NovelToon NovelToon

Vuelve [TERMINADA]

Prólogo

Cuando lo ves todo en una persona, cuando vez mucho más allá que sus sentimientos y te das cuenta en la plenitud en la que te sientes es totalmente inmensa e inmune, sientes que nada te hace falta, y era así como yo me sentí con mi Ellie, mi dulce Ellie, mi bella esposa que en donde quiera que esté se debe de estar arrepintiendo de haberme conocido, soy una mala persona porque la lastimé, yo la maté, maté a mi esposa y eso es algo de lo que nunca me voy a perdonar.

Ahora que ha pasado casi más de una década, aún la sigo extrañando, más que nunca y no paro imaginarme como hubieran sucedido las cosas si todo hubiese salido de otra manera. Tal vez, mi Ellie y yo tendríamos un jardín inmenso lleno de flores, una casa grande para que todos nuestros hijos corran como caballos y salten como liebres por encima de los sofás, tendríamos mascotas, un hámster, dos tortugas y cinco perros, ¡hubiéramos sido la mejor familia de todas! Pero lo arruiné.

Ahora estoy solo. Jamás olvidaré cuando Ellie me volteó a mirar con una sonrisa y ojos llenos de luz por la felicidad, nuestros sueños se estaban haciendo realidad y Ellie era la mujer más feliz del mundo y lo fue aún más cuando nos enteramos de que seriamos padres, que tendríamos a un pequeño ser entre nosotros, un ser de carne hueso, producto de nuestro amor, un ser que nunca conocí y que aun así, amé y sigo amando hasta lo más profundo de mí ser. Nunca lo conocí, jamás lo sentí removerse entre mis brazos y mucho menos lo escuche llorar pero si escuché sus latidos de su pequeño corazón que crecía a lo largo de las semanas, le hablé muchas veces por la panza de mami y no tenía respuesta pero sabía que estaba allí. No me cabía duda alguna de que tendríamos una niña, una nena con la que soñé incluso antes de que supiéramos de qué Ellie estaba embarazada. Recuerdo una vez, estába ella recostada en nuestra cama, y yo estaba sentado mientras tocaba su vientre por encima de su chaqueta de puntos beige, yo recuerdo que muchas veces se lo dije, ella decía. -Ya veremos que saldrá. Como salga, lo vamos a querer.

-Incluso si sale como un ogro o un duende. -Respondí yo.

Ellie sonrió y me acarició el cabello, yo también le sonreí y le besé su vientre aún plano y luego pegué mi oído para sentir a mi bebé y sin darme cuenta, comencé a llorar en silencio, Ellie no se había dado cuenta por qué se había quedado dormida. Yo lloraba porque estaba harto y cansado de seguir ocultando ese secreto que no solamente destruyó a mi Ellie, sino que también a todos mis amigos, muchos me dieron la espalda, mi familia estuvo conmigo pero yo solamente quería a Ellie y a mi bebé de regreso.

Ahora solo viven en mi memoria, busco consuelo en los recuerdos, en fotos o en videos que después de visualizarlos, lloro, lloro como la vez que Ellie soltó mi mano para irse. El dolor aún estaba y parecía hacerse cada vez más grande. Recurrí al suicidio, pero siempre había alguien o algo que me detenía. A veces sueño con Ellie y cuando lo hago, deseo no despertar nunca, no quiero abrir los ojos y darme cuenta de que ella ya no está.

Estaba perdido. Sigo perdido. Sin rumbo. Ahora no tengo nada.

1. Ellie y yo

Era la madrugada de un otoño, las puertas del balcón estaban abiertas de par en par y la brisa entraba llenando de frío la habitación, las cortinas blancas se movían al ritmo de una danza no sincronizada. Toqué el lado donde mi novia y futura esposa solía hallarse, pero hoy no estaba. Me puse de pie, cerré las puertas del balcón y fui hasta su cuarto de pinturas y no me equivoqué, mi Ellie estaba ahí, sentada en un taburete de espaldas mientras con un fino pincel trazaba los bordes de color negro, se tapaba con su bata blanca y tenía un pañuelo en los muslos, Ellie tarareaba una canción sin percatarse de que yo la miraba desde la puerta.

