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Me Enamore De La Hermana Equivocada.

Capitulo 1: Nuestro primer encuentro.

Emma no puede creer lo que acaba de hacer... Anna su hermana gemela acaba de huir unos días antes de su matrimonio junto a su amante, desapareciendo de la faz de la tierra, gracias a su ayuda... Condenandose ella misma.

Emma siempre se sintió la niña fea, la patito feo, a pesar de que sus apariencias eran idénticas, Anna siempre fue la más bella de las dos, con un cuerpo increíble que se llevaba suspiros de todos los hombres cuando pasaba a su lado.

Anna tiene una personalidad muy diferente a su hermana Emma, nadie puede creer que son hermanas gemelas. Anna es una mujer segura de sí misma, que usa el arte de la seducción para hacer caer a cualquier hombre a sus pies, increíblemente bella, graciosa, llena de vida, mientras que Emma siempre fue una niña muy dura , que no se dejó avasallar por nadie , que esconde su belleza detrás de su vestimenta de hombre , su vida gira en torno a los caballos de la estancia de la familia, es la propia veterinaria de sus animales, mientras que Anna se dedica a gastar el dinero de su familia en vestimenta de última moda y viajes alrededor del mundo.

En uno de sus viajes por Europa, en una fiesta exclusiva para familias ricas, Anna conoció al magnate multimillonario griego Andreas Antonopoulos, el empresario más importante de la industria equina del mundo, quien cayó rendido a sus pies desde el primer momento en que la vio.

Ella conocía muy bien quien era el empresario , ya que su familia también está en la industria equina, por lo que sabía que él sería un gran partido para ella, un marido multimillonario que le cumpliría todos sus caprichos, además corría con mucha suerte, ya que Andreas parecía un hombre sacado de una película, de estatura alta, con un cuerpo bien fornido, y unos ojos celestes

increíbles que parecían dos llamas encendidas cuando la miraban con tanto deseo.

Andreas sin dudas se enamoro perdidamente de Anna, por lo que quiso conocer inmediatamente a su familia para poder pedir su mano en matrimonio.

Ella y su futuro marido viajan a Argentina, no es el país de nacimiento de su familia, pero pasan la mayor parte del año en la estancia de ese país, donde desarrollan su negocio de los caballos, criándolos y vendiéndolos para carreras en el hipódromo o para jugadores de polo, los caballos de la familia Harris son de los mejores del mundo, pero nunca se compararían a los de André, por lo que Emma siempre deseo tener uno de ellos y además admira mucho al señor Antonopoulos por su forma de criarlos.

Cuando Anna llega a la casa su madre la recibe con los brazos abiertos, aunque quiere mucho a sus dos hijas, Anna siempre fue su favorita porque es igual a ella, en cambio, a pesar de que ama también a Emma, ella es igual a su padre, por eso es la favorita de él. Leila, sabe que Anna se ganó la lotería al encontrar semejante partido, las gemelas ya tienen 26 años va siendo hora de que sus hijas se casen para tener nietos, aunque sabe que va a ser muy difícil que Emma consiga pareja, siempre va vestida de hombre por todas partes, hasta llego a pensar que a su hija le gustaban las mujeres, nunca tuvo novio, pero siempre se comporta como un hombre, se junta a beber con sus empleados, a jugar pool en un bar, es una más de ellos.

Anna se acerca a su madre y ambas se abrazan, hacía más de un mes que no se veían madre e hija y se extrañaban mucho

—Hija mía, por fin has regresado, te extrañaba tanto —exclama Leila sin poder despegar los ojos del hombre que se encuentra al lado de su hija. Andre es increíblemente guapo por donde se lo mire, morocho, con el cabello prolijamente cortado y unos ojos celestes que te puedes perder en ellos, dueño de un buen cuerpo y bastante joven, a pesar de tener 30 años, aparenta un muchacho más joven.

—Mamá quiero presentarte a Andreas Antonopoulos, mi futuro esposo —lo presenta Anna comportándose con timidez , para parecer una ingenua frente a Andreas.

—Hola señor Antonopoulos, déjeme decirle que es un honor conocerlo, somos grandes admiradores de su trabajo. Mi hija Emma estará muy contenta de conocerlo.

