En una habitación simple, donde el desorden y la creativa eran los principales protagonistas. Se encontraba una chica rubia y de ojos verdes, estaba bailando en el centro de la habitación. Con la música a todo volumen y moviéndose al ritmo de la melodía, mientras que en una mano tenía un pincel con pintura morada, que salpicaba en el lienzo blanco.
Sin darse cuenta, una mujer de piel blanca y ojos azules entra, para apagar el equipo de sonido que estaba conectado a la lapto.
La joven al ver que ya no había música se detiene y mira a la culpable del silencio en su habitación, la joven se parecía a la mujer. Solo que su piel era más pálidas y su cabello rizado, ella vestía un jean corto y un top crop, mientras que la mujer usaba un hermoso vestido veraniego.
— ¡Estaba escuchando eso! — reclama la chica de mal humor — ¡No tienes ningún derecho de hacer eso!
La mujer solo suspira y la mira seria — Soy tu tía y soy la que te cuida, así que sí puedo hacerlo. Ahora baja del ático que es hora de desayunar y de ir a la universidad.
— No quiero — comenta la joven de mala gana — Es aburrida y me da pereza de salir hoy, además que es una escuela de magia y yo no tengo ningún don.
La mujer no dice nada, en el fondo estaba cansada de tener la misma discusión — Aqua, ya hablamos de esto. Los poderes pueden llegar en cualquier momento, sobre todo cuando estés lista, no cuando tú quieras.
— Es fácil para ti decirlo, tienes el poder de la naturaleza a tu favor — murmura la chica, dejando su pincel en uno vaso con agua, donde estaban los demás pinceles con resto de pintura y después alza la mirada a sus obras, le parecía raro lo que dibujaba.
Algunas pinturas eran coloridas y otras con tonalidades muy oscuras, pero por alguna extraña razón. Era la que más sentía una conexión especial, sobre todo una donde había un chico de cabello rubio, solo se le podía notar eso.
El joven tenía el rostro oculto en el cuerpo que estaba abrazado, sus manos manchadas de sangre y se encontraba arrodillado, abrazando el frío cuerpo de la chica. Aunque en ese momento solo era una sombra negra, pero Aqua estaba segura de que era una chica.
Se podía sentir el dolor del joven al perder un ser amado, Aqua lo había dibujado sufriendo y sintiendo que el chico pedía al cielo, que le devolviera a la joven ya muerta.
— ¿Quiénes son? — pregunta su tía, que estaba detrás de ella.
La joven rubia hipnotizada por la pintura niega con la cabeza, mientras que sus manos pasean por el cuadro.
— No lo sé, pero el chico sufre demasiado — murmura la chica — Nadie puede apagar su dolor y quiere justicia.
Aqua baja la mano y luego toma su bolso que estaba cerca de la pintura, le sonríe a su tía y se despide de ella — Bueno, me tengo que ir ya. Adiós.
La señora se queda confundida al ver como su sobrina se iba sin dar explicaciones — ¡No siquiera has desayunado!
Pero ya era tarde, su sobrina se había ido del lugar. La mujer suspira y mira al cielo — Salió tan rebelde como tú, hermano.
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Aqua llega a la universidad emocionada, solo le faltaba un semestre para terminar su carrera en psicología y podría librarse de ese estúpido lugar.
— Te ves feliz hoy — dice una chica de cabello rozado y rizado, tenía la mirada de un tono verde esmeralda. Vestía un lindo vestido blanco y sandalias estilo romanas — ¿Al fin tienes poderes?
— ¡Laura! — grita Aqua al ver a su mejor amiga — No, pero estoy feliz de que por fin falta poco para terminar la universidad, cuento los minutos para irme y no saber más de mis compañeros, menos por tú. Te adoro demasiado, pero los demás se pueden ir al infierno.
Su mejor amiga se ríe y le comenta — ¿Lo dices por Andrea?
— Ese presumido, señor yo lo hago mejor que ustedes. Se cree tan perfecto, solo porque es bueno en los deportes y saca las mejores notas, apuesto que se copia — murmura Aqua con un puchero en los labios — Nadie puede sacar 20 siempre, además que según él ni estudia. Solamente lee cinco minutos antes del examen y listo, mentiroso.
Laura se ríe por las quejas de su amiga y juntas entran a la universidad, donde los seres mágicos abundaban. Entre duendes, hadas, hombre lobos, ninfas, musas, genios, sirenas, vampiros y hechiceros.
Si, Aqua odiaba ser la única normal de su colegio. Por lo menos Laura podía crear pequeñas ráfagas de vientos, su amiga decía que no era la gran cosa. Pero por lo menos era algo, en cambio, ella ni un solo poder tenía.
