HOLA!!!! ¿CÓMO LES VA? LES AGRADEZCO POR ESTAR CONMIGO EN ÉSTA HISTORIA, ESPERO QUE LES GUSTE Y PUEDAN DARLE UNA OPORTUNIDAD. EN BREVE TAMBIÉN COMENZARÁ "CAPPI: TE ELIJO A TI" EN NADA ACABARÁ NO SOY TU FAN Y YA CON MÁS TIEMPO PODRÉ HACER AMBAS ASÍ LAS MANTENGO ENTRETENIDAS. LAS QUIERO 🥰🥰🥰🥰.

SI NO ERES UN LECTOR MÍO QUIERO ACLARAR QUE ACTUALIZARE A DIARIO CUANTO MAS PUEDA PARA QUE NO PIERDAN EL HILO DE LA HISTORIA.

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...LÍA BLOSSOM...

Nací en una familia influyente, una empresa muy prospera nos dió gran solvencia económica con el paso del tiempo y aunque hubo crisis financieras en el país ni eso pudo con nosotros. Mi padre un genio en finanzas, un trabajador dedicado y querido por sus trabajadores. Mi madre su secretaria, eran inseparables juntos.

Mi amada madre, Violet. Una mujer sana y fuerte, hermosa por dentro y por fuera. Se casó super enamorada de mi padre y jamás ese brillo desapareció de su mirada. Todos criticaban que trabajara como secretaria de papá, decían que tal vez por no pagar un sueldo más, por celos de que nadie se le acercara o por una crisis matrimonial pero ninguno tenía razón. Por amor y por permanecer a su lado prefería trabajar con él en vez de salir de compras como sus amigas.

Cuánto anhelé un amor tan perfecto, fuerte y hermoso mientras crecía. En mi ingenuidad producto de mi inocencia no creí que existiera tanta maldad. Tal vez siempre ví perfección, quizás al ser única hija me resguardaron mucho del peligro o también puede ser que caí en una trampa que nadie pudo vislumbrar, ni mis experimentados y sabios padres.

Hoy tengo 27 años y no me reconozco a mi misma. Mi rostro sigue conservando su juventud y los lindos rasgos heredados de mis padres pero ya no tengo vida.

Fui privada de mi libertad luego de haberlo perdido todo. ¿De que me serviría ser libre si ya no tengo nada? Pero la fecha de mi liberación se acerca y mi deseo de venganza no hace más que crecer cada día que me consumo entre éstas cuatro paredes.

Soy Lía Blossom y ésta es la historia de como me trasformaron de inocente a culpable ante la sociedad. Pasé de la riqueza a estar en una prisión común, ni siquiera una con comodidades como tienen algunas personas con dinero. Entré aquí con veintidós años creyendo que todo era un malentendido y que en menos de una semana estaría en casa junto a mi amado esposo que venía constantemente a visitarme.

Perdí a mis padres en diferentes circunstancias y solo me quedaba él pero después de los primeros meses recibí los papeles de divorcio y después la confirmación de que ya era un hombre libre porque yo aunque divorciada estaba tras las rejas.

En la vida hay ángeles y demonios que se cruzan en nuestro camino para enseñarnos diferentes lecciones. La mía fue despojada de ángeles y dirigida por la maldad más pura.

Aprendí a no confiar en la gente y olvidé la primer lección que me enseñó mi madre "Jamás guardes odio por nadie en tu corazón, **ese** sentimiento es horrible para todos, en especial para ti mi preciosa Lía". Creí que jamás podría odiar pero lo único que me mantuvo en pie estos años fue mi deseo de venganza.

Cuando me casé creí que lo haría para toda la vida, en las buenas y en las malas hasta que la muerte nos separara pero unos barrotes hicieron que él olvidara su promesa... No solo eso sucedió sino que también me dejó a mi suerte completamente desamparada después de haberle dado el control temporal de la empresa.