Caminé hasta ella lo más silencioso y la rodeo con mis brazos y recuesto mi mejilla en su hombro mientras que, aspiro su dulce aroma a jengibre, cierro los ojos y escucho como ella ríe.

-Cielo, cuidado. -Ella reprochó.

-Volvamos a la cama. -Le dije sin mover de posición.

-Ve tú, quiero terminar este cuadro, además, no tengo sueño. -Dijo ella volviendo a retomar lo que estaba haciendo.

Yo acomodé mi postura y observé lo que estaba pintando.

-Llevas con ese cuadro mucho tiempo. -Le dije.

-¿No es hermoso? Es París, Ale, la ciudad del amor, mira, aquí están los puestos de café, la torre Eiffel en el centro, las nubes...

-Lo sé, lo sé, lo veo.

En realidad, no era a la pintura a quien veía, sino a mi novia que se veía espléndida con el chongo en su cabeza desordenado mientras que le caían finos hilos de pelos por el rostro, su cabello olía tal como su color, a chocolate.

-Regresemos a la cama, aún es de madrugada y no quiero dormir solo, ¿vas de dejarme solo?

-Cariño, jamás voy a dejarte solo, espérame en la cama, regreso en unos minutos. -Dijo y me besó.

Volvió a darme la espalda y yo fruncí el labio, insatisfecho. Me acosté en una hamaca que ella misma me pidió insertar, me arropé y giré mi rostro hacia mi novia que tenía los ojos muy abiertos en su pintura de París. Me le quedé viendo, únicamente así, viéndola fijamente como si fueses una escultura tallada por los dioses. Mi novia era la chica más bella del mundo, aunque ella dijera que no, para mí si lo era.

-¿Por qué me ves tanto? -Rió nerviosa.

-¿No puedo mirar a mi novia?

Elle me miró de reojo y percibí el rubor de sus mejillas. Aún con doce años de noviazgo, la sigo poniendo nerviosa como cuando la conocí. Ellie era muy sensible y se enamoraba fácilmente de los pequeños detalles y el que yo la mirase de esa forma, me daba entender que lo amaba. Siempre se ríe cuando estaba nerviosa -como lo estaba haciendo ahora-. Era muy tierna y demasiado buena que a veces me molestaba porque había muchas personas que querían pasarse de listos con ella y Ellie, con su visión de que todo lo que veía era bueno, ella siempre quería encontrarle el lado positivo a las cosas que, a comparación de mí, yo siempre le buscaba la mancha a la moneda. Ellie era muy confiada y eso la convertía en presa fácil.

Amaba el arte, decía que el arte era parte de ella y al igual que el teatro. Ellie podría estar durante horas y horas hablando sobre historias, novelas, mitos y leyendas..., también amaba leer, tenía un estante en oficina llena de libros divididos por categorías. Sus espacios estaba decorados con acuarelas que ella misma dibujó o los tuvo como obsequio de algún buen amigo. El sueño de Ellie era abrir su propia galería y exponer sus obras.

-Sabes, Ale, no todos tiene el don de entender el arte. -Me decía cada vez que yo no comprendía sus garabatos que ella hacía.

Era muy testaruda y siempre quería cosas por impulso, y tal vez, sea porque de niña, sus padres le habían puesto como barrera ese tipo privilegios como de jugar con sus amigas, salir al parque o vestir como ella quiera. Fue un reto que sus padres dejara que saliera conmigo, nos veíamos por pocas horas y había veces que nos encontrábamos por la parte trasera de nuestra escuela y no besábamos, sus padres era personas muy religiosas y nunca se perdían un día para ir a la iglesia. Hubo muchas cosas que nos llevaron a hacer lo que hicimos, nos escapamos por las madrugadas y nos íbamos a correr o bañar en un lago algo lejos de su casa y fue ahí, donde inevitablemente hicimos el amor por primera vez. Luego la regresaba a casa con el cabello mojado y se despedía de mí con un beso y me daba el adiós con la mano.

