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Los 6 Hijos De Mi Omega

Una breve historia.

Mi nombre es Félix vivo en una ciudad de un hermoso país llamado Colombia el cual amo mucho a pesar de todo ese conflicto interno que vivimos y aunque esta sea una historia muy corta sé que tal vez la amarán.

— ¡Ya me tienes arta, será que no puedes hacer nada bien!.

Me mantengo en silencio no quiero hacerla molestar más, ustedes no saben las consecuencias de hacerla enojar.

— Ya tienes 15 años debes traer dinero y no me importa la forma en que lo hagas.

— S… Si señora (nervioso).

Mi padre se llama Esteban ya es un señor mayor de clase media, En una de esas presentaciones elegantes se conocieron y él quedó flechado con ella su nombre es Myriam Ortiz y aunque tenga un nombre dulce es totalmente mala.

Ella tiene un hijo, su nombre es marcos y es igual que su madre, tiene una obsesión injustificada por mí y esto hace que sea más complicada mi vida.

Quiero escapar de verdad quiero hacerlo, pero a donde iría un omega como. A porque no les he contado que yo soy un omega dominante y mi hermanastro es un alfa dominante igual que mi padre.

Él quería un alfa que heredará su fortuna lastimosamente mi madre no cumplió sus deseos y murió cuando nací tristemente, y mi padre tuvo que hacerse cargo de mí.

— Madre, ¿por qué le estás gritando ahora?.

— Su padre está en un viaje de negocios y estamos es casos de dinero le presenté a un muy buen partido y así crear lazos con esa empresa, pero que hizo el inútil, salió corriendo y lo dejó solo en el hotel.

— Madre sabes lo que siento por él, ¿por qué sigues causándole problemas?.

— No te cansas de repetir eso, para ti quiero lo mejor y él está lejos de llenar mis expectativas.

— ¿Quién te dijo que me casaré con él?, solamente quiero ser el primero en su vida, el primero que toque su cuerpo.

— Es un omega dominante sabes lo que eso significa.

— Me cuidaré madre... pero hay algo que no entendió aunque él sea un dominante sigue siendo un omega que lo pueden hacer caer con feromonas... ¿Por qué esos alfas se dejan dominar por él?.

— hijo, no lo sé. No es la primera vez que lo envío a un lugar y viene como si nada.

Yo estaba allí mientras ellos hablaban de mí, parece que no les importa mi presencia no soy nadie a sus ojos... Estoy aquí parado enfrente de ellos con mis manos sudando y un sentimiento de soledad inmenso mientras ellos planean como hacerme rendir ante un alfa. ¿Acaso por qué soy un omega piensan que no me defenderé?, yo sé algo que ellos desconocen y que jamás diré.

Subo a mi habitación después de escuchar su extensa plática sin fundamentos y me siento en mi robusta y vieja cama.

Esta habitación esta completamente vacía solo hay 1 cama vieja, un armario roto que está que se cae a pedazos lo único que está regular es la ropa y esto es debido a que me envían constantemente a lugares donde hay alfas de poder y de este modo dar una muy buena impresión.

Un viejo colgante que le pertenecía a mi madre Elizabeth león de la que ni siquiera conservo una foto es como que si nunca hubiera existido.

Ya es tarde trataré de dormir, me pongo mi vieja pijama y cierro la puerta poniéndole seguro, como entenderán no confío en las personas de esta mansión.

Puedo escuchar los pasos de marcos con claridad en la puerta de mi habitación.

Se nota desesperado por no poder entrar.

— Félix... Félix, ¿Puedes por favor abrirme?...

(Silencio).

— Sé que estás despierto y que únicamente me ignoras, si te acercaras a mí puedo hacer que mi madre te trate mejor, además lograré persuadir a tu padre que ya no te golpee así que por favor ábreme.

— ¿Qué haces en esa puerta?.

— Madre lárgate de aquí… quiero estar a solas con él.

— Has lo que quieras pero por favor no hagas ninguna estupidez.

