Narradora:
La vida no estaba siendo fácil para ella, nadie jamás desearía terminar en la calle por culpa de una caprichosa hermana, una que siempre ha conspirado en su contra.
Luego de recoger todas las pertenencias que su padre le tiró a la calle, levanta la cabeza observando una vez más aquel que una vez fue su hogar.
"Mamá, papá, ustedes creyeron sus mentiras."
(Unas horas antes.. )
El escandaloso grito de Gisel, llegó casi a oídos de los vecinos, de aquellos que siempre estuvieron allí para burlarse de la "Patética familia Lemos."
Pese a los "Baja la voz" de su padre, la mujer seguía empecinada en decir a gritos lo que quería.
- ¡Es una vil zorra! - gritó una vez más mientras señalaba a su hermana. - ¡Y ustedes allí, siguen creyendo que pasó la noche en casa de su mejor amiga!
- ¿Que pruebas tienes para acusarme de esa manera? - Preguntó Yulia, viendo con seriedad a su histérica hermana.
- ¡ Mamá, Papá! ¡Tienen que creerme! - Añadió ésta mientras seguía acusando a su hermana. - Ella se ha revolcado con tantos hombres que hasta puedo asegurar, no sabe ni de quien es ese bebé. - ("Paf") una fuerte bofetada se oyó, dejando estupefactos a los padres de las jóvenes, quienes no podían creer que la tranquila y linda Yulia, haya abofeteado a su hermana.
- En primera, tú a mi me respetas, por que no voy a consentir que estés frente a mi llamándome zorra, en segunda, para hacer acusaciones se necesitan pruebas y tú no has mostrado nada, tercero y último.. ¿Quieres que pague yo por algo que tu has hecho? - Dijo ésta viendo con seriedad a su hermana menor, quien vino frente a sus padres acusando a su hermana de haber conspirado contra ella, y así mismo, agregando que ésta tambien estaba pasando por lo mismo.
-¡Yulia! - La Reprendió su padre. - No vuelvas a levantarle la mano a tu hermana, no consentiré eso frente a mi.
- ¿Entonces debo de ser la sumisa que se deja humillar? - preguntó ésta, más su padre no supo que decir. - Me acusó de su revolcada con aquel sujeto que la embarazó y luego la despachó cuando le dijo que estaba embarazada, luego añadió a que la he forzado a abortar cuando fue ella quien tomó la decisión para que su prometido no la dejara y ahora.. Viene aquí insinuando que yo estoy embarazada y no se quien es el padre del "supuesto bebé" , cosa que tampoco es verdad. - agregó la Joven viendo con seriedad a sus padres. - ¿Que espera de mi? ¿Que siga quedandome callada cuando me acusa injustamente?
- Todo se puede resolver con un estudio de sangre. - Habló la madre de ambas.
- No tengo problemas con hacerlo, pero si tengo Razón, ella deberá de arrodillarse y pedir disculpas. - propuso Yulia viendo a su hermana asentir con una sonrisa.
- De acuerdo, pero será con un médico conocido. - respondió ésta con una sonrisa. - Por que bien podrías falsificar el resultado. - añadió viendo a su hermana rodar sus ojos. "se acerca a su hermana" - Te atreviste a contarle de esto a mi prometido, entonces yo te Destruiré. - susurró viendo a su hermana verla con seriedad.
(....)
El Médico contratado por Gisel, llegó con los resultados dejando pasmados a los padres de las jóvenes y muy confundida a Yulia.
"¿Positivo? No, no no no, éste resultado realmente estaba mal. ¿Como podría ella estar embarazada si aún era virgen? Eso es imposible, tiene que ser un truco de Gisel."
- ¡ Tú! - Habló con molestia la joven mientras señalaba a dicho "Médico" - ¡Falsificaste los resultados! ¿¡No es Así!?
- ¿¡Como te atreves a calumniar a nuestro médico de confianza!? - intervino Gisel empujando a su hermana mayor, quien aún seguía absorta en sus pensamientos. - ¡Estás embarazada y aún así lo niegas! - agregó volteandose a ver a sus padres. - Mamá, papá, nuestra familia quedará en vergüenza por culpa de mi hermana. - habló, mientras que sus padres veían con seriedad a su hija mayor. - Pese a todo, yo estaba comprometida cuando supe de mi embarazo pero ella.. ¿Quien diablos sabe de quien es ese bastardo que lleva en su vientre? - agregó, oyendo a su padre gritar de enojo y a su madre llorar ante el momento.
Era cierto, no podían permitir quedar en vergüenza, no podían dejar que todos supieran sobre el embarazo de su hija mayor.
Pese a que muchas veces le pidieron que se casara para poder manejar su empresa, ésta rechazó su sugerencia diciendo que podría hacerlo sin un hombre.
¿Y ahora qué? ¿ Dejarían que su familia fuera señalada? ¿Dejarían que todos hablaran sobre la mala educación que les dieron a sus hijas? No, ellos no permitirían que eso pasara.
(...)