—Señora Harris el placer es todo mío por conocer a la madre de la mujer de mi vida — André toma la mano de Leila y se la lleva a la boca, dándole un beso con mucho respeto, Dejandola obnubilada con la caballerosidad de este hombre.

—Pero por favor siéntense, le diré a Maria que les traiga algo para tomar—Leila llama a una de las empleadas y le ordena que sirva café para sus invitados, pero no un café cualquiera, es uno carísimo traído de Indonesia , riquísimo.

—Señora este café es increíble —exclama André, gran conocedor de los distintos tipos de café— es el kopi luwak de Indonesia ¿verdad? —pregunta tomando un sorbo de café disfrutando de su sabor y de su delicioso aroma.

—Si señor André, lo trajimos la semana pasada de nuestro viaje, es el mejor café del mundo.

—Y el más delicioso por cierto.

—Mamá y mi hermana... ¿donde está? Pensé que vendría a darme la bienvenida —comenta Anna algo decepcionada, a pesar de ser diferentes, las hermanas se quieren mucho y es muy raro que Emma no haya venido.

—Es verdad, ¿que estará haciendo Emma? , esta niña no cambiará nunca.

—Anna, tu hermana estaba ayudando a una yegua a parir, se había complicado el parto, quise ayudarla y me dijo que vengamos a darte la bienvenida que ella vendrá luego-explica su papá Leonard.

—Está bien papá, sé cómo es Emma con los caballos, luego tendremos tiempo de saludarnos.

—Amor no me dijiste que tenías una hermana —manifiesta André sorprendido.

—Era una sorpresa, Emma es mi hermana gemela—André se sorprende aun más y piensa para sus adentros, dos mujeres iguales de bellas, que difícil que se pondrá todo esto, ya que el ama a las mujeres, sus cuerpos y por supuesto acostarse con ellas, pero debe calmar sus instintos por Anna, es una buena mujer y no se lo merece.

Unos minutos más tarde, después de terminar de tomar el café, el señor Harris invita a André a dar una vuelta y conocer la estancia, algo que lo tiene muy orgulloso, la estancia Santa Teresa es lo que es, gracias a su hija Emma.

Están recorriendo las caballerizas cuando André ve a un muchacho, vestido con unas vestimentas raras, seguro típicas del país, insultando gravemente a un empleado. Wow que carácter tiene ese hombre, piensa para sus adentros, pero es bastante más pequeño de cuerpo y estatura que el otro empleado, aun así el joven al que están retando lo observa con mucho miedo y respeto.

—¡Que sea la última vez, Tomas... Por poco perdemos a Gitana! ¿en que estabas pensando? ¿te has vuelto loco? —grita el joven muy furioso, seguro es el capataz de la estancia.

—Lo siento, lo siento mucho, juro que no volverá a pasar —contesta el muchacho muy avergonzado.

—Vete Tomas, vuelve a tu trabajo antes que me arrepienta de no despedirte—cuando el joven se retira Leonard se acerca a ella.

—Emma... —exclama Leonardo sorprendido, jamás había visto tan enojada a su hija, sabe que el carácter de Emma es muy difícil de llevar, pero nunca la había visto así.

—Papá... —Emma observa al hombre que está a su lado y siente que se le aflojan las piernas, ¡Dios mío! ¿quien es este hombre? ¿por que es tan hermoso? Emma lo mira detenidamente, no puede separar sus ojos de él.

Andre no puede creer lo que está viendo, ¿eso es una mujer? ¿Eso realmente es Emma? ¿La hermana gemela de Anna? no es lo que se puede llamar una mujer bella, pero ni siquiera parece una mujer, vestida de hombre, llena de tierra de la cabeza hasta la punta de los pies

Solo puede ver que tiene el cabello largo, lo único femenino que tiene a simple vista.

—Hija quiero presentarte a Andreas Antonopulos, es el prometido de tu hermana.

—¿Andreas Antonopulos? ¿El mismo Andreas Antonopulos en nuestra estancia? —pregunta Emma con mucha admiración sin poder creerlo.

—André quiero presentarte a mi hija Emma Harris, es la capataz de la estancia.