Como desearía tener un don mágico o una señal que tendría pronto sus poderes.
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— ¿Ya es hora? — pregunta una voz misteriosa, que estaba frente a una bola de cristal.
Otro ser misterio le responde — Si, ya es hora de que busquemos a los nuevos herederos de los signos Zodiacales. Los otros están demasiados viejos y no se pueden defender, tampoco mantener el equilibrio del mundo mágico.
El ser otro ser asiente y llama a alguien con sus manos.
Una joven chica, de cabello castaño y de ojos café aparecer, no tenía nada de ropa, pero eso no era importante para ella. Su piel rosada brillaba y pareciera que tuviera escarcha en ella.
— Dígame su señoría — dice la joven arrodillada frente al ser misterioso.
— Busca a los elegidos del zodiaco y colócalo en un lugar seguro, recuerda que son 12 y debe ser equilibrado. Seis chicas y seis chicos.
— Entiendo — fue la repuesta que dio la muchacha, para después desaparecer.
Era de buscar a los herederos del zodiaco.
Una joven de cabello rubio y ojos café, estaba en la biblioteca leyendo sobre las constelaciones. Le encanta el tema de las estrellas y la forma en que se formó el universo.
— ¿Para qué lees tanto? Si tu carrera es derecho ¯ dice una voz masculina a sus espaldas, quitándole el libro y mirándolo con disgusto — Es una perdida de tiempo.
— Un hermano normal, dejaría que su hermana terminará de leer su libro — dice la chica levantándose y enfrentando al joven.
Era un chico de cabello rubio igual que ella, pero unos azules como el mar cristalino. Era más alto que ella y su piel bronceada, tenía pequeñas pecas en el rostro.
En cambio, ella, era de piel pálida, bajita y seguía en crecimiento. Su cuerpo no eran el más adecuado para una adolescente, tenía kilos de más y se sentía insegura.
Su hermano era todo lo contrario, le valía un cacahuate lo que los demás opinaban de él y disfrutaba en comer. Comía cuando podía y quería, sin preocuparse si subía o no de peso, pero era injusto. Ya que su hermano practicaba fútbol y corría todas las mañanas.
— ¿Bebiste agua? — pregunta su hermano tan de repente, entregándole el libro — Es importante hidratarse.
— Si Andrea, deja de tratarme como una bebé. No lo soy y sé cuidarme sola — comenta la chica con un puchero, odiaba lo, sobré-protector qué podía ser su hermano con ella.
Pero el chico la ignora y mira de forma sería hacia las ventanas de la gran biblioteca — El clima está raro, ten cuidado y no hagas nada de lo que yo no haría.
Lorena lo mira extrañado, ¿su hermano se estaba volviendo paranoico? El clima de afuera estaba perfecto y hasta sus amigos harían un pícnic más tarde, en los jardines del lugar.
La chica suspira y toma su teléfono, para avisar a los chicos que no iría. Pero la verdad sería la tercera vez que cancelaban la salida con sus amigos, tal vez y Alex tenía razón. Su hermano solo lo decía para fastidiarla, después de todo ella tenía amigos y él no.
Además, su hermano no tiene poderes psíquicos o astrológico para saber lo que sucederá. Guarda su teléfono y sale de la biblioteca con un libro en manos, se trataba de las contestaciones y signos zodiacales.
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— ¿Cree que está chueca? — pregunta una chica divertida, tenía el cabello morado y ojos café, la piel pálida como los fantasmas y era de estatura promedio, se encontraba en un salón de pintura. Tratando de restaurar una pintura que le dio su maestra — Creó que la nariz me quedo fina.
— Solo di que la señora de la pintura, en el último momento decidió hacerse una rinoplastia — comenta un chico de piel morena, ojos grises y cabello negro — Así es novador y se ve mejor.
— Cole, no ayudas — comenta la chica de mal humor y tirando un poco de pintura a su amigo, que la esquivo a tiempo.
— Vamos Penélope, tienes toda la mañana en esa tonta pintura. Un muerto no te va a agradecer por restaurarla, la profesora tampoco te va a pagar y se va a quedar con todo el crédito, además que ya va a hacer hora del pícnic.
La chica lo ignora, únicamente le presta atención a lo último y sale un momento del salón. Para ir a los pasillos del colegio y mirar el cielo, su amigo la había seguido.
— ¿Tú también notas algo raro? — pregunta Cole a su amiga — Desde hace días, el sol está más fuerte y no hay ni una señal de brisa, además que hay truenos con el cielo despejado.
