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La Heredera Del Mafioso

CAPITULO 1-AYLA, ACOSO.

¿Y ustedes que harían si alguien las acosa desde muy temprana que edad? ¿Qué pasa si un día te dicen la verdad sobre tu orígen? ¿Qué harías si te dijeran que no eres producto de un amor si no de una violación o al menos así lo vió tu madre? Y por último...¿Qué pasaría si un día te dicen que debes irte a vivir con tu padre al cual nunca en tu vida has visto? Pues te diré lo que me a mí pasó a mí doce años.

Mi nombre es Ayla, Ayla Villacordova, tengo doce años y vivo con mi madre en el rancho de sus padres, mis abuelos maternos, ¿Has escuchado alguna vez sobre el acoso infantil? Pues que te digo, yo lo estoy viviendo en carne propia.

___ Hola pequeña.- dice Bruno, un hombre mucho más mayor que yo.

___ Usted...- dije en un susurro cuándo se atraviesa en mi camino.

___ Hace días que no te veía por aquí, ¿Estás enferma o algo parecido? No has ido a clases.- se recuesta sobre una roca gigante, la escuela no está a diez minutos de mi pequeña residencia, es poco transitado, vivimos en un pueblito muy chico con pocos habitantes y aquí todos somos pobres, si, vivimos en la pobreza.

___ ¿Y lo pregunta...?.- aprieto las tiras de mi mochila la cual cuelga de mí hombro y espalda.

___ Simple curiosidad. ¿No ha venido tu madre por ti?.- indaga curioso.

___ Eso es algo a lo cual no tengo que responderle ni a usted ni a nadie.-contesto a la defensiva.

___ Oh pero que carácter.-finge sorpresa con algo de sarcasmo.

___ Escucha pequeña.- se acerca un poco, doy un paso atrás viendo cómo la gente anda en lo suyo, muchos compañeros de la escuela pasan sin siquiera nortarme.___ ¿Sabes quién soy, no?

___ Si, sé quién es, no es la primera vez que se acerca a mi.

___ Oh, me recuerdas.

___ Hace una semana que se pasea cerca de mi escuela.

___ ¿Y sabes cuál es el motivo?

___ No.

___ Tu eres ese motivo, he visto a muchas niñas de tu edad, muy rancias por supuesto, tu me has llamado la atención desde el primer día en el cual me di una vuelta. Estás muy...- intenta acercarse más pero doy otro paso atrás.__Desarrollada.- termina diciendo, ante esto trago grueso mirando hacia la estación de policías la cual está muy lejos de donde estamos. No digo nada simplemente luzco aterrada con lo que acabo de escuchar, hago un ademán de irme pero él me toma del brazo para detenerme.___ ¿Crees que puedes evitarme Ayla? ¿Crees que tú actitud puede hacerlo? Equivocada, pequeña, cuándo menos lo esperes vas estar a merced de mi cama, espero que así sea, espero conseguirlo por las buenas porque no me quieras ver obligado a hacerlo por las malas.- me da una mirada que me recorre desde las rodillas a dónde cae mi falda hacia los últimos botones de mi camisa la cual está casi hasta el cuello. Me suelto bruscamente pero me agarra una vez más.

___ No...¿Qué hace?.- digo aterrizada cuándo acerca su cara a mi oreja para decirme algo sucio, algo que no sé si una niña como yo pueda imaginar.

___ Eso fue todo.- dice alejándose después de alejarse de mí.___ Ah. Y hueles jodidamente delicioso.- se aleja sonriente mientras se mete a su lujosa camioneta gris. ¿Qué fue eso? Corro hacia mi casa la cual queda en la parte trasera del pueblo, un rancho con pocas comodidades pero muy acogedora.

Mamá: ¿Qué pasa Ayla?.- dice mi madre cuándo entro como alma que lleva el diablo tirando mi maleta en el sillón con mucha rabia.

___ Es...me sigue acosando.- dije en voz baja casi para mí, ni aún así mi madre logró escuchar un pedazo de lo que había susurrado.

Mamá: ¿Acosando quién?.- dijo ella hundiendo el entrecejo muy desconcertada.

