—Quiero seguir contigo –dijo Alexander mientras rogaba– No puedes abandonarme.
—¿No puedo? –Pregunte con un tono divertido– Estoy más que decidida, no quiero seguir contigo.
¿Cómo llegue a este punto? Anteriormente, hubiese dado todo por poder estar con Alexander, pero me cansé de esperarlo, desde niña anhelé este momento, pero ya no me siento igual, además de que estaba más que segura de que el amor que me ofrecía Alexander no era sincero.
—¿Qué harás con tu amada Emily? –Pregunté con un tono sarcástico– ella es más importante que yo en tu corazón ¿Cómo podría tomar su lugar?
–Perdón, lo lamento.
...****************...
El sonido de mis tacones resonaba por los pasillos de la empresa, Alexander no respondía mis mensajes por lo que decidí ir a verlo en su empresa, sabía que él odiaba ser interrumpido, pero ya teníamos cuatro días sin hablar.
Al entrar en su oficina este me miró de reojo y continuó con su trabajo.
—¿Por qué no me contestas los mensajes?
—No tengo tiempo, dije que te vería esta noche ¿No es suficiente? –dijo con un tono despreocupado– eres demasiado molesta.
—¿Molesta? –Dije con un tono lleno de irritación– faltan tres meses para nuestra boda Alexander, si no vas a ayudarme con los preparativos solo dímelo.
—No lo tomes tan a pecho, además creo que tú deberías escoger las cosas ¿Qué sentido tiene este matrimonio?
—Creí qué habías cambiado de mentalidad, hace un año dijiste que no estaba mal el matrimonio ¿Qué te hizo cambiar de parecer?
—Es un convenio entre familias, además hace un año pensaba diferente, ahora…
Mi corazón dolió al pensar que tal vez había alguien más en el corazón de Alexander ¿Pero quién podía ser? Tal vez solo eran pensamientos estúpidos y sin base.
—Sabes, te amo, mucho más de lo que crees, hace un año dijiste que aceptabas mis sentimientos, pero no siento que sea así.
—Sé que me amas y esa es la razón por la que nos vamos a casar, deja de darle tantas vueltas al asunto y vete, estoy ocupado.
Las palabras frías de Alexander me lastimaron, a pesar de negarse a participar en cualquier cosa referente a la boda evitaba cualquier tema que relacionará cancelar la boda, no podía entenderlo, yo deseo casarme con él porque lo amo, pero estoy segura de que él no siente lo mismo.
Me siento sumamente ridícula al querer atarlo a mí, no sé la razón por la que mi corazón actúa de esa manera, desearía simplemente que mis sentimientos fueran correspondidos de forma correcta, ya que Alexander acepto nuestro compromiso, pero jamás me ha dicho que me ama.
Mi amor por él existe desde hace años, desde que era una niña él llamó mi atención, al cumplir 13 años supe que era amor y al entrar en la universidad nos comprometieron, sin embargo, Alexander acepto el compromiso cuando le declaré mi amor.
Salí de la empresa y llame a uno de mis excompañeros de la universidad, Erick era un hombre amable y dueño de una empresa de entretenimiento, pero a diferencia de Alexander, Erick siempre tenía tiempo para mí, salíamos casi todos los días y también me acompañaba a fiestas de vez en cuando, aunque este no se llevaba muy bien con Alexander.
Quedé de verme con Erick en un restaurante cercano a su empresa, por lo que conduje hasta el lugar y fui bien recibida en recepción, fui guiada directamente a una mesa VIP.
—¿Por qué siempre escoges lugares extravagantes? –Pregunté y solté una breve risa– esto llama mucho la atención.
—Es lo que mereces –Sonríe– No entiendo ¿por qué sigues estando junto a Alexander? Pasas tanto tiempo conmigo que fácilmente podría ser confundido con tu prometido, él debería ser el que te traiga a estos sitios, no yo.
Baje mi cabeza un poco triste y resentida, Erick tenía razón, pero Alexander dijo que estaba ocupado, además mi corazón se conformaba con estar junto a él, no necesitaba más atención que esa.
—Está un poco ocupado.
—Siempre está ocupado, deberías exigirle un poco más, si él no te dará tu lugar, debes dártelo tu misma.
—¿De qué hablas?
—¿Realmente no lo sabes? –Preguntó Erick mientras me pasaba su teléfono– míralo por ti misma, este artículo no se publicó, pero me llegó hace unas horas, al parecer Alexander pagó mucho dinero para que no sea publicado.
Miré atentamente el teléfono y por un momento quiso correr y llorar con desesperación, pero tal vez era falso, no podía ser cierto.
