NovelToon NovelToon

Los Signos Zodiacales

Capítulo 1

El fuego arrasaba con todo a su paso, era violento e inestable. En el centro de todo eso, se encontraba un chico de cabello dorado que brillaba con el resplandor de las llamas, sus ojos, azules como los zafiro, se enfocaba en el caos qué se estaba generando.

Su primer impulso fue salir corriendo de todo ese mar en llamas, pero su cuerpo estaba paralizado hipnotizado por el fuego danzante.

— ¿Por qué estas enojado? — pregunta al fuego, como si este le fuera a responder — ¿Por qué estás tan furioso? ¿Con quién estas enojado?

— El mundo es un caos — dice una voz omnipresente — Todo es un completo desorden.

El joven esperaba una respuesta más detallada, pero todo se mantuvo en silencio, observando como las llamas tomaban forma humanoide e iban por él, cuando su cuerpo estaba a punto de ser atacado y en ese momento abrió los ojos.

Todo había sido un sueño.

Leónidas busca su teléfono debajo de la almohada y mira la hora eran las 3:33 am, la famosa hora de los muertos.

El joven se levanta de la cama y pisa el suelo frío de su habitación, a diferencia de su cuerpo que estaba caliente. Sale de la habitación, para ir a la cocina y buscar un vaso de agua, tratando de no hacer mucho ruido para no despertad a su abuela.

Ellos dos eran las únicas personas que vivían en la casa, su mamá estaba viajando por el mundo y su padre había hecho su vida con otra familia, sólo sabía de él en fiesta especiales y que pagaba sus estudios universitarios.

Leónidas regresa a su cuarto y se acuesta en la cama, recordando el sueño y que en dos horas se tenía que levantar, para prepararse e ir a la universidad, ya era el último semestre de la carrera y no podía darse el capricho de faltar.

Aún no sabía si había tomado la decisión correcta con respecto a su profesión y tenía dudas de lo que pasaría en un futuro. Por alguna extraña razón, sentía que su destino era más que unos simples papeles y carreras universitarias.

Con ese simple pensamiento, se quedó otra vez dormido, esperando que su día fuera algo diferente a lo mismo de siempre, aunque en el fondo sabía que sería otro día común y corriente.

#####

— Mis cartas dicen que tu destino está a punto de cambiar esta semana — comenta una chica alegre de cabello rizado y rojizo, su piel era de tonalidad canela y ojos azules como el mar.

A la chica le gustaba vestir de forma bohemia y cómoda, las faldas largas eran lo suyo y las blusas de tirantes eran sus favoritas, usaba mucha bisuteria en sus muñecas y tobillos.

Leónidas mira a su mejor amiga Samantha, que siempre traía un aire de gitana y sonríe suavemente — Según las estrellas y mis sueños, estaré consumido por el fuego, aunque si no mal recuerdo una vez me dijiste que eso significaba transformación.

Samantha le regresa la sonrisa y sigue hablando, mientras que ambos seguían caminando por los pasillos de la universidad — Sé que no crees en esto, pero mi tía que es una experta en estas cosas, me enseñó a leerlas y lo que veo siempre se cumple, ¿cierto o falso?

Leónidas se detiene un momento y mira a su amiga a los ojos, con calma le responde — Entonces ve que ganemos la lotería, de esa forma dejaremos de estudiar y podemos entrar al mundo de las inversiones, aprovechando que estudias el mercado.

— ¿Y si mejor dejas derecho y estudias diseño moda? Te iría muy bien en ese mundo — le responde ella con otra sonrisa y antes de que su amigo le dijera algo, le ofrece un dulce qué saco de su bolso — Ya sé que lo haces para complacer a tu padre y así ayudar a tu abuela, también a tu mamá, pero no deberías sacrificar tus sueños y tu libertad.

Leónidas toma el dulce y se lo lleva a la boca, después de saborear el caramelo, se queda pensativo mirando a su amiga — No es sacrificio, no cuando tengo una pequeña posibilidad de ayudar a mi familia.

