En el cielo estrellado, en el lugar de nadie, donde no sopla el viento, no hay vida ni movimientos; simplemente un sitio donde se ve un cielo estrellado de múltiples colores y formas.
En ese sitio de nadie, una figura humana yacía allí… Ella era lo único que se movía, con su largo vestido blanco de una pieza, su cabellera plateada, sin ningún tipo de peinado en especial, simplemente suelto, tan extenso que llegaba hasta sus muslos. Su piel de porcelana hacia resaltar sus ojos grises, y con cada paso al frente que daba con sus pies descalzos en esa nada era como si caminara sobre el agua debido a la resonancia que las plantas de sus pies hacían.
-Eternal Flame… El gran sucesor de la Calamidad, o de la Esperanza. Oh destino incierto que le espera.
Una voz femenina, con un toque de madurez y profundidad, en su habla se sentía el sentimiento de incertidumbre en ella.
-Gilt Soul… Siempre es su destino el estar sacrificándose por lo correcto. Ahora, en tu nuevo destino, velaré por ti. Yo, Arfiris, Diosa de la Creación.
Arfiris se detuvo, justando sus manos cerca de su pecho, donde se manifestó una esfera luminosa que mostró la imagen de un joven hombre caminando en medio de la noche…
Y en otro lugar, en los interiores de un gran edificio, donde se guardan miles de libros en los grandes estantes, armas mágicas y comunes en los armeros, pero ese lugar no todo encontraba en orden y bien cuidado.
El techo tenía un enorme hueco, las paredes y algunos pilares destruidos, los estantes derribados, dejando los libros dispersados en el piso, manchados de sangre, y las armas rotas.
De igual modo, había varios individuos encapuchados inertes en el suelo, muertos por quemaduras que el cuerpo humano es incapaz de resistir. Sin embargo, no todos estaban muertos…
…Había dos mujeres que estaban en el centro de todo ese caos.
-No…No…Resiste, Violeta. – Dijo con una voz quebradiza una hermosa mujer de cabello carmesí, envuelta con un hermoso vestido rojo color sangre.
En sus ojos, gotas de lágrimas estaban cayendo, se deslizaban en sus mejillas blancas como el tono de su piel.
Ella tenía en brazos a otra mujer, que llevaba puesta una armadura, en la cual en el pecho había un gran agujero. Nada de sangre salió, es como lo que sea que la haya atravesado evaporó todo líquido de su cuerpo.
-B-Beatrice…No te...rindas…jamás… - La voz de Violeta era tan débil y baja, que apenas era audible.
Lo que estaba frente a sus ojos era algo imposible de creer, Beatrice sacude su cabeza negando que esté pasando de verdad.
Características de una Guerrera #1: Poseen una regeneración sumamente anormal, que les permite recuperar miembros perdidos, sangre que se haya derramado, o incluso si sus cuerpos son destruidos completamente, vuelven a regenerarlos.
Básicamente ella no debería ser capaz de morir por una herida así, su cuerpo debería de regenerarse de forma automática y así salvándole de la muerte.
Pero, Violeta no se está curando y su vida se va acabando rápidamente.
-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no te curas…?! Vamos, Violeta…Regenérate…
-S-sabes por qué…Mi alma…fue herida…
Regeneración de Guerrera: Mientras que el alma no sea dañada, siempre podrá regenerar su cuerpo. Caso contrario, no se curará y si recibe una herida mortal, morirá.
-No…Tu alma sigue bien, vas a estar bien. ¡Vamos, solo ten voluntad de vivir y estarás bien!
Beatrice negaba toda posibilidad de que Victoria esté muriendo.
Después de que ambas consiguieran algo de información acerca el objetivo que ellas tenían de derrocar a una organización criminal, fueron emboscadas dentro de ese lugar mientras leían los informes.
Violeta estaba desconfiada acerca de que la información fuese cierta, en cambio, Beatrice estaba convencida de ello y convenció a Violeta de ir a ese lugar.
Fue muy confiada, no investigó lo suficiente, le tendieron una emboscada a las dos y Violeta recibió una herida mortal en su cuerpo y alma, incapaz de curarse.
Beatrice Fire Element, se arrepintió en lo más profundo de su ser por haber llevado a su mejor amiga a esta trampa mortal.
-Violeta…Lo siento…Lo siento…Lo siento…¡Aaaahhh, lo siento!
Rompió en llanto, aceptando y odiando la cruda realidad frente a sus ojos. Las gotas de sus lágrimas caían en el rostro de Violeta.
-4 años juntas…y es la primera vez que te veo llorar….Beatrice, no te rindas…
Ella vuelve a repetir esas palabras; “No te rindas”.