— Yo lo veo normal, solamente está más caluroso — la joven regresa a su pintura y sonríe al ver como estaba tomando forma — Está mejor, que los cuadros tenebrosos que realiza Aqua, dibuja a muchas personas muertas o a punto de morir, es deprimente.
— Tal vez son memorias de vidas pasadas— dice Cole refiriéndose al último comentario realizo por su compañera — No deberías ser tan dura con ella, tú también te expresas como quieres y nadie te dice nada.
Penélope mira al señor de su cuadro, al decir verdad. Se sentía rara y no tendría nada que ver con el clima, era algo más dentro suyo que le decía que estaba a punto de suceder algo.
¿Pero qué?
— Si pudieran elegir un bando, ¿Cuál decidiría?
Ambos al escuchar la voz desconocida, miran hacia la entrada del salón. Se encontraba una mujer alta, de piel morena, cabello largo y negro, lucieron una ropa provocativa.
— ¿Qué eligen? ¿El caos o un milenio entero encerrados? Por lo menos conmigo será más divertido y no tendrá que hacerle caso a unos viejos decrépitos — dice la mujer con una sonrisa en la cara.
— ¿Y tú quién eres? — pregunta Cole mirándola con desconfianza, algo en ella no le caía bien y menos cuando saco una serpiente coral venenosa de su escote.
— ¿Mi nombre? — pregunta ella besando a la culebra — No importa, lo único importante es el caos. Ven Escorpio, con tus poderes formaremos un nuevo reino.
La chica de cabello rubio y ojos marrones mira a su amigo, para preguntarle — ¿Cómo te llamo?
— Debe ser una loca obsesionada con los signos Zodiacales — dice el joven a su amiga y luego la aleja de él, la mujer les había lanzado la coral y el reptil comenzó a crecer.
Ambos chicos gritan del terror y como pueden, salen de ese lugar. Empujando a la mujer de la entrada y ocasionando que se cayera al suelo.
Ambos prefirió vivir, que ser respetuoso y ser atacado por un reptil.
— ¡Confiesa! — grita la rubia a su mejor amigo — ¡Es una de tus exnovias!
Cole esquivando a las personas y huyendo del reptil, le responde — ¡Yo no tengo tan mal gusto! ¡Y todas mis ex, me aman! Sigue corriendo derecho, crucemos a la izquierda, ahí están algunos alumnos de la universidad entrenando. Con suerte y uno de ellos, mata esa cosa.
Penélope no le contesta, pero asiente y sigue a su mejor amigo. Esperando que salgan vivos de ese ataque sorpresa.
Cole llegó al campo de entrenamiento de la universidad, con su rubia amiga cerca de él y una serpiente venenosa persiguiendo sus pasos. Al menos habían alcanzado llegar hasta el exterior, era más espacioso que adentro de la universidad.
— ¿Opciones? — pregunta Penélope al ver como la culebra los rodeaba y mostraba sus colmillos.
— Que no te dejes morder — dice Cole mirando a la criatura con cuidado, pero se sorprende al ver a la enorme serpiente imponerse frente a ellos, abrir la boca y escupir veneno.
Ambos esquivan el ataque y ven horrorizado, como la tierra donde cayó el veneno comienza a derretirse. Formando un asqueroso charco de ácido en el suelo.
La enorme coral volvió a atacar, pero está vez el veneno dio en una especie de campo protector.
— ¿Qué es esa cosa? — pregunta un chico serio, tenía el cabello castaño rizado que caía sobre su hermoso rostro, la piel morena y ojos verdes como el jade — Es asquerosa.
— Cole metiéndose siempre en problemas, deberías darte un baño de vainilla. Para quitar esas malas energías — dice una voz dulce detrás del chico de ojos verdes, era una joven de baja estatura, el cabello castaño y largo, sus ojos eran de un tono raro. Eran de un violeta muy claro, su piel era morena.
La joven se acerca con una sonrisa al gran monstruo, que se golpeaba contra el escudo y cuando la ve le muestra los colmillos.
La joven solo le sonríe y le dice a la majestuosa criatura — No te tengo miedo, mi poder es más peligrosos qué tú.
La joven alza sus manos y al hacerlo, una enorme planta carnívora sale detrás dela culebra y sé come a la criatura de un solo bocado.
La chica sonríe y va hacia su amigo que desactivo el escudo.
— ¿Viste? Te dije que sería fácil — dice ella riéndose de la situación — Ahora vamos Vicente, tenemos clase de química.
El chico suspira y mira a su amiga — Teresa, tú me das más miedo que esos monstruos.
La castaña únicamente se ríe y le dice — Esa es la idea, así nadie se mete contigo.
Ambos se van sin decir nada, dejando a una Penélope de mal humor y un Cole cansado.