—Señor Antonopulos lamento como me veo, estuve ayudando a una yegua a parir y estuvo muy difícil, mi nombre es Emma, es un placer conocerlo — Emma le entrega la mano para que su cuñado se la estreche en forma de saludo, pero André ni loco se ensuciaría las manos, ni siquiera por su cuñada. Emma al ver el rechazo retira su mano y lo mira con desprecio en sus ojos, el mismo desprecio que se observa en los ojos de él , quien no puede creer que eso es una mujer y encima su cuñada—papá iré a ver a Gitana, tuvo un parto muy difícil —exclama Emma sin esperar el saludo de ese hombre odioso.

—Claro que si hija, luego ve a saludar a Anna que quería verte—le contesta Leonard a Emma con mucha dulzura.

—Si, papá , con su permiso me retiro— Emma siempre es muy respetuosa con su padre. Cuando Emma se aleja Leonard comienza a explicar la apariencia de su hija.

—André... Emma es así, tiene un carácter muy fuerte, pero es una buena niña, se encarga de todo esto, es veterinaria, ama los animales, sobre todo los caballos, usted es su ídolo, ama sus caballos.

—Perdón por ser tan irrespetuoso, pero quede muy sorprendido, pensé que era un hombre, nunca me imagine que eso era la hermana gemela de Anna—responde muy despectivamente al aspecto de Emma.

-Emma trabaja mucho con los animales, con los empleados, es una más de ellos. Por eso siempre la vas a ver vestida así, y toda llena de suciedad—Leonard esta conteniendose por Anna para no echar a este hombre de la estancia, no le gusto la manera en la que observó y trató a Emma, cuando ella fue muy cortez.

—Está bien señor Leonard... ¿Por que no seguimos conociendo la estancia?

—Claro que si Andre—mientras Emma ve como su padre se aleja con ese hombre se queda pensando ¿que rayos paso? ¿Por que el fue tan descortés con ella? ¿será por que estaba sucia? Pero si el era un gran conocedor y trabajador con los caballos ¿por que la miró tan despectivamente? seguro es por su vestimenta. Su madre siempre la regaña, diciendole que con ese aspecto nunca conseguirá novio, siempre vestida de hombre, sin embargo, a ella no le importa conseguir un hombre que la ate, prefiere seguir al lado de sus caballos, solo se enamoraría de un hombre que fuese igual a su padre, amoroso, dulce, caballero, y no hay muchos hombres así en el mundo.

Capitulo 2: Cena en familia.

Después de ver que Gitana, su yegua, se recupera favorablemente, Emma decide abandonar su trabajo por el día de hoy. Es una noche especial, su hermana volvió a casa, y seguro su mamá querrá una gran cena familiar, solo la pone de mal humor tener que compartir la mesa con Antonopulos.

Que desilusión se había llevado con Andreas, Emma hacía años que venía siguiendo sus métodos de crianza de caballos, los que hacen que sus animales sean los más famosos del mundo, pero nunca imagino que esa persona sea tan desagradable, de solo pensar en la cara de desprecio que puso cuando la vio la pone de un terrible mal humor, sin embargo, debe estar tranquila, Anna no se merece que la cena sea un completo desastre.

Emma entra a su habitación, antes de ver a su hermana lo mejor es que se de una buena ducha para relajarse y sacarse la tierra de su cuerpo, todavía no podía creer que Tomas casi deja morir a Gitana... Si su yegua se hubiese muerto en el parto no lo habría soportado.

Gitana llegó a su vida hacia 6 años cuando las gemelas habían cumplido 20 años, había sido un regalo de su abuelo antes de morir, su abuelito paterno, el amor de su vida, la persona más buena de este mundo. Emma estaba pasando por una gran tristeza, por algo que había sucedido en su vida y que no podía superar, pero gracias a la yegua pudo salir adelante, los caballos son unos animales maravillosos, muy empaticos, que sienten la tristeza de su dueño.

Al principio fue muy difícil domar a Gitana, pero poco a poco la yegua dejó atrás su lado salvaje para estar junto a Emma en sus momentos más difíciles... Gitana es su mejor amiga y no habrá nadie como ella.