El artículo tenía fotos de Alexander saliendo de bares con diferentes mujeres y en otras fotos era Alexander saliendo de hoteles con diferentes mujeres, algunas de estas mujeres eran modelos o empleadas de su empresa, otras eran simples desconocidas.
—Esto no puede ser cierto.
—No lo sé, pero deberías mostrarle esto a tu prometido, no cometas un error, si él no te ama simplemente rompe el compromiso y continua con tu vida, eres una mujer maravillosa y quiero que sepas que cuentas con mi apoyo.
Mi pecho dolía mucho, estaba conteniendo con fuerza mis lágrimas, deseaba que esas fotos fuesen falsas, pero ¿Qué podía hacer? No le respondí nada a Erick y continuamos comiendo, pedimos el postre y él me acompaño a casa.
Bueno, más que mi casa era la casa que compartía con Alexander, un lugar que nuestros padres compraron para ambos y comenzar nuestra vida de casados en ese lugar, sin embargo, no había suficiente cariño como para llamar a esa casa un hogar.
Al entrar a la casa pude admirar la silueta perfecta de Alexander sentado en el sofá mientras bebía cómodamente una copa.
—¿Por qué llegas a estas horas? –Preguntó con un tono serio– hoy no tenías que ir a la casa de tus padres.
—Salí junto a Erick, además, yo no te pido que me notifiques sobre los lugares a los que vas.
Alexander se enojó un poco al escuchar mi respuesta, pero prefirió no decir lo que pensaba.
—¿Qué es esto? –le mostré las fotos que Erick me mando– explícame.
—¿Cómo encontraste estás fotos?
La sorpresa en el rostro de Alexander era muy evidente, por primera vez no pudo mantener su rostro serio.
—¿Importa? –Dije con sarcasmo– ¿Esta es la razón por la que eres tan indiferente hacia nuestro compromiso?
—Esto no tiene nada que ver.
—¿No? ¿Tengo cara de estúpida?
—Fueron cosas de una sola noche, debo admitir que no debí hacerlo, pero prometo que esto no se volverá a repetir, por el bien de nuestro matrimonio cumpliré con mi palabra.
—¿Cómo esperas que te crea?
—Quiero estar contigo Diana, ninguna de esas mujeres es buena, solo fueron aventuras.
Mordí mi labio mientas desviaba mi mirada, tal vez era como decía Alexander, solo aventuras de una noche, nada por lo que preocuparme.
—No quiero que algo así vuelva a repetirse, además tenemos esta casa en conjunto y pase cuatro días sin saber de ti, quiero que empieces a pasar las noches aquí, no solo vengas a verme y ya.
—¿Es necesario? Creo que sería mejor seguir durmiendo separados hasta después de la boda.
—No –Negué rápidamente– dormiste con otras mujeres ¿Por qué no quieres dormir conmigo en nuestra casa?
—Está bien, solo debo traer un par de cosas.
Me siento miserable, acepte sus disculpas rápidamente, me sentía como un perro que solamente esperaba atentamente por atención de su dueño, mi amor por Alexander era enorme y yo sé que él no me ama, pero todavía guardo la esperanza de que llegue a amarme.
Un amor que tal vez nunca sea correspondido, no sé la razón que tuve para conformarme con tan poco, me estoy aferrando con desesperación a algo que tal vez nunca dé frutos.
Como prometió, Alexander comenzó a dormir junto a mí, pero fue peor el remedio que la enfermedad, a pesar de dormir en la misma cama me sentía sola, cada uno dormía por su lado, solo nos dábamos las buenas noches.
El silencio se apoderaba rápidamente de la habitación, no había nada que pudiera decir para romper el hielo y Alexander no quería colaborar con lo que se supone que teníamos.
Gracias a Dios tenía mucho trabajo en la empresa y mi atención no podía centrarse totalmente en mi prometido.
—Buenos días, directora –Dijo amablemente mi secretaria– el día de hoy debe ver la propuesta publicitaria para el lanzamiento del nuevo cosmético.
—Buenos días, secretaria Méndez –Respondí de forma amable– ¿Hay algo pesado en mi agenda hoy?
—Verá, hoy habrá una subasta caritativa y después una fiesta, usted está invitada, no sé si desea asistir.
—Claro que sí, alista un vestido para esta tarde.
—Le presentaré un par de propuestas en unos minutos.
—Gracias.
Entre en mi oficina y como era de esperarse justo a las dos de la tarde llego Erick.
—¿No haces nada a esta hora?
—Sí, pero adoro verte, no te miento al decir que eres una mujer demasiado buena para Alexander, por cierto, iré a la subasta ¿Quieres ir conmigo?
—Claro, nos encontraremos allá.
—Tan fría como siempre, desearía ser tratado de la misma forma en la que tratas a ese idiota.
—¿Por qué odias tanto a Alexander?