- Ni siquiera intentes buscarnos en el futuro, tú ya no perteneces a ésta familia. - Dijo con seriedad el hombre, mientras veía a su desdichada hija llorar mientras levantaba poco a poco sus pertenencias.
- Papá, estas equivocandote, jamás te defraudaría de ninguna manera. - Dijo entre sollozos la joven. - Te juro que jamás he hecho semejante cosa y..
- ¡Ya no lo sigas negando! ¡Tengo en mi mano los resultados y..! - hizo silencio al ver a sus vecinos fuera de sus casas viendo la escena que estaba frente a ellos. - ¡No vuelvas aquí! ¡Ya no eres bienvenida!
Dicho eso, cerró la puerta de su casa dejando a su desamparada hija en la calle, sin importarle ni un poco como terminara.
Luego de que cesara su llanto, decidió llamar a su única y mejor amiga, aquella que no la dejaría sola en un momento como éste.
Y la desilusión llegó una vez más, pues su "mejor amiga" solo atendió la llamada para dejarle claro que no quería saber más de ella, que luego de lo que le hizo a su hermana.. ya no era alguien de fiar para ella.
¿Y ahora que haría? ¿A donde se supone que iría?
......
(Años después..)
- Está acusado de robar una joya valiosa, la cual pertenece a la familia Sumer. ¿Como se declara el acusado?
- Inocente, su señoría. - Respondió la joven abogada, quien representaba a el supuesto "Ladrón" quien ha sido el jardinero de dicha familia durante 10 años. - Mi cliente no fue quien sustrajo dicho objeto.
- ¿Tiene pruebas que ameriten la inocencia de su cliente, abogada? - Preguntó el juez viendo a la joven.
- Su señoría, hay un testigo fundamental en el caso y creo que ante un juramento, no puede dar falso testimonio. - Respondió ésta viendo sonreír al juez.
- Pasemos entonces a el testigo.
- La corte llama a testificar a la joven Luna Sumer. - Dijo la abogada dejando sorprendida a toda la audiencia, incluida a la familia de la joven.
- Señorita Sumer, suba al estrado por favor. - pidió el juez.
Mientras ésta caminaba con preocupación al estrado, todos los presentes susurraban sobre lo confundida que se volvió la situación.
¿Por que un miembro de los Sumer era pedido por la abogada del acusado?
¿Acaso había un error?
- Señorita Sumer, ¿Jura decir la verdad y nada más que la verdad? - preguntó el juez oyendo el su suspiro de la joven.
- Lo juro. - respondió ésta.
- Abogada, puede proseguir. - dijo el juez por lo que la joven se pone de pié observando por un momento a la interrogada, quien baja su mirada.
- ¿Sabe usted que luego de dar el juramento no puede mentir? - preguntó viendo asentir a la joven. - ¿Sabe también que si se descubre que lo que dice son mentiras, tendrá que ir a prisión? - volvió a preguntar siendo interrumpida por el abogado de las víctimas.
- ¡ Objeción su señoría! Está intimidando a la testigo. - protestó el abogado.
- Denegada. La abogada solo Está informando a la testigo sobre los cargos que la corte promueve, no hay nada de malo en ello. - Respondió el juez, volviendo su mirada a la abogada del acusado. - Prosiga abogada.
- Gracias su señoría. - Dijo esta volteando su mirada a la testigo. - Señorita Sumer, ¿Estaba usted en..?
- ¡Fue mi madre! ¡Todo fue idea suya! - Habló la joven interrumpiendo a la abogada, quien sonríe sabiendo que su plan funcionó, solo bastaba con aplicar miedo para que dijera todo. - Ella sabía de mi romance con el hijo del jardinero, como así también sabía que me había dejado para irse a estudiar al extranjero. - Suspira. - Estaba muy deprimida después de la ruptura y mi madre, ella dijo que se vengaría por mi. - Vuelve su mirada a el acusado. - Señor Erick, lamento mucho hacerlo pasar por esto, creame que yo jamás lo haría pasar por algo así, solo..
- ¡Cierra la maldita boca, desgraciada! - Gritó la madre de la joven siendo reprendida por el juez, quien severamente le pidió que hiciera silencio.
- Yo.. No quería que esto llegara a éste punto, pero mi madre juró tomar venganza y por ello colocó dicha joya entre las pertenencias del señor Erick y..
- ¡Mocosa mal agradecida! - gritó nuevamente la mujer. - ¡Hice todo eso por ti! ¿¡Como puedes hacerme esto!?
El lugar se volvió un caos, uno en el cual la joven abogada podía sonreír con satisfacción. Pese a que sea un mal momento para la familia Sumer, se sentía feliz al saber que pudo salvar a su cliente de pagar por algo que no hizo.
(...)
Unas horas después, la mujer de la familia Sumer fue detenida por acusar injustamente a un inocente y hacerle pasar por un duro procedimiento.
- Abogada, estoy muy agradecido con usted. - Dijo señor Erick, tomando las manos de la mujer. - Prometo que Juntaré el dinero lo antes posible para pagar sus servicios.