Hemos estado juntos desde siempre, desde niños, cuando yo tenía quince y ella catorce, hemos evolucionado tanto que ya no somos nada de lo que heramos antes. Hemos crecido como en uno solo, Ellie es parte de mí así como soy parte de ella. La amaba, la amaba tanto que no podía creer como mi corazón tuviera la capacidad de sentir tanto.

-Pareces un bebé acostado de esa forma. -Se burló.

Me acomodé en la hamaca y me tapé con la manta hasta la barbilla pero sin dejar de ver a Ellie. Ella me miró y sonrió.

-Tu cabello parece un nido negro de pájaros. -Dijo.

-El tuyo parece una cascada de chocolate.

-Gracias.

-Ellie.

-¿Si, Ale?

-Te amo.

-Y yo a ti.

Aparto la manta cuando la vi caminar hasta a mí, se acostó y se acurrucó cuando nos tapé con la manta. Ella se ríe.

-¿Crees que la hamaca podrá soportar nuestro peso?

-No lo sé, tendremos que descubrirlo.

...♡♡♡...

La hamaca sí que soportó. Soportó todo el peso de muestro amor.

Me levanté pero no sentí el peso de Ellie, fui hasta a nuestra habitación y enseguida escuché el sonido de la regadera. Sonreí y abrí la puerta del baño pero solamente asomé la cabeza y vi la silueta de Ellie detrás del cristal mojado y en ese momento mis hormonas se batieron peor que frutas en una licuadora. Ella estaba de espalda con los ojos cerrados, me deshice de mi pijama azul marino y cuando quede en cueros, abrí levemente la puerta del baño y entré, la abracé y ella dio un respingo.

-¡Alexander, casi me matas del susto! -Dijo con los ojos llenos de agua.

Ella volvió a reír y le ayudé a lavarse el cabello. Bañarnos juntos no era parte de nuestra vida cotidiana, porque había veces que uno tenía que salir primero que el otro, pero cuando tenemos la oportunidad, no la desaprovechamos y no necesariamente siempre hay actividad sexual, pero si Ellie quería, ¿Quién era yo para negarme?

Salimos ambos envueltos en una toalla y nos lavamos los dientes, los dos en el espejo, Ellie salpicó el espejo y yo tuve que limpiarlo porque si no ella lo ensucia más y a Ellie no le gusta mucho limpiar, pero a mí no me molestaba hacerlo, de hecho, limpiar, para mí era como especie de terapia que utilizaba para calmarme cuando me sentía ansioso. No vestimos y bajamos a la cocina, preparamos el desayuno juntos y desayunamos juntos en la terraza.

-Ya casi se acerca la Navidad, cielo.

-Aún faltan unas cuantas semanas, pero ya es Halloween.

-Sabes que yo no puedo celebrar eso, mis padres no me lo permiten.

-Cariño, ya no vives con tus padres. Igual, si no quieres hacer nada en esta noche, pues podemos quedarnos viendo una película en el sofá.

-Está bien.

Salimos a dar un paseo por el pequeño vecindario en el que vivíamos, era una especie de barrio para gente de medio clase en Australia, sin embargo; consistía en dos plantas con tres habitaciones arriba, nuestra habitación, el cuarto de pinturas de Ellie y otro donde ambos compartimos la oficina, teníamos dos baños, uno en nuestra recámara y otro en la planta baja que solamente lo usan las visitas. Ese barrio era tranquilo, la gente era agradable y entre todos nos conocíamos. Fue un milagro que Ellie y yo pudimos irnos a vivir juntos antes los impedimentos de su padre que se negaba rotundamente a que su hija saliera de su hogar si no previamente haber pisado la iglesia y tener un anillo en su dedo. Fue una casa que entre los dos la adquirimos con nuestros trabajos.

