La cabaña de mi tío y ansiedad van a tener cambios en su historia, para que las dos tengan concordancia y no haya nada fuera de lugar, y aclaro que la cabaña de mi tío solo será narrado lo que sucedió en la cabaña mientras que ansiedad se enfocará en la trama principal y los romances de los dos hermanos. Eso era todo, gracias por apoyar mi novela anterior y espero que les guste esta.
Cuando la historia ya tenga sus cambios, será borrado este aviso.
Advertencia:
La novela contiene escenas sangrientas y violentas, si eres sensible a este tipo de escenas, te pido que salgas de la novela. También contiene pedofilia, trastorno de estrés postraumático, dependencia emocional, acoso, secuestros y suicidios.
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—¿Puedes cuidar a mi hija solo unos segundos?—inquiere Anni, lo mira esperando una respuesta positiva.
—Claro que sí, hermanita, nunca me negaré a cuidar a mi sobrina—asevera Roberto, finge una sonrisa.
—Lo sé, no tardo—dice Anni con una voz melódica, se acerca a la puerta y la abre, se detiene y me mira por encima del hombro.
—Pórtate bien con tu tío, ¿De acuerdo, mi amor?.
—Sí mamá—dije con una sonrisa, ella sale de la casa y cierra la puerta, mi tío voltea a verme y se muerde el labio inferior.
—Quiero enseñarte un juego nuevo—dice mientras se acerca a mí, levanto la mirada y él se detiene frente a mí, se agacha y posa su mano sobre mi pierna.
—¿Cuál, tío?—inquiero con incomodidad, siento su mano acariciar mi pierna y el miedo empieza a consumirme cuando siento como sube su mano hasta mi entrepierna.
—Acompáñame a tu habitación y ahí te enseñaré—dice Roberto con una sonrisa de lado, estaba a punto de levantarse cuando se escucha la puerta abrirse a sus espaldas, los dos volteamos a esa dirección y miro detenidamente a mi padre, su cabello blanco brillante y sus ojos blancos profundos captaron mi atención por completo. Me levanto haciendo que la mano de mi tío se aparte y corro hacia mi padre esquivando a mi tío.
—¡Papá!—vocifero, lo abrazo por su cintura y él baja su mirada dedicándome una sonrisa.
—Mi princesa—dice Enrique con voz suave, siento su mano en mi cabeza y me desalborota mi cabello, una sonrisa se dibuja en mi rostro con solo escuchar su voz gruesa y agradable.
Mi tío se levanta y se gira, mi padre levanta la mirada, y los dos se asesinan con la mirada, levanto mi mirada y veo que quita su mano de mi cabeza y se tensa.
—¿Qué le estabas haciendo a mi hija?—recrimina—no intentes negar nada porque yo mismo vi su rostro lleno de miedo e incomodidad.
—Solo estaba jugando con ella, cuñado—miente mientras sonríe de oreja a oreja, mi papá cierra sus puños y los aprieta.
—A mí no me vas a engañar como lo haces con Anni—hace una pausa— Y te voy a decir algo, no me importa que seas el hermano de mi esposa, te voy a dar una paliza si te vuelves a acercar a mi pequeña—advierte mi papá con irá y firmeza, la sonrisa de mi tío se borra, mira a Ernesto con fastidio y se retira sin decir nada.
—Papá….—me interrumpe
—Yo sé lo que me vas a decir Sara y yo te voy a prometer una cosa—inhala y exhala para calmar el coraje que tiene—No voy a permitir que te vuelva a tocar, voy a estar más al pendiente de ti y te protegeré cada que él dé un paso dentro de esta casa, nadie va hacerte daño mientras yo esté a tu lado mi niña—dice Ernesto con voz cálida y con coraje, se arrodilla quedando a mi altura y me abraza de repente.
No pude evitar llorar con sus palabras, <
—Y perdóname por no haberme dado cuenta de sus intenciones antes—añade mi papá, <
—No te disculpes, papá, sé que estabas muy distraído con los planos que te encargaron—dije con voz llorosa, siento como me abraza con un poco de fuerza y se queda callado durante unos largos segundos.