- No se preocupe señor Erick, tómelo como un regalo de mi parte y una compensación por todo lo que ha pasado estos días en prisión. - respondió ésta tomando las manos del hombre. - Es un placer para mi darle la ayuda que yo no he tenido cuando la necesité, sientase libre de deudas.
- ¡Muchas, muchas gracias! - respondió éste dejando un beso en la mano de la mujer, quien sonríe con satisfacción.
- Se-Señor Erick. - Habló la joven Luna viendo a el hombre voltear a verla. - ¿ Podría hablar un momento con usted? - Preguntó, viendo a el hombre voltear su mirada a la abogada quien asiente aprobando.
- Está bien. - respondió este para volver su mirada a la abogada. - La recordaré siempre abogada, jamás olvidaré lo que hizo por mi. - dicho esto, hizo una pequeña reverencia para luego marcharse de allí junto a la joven.
Suspirando, la joven abogada camina a la puerta con satisfacción mientras su mente viajaba a aquel día, aquel en el cual no le quedaba nada, aquel en el cual fue tirada a la calle como si fuera un pedazo de basura y en el cual, tuvo la suerte de conocer a ese buen muchacho, a ese que pasó de ser un desconocido a el mejor de los mejores amigos.
- ¡Mi amor! - Oyó decir una vez puso sus pies fuera de la corte y sonrió al ver a su apuesto prometido, quien la esperaba junto a su carro con un hermoso ramo de rosas.
- ¡Cariño! - Dijo ésta feliz, dirigiendo sus pasos hasta él. - Que hermosa sorpresa.
- Sabía que saldrías victoriosa y por ello he salido antes del trabajo, para invitarte a almorzar. - Respondió este tomando de la cintura a la mujer. - Felicidades.
- Gracias Steven. - contestó ella con una sonrisa, para luego besar dulcemente los labios del hombre.
- Vamos, ya he reservado una mesa en uno de los mejores restaurantes. - Añadió éste tomando la mano de la mujer, para luego invitarla a subir. - Por cierto, mi hermosa Yulia, estás mucho más bella.
- Jaja, dejate de tonterías y vámonos ya. - Respondió esta viendo sonreír a su prometido, quien luego de asentir, rodea el carro subiéndose como conductor. - ¿ Sabés? Me siento la mujer más dichosa del mundo. - comentó viendo a este volteando a verla cortamente.
- ¿Por qué dices eso? - preguntó con curiosidad.
- Por que de entre todas las mujeres que puedan existir, solo yo tengo la suerte de tenerte. - Respondió sin notar la cara de amargura que éste puso. - Eres un hombre detallista, amoroso y fiel, el hombre con el cual toda mujer sueña casarse. - finalizó apoyando su cabeza en el hombro de éste, quien sonríe amargamente.
- Solo tú me mereces. - respondió Steven sabiendo que ni él se creía esas palabras, sabiendo que era la mayor escoria que alguien podría encontrar. ("Por desgracia, la que no lo sabía era Yulia.")
("No existe un número de palabras para describir a un infiel, ni siquiera son merecedores de un insulto, por lo tanto, si ya no hay amor, no sigas diciendo Te amo.")- Daianatay.
Narradora:
"Desdé lo más bajo ha salido, desdé cada caída se ha levantado y al final, la vida lo apremió."
Al finalizar su último año de administración, Maximiliano Starling fue interceptado por un desconocido, uno del cual no sabía absolutamente nada desde que era un bebé.
Éste le pidió a el joven que lo acompañara, pues quería mostrarle algo que lo beneficiaría a lo largo de su vida, dandole un futuro del cual, no tendría que depender de nadie.
- Señor, no comprendo aún el por que se ensaña conmigo. - Dijo el joven viendo a el anciano frente a él. - Anteriormente le dije que no estaba interesado pero aún así, sigue insistiendo.
- Maximiliano, solo necesito que vengas conmigo, prometo que no voy a ponerte en peligro ni mucho menos te daré problemas. - Respondió el anciano, viendo a el joven quien seguía negándose. - Creeme que solo quiero lo mejor para ti y tu madre.
- ¿Mi madre? - preguntó éste frunciendo su ceño. - ¿Como sabe que solo tengo a mi madre? ¿Qué pretende con ella?
- No no, estás malinterpretandome. - dijo el anciano, para luego suspirar. - Yo.. Yo soy tu abuelo, el padre de tu padre. - Añadió viendo la sorpresa en el rostro de el joven.
"¿El padre de su padre? ¿Como podía ser esto posible? El hombre frente a él andaba en un mercedes último modelo, lo cual le indicaba que era alguien adinerado. Y si así era.. ¿Porqué es que su padre jamás le habló sobre eso? ¿Porqué jamás mencionó algo de tener una familia adinerada? ¿Acaso él jamás conoció a el hombre que tenía enfrente? "
Una a una las preguntas pasaron por su cabeza, pero solo tenía una forma de obtener respuestas y eso era subiendo a ese lujoso carro.
Luego de meditarlo un poco, asintió a el anciano quien amablemente le abre la puerta de el carro para que éste subiera.
Todo era confuso, pero creía que su "abuelo" podría resolver todas las dudas que tenía.