Ellie y yo éramos como un equipo. No éramos solamente novios, sino que éramos los mejores amigos.

Nos sentamos en una pequeña banca al frente del lago.

-No puedo creer que en solo unos meses seré tu esposa. -Me miró con ojos brillantes.

-Sí, no falta casi nada, aunque seis meses parece mucho tiempo pero la verdad es que todo está ocurriendo más rápido.

-¿Seguiremos viviendo en esta casa?

-¿Tú quieres vivir esta casa?

-Me puse a pensar que nuestro hogar es muy pequeño para nuestros futuros hijos.

-Entonces, ya tengo la respuesta.

-¿Crees que tus padres quieran ayudarnos? -Me preguntó, preocupada.

-No hace falta que le pida dinero a mis padres, trabajaré muy duro para conseguir nuestra casa, además, prometo que pronto te daré tu coche.

-¡Ya era hora! Te estaba convirtiendo en mi chófer.

Nos reímos y su teléfono comenzó a sonar, ella respondió.

-Hola..., si, perfecto..., ujum..., no vemos allá. -Ellie corta la llamada.

-¿Quién era?

-¿Recuerdas aquella chica que estaba conmigo en la obra de teatro, pero que renuncio al papel después de lesionarse haciendo alpinismo?

-Sí... la que hace el papel de la mejor amiga en la obra.

-Bueno, ya han encontrado a la nueva chica que será para este papel y quieren que vaya a conocerla, ¿me acompañas?

Miré mi reloj y después a ella.

-Lamento mucho, amor mío, pero no podré ir contigo, quede con Matt que nos veríamos a las doce y ya son las once y cuarto, pero puedo dejarte en el teatro y pasar por ti a la hora que quieras.

-Está bien. -Dijo en voz un poco más apagada.

Antes de las doce, lleve a Ellie al teatro, se despidió de mí con un beso y me dijo que la buscara hasta las cinco de la tarde y que después iríamos a cenar con sus padres. La idea no me agradó pero yo estaba dispuesto a hacer lo que sea para tener la paz en nuestra familia y causar conflictos como los habíamos tenido anteriormente.

...♡♡♡...

Me encontré con mi mejor amigo Matt al frente de un edificio, dicho edificio que estaba vacío y solitario.

-Ya me contacté con la empresa que iniciará la construcción. En algunos meses ya tendremos a nuestra empresa de arquitectura. ¡Seremos ricos! Aunque ya tú lo eres.

-Corrección -lo apunté-, mis padres son rico, no yo.

-Pero tú eres el heredero. -Se alzó de hombros.

-Te olvidas de que también esta Christopher. Mi hermano es el favorito de mis papás, el día de cumpleaños le regalaron un coche, ¿y a mí que? Solamente una bufanda y un abrigo..., pero no importa, para eso estoy trabajando, necesito trabajar para comprarle la casa a Ellie cuando nos casemos.

-Tomará tiempo, Ale, pero estoy seguro de que lo lograrás, siempre lo logras.

Yo había adquirido este edificio con mis ahorros que iba ganando en mi trabajo como mesero o entregando paquetes, lo iba pagando de poco a poco y ya casi estaba en la recta final. Yo tenía altas expectativas de que este sería mi nuevo negocio y podría darle la vida que Ellie se merece, por el futuro de nuestros hijos, además de que quería demostrarles a sus padres y a los míos que yo si puedo.

...♡♡♡...

-Ale, tienes que conocerla, es la chica más buena y agradable que he conocido en mi vida, cuando comencé a hablar con ella, sentí que la conocía desde hace añisimos. -Me contaba Ellie mientras que yo la escuchaba con la mirada fija en el tránsito, ¡iba a casa de mis queridos suegro!