Ahora solo tendré que buscar un aliado para salir de ésto. El amor nunca más gobernará mí vida pero tendré la satisfacción que tanto necesito cuando pueda limpiar mí nombre y aclarar todo lo que nos pasó a mis padres y a mí porque no creo en nada de lo que me dijeron de ellos.

Pero antes deberían conocer toda mí historia y luego juntos veremos en qué se convierte mí vida cuando sea una mujer libre. ¿Me acompañarán o también me dejarán sola como todos hasta el momento?

...LÍA BLOSSOM...

Nacer en una familia acomodada económicamente tiene sus beneficios. Tenemos una buena vida, lujos y comodidades además de gente a nuestra disposición para atender a cada una de nuestras necesidades. Claro que me crió mí nana Mercedes porque mamá y papá trabajaban demasiado.

Mí nana es una mujer que no pudo tener hijos debido a un cáncer en su juventud así que podría decirse que me adoptó como la hija que no tuvo. Siempre fue dulce conmigo y me trató maravillosamente.

Mamá por ser la secretaria de papá siempre que había un viaje de negocios lo acompañaba así que yo no me quedaba sola en éste lugar tan grande. Tenía con quién mirar películas, bromear, quien me enseñara a maquillarme correctamente y quién me acompañara a ir de compras cuando necesitaba algo; además de alguien que me ayudaba en mis tareas escolares.

Recuerdo mí vida, tan fácil, tan despreocupada, lo hermoso de ser apenas una niña aún sin las hormonas alborotadas.

Asistí a una preparatoria de prestigio, una que cuesta mucho dinero al mes que con gusto mis padres pagaban junto a una buena suma como donativo a la institución cada año. Ciertamente mis profesores me amaban así como el director pero no solo por el dinero de mí familia aunque eso seguro influía positivamente ya que en el mundo la mayoría de las personas buscaban un buen estatus, al menos en el círculo donde nací.

Era aplicada, buena estudiante, tranquila. Aún en clases altas sociales existen los típicos dramas adolescentes dónde están los populares con aspecto de chicos malos así como también los que parecen modelos de revista y donde estudiaba no era la excepción.

Lo admito, me gustaban los chicos con aire de chico malo, me resultaban atractivos a mis catorce años, incluso a los quince.

Hice amistades que creí sinceras pero solo eso se descubre cuando pasan las verdaderas desgracias, de un gran círculo de amigos solo contados con los dedos de una mano son incondicionales pero era una lección que aprendería de la peor manera al crecer.

Mí vida no fue más que un cuento de hadas con padres perfectos, una nana maravillosa, amigos increíbles, estudiante ejemplar en un lugar perfecto. No conocía el bullyng ni ningún tipo de agresión por el momento y vivía ajena a todo tipo de peligros. Tenía alguien encargado de mí seguridad que era un hombre increíble que me acompañaba a todos lados las veinticuatro horas, ¿Que más podría pedirle a la vida? A mí corta edad nada porque lo tenía todo.

Alguien con el tiempo se acercó a mí y se convirtió en alguien muy cercano. Fue mí amigo y confidente para después comenzar a entrar en mí inocente e ingenuo corazón. A mis ojos era lindo aunque no todos creían lo mismo.

Mí nana lo miraba con cierta desconfianza pero me protegía tanto que era más que obvio que evaluara a cada persona cercana a mí por mí seguridad.

Él tenía un look de chico malo que contrastaba con una encantadora personalidad. Lucia agresivo pero era tranquilo. Vestía a la moda y muchos conocidos también se veían así por lo que no era tan llamativo entre las personas de nuestra edad al menos.

Una vez me mandó una foto donde debía acompañar a sus padres a una cena donde usaba un lindo traje que lo hacía ver aún más apuesto, ahí fue que fui consciente de que lo comencé a ver con otros ojos, con un cariño más especial.

Si tan solo volviera el tiempo atrás iría a una escuela pública y me alejaría de todos.

...LÍA BLOSSOM...