- Hace muchos años atrás, tu padre fue expulsado de casa. - contó el anciano con tristeza. - Cuando mi padre aún vivía. - Añadió dando un largo suspiro. - Tu abuela y yo nos opusimos totalmente a la idea de perder a nuestro hijo, pero él tampoco quiso entrar en razón. - Voltea su mirada a la ventana. - Tenía 28 años cuando mi padre le pidió que abandonara su vida de fiestas y se tomara el asunto de adulto enserio, pero tu padre no quiso ceder a ello. - lo ve. - Él dijo que jamás se casaría ni mucho menos obedeceria a lo que él le pedía así que.. Mi padre decidió expulsarlo de casa.
- Era arrogante. - Comentó Maximiliano, viendo asentir a su abuelo con una sonrisa.
- Pese a todo, he ido a buscarlo innumerables veces, pidiéndole que recapacite he hiciera la voluntad de mi padre pero.. Él volvió a negarse, dijo que sería quien tomara las riendas de su propia vida así tenga que arrastrarse en la pobreza. - contó, bajando su mirada. - Respeté su decisión y me ofrecí a ayudarlo pero él me echó. Años más tarde supe que estaba casado y que tenía un hermoso hijo, al cual me negó conocer cuando se lo pedí. - agregó tomando la mano de su nieto. - Y 20 años después supe de su muerte, una que provocó la muerte de tu abuela. - vuelve a verlo. - Pese a mi tristeza, me propuse encontrarte a ti y a tu madre para ofrecerles lo que él se negó a darles, un hogar estable y sin necesidad de pasar por hambre.
- ¿ Porqué no me buscó cuando cumplí mi mayoría de edad? - preguntó éste con tristeza, pues le dolía saber que su padre siempre tuvo la oportunidad de darles algo mejor y.. Solo lo rechazó.
- Por que cuando traté de buscarte en el colegio al cual asistías, tu padre me vio y amenazó con sacarlos del país si volvía a acercarme. - Respondió, dando palmaditas en la mano de su nieto. - Pensé que con el tiempo recapacitaría y vendría a buscarme pero no, no lo hizo. Asumo que tenía que ver con el rencor que le guardó a su abuelo por mucho tiempo pero.. Ya quedo en el pasado, ahora estás aquí y puedo asegurar a que tomaras la mejor decisión para ti y tu madre.
- Abuelo, al igual que mi padre no pretendo dejar que manejen mi vida. - respondió, luego de un largo silencio. - Viví durante estos años por mi propia cuenta sin depender de nadie, tomé decisiones buenas como malas pero aprendí de ello. - suspira. - Con mis 24 años he conseguido un buen titulo y por ello no dejaré que tomes decisiones por mi.
- No no, no es eso lo que quiero. - Respondió éste sonriendo a su nieto. - Como verás, estoy muy viejo para seguir manejando las empresas familiares y fuera de mi, no hay nadie más de la familia con quien pueda contar para que maneje el negocio familiar. - añadió. - Mi único hermano murió muy joven y no hay nadie por parte de él. Tú y tu madre son mi única familia ahora y.. Teniéndolos a ustedes, sé que no me sentiré solo.
- Abuelo, mi única condición para aceptar esto es que no trates de buscarme esposa, quiero ser quien encuentre a la indicada en su momento. - Respondió Max viendo asentir a su amigable abuelo.
(...)
Años después..
Mientras éste caminaba en dirección a la sala de juntas, su secretario le pasaba información sobre los últimos acontecimientos en su ausencia y éste se enfurecía más.
"¿¡Una perdida en tan solo 1 mes!? ¡Eso era imperdonable! ¡ Él haría pagar a el responsable por ello!"
Con el enojo aumentando cada vez más en él, ingresó a la sala de juntas donde la mayoría de los empleados se encontraban, atentos y temerosos esperando por lo que su jefe les dirá.
- Mi abuelo me a confiado estás empresas cuando aún era muy joven. - contó mientras veía uno a uno. - He formado mi propio equipo de trabajo, he visto por los que más necesitaban y les he enseñado a los que no sabían absolutamente nada. - agregó con enojo. - ¿¡ Así es como me agradecen!? ¿¡Tomándose de mi confianza para destruir poco a poco lo que he Conseguido!?
- Jefe, yo puedo..
- ¡No, no puedes! - interrumpió éste a la joven para luego suspirar fuertemente. - No ha sido una perdida enorme, pero espero que esto les sirva como lección para la próxima, quiero a el responsable en mi oficina hoy mismo, de lo contrario descontaré de sus sueldos la perdida durante un año. - finalizó, para luego tomar la carpeta que su asistente le entregó y salir de allí dejando a todos muy preocupados.
Éste sería el primer trabajo en equipo que realizarían con mayor esfuerzo, buscarían entre todos a el responsable de dicha perdida.
(...)
Caída la tarde, Maximiliano seguía entretenido en los nuevos negocios asociados a la empresa para la que su futura esposa trabaja.
No tenía mucho que ver con ellos ya que ésta estaba en la industria de la moda, mientras que su empresa se dedicaba a la representación de los mejores hoteles en más de 200 ciudades.