-¿De verdad? ¿Y cómo se llama?

-De llama Sandy, tiene el pelo de color rojo, parecía fuego y tenía los ojos de color de azules, son los ojos más bellos que he visto.

-Pensé que mis ojos eran los más lindos para ti.

-¡Claro que si! Me encantan tus ojos verdes y mucho más cuando me miras como me miras ahora. -Me besó la mejilla y me hizo reír.

-¡Vamos a chocar!

...♡♡♡...

La cena con mis suegros estuvo "bien", si no fuera porque estuvieran haciendo comentarios muy fuera de lugar.

-Mi sueño siempre fue que mi pequeña hija saliera de esta casa vestida de blanco y que tuviera un esposo correcto y con buena posición económica para que le diera todo lo ella se merece. -Decía el padre de Ellie, Richard.

Su esposa le seguía el juego. Yo me inmutaba ese tipo de comentarios, tal vez sea porque ya estaba acostumbrado en quererme dejar mal parado o hacerle una mala imagen a Ellie que yo no le convenía como hombre, sin embargo; Ellie era igual que yo y tampoco le hacía caso a ese tipo de comentarios, siempre buscaba la manera de salir de esa tensión que me abrumaba pero no llegaba a conseguirlo del todo, porque su padre seguía viéndome como un insecto que tenía que aplastar.

-Con permiso. -Dije y me levanté de la silla.

Fui al baño y me refresque la cara con agua del lavamanos, miré mi reflejo, me sequé la cara con las manga de mi suéter. Escuché que llamaban a la puerta y luego la voz de Ellie.

-Cariño, ¿estás bien?

Le abrí la puerta y le sonreí.

-Sí, estoy bien, ¿podemos irnos ya? No me gusta como me mira tu padre y honestamente no quisiera que acabaremos en discusión como la ultima vez -me rasqué la frente.

Ellie asintió y luego fue a la mesa, le dijo algo a sus padres, cogimos nuestras botas y chaquetas y salimos de aquella casa que tanto odio.

-¿Cuándo será el día en el que tus padres me acepten, Ellie? -Le pregunté como siempre ella tuviera la respuesta de ello.

Mi novia desliza su mano por mi brazo y me toma de la mano.

-Ellos no lo entienden, mi amor, son de mente muy cerrada. Ellos aún no superan que yo no haya cumplido con sus expectativas de salir casada de su casa o peor aún, no llegar virgen al matrimonio como tanto me lo habían dicho.

Llegamos a nuestro auto Toyota de color gris, le abrí la puerta del copiloto a Ellie y se subió, me senté en el asiento del volante y luego abroché mi cinturón cuando siento la mano de Ellie sobre la mía.

-No te preocupes por ellos, Ale, y mucho menos hagas casos a sus comentarios, para mí, eres el hombre perfecto.

...♡♡♡...

Al final de la noche, los dos terminamos echados en el sofá, vestidos con el mismo conjuntos de pijamas negras con calabazas de Halloween y con tazón de palomitas entre mis piernas, mientras que veíamos una película de terror, yo tenía que ponerle pausa a la película de vez en cuando porque constantemente el timbre de nuestra casa sonaba y cuando Ellie abría la puerta, se encontraba con pequeñines vestidos de fantasmas, de zombies, de vampiros o de momias y pedían dulces y Ellie se los daba amablemente en sus cubetas de calabazas. Ella regresó al sofá y seguimos viendo la película, su cabeza estaba en mi pecho y me abrazaba la parte superior de mi cuerpo.

-Ale, no me gusta esa película, cámbiala.

-¿Por qué? Es muy buena y además dice que fue basado en hechos reales. -Frunci el ceño.

-Presisamente, es perversa, no quiero otra vez ver esa película.

-No va a llegar el demonio a nuestra casa si es lo que te imaginas. -Dije en un tono jocoso metiéndome un puñado de palomitas a la boca.