Después de darse una buena ducha se viste con ropa cómoda, unos jeans anchos rotos, una remera negra larga, unas zapatillas blancas y se recoge el cabello en una coleta... Nada femenina.

Sabe que tendrá que aguantar los comentarios de su madre y la mirada despectiva de Andreas, pero a Emma no le importa lo que opinen los demás de ella, Después de lo que paso en su vida, el gran dolor que sintió, se volvió una muchacha muy dura, que no se deja avasallar por nadie y menos por un hombre como Antonopoulus.

Una vez lista,  baja las escaleras hacia la cocina donde están todos esperándola, y como siempre su hermana Anna despampanante, lleva puesto un vestido negro bien pegado a su cuerpo realzando todos sus buenos atributos, atributos que Emma también tiene, pero los esconde bajo su ropa grande, y su larga cabellera negra ondulada suelta al viento

Realmente su hermana es una mujer increíblemente bella, por más que quisiera nunca podría parecerse a ella, aunque sean idénticas en apariencias.

Cuando Anna ve a Emma, se separa de  Andreas que la estaba sujetando de la cintura y abraza a su hermana con mucho cariño.

—Mi hermanita querida, hacia tanto que no te veía — a pesar de sus distintas personalidades Anna ama a su hermana y es la única que nunca ha criticado a Emma por su forma de vestir y su forma de actuar.

—Anna yo también te he extrañado mucho —ella corresponde el abrazo de su hermana bajo la mirada de Andreas que por más que intenta no logra encontrar similitudes entre las gemelas, Anna le contó que eran gemelas idénticas, pero no logra verlo, se esconde muy bien.

—Emma... Podrías haberte puesto algo más acorde hija... —acota Leila al verla vestida de hombre como siempre, ¿que pensara el señor Antonopoulus?

–Mamá, déjala en paz —la defiende—Emma estás hermosa, no escuches a mama.

—Anna no la defiendas, debes enseñarle a tu hermana a que sea más femenina.

—Mamá, Emma es hermosa como es... No hay que enseñarle nada, hermana quiero que conozcas a mi prometido, sé que eras una gran admiradora de el— Anna se acerca a Andreas y los presenta formalmente —Emma él es Andreas Antonopulos.

—Ya nos hemos conocido Anna, nuestro padre nos presentó-Emma observa a Andreas que no puede disimular su desprecio por ella, aún no puede entender que hizo para generarlo en él, pero no le importa... En realidad no le importa ningún hombre ni lo que piensen ellos.

—Dime amor ¿no es bonita Emma? Ella es mi hermanita adorada —exclama Anna abrazando a Emma. Andreas no sabe qué decir para no lastimar la sensibilidad de su novia, para él, Emma no es nada bonita.

—Hijas acérquense a la mesa, vamos a cenar —manifiesta Leonard. Anna y Emma se sientan en la mesa una al lado de la otra. Todos comen en silencio, hasta que Leila comienza a hablar:

—Anna... ¿Cuando tienen pensado casarse? ¿Lo harán en Estados Unidos o aquí en Argentina? —pregunta. Sabe que el casamiento de su hija con Andreas Antonopulos será noticia en todo el mundo, por lo tanto, debe ser una ceremonia de ensueño.

—Queremos algo tranquilo mamá , solo con nuestros allegados—Anna hubiese querido una gran fiesta con muchos invitados, pero Andreas no está de acuerdo con eso, solo quiere una ceremonia con la familia y los testigos, nada más, si no la prensa del mundo no los dejaría disfrutar en paz.

—Oh Anna pensé que tú querías una gran ceremonia hija —acota algo decepcionada.

—Claro que si mamá, pero Andre tiene razón, la prensa no nos dejaría tranquilos y no podríamos disfrutar de nuestra ceremonia.

—Es verdad señora Harris, quiero disfrutar esa noche con Anna, porque la amo con toda mi alma., es la mujer de mi vida, nos casaremos aquí, lejos de todos, luego nos iremos a recorrer este hermoso país de viaje de bodas —Emma no puede creer lo que ven sus ojos, es increíble como la mirada de su cuñado cambia cuando la ve a su hermana, sin dudas está muy enamorado de ella.

—No te arrepentirás André, Argentina es un país hermoso de norte a sur—contesta Leonard.