Mientras él enviaba dicho proyecto, su prometida entraba muy despacito tomándolo por sorpresa.
- Hola Max. - dijo la mujer suavemente en su oído, arrancando una sonrisa de su rostro. - ¿Me has extrañado?
- Y mucho. - Respondió éste tomando las manos de la mujer, las cuales se encontraban en sus hombros. - Por fin has regresado. - Añadió girándose en su silla, para luego tomarla de la cintura y sentarla sobre sus piernas.
- También ansiaba con regresar y poder verte. - respondió ésta, dejando un corto beso en los labios de su prometido. - Sería bueno tener una linda cena esta noche, ya sabes, para celebrar mi regreso.
- Y nuestra pronta boda. - respondió Maximiliano con una sonrisa, viendo a su prometida borrar poco a poco la suya.
- Max, ya hablamos de ello.
- ¿Qué? - preguntó él. - Aceptaste casarte conmigo hace más de 7 meses, creo que ya va siendo hora de casarnos y formar nuestra hermosa familia. - añadió él, oyendo a la mujer suspirar mientras se ponía de pié. - Gloria, ¿Porqué evades el tema?
- Sabes que aún somos jóvenes, tenemos tiempo para casarnos y formar una familia. - respondió ella, viendo a Maximiliano desviar su mirada de ella a otro lugar.
- ¿Pero..?
- Pero aún no me siento lista para casarnos, me aterra el hecho de quedar embarazada en nuestra luna de miel y..
- Hay formas de cuidarse. - La interrumpió él.
- Sabes que será mi primera vez y no quiero tener que disfrutar de el placer mientras tu te cuidas como si fuera una enferma. - respondió ésta. - Y tampoco quiero hijos aún, estoy en lo mejor de mi carrera y tener un hijo sería abandonar todo por lo que eh luchado.
- Le eh prometido a mi madre que nos casaríamos antes de fin de año. - Añadió él, viendo a la mujer fruncir su ceño.
- Sin consultarlo conmigo antes. - respondió ella con molestia.- Eres tú quien se adelantó a todo y quien le dio esperanzas a su familia antes de conversarlo conmigo.
- Sabes que estuve esperando por nuestra boda durante mucho tiempo. - comentó él, mientras se ponía de pié y caminaba a la ventana. - He ansiado cada día con ese momento, con poder besarte, abrazarte y mimarte luego de una linda noche en la cual quedemos rendidos luego de hacer el amor.
-¿Vez? Tú solo piensas en eso, en cambió para mi no es tan necesario.
- ¡Soy hombre! ¡Uno que te ha esperado durante 5 años! - respondió él, con enojo mientras la veía. - Si no quieres casarte ni estar conmigo, solo dímelo, pero no me hagas esperarte en vano.
- Creo que no estás de humor para celebrar mi regreso hoy. - contestó ella, tomando su bolsa para luego caminar a la puerta. - Jamás me entiendes.
Dicho esto, abandonó la oficina dejando a el hombre sentirse culpable por algo de lo cual tenía razón.
Suspirando pesadamente, toma su chaqueta y sale dispuesto a disculparse una vez más con ella y asumir la culpa, como siempre.
Una vez la alcanzó en el estacionamiento y se disculpo unas 10 veces, ella accedió a ir con él por una deliciosa cena.
- ¿Y a donde iremos? - preguntó la mujer mientras tecleaba sin parar en su móvil.
- Ya lo verás. - respondió él, con una sonrisa. - Es un lugar muy especial para mi y.. Conozco a los dueños del lugar desde hace años.
- Mm, como sea, solo espero que sea un lugar de acorde a tu compañía.- respondió ésta, dejando confundido a Maximiliano.
- ¿A que te refieres?
- Sabes que soy una persona a la que le gusta mucho los lugares llamativos y caros. - respondió ella, mientras comenzaba a retocar su maquillaje. - Nadie que sea de bajos recursos merece mi atención. - Agregó.
"¿Nadie que fuera de bajos recursos? Se preguntó Max así mismo. ¿ Él escuchó bien o solo estaba delirando?"
El comentario de la mujer lo molestó, pero pese a ello decidió dejar las discusiónes a un lado y cambiar de camino.
"Si ellos se hubieran conocido mucho antes, definitivamente no estarían juntos."
- ¿Sabes? Estuve pensando un poco en el asunto de nuestra boda. - comentó ella, llamando la atención de Max. - Creo que podríamos casarnos pronto, siempre y cuando pospongamos un poco el hecho de los hijos. - agregó viendo a su prometido sonreír.
- Está bien, por el momento me conformo con casarnos. - respondió él, con una enorme sonrisa mientras tomaba su mano. - ¿Cuando propones casarnos?
- ¿Que te parece en dos meses? - preguntó ella y fue suficiente para que Max estallara de felicidad.
- ¡Me parece perfecto! - Añadió, para luego tomar la mano de la mujer, besándola una y otra vez.