Esa era la conversación que podía escuchar desde mi cama, no voy a negar que tenía algo de miedo... ese hombre no me gusta, él es lindo; sus ojos azules grandes, un cuerpo totalmente trabajado, su estatura es casi de dos metros no encuentro un defecto en él pero... su olor no me gusta y hace que no lo quiera cerca de mí... ese olor a melón asido me repugna, tal vez de no ser por eso podría intentarlo y quizás de esta manera podría salir de este infierno.

— ¿Y su lo intento?. (dudando).

Me pongo de pie y recuesto mi frente en la puerta apoyándome de las manos.

— ¿Me abrirás Félix?. (ansioso).

— Tengo miedo de hacerlo ...

— No me temas a mí por favor.

Abro lentamente la puerta y veo que sus ojos ya no son azules si no amarillos y su olor a melón asido de pronto inundó todo el pasillo... Por primera vez mis piernas temblaron y no podía respirar bien.

Jamás he tenido un celo no sé que es, mi padre desde muy pequeño me inyecto medicamentos y así convertirme en un alfa pero nada funcionó y esto provocó mi situación actual que a mis 15 años aun no aya tenido mi celo.

Caigo de rodillas al piso frente a él y no puedo moverme.

Él se acerca a mí y me levanta en sus brazos como una pluma mientras no logro reconocer a Marcos en sus ojos, era mi primera vez viendo su celo y hasta ese día se había controlado.

Su olor invade todo mi cuerpo y transpiro de forma anormal cuando me lleva a mi cama veo mi reflejo en el espejo parezco alguien que esta a punto de caer en el deseo aferrando me a alguien que solo veo como una salida pero por el que no siento absolutamente nada.

— Bájame no quiero... (Le digo entrando en razón).

— Ahora no puedes negarte …

— Te dije que no quiero… (irritado).

— No puedes escapar de mis manos...

Se aferra a mí e intenta morder mi cuello sé lo que significa si me dejo tocar con sus afilados colmillos.

En ese momento hago lo que me mantiene puro hasta el día de hoy y este es.........

¿Quién te diría que no?.

Debido a las tantas cosas que me inyectaron, mis fermonas son distintas no sólo tengo las que seducen y vuelve loco a los alfas si no que poseo otra que los hace retorcer de dolor es como mi escudo que me protegerme de todos esos intentos de violaciones que he tenido en mi corta vida.

Estas fermonas los hace perder la fuerza a demás les provoca un dolor intenso en el pecho y si fuera poco su miembro sufre la peor parte ya que se incha y eso es demasiado doloroso.

Comienzo a esparcir mis fermonas y están invaden mi habitación haciendo que marcos caiga al piso y se refuerza de dolor, esta escena no es desconocida para mí pues en todas las ocasiones en las que me he visto en peligro la uso ya que tengo total control en ella.

Las otras fermonas de seducción de las que le hablaba en mi son muy escasas quiero decir que el olor no es tan intenso para volver loco a un alfa así que supongo que esa obsesión que me tienen se debe a algo más.

— ¡¿Que le has hecho a mi hijo?!. ( grita enojada).

Salgo corriendo del lugar y así escapar de un seguro castigo por parte de ella, mi ropa esta toda rasgada debido a la fuerza que el ejerció en ella.

Bajó esas escaleras a toda velocidad mientras escucho los gritos desesperados de ella pidiendo ayuda, cuando voy saliendo a la puerta me doy de frente con mi padre que había regresado de su viaje, al verme en ese estado me miró con decepción y al escucharla a ella gritar sube apresurado, yo continuo sin mirar atrás no se que tanto corrí el caso es que me detuve cuando ya no podía soportar mis piernas en el momento que pare perdí el control de ellas y cay al piso.

Era muy tarde en la noche y comenzó a llover, estaba tan cansado que no podía moverme y me encontraba en medio de la carretera rogando que un auto no me fuera a pasar por encima.

Una luz se acerca a mi, puedo intuir que es un carro trato de moverme para que este no me arroye pero se detiene a unos metros donde yo estoy.

Escucho voces.

—Señor parece que no está muerto. ( dice alguien dentro de auto).

— Baja y traelo aquí..