-Sé…que algún día…tú y tus hermanas…Los Guerreros de Averys…encontraremos el fin de…nuestra misi…
Murió.
En ese momento, La Guerrera del Fuego, La Ira de Averys, Violeta murió. En los brazos de Beatrice, su cuerpo se hizo más pesado, la existencia de esa mujer guerrera culminó con el desaparecer de su alma en el aire y que agobió por completo todo el ser de Beatrice.
-Violeta…Yo…Nunca me rendiré.
Llevando su mano al pecho, recordando las palabras de su mejor amiga, marcándolas hasta en lo más profundo de su alma para no olvidarlas nunca.
Beatrice cargó el cuerpo de Violeta hacia las afueras de ese edificio y la enterró cerca de un lago, para en ese entonces ya habían pasado varias horas.
-…Debo buscar un nuevo Guerrero.
Miró al horizonte, sintiendo una fuerte presencia espiritual, cuyo poder contiene una gran ira dentro de su ser.
-…Te encontré.
Parte 1
Cuando llega la media noche, la mayoría de las personas se encuentran dentro de sus casas, descasando en sus cálidas camas en las frías noches de otoño. Otros siguen despiertos, tomando alguna bebida caliente mientras están sentados en una silla frente a las chimeneas.
Lo que toda persona normal estaría haciendo.
Sin embargo, para una existencia llamada Noah Myers, no era así. Aquel joven con el cabello de color rubio dorado de un lado y rubio ceniza del otro, piel blanca y ojos amarillos, vistiendo un abrigo negro de cola, una camisa blanca, guantes de cuero marrón en sus manos y un pantalón negro como las botas.
En su espalda cargaba un saco pesado.
Parecía ser del tipo elegante, si no fuera por el desequilibrio en cómo está vestido, teniendo su abrigo desprendido y sus mangas arremangadas sin importarle el frio de la noche.
-…
Noah caminaba por su cuenta en esa oscura y fría calle de esa aldea remota y pacífica, con apenas la luz de la luna y algunos faroles como únicas fuentes de iluminación en su trayecto.
¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Por qué no estaba dormido?
La razón era simple, y se debía a las manchas de sangre que tenía en sus ropajes, en sus manos, y algo en su rostro.
Él tenía una mirada vacía, recuerdos de lo que sucedió antes de que él llegara a esa aldea remota lo invaden.
Noah es un aventurero afiliado a un gremio de otra aldea, él estaba en un equipo de 5 personas, con las cuales se llevaba bien y eran buenos amigos. Junto a ellos le encargaron la misión de llevar yerbas medicinales y pociones de curación a una aldea un poco a lo lejos de donde ellos estaban.
Se suponía que debía de ser una misión fácil, el contratista dijo que en la zona no había monstruos peligrosos.
Fue un error confiar en él, en el trayecto se encontraron con monstruos de alto nivel y los atacaron…Noah fue el único superviviente.
-…Conque aquí es.
Noah se detuvo frente a la iglesia de la aldea, tocó con fuerza varias veces la puerta hasta que un cura, que parecía estar en sus 30 llegando a los 40 años, salió de ahí.
-Ya, no hace falta que toques tanto, hijo. Ya estoy…aquí. – El cura miró el estado de Noah y puso una cara preocupada.
-¡¿Qué te pasó, chico?! Oye, ven adentro para que te trate las heridas.
Le tomó del brazo a Noah para hacerlo entrar, pero él no se movió un centímetro.
-¿Eres Tenilos Baltos? – Preguntó en un tono de voz que ocultaba ira acumulada.
-¿Ah? Sí, soy yo. Pero eso no importa ahora joven, vamos entr-
Antes de que pudiera terminar su oración, fue interrumpido por Noah al soltar el gran saco frente a él, con fuerza tal que tanto las yerbas como las pócimas se dispersaron en el suelo.
Sacó una identificación del gremio de aventureros de la aldea “Liliatris”.
-Su pedido.
-…
Hubo un momento de silencio. Los ojos del cura se encontraron con los de Noah, mirándolo fijamente como penetrando su ser.
El cura tragó saliva y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Noah observó, conteniendo sus impulsos de golpear a muerte al cura. No podía dejarse llevar por su ira y matar al único quien era capaz de ayudar a las personas de esa aldea. Simplemente apretó sus manos con fuerza y resignación.
Volteó y se comenzó a ir sin decir nada más.
-Oye… ¿Viniste sólo? No debiste hacerlo, aunque el bosque sólo hubiese monstruos de nivel bajo, debiste venir acompañado. Ven, entra, descansa esta noche y parte mañana.
Noah se detuvo cuando él dijo eso, una vena se marcó en su frente. “¿Viniste sólo?” “Monstruos de nivel bajo” su rabia que intentaba tanto suprimir ya era demasiada.