" Tonto. Tú desesperado por desposarme mientras que yo solo quiero asegurar tu fortuna para mi.- Dijo Gloria para si misma, mientras sonreía con falsedad."
(" A veces, el amor nos vuelve tan ciegos, que llegamos a el punto de disculparnos cuando somos la víctima.
Nunca pongas en prioridad a nadie, tú vales y debes demostrarlo.) - Daianatay.
Narradora:
Tener amigos en común, suele ser muy beneficioso, al menos lo era para Yulia y Max, quienes fueron citados en uno de los hoteles que la familia Starling tenía, por su buen amigo Ihan.
" A solo unos días de su boda, Max se encontraba ansioso, pues uno de sus sueños estaba por realizarse sin saber que solo unos días después, tenía que asistir a otra boda, a la cual fue invitado por Ihan."
Creía que quizás ésta reunión programada por dicho amigo, fue para dar una pequeña despedida a su soltería y aunque no deseara la compañía de otra mujer, definitivamente aprovecharía a disfrutar a su manera de esa noche.
- ¡Mi buen amigo! - dijo alegremente Max al ver a su amigo, quien tranquilamente bebía un trago.
- Max, Pensé que no venderías. - comentó éste con una sonrisa.
- No creo que hayas pensado en ello, de ser así no estarías aquí esperándome. - respondió éste, mientras se sentaba en el sofá frente a Ihan y ve a su amigo negar con una sonrisa.
- Lo cierto es que no eres mi único invitado ésta noche. - Contestó éste dejando sorprendido a su amigo. ("¿No era esta una invitación para despedir su soltería? ") - ¿Recuerdas que te hablé de mi mejor amiga?
- Si, la que va a casarse dentro de poco. - respondió éste viendo a su amigo hacer una mueca.
- Bueno, digamos que si. - contestó, para luego suspirar. - La cosa es que también la he invitado esta noche, quiero que ambos se conozcan.
- Jaja ¿Quieres presentarme a tu Mejor amiga? - preguntó Max entre risas.
- No con las intenciones que tú supones. - Habló nuevamente Ihan, viendo la sonrisa en el rostro de su amigo desvanecerse. ("¿Que pasaba? ¿Porque la repentina seriedad?")
- ¿Porqué es entonces? - preguntó Max nuevamente con curiosidad, pues ver a Ihan tomando la postura del amigo serio, no era algo que se viera todos los días.
- Se trata de..
- Ihan. - Una dulce voz se oyó llamando la atención de Max, quien volteó a ver encontrándose con una hermosa mujer frente a él.
" ¿Cuan normal era sentir atracción por alguien que no es tu futura esposa? -Se preguntó a si mismo. "
Nunca antes la había visto, por que de ser así.. Jamás la hubiera olvidado.
"¿De donde es que salió? ¿Acaso es una hermosa hada que viene a darle una señal para que no se casara?"
- Por fin estás aquí Yuli. - Respondió Ihan tiernamente, provocando que Max saliera de el pequeño trance al cual entró al ver a la mujer. - Dejame presentarte a mi buen amigo, Maximiliano Starling.
- Mucho gusto en conocerlo señor Starling.- Respondió Yulia, luego de ver por un momento al guapo hombre que tenía frente a ella.
- El gusto es mío señorita..
- Lemos, Yulia Lemos. - respondió ésta, viendo la sonrisa en el rostro de el guapo.
- ¿Lemos? - preguntó éste viendo asentir a la joven y hermosa mujer. - ¿ Porqué siento que ese apellido me suena de algún lado?
- Quizás y sea por que mi mejor amiga es una de las mejores abogadas en el país. - Respondió Ihan, dejando sorprendido a Max, quien vuelve su mirada a la mujer.
- Así que abogada. - afirmó Max, viendo asentir a la mujer. - Es una gran sorpresa, aunque aún sigo pensando que tu apellido me suena de otro lugar. - Añadió, para luego chasquear sus dedos y señalarla. - Ya sé. - Sonríe. - Un mes Atrás tuve un encuentro con Pedro Lemos. - agregó, provocando inconscientemente un escalofrío en el cuerpo de la mujer al mencionar dicho nombre. - ¿Pueden ser familiares? - preguntó viendo negar rápidamente a Yulia.
- Toda mi familia está muerta, así que no hay familiar alguno. - respondió ésta, viendo a el hombre abrir su boca con asombro para luego asentir. (" Aunque claro, fue Pedro Lemos quien le pidió que no mencionara que ella era su hija." )
- Lamento la pregunta entonces.
- Descuida, tampoco es que fuera algo importante. - respondió ésta con una sonrisa, atrayendo un poco mas la atención de Max ante tan hermosa sonrisa.
- Bueno, los cité aquí porque hay algo importante que quiero mostrarles. - interrumpió Ihan, provocando que los recién conocidos volteen a verse. - Y tiene mucho que ver con sus futuras bodas.
- ¿De que se trata? - preguntaron ambos al unísono, volteando a verse luego y sonreírse.
- Solo puedo alegar que una imagen vale más que mil palabras. - Respondió Ihan, dejando más curiosos a sus amigos.