Samantha lo mira de forma dulce y le comenta del mismo tono — Esa lealtad un día te jugará en contra.

— Lo sé, por eso mí única amiga eres tú y sé que nunca me fallarás — le comenta él con una sonrisa para después irse y dejar a la chica analizando la conversación.

Trata de no pensarlo demasiado, se da la media vuelta y va a sus clases de marketing, ya estaba finalizando sus estudios y había recorrido mucho camino para dejarlo ahora.

######

En un desierto de otro mundo, se encontraba un chico de cabello castaño y ojos verde como las hojas de los árboles, su piel de tonalidad clara y vestía de forma casual — Te dije que era mala idea venir solos, pero tu de necio no hicistes caso.

Un chico alto, pelirrojo, ojos café y cuerpo de atleta le responde ofendido — Yo no te pedí que me acompañaras.

El joven lo mira enojado y toma entre sus manos un puñado de arena, para después tirarsela al otro en la cara.

— ¿Y que cometieras otra tontería? — le reclama él — La otra vez, te tiraste al mar sin verificar la información o si el templo del león se encontraba en esa zona, casi nos come unos tigres de fuego.

El chico no le presta atención a sus quejas y se levanta del suelo, para después correr hacía el enorme gusano del desierto que los estaba atacando, esa cosa parecía un parásito gigante con miles de dientes, se veía asqueroso. Pero esa criatura, no le iba a impedir pasar hacia el otro lado, necesitaban ver si el sello del centauro se encontraba en esa zona.

Quería encontrar a sus compañeros de aventuras.

Estaba cansado de ser el único del grupo que lo dejaban de lado, los demás al ser del mismo elemento tenían su complicidad qué en el fondo él envidiaba. Se cansó de esperar y que todos le dijera que debía de ser paciente, estaba harto de que el tiempo pasara y no ocurriera nada.

— ¡Aries espera! — gritó el chico al ver como su amigo se iba contra el gusano gigante, ya había llamado a los demás, pero se tardarían en llegar. Después de todo, estaban bien lejos de su hogar.

Virgo estaba qué golpeaba al imprudente de su amigo y lo llevaba ha arrastra fuera de esa zona, para regresar a la casa y tener una idea que los ayudará con Aries.

El otro chico lo ignoró e invoco fuego en sus manos y le dio un golpe al gusano en su gran boca, le tumbo algunos dientes y se la quemo, el monstruo cayó derrotado en el suelo.

Aries estaba feliz de que lo pudo derrotar y ahora si podía buscar la insignia, al menos eso pensaba hasta que otro gusano apareció detrás de él y lo atacó por la espalda, lanzandolo muy lejos.

Rodo hacía abajo de una colina, con dificultad se levantó y se toco por un costado, ese golpe si que le había dolido, cansado con dolor y la respiración agitada se sienta en la arena caliente mirando el cielo.

Tal vez los demás tenían razón: por su imprudencia jamás conseguiría a sus otros compañeros. Después de todo, trabajar con él era difícil, y tener más signos de fuego sería un dolor de cabeza para los demás

​A lo mejor, hasta sería un caos si los tres estuvieran juntos. Sería una competencia constante, si los rumores que había escuchado sobre ellos eran ciertos: que Sagitario era un signo muy problemático y flojo, que Leo era un mandón y solo pensaría en sí mismo, sin importarle los demás.

​Aries baja la cabeza un poco desanimado, no quería rendirse aún, pero estaba cansado de buscar. Suspira y mira a su alrededor, observando solamente la arena. Encima, podía escuchar los gritos de Virgo llamándolo, diciendo que los demás ya habían llegado y acabaron con los gusanos carnívoros.

​Una buena noticia, piensa el chico. Se levanta y en eso sus ojos captan un destello rojizo a unos metros de distancia. Curioso, se levanta de la arena y camina hacia él, ignorando los gritos de los demás. Se agacha donde salía el brillo y comienza a apartar la caliente arena del lugar. Cuando termina, se sorprende al ver una especie de baldosa con la simbología de Sagitario, con una pequeña descripción que decía: "Un alma rebelde siempre llama a otra, enciende el fuego de tu corazón y encontrarás la libertad que tanto anhelas"

​"¿Fuego?"