Su expresión cambió, su mirada estaba llena de odio.
Él volteó de nuevo hacia donde estaba el cura, apretó más fuerte sus manos y le dio un puñetazo en la cara. Uno con todas sus fuerzas, uno que le sacó varios dientes al cura, uno que le rompió la nariz, uno que le hizo salir sangre.
-¡¡Hmm…!
El cura hizo un sonido de dolor, cayó al suelo de espaldas y se llevó las manos a su boca.
-¡No he venido sólo, hijo de perra! ¡Mi equipo está muerto! ¡¡Todos!! ¡Todo porque diste un informe de mierda! ¡El bosque estaba plagado de monstruos de alto nivel! ¡Debería de arrojarte ahí y que mueras! - Gritó con mucha rabia.
Noah comenzó a patearlo con fuerza, en su cabeza, en su abdomen, le pisó la cara varias veces hasta dejarlo irreconocible y por último le escupió.
-Escoria.
Finalmente, Noah se volteó y se fue de ahí, ya no soportaba ni un segundo más en ver a ese hombre.
Noah continuó su camino de regreso a su hogar, de vuelta por aquel sendero de tierra. Sin ninguna iluminación, solo la luz de la luna.
Cada paso que daba se sentía pesado, como si sus ropajes en vez de estar hechos con tela estuviesen fabricados con metal. Noah tenía cansancio de tanto estar caminando, la temperatura de su cuerpo era baja por el frio clima, sus labios estaban medio morados e inconscientemente temblaba.
Sin embargo, a él no le importó nada de eso.
Su destino estaba lejos, a varias horas de caminata. Nunca por la mente de Noah se pasó la idea quedarse un segundo más en esa aldea. Tomó el camino largo y oscuro, incierto de las criaturas de la noche que se podría encontrar.
Rebuscó en sus recuerdos sus momentos con sus amigos, un idiota que era demasiado bueno para su bien y que sólo contaba chistes malos, una jovencita que era tímida con los desconocidos, otra que no le temía a nada y era la primera en lanzarse al combate y por último un joven que sólo era arrogante cuando le convenía.
En ese grupo estaba él.
Pensar en ellos provocó que su corazón se contrajera dolorosamente. Quería tener más aventuras con ellos, quería poder reírse más…y decirle a alguien los sentimientos que ahora se guarda y calla para siempre.
Cuando recordaba las escenas de como uno a uno iban cayendo, se cuerpo crujía con ira, como si fuera a romperse. Rabia, Tristeza, Odio. Estos sentimientos invaden a Noah, lo mantenían caminando por esa oscuridad.
Incierto y sin nada que lo guiara. Aun así, su mente seguía ordenando a su cuerpo seguir y sus pies caminaban hacia adelante con la esperanza de llegar a su lejano destino.
En su trayecto, después de una hora de caminata, se encontraba con los cadáveres de algunas bestias… eran las que Noah mató para llegar a esa aldea.
Odio todo esto…
Pensando de esa manera mientras que Noah exhalaba aliento blanco. Estando desanimado, anhelaba una sensación más cálida en sus manos, que no estuviera sólo y escuchara voces, pero era el frío su único acompañante, que fluía en su cuerpo y se convertía en tristeza. Su cuerpo se estremeció; tosió por el frio dolor en sus pulmones.
…No era normal que un frio otoñal le causara ese tipo de agitaciones en su respiración.
-…Ya veo…
En el momento que se percató de ello, el dolor se envolvió en su cuerpo, apuñalando su piel. Sus exhalaciones eran blancas, y el aire que inhala estaba lentamente congelando su interior.
Su vida estaba en peligro.
Conque…este es mi final.
Se cuerpo entero fue despojado de su calor, era difícil incluso mantenerse de pie y así, él se arrodilló.
Moviendo su cabeza hacia adelante, él vio algo…
-…Un lobo Invernal…
Vio a un Lobo con un pelaje blanco, con sus grandes y largas garras hechas de cristal y en su espalda tenía 3 picos de hielo. Estaba sentado, lanzando un aliento gélido hacia Noah.
Aquellos Lobos solo aparecen en lugares con climas fríos, son bestias de clase media por su peligrosa forma de cazador diurno y que te congela las extremidades para luego devorar a su presa congelada.
No sería un problema si Noah estuviera en grupo y atento…Pero no estaba atento y está sólo.
Desprevenido, casi todo su cuerpo ya estaba congelado, el destino de Noah no podía ser otro más que la muerte.
Los ojos de Noah se estaban tornando más vacíos, su vida lentamente se estaba desvaneciendo, su cuerpo lentamente se fue inclinándose hasta golpear el suelo y caer de costado
La vida de Noah no iba a durar mucho más.