—Porque te tiene a ti, también porque es un idiota y te hace sufrir, abre los ojos Diana, ese hombre no te ama.
—Lo sé –Dije con un tono triste– aun así yo si lo amo, tal vez si me esfuerzo un poco más podrá amarme, no debo forzarlo, solo debo ser paciente.
—No te entiendo, eres una mujer maravillosa y te estás atando a un hombre que no te da el valor suficiente.
—Cambiemos de tema, odio hablar sobre esto.
Erick me miró con tristeza y cambió de tema, media hora después se despidió y se fue, casi todos los días se tomaba el tiempo de verme al menos media o una hora, era agradable sentir que alguien se preocupaba por mí de tal manera.
—¿Cómo me veo? –Pregunte a mi secretaria mientas daba una vuelta– No es muy ajustado.
El vestido era pegado a mi cuerpo con un escote marcado en frente y gran parte de mi espalda, como era una costumbre para mí, el color de este era de un rojo hermoso.
—Claro que no, tiene una figura envidiable y debe dejar que el mundo la conozca.
—Bien, entonces es todo por hoy, puedes irte a casa.
Mi secretaria se despidió y se fue, yo terminé de maquillarme y subí a mi auto, unos segundos después el chófer comenzó a dirigirse hacia la dirección de la subasta, cuando se estacionó pude ver a varias personas entrando.
Erick estaba parado a las afueras del lugar esperándome, era todo un caballero al esperarme para entrar.
Cuando mi auto se estacionó, Erick casi corrió a abrir mi puerta y me ayudó a bajar, le di un par de indicaciones a mi chófer y entré junto a Erick al lugar, sin embargo, antes de entrar los periodistas nos tomaron un par de fotos y nos hicieron una que otra pregunta, no era un secreto que este tipo de eventos nos ayudaban en la imagen de nuestras empresas.
Voces se escuchaban por todo el sitio, como era de esperarse el evento estaba lleno de empresarios e incluso gente famosa.
—Odio este tipo de eventos –se quejó Erick– estas personas solo se preocupan por sus bolsillos.
Reí levemente y miré a Erick el cual tenía un rostro irritado, yo tampoco soy fanática de este tipo de eventos, pero puedo sobrellevarlo, en cambio, Erick aborrecía estos eventos.
Iba a decirle algo a Erick hasta que en mi plano de vista se cruzó Alexander, no solo él, al parecer tenía una acompañante, al principio no pude reconocerla, peor después de verla bien pude hacerlo.
Emily una mujer que se hizo amiga íntima de Alexander en nuestro último semestre universitario, era ella, cabello castaño y ojos color miel, piel suave y un poco más baja que yo ¿Qué hacía Alexander junto a Emily? Lo que era más extraño es que incluso el traje azul de Alexander iba a juego con el vestido de Emily.
Al parecer ellos no me vieron y tomaron asiento lejos de donde estábamos Erick y yo.
—¿Ocurre algo Diana?
La pregunta de Erick me sacó de mis pensamientos y lo miré.
—Nada.
Cuando la subasta terminó todos nos dirigimos al salón de fiestas, allí comenzó una fiesta llena de bebidas y personas charlando mientras otras bailaban, no pude evitar dirigir mi mirada hacia Alexander ¿Por qué estaba con esa mujer? ¿Por qué no me invito a mí?
Lo único que verdaderamente me molesto y rompió mi corazón, fue ver a Alexander sonreír junto a Emily, su sonrisa era cálida y sincera, una sonrisa que no me mostraba a mí desde hacía mucho tiempo.
Erick atrajo mi atención y comenzamos a bailar, solo cuando comencé a ignorar totalmente a Alexander este pudo notar mi presencia, pues, cuando termine de bailar Alexander se acercó a mí.
—¿Por qué estás aquí?
—Soy una invitada ¿Te recuerdo que mi empresa es de las mejores?
—Ven.
Alexander tomó mi mano y me guio hasta la salida trasera, cuando llegamos al jardín nos paramos junto a una fuente, el rostro de Alexander mostraba enojo e irritación, yo era la que debía sentirse así, no él.
—¿Por qué viniste con Erick? –Preguntó con un tono enojado– siempre estás con ese hombre ¿Acaso no notas que le gustas? ¿Qué dirá la prensa? No sabía que fueses tan irresponsable.
—¿Yo? ¿Irresponsable? –Alce mi voz muy enojada– tú estás aquí junto a Emily y no solo eso, casualmente su ropa fue hecha para ir en conjunto, prometiste no volver a hacer esto hace días y ya estás haciéndolo otra vez, tú no te preocupas por mí, no me das mi lugar, Erick me trata bien y siempre me apoya ¿Qué haces tú por mí?