​Pensó Aries. Llamó el fuego de sus manos y lo colocó en la baldosa gris. Con el calor de las llamas, el gris se volvió un azul eléctrico que comenzó a brillar.

​Brilló tanto que Aries tuvo que cerrar los ojos. Cuando los volvió a abrir, se encontraba en medio de un bosque. Un poco asustado, pero más sorprendido por el suceso, se levanta del suelo y mira a su alrededor. Era un bosque iluminado con los rayos del sol. Dando unos pocos pasos, se tropieza con una roca.

​Se sorprende al ver que era otra baldosa gris, pero con la simbología de Leo y con una descripción diferente a la de Sagitario. En esta decía: "Por más oscuridad que tenga un corazón, la bondad siempre verá la luz. El sol siempre brillará para todo aquel que la necesite".

​Aries quería gritar de emoción. ¡Ya había encontrado las baldosas que lo llevarían a los dos signos zodiacales de fuego que faltaban!

​Trata de ubicarse bien y recordar el lugar exacto donde estaba la piedra. Necesitaba salir del bosque y encontrar a sus compañeros de fuego.

Capítulo 2:

Aries logró salir del bosque y había dejado una especie de marca en los árboles para poder regresar más tarde a la baldosa, después de hallar a los otros signos zodiacales.

​Ahora necesitaba una señal del universo que le indicara el camino o le dijera quiénes serían sus compañeros de aventura. Comenzó a caminar por las calles y miraba con precaución su entorno. Le llamaba la atención que fuera tan diferente al suyo.

​Se notaba que en ese mundo no usaban la magia.

​— Lindo cabello, ¿es natural? — pregunta una voz femenina detrás de él.

​Se voltea y mira a una chica que se comía una piruleta sabor fresa ​— Jamás había visto un rojo tan llamativo, me recuerda a las cerezas.

​Aries fácilmente la podría confundir con una maga tipo dríada por su vestimenta: faldas largas, ambas muñecas cubiertas por miles de pulseras, su cabello rubio rojizo que le llegaba a la cintura y sus ojos castaños, que mostraban un brillo travieso y curioso.

​— El mío es natural, pero me gustaría tenerlo de ese tono. ¿Qué número de tinte usaste? — pregunta la chica sin borrar la sonrisa de su cara — ¿Me lo puedes decir o es secreto? Tengo amigas que ocultan esa información, ya sabes, quieren ser únicas y odian que las demás personas copien su estilo. ¿Estoy hablando mucho? Lo siento.

​Aries se aclara la garganta y dice un poco precavido, ya que los magos de la naturaleza eran conocidos como personas de cuidado:

​— Es natural, nací con este color de cabello.

​— Interesante. ¿Qué carrera cursas? — pregunta ella, mientras que seguía jugando con el caramelo en su boca — ¿Eres nuevo en la universidad? Nunca te he visto por estos rumbos.

​¿Universidad? ¿Nuevo? ¿Carrera? ¿De qué hablaba esta maga?

​— ¿Por qué tantas preguntas? — comenta él, algo incómodo, mientras se cruza de brazos y mira con desconfianza a la chica — Además, ¿qué hace una dríada lejos de su grupo? ¿No tienen prohibido ir solas?

​— ¿Qué cosa? — pregunta la chica, confundida — ¿Eso se come? Le debo preguntar a Leónidas sobre esto, él sabe más de estas cosas de magia que yo.

​— ¿Quién? — pregunta Aries, bajando un poco la guardia y con un tono más relajado sigue la conversación — Las dríadas son extraños. Menos mal que a mí me tocó ser el próximo signo zodiacal.

​La pelirroja lo sigue mirando confundida y extrañada:

​— ¿Te golpeaste la cabeza de pequeño?