Incapaz de poder transmitir alguna orden a sus miembros, Noah ya supo que su final estaba tan cerca que vio pasar su horrible vida a través de sus ojos. Despreciado por su madre biológica, para luego ser abandonado por su familia, y crecer sin conocer el amor paternal y maternal.
Criándose casi solo en cada parte que iba, hasta entrar como Aventurero y conocer a su equipo, el cual podría haberlos llamado “Familia”.
Tal vez finalmente podría ser feliz, tal vez ya era ese momento en el cual se olvidaría de su pasado…Pero no, el grupo del cual él apreciaba se le fue cruelmente arrebatado por unos monstruos y ahora él está a punto de morir…
Aceptando su fin, en su mente le llegó una voz…El recuerdo de unas palabras que le dijo la chica que él quería mucho.
“Vive…Noah”.
-…
Algo dentro de Noah estaba crujiendo de dolor, era su corazón…Solo recordar esas palabras estaba cambiando su actitud.
-N-No…quiero…morir….
Su cuerpo comenzó a temblar, se escuchaba el ruido crujiente y pedazos de hielo se estaban rompiendo. Noah se negó a morir congelado e impotente ahora mismo, él se iba a revelar a como diera lugar.
Pero algo sucedió, una chispa de luz que emanaba calor apareció de repente sobre el Lobo de Hielo. Se formó una bola de fuego en menos de 2 segundos y bajó para impactar sobre el cuerpo de la bestia.
-Calamidad Ígnea.
Los ojos de Noah se cerraron por la onda de choque que envolvía su cuerpo y le volvía a soplar.
Cuando los abrió, se llevó una sorpresa, el suelo delante de él explotó en flamas. El impacto de alta temperatura envolvió todo su cuerpo con una feroz ola de calor. Noah, aun tendido de costado, movió su cabeza para ver en la dirección donde yacía el cuerpo calcinado del Lobo de Hielo.
Entonces la vio y sus ojos se abrieron grandes.
Un hermoso vestido carmesí, un cabello laceo y largo color sangre y ojos azules que brillaban en la noche.
Ella estaba volando sobre el cadáver del Lobo, no parecía afectarle para nada el fuego que calentó el lugar.
-…
Ella miró a Noah a los ojos y dijo con una jovial y dulce voz.
-¿Quieres poder?
Noah se quedó mudo, no supo que responder, sin embargo… De repente fue golpeado por una ola de cansancio y fatiga acumulada que le hizo estremecer y sus ojos se iban lentamente cerrando otra vez.
Antes de caer inconsciente, Noah miró aquella figura y estiró un poco su mano hacia ella… hacía Beatrice Fire Element.
En la mañana del día siguiente…
-Hmm… - Provocando un ruido con sus boca, Noah se tenía una sensación incomoda de estar sofocado.
Se movió de un lado a otro, incapaz de aguantar esa sensación de incomodidad. Es como si estuviera usando una manta gruesa en pleno verano, sintiéndose acalorado e incómodo de tener algo pegajoso en sus ropajes por el sudor era insoportable.
Hizo un movimiento inconsciente con sus manos para “quitarse” lo que tuviera encima de él, pero realmente no tocó nada, sino que su cuerpo era quien estaba acalorada sin tener nada encima.
¿No era el clima frio?
Preguntándose a sí mismo, Noah estaba en un estado entre la inconsciencia y la consciencia, estaba despierto como no. Sus pensamientos no eran ordenados ni muchos menos sus movimientos ejecutados como quisiera.
Su cuerpo se movía solo.
-Hah…Hah…Hahh…
Su respiración comenzó a ser más tosca entre más calor sentía. Su garganta y boca estaban secas, pidiendo a gritos que algo líquido y fresco pasara por ahí. Esa sed hizo que Noah lentamente comenzara a despertarse y abrir sus ojos.
-Ghh… ¿Dónde estoy…? – Murmurando esas palabras, se fijó hacia arriba de manera que notaba lo pobremente conservado que estaba el techo, como si fuera construido hace más de 15 años y nunca haberle dado algún tipo de mantenimiento.
La cama donde reposaba estaba hecha de paja, no era de extrañarse que sintiera incomodad por estar durmiendo encima. Un leve malestar en su espalda estaba siendo tedioso para él.
¿Cómo es que llegué aquí?
Sin encontrar una respuesta que le satisficiera, Noah se levantó de la cama de paja, estirando espalda hasta escuchar un crujido, caminó un poco y se dio cuenta de que se encontraba en una vieja cabaña que algún leñador habrá construido para refugiarse del frio cada vez que buscara leña en una tormenta helada.
-¿Hm?
Noah escuchó el sonido de una fogata recién prendida y de algo que se estuviera asando, con el leve aroma a carne siendo cocinada a fuego lento.