-No entiendo como te pueden gustar ese tipo de películas. -Exclamó mientras veía entre los dedos en su cara como todas las cruces de la habitación se giraban.

-No es que me gusten, sino que el hecho de saber que pasó en vida real me hace tener curiosidad.

Ellie me arrebató el control de un tirón y cambió la película a una de caricaturas llamada UP, ya había perdido la cuenta de cuantas veces ella a visto esa película y de las veces que me obligaba a verla con ella.

-Eso si es clásico. -Se acomodó en mi pecho y sonrió.

-Supongo que no tengo de otra.

Nos arropamos con la manta y nos quedamos viendo la película con las luces apagadas, con más cortinas cerradas y con solo la luz del televisor.

-Ale, mañana me gustaría presentarte a Sandy.

-Está bien.

-Tengo el presentimiento de que seremos muy buenas amigas. -Dijo.

-Eso suena bien.

-Estoy segura de que te agradará y que nos llevaremos muy bien.

-Eso espero.

Dije y pocos minutos después, sentí como el cuerpo de Ellie se relajaba encima de mi y su respiración se convirtió en una lenta y tranquila, yo tampoco tarde mucho en quedarme dormido.

Y desde esa noche, sentí que mi vida iba a dar un cambio inesperado, un cambio que me afectaría y no de una buena manera. Esa noche tuve un mal presentimiento, como si mi mente me estuviese advirtiendo de algo que esta por pasar.

2. Malos padres

Llegué del trabajo después de las doce, Ellie seguía en casa. En los últimos días, había estado yendo y viniendo del teatro, mi Ellie protagonizaría una obra muy hermosa donde era ella la protagonista y la luz del escenario. Era una obra de Navidad que se hará en mediados de este mes.

Ellie estaba emocionada y nerviosa por

que se encontraba en sus últimas semanas de ensayo. A veces escuchaba su voz por las madrugadas que me despierta, escuchaba fuertes pisadas en la planta y cuando bajaba para ver de que se trataba, me la encontraba a ella con su guión en la mano y ensayando su expresión.

-Ellie, es de madrugada, vamos a dormir, cielo. -Le dije.

Pero Ellie era más terca que una mula y ella se aferraba a seguir practicando hasta después del cansancio. No tomó en cuenta de mis palabras, obviamente.

Yo estaba trabajando duro en las últimas semanas para terminar de pagar la compra del edificio donde montaría mi negocio y hoy lo hice, terminé de cubrir aquella deuda y Ellie y yo lo celebramos cenando sushi en un restaurante japonés muy famoso en la ciudad.

Me puse a pensar y visualizar la imagen de Ellie y yo, ambos estábamos solos, ni siquiera había llamado a algunos de mis amigos para celebrar lo que tanto había querido durante muchos años, con mi Ellie era más que suficiente, solamente la quería a ella, era ella con la que quería celebrar todos mis logros..., mi Ellie es la mejor, la chica más hermosa de todo mi universo y me complementa cada parte de mi ser. Pasábamos tanto tiempo juntos que no teníamos ni siquiera tema de conversación, pero había uno en específico con el que me insistía.

-Ale, tienes que conocer a Sandy, es la chica más hermosa y noble que conocerás en tu vida.

-La chicas más hermosa y noble ya la conozco y es mi novia.

Ellie se sonrojó y desvió la mirada al suelo.

-Me sonrojo cuando me dices ese tipo de cosas.

-Y te las seguiré diciendo. -Me acosté en el sofá y ella me siguió, dejó su guion encima de la mesita y luego me observó, sería.

-Tu madre llamó hace horas, después de que te fuiste a acostar.

-Vaya..., ¿y qué te dijo?

-Dice que quiere que asistas a la celebración de tu hermano, con todo eso de que ya obtuvo su licenciatura de médico pues...

-Ya sé. No iremos. -Respondí.

-Ale, pero es tu hermano.