—¿Qué pasó?—escucho la voz de mi mamá a la espalda de mi papá, Ernesto me suelta y se gira, se levanta y mira a mi mamá con molestia.
—Tú y yo tenemos que hablar muy seriamente—dice con seriedad, Anni frunce el ceño y me da una mirada rápida antes de volver su mirada a mi papá, limpio mis lágrimas.
—Ve a tu cuarto, mi niña—dice mi mamá con confusión, asiento y doy media vuelta, me dirijo a mi habitación corriendo.
Escucho a mi papá y a mi mamá discutir, <
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Ernesto
—¿Y si malinterpretaste lo que viste?, mi hermano no es capaz de hacerle daño a su sobrina—replica Anni con seguridad.
—¿Crees que ver cómo tocaba su entrepierna es malinterpretar?—inquiero con una ceja enarcada, ella se queda callada y desvía la mirada, <
—Voy a pedirle a mi hermano que se vaya—dice mi esposa con seriedad, pasa por mi lado con la mirada baja y la veo perderse por uno de los pasillos. <
Me giro y Roberto aparece de la nada frente a mí y me saca de mis pensamientos, sonríe con descaro y se acerca a mí.
—Hiciste mal al contarle a mi hermana, cuñado, espero que no te pase nada malo mientras cruces las calles—dice indirectamente, se detiene a unos escasos centímetros de mí.
—Tus hijos van a ser míos—susurra—y no vas a poder hacer nada para detenerme, cuñado.
Mi mandíbula se tensa en ese momento, <<¿Qué quiere decir con eso?, ¿Cómo qué no voy a poder hacer nada detenerlo?, él mismo sabe que yo voy a estar siempre para detenerlo y proteger a mis hijos, nada va a detenerme>>.
—No me subestimes, cuñado, yo voy a estar siempre para detenerte porque no pienso dejar a mis hijos contigo, nunca—espeto, siento como la furia me consume y tengo impulsos de golpearlo, pero me contengo lo más que puedo y mantengo una postura neutral.
—No te precipites, cuñado—pasa por mi lado golpeando mi hombro y sale de la casa, azota la puerta a mis espaldas y me quedo cavilando en lo que dijo al final.
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Respiro hondo y exhalo varias veces para calmar este coraje que tengo, entro a la habitación y me pongo frente a mi esposa, me arrodillo.
—¿Amor?—inquiero, ella reacciona y me mira.
—¿Viniste a reclamarme otra cosa?—pregunta con seriedad, su expresión cambia a frustración, me levanto y la abrazo, ella se confunde y se queda quieta sin hacer ningún movimiento.
—Perdóname—suelto—no debí desquitarme contigo, debimos hablar de manera tranquila, pero estaba cegado por la irá. Prometo que no volverá a pasar amor, no quiero que le pase nada a nuestro hijo. Solo te pido que no vuelvas a dejar a nuestra hija con tu hermano, por favor—dije, me separo y ella toma mis manos.
—Lo prometo y te perdono—dice mi esposa, le sonrió y ella a mí—si yo hubiera estado en tu lugar y me encontrará a mi hermano tocando a mi hija, hubiera reacción de esa manera también—añade
—Gracias, amor—ella me suelta las manos, me inclino recargando mis manos en la cama y me acerco a sus labios, escucho los golpes en la puerta que interrumpen nuestro beso, me detengo a unos escasos centímetros de sus labios y volteo.
—Papá, mamá, no van a discutir de nuevo, ¿Verdad?—inquiere Sara con tono triste, me incorporo y doy media vuelta, me acerco a ella y la cargo.
—No, no volveremos a discutir, lo prometemos—me giro y regreso con mi esposa, me siento a su lado y pongo a nuestra hija en medio de nosotros.
Sara
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Mis papás y yo nos ponemos a jugar a las escondidas para olvidar lo que sucedió, al menos por unas horas hasta que el cielo se torna oscuro, me llevan a mi habitación y me acuestan, me arropan.
—Mañana será un gran día, mi niña, descansa—dice mi mamá con una sonrisa, me da un beso en la frente y acaricia mi mejilla.
—Descansa, mi pequeña—dice mi papá mientras pone sus manos en los hombros de mi mamá por su espalda.