-…
Él abrió la puerta con lentitud, con un chirrido de lo antigua que es, lo que se encontró del otro lado es una bestia de aspecto de ser uno de los lobos de invierno despellejado y sin ninguno de sus colmillos o los ojos, ni siquiera las orejas o las parecían estar en su lugar.
Fue cazado como el animal salvaje que es y ahora siendo cocinado. A Noah, le vino de repente un leve recuerdo de haber estado frente a uno y a punto de morir congelado.
¿Acaso alguien…me salvó? – Fue la conclusión que llegó.
-Vaya, parece que finalmente has despertado, señor dormilón.
-¡¿…?!
Escuchó una voz a su costado, una dulce y jovial voz femenina que fue algo hipnotizante de escuchar. Por reflejo a la voz, Noah retrocedió un paso y volteó a ver a quien realmente le pertenecía. Un cabello largo, extendido por su espalda, de color rojo carmesí, una piel de porcelana, unos hermosos ojos azules claros y un hermoso vestido rojo, con los hombros expuestos y mostrando un poco del escote de sus grandes pechos.
¿En qué momento se puso a mi costado? No lo sentí…y…
-¿No te hace frio estando vestida de esa manera? – Preguntó Noah con curiosidad. –Te vas resfriar.
-No me voy a enfermar – respondió la joven en un tono calmado – Una habilidad que poseo no me deja sentir frio, por ende, estar vestida de esta manera no me supone problema.
-Es una habilidad bastante…practica.
-¡Verdad que sí! Tampoco me debo de preocupar por el calor.
-¿No debes?...
-Sí, la temperatura de mi cuerpo siempre está estable, tanto el calor y el frio no me suponen ningún problema. – Dijo ella cerrando sus ojos, dando una sonrisa de orgullo y cruzando sus brazos.
-Hmm… ¿Tú me dejaste en la cama de paja? – preguntó mirándola a los ojos en un tono indiferente y mirada seria.
-Si. – respondió con tranquilidad y volviendo a abrir sus ojos, encontrándose con la mirada de Noah – Te encontré en las garras de la muerte y te salvé de ella. Espero que me des un agradecimiento formal esta vez.
-Te lo agrade… – Noah encontró algo raro en sus palabras, parpadeando 2 veces seguidas, analizando esa oración, se dispuso a aclarar su repentina confusión – ¿Esta vez? Si es la primera vez que nos vemos, ¿no es así?
-Sí, es nuestro primer encuentro. Me estaba refiriendo a tu manera de dirigirte a mí tan familiarmente como si fuéramos mejores amigo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-¿Es tan complicado para ti? De seguro piensas lento.
-…Gr. – Levantó una ceja en señal de molestia por el comentario de esa mujer.
Noah estaba sintiendo un leve ardor en su cabeza, uno con el cual ya está muy acostumbrando a sentir todos los días por algunas pequeñeces de su día a día.
-No te enojes.
-No estoy enojado…
-Sí, lo estás. Moviste tu ceja cuando dije eso de ti, en una señal de que te enojaste.
-¿…Quién te crees que eres? – respondió con algo de hostilidad e ira reprimida. - ¿Una profesional leyendo a la gente?
-No diría que soy esencialmente buena. – Ella miró un poco hacia arriba, llevándose la punta de su dedo índice a su mejilla derecha. – Pero eres un hombre simple al parecer, no fue difícil leerte.
-…
Noah cerró sus ojos y frunció el ceño, soltando un leve suspiro para intentar calmar el ardor de su cabeza.
-Hahh, y bien, ¿Quién eres?
-Sí, nos hemos alejado un poco del tema en sí. –Ella soltó una sonrisita, tomando los lados de su falda y haciendo una reverencia a Noah, ella dijo – Soy Beatrice Fire Element, una de los 9 Fragmentos de la Diosa Averys. Mucho gusto en conocerte, Noah Myers.
-… ¿Cómo conoces mi nombre? - Más que por los demás hechos, a Noah le preocupó que supiera su nombre.
“Si alguien que no conoces sabe tu nombre, puede ser por varios motivos. Pero si eres un don nadie y alguien sabe de ti, es mejor averiguar el por qué sabe de ti antes que otra cosa”. – Recordando unas antiguas enseñanzas que tuvo en su niñez, él estaba un poco cauteloso.
-Lo leí en tu insignia del Gremio de Liliatris – Beatrice de sus pechos sacó una insignia de plata que tenía grabado el nombre de Noah y del Gremio de Aventureros de donde proviene.
La lanzó hacia Noah, quien atrapó la insignia.