Dejando la larga charla para después, pidió a sus amigos que lo siguiera hasta el ascensor, al cual luego de entrar, fueron guiados hasta el piso 20.
Aún con más curiosidad que antes, Maximiliano y Yulia caminaron en silencio detrás de Ihan, quien en su interior se sentía triste por sus dos amigos, a los cuales consideraba como hermanos.
- Quizás esto sea algo fuerte para ambos, pero les pido silencio. - comentó, dejando aún más perdidos a los dos. - Yo.. Estaré aquí para apoyarlos y ayudarlos a devolver el favor, pero tienen que tener la mente en blanco.
- Ya Ihan, nos estás desesperando.- Dijo Max, mientras que Yulia asentía a lo dicho.
- Ok, es el momento. - comentó éste luego de suspirar y abrir muy despacio la puerta que se encontraba frente a ellos.
"Ni siquiera fue necesario entrar para saber lo que pasaba allí dentro, mucho menos el descifrar de quienes se trataba, pues esas voces eran conocidas para los dos presentes. "
- Ahh, ésta es la mejor despedida que podría tener. - Dijo la mujer entre gemidos, mientras que su acompañante reía.
- Lo mejor de todo es que el cornudo de tu prometido ni siquiera sospecha de ti.
- ¿Como podría sospecharlo? Así se lo hiciera frente a sus ojos, el muy idiota siempre se sentirá culpable.- respondió la mujer, dejando que oyeran como ambos reían. - Somos una pareja perfecta.
- Si, aunque no podamos estar juntos completamente. - contestó éste, dando una fuerte nalgada a la mujer. - Ambos nos casaremos muy pronto y..
- Eso no significa que dejemos de vernos. - lo Interrumpió la mujer. - Aparte de todo, sabes que me caso para conseguir tener una vida mejor para ambos, pero ¿Y tú? ¿Que es lo que le puedes sacar a esa abogaducha?
- Linda, tú te casarás con ese bueno para nada y tendrás que acostarte con él lo quieras o no. - Respondió éste entre gemidos.- Obviamente lo hago para tener con quien acostarme diariamente. - Agregó y los oyeron a amabos gemir fuertemente, dejándoles lugar a la imaginacion para que supieran que habían alcanzado su punto. - Es la tonta niñita que quiere boda antes de sexo y pues.. Solo lo hago por ello.
- Eres patético. - Dijo la mujer dándole luego un empujón, algo que claramente vieron al asomarse por el pequeño orificio.
- Oh vamos, no me harás una escena de celos por ello. - Dijo éste entre risas. - Yo también tendría que estarlo entonces.
- Solo.. No quiero perderte, temo que una vez estés con ella ya no quieras verme más.
- No es así mi amor, sabes que te prefiero mil veces a ti.- respondió éste, consolando a la mujer. - Me gustan las mujeres como tú, con suficiente experiencia. Ella es solo una virgen que le pone precio a su...
- ¡JAJAJAJAJA! La muy estúpida está vendiéndose a tan bajo precio. - lo interrumpió la mujer, riendo junto con aquel sujeto.
Mientras estos seguían hablando de sus prometidos, Ihan apretaba sus manos con enojo para luego voltear a sus amigos quienes solo estaban oyendo con atención todo lo que aquellos dos decían.
Al parecer ninguno podía creer que esas personas, fueran a quienes escogieron para pasar sus vidas.
Sabiendo en el dilema que ambos se encontraban, Ihan decidió llevarlos a una habitación que estaba un poco alejada de ésta, en la cual aquellos dos seguian revolcándose sin remordimiento.
(...)
Por fin cayeron en cuenta de lo que sucedía.
Mientras Maximiliano golpeaba con fuerza la pared, Yulia rompía a llorar sin consuelo, sabiendo que aquello destruyó por completo ese mundo de fantasias que se había echo.
- ¡Malditos los dos! - gritó molesto Max, mientras golpeaba la pared una vez más. - ¡Se merecen morir juntos! ¡Algo que haré ahora mismo!
- ¡Max no! - dijo Ihan, mientras se interponía entre su amigo y la puerta. - Ya buscaremos la forma de que ambos tomen venganza de esos dos, pero no ahora. - añadió, oyendo a su amigo suspirar con pesadez, percatandose luego de el triste llanto en el cual Yulia se encontraba.
"Con dolor en su corazón, caminó a ella y la abrazó tratando de consolarla. Si para él el asunto era doloroso, cuanto más sería para ella siendo mujer, una que estaba muy ilusionada con su boda."
- Juro que se los haré pagar muy caro. - Dijo Max a Yulia, quien levanta su mirada a él y asiente.
- Y yo te ayudaré. - respondió ella, viendo aparecer una sonrisa en el rostro de él.
- Amigos míos, se que esto es muy duro para ambos. - Habló Ihan, sentándose frente a ellos. - Pero lo positivo de esto, es que ambos se salvaron de compartir sus vidas con dos personas que no los merecen.
- Eso es cierto, esos dos nos hicieron un favor al encontrarse ésta noche aquí. - respondió Max para luego sonreír.- Propongo un brindis por nuestra NO boda. - Dijo a Yulia quien asintió con una sonrisa.