​Aries se enoja y luego le responde, mientras saca el pecho con orgullo. ​— Mi nombre es Aries, el elegido para representar al primer signo zodiacal.

​La chica al escucharlo no pudo evitar reírse, pero eso no evitó que le siguiera el juego ​— Ahora estamos hablando de los signos astrológicos. Entonces, yo soy Sagitario y soy el décimo segundo signo zodiacal, representante de la justicia, la libertad y la esperanza.

​Aries no termina de sorprenderse con la extraña y, con el corazón acelerado por la emoción, estaba a punto de preguntarle si lo decía en serio. Pero al parecer la chica se cansó de él, dio media vuelta y se fue.

​Él, sin perder el tiempo, comienza a seguirla. Necesitaba confirmar si lo que le decía era la verdad.

​— Sam, ¿quién es tu amigo? — pregunta Leónidas al ver cómo la chica llegaba acompañada de un muchacho pelirrojo y de ojos café. Fruncía mucho el ceño y parecía incómodo.

​— Dice que se llama Aries. Pensé que era un chico nuevo de Artes Dramáticas, pero me ha seguido por toda la universidad y hasta el baño de mujeres — dice Sam, ya cansada de ese juego y sentándose frente al rubio. Estaba exhausta de tanto caminar — Hasta le hablé a un guardia, pero el señor me ignoró. Hizo como si no existiera y dejó que me siguiera por todo el instituto.

​Leónidas mira al chico de forma desafiante, aunque él lo ignora y se sienta al lado de Samantha.

​— ¿Qué quieres con ella? Deja de perseguirla como su sombra, ¿qué buscas?

​El pelirrojo lo mira curioso y toma un mechón de su rubio cabello para analizarlo. ​Un poco curioso le responde ​— Pensé que los ángeles no podían bajar del cielo, ¿cómo le hiciste? ¿Cómo te dejan juntarte con la dríada? Pensé que estaba prohibido que salieran de su dimensión.

​Leónidas, incrédulo, sacude la mano del otro de su cabello y lo mira fijamente a los ojos:

​— ¿Qué clase de juego es este?

​Samantha lo mira confundida y algo nerviosa, se acerca a su amigo para decirle al oído:

​— Creo que está loco y se escapó de un sanatorio.

​Aries la escucha y mira a ambos ofendido:

​— No estoy loco y mi nombre es Aries, soy el primer signo zodiacal.

​Leónidas con sarcasmo le responde​— Yo soy Leo, el sexto signo zodiacal.

​— En verdad serías el quinto, el sexto es Virgo — lo corrige su amiga y luego se burla de él — Para venir de una familia que estudia las estrellas, te falla a veces la teoría.

​Leónidas decide, por el bien de ambos, ignorar ese comentario. Era un tema delicado y también odiaba que lo corrigieran en público.

​— Samantha no lo decía en serio y sabes que no creo en estas cosas — murmura Leónidas, para después distraerse con su teléfono e imaginar que estaba solo, sin compañía que fuera en contra de su autoridad.

​La chica no pudo evitar reírse por lo

dramático que era su amigo con esos temas.

​Aries estaba confundido, pero al mismo tiempo feliz. Había encontrado a sus compañeros de aventura, aunque no esperaba que fueran un ángel y una dríada.

​— ¡Perfecto! — dice él emocionado, algo inusual en su carácter, pero le había costado mucho conseguirlos y no los iba a dejar tan fácilmente — Entonces, es hora de regresar a casa.

​Leónidas y Samantha se miran al mismo tiempo, preguntándose en silencio si ese loco por fin los iba a dejar en paz y se iría de una vez. Así no sería necesario llamar a la policía o a un centro psiquiátrico.

​Ambos sin saber que la aventura apenas estaba por comenzar.

Capítulo 3:

Leónidas disimulaba que revisaba su teléfono tratando de ignorar el ruido del fondo de la cafetería de la universidad, también porque no quería ver la escena sub-realista qué tenía frente a sus ojos.