___ Él.- lo había dicho en un aterrador susurro.

Mamá: ¿Él? ¿Quién?.- mamá se secó las manos en el mandil de la cocina y se acercó a mí muy desconcertada. Yo me senté en el sillón, traía la mirada perdida. Recordé las veces que lo había visto, él entrando a la cafetería del pueblo, él pasándose en la camioneta y bajandose las oscuras gafas de sol para mirarme, él pasándose cerca de mis amigas cuándo estábamos en grupos, me miraba a mí, todo el tiempo me observaba. Cuándo salía tarde de hacer tareas de casa de mis compañeras del salón, la única diferencia es que siempre había una o más amigas acompañándome a mi residencia, lo bueno de todo es que vivíamos a menos de 40 metros por lo cual cuando estaba rodeada con una o más de ellas yo me sentía segura. Un día me dió la curiosidad de querer acercarme a su camioneta, esta estaba estacionada frente a la abarrotería del pueblo, pero gran error él venía en mi dirección y cuándo pasó cerca de mi sentí un frío recorrer mi cuerpo, ese mismo que sentía cuando veíamos pelis de terror en casa de una de mis amigas. Él pasó muy cerca de mi, casi rozando mi hombro, había más espacio pero no, él decidió pasar por mi lado y eso me aterró, ¿Quién era él? Cuándo encendió la camioneta bajó el oscuro vidrio y me guiñó el ojo una vez que se bajó las oscuras gafas de sol que traía puestas. Una vez que él se había marchado me acerqué a la abarrotería y le pregunté al señor qué atendía, de hecho era el propietario.

___ ¿Sabe usted quién es ese hombre?

* Acaba de llegar al pueblo, vivía en otro condado, según los rumores es parte de la mafia italiana.- dijo el señor muy fresco limpiando la estantería.

___ ¿Qué?

* Qué trabaja para la mafia,otros dicen que es un duro de la mafia que se está escondiendo aquí temporalmente pues le quieren cortar la cabeza porqué le ha hecho fraude a la mafia Rusa.- dijo mirando hacia todos lados, esta vez había bajado la voz, como si no quisiera ser oído por nadie.

___ ¿Qué es lo que trafica la mafia?.- dije tragando grueso, no sabía nada sobre el tema y necesitaba saberlo. Necesitaba saber más sobre él. Y no porque me interesara o algo parecido sino porque su presencia me ponía muy nerviosa e incómoda, incluso hubo un momento en el cual me daba inseguridad salir de casa, hace unos días estuve con algo de alergia por comer mariscos, no asistí a la escuela, bueno ya era mi primer día en colegio. Desde el primer momento en el cual lo había visto y él me había visto algo me decía que ese hombre representaba peligro, un día sin siquiera pensarlo escuché una conversación de unos alumnos del último año de bachillerato diciendo que él le había ofrecido vender algo de droga para que la distribuyera dentro del colegio.

* Drogas, lavado de activos y... blancas.

___ ¿Blancas?.- hundí el cejo.

* Mujeres...- aseveró el viejo, dí un respingo y me fui corriendo de allí.

***

Mamá: Hay una persona acosando a mi y hija y apenas me entero?.- mamá estaba algo disgustada conmigo, estábamos caminando hacia el huerto, mis abuelos no podían enterarse de nada o al menos eso pensamos hasta que mi madre se alejó por un buen trecho, luego regresó, había llorado, se estaba secando las lágrimas.

___ Mamá...- dije y también se me salieron las lágrimas.

Mamá: Mafia...esto se trata de mafia.- mamá suspiró negando con la cabeza.¿Qué sabes sobre la mafia mamá?___ No puede ser, no.- negó una vez más.

___ ¿Tú...?.- hundí el cejo y me limpié las lágrimas.

Mamá: Tu padre...- sollozó.

___ Nunca has hablado de él.

Mamá: Ni siquiera sé porqué quiero decírtelo ahora.

___ Solo dímelo y ya.

Mamá: Es parte de esa maldita mafia Rusa.

___ ¿Qué...?

Mamá: Escúchame...- dejó a un paso la cesta, acunó mí cara en sus manos.___ Nunca quise volver a hablar de él, no creí necesario pero creeme la mafia deja marcas, secuelas muy severas y yo fui una de ellas, talvez no quieras oír mi desagradable y historia Pero lo que sí tengo para ti es que tu padre vive.

