dejaré dormir! ¡Arregla la casa antes de irte!

Quitó todos los escombros pero su madre no reaccionaba, no decía nada. No puede ser... Se acaba de ir a dormir, sin antes decirle como llegar a la ciudad de los magos. Está enojada, se le olvidó decirle que no piensa volver a reparar la casa de nuevo.

– ¡¿Quién anda ahí?!

–No puede ser... A esos no los conozco, debo huir.

– ¡Ahí está! ¡Es la loca que hace explosiones cada rato! ¡A ella!

Mientras corro como loca, pienso detenidamente mi vida de todo lo que he vivido hasta ahora. Hola, mi nombre es Nadea, hija de campesinos humildes, mi padre murió de tuberculosis cuando tenía ocho años. Desde pequeña tuve que aprender a realizar las labores de un hombre, ya que mi madre no sirve para nada. Apenas puede con la cocina y sus locos remedios de no sé qué cosa sea.

Una vez me ayudó y tuvimos mala cosecha. Estoy en mis 16 años, no tengo nalgas ni pechos y ando sin novio, sólo músculos con fuerza descomunal. Ahora mismo estoy huyendo de unos bárbaros, personas feas, groseras y muy peligrosas, pero muy peligrosas. Al menos eso creo, ya que nunca los he visto por aquí. Se nota que son malas personas con esa cara de malos tipos. Bueno, es malo juzgar por su cara, pero las antorchas, sus quejas, sus herramientas de filo juntos con sus duras piedras, dicen mucho.

Mi madre me advirtió que debo correr, siempre y cuando vea alguien carga un cuchillo con una cara fea. Y eso estoy haciendo. No quiero saber lo que va pasarme si alguien me alcanza. Ahora me doy cuenta de algo: ¡¿A dónde carajos estoy corriendo?! ¡Corro como loca sin ver nada! ¡¿Por dónde corro?!

– ¿Corro para acá? ¿O corro para allá?

Nadea mira por diferentes direcciones, es inútil, está completamente oscuro.

¡Estoy completamente perdida! ¡¿Y por qué rayos tengo que llevar este collar a mi tío?! ¡Ni siquiera encuentro el sentido del uso de este collar! ¡Sólo me parece un collar! Un simple collar... ¿De oro?

–Espera. ¿Qué?

Tiene una cara sin palabras ante esto sin sentido.

¡Esta cosa era de plata hace un momento! ¡Estoy segura! ¿O era de bronce? No puede ser, está brillando. ¿Acaso esta cosa tiene baterías? No se apaga. ¡Rayos! Ellos podrían verlo, lo guardaré en mi bolsillo. Estoy corriendo y corriendo, estoy corriendo en medio del bosque sin saber para a dónde voy. En serio no sé para a dónde voy. No sé qué cosa pisé. No veo nada, sólo sé que estoy pérdida ¡Aaaaaaaah! ¡Agh!

–Rayos... Esto no es nada bueno, nada bueno.

Nadea se acaba de empalar ella misma por correr a ciegas en el bosque, se empaló sin saber con qué cosa se empaló. Todo su cuerpo quedó atravesado por un objeto puntiagudo que no sabe qué es. Digamos que no es buena idea correr a oscuras, si no ves nada. Primera lección del día, ten cuidado donde corres, porque nunca sabes dónde terminarás cayendo.

– Jaja... Creo que hasta aquí llegué. Lástima que no soy como mamá... Lo siento, no podré llevarlo.

Los ojos de Nadea se cerraron lentamente, aceptando su muerte como su fiel amiga. La noche cobija el cuerpo de Nadea con su helado abrazo de oscuridad infinita. Espera que pronto llegue la muerte, espera que venga por su alma. Las ramas de los árboles se movieron. Se asustó. Dejó de acariciar los cabellos de Nadea. Se esfumó llevándose su profunda presencia lejos de ella, dejó que la luz de la luna besara su rostro. La silueta de un cazador mira detenidamente a su presa.

Despertó.

¿Dónde estoy? ¡¿Por qué tengo vendas en mi pecho?!

Nadea comenzó a revisar su cuerpo sin entender el cómo es que sigue viva, estaba segura que estaba muerta, no había posibilidad de salir viva de esta, ¿o sí? Un hombre pálido a la edad de ella, entró por la puerta.

–Veo que estás despierto.

Una mirada fría sin una gota de emoción. Este hombre misterioso se acercó a ella, parece estar atento a su salud. Nadea llora por dentro, llora por haber sido confundida por un hombre, esto es realmente triste. Desea tener buenos pechos para presumir.

– ¿Cómo es qué estoy viva?