Samantha y el extraño pelirrojo, se habían vuelto los mejores amigos de repente y comenzaron a hablar de fútbol. En el fondo le molestaba al rubio, porque odiaba compartir a su mejor amiga.

— Entonces, son dos grupos de 11 personas cada uno, que compite entre sí por una pelota de cuero — dice el pelirrojo qué tenía una rebanada de pizza entres sus manos — ¿Eso que tiene de divertido?

— La adrenalina, correr y apoyar a tu equipo de fútbol favorito — responde la chica alegremente, en eso saca su teléfono y le muestra algunos vídeos al joven — Mira, esto te va a gustar. Se puede sentir la pasión de las personas y la adrenalina a través de la pantalla.

Leonidas quería opinar al respeto de todo lo extraño que era esto, pero en ese momento su orden de comida había llegado. Un pastel de chocolate y frutos secos, acompañado de un café con chocolate.

— Este mundo es tan raro — comenta Aries con una sonrisa mirando la pantalla y luego le entrega el teléfono a la pelirroja — Su técnologia es muy antigua, ¿por qué tienen teléfonos tan primitivos?

Leo y Sam se queda mirando al chico, ¿qué quería decir con primitivo? Si Sam venía de una familia que se dedicaba a la tecnología, su mercancía era de último modelo y la más avanzada del mercado.

El rubio suspira y deja su comida por los momentos, para mirar seriamente a Aries — Supuestamente vienes de otra dimensión y de un mundo lleno de magia, pero hasta ahora lo que has demostrado es ser un loco fantasioso.

Samantha guarda su teléfono para después robar un poco del pastel de Leonidas, para luego decirle a Aries que esas no eran bromas y que mejor comenzaba a ponerse serio.

Aries frunce el ceño al ver que ese par le estaban insinuando qué estaba loco. Hasta sugirieron llamar a los de seguridad de la universidad y que ellos se encargarán de él.

— No me pueden encerrar, la libertad es lo más sagrado que tenemos los seres vivos — dice Aries con el ceño fruncido y cruzando de brazos, ve como el rubio lo mira desconfiado y la chica comenzaba a reírse de él. Iba a protestar, pero en eso el chico que estaba frente suyo le entregó el pastel de chocolate.

— Come, pensar con el estómago vacío no es bueno y el chocolate siempre alegra a las personas, es bueno para el cerebro y los ánimos.

Aries asiente y prueba la rara comida que le sirve Leo, se sorprende por el sabor fuerte del cacao y la contextura rara que tenía la comida, era suave, pero tenía pequeños trozos duro y crujiente.

Leo al verlo comer sonríe un poco y comienza a tomar su café, era gracioso ver como el chico quedaba maravillado por un simple pastel de chocolate y nueces. Y aunque quería creer que estaba loco o delirando dentro de su cabeza, algo en el fondo le decía que el chico estaba diciendo la verdad.

Sobre todo cuando comenzó a notar una pequeña aura de color rojo alrededor del joven, pensó que era su imaginación y eran los efectos por los rayos del sol, estaban en agosto y en esta temporada el calor era intenso.

"Deja de huir"

Leo solo niega con la cabeza y trata de despejar las voces de su cabeza, en eso su mirada choca contra la de Samantha y ambos asiente, como una especie de acuerdo en silencio.

Cualquier persona diría que son unos imprudentes e insensato por seguir a un loco, pero ambos tenían curiosidad por el tema de Aries y al final si algo salía mal, los dos se sabían defender muy bien y nunca bajaban la guardia.

— ¿Y si los lleva? — pregunta Samantha al chico con una sonrisa — Tal vez así te creamos sin problemas, además que una caminata nunca estaría mal.

Aries los mira sorprendido para después reírse y acepta llevarlo al bosque por donde vino, si todo resultaba bien tal vez esas dos personas resultaban ser sus nuevos compañeros de aventuras.

#######

— ¿Nada? — pregunta una chica de cabello negro y ojos azules eléctricos, piel pálida como la nieve, vestía con una chaqueta de cuero color marrón y unos Jean deslavado — Piscis ya te has tardado demasiado en localizarlo.