El chófer se baja y se queda por unos minutos viéndome fijamente, siento algo de vergüenza ya que todo mi pecho estaba al descubierto así que en un intento desesperado lo cubrí con mis brazos.

El me toma por uno de mis brazos y me levanta yo estoy sin fuerzas así que no hay manera de negarme a su ayuda tal vez si ellos no hubieran pasado por allí en ese momento algo malo me hubiera pasado.

— ¿Estas bien? , ( me pregunta el hombre que estaba atrás de auto, se nota algo preocupado).

— s..si, ( mis labios tiemblan del frio).

Él sonríe y me cubre con su abrigo, sentí calides en ese momento y no se en que momento me quedé dormido. Cuando desperté estábamos frente a una mansión 10 veces más grande que la de mi padre intento levantarme pero no puedo.

— No te muevas ( me dice de forma gentil).

Noto que no sale y luego de unos minutos traen una silla de ruedas y lo ayudan a subir, no podía creerlo él se ve sano y fuerte jamás pensarías que no puede caminar, sentí algo de pena por él.

El voltea a donde estoy yo y le dice al alguien que se encontraba allí que me cargará y me pusiera en sus piernas. No pensé que ese tipo lo haría pero me tomó como si nada y me sentó en las piernas de este hombre en la silla de ruedas, me cubrí el rostro con las manos de la vergüenza y para sumarle habían hecho una fila de personas hasta el final de la mansión y había que pasar por el medio. Quería desaparecer en ese instante y que la tierra me escupiera en otro lugar pero eso era imposible..

Dentro de la mansión me llevan a una recamara me hacen vestir rápidamente y me indican que debo bajar al comedor.

Hay barias prendas pero amo el color rosa y por eso me vestí totalmente de rosado, además esa mansión estaba sin ningún tipo de color todo era negro y blanco.

bajó al comedor y todos me miran aterrados, en ese momento uno de ellos enojado pregunta que si quien me dio eso.

— No me di cuenta y se mesclo con las otras prendas, (dice alguien que se le podía notar su miedo en la mirada).

— Pero a mi me gusta mucho mi ropa, ( digo acariciando mi suéter y haciendo una rabieta).

— Esta bien déjenlo con eso, ( dice resignado ).

sonrió complacido de haberle ganado la primera de muchas batallas

No me ire

Miro el comedor, este es muy grande y además todo se veía delicioso, sin pensarlo tanto me dispuse a sentarme al otro extremo de la mesa y así podía quedar de frente con él.

Camino hasta la silla y cuando me dispongo a sentarme escucho a alguien detrás de mi.

— Jummm este es mi lugar ni sé te ocurra sentarte allí.

Se podía escuchar lo enojada que estaba en su tono de voz y el sarcasmo con el que se expresaba.

Me inclino para ofrecer mis saludos por qué se nota que es mayor que yo.

— ¿Quién es? (dice con desdén).

— Es un chico que recogí por qué necesita ayuda. (me mira; yo aún estoy inclinado y me pide que me siente).

— Nunca dejarás ese manía tuya de recoger pordioseros?. (pregunta metiéndose la primera cucharada a la boca, yo aún estoy de pie no sabía dónde sentarme)…

— ¿Te parece un pordiosero?, no creo que estés ciega.

Ven aquí y siéntate a mi lado (me dice señalando la silla a su lado).

Camino hasta el otro lado del comedor y me siento junto a él, aún continuo con mi rostro agachado.

— ¿Estás avergonzado?. (sonríe).

No les puedo negar que cada vez que ese hombre sonríe estremece todo lo que hay dentro de mí y trató de disimular que todo está en orden.

Les explico, es un hombre que acabo de conocer con el que ya perdí mi dignidad y la poca vergüenza que me quedaba, así que no me seguiré avergonzado frente a él.

Esa bruja no me quita sus malditos ojos de encima, además que ni siquiera disimula un poco.

— Ya deja de verlo así, lo vas a hacer sentir incómodo.

— Es mi casa si no le gusta puede irse.

