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La Pequeña Dama Infernal

La misión

Me levanto de mi escritorio enojada y frustrada por haber desperdiciado mi amado tiempo leyendo el libro.

—¡Dios mío! Nunca leí un libro donde la protagonista haya perdido tanto su dignidad y no se diera su lugar.

—¿Por qué tanto grito? - dice John - dejando a lado los gritos, no creo que la protagonista haya perdido tanto su dignidad como yo a los 8 años.

—Uyy chisme, cuenta, cuenta.

—No sé si contarte, tú eres capaz de fastidiarme con eso durante años - se cruza de brazos.

—No, no lo voy a hacer John. - digo con una sonrisa maliciosa.

—Con esa sonrisa quien te creería - dice John y se muere el labio inferior pensativo - Bueno era chiquito y inocente no te burles, por el día de las madres a la protagonista se le ocurrió la magnífica idea de hacer una actuación y a mí me toco el papel más importante ya sabrás tú, nada más y nada menos que el papel de árbol.

—Bueno, bueno John pero que papel más interesante. - digo con burla - pero la protagonista perdió más la dignidad que tú de chiquito cuando te hacían bailar.

—¡Oye! Que te pasa yo bailo hermosamente que tú estuvieras ciega no era mi culpa.

—Bueno, no creo que vengas hasta acá solo por unos gritos, ¿qué paso? Dime que la misión no se adelantó. - Digo rezando internamente por qué todavía no visite a mi familia para despedirme de ellos.

—Bueno, efectivamente a eso vine salimos en marcha en dos horas. -ordena John.

—Ey no te creas mucho, si la misión sale exitosa, subo de rango y ya no me vas a ordenar señor que le dieron papel del árbol. - le saco la lengua y corro por mi vida cuando veo que se acerca.

Siento miradas mientras me dirijo a mi departamento, ya que ando corriendo como si un asesino en serie me estuviera persiguiendo.

—Buenas tardes, Mario -saludo al portero.

—Buenas tardes, señorita Dafne. -Contesto el saludo devuelta.

Subo al elevador con una expresión decaída por qué no sé si pueda volver de la misión y ni siquiera me despedí de mi familia, sin darme cuenta ya estaba en mi departamento.

—Bueno, bueno no sé que hacer - me dirijo a el refrigerador saco un yogur griego y subo a mi habitación - quiero saber si no me queda nada por hacer.

Paso media hora haciendo lo poco que me faltaba realizar y solo quedaba hora y media para la misión.

—Bueno ahora la parte más difícil. - saco mi iPad y mando a mi familia una reunión por Zoom, ellos ya saben que significa cuando lo envío.

—Dios o cualquier ente existente, ayuda a esta pobre alma antes que mi familia me mate a mí en vez de la mafia.

Toda mi familia ya se había conectado y me miraban mal.

—Ups no me di cuenta de que escucharon -Junte mis manos antes de que el temblor sea visible ante la camara - Como suponen la misión se adelantó, les prometí visitarlos días antes de la misión, para despedirme como es debido - mi rostro muestra una mueca de disculpas- pido disculpas por no poder cumplir mi promesa y como ya saben es una de misión muy importante para mí, pero también de alto riesgo, saben que esto siempre a sido mi sueño y estoy a pocos pasos de conseguirlo, solo espero su apoyo.

—Hija, por favor cuídate mucho, comprendemos que es tu trabajo y que no es culpa tuya que se adelante la misión. -Contesto mi padre.

— Sí, hermana recuerda cuanto te queremos, espero que logres la misión con éxito y apenas nos informen tú regreso, estaremos partiendo a Inglaterra para darte el abrazo que no te dimos hoy. -Me mando un beso volado - quedé con mis amigas para salir a una discoteca.

Se levantó de su escritorio dando unos pasos hacia atrás, para después darse una vuelta con el vestido plateado con abertura en la pierna derecha, analice el vestido y levanté el pulgar de manera positiva, dió una sonrisa a la camara para después buscar su cartera.

—Gracias por su comprensión papá y hermanita, espero darles un abrazo cuando regrese me tengo que ir, ya que mi misión comienza en 76 minutos. - les informé sabía que ellos estaban ocupados, no quería quitarles más tiempo del necesario.