Ihan sonrió al saber que sus amigos eran dos personas fuertes, dos personas que preferían pensar las cosas antes de actuar.
(....)
1,2, 3, 4 botellas de vinos se fueron como si nada, pero pese a la borrachera que se cargaban, estos aún querían seguir bebiendo, querían seguir ahogando la tristeza en esas copas de vino.
- ¡Vamoss Ihian! Solo una botellita más. - Dijo Yulia con notoria borrachera.
- Ya no más Yulia, no puedes ni mantenerte en pié. - dijo éste, escuchando la fuerte carcajada de Max.
- Has caso a papá, Yulia. - dijo entre risas, oyendo como la mujer se le unía.
- No, papá, no seas malo, dejanos beber un poco más. - dijo entre risas la mujer, provocando que su amigo bufara con molestia ante la gastada que sus amigos le hacían.
- Claro, a ustedes los lastiman y yo pago el precio. - susurro éste con molestia para luego ponerse de pie. - ¡Solo una botella más! Luego los llevaré a sus casas. - Añadió, para luego salir de la habitación en busca de otra botella de vino para sus deprimidos amigos, quienes bajo los efectos del alcohol, ni siquiera parecían tristes.
- ¿ Aún sientes ganas de llorar? - preguntó Max a Yulia, quien luego de verlo por un momento, suspira.
- La verdad es que no, lo único que pasa por mi cabeza en éste momento es el saber que tan fuerte será mi dolor de cabeza mañana. - respondió riendo junto a Max.
- Yulia, ¿Que tal si le devolvemos el favor de la misma manera? - propuso éste, viendo como la sonrisa se esfumaba en el rostro de la mujer.
- ¿Que estás insinuando?
- Solo.. Quiero que paguen por lastimarnos. - Respondió él. - Aunque no le saquemos ventaja a la cantidad de veces que ellos lo hicieron, por lo menos nos sentiremos mejor el uno con el otro.
- No estoy de acuerdo. - contestó ella mientras trataba de ponerse de pie, tambaleándose de un lado a otro. - Quizás esté borracha, pero se que debo y que no debo hacer.
- Yulia yo..
- Lo siento, no quiero ser igual a ellos. - Lo interrumpió la mujer mientras caminaba con dificultad a la habitación. (" Pensando en recostarse y amanecer a el día siguiente dispuesta a enfrentar la cruel realidad.") - Mis padres me botaron a la calle luego de ser manipulados por mi hermana, dejándose engañar por ella; quien asumía yo tenía muchos amantes de los cuales podría estar embarazada. - Contó mientras se enjuagaba el rostro en el lavamanos de el baño; el cual estaba a unos pasos. - Me hicieron un estudio falso en el cual asumían que estaba embarazada pero.. Lo gracioso es que aún soy virgen, no había forma de que eso fuera real. - Voltea su mirada a Max, quien se encontraba sentado en la cama oyéndola.- Descubrí que todo fue planeado por mi hermana pero.. No había nada que pudiera hacer, mis padres le creyeron a ella y me prohibieron volver a casa, como así también mencionar el hecho de que soy su hija. - ríe sin ganas. - Por ello me he jurado no estar con ningún hombre hasta estar casada, quien quiera llevarme a la cama tendrá que poner un anillo en mi dedo primero.
- Es muy injusto lo que te hicieron. - comentó Max viendo de arriba a abajo a la mujer. - Si hubiera estado allí, definitivamente no dejaría que te hicieran eso, sería tu defensor. - añadió, viendo sonreír a la mujer mientras se acercaba a la cama, quien en un torpe movimiento termina cayendo sobre éste, quedando ambos con sus rostros cerca el uno del otro, sin saber que hacer a continuación.
(....)
Luego de por fin conseguir la dichosa botella de vino, Ihan se apresuró a regresar encontrando la sala completamente vacía, ninguno de los dos estaba allí, lo que lo preocupó.
- ¿Max, Yuli? - Preguntó, sin obtener respuesta de ninguno.
Sin Más remedio, camino a la habitación encontrandose con algo que no esperaba, sus amigos..
- ¡Ohh si, sigue así! - Gimió Yulia mientras el hombre sobre ella le brindaba placer.
- Eres tan deliciosa. - comentó Max, volviendo a apoderarse de los sabrosos labios de la mujer, quien desesperadamente le devolvió el beso y apretó su cuerpo más al de él. - Ahh, si, así nena.
Con su rostro completamente rojo, Ihan corrió nuevamente a la sala respirando con dificultad y arrepintiéndose por haberlos dejado solos, no por el hecho de que le molestara lo que sus amigos hacían, sino porque sabía cuan arrepentidos estarían mañana de eso.
- Espero que hayan usado protección. - Dijo éste, mientras agarraba su cabeza con fuerza.
(" No sé en dónde comenzó mi querer, Si inició en tu sonrisa o en tu mirar, pero si sé en dónde quiero que continúe, por favor, si no es mucho pedir, que sea en tus brazos.")- Fredy Jiménez.
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