-Deberías de cuidar mejor de tus cosas, no sabes cuando alguien podría arrebatártelo otra vez. – Comentó Beatrice mientras que se iba acercando lentamente hacia el lobo rostizado, sacando un cuchillo de cocina que estaba cuidadosamente colocado en una parte oculta cercana; comenzó a cortar un pedazo de carne. –Incluso hay una posibilidad que te dejen sin pantalones.
-No te preocupes por eso, no es tu asunto. –Guardó la insignia dentro de su abrigo.
Me olvidé de mi insignia.
-Es cierto, no es mi asunto preocuparme por ti, Noah… - Dejando clavado el cuchillo en las costillas del lobo, se da la vuelta y estira su brazo hacia Noah, acercándole el pedazo de carne mal cortado. –Pero en vez de estar como un intento falso de hombre de hierro, come primero esto.
-¿Carne asada a primeras horas del día? Sí que es un desayuno pesado…preferiría tomar algo, tengo bastante sed.
-6 metros a tu izquierda hay una cubeta con agua sacada de un rio cercano. No hay vasos, ni tampoco traigo una cantimplora conmigo. – Con un gesto de estar algo indignada por el rechazo a su amabilidad, ella le da un pequeño bocado a la carne.
-¿Quién sale a un bosque sin una cantimplora? – Noah comentó de forma sarcástica mientras que tomó unos tragos de agua con el cucharón.
-Usted tampoco tiene una cantimplora consigo, ni mucho menos algún equipamiento apropiado más que esos ropajes manchados con sangre seca.
-Sangre seca… - Repitió monótonamente Noah. –Pero yo… no recuerdo muy bien cómo me pasó esto.
Dejó caer el cucharón en la cubeta, salpicando agua, se miró en el reflejo de su rostro. Noah intentó recordar mejor los acontecimientos de anoche, trayendo los pocos fragmentos que su mente le dejaba visualizar; estando frente a ese lobo en medio del bosque.
¿Por qué fui en primer lugar?
Tal vez por alguna misión que le designaron por su Rango “B” entre las categorías de los Aventureros de Liliatris.
¿No tendría que haber venido acompañado? Yo tenía un…equipo… ¿Huh? ¿Yo tenía un equipo?
Llenando su mente de confusión repentina, Noah no lograba recordar el motivo del porque estaba en ese bosque, ni mucho menos si estaba acompañado…No, ni siquiera recordaba el hecho de tener alguna vez un “equipo”.
-Dime. –Comentó Beatrice. -¿Te encuentras bien? Tú cara se puso pálida.
-…Estoy bien. –Respondió Noah, llevando una mano a su pecho. –Es algo normal ya para mí
-Si usted lo dice.
¿Cómo diablos terminé en el bosque?… -Pensó Noah.
Los fragmentos de memorias que venían y se iban, venían con una sensación de dolor de cabeza y ansiedad; lentamente dejando una fuerte impresión de que tiene pérdida de memoria.
Buscando fragmentos de recuerdos más precisos, Noah se sentó en el suelo mientras se agarra los lados de su cabeza con sus manos.
Aun así, ninguna memoria le llegaba, tan sólo efímeros recuerdos de estar en el bosque, frente a una bestia, encontrándose herido.
Ya encontró raro esa situación, de no saber con exactitud lo que le pasó.
Noah, un Aventurero de Clase B del gremio de Liliatris, normalmente se tiene un equipo para hacer los pedidos que hay en el tablero de misiones dentro del establecimiento.
Estar en grupo es más factible para que los que hacen pedidos al gremio se puedan sentir más seguro viendo a un grupo que a uno solo.
En otras palabras, no había un lugar bien recibido para los solitarios.
“Nunca te pierdas de ti mismo, siempre ten en mente cada una de tus acciones”…Acabo de cometer un error.
Recordó una de las enseñanzas que tuvo de un “maestro” de su niñez, sintiendo una leve sensación de impotencia y tristeza, fijó su mirada en Beatrice; quien terminó de comer el pedazo de carne.
-Oye, ¿…Encontraste a alguien más además de mi anoche?
-Realmente no. –Respondió mientras que sacó un pañuelo, limpiando sus manos y boca con elegancia. –Usted es la única persona que vi en el bosque a esas horas de la noche.
-¿…En serio? -Noah dudó un poco de las palabras de Beatrice. -¿Realmente no había nadie más?
-…Quizás podría haber alguien más, o no. Como le dije, usted es el único que vi anoche, ¿Por qué tan insistente? –Beatrice comenzó a sospechar de que algo está mal en la condición mental de Noah.
-…No recuerdo muy bien lo de anoche, y tengo un dolor de cabeza muy molesto.
-¿Habrá ingresado ebrio en el bosque?
-¿Me estás tomando el pelo?
-No realmente, suena lo más lógico a pensar. Si usted comenta que no recuerda lo sucedido anoche y dice que tiene dolores de cabeza, son síntomas de resaca.