—Te amamos Dafne - dicen al mismo tiempo cuando salgo de la reunión.

—Yo también los amo mucho - digo aunque ya no me escuchen.

¿Estoy muerta?

Estoy por dirigirme a la puerta de mi departamento cuando paro en seco cuando mi cuerpo se paraliza y me da un dolor de cabeza que me obliga a cerrar los ojos.

—¿Qué paso? ¿Dónde me encuentro?

¡Juro que si esto es una maldita broma, les pateare el cu...!

—Que agresividad, mi reina. - dijo una voz masculina que extrañamente me resulta conocida.

—¿Quién eres? ¿Quién te crees para decirme "mi reina"? No te permití que me llames así. -Hable a la defensiva, mirando a todos lados buscando al individuo de aquella voz.

—Pronto sabrás quien soy, mi reina. -Contesto de manera tranquila.

Mis oídos captan pasos firmes y me levanto rápidamente, al darme cuenta que estaba tirada en la superficie donde me encuentro y me pongo en posición de combate.

—Pronto nos volveremos a ver -me susurro aquella voz en el oído, me tense en mi lugar y rápidamente me di la vuelta para poder verlo cuando...

Me levanto de golpe y miro mi reloj celular, me queda media hora, necesito ir al comando lo antes posible, arreglarme para la misión, maldigo el momento en el que rechace la cita con el estilista.

—Carajo - maldigo en voz baja al idiota que me hizo desmayar - voy a llegar tarde por su culpa, desgraciado.

Agarro las llaves de mi departamento y salgo rápidamente, corro por los pasillos para dirigirme al ascensor y este se tarda demasiado, llevándome a tomar de decision de bajar por las escaleras, una vez llego busco por la cochera buscando mi Lamborghini y salgo hacia la carretera.

—No quiero hacer esto, pero no me queda otra opción. – aceleró y me paso los semáforos en rojos llegando a la central- todavía me quedan doce minutos.

Una vez me registro y corro por los pasillos del comando hasta llegar a la habitación asignada por ser una teniente, me pongo rápidamente el vestido y los tacones a juego que están ordenadamente en el sillón de la habitación.

—Sin duda el azul me queda de maravilla -Me pongo rimel, labial rojo vino y un poco de rubor en las mejillas, por último los lentes de contacto.

Corro por los pasillos una vez que termino de arreglar mi cabello y los tacones me hacen difícil la tarea, pero llego a la sala de junta un minuto antes de llegar a la hora acordada.

—Aquí estoy –Digo enderezado la espalda y con el mentón en alto.

—Ya era hora - habla John que luce un traje a la medida de un tono azul marino con una corbata a juego.

—Disculpe la tardanza, capitán - Digo en voz alta y firme.

—Doy inicio a la misión - ordena el coronel a cargo de la central - el objetivo es capturar al líder de la mafia italiana.

—Señor, si señor -Contestamos al mismo tiempo todos los presentes con tono militar.

Damos un saludo militar al coronel y nos dirigimos a la salida por orden de rango.

Subo al transporte indicado para una misión de infiltrados junto con mi acompañante que vendría siendo John, esta misión consiste en ir a una fiesta del líder de la mafia italiana por el cumpleaños de su hermano menor.

—¿Nerviosa? - dice John.

—John es una misión de alto riesgo, no tengo idea de que podré salir de esta misión con vida, si nos atrapan seré torturada hasta la muerte, la mafia italiana es de temer y más cuando me estoy metiendo con su líder, aparte de eso si se logra con éxito podré ascender de rango y cumplir mi sueño de ser capitana.

Sin darme cuenta habíamos llegado al lugar de la fiesta y miró mis manos unos segundos, controlando los temblores, pongo un semblante inexpresivo metiéndome el papel, jonh y yo compartimos miradas hasta que ambos asentímos de acuerdo, salimos del transporte con porte confiado.

—Muestren la invitación, señores - mostramos la invitación falsa - pueden pasar señores, adelante.

Nos habré camino y yo solo me mantengo con mi rostro indiferente y ojos fríos el papel que estoy llevando es de una mujer fría y calculadora, no se me hace difícil.