Una chica de cabello blanco, piel morena y ojos café suelta un suspiro, usaba un vestido veraniego y unas sandalias casuales, respira profundo y deja su bola de cristal de lado, observa ha su compañera y le responde un poco ofendida — No es mí culpa que Aries se haya desaparecido así de la nada, ya tengo una semana que lo trato de localizar y no hay señales de él. Es como si se lo hubiera tragado la estrella y mandado para otra dimensión.

Escorpio suelta una grosería por lo bajo y se sienta de forma bruzca en el sillón de la sala — Ese necio, le dijimos que no actuará sólo y aunque le pusimos a Virgo como niñera, de todas manera hizo lo que se le dio la gana.

— Virgo esta ansioso y preocupado, piensa que la desaparición de Aries fue su culpa — comenta Piscis triste mientras que se toma un mechón su cabello y se lo peina nerviosamente — Aunque estaba bajo su cuidado y confiamos en él, no fue su culpa. Aries es un impulsivo qué no le gusta seguir órdenes, se cree el líder por ser el primero de los signos Zodiacales. Cuando nadie es líder y todos deberíamos trabajar en armonía.

Escorpio no responde, pero se levanta de su asiento y sale de la habitación, necesitaba calmarse y buscar otras señales, por alguna extraña razón tenía un mal presentimiento.

Algo no andaba bien y no sabía que era, necesitaba calmar sus nervios.

Al salir al aire libre, ve a un chico alto de cabello castaño, piel canela y ojos ámbar, que estaba leyendo un libro debajo de un árbol de manzanas, usaba una camisa de manga larga y pantalones casuales.

— ¿Cómo puedes quedarte tan tranquilo Capricornio? — pregunta la chica al joven que estaba concentrado en su lectura — Tenemos a Aries fuera del sistema.

El hombre no levanta la mirada y sigue en su libro, pero no deja a la chica con sus dudas — Porqué se qué Aries está bien, las malas noticias siempre son las primeras en llegar.

Escorpio se le queda mirando, esperando una respuesta más larga por parte del chico. Pero Capricornio opta por el silencio y de seguir leyendo.

La chica hace un puchero y después se queja — Apuesto que se perdió por seguir de necio en buscar a sus compañeros de fuego, ¿acaso no somos suficiente? Además, que en esta casa ya somos demasiado y nos conocemos desde haces siglos, ¿para que traer unos extraños?

Capricornio la mira por primera vez con sus ojos ambar y con absoluta calma le responde — A alguien que sí lo sepa entender y no le pida que se comporte como otra persona. Busca a Leo y Sagitario, necesita compañeros que sean tan apasionados como él.

— Nosotros somos apasionados, por ejemplo; tú eres un apasionado en la literatura, Tauro en cocinar, Piscis en leer las cartas y Geminis en hacer amigos y...

— No lo entendemos, tu tienes a Piscis y a Cáncer, que sin decir nada se entiende entre ustedes, aman ver la noche en silencio y apreciar la vida nocturna. Yo tengo a Tauro y Virgo, aunque somos diferentes, amamos la tranquilidad y la naturaleza, Geminis, Libra y Acuario adoran hablar de todo un poco y tomarse fotos. Aries, él ama las aventura y explorar, cuando quiere salir con algunos de nosotros siempre estamos ocupados en algo o tenemos otros asuntos que atender, no es lo mismo, se siente sólo.

Escorpio guarda silencio y analiza la situación, tal vez Capricornio tenía razón, pero no se podía quitar este mal presentimiento de encima, pensativa toma su collar de cuarzo qué adornaba su cuello, fue un regalo de Piscis en su cumpleaños, ella no le gustaba esas cosas pero su amiga le había dicho que lo hizo con mucho amor y cariño, que era de protección.

A regañadientes acepto el regalo.

Escorpio sólo esperaba que el chico fuego estuviera bien y no se metiera en problemas, ya tenía suficiente y además que nadie se aguantaría el humor de los guías, si algo malo llegaba a pasar.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play