—Emily no es tu problema, ella es una mujer que se esfuerza por obtener todo y me apoya en todo.
—¿Yo no lo hago?
—No lo entiendes ella es diferente a ti.
En ese momento caí en cuenta, Alexander podía ser un mujeriego, pero desde hace poco su comportamiento hacia mí se volvió más deplorable y casualmente Emily comenzó a ascender como modelo y actriz.
—Esa mujer solo te usa para obtener fama y dinero, yo te he amado y apoyado por años, eres un mujeriego insensible.
La cólera en el rostro de Alexander era tan grande que sin pensarlo me dio una bofetada, esa fue la gota que desbordó el vaso, sostuve mi mejilla y lo vi directamente a los ojos con desprecio, era la primera vez que lo veía de tal forma.
—Lo siento –Dijo desesperado– tú, yo, no debí hacerlo.
Cuando Alexander intentó tocarme golpeé su mano y me aleje de él.
—¿Alguna vez me amaste?
—Sí.
—¿Me amas ahora?
—No… no puedes tomar el lugar de Emily, ella es diferente a ti.
—Te odio, te odio con todas mis fuerzas Alexander, me golpeaste… lo hiciste y solo piensas en ella, no habrá más matrimonio, ¡SE ACABÓ ESTA MALDITA FARSA!
Corrí hasta la salida, no miré hacia atrás, estaba conteniendo mis lágrimas tanto como pude, mi chófer estaba fumando, pero al verme correr hacia él totalmente alterada tiró el cigarro totalmente preocupado y me abrió la puerta.
—¿Qué ocurre señorita?
Incluso mi chófer se preocupaba más por mí que Alexander, intente contener mis lágrimas un poco más y me acomode en mi asiento.
—Nada, conduce hasta un hotel.
—Si señorita.
Cuando llegue al hotel mi chófer salió y me pidió una habitación, cuando baje fui directamente a mi habitación y me metí en la bañera, observe por largos minutos como goteaba el grifo frente a mí, mi mente estaba en blanco, ¿Cómo soporte por tantos años algo así? Siempre supe que Alexander era un casanova, un mujeriego sin remedio, pero siempre creí que no sería capaz de amar a nadie.
¿Realmente se había enamorado de Emily? Yo solo recibí sus desprecios e infidelidades, ¿Por qué acepto mi confesión? Tal vez no me hubiese ilusionado tanto si él hubiese sido claro desde el principio, pero lo que más me dolía era saber que en algún momento si me amo.
¿No fui lo suficientemente buena? Siempre estuve para él, le dedique todo mi tiempo, estuve al pendiente de sus necesidades, jamás lo deje de lado y siempre lo ame.
Salí del baño y miré el vestido sobre la cama, recordé que no tenía nada para vestirme más que una vara de baño, aún eran las nueve de la noche, le escribí un mensaje a mi secretaria y ella me respondió de forma amable, en una hora dejaría en recepción ropa para mí.
Al parecer la curiosidad la mato, pues, vino directamente a mi habitación, tenía un rostro preocupado.
—Lamento molestarte a estas horas.
—No se preocupe señorita directora, pero… el joven Alexander estaba enojado cuando llegue a su casa, me preguntó por usted, pero yo decidí no decirle nada, dijo que usted no debería dormir afuera si solo estaba haciendo un berrinche.
—¿Berrinche? ¿Eso fue lo que dijo? –miré a mi asistente y tomé coraje– a partir de hoy el joven Alexander y yo no tenemos ninguna relación, tiene prohibido la entrada a mi empresa y sobre todo no quiero que recibas sus llamadas.
Mi secretaria abrió sus ojos sorprendida, ella mejor que nadie sabía sobre el profundo amor que sentía por Alexander, pero debía ignorar mis sentimientos y hacerle saber que no debió jugar tanto conmigo.
¿Por qué debía amar con tanta dedicación a ese tipo de persona? Si él deseaba estar con una de sus amantes ¿Quién era yo para impedírselo? Pero tampoco dejaría que su vida fuese fácil, esa mujer quería ganar fama y no la dejaría en paz hasta destruir su carrera.
Tal vez si ella fuese inocente la perdonaría, pero ella conoció a Alexander cuando éramos novios y todos saben sobre nuestro compromiso, no podía verla como una mujer inocente.
—¿Está segura señorita?
—Sí, puedes repetir tirarte.
Mi secretaria se fue y me cambié, me recosté y finalmente comenzaron a brotar, estaba llorando a mares, pero estas quiero que estas sean las únicas lágrimas que le dedique a él, sabía que él no merecía ni siquiera eso de mí, pero debía desahogarme, estaba dispuesta a dar la noticia de la cancelación de nuestro compromiso, por lo que debía tomar fuerzas.
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