Por las noches, siempre tengo el mismo sueño.

A eso de las 3 de la madrugada, sueño que la silueta de un hombre emerge de la oscuridad y se acerca a mi con desesperación, llamándome por un nombre que no es mío. Pero, al despertar, olvido ese nombre por completo. Aunque la silueta del hombre sigue en mis recuerdos.

No hay rostro en ese hombre, pero a veces, se convierte en algo distinto. Parecido a una extraña criatura. A veces su figura se deforman; algunas veces su tamaño aumenta demasiado; otras veces su silueta tiene alas y uñas afiladas. Pero, aun así, nunca logro ver su cara. Al despertar, siempre me pregunto si ese hombre realmente es humano o una simple figura que crea mi mente.

En ese sueño, el hombre parece estar sufriendo y llamándome con dolor en su voz. Su llamado se escucha muy lejano y sus gritos desgarradores hacen eco en todas partes. Cada vez que lo escucho gritar siento algo en mi pecho, como un dolor intenso y, cuando despierto, me siento vacío. Me despierto recordando los gritos desesperados de aquel hombre, los cuales me siguen causando escalofríos hasta hoy.

A veces siento la necesidad de abrazar al hombre y consolarlo, pero, cuando me acerco a él, siempre hay algo que me aleja y, finalmente, vuelvo a despertar. A veces despierto con lágrimas en los ojos, pero sé que, de alguna forma, ese sentimiento de tristeza no es realmente mío.

Sin embargo, por más que ese sueño me haya acompañado toda mi vida, sigo sin darle tanta importancia. Es decir, solo es un sueño nada más. Nada me asegura que ese "hombre" existe en realidad. Aunque, la verdad me gustaría saber más sobre él. Quién es, cómo es, cuál es su nombre y por qué sueño con él todas las noches... Quisiera saber.

Pero, luego me pregunto, ¿por qué pensar en alguien sin importancia cuando tengo a una persona especial a mi lado? Tessa es la chica con quien quiero vivir mi vida. Aun si no somos nada todavía, quiero pasar el resto de mi vida junto a ella. Pero luego está este hombre. Este vacío que me impide amarla.

Por alguna razón, el sentimiento de tristeza que alberga mi corazón me hace pensar que no puedo estar con ella. Que estoy traicionando a alguien, aunque no sepa a quién. Que tengo que esperar, pero, ¿a quién?

Cuando estoy con Tessa, paso mis momentos más felices y emocionantes con ella. Pero el recuerdo de aquel hombre aparece en el momento menos esperado y, de pronto, la felicidad pierde su intensidad y el vacío y la tristeza toman su lugar. Siento... que me voy a volver loco en cualquier momento.

Este hombre... O más bien, esta criatura, solo la veo en mis sueños. Pero, dicen que los sueños se hacen realidad en el momento menos esperado. ¿Qué pasará cuando eso suceda? ¿Y si ese hombre resulta ser real?

Estoy por cumplir mis veinte años. ¿Qué podría pasar?

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Una vez más, mi cuerpo se sentía ligero.

La brisa fría que soplaba en mi rostro se había vuelto un fastidio, algo que empezó a molestarme demasiado. Aunque aquel lugar se sintiera pacífico, aún seguía generándome ciertas molestias y brotes de odio.

Al abrir mis ojos, el color blanco me cegó y los árboles secos y enormes aparecieron en mi visión. Era lo mismo de todas las noches.

Cuando mi vista se aclaró, me levanté del césped húmedo y me puse de pie. La ropa suelta y holgada que usaba como piyama me seguía acompañando en aquel lugar. Mis pies descalzos sentían la textura del césped mojado, al igual que las texturas de todo lo que había a mi alrededor.

El sueño volvía a repetirse una vez más, pero, aun así, algo se sentía... diferente.

De pronto, un sendero a lo lejos llamó mi atención. Eso no estaba aquí antes. No me tomé el tiempo para pensarlo dos veces y caminé por ese sendero lentamente. Algo nuevo en ese sueño era lo que necesitaba, por lo que no dudé en seguir un camino diferente al de todas las noches.

Mientras caminaba perdí la noción del tiempo. El camino se me hizo tan largo y eterno, como si no tuviera fin. Una vez más, me sentí atrapado en aquel lugar.

Después de tanto caminar, sin darme cuenta, había llegado a un lugar nuevo donde se veía un columpio de madera un poco descuidado. Mis dudas surgieron al instante en que vi aquello, pero la primera pregunta que se me vino a la mente era: "¿Por qué aparecería un columpio de la nada?".