___ ¿Y por qué me lo dices hasta ahora?

Mamá: Por qué no quiero que se repita la misma historia o una parecida.

___ ¿De qué hablas?

Mamá: Ese hombre que te está acosando...te va a tener cueste lo que cueste, hagas lo que hagas vas a ser de él. Pasé por algo similar, si no es a las buenas es a las malas pero de qué va a tenerte lo va a hacer y yo tengo que hacer algo. No puedo permitir que él dañe tu niñez, tu adolescencia, la que a mí me quitaron alguna vez.

___ No ¿De qué estás hablando? Tu... dijiste que él había muerto, que mi padre había muerto.

Mamá: Para mí si, desde el momento en el cual todo salió a la luz.

Abuelo: Hija...- dijo mi abuelo detrás de nosotros, mí abuelo venía con mi abuela la cual se sostenía del bastón.

Mamá: Se va a repetir.- se dirigió a mi abuelo el cual se llevó una mano a la boca. Mi abuela se detuvo en seco.___ Tenemos que hacer algo.- dijo mamá acercándose a ellos, y para ese punto yo ya no estaba entendiendo nada. Mamá me tomó de la muñeca y me llevó dentro de la casa, mis abuelos venían detrás de nosotros, mamá comenzó a cerrar puertas y ventanas antes de hacernos sentar en el sillón.

___ ¿Qué es esto?.- dije confusa.

Mamá: Nunca hablé de tu padre, pues ahora vas a conocer el verdadero porqué.- dijo ella cruzándose de brazos no sin antes tronarse los dedos de las manos y... esto lo hacía cada vez que se sentía nerviosa o ansiosa y de hecho yo había heredado esa misma costumbre. Mamá comenzó la historia, trabajaba a tiempo parcial en casa de unos "millonarios"los cuales eran propietarios de muchas casas, fincas y dueños de otras cosas que no quiso contarme.

Comenzó diciendo que todo era paz y tranquilidad los primeros días, ella limpiaba pisos junto con siete muchachas más, ellas se dispersaban para repartirse los oficios, pero todo cambió cuándo su jefa una mujer con carácter duro y prepotente a la cual odiaba muy en el fondo, se fue de vacaciones por dos meses pues según ella estaba embarazada y necesitaba distraerse visitando a su padres, su esposo un hombre del mismo aura y carácter era conocido cómo uno de los millonarios más cotizados del momento, él se quedó solo en casa mientras su esposa se daba sus vacaciones por Inglaterra en casa de sus padres, una noche él parecía estar completamente ebrio, había terminado la fiesta una que él había organizado con mujeres en ropa interior, la casa olía a humo de tabaco, mamá y las demás chicas estaban a unos cuartos alejados a un costado de la casa, era casi medianoche y todos se estaban yendo con las fufurufas a las cuales ya habían manoseado a su antojo, de hecho mamá cuenta que para nadie de los que trabajaba para él era un secreto que cuando su esposa no estaba organizaba unas fiestas privadas en casa que pasada la medianoche se terminaban, esa noche ya todos se habían ido, ellas ya se habían ido a descansar pues su turno había llegado a su fin habían terminado de limpiar todo y el reloj ya casi daba la una de la madrugada, el hombre se acercó a la nevera por otra cerveza mientras ella le dió las buenas noches y se fue a su alcoba, antes de irse él le había dedicado una mirada algo extraña a la cual ella no le dió importancia. "Borracho" dijo su subconsciente.

Cuándo estaba por ponerle el pestillo a la puerta él tocó y ella abrió, le sonrió y seguido de esto le dijo que necesitaba hablar con ella sobre algo de la limpieza de la casa. Y no fue así ya que cuándo ella se disponía a salir para hablar en otro sitio él la tomó de los hombros y le arrancó la ropa de un solo tirón, ella quiso gritar pero él le susurró algo al oído que la paralizó por completo que no supo en qué momento él estaba encima de ella.