Mi papel en la misión era distraer al líder de la mafia, seducirlo para ganar tiempo a mis compañeros, no es como que la idea me agrade, pero así es las medidas que se toman para infiltrados, son los riesgos que tengo que tomar mientras, mis compañeros de la misión buscan el USB y los papeles con información confidencial, habían logrado implementar el vino para drogarlo y que cayera inconsciente al instante, solo tenía que hacer que tomara una copa.

Siguiendo los pasos pactados, distraje al italiano, pero hubo un contratiempo en la misión, así que tuve que llevarlo a una habitación, mis compañeros casi habían sido descubiertos, por el audífono me informaron que se encontraban escondidos en un armario del despacho del italiano, donde se encuentra el USB y los documentos.

—Principessa -Habla el italiano con voz ronca y le sonrió para distraerlo, mientras buscaba el vino con la mirada de manera discreta, suelta un jadeo y empieza a besar mi cuello - Che delizia - suelta el italiano.

El vino había desaparecido, fruncí el ceño confundida, un presentimiento extraño se apoderó en mi pecho, me obligue a sonreír gustosa cuando el italiano levanto la cabeza para besarme con insistencia.

Siento un nudo en el estómago y la maldita sensación de peligro, se empieza a retorcer en mi pecho, no puedo echarme para atrás, es un mafioso que me obligaría de cualquier manera, eso no me conviene en estos momentos.

Sus manos cálidas llegan al cierre de mi vestido, maldigo en todos los idiomas que dominó a los inútiles de mis compañeros por no hacer su trabajo como es debido.

Me planteo mis dos opciones, dejarme llevar y la misión se realice con éxito o dejarme llevar por mis impulsos y reventarle la lámpara en la cabeza para después salir corriendo.

—Dafne, ¿me escuchas? -Hablo Jonh por el audífono.

Fui obligada a desabotonar la camisa del mafioso, Dios sabrá dónde yo saqué la fuerza para partir la camisa y tirarla por algún lugar de la habitación.

—Che Amore selvaggio - hablo en italiano

......

—Si - Me obligue a joder, para contestar al inútil ese de capitán que tenía.

—¿Qué estás haciendo? -Dijo John por el audífono.

...<¿Este es imbécil o mastica agua? Estoy jugando al parchís fíjate >...

—Dolcezza, bella principessa - Hablo nuevamente en italiano –Vuoi giocare per un po'? - <¿Quieres jugar un poco? > Volvió a hablar.

......

—Este, ehh, ya entendí, iba a decirte que los distraigas más y que la botella de vino no fue entregada -Hablo Jonh.

—Certo amore mio. -Hable en italiano, tanto para el italiano como para el inútil de capitán que tenía.

El italiano baja el cierre de mi vestido en alguna parte de la habitación, empieza a mirarme cada parte de mi cuerpo, estudiando lo y analizando, suprimo a mis adentro el bufido de aburrimiento ante las cosas que tengo que aguantar, por mi profesional equipo.

Se acerca hacia mí para besarme, posa su mano izquierda en mi cadera y premio el impulso de darle un manotazo cuando aprieta el agarre, lo maldigo mentalmente cuando su brazo derecho lo lleva detrás de mi espalda con claras intenciones de querer desabrochar mi brasier.

Y se queda ahí, si así de simple se queda ahí, peleando con el broche del brasier mientras me besa para disimular.

............

Me burló para mí misma, suprimo las ganas de reírme en su cara, no vaya a ser que se ofenda por su propia estupidez.

—Dafne, tienes que salir de ahí ¡ahora! -Hablo John por el audífono - Camille vendió información, saben que estamos aqui, vamos por ti y los refuerzos vienen en camino.

Me quedé helada ante la información, totalmente inmóvil y molesta, maldiciendo a la imbécil de Camille, ardida de mierda, sabía que no era buena persona, pero llegar al límite de vender a su propia tropa, era pasarse.

—¿Qué paso, Dafne? Ya te aburriste de jugar a la actriz -Hablo el italiano en un inglés perfecto.

Me quedé helada, este era el jodido mal presentimiento, él ya sabía quien era desde el inicio, me agarró por el cuello, tirandome a la cama rápidamente y me quedé inmóvil al sentir el frío del cañón de aquella arma en mi frente.