— ¡No sé quién es peor! — se queja la rubia con su amigo — Si ella o Andrea, son unos presumidos.
Cole la ignora, no tenía tiempo para debatir con ella sobre que compañero estudiantil era peor. Se sentía cansado y débil, también frustrado de no poder usar sus poderes, si tan solamente las pesadillas no invadieran su mente.
No pensaría que sus poderes era de personas malvadas, él no tenía la culpa que sus habilidades se relacionarán con la oscuridad.
¿En verdad sus poderes significaban algo malo?
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Una niña misteriosa, había llegado afuera de la universidad donde estaban los elegidos. Era pequeña, de piel morena, cabello blanco lleno de rizos y sus ojos eran de color avellana, se encontraba descalza y tenía un lindo vestido blanco.
— Según el oráculo, los signos zodiacales están en este lugar — murmura la niña, viendo el pequeño espejo que poseía en sus manos — ¿Estarán los 12 aquí? ¿Tendré que buscarlo en otra parte?
La pequeña suspira de cansancio y se sienta en el suelo, aunque estuviera caliente por el sol. A ella pareciera que no le molestara, estaba enojada y al mismo tiempo agotada, los dioses en vez de darle un cuerpo de un humano adulto. Le dieron de una niña, según y porque era una estrella joven.
— ¿Cómo sabré quienes son los signos zodiacales? — se pregunta la niña, observando como los alumnos entraban y salían del instituto. Sin postergar más la misión, entra al enorme establecimiento para buscar a los elegidos.
Esperaba que fuera fácil y que nada se saliera según lo planeado.
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— El dios Apolo es conocido como el dios de la luz, la música, las musas, la inteligencia, la profecía, el arco con flechas, la lira, la medicina, la peste, del Oráculo y otras cualidades más, se cuenta que es el segundo dios más fuerte por debajo de Zeus y era un dios muy querido, aunque eso no le salvo que le fuera mal en el amor. Un día provocó al dios Eros en su forma bebé, diciendo que las pequeñas flechas que llevaba eran de juguetes y no servirían de nada. Lo que fue un error, porque Eros le dio con una de sus flechas para que el amor que sentía a una ninfa se fortaleciera y a la ninfa de nombre Dafne le disparo con una flecha de plomo, para que odiara al dios del sol — comenta Andrea a su mejor amiga, ambos estaban bajo un árbol hablando sobre los dioses griegos.
Una chica de cabello largo liso y de color castaño, de ojos verdes, estaba escuchando con gran admiración el relato.
— Que romántico, adoro las historias con finales tristes. Es lindo como el amor de tu vida muere en tus brazos — comenta la chica con un suspiro y tomando sus libros de química entre sus manos.
Andrea sonríe por las ocurrencias de su mejor amiga, solamente a Casandra se le podría ocurrir que un final triste sería trágico.
— Yo pienso que no debió meterse con el dios del amor, solo un idiota lo haría. Si lo reflexionaba un poco, el castigo qué le dio Eros era lógico.
Casandra mira a su amigo con una sonrisa y le pregunta con dulzura — ¿Tú nunca te has enamorado?
Andrea la mira confundido — ¿Para qué? El amor es un sentimiento que te distrae, hay cosas más importante que andar de manita sudada con alguien.
Casandra al escuchar esa respuesta se decepciona un poco, pero trata de no mostrar su expresión y comienza a crear pequeños pétalos de flores en sus manos — ¿Y si un día te llega el amor?
Andrea analiza la pregunta y después se ríe — Eso es imposible, soy demasiado genial para caer en eso. El amor es solamente para los idiotas.
Andrea se levanta y extiende su mano — ¿Vienes a clase? Ya comenzará la siguiente en unos pocos minutos.
La chica le sonríe, pero niega lentamente, tratando de no mirar a los ojos de su mejor amigo — No, me gustaría tomar un poco el sol.
El chico asiente y se va con los libros en la mano.
— Que idiota — murmura una voz masculina saliendo del otro lado del gran árbol — Inteligente en unas cosas y estúpido en otras.
— Por lo menos no es un grosero — comenta la chica con el ceño fruncido — Deja a Andrea es paz, si sigues hablando mal de él. Pensaré que también te rechazo a ti.
El chico de cabello blanco y ojos verde esmeralda se ríe, después mira divertido a la chica con una sonrisa desafiante — Primero; tengo buen gusto para fijarme en ese imbécil y segundo; tú jamás te le has declarado siempre te quedas callada.
La castaña se levanta del suelo y se va, dejando a Michael sólo. No podía creer lo bobo que era a veces, por lo menos Andrea era más amable y no un tonto.
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