"MATARÉ A TUS PADRES SI INTENTAS ABRIR LA BOCA PARA GRITAR".- era lo que él le había susurrado, en ese momento el subconsciente de mí madre se dejó llevar recordando que mis abuelos eran la única familia que tenía. No tenía hermanos, ni tíos cercanos, de hecho era hija única, por lo tanto aceptó su destino.

Mamá siguió contando que cuando se enteró de su embarazo él la echó un mes más tarde antes de que su esposa se enterase de que él había estado con mi madre, le dió dinero a cambio de su silencio a cambio de que no dijera nada pero también le advirtió que no hiciera nada estúpido para intentar deshacerse del bebé ya que consideró que aquel no tenía la culpa de sus errores, también dijo que él recordaba claramente cuándo se metió a su habitación y que por más borracho que estuviera él era consiente de lo que estaba haciendo.

Mamá: Por un momento consideré el hecho de practicarme un aborto.- lloraba mí madre, yo aún estaba en un estado de shock.

Abuela: Pero tú padre y yo decidimos darle la razón a ese infeliz de tu padre, tu no tenías la culpa de nada.

Abuelo: Eres un angelito inocente. El cual llegó a nuestras vidas para darnos felicidad absoluta.- mi abuelo también lloraba. Mis lágrimas caían sin conciencia alguna. SOY EL FRUTO DE UNA VIOLACIÓN A UNA MENOR DE EDAD, SOY UN ERROR.

Abuela: Cuándo naciste, tu madre quiso dejarte con alguien, pero tú abuelo se lo impidió, tenías tres días aquí con nosotros que se encariñó por completo así que convenció a tu madre de que no lo hubiera.- mi abuela miró a mí madre la cual lloraba y me miraba con cierto ápice de culpabilidad.

Mamá: Lo siento, lo siento tanto.- mamá se levantó del sillón y se postró a mis pies. Se arrodilló y me pidió perdón. Yo solo me levanté y me alejé perdiendome escaleras arriba. No te odio madre pero en este momento solo estoy confundida, esto es nuevo para mí, es soportable que no me hayas querido al principio pero lo que no soporto es el hecho de que soy fruto de una violación.

CAPITULO 2- AYLA

Pasaron muchas horas desde que me encerré en la habitación, era de noche, no siquiera había bajado a cenar con ellos, no quería, no tenía hambre se me había ido el apetito y solo tenía ganas de seguir llorando.

Tengo un padre.- dije llorando. Toda mi vida había recordado que ella decía que había fallecido y que había sido un buen hombre el cual me ha ia visto nacer, el cuál la había amado pero todo había sido una vil mentira, mí padre había abusado de ella cuándo tenía mi misma edad y talvez por eso le dolía a mí madre, quizás por eso le recordaba tanto a ella. Sin siquiera tocar entró a mí habitación y se sentó al borde de la cama, me giré y le di la espalda.

___ Ha sido todo una mentira, me has mentido en estos doce años.- me limpié las lágrimas.

Mamá: Fue por tu bien.

___ Ah, no querías que tuviera algún tipo de trauma. ¿Sabes lo madura que soy? No, no lo sabes, te la pasas en el huerto regando tus flores a las cuales les das mucho más amor que a mí.- indagué con cierto ápice de molestia.

Mamá: Eso no es cierto...- dijo ella con cierta nostalgia, sabía que la estaba hiriendo con mis palabras.

___ ¿Sabes que es lo que más me molesta?

Mamá: Ayla por favor.

___ Llevar su apellido. ¿Por qué me pusiste el nombre de un abusador?

Mamá: Porqué él así lo pidió.

___ ¡Te echó como una vil ramera madre! Y aún así...aún así me dejaste su apellido.

Mamá: Ayla...

___ Si antes no detesté tenerlo pues ahora sí, ahora sí desteto ese maldito apellido el cual por mucho tiempo me hiciste creer que había sido de un buen hombre, uno que te había amado y respetado y mis abuelos...ellos también lo sabían, ellos también me lo ocultaron. Mi vida es una mentira.- me senté en mi cama. ¡Me mintieron!.- negué.

Mamá: Tú...¿Quieres conocerlo?.- esa pregunta me hizo mirar drásticamente a mi madre.