—Al cabo que ni quería -Hable finalmente con una sonrisa de burla - apreté el botón para trasmitir el mensaje de mi audífono - Jonh dile a mi familia que los amo.

—No, Dafne escúchame, estamos en camino, aguanta -Hablo un desesperado Jonh.

Sin darme opción de contestar el italiano llevo el dedo al gatillo y dijo.

—Ibas a tener un destino espectacular, podrías haber sido la dama de la mafia, pero decidiste ser un simple peón para el gobierno - Sin darme opción de contestar jalo el gatillo.

Un impactante dolor en mi frente, me hizo querer gritar del dolor, no tuve el tiempo, por qué tan pronto como me dolió dejo de hacerlo y todo se volvió completamente oscuro.

Abrí los ojos lentamente, mirando extrañada a mi alrededor.

—¿Estoy muerta? -Me pregunte en voz alta.

¡Nuevo mundo!

La brisa del viento choca directamente en mi cara y abro los párpados lentamente, miro detenidamente el lugar donde me encuentro.

Es un cuarto blanco que posiblemente sea el tamaño de todo mi departamento con diseños hechos de oro, levanto la vista inconsciente porque sentí una mirada y veo a un chico.

—Ay que feo mi caso no morí - Digo desilusionada.

—Eres la primera persona en toda mi existencia que e visto que se desilusionada por no haber muerto -dice el chico de probablemente 19 años.

—Mi amor, yo soy única claramente no voy a llorar por morir.

—Ya me di cuenta, por eso querida te tengo una misión.

—Después de la grandiosa misión puedo morir en paz ¿verdad?

Miro su apariencia del chico que Dios sabrá como se llama y quien es.

Altura aproximadamente de un metro y 76 centímetros, pelinegro con ojos grises, piel blanca y limpia, mandíbula marcada, labios rojizos y finos, espalda ancha y lleva una extraña túnica color cobre.

—Una foto te dura más, mi amor - dice el pelinegro - No me digas pelinegro - dice poniéndose una mano en la cintura.

—¿Cómo te digo entonces? No es mi culpa que tengas mala educación y no te presentes como es debido. - Digo retándolo con la mirada y poniéndome las dos manos en la cintura como forma de burla de su pose.

—Nos salió salvaje la muchacha, relájate fiera no fue mi culpa que te matarán, por una perra envidiosa -Hablo el pelinegro.

—Que yo sepa es Dios quien elige nuestra hora de partida. - hablo mirándolo con enojo, por este ser no me despedí de mi familia.

—Cariño, te equivocaste de Dios - dice con tono burlón el " apodo" para sentándose en unos columpios que mágicamente aparecieron y es literal.

—Esta bien -asiento entendiendo - ¿Entonces por qué estoy ante ti y no con el imbécil que tomo la decisión de matarme?

El pelinegro me hace una seña con su mano para que me siente en el columpio del al lado y yo voy al lugar donde me indico, hace tiempo que no me subía a uno, no me importa si suena infantil por querer subirme a un columpio.

—Que no me digas pelinegro, me presento soy Damon Dios de la reencarnación.

—Bueno - Digo sin tomarle mucho importancia.

—Mujer quien te entiende - Dice este con tono dramático - Bueno a lo que viniste.

—Por favor ilumíname Dios de la reencarnación con tu sabiduría. - Digo en tono sarcástico.

—Ey el tono, estás ante un Dios -Dijo el muy digno - Y no cualquiera.

—¿Te pregunte? -Hable para picarlo más.

—Ah -Este pareció confundido y lo pensó por un momento - ¿Si?

—¿Me preguntas o me respondes?

-Hable con tono docente.

—Pero vamos a haber, ¿Quieres saber por qué estás acá o no? -Dijo él perdiendo la paciencia.

Lo mire con una mueca de burla en la cara y asentí rápidamente, riendo para mi misma por la cara de indignación que tenía.

De la nada, lo prometo, de la nada este me señala con un dedo y me hace flotar, miró mis pies en pánico los agito con miedo intentando llegar al suelo y el Dios antes parlanchín me ignora olímpicamente.

Él sigue caminando en silencio hasta que llegamos a un área tipo parque con una fuente de mármol totalmente blanca.