-…
Noah no sabía muy bien cómo responder a esa lógica bastante convincente de cierta manera, pero internamente se negó a aceptarla. Él no era alguien que bebiera demasiado, incluso ahora que tiene 21 años.
Simplemente es un misterio que él no puede resolver por más que piense.
Tan sólo soltó un suspiro, rindiéndose temporalmente sobre ese tema.
-Oye… - Cuando Noah estaba por preguntarle una cosa a Beatrice, el repentino escalofrío que subía por su columna vertebral lo hizo tener un mal presentimiento, y una sensación de estar siendo asechado.
Noah sentía un leve temblor, miró hacia la cubeta y el agua se estaba moviendo un poco.
No me gusta esto.
-¿Sucede algo, Noah? – Preguntó Beatrice.
-¡Shh! Algo se acerca…
-¿Algo-?
Sin que pudiera terminar sus palabras, en dirección hacia unos árboles a unos 50 metros de distancia se escuchó un fuerte golpe cuando una bestia enorme en dos patas se estaba acercando a ellos dos mientras soltaba un rugido.
Era un Troll Invernal, por su azuleja piel, la musculatura gruesa y ancha, incluso su abdomen estaba inflado. De un vistazo, se podía aproximar que medía 4 metros de altura, sosteniendo un gran garrote de muy mala calidad.
Sus ojos estaban rojos, una clara señal de que estaba en un estado de locura animal e inconsciente.
-Esto es…realmente malo, ¿Por qué hay un Troll Invernal aquí? Aún debería de faltar para que salgan de su hibernación. – Dijo Noah mientras hacia una mueca de nerviosismo, una gota de sudor frio pasó por su frente.
-Ese monstruo es realmente feo. – Respondió Beatrice en calma.
-Veo que eres capaz de conservar la calma, eso me gusta. Pero necesitaremos más que calma para huir del Troll.
-¿Huir? –Inclinó su cabeza Beatrice en señal de confusión a las palabras de Noah. –No vamos a huir, ¿sabes?
-¿Huh? ¿Estás loca o qué? No podremos derrotar a un Troll Invernal…O al menos yo no tendré muchas posibilidades, mi cuerpo está aún muy desgastado.
-Eso lo entiendo, después} de todo conozco que tan mal estabas porque te traté. Pero…-Los ojos de Beatrice recorrían la zona, analizaron un poco su situación y posibilidad de escapatoria, sin embargo, no tenía tiempo para estar pensando, por lo que sólo fue una evaluación rápida. –Realmente creo que no lograremos huir del monstruo.
-..Maldita sea.
-¡¡Grrraaaaaaaa!! –El Troll soltó un rugido furioso al ver a Beatrice y Noah, golpeando varias veces el suelo con su garrote, comenzó a acercarse rápidamente hacia ellos.
Noah se estremeció al ver que ese Troll era más rápido de lo que él creía. Tal vez sus instintos del peligro le estaban diciendo a gritos que “corra” en la dirección contraria…No obstante, Noah no corrió lejos del Troll, sino dio un paso al frente y, al igual que el Troll, comenzó a ir hacia ese monstruo horripilante y enorme.
Dejando a una sorprendida Beatrice atrás.
Los ojos de Noah se fijaron en el Troll, buscando algún patrón de movimientos claros, pero no vio ninguno, más bien tan sólo era como ver a un rinoceronte cargar con furia.
Mediante que la distancia entre ambos se acortaba cada vez más, Noah tenía que actuar rápido.
No tuvo tiempo para dudar.
En una confrontación con un oponente mucho más alto y corpulento, lo que más preocupaba era el recibir un golpe. Atento al movimiento brusco del Troll con su garrote cuando entró en su rango, Noah se movió hacia la izquierda, esquivando a duras penas el garrotazo que impactó de forma vertical en el suelo.
Casi fue impactado por ese golpe que de seguro lo hubiese dejado aplastado y dado una muerte instantánea.
¡Mi cuerpo está más desgastado de lo que creí…! ¡Apenas pude esquivar ese lento ataque!
En la pierna izquierda de Noah se comenzó a rodear con una extraña masa de energía dorada…Era “Ki”, la energía vital de todos los seres vivos, sacada de una manera diferente formando un aura de poder físico.
Tan sólo unos pocos conocen el arte del “Ki”, y hay muchas variantes, como las que se pueden dominar con el entrenamiento, como las que son heredadas por la sangre, o las que son artificiales.
El Ki de Noah es uno heredado de sangre…
-¡¡¡Hm!!!
Con una patada rápida atacó la pierna izquierda del Troll, justo al costado de la rodilla, quitándole el equilibro al Troll, obligándolo a arrodillarse con esa pierna.