Cuando acepté mis sentimientos por Edward Sallow todo fue más sencillo y comprendí por qué me volvía torpe y nerviosa en su presencia. El sonrojo de mis mejillas, el sudor de mis manos, todo cobró sentido.

No fue un secreto para ninguna de mis amigas cuando les conté que me gustaba mucho él así que solo dijeron entre risas "Al Fin" y lo dejaron ser.

Yo vestía bien, siempre impecable y mí nana hermosa hasta se encargaba de mí manicura como toda una profesional y es que prefería estar con ella antes que rodeada de extraños en un salón de belleza. También era algo tímida, cuestión que nada me ayudaba cuando debía lucir estupenda.

Edward era hijo de una pareja de médicos muy respetados en nuestra ciudad por lo cual era comprensible que tuviera también dinero y un futuro que parecía brillante.

Con el tiempo nos hicimos aún más cercanos, casi inseparables de modo que pasábamos días juntos. A él le gustaban los deportes mientras que yo no era muy buena en ello pero no importaba si eso significara pasar tiempo de calidad a su lado.

Teníamos una cancha de tenis y aveces jugábamos aunque yo apenas si tocaba la pelota. Mí nana nos llevaba limonada al jardín y algunos aperitivos para seguir disfrutando al aire libre en lo que podía ser un paraíso pero era mí hogar.

Todo iba con mucha calma y yo era incapaz de confesar mis sentimientos, estaba bien como su amiga o eso creía hasta que él comenzó una relación que no duró demasiado con una chica hermosa de nombre Solange. Allí fue cuando sentí la envidia por primera vez, la inseguridad y los celos.

Solange tenía pelo castaño claro con pequeñas tonalidades rubias naturales. Un cuerpo precioso y vestía a la moda pero a diferencia de mí ella no era nada tímida ni dejaba demasiado a la imaginación, razón suficiente para tener docenas de chicos detrás suyo. Sentía envidia y celos, quería ocupar su lugar y saber que se sentía ser besada por esos labios, ser abrazada por esos brazos que rodeaban su pequeña cintura en cada receso.

Ya Edward no tenía mucho tiempo para mí y eso me dolía aún más que verlo con Solange quien no era muy agradable al saber que él tenía muchas chicas esperando una oportunidad. Las visitas a casa cada vez fueron más espaciadas hasta que simplemente dejó de venir.

Sentí alegria cuando esa relación terminó poco después aunque me sentí mal por desear el mal a alguien. Él había vuelto a ser mí gran amigo, el dueño de mí corazón que tal vez algún día me correspondiera.

Me dió el primer abrazo cuando volvió a casa a pedirme disculpas por abandonarme tanto tiempo y sentí que podría derretirme en sus brazos. Lo abracé con tanto amor que si durabamos un poco más juntos podría haber hasta llorado de la emoción.

Las visitas de Edward se hicieron constantes como antes de que apareciera Solange quien ya era historia en su vida. Los abrazos eran cada vez más seguidos por alguna razón, incluso estaba mejorando en tenis para que nuestros juegos fueran mejores.

Por amor las personas cambiaban, el amor no era egoísta, lo supe por mis padres siempre. Yo podría haber lo que fuera con tal de hacer feliz a Edward pero más tarde vería que nada de eso sería suficiente.

Gracias al tenis nos acercamos aún más porque cuando caí y raspé mí rodilla él me curó y pude sentir por primera vez que me miraba de un modo más intenso. Vi que le prestó atención a mis piernas y sentí una sutil caricia suya.

Me moví nerviosa sin saber cómo reaccionar y él me dió su brazo para ir a sentarme porque cojeaba un poco por el dolor al no poder flexionar bien mí pierna.

-Por unos días veremos películas bonita- tocó mí nariz y yo me sonroje cuando me dijo la primer palabra linda

"Si estoy soñando que nadie me despierte" recuerdo haber pensado. De volver el tiempo atrás lo correría de mí casa, de mí vida, le cerraría las puertas de mí corazón y lo empujaba a los brazos de Solange o de cualquier otra pero aún era muy estúpida.