Yo les sonrió y cierro mis ojos, sin darme cuenta me quedó profundamente dormida. Abro mis ojos y veo un poco de luz entrando a mi habitación, me levanto rápidamente y me acerco a mi armario, saco mi uniforme y me cambió lo más rápido que puedo.
Mi mamá abre la puerta en el momento que terminó y se sorprende.
—¿Quién eres tú?, mi hija seguiría acostada sin ganas de levantarse—dice con tono burlón, me rio en tono bajo y le dedico una sonrisa.
—Quiero que tú y papá me lleven a la escuela.
—Mi niña, tu papá no podrá llevarte, ya que tiene que llegar temprano a su trabajo a presentar sus planos—explica mi mamá desanimada.
—Entiendo…—dije, la sonrisa se me borra y bajo la mirada, mi mamá se acerca a mí y toma mis manos.
—Yo te llevaré a la escuela y te compraré una paleta, ¿Te gusta la idea?—inquiere mi mamá con tono animado, levanto la mirada y sonrió de emoción.
—¡Sí!.
—Entonces, te espero abajo para que desayunemos con tu papá—suelta mis manos y da media vuelta, se acerca la puerta y voltea a verme, yo asiento.
Ella cierra la puerta y preparo todo para la escuela, salgo de mi habitación y bajo rápidamente las escaleras, me acerco al comedor y me siento en medio de mis papás.
—Buenos días, mi pequeña, ¿A qué se debe que te hayas levantado temprano?—inquiere mi papá con sorpresa
—Quiero pasar un rato contigo antes de que te vayas a trabajar—dije, mi papá me sonríe y saca un papel de su bolsillo, miro con atención el papel y veo como lo desdobla y saca un collar de su interior.
—Esto lo compré para ti, mi pequeña—extiende su brazo y tomo el collar, lo miro detenidamente y noto que tiene nuestras iniciales grabadas atrás del yin y el yang, dirijo mi mirada a mi papá, le sonrió y abrazo el collar.
Mi papá se levanta de su silla y ayuda a mi mamá a poner los platos en la mesa, yo me puse el collar con algunas complicaciones, pero al final lo logró, mis papás se sentaron y comimos en silencio, mi mamá tenía razón, hoy será un gran día.
Mi papá se levanta de su silla y toma sus cosas, nosotras también nos levantamos y acompañamos a mi papá a la puerta, le dio un pequeño beso en los labios a mi mamá y a mí en la mejilla, lo vimos darse la vuelta y empezó a cruzar la calle.
Mi mamá y yo sonreímos mientras lo vemos alejarse, pero en ese momento escuchamos un carro a lo lejos que se acerca a toda velocidad, de un momento a otro presenció como mi papá era golpeado por él, mi sonrisa se borra repentinamente y mi mundo se paralizó en ese momento, lo único que pude sentir en ese momento es como mi corazón se partía en mil pedazos…
Las lágrimas no tardaron en brotar de mis ojos y mi cuerpo se queda paralizado, veo a mi madre correr hacia mi padre y ese carro se aleja rápidamente, pude ver en la ventana del carro a mi tío con una amplia sonrisa…
No sé como reaccionar, la tristeza y la sorpresa se fusionaron. Mi cuerpo reacciona diferente, empieza a temblar sin control, vecinos salen de sus casas y se acercan a mi papá, siento como una vecina me toma del hombro.
—Acompáñame, Sara—dice la vecina disimulando su preocupación, toma mi brazo y me jala dentro de mi casa, rompo en llanto y los temblores en mi cuerpo aumentan haciéndolos más notorios.
La vecina se agacha quedando a mi altura y me abraza, empiezo a respirar con complicaciones y noto su preocupación.
—¿Qué tienes, pequeña?—inquiere, se separa y me mira.
—No lo sé—dije con voz quebrada, siento un nudo en mi garganta e intento respirar, pero no puedo, siento como si el aire escapará de mis pulmones, no me gusta esta sensación…
La vecina piensa por unos segundos—Te voy a preparar un té, tal vez eso calmé lo que te está pasando—se levanta y corre a la cocina, me quedo como piedra mientras intento tranquilizarme, sin embargo, solo lo empeoró con la sensación de vacío en mi interior…..
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