Mientras ellos tienen esa loca discusión la señora encargada de la comida que es alguien ya mayor trae los postres, son de vainilla; mis favoritos y no sé que cara tonta hice que él lo noto inmediatamente.

— Puedes comer tantos como quieras, me dice mientras me da el suyo; el cual yo recibo muy feliz.

— ¡Ya basta! sé que todo esto lo haces para hacerme enojar y no me importa puedes traer tantos vagabundos como quieras al final todos se irán después porque así son, unos muertos de hambre desagradecidos. (golpea la mesa mientras grita muy enojada).

— Es su decisión irse, que yo los ayude no es para obligarlos a quedarse.

— Aún sientes culpa por lo que pasó no es así.

Él se mantiene en silencio.

— No sé que tenía en la cabeza cuando decidí casarme con un idiota inválido como tú, ni siquiera sirves como hombre y te la mantienes regalando el dinero, no eres nada comparado con tu hermano.

Pude notar que estas palabras le afectaron tanto, ya que su rostro cambio y sus manos que se apoyaban en la mesa estaban temblando y a pesar de todo ella no se calla.

— Si vieras lo horrible que te vez sentado en esa silla, si continuo aquí es por tus padres y porque me das lastima nada más, cuando salga de nuestra habitación espero no verlo aquí.

Yo estaba muy molesto, no por lo que me dijo a mi sino por todas esas cosas que le dijo a él, yo ya estaba acostumbrado a los malos tratos y ya no me afectaban pero ver su rostro cuando ella dijo todo esto me dio mucha rabia.

Me levante de mi silla y también golpee la mesa con mi mano.

— ¡No le vuelvas a gritar en mi presencia, ¿quién eres tú para hablar le así?.

— Soy su esposa mocoso.

— Pues es una pena que tenga a una bruja como tú en su casa además eres fea.

Ella intenta pegarme pero él la detiene.

— Ni se te ocurra ponerle una mano encima, te he tolerado muchas cosas pero algo así no te lo perdonaré. Incluso te he perdonado que seas la amante de mi primo todos estos años.

— Tenías que decirme eso frente a un extraño. (hace un drama y comienza a llorar yo soy el rey del drama y puedo decir que la muy maldita es buena en eso, pero nadie me supera).

— Ohhhhhh no solo eres una bruja si no también una zorra.

— No escuchas lo descarado que es? (Dice muy molesta).

— Mira siento lo que dije y también sé que no te puedo cumplir por mi discapacidad, perdón.

— jummmm. (da la vuelta y se retira con el poco orgullo que le quedaba).

— Ja ja.

Escucho una risa desenfrenada a mi lado derecho, cuando volteo mi rostro y miro esa hermosa cara radiante de felicidad todo mi enojo se fue incluso la señora de la comida estaba contenta de verlo así.

— ¿Que es tan gracioso?, le pregunto fingiendo enojo.

— ¿Es que que no te has visto?, no puedes ver como te ven mis ojos en este momento, mira como tienes postre en toda tu ropa y eso que te encantaba.

En ese momento me doy cuenta que todo mi delicioso pastel esta regado en mi hermoso suéter, mi corazón se apretó quería llorar jamas había tenido en un suéter tan lindo y ahora estaba arruinado.

— No llores que nana te dará otro igual.

— Si niño no llores puedes tener más.

— Pero me gusta este.

— Nana, ¿Puedes lavarse lo?.

— Por supuesto.

— Y traele otro pastel de vainilla por favor.

En ese momento los interrumpo y digo que me voy a lavar pero el me dice que así estoy bien.

Olvide todo lo miserable que fue mi vida en la casa de mi padre y a pesar de vivir con la bruja de su esposa esto no era tan malo no me quería ir; era como si mi lugar estuviera allí , además después de escuchar que a todos los que le ayudo se fueron sentí culpa de dejarlo con esa mujer, ¿Que las le dirá cuando yo no este?, ¿que paso con su hermano para que el se sintiera culpable?, y por que deja que su esposa lo engañe, esta bien que no pueda cumplir como esposo pero aun así es muy difícil creer que no sienta enojo sabiendo esto.

Definitivamente encontraré respuesta a todas estas preguntas.

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