—Si, me han comentado, por eso decidimos eso, jamás he viajado a este país, es la primera vez.

Después de cenar, la familia se sienta en el living a seguir hablando de caballos y de los grandes negocios equinos de André. En ese momento Emma recibe un mensaje en su celular

—Emma estamos esperándote en el bar, ven con nosotros a jugar un rato. - Emma es una gran jugadora de pool y le gusta juntarse con sus empleados después de un día duro de trabajo, sabe que son hombres buenos, no como John, jamás le harían daño. Emma decide ir al bar, se canso de estar enfrente de Andre y escuchar sobre su trabajo, como algún día pudo ser admiradora de él, no lo puede creer...

Se despide de su familia, toma su auto, si hubiese estado bien Gitana se iba con ella, y se va al bar del pueblo, el lugar está lleno de hombres, pero a pesar de que al principio tuvo mucho miedo, sabe que son trabajadores de los  campos de los alrededores  y muy buenas personas que siempre la han defendido. Allí la espera Esteban, uno de sus empleados más querido, junto a Tomas, quien aún la observa con terror a los ojos.

—Hola Emma, estábamos esperándote para jugar una partida... ¿Por que no tomamos una cerveza antes...?

—Hola chicos, sí, necesito tomar una  y relajarme, tuve un día terrible —a su lado Tomas se siente muy mal y avergonzado, Emma siempre lo ha ayudado en todo, él apenas tiene 17 años y gracias a ella está terminando la escuela, muchas veces su familia ha comido gracias a la bondad de Emma, lo que hizo no tiene perdón, por poco y deja morir a su yegua.

—Tomas ya tranquilizate, Emma no te matará —le dice Esteban al ver que el joven está incómodo, sin poder hablar.

—Emma yo... - comienza a hablar, pero ella lo detiene.

–Olvídalo, ya pasó, Gitana y su bebé están bien,  se recuperará, fue muy dura la cesaría para ella.

—Lo siento Emma—se disculpa, el niño, muy arrepentido.

—Relájate Tomas, aún eres un niño, pero tomate una cerveza conmigo, solo faltan unos meses para que seas mayor —Emma aún no puede creer que el joven vaya a cumplir 18 años. Cuando llego al campo con sus padres y sus dos hermanos, eran una familia que estaba pasando mucha hambre, los niños estaban desnutridos, no conocían lo que era la escuela, sus padres apenas sabían leer y escribir y no tenían trabajo, estaban en la calle. La bondad de su padre hizo que le diera a la familia un lugar para vivir, comida y un sueldo, a cambio de trabajar en el campo, de lo que la familia González  está muy agradecida. Emma se encariñó mucho con los González, sobre todo con Tomas, a él le enseñó todo lo que tenía que saber sobre los caballos y es el único que tiene permitido mover a Gitana, además de que es el único que la yegua acepta , aparte de Emma. El joven, a su corta edad, fue quien la ayudó después de ese trágico día, que no quiere volver a recordar, es el único que sabe realmente lo que pasó, por eso a pesar de haberlo retado, Emma tiene un gran cariño por él, es como su hermano varón, que no tiene.

—Vamos gringa, tomemos una cerveza —exclama otro de sus empleados, Lucas, siempre le dijeron gringa, que es como le dicen los argentinos a los norteamericanos, Emma hace mucho que está en la Argentina y se adaptó a sus costumbres y se siente una más de ellos, pero a veces su acento la delata, además de que conoce a todos los hombres del lugar y todos saben que ella es estadounidense.

—Si Lucas, muero por una... Pablo, dame una corona — le dice Emma al dueño del bar, quien saca de la heladera una botella de cerveza corona bien fría.

—Toma Emma, disfrútala —ella abre la cerveza y toma un trago saboreándola.

—Está deliciosa, Pablo, después de semejante día de calor, una cerveza fría es lo mejor que hay.

—Eres toda una Argentina como nosotros Emma —exclama Esteban riéndose.

—Tengo buenos maestros —responde riéndose con él.

Después de tomar unas cervezas Emma y Esteban se ponen a jugar una partida de pool, ella es muy buena jugando, aun nadie le ha podido ganar. En ese momento sienten que se abre la puerta y su padre junto a André entran al bar.