—Solo quería traerte acá.

—¡¿Y traerme requiere que ande flotando tipo Supergirl?! - le grito cuando estoy pisando el suelo de nuevo, me aferró a la fuente importandome poco el agua que me moja.

—Obviamente, pero ese es otro tema a lo que vinimos y no hables cuando estoy explicando - dice sentándose en el borde de la fuente.

—Si señor - Digo finalmente, no podía negar que tenía curiosidad.

—Bueno, debido a una falla del sistema moriste y desde ahora te pido una disculpa, ya que no pudiste disfrutar tu vida de nuevo - lo último lo dice en un susurro casi no audible - Por eso te mandaron ante mí para que reencarnes en el último libro que leíste debido a que a ningún Dios le gustó el final y a ti tampoco, desde ahora te voy diciendo que ahí algunas cosas que sucedieron que no fueron contadas y depende de ti cambiar el final.

—A que te refieres cuando dijiste "no pudiste disfrutar tu vida de nuevo" ¿cómo que de nuevo? - Damon mira el piso bajando la cabeza.

—Por que en tus tres vidas que tuviste nunca tuviste un final bonito que digamos, ni mucho menos lo disfrutaste tu tiempo viviendo. - dice y levanta la cabeza.

—Es lo que tocó -Digo encogiendo me de hombros sin tomarle demasiada importancia.

—Lo siento mucho, viviste muchas cosas malas en tus vidas y nunca pudiste ser feliz. - Se disculpa él y yo solo le sonrió sin entender su actitud.

Todo es cada vez más raro y yo que pensaba descansar tranquilamente sin mucho drama, ahora voy a tener más drama que una novela turca.

—Como método de disculpas los Dioses y yo quedamos en que cuando reencarnes en la siguiente vida vas a seguir teniendo tus recuerdos de la vida pasada y que vas a tener cierto poder único en ese mundo todo depende de ti, por favor lucha por tu felicidad. - dice con una dando una media sonrisa, parecía casi nostálgica - Sé que no te acuerdas de mí, pero quiero que sepas que tu amigo te sigue queriendo, desde tu primera vida y todas las que tuviste, te prometo que tendremos nuestro final feliz, mi reina.

Antes de que pueda formular una palabra para preguntarle, pero todo se puso oscuro repentinamente, abrí los ojos y los cerré con fastidio por la luz reciente.

—Médico, dígame por qué mi bebé no llora - La voz de una mujer llega a mis oídos.

—Papá porque mi hermanita no llora ¿le paso algo? - escucho la voz de un niño.

—No lo sé, Samuel. -Una voz profunda e imponente se escuchó en la sala de parto, parecía que trataba de relajarse para no asustar a su hijo, pero fallaba por los nervios de que le pase algo a su esposa e hija.

—La bebé está completamente sana, duquesa. - dijo otra voz, casi rodé los ojos.

Este lugar parece un concierto, ¿Cuál es la necesidad de traer a tanta gente? abrí los ojos lentamente mirando al médico que me tenía en brazos.

El médico se quedó callado repentinamente, mirando con sorpresa fijamente, podía sentir leves temblores en su agarre.

...<¿Y a este que bicho le picó?>...

La sala calló un absoluto silencio, se podía escuchar la lluvia caer salvajemente por la ventana y miró hacia ella, viendo el cielo de un plomizo espeso, sentí la necesidad de extender mis manos hacia la ventana y rápidamente un majestuoso trueno resonó por toda la mansión.

Rei alegré agitando mis manos dónde había aparecido aquel trueno tan impresionante y otro trueno resonó en la mansión, grite de alegría riendo era tan hermoso de verlo, aquel trueno no era normal, era un violeta eléctrico y se veían de manera impresionante.

Cuando el cielo se despeja de aquella tormenta eléctrica, me aburro y cierro los ojos, al hacerlo todos salen de su shock repentino y el médico finalmente recupera el habla.

—Extrañamente, la niña no lloro eso es poco común. - dice la voz del médico de la familia - Felicidades su niña es muy poderosa incluso se podría decir que más que el emperador y su familia.

Es lo último que logro escuchar ya que me quedo dormida del cansancio.

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