No sé cuánto tiempo habré estado mirando ese sitio, pero, de pronto, un niño de pelo castaño y ondulado apareció a mi lado. Me asusté al verlo, pero algo en él se me hizo familiar.

-¿Tú sabes dónde está?- preguntó sin mirarme.

Me quedé sin palabras, no sabía qué responderle. No sabía de qué hablaba y ni siquiera lo conocía.

-Lo extraño...- dijo murmurando.

En ese momento, sentí una nueva presencia cerca de nosotros. Al mirar a aquella dirección, la silueta de un hombre alto apareció. Parecía estar cansado, como si hubiese recorrido un largo camino con prisa. Su respiración se escuchaba entrecortada y exagerada, pero no pude ver bien su cara.

Cuando levantó la mirada, mi cuerpo se paralizó al ver que sus ojos estaban brillando en un rojo vivo, pero no parecía tener intensiones de dañar. Más bien... parecía desesperado.

-E...os- dijo con la voz distorsionada.

Mire al niño a mi lado y quise tomar su mano para salir corriendo y alejarnos de aquel hombre, pero mi cuerpo no se movía en absoluto. Comencé a sudar en frío y mis manos temblaban, como si un miedo extraño me poseyera al ver a aquel hombre desconocido.

Sin embargo, el niño se veía contento. Lágrimas de felicidad desbordaban de sus ojos dorados y volteó a mirarme con una sonrisa llena de alegría y algo de... sufrimiento.

-Es él. ¡Vino por mí!- dijo mientras lo señalaba.

Cuando volví a mirar al hombre parado a varios metros de donde yo estaba, noté que también estaba llorando. Pero algo había cambiado. El rostro del hombre se había deformado, mostrando unos dientes largos y afilados.

-El... os. Eli... os. ¡ELIOS!

...

Los gritos del hombre hicieron que despertara y volviera a la realidad. Mi respiración era agitada y mi cuerpo estaba sudado. ¿Qué había sido aquello? El sueño cambió tan de repente. ¿Quién era ese niño?

Me senté en la orilla de mi cama y comencé a pensar en ese sueño. Mi mente tenía miles de preguntas ahora y también estaba asustado. Pasó un rato hasta que mi respiración volvió a ser normal y mis latidos se calmaron. La alarma aún no había sonado, pero sabía que no podría volver a dormir.

Cuando mi mente se aclaró, dejé escapar un suspiro y algo húmedo se deslizó por mis mejillas.

-¿Qué...?- de mis ojos, unas lágrimas saladas se escurría.

Traté de secarlas con las mangas de mi remera, pero las lágrimas no paraban. Mi pecho se oprimía, como si estuviera sufriendo... pero se sentía como un sufrimiento que no era mío.

-¿Qué está pasando...?

......................

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Nunca me había sentido tan agotado en toda mi vida. Es como si hubiesen drenado toda mi energía en una noche sin que me diera cuenta.

"Me siento muy cansado...", pensé para mi mismo mientras tenía mi cara pegada al pupitre.

Luego de haber tenido ese sueño extraño, la cara del niño seguía en mi mente. No lo conocía, pero algo en él se me hacía muy familiar, como si lo hubiese visto antes en alguna parte. El hombre que también estaba ahí me causó terror, pero al mismo tiempo quería acercarme a él. Por alguna extraña razón sentí el impulso de querer consolarlo, pero el miedo me dejó paralizado.

No sé cómo, pero siempre supe que esos sentimientos, impulsos y sensaciones raras no eran realmente mías. Me conozco lo suficiente como para saber que esas reacciones no son propias de mí, pero tampoco sé como explicarlo…

-¡Eli!

Una voz dulce y femenina se escuchó a mi lado y la reconocí al instante. Giré mi cabeza, aún estando recostado en la madera, y vi los ojos grandes y oscuros de Tessa. Al momento en que conecté mis ojos con los suyos, cualquier pensamiento sobre ese sueño desapareció y mi mente fue ocupada por completo por ella.

-¿Qué quieres?- dije con voz somnolienta y me erguí para verla mejor.

Antes de abrir la boca, Tessa ladeó la cabeza y acercó su cara a la mía frunciendo el ceño, como sospechando de algo. Yo me alejé un poco porque me sorprendió su repentina cercanía y la miré extrañado.

-¿Qué haces?- pregunté fingiendo molestia.

-Volviste a desvelarse otra vez, ¿verdad?- su voz parecía preocupada, pero suave al mismo tiempo.