Noah iba a dar otro ataque aprovechando esa abertura, sin embargo, otro movimiento brusco del Troll con su garrote en forma vertical hacia Noah arruinó esa oportunidad de ataque.
-¡Kuh! – Soltando un sonido de frustración con su boca, Noah dio un salto alto, apoyando sus manos sobre el garrote para esquivarlo, como si estuviera saltando sobre una banca.
Luego de esquivar el garrote, se dio cuenta que la enorme mano izquierda del Troll estaba por agarrarlo de un costado, se agachó rápidamente y dio una pirueta baja hacia adelante para no ser agarrado.
Ese Troll no le estaba dando una oportunidad de atacar, hasta logró poder levantarse y recuperar su equilibrio.
¡Este Troll es un bastardo…! Tendré que dar un contrataque.
La enorme bestia rugió ante él. Noah se posicionó para aguantar un ataque de arriba, plantando bien sus pies en el suelo. Viendo como el Troll elevó su garrote sobre su cabeza para dar un brutal golpe hacia abajo.
Un momento antes de que el Troll atacara, Noah respiró profundamente. Puso ambas palmas hacia el frente, como si se tratasen de un escudo, contra el garrote que bajaba con una gran fuerza.
-…¡¡Barrera!!
Una invocación de Ki Dorado se formó para bloquear el garrote del Troll, con un sonido estruendoso, Noah sintió como un gran peso cayó sobre sus brazos y piernas, intentando empujarlo hacia el suelo.
Él se resistió, con las fuerzas que le quedan en su cuerpo, aguantó ese brutal golpe. Tal vez si hubiese estado en su mejor condición, pelear contra ese Troll no sería tan complicado.
Aun así, no tenía tiempo para lamentarse en encontrarse a uno en ese momento, ¿Quién podría haberlo predicho?
-¡¡Aaahhh!! – Noah gritó y empujó con toda sus fuerzas hacia arriba.
La masa de Ki se contrajo por un instante y luego desapareció de repente, soltando una fuerza expansiva en contra de Troll, provocando que sus brazos se hicieran para arriba otra vez y el gran garrote saliera volando.
¡Ahora!
Noah cerró su puño derecho, flexionó rápidamente sus piernas, se puso en cuclillas y se impulsó hacia arriba; dando un gran salto, mientras que le dio un gancho derecho imbuido de Ki en el mentón al Troll.
Era un golpe fuerte, uno certero. Pero para la sorpresa de Noah, en el aire, recibió un manotazo en su lado derecho, mandando a volar su cuerpo hacia un costado en dirección al suelo.
Noah chocó fuerte contra el suelo, rodando varias veces hasta que se impactó contra un árbol, sintiendo como sus cosquillas se rompieron, como escupió sangre por el tremendo choque. Se quedó un poco mareado.
No comprendió como fue que recibió un golpe tan repentinamente, lentamente fue dirigiendo su mirada hacia el Troll que se estaba acercando.
¿Sin daño?... ¿Qué tan dura tiene esa piel?
-Maldita sea todo…
¿Aquí es donde él iba a morir? Extrañamente Noah sintió esta sensación muy nostálgica, hasta hace poco se encontró en una misma situación.
Con la sangre que escurría de su boca, miró a los ojos al Troll y en ese momento es que se dio cuenta de aquel círculo mágico rojo con inscripciones extrañas sobre el Troll.
-Calamidad Ígnea.
De repente, un destello de luz rojiza apareció y un disparo de una bola de Fuego cayó como un meteorito hacia el cuerpo del Troll. Ese impacto tan ardiente envolvió por completo en llamas a ese corpulento cuerpo de la bestia.
-¿Qué diablos…?
Ante de los ojos de Noah, la enorme bestia envuelta en un pilar de fuego se estaba convirtiendo en cenizas rápidamente. Las llamas consumieron esa dura piel como si se tratase de delgado papel.
Todo lo que quedaba atrás era una masa de carne ennegrecida que perdió como 3 tercios de su tamaño original.
Esto le era familiar a Noah, exactamente lo que había pasado en la noche anterior. Definitivamente ahora lo recuerda como fue salvado del Lobo de la Nieves, tan sólo ese recuerdo le llegó vívidamente.
-¿Tú que demonios eres…? – Miró hacia Beatrice, quien estaba acercándose a Noah con una sonrisa educada.
-¿Quién soy? – Dijo monótonamente y añadió. –Déjame repetir mi presentación; Soy Beatrice Fire Element, una de las 9 Fragmentos del alma de la Diosa Averys. Y tú, Noah Myers.
Con su dedo anular señaló a Noah y preguntó…
-¿Quieres ser mi Guerrero del Fuego?
-¿Huh…?
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