—Hola Emma... Sabía que estarías aquí —manifiesta Leonard acercándose a su hija

—Hola papá , ¿que haces tú aquí? —pregunta, es muy raro ver a su padre en el bar, y a esta hora, cuando ya está durmiendo.

—Vine a traer a André para que se divierta un poco y tome algo.

—Está bien papa... —André no puede creer lo que ven sus ojos, realmente Emma no es nada femenina, es la única mujer en este lugar... No tiene un poco de decoro, es tan diferente a su hermana Anna.

—¡Oye!... ¿Sabes jugar al pool? —pregunta Esteban a André, sacándolo de sus pensamientos.

—¿Que?... Claro que sé jugar.

—Entonces inténtalo —Esteban le tira el palo de pool a André y este lo toma confundido.

—¿Que intente que?...

—Intenta ganarle a Emma, nadie ha podido con ella.

Capitulo 3: Una partida de pool.

Andre mira fijamente a Emma desafiandola y por supuesto ella no se queda atras, le devuelve la misma mirada desafiante, parecen dos perros peleando por un hueso, todos los hombres del lugar se acercan a la mesa de pool, rodeándola, no se pueden perder esta partida por nada del mundo, hacia mucho que no la desafiaban , ya que nadie podía ganarle.

—Voy a ganarte, Emma —exclama André, desafiante y enojado... No puede creer que esa mujer sea hermana gemela de Anna, no le entra en la cabeza, son tan diferentes...una tan bella y femenina, la otra nada agraciada y vestida de hombre, muy masculina.

—¿Quien te crees que eres Andreas Antonopulos? este es mi territorio, voy a ganarte a toda costa —Emma se ríe dentro suyo, él debe pensar que por ser mujer no sabe jugar al pool y se llevará una sorpresa.

Emma y André se acercan a la mesa de pool y toman los palos para comenzar a jugar:

—Espera, ¿por que jugamos? .

—¿Cómo?... ¿A que te refieres? —pregunta confundida.

—¿Que ganaré, si te gano? — en otra ocasión, si fuera una mujer más bonita, sin dudas le pediría un beso, pero no quiere ni cerca a Emma de él...

—No lo sé... ¿Tú que quieres? — exclama  confiada... Sabe que no le agrada ni le atrae a André, así que está tranquila con eso, muchos hombres desconocidos la han desafiado por un beso... Hasta por su cuerpo, obvio que confiando en su juego sabía que ganaría. Pero no sabe que podrá querer André, no lo conoce en lo absoluto.

—Quisiera...—titubea Andre —Verte vestida de mujer — Emma abre los ojos, sorprendida. ¿Que rayos  está pidiendo este hombre? ¿Porque le parece tan raro Andreas Antonopulos? Por más que sea hermoso y dueño de mucho dinero, es una persona muy extrama, sin dudas, nunca se enamoraría de un hombre como él.

—¿Que rayos dices Antonopulos? —pregunta Emma muy grosera.

—Guárdate tu carácter  Emma, conmigo no podrás... Dime ¿tú que deseas si me ganas?—manifiesta André, confiado en que va a obtener la victoria

—Yo... —piensa Emma — Quiero un  pura sangre árabe —Emma está muy confiada en su juego, y sabe que lo único que desearía de Andreas es uno de sus mejores caballos.

—Estás loca... Esos caballos cuestan mucho dinero.

—¿Acaso tienes miedo de perder? —pregunta burlándose de él.

—Por supuesto que no, Emma. Ve eligiendo un buen vestido de las valijas de Anna, quiero verte en uno de ellos... —la desafía André.

—¿Por que tienes tanto interés en verme vestida de Mujer? Te recuerdo que soy la hermana de tu novia y futura esposa.

—¿ Tu crees que me interesas como mujer? —exclama Andreas riéndose, muy grosero —solo quiero demostrarle a Anna que no hay nada de femenino en ti... — Emma sonríe para sus adentros. Se sorprendería, si tuviera la oportunidad de verla vestida de mujer, los que han tenido el privilegio de verla han dicho que hasta es mucho más bonita que Anna... Pero él no tendrá ese privilegio, piensa Emma... No se dejará ganar tan fácil.