-No pude dormir bien, es todo- respondí desviando mi mirada hacia un costado. Tenerla cerca no me molestaba en absoluto, pero me ponía nervioso.

-¿Es por algo que te molesta?- esta vez Tessa se alejó y puso toda su atención en mí, esperando mi respuesta con paciencia. Ella acercó una silla a mi lado y se sentó, dispuesta a escucharme de principio a fin.

-No es eso- dije para luego suspirar. Antes de comenzar a hablar, mi cabeza hizo clic, haciendo que me diera cuenta de algo. -Un momento, ¿por qué no te estás burlando de mi situación?

En ese momento, el cuerpo de Tessa se tensó por completo y soltó una fuerte carcajada.

-¿Qué? ¿Qué dices? ¿Cuándo me he burlado de tus situaciones lamentables, eh?- ella seguía riendo, pero al ver mi cara seria y darse cuenta de que no estaba bromeando, se calló de repente y comenzó a jugar con sus dedos.

-¿Qué hiciste ahora?- pregunté, cruzándome de brazos.

Ambos éramos de distintos salones, pero a veces nos salteábamos las clases un momento para vernos. En ese momento, todos mis compañeros estaban hablando sobre sus cosas, por lo que cada quien estaba en su propio mundo.

-Bueno...- Tessa hizo una pausa y encogió sus hombros, pareciendo apenada y culpable. -Yo... tal vez, perdí uno de tus... Videojuegos.

Tessa apretó los labios y me miró con ojitos de cachorro, esperando verse tierna para obtener más fácil el perdón. Me quedé en silencio por unos segundos, recordando a qué videojuego se refería.

-Tessa, ¿cuándo te lo presté?- cuestioné al recordar de qué videojuego estaba hablando.

-... Ayer- respondió en un murmuro.

-¿Y cómo rayos se te perdió en un solo día?

-Pues, es que, cuando me lo diste, lo guardé en mi mochila y me fui a mi casa. Estuve jugando algunas horas y luego fui a cenar...- Tessa seguía hablando y explicando lo que había pasado, pero, sin darme cuenta, dejé de prestarle atención a sus palabras.

Mis ojos se posaron en los de Tessa y no se apartaron ni por un segundo. Me gustaba apreciar cada detalle de ella; su rostro, sus labios, sus grandes ojos negros, su cabello corto y su flequillo cubriendo una pequeña parte de sus ojos. El suéter que estaba usando ese día era de un color rojo que hacía juego con sus aretes, sus lentes y sus mejillas sonrosadas.

Tessa siempre estuvo interesada en los videojuegos. De hecho, cuando éramos niños era lo único que jugábamos juntos. Salíamos a pasear a veces, pero disfrutábamos viendo series y películas o simplemente jugar videojuegos en nuestras casas.

-Sé que lo guardé en mi mochila para traértelo hoy, pero luego ya no estaba y... conociéndome, seguro lo perdí- Tessa había terminado de explicar lo que había pasado con el videojuego con una sonrisa torpe en sus labios.

Volví a la realidad luego de que se quedara en silencio unos segundos esperando a que yo dijera algo, pero la verdad es que tenía mi mente en blanco.

-¿Segura que no lo dejaste encima de tu escritorio?- pregunté casualmente.

-Claro que estoy...- interrumpió sus palabras, como recordando algo. Tessa llevó su mano hacia su cabeza y se rascó mientras se reía de sí misma. -De hecho, creo que lo dejé encima de mi cama.

Suspiré mientras ella seguía riendo. La verdad no me importan mucho los videojuegos que le presto a Tessa. La mayoría ya los he completado y además tengo muchos en casa, así que no tengo ningún problema si los pierde o los rompe. Bueno... no hay problema si es ella quien los tiene.

Al terminar nuestra charla, la profesora entró al salón de repente y Tessa tuvo que ir a sus clases. Nos despedimos y acordamos almorzar juntos después. Pero, en el momento en que Tessa se fue, aquel vacío y desconsuelo aparecieron en mi pecho otra vez. Mi sonrisa y mi alegría desaparecieron de inmediato y ese estúpido sentimiento de tristeza comenzó a molestarme de nuevo.

Podría haberle pedido a Tessa que fuera mi novia desde hace mucho tiempo, pero esta sensación de vacío me impide siquiera amarla. Como diciendo que debo esperar. Pero, ¿qué tengo que esperar? O más bien, ¿por qué?

Quiero amar a Tessa y vivir lo que queda de mi vida a su lado, pero estos sentimientos ajenos son un obstáculo que nunca pude superar.

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