-Un hermano que siempre me ha Humillado, no vamos a asistir a esa reunión, si nos invitó fue para que yo viera como mis padres lo halagan y lo miman para restregármelo en la cara. Ellos a mí nunca me han querido, Ellie, soy un error de ellos.

-No digas eso.

Mi relación con mi hermano mayor no era muy estrecha, jamás, pero jamás de los jamases nos hemos llevado bien, su postura y su porte de doctor siempre lo usaba para reírse de mí. Christopher hacía muchas cosas malas en mi contra y mis padres nunca hacían nada, porque Christopher era el hijo favorito de ellos, por su cabello rubio con rizos lisos y largos, por sus ojos grandes verdes y su piel blanca como la leche, porque hacía ejercicio y tenía una novia supermodelo, el favoritismo de mis padres y fue unas de las razones por las cuales huí de casa a los diecisiete años de edad, Ellie vino a vivir conmigo al cumplir la mayoría de edad. Mis padres eran aliados de Christopher y siempre lo apoyaron en todo, le pagaron su carrera de medicina, y yo tuve que conseguir una beca, a él le dieron un coche nuevo, yo tuve que trabajar horas extras y largas para conseguir un coche de segunda mano..., eran muchas cosas que ahora solo recordarlas me dan exactamente igual. Si me hubiera gustado tener el cariño de mis padres, su dinero no me importaba, pero su amor y su comprensión es algo que tal vez añore para toda mi vida.

Tampoco tomaron muy bien mi relación con Ellie por varias razones, la primera y la principal era porque la familia de Ellie no estaba a la misma postura económica y mucho menos en la clase social. Ellie sabe y conoce mi historia de al derecho y al revés. Yo no odio a Christopher y aunque quisiera no puedo y todos me llaman ingenuo para hacerlo, hasta el propio Christopher.

Era viernes y recibí otra llamada pero esta vez era de Christopher, me llamó directamente de mi celular y yo le respondí.

-Hola. -Saludé.

-¡Hola, duende!

Así me llama desde que tengo memoria, me puso ese apodo porque según él yo parezco un duende con mi estatura de 1.78, y él que mide casi dos metros.

-Te llamo para que no se te olvide de que tienes que asistir a mi fiesta a de celebración, ahora tienes un hermano oficialmente medico y quiero que le celebres, así que, trae tu trasero aquí el domingo. -Su voz sonó emocionada y podía jurar que tenía una sonrisa en su cara.

-Lo pensaré.

No iba a pensar nada porque yo ya estaba decidido a que no iría a ninguna parte donde estuviera mis padres. Entonces, el sábado por la noche volvió a llamar y dejó un mensaje que leí pero no respondí. Ellie me observaba desde el otro lado de la cocina y me veía con expresión preocupada.

-Lo hace solamente para molestarme. -Dije.

Ellie tomó asiento a mi lado y me abrazó por el hombro.

-¿De veras no quieres ir? ¿Ni siquiera para celebrar ese logro tan grande de tu hermano? Vamos, Ale, yo se que tú lo quieres.

-Es cierto, de Christopher puedo soportar muchas cosas pero no las comentarios de mis padres y tampoco voy a tolerar que se metan contigo.

Así como yo era un insecto para la familia de mi novia, ella era también un insecto que tenía que ser aplastado por mis padres.

-Ya sabes que no importa lo que tu familia piense de mi, ya me he acostumbrado a que me vean como basura pero por yo sí pienso que tu hermano te quiere.

A veces quieres ser como Ellie, ella era fuerte, no solamente físicamente, sino que también tenía mucha fuerza en cuanto a resistir bajones sentimentales algo de lo que yo no he trabajado, la mayor parte del día me sentía así, me pasa casi siempre cuando estoy solo, o cuando no tengo a Ellie a mi lado. La sensación de estar Solo era abrumadora y a la vez torturadora para mí y ese era mi peor miedo, estar solo.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play