El juego comienza. Una a una, ambos jugadores, van sacando las bolas... Solo queda una y es el turno de Emma :

—¡Vamos Emma tu puedes! —la alientan los hombres del bar.

—Emma... Ve pensando en un lindo vestido... Hay uno que me gusta mucho, pero no... Es mucho más bello puesto en Anna —acota Andreas para desconcentrarla.

—Eres un... — ella está muy enojada por lo que no puede concentrarse, fallando el tiro, rogando que Andreas no consiga meter la última bola.

—Tranquila Emma, tienes todo el día para buscar un buen vestido que sea acorde a ti... Mira que te doy horas de ventajas... Pero dudo que puedas encontrar algo femenino —exclama  Andreas, que sin esfuerzo, toma el palo y le pega a la bola blanca, esta golpea la última que quedaba, metiendola en la esquina izquierda de la mesa. Emma no puede creer lo que ha pasado... Es la primera vez que alguien le ha ganado un juego de pool... Y encima tenía que ser Andreas Antonopulos.

—¡Eres un tramposo! —grita enojada.

—No te enojes, Emma... Le diré a Anna que te ayude y logre algo en ti — a

Andre deja el palo en la mesa y va por una cerveza.

—Tranquila, Emma... — Esteban y

Tomas se acercan a ella, al verla tan afectada emocionalmente.

—¡Es un idiota, hizo todo lo posible para desconcentrarme...! Pero esto no va a quedar así—Emma se aleja de sus amigos y se acerca a Andre, que esta sentado en una mesa disfrutando de su cerveza —quiero la revancha —este la mira fijamente, debe reconocer que tiene un espíritu desafíante, algo que podría cautivarlo, le encantan las mujeres de carácter fuerte y seguras de sí misma, mujeres... Emma no tiene nada de mujer en ella.

—Emma... Admite que perdiste. Se una buena perdedora y cumple con tu apuesta.

—Lo voy a hacer... Me vestiré de mujer... Admito que perdí, pero quiero la revancha.

—Hoy no, he viajado por muchas horas y estoy cansado, otro día...

—¿Cuando será? Dime día y hora—lo desafía.

—En su momento lo sabrás, mientras tanto sigue practicando para que puedas ganarme.

—Eres un... — esta por insultarlo, pero el quiere escucharla, por lo que se retira del bar para regresar a la estancia.

Emma despierta muy temprano. A pesar de haberse dormido tarde, tiene que estar arriba a las 7, debe controlar a Gitana y darle sus medicamentos.

Después de vestirse con su ropa habitual, bombacha de gaucho, una camisa blanca, un chaleco negro y unas botas negras haciendo juego, baja a desayunar. María sabe la hora exacta que Emma desayuna todos los días , así que cuando va hacia la cocina ya tiene todo preparado sobre la mesa.

—Buenos días señorita Emma ¿como ha despertado el día de hoy? — por más que ha intentado todos estos años no ha logrado que María la tutee, no le gusta que la traten con formalismos, ella no se siente más que las empleadas de la casa.

—Buenos días María, que rico se ve esto... Por favor, por décima vez te pido que me tutees — le pide Emma.

—Esta bien, aquí esta tu jugo de naranja recién exprimido.

—Esta delicioso, muchas gracias—la muchacha adora a Emma, las mujeres de la casa no son malas con ella, pero ninguna la trata con el mismo cariño.

—Emma ¿sabes...? El señor Antonopulos se levantó muy temprano hoy y se fue, ¿quien sabe a donde habrá ido?

—¿De verdad, María? — Emma queda muy pensativa, ¿adonde habrá ido Andreas?. De solo pensar en el juego de anoche y en la apuesta de esta noche se levantó con un terrible dolor de cabeza,  sabe que tendrá que pedirle ayuda a su hermana Anna, ella conoce de vestidos  y maquillaje, Emma solamente de caballos y cosas de hombre, es la única manera de sentirse protegida.

Después de desayunar se dirige a las caballerizas y no puede creer lo que ve allí...El mismísimo Andreas Antonopulos está en los establos y en este momento junto a Gitana, su bella yegua, que se está recuperando.