Nadea está completamente confundida, está segura que murió. Eso que atravesó su pecho, no había forma de salir viva. No encuentra repuesta, no encuentra lógica. Algo no está bien.

– ¿Viva? ¿Usted no es hombre?

Él pensaba que ella era hombre, lo pensaba por su vestimenta masculina y sus rasgos masculinos. La mira detenidamente y aun duda. La única manera de comprobarlo es que use un vestido. Aunque se sorprende que sea mujer, nunca sintió nada cuando colocó las vendas en su pecho. Está seguro que vendó el pecho de un hombre. Mira a Nadea como si no le creyera, la mira con desconfianza.

–No te preocupes, por si siempre me confunden como hombre.

Nadea sonrió como si fuera gracioso, pero está claro que no le agrada, su mirada es triste. El hombre decide quitar esa clase de mirada hacia ella: "Supongo que cada quien con su gusto". La mira como un bicho nada bonito.

–Lo lamento mucho, en serio pensé que era un hombre.

Las humildes palabras de este pálido hombre, hicieron feliz a Nadea. Parece un buen hombre, no parece alguien malvado.

–Como ya estoy bien...

Se levantó para irse de una vez a seguir su camino.

–Gracias humilde caballero, me retiro a seguir mi destino.

Se inclinó de mano derecha a su abdomen, y mano izquierda atrás, se inclinó otorgando un agradecimiento por sus servicios de ayuda.

–Espera, tus heridas aún no han sanado del todo.

Tomó su mano, ella volteó a verlo, parecía preocupado mirando su pecho. Miró abajo tocando con sus manos.

– ¿Qué es esto? ¿Sangre?

Parece impactada. Su corazón late a gran velocidad. Comenzó a sentirse mal, se siente atarantada, como que se quiere desmayar.

– ¡Cuidado!

Evitó su caída a tiempo, la llevó acostarse de nuevo.

–Debes descansar, estuviste desangrando al punto de morir. La única forma para salvarte, fue usar magia de sanación.

–No entiendo.

En su mente se pregunta de qué cosa habla este loco, no había escuchado que la magia cure, esa magia del que habla no existe. Si existiera, al menos todo su pueblo la utilizaría. La palabra magia sólo la ha escuchado para trucos de engaños, su tío siempre la engaña el hacerle aparecer conejos del sombrero, chocolates que salen de su oreja, dinero que aparece de su palma. Todo es un engaño. Su tío le enseñó el truco del dedo mocho, incluyendo el vaso del agua que no cae.

Está segura que nunca ha escuchado que la magia pueda sanar. Lo único que puede sanarte, es un doctor, un buen doctor. Los doctores son los únicos que saben curar heridas, pero está herida que tiene en su pecho, está claro que ni el mejor doctor podría salvarla. No tiene idea del cómo la salvó, pero sabe que la salvó.

Este hombre probablemente se pegó en la cabeza cuando nació. ¿Será buena idea quedarme? No parece mal tipo, pero habla extraño.

–Utilicé magia para curar la herida de tu pecho.

No le creé. Lo mira preguntándose qué le pasa a este loco. Él sabe que no le creé. No entiende el por qué ella no sabe de la magia, si todos la conocen. La magia ha existido desde tiempos memorables. Pensó en una palabra, pensó en la imagen de esa palabra y con una pizca de chasquido, apareció una bola de fuego en la punta de su dedo índice. Él todo orgulloso de haber compartido lo que significa la magia.

– ¿Un encendedor?

– ¿Encendedor? ¿Piensas que uso un encendedor?

Está a punto de explotar de furia el no lograr entender a esta humana retrasada.

– ¿Entonces un cerillo?

– ¡Claro que no! ¡Esto es magia!

Abrió la palma de su mano, para que viera que no tiene un tonto cerillo, ni un tonto encendedor. No hay truco, es magia, solamente magia de su propia energía espiritual. Nadea dudó demasiado, pero el mostrarle su palma con esa flama. No encuentra respuesta alguna, hasta quema. No entiende el por qué no lo quema a él, pero se da cuenta que en serio no hay truco, no hay nada.

– ¡¿Entonces esta magia existe?!

Nadea está sorprendida.

–Sí, desde siempre ha existido, ¿no lo sabías?

Contestó en tono cortante apagando la flama de su dedo, de esos tonos que tratan de decir que dejes de molestar porque ya me tienes harto. No puede entenderla, es la primera vez que conoce alguien tan despistado como esta.

– ¡No puede ser!