—¿Que haces aquí? —pregunta de muy mala gana

—Hola Emma, buenos días, veo que te has levantado de un pésimo humor — se enoja más cuando ve la sonrisa burlona de André.

—Te equivocas... Solo verte me da un pésimo humor. Respóndeme ¿que haces aquí?—insiste. Este es su lugar, no ser invadida y menos por él.

—Estaba dando unas vueltas. Tu padre me dijo que podía tomar cualquiera de los caballos disponibles para ir a conocer los alrededores, pero me quedé asombrada de tus animales, realmente eres muy buena profesional —es la primera vez que Andreas la halaga y no sabe por qué Emma se siente bien con eso.

—Gracias, pero ¿por que me halagas? —pregunta sorprendida.

—Porque realizaste la cesaría de esa yegua tu sola, eres increíble.

—Primero que esa yegua se llama Gitana, y segundo que no lo hice sola, mis empleados me ayudaron.

—Lo sé Emma, lo sé... Pero la hiciste sola, sin poner en riesgo a Gitana y a su bebé, que por cierto está muy bien de salud.

—Oye... ¿Que es lo que quieres de mí? — pregunta sorprendida, hay algo que no le cierra... ¿Por que este hombre está tan amable?

—¿Por que no puedes aceptar un halago sin que te pida nada a cambio?

—Porque la mayoría siempre quiere algo a cambio y tú sin dudas no eres la excepción... ¿Que quieres? —Emma sabe que Andreas quiere algo, se le ve en su manera de actuar.

—Está bien, está bien, me descubriste... Necesito que me sirvas de guía... Quiero conocer las tierras de los alrededores.

—¿Solo era eso?— pregunta sorprendida.

—Si solo eso... ¿Puedes? —¿que le paso al viejo Andréas que la miraba con desprecio? Piensa Emma, este hombre amable no le gusta... Es preferible que siga siendo odioso con ella... Es más seguro.

—Este... —reflexiona antes de responder —está bien, puedo llevarte.

—Gracias Emma.

Emma va por Hermoso, uno de los caballos del establo y después de ensillarlo se sube cuidadosamente a él:

—Hola mi Hermoso ¿como estás? — le habla Emma dulzura acariciándolo—vamos a ir a dar una vuelta juntos, ya que Gitana se está recuperando por tener a tu bebe — Emma se distrae hablando con el animal y no se da cuenta de que Andreas está a su lado, con Negrito, ensillado listo para salir.

—Así que le hablas a los caballos —manifiesta Andreas, Emma se pone colorada de vergüenza.

—Sí... Ellos son muy cariñosos conmigo y siento que me entienden cuando les hablo.

—Tienes razón, Emma... Aunque no lo creas —le confiesa — yo también les hablo... Los caballos son unas criaturas increíbles.

—Ese es Negrito —acota— le gusta mucho que le hablen  —Emma no puede creer estar llevándose bien con Andreas por unos minutos, sin dudas si no hubiesen tenido un mal comienzo podrían ser buenos cuñados... Tienen los mismos gustos y el mismo amor hacia los caballos.

Emma lo lleva a recorrer las tierras más cercanas de la estancia. Puede ver en los ojos de Antonopulos gran admiración por su trabajo como capataz y no duda en decírselo:

—Emma... Es verdad que nosotros empezamos con el pie izquierdo y no nos llevamos bien en lo absoluto... Y quizás nunca lo hágamos  tenemos el mismo carácter fuerte... Aún así déjame decirte que eres una gran capataz, lo que haces con estas tierras y tus animales es increíble, quisiera tener un trabajador como tú.

—Gracias Andreas... Pero sin mis empleados no sería nada, soy lo que soy gracias a su ayuda.

—Si eso es verdad... Tú no podrías sola, pero eres la que da las órdenes y ellos te respetan a pesar de que seas una mujer, no lo tomes a mal no digo que una mujer no pueda hacerlo... Es que a veces es difícil que un hombre le haga caso a una mujer y a una tan dura como tú.

—Yo no les ordenó, trabajamos en equipo, nos conocemos, saben lo que tienen que hacer.

—Cada día me sorprendo más de lo diferente que son Anna y tu, a pesar de ser hermanas gemelas.

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