NOTA: Perdón por la molestia. Si tienes alguna duda en relación a una palabra, frase o párrafo que no entiendas o sientas que se haya escrito mal. Puedes sacarle una captura y comentar. Esto ayuda a enriquecer la historia. Es que a veces se me pasa ciertas palabras, y eso que reviso varias veces. Gracias por tu tiempo de leer esta nota. Nos vemos.

Capítulo 2

– ¿Pasa algo?

Se da cuenta que algo se le olvidó, comenzó buscar. No lo encuentra, estaba segura que el collar lo traía en sus manos.

– ¿Dónde está? Juro que lo traía aquí, pero dónde está.

–Hablas de este.

El misterioso hombre le mostró el curioso collar de la gema rara.

–Sí, ese mero. Pensé que lo había perdido.

Nadea intenta tomar el objeto, más no la deja alcanzarlo, tiene curiosidad de este llamativo collar.

– ¿Por qué cargas este collar?

Miró a Nadea como si fuera alguien sospechosa, como si desconfiara de ella, como si ella fuera su enemigo.

–Mamá me lo entregó para dárselo al tío Carlos de las Rosas.

– ¿Carlo de las Rosas?

Parece molesto.

–Si, a mi tío.

Probablemente no sea él, si fuera, su sobrina no sería tan tonta en estar aquí. ¿Y si lo es? Creo que debería estar en alerta, esta mujer es demasiado peligrosa.

–Entiendo.

Regresó el misterioso objeto a las manos de ella.

– ¿Sucede algo?

Él se asustó, esta mujer puso ojos de cachorro tierno hacia él. Le da miedo el rostro de esta mujer.

– ¿No te gustaría usar un vestido? Tengo varios vestidos que te encantará usar.

¿Vestidos? ¿Estará casado?

–Si su esposa no se molesta, está bien.

–No estoy casado.

Esta noticia le encantó a Nadea, se sintió feliz.

– ¿En serio? Entonces eres soltero...

Se acercó a él de manera coqueta.

–Eso parece.

Se alejó, su acercamiento lo asfixia. Está mujer es rara. El ambiente se quedó en silencio por unos cuantos segundos.

– ¡¿No te gustaría ser mi esposo?! ¡Di que sí! ¡Nos casaríamos en la noche, nos besaríamos bajo las estrellas! Tendríamos muchos hijos y una linda casa cercas del lago.

Tomó sus manos bajo una confesión de amor. Habló de manera rápida, tan rápida que con trabajos captó. Esta mujer no es rara, está loca.

–No me caso con extraños.

Le rompió su corazón ante sus frías palabras de hielo.

–Jajaja en serio te la creíste, sólo estaba bromeando. Por cierto, esta habitación es muy grande, tiene más espacio que mi casa.

– ¿Dónde vivías?

–En una cabaña, era poco espacio pero era muy divertido.

Se nota que es una campesina pobre y mediocre, que nunca ha visto la magia. Probablemente sus padres tampoco sabían usar la magia y decidieron vivir lejos de su existencia.

–Me retiro.

– ¿Tan rápido? Al menos dime tu nombre.

–Mi nombre es Arol.

Le gustó su nombre, se sonrojó.

–Es muy lindo tu nombre. El mío es Nadea, hija de unos humildes campesinos. Adoptada desde que era una bebé por mis tíos. El hermano de mi padre que a la vez era mi tío, le decía papá y a la esposa de mi tio que es mi tía, le decía mamá. Probablemente en este momento, si esté muerta en los escombros de la casa.

Nadea mostró un rostro lleno de tristeza. Arol no entiende a esta mujer molesta.

–Entonces eres huérfana.

– ¿Puede ser? Ya no respiraba ni se movía.

–Es obvio que está muerta.

¿Tan tonta es? Un muerto es un muerto, y un vivo, es un vivo.

–Lo sé, pero una vez me asustó, hizo explotar la casa con sus experimentos y no reaccionó hasta el segundo día de estar apestando, ya casi la íbamos a enterrar, pero despertó de su caja.

Espera, ¿qué? Debe de estar loca. Los humanos no reviven después de unos días. Muerto están y muertos quedan.

– ¿Si es humana?

–Sí, si lo es. Creo que dios no la quiere en el cielo, ni el diablo por ser tan perversa con sus experimentos.

Está loca. Probablemente esta mujer se llenó de imaginación exagerada y tal vez nunca tuvo familia. Su familia probablemente no la soportaba y por eso la abandonó.

–Me voy.

–Adiós. ¡Espera! ¡Ah! ¡Ya recordé! ¡Gracias por tratar mis heridas!

–No me lo agradezcas, muy pronto me lo pagarás, muy pronto lo harás.

Sonrió, esa sonrisa da miedo, se nota que algo trama. La puerta se cerró con un molesto rechinido. Nadea no le dio importancia, está feliz de que este humilde hombre la haya salvado.

En los días que iban pasando, él fue muy amable con ella, le dio de comer sin algún reclamo. Cuidó de ella con mucha paciencia. Siempre estuvo atento en todo lo que necesitara. Nadea siente que este hombre ha sido muy atento con ella, ni su madre ha sido tan buena como él. Todas las acciones que ha hecho por ella, la han hecho recuperarse más pronto. De una manera a otra, quiere regresarle el favor, quiere pagar su humildad de la manera que merece este humilde hombre. No sabe cómo, pero una vez que se recupere por completo, piensa pagar ese favor.

–Sabes... eres bastante guapo a pesar de ser pálido. Creo que esos colmillos de perro se ven lindos en ti.

Apareció ante los ojos de Arol, apareció sin que él se diera. Acarició la piel de su barbilla con las yemas de sus dedos, acarició su piel con una sonrisa gentil.

– ¿Piensas que soy guapo?

Tiene una cara de no creerlo y al mismo tiempo sorprendido.

–Si. Eres una persona amable, bondadosa. Curaste mis heridas con una magia que no comprendo y estoy feliz de tener un amigo como tú. Una pregunta, ¿por qué no sales a tocar la luz del sol? Es más divertido estar a fuera, que estar adentro.

–Sólo no me gusta la luz.

Desvío su mirada a otro lado.

–Ya veo.

Decide robarle un beso en la mejilla.

– ¿Qué fue eso?

Fue algo que no esperaba. Se sorprendió, se alejó de ella.

–Sólo es un simple beso en la mejilla. Mi padre siempre me daba un beso en la mejilla, para decir te quiero.

–No vuelvas hacerlo.

Parece que ese beso lo hizo torpe, casi se cae por caminar lejos de ella.

– ¿Te sientes bien?

Nadea se acercó preocupada, tocó su rostro. Él se ruborizó.

– ¡Hay que frío estás! ¡Hasta tus manos están frías! Voy a calentar un poco de agua.

Calentó el agua y le ayudó a bañarse... Bueno le iba ayudar, pero decidió bañarse él sólo. Pocos minutos salió usando una bata, salió todo triste.

–Nadea... ¿No tienes miedo de mí?

– ¿A qué te refieres?

Colocó su mano sobre su frente, lo hizo para asegurar que su problema había desaparecido.

–Vaya, aun estás frío.

Nadea no entiende el por qué este hombre está tan frío como su madre cuando muere. Sabe que su madre tiene este problema cada vez que cierra los ojos, pero este hombre está vivo, está despierto.

– ¿No te da asco mi cuerpo?

Arol se ve que no le agrada ser así, es como si se odiara a si mismo

–No me das asco viéndote con bata. Una vez tomé ventaja con mi apariencia, me pusieron a vigilarlos mientras se bañaban. Mi madre se dio cuenta y me jaló de la oreja. Jajaja casi los veía sin nada, estaba a punto de verlos como dios los trajo al mundo.

¿Por qué...? No importa.

–Me refiero al cómo me vez a mí mismo.

–Sólo eres un hombre pálido que debería salir más a la luz del sol. Aunque me da curiosidad esos colmillos tan lindos que tienes. Nunca había visto alguien con unos colmillos tan largos como los tuyos. ¿Cuál es tu secreto? Me gustaría que mis pequeños colmillos, crecieran igual a los tuyos.

Arol se quedó callado, se nota que no quiere hablar. Nadea se sintió preocupada, no sabe el por qué actúa de esta manera.

–Vamos a dormir.

– ¡Nadea!

Tomó la mano de Arol llevándolo a la habitación. Lo empujó.

– ¿Ah? ¿Qué haces?

Se puso nervioso, Nadea está actuando de una manera que lo incómoda. Su abrazó no le gusta.

–Estás bastante frío, espero que mi cuerpo caliente el tuyo.

–Me siento incómodo. Me voy.

Intentó levantarse. No pudo. Nadea no lo deja levantarse con ese abrazo.

–Sabes... extraño muchos a mis padres, a mis tíos por supuesto. A mis verdaderos padres nunca los conocí, no sé el por qué decidieron abandonarme, no sé el por qué lo hicieron. No puedo creer que la única familia que tenía, esté muerta. ¿Tú familia aún vive?

Nadea tiembla dejando salir sus lágrimas, deja salir sus sentimientos en el pecho de Arol.

–No... Todos murieron, creo que soy el único que existo.

–Veo que estamos solos. Lamento haberte molestado. Buenas noches.

Decide cerrar los ojos, los cerró dejando de retener a este hombre.

–Nadea...

A la media noche, él se levantó, miró su cuerpo durmiendo tranquilamente, estaba durmiendo profundamente, estaba durmiendo inocentemente mientras él la miraba detenidamente. Acercó su boca, la a acercó a su cuello...

–Mejor voy a cazar.

Saltó por la ventana.

Al medio día, Nadea se estaba divirtiendo, saltaba las rocas sin lastima, corría a gran velocidad con deseos que cazar una buena presa.

¡Va haber caldo esta tarde! ¿O quizás cena?

–Mira Arol, te traje esto, vamos a cocinarlo.

– ¡Ah! ¡Es muy grande!

Se sorprendió, no esperaba que esta chica cazara un jabalí.

–Sí, en mis tiempos libres fueron llevar comida a casa.

–Voy hacer un estofado y el resto será curtido.

–Pareces ocupado. Mientras voy a pelarlo.

Decidió llevarse el jabalí, piensa pelarlo de una vez. Se detuvo. Volteó a mirar a Arol.

–Ahora que recuerdo, te gusta la sangre, ¿cierto?

– ¿Por qué preguntas?

Se puso nervioso.

¿Acaso ella ya se dio cuenta lo que soy? Esto es malo, tengo que matarla ahora mismo.

–A mí me encanta prepararla y hervirla dentro de las tripas. Aunque no sabe tan mal freírla con su misma grasa. Espera, ¿y esas uñas?

Arol casi la mata.

– ¿Puedes hacer crecer tus uñas con la magia? No lo sabía. Esto es grandioso. Deberías enseñarme a usar esa magia que no sé. Me gustaría aprender.

Nadea está emocionada el poner tanta atención en las uñas de su mano. Nunca había visto tantas maravillas de la magia.

–Aaaaaaah. Yo... Yo...

Arol se siente mal, siente un extraño dolor dentro de su pecho. Casi mata a esta tonta.

– ¡Ya se! Dame una vasija y te daré la mitad para que la prepares a tu gusto.

Su tontés lo molesta.

–Nadea, tus heridas ya sanaron ¿verdad?

Sus uñas volvieron a ser las mismas.

–Sí, eso parece.

–Creo que es mejor que te vayas hoy, es mejor que vayas a buscar a tu tío Carlos.

La mirada de Arol está llena de tristeza.

–Tienes razón, pero pienso quedarme unos días más.

– ¿Por qué piensas quedarte más días? ¿Aun te duele?

Se acercó a ella con preocupación. Nadea colocó sus manos en su pecho, impidiendo que revise su herida. Le dio risa su preocupación hacía ella, se da cuenta que es divertido haberlo conocido.

–Jajaja. No, ya tenía tiempo que no hacia amigos.

Esto sorprendió a él, nunca pensó que esta chica estaba totalmente sola.

– ¿No tienes amigos?

–Desde que murió papá, sólo he tenido tiempo para el trabajo.

–Ya veo.

Mostró tristeza en sus ojos. Nadea levantó su mirada hacia ella.

– ¿Y tú tienes amigos?

–No. Nunca he tenido amigos.

– ¿Y yo qué?

Lo dijo con tono burlesco haciéndose la ofendida. Arol controló su emoción, decide controlar este misterioso sentimiento que hace latir su corazón a gran velocidad.

–Eres una extraña.

–Jajaja tienes razón, pero si necesitas mi ayuda puedes pedírmela.

Esta humana es demasiado extraña, nunca había conocido alguien así. Siempre que me ven, lo primero que hacen es salir huyendo. Todos me evitan, todos me temen, menos ella. Debe estar mal, esta chica debe tener un tornillo suelto.

–Soy un vampiro.

Decide decir la verdad de lo que es. Tal vez es tan tonta que no se ha dado cuenta de lo que es realmente.

–Yo una campesina.

Contestó alegre.

– ¿No te asusta?

En absoluto, si lo es. No lo entiende. Todos conocen los vampiros, ¿por qué ella no?

– ¿Asustarme qué?

Se pregunta el por qué le pregunta eso. Se siente confundida. El decir que es un vampiro, no asusta.

–Todos se asustan al escuchar esa palabra, pero tú...

– ¿En serio? ¿Entonces de qué estamos hablando?

– ¡Soy un vampiro, maldita sea!

–No me asusta saber a lo que se dedican hacer las personas.

Él ya se dio cuenta. Ella nunca ha visto y menos escuchado lo que es un vampiro. Pues donde rayos vive, ¿en tontolandia?

–No sabes qué es un vampiro ¿cierto?

–Eeeeeeh ¿es un vendedor de vasijas?

–No.

– ¿Es un vendedor de vasos?

–No.

–Pues que importa.

Esto no puede seguir así, no puedo dejar que ella se quede más tiempo aquí. Debo de correrla de una vez.

–Mira.

Tomó un cuchillo.

– ¿Qué haces?

–Esto es lo que significa ser vampiro.

Acercó el cuchillo a su brazo.

– ¡No!

No lo dejó herirse, desvío el cuchillo.

– ¡Nadea!

Capítulo 3

Arol está impactado por la locura que acaba de hacer. Su mano está sangrando, ella llora en lágrimas.

– ¡No quiero que vuelvas hacerte daño! ¡No lo hagas!

– ¡Tú no lo entiendes!

– ¡¿Qué no entiendo?! ¡Que eres un tipo que se quiere suicidar! ¡No es necesario llegar a eso, si tanto odias tu vida!

No puede ser... Ese aroma...

– ¡Vete!

Arol cubrió su boca, el dulce aroma de la sangre embriaga su olfato. Rápidamente saca a Nadea, la saca utilizando magia. Era como si su cuerpo lo hubieran jalado hacia fuera, sin aplicar ni una fuerza ni movimiento. No es transportación, si eso pensaste. Sólo su cuerpo fue deslizado en menos de un segundo, sin darse cuenta.

La sensación que experimentó fue demasiado rápido. No sabe si la casa se deslizó hacia adelante, o ella fue quien se deslizó hacia atrás. Digamos que es igual que cuando mueves a un carro con una copa de vidrio adentro, el carro lo manejas a una dirección, sólo mueves ese carro a la dirección que tu deseas mover. La copa nunca se mueve, sólo el carro es quién se mueve. Lo misma pasa con Nadea, ella nunca se movió, la tal magia la sacó a fuera sin una gota de cansancio.

– ¿Cómo? Tus ojos... ¡¿qué le pasan a tus ojos?!

Se siente confundida el cómo pudo llegar a fuera, pero lo que más inquieta es el llamativo color de los ojos de Arol. No sabía que sus ojos podían brillar así. Algo no está, nunca le ha visto ese color de ojos a él

– ¡Quédate ahí! ¡No entres!

Él parece desesperado, no desea que ella entre, no desea que lo haga estando en estas condiciones. Si lo hace, ella pronto morirá.

–Déjame ayudarte.

Nadea no le hace caso, sigue caminando hacia él.

– ¡No entres! ¡Lava tu herida y cúbrela de mí!

–Arol...

Dio un pasó adentro.

– ¡Te dije que no entres!

Usó está vez una magia diferente, era como si un extraño viento hubiera salido de sus pies, y este subiera a sus manos, para luego lanzarlo hacia ella. La hizo volar hacia a fuera de la casa.

– ¿Qué fue eso? ¡¿Qué te sucede?! ¡¿Por qué no me dejas entrar?!

–Sólo vete... Vete antes de que sea demasiado tarde.

–Dime lo qué está pasando. Quiero entenderte.

– ¡Soy un vampiro! ¡Eso es lo que soy! ¡No puedo tocar la luz del sol!

Sacó su mano a la luz del sol. Nadea se impactó. No sabía que los vampiros tenían la piel bastante delicada.

–Tu mano... Se está quemando, hay que curarla.

Corrió hacía él.

– ¡No te acerques!

Arol se resiste, no quiere que lo ayude. No quiere que se acerque a él.

–Pero estás sufriendo.

– ¡No te acerques!

–Se nota que estás sufriendo.

–Debes irte.

–No pienso irme sin antes curar tu herida.

–Si te quedas conmigo, yo... Por favor vete...

– ¿Por qué?

–No quiero hacerte daño.

– ¿De qué hablas? No pareces una mala persona.

Acarició el rostro de Arol con gentileza. Esto duele, duele horrible. El aroma cada vez es más fuerte.

–No. Detente.

Se alejó de Nadea.

–Te equivocas... ¡No soy lo que tus ojos ven!

– ¡Arol!

Corre detrás de él.

– ¡Deja de seguirme! ¡Estoy muerto! ¡No tengo corazón que lata como el tuyo! ¡Mi vida se volvió un asco desde que me convertí en esto!

Esto confunde a Nadea. Arol lo ve en un lugar, pero desaparece y aparece en otro. Se pregunta el cómo lo hace, es como si se deslizara el mismo, moviéndose a una velocidad impresionante. Esto es diferente a lo de hace rato, se nota que Arol es quién se mueve.

–¡Entonces déjame ayudarte!

– ¡¿Ayudarme?!

Apareció muy lejos de los ojos de Nadea con una sonrisa sarcástica.

– ¡JAJAJA! ¡Dime, ¿cómo puedes convertir a un vampiro de nuevo a un humano?!

– ¡¿Los vampiros no son humanos?!

Nadea se sorprendió, pensaba que los vampiros eran una clase de humano, más nunca pensó que los vampiros eran sólo una especie diferente a los humanos. Arol sabía claramente que Nadea iba a reaccionar de esa manera tan tonta. Ya aceptó que no tiene cerebro. Se arrepiente el nunca haber estudiado magia de transportación. Si lo hubiera hecho, habría alejado a esta chica de él.

–Tan solamente somos criaturas malignas de las noche, criaturas que no deberíamos existir.

–Arol...

Nadea no sabía que Arol se sentía de esa manera. Debe ser muy feo el ser un vampiro. No sabe qué decir, no tiene palabras para enfrentar su dolor.

– ¡Así qué vete! ¡Jamás regreses!

– ¡¿Que?! ¡No me iré! ¡Me quedaré ayudarte!

Nadea tomó una decisión, no piensa largarse e irse dejando sólo a Arol. Él la necesita, necesita un amigo que pueda hacerlo feliz de nuevo. Arol quiere que se vaya, su mano está temblando. Sabe que tiene conciencia aun, pero si ella sigue acercándose, pronto perderá la cordura y morderá su cuello sin piedad.

– ¿Ayudarme? ¡¿Aun quieres ayudarme cuando sabes que morirás?! ¡¿No te importa vivir?!

– ¡Claro que me importa! ¡Deseo casarme algún día! ¡Tener un lindo esposo! ¡Tener muchos hijos! ¡Tener una hermosa familia!

–Entonces vete...

–No puedo...

– ¡¿Por qué no?!

– ¡Porque eres mi amigo! ¡No quiero abandonar a un amigo! Si te abandono, ¡¿qué clase de amiga sería el abandonarte?!

Las palabras de Nadea sorprenden a Arol y al mismo tiempo hace doler su pecho. Tiene que alejarla a tiempo, tiene que hacerlo antes que sea demasiado tarde.

– ¡No soy tu amigo! ¡Los vampiros no somos amigos de los humanos! ¡Así que vete y jamás regreses!

Lo dijo en tono hiriente, sin lástima, lanzó su magia hacia ella, hizo que el viento la sacara de nuevo. Nadea se levantó. Decide correr de nuevo hacia adentro. Arol estiró su brazo, lo estiró adelante. Con la palma abierta, pensó en una palabra visualizando la acción que quiere hacer, la puerta se cerró.

Nadea con deseos de ayudar a su amigo, decide romper la puerta con un sólo puño. La puerta quedó hecha en pedazos, la cortadora de su mano se abrió más, la sangre tocaba el suelo. Arol todo desesperado concentró su magia lanzando un ataque tormenta, hizo volar a Nadea. Esta vez ella se golpeó con el tronco de un árbol. Arol se asustó, pensó que la había matado. Una lágrima se desprendió de su ojo derecho.

– ¿Nadea?

Esta impactado. No esperaba esto. Sus intenciones no eran estas, debe llegar pronto, debe sanarla antes que muera. Su mano la estiró a dirección de la salida, caminó hacia la luz. Movió los dedos de su mano. Se detuvo. Abrió los ojos lentamente. Sonrió de felicidad por dentro. Nadea se fue levantando. Pero esto es raro, se suponía que ese golpe no la dejaría levantarse.

– ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Tienes que irte! Ve con tu tío, para que de una vez venga a matarme.

– ¡No me iré! ¡Te voy ayudar! Espera ¿mi tío mata vampiros?

Arol decide no responderle, cree que mientras más le responde, menos se va. Nadea estiró un poco su cuerpo. No entiende el cómo esa magia que saca viento, la hizo volar. Se pregunta si tan ligero será su cuerpo.

– ¡No importa! ¡Iré por ti!

Con un rostro serio y decidido, Nadea señaló a él con su mano, formando con sus dedos una pistola. Este sujeto que dice que es vampiro, la salvó cuando casi moría. Está agradecida que la haya ayudado, y sabe que es el momento indicado de regresar ese favor. Apunta decida de que no va a rendirse, no va a dar vuelta atrás, es hora de actuar. Ni tiene idea del cómo va ayudarlo, pero sabe que si no lo ayuda, él seguirá sufriendo.

Corre velozmente hacia él, esto sorprende a Arol, pensó que ese golpe no la iba dejar correr. "¿Acaso los tontos son resistentes?". Decide concentrarse y lanza un golpe de viento hacía Nadea. Esta vez no fue tonta, tal vez el viento es difícil de ver, pero los movimientos de sus manos junto esas palabras, dice mucho. Toda alocada a gran velocidad, decide hacer un deslice con su pie, deja que su pie desplace todo su cuerpo ante los ojos de Arol, pasó deslizándose bajo su brazo. Ni siquiera le dio tiempo de hacer otro movimiento.

Esta mujer está loca.

Arol reacciona. Con un respiro de sorpresa, ella casi lo abraza por la espalda, la lanza a la pared, la lanza con el viento, esta vez controló la intensidad de su magia. Ella no tiene alternativa, este hombre no se deja ayudar. La única forma de ayudarlo es... Saca una navaja de su bolsillo...

– ¡No!

¡Apareció enfrente de sus ojos para detenerla! Ella sin dudar, se cortó la otra mano, dejó que la sangre manchará el piso. Arol caminó hacia atrás, el aroma es insoportable. Decide acercarse a la luz del sol, quiere desaparecer antes de hacerle daño. Nadea se da cuenta de lo que está a punto de hacer. Rápidamente corre hacia él, toma un poco de su sangre en su boca, jala su mano, besa sus labios. Planeaba besarlo para darle de su sangre a través de su boca, pero ella siente que su boca apestaba y no le gustaría que después se ande quejando de su mal aliento. ¡Mejor decide darle directamente de su mano!

– ¡Bébetela de una vez!

Cubre toda su boca con su mano, su sangre tocó su lengua. Estaba impactado, mientras sus ojos lloraban intentando rechazar su sangre. Nadea siguió de terca, le siguió exigiendo que bebiera su sangre de una vez. Comenzó actuar extraño una vez que bebió el primer trago. La empujó hacía la pared, su pierna entre sus piernas de ella. Comenzó a lamber su herida, su lengua la lambía lentamente, la lambía como si fuera algo delicioso. Parecía un lindo gatito.

Mordió. La pobre Nadea casi gritaba, esta mordida no era nada agradable. Después dejó de beber de su mano. Suspiró de tranquilidad pensando que ya no iba a seguir bebiendo de su sangre, pero se equivocó. Él se acercó besando su brazo hasta llegar a su cuello, sintió sus besos como si fueran cosquillas, fue una sensación agradable. La cargó como toda una dama y en un abrir de ojos la llevó a su habitación.

– ¿Qué?

Quedó encima de ella. Sonrió.

– ¿quién eres?

Nadea se siente hipnotizada por su mirada. Sus ojos parecen brillar como dos estrellas sin parpadear, se acerca a su cuello, ¿qué tono será? ¿Rojo granada o rojo vivo? Sintió sus labios, sintió cosquilleo, abrió toda su boca. Mordió

¡No puede ser! ¡Esto duele! ¡Esto duele horrible! ¡Duele! ¡Duele! ¡Duele! ¡Aaaaaaaaah! Siento que algo me está succionando, como si me absorbiera muy fuerte, como si todo mi cuerpo fuera consumido a través de su mordida. Duele peor de lo que me imagine, duele como cuando un hombre me rechazó por tener apariencia de hombre.

– ¡Nadea!

Reaccionó. Nadea está débil, se ve terrible.

–Arol...

Abrazó fuerte su cuello, quiere que siga bebiendo de su sangre

–Por favor no te detengas.

–Nadea...

Quiere detenerse, quiere parar esta locura, pero su sangre es tan deliciosa. Siente que aun tiene el control, siente que puede controlar esta sed. Ella está viva, aun se ve fuerte. No haría mal beber otro poquito. Mordió de nuevo, sus manos lo abrazan con gentileza, lo abrazan con cariño. Es la primera persona que no lo rechaza por lo que es.

Nunca había saboreado una sangre tan deliciosa como esta, siente el sabor de la felicidad en sus pupilas gustativas, es como si todo su dolor lo curara esta inocente chica. Es tan deliciosa, no quiere dejar de beber, quiere que esta persona nunca deje de alimentar su corazón. Después de unos minutos de tanto beber como chinche hambrienta, dejó de abrazarlo. En resumen, Nadea estiró la pata.

– ¡Nadiaaaaaaaa!

Arol está desesperado. No quiere perderla. Si ella está muerta, se promete el mismo quitarse la vida. No puede vivir sin ella. No, aún sigue viva, aun respira, pero sus latidos cada vez son más débiles. Esto lo preocupó, sabe que pronto morirá sino hace algo ahora mismo. Hay una forma de salvarla. Mordió su brazo a gran profundidad. Tomó una dura decisión. Sabe que lo odiará por esto, pero prefiere que lo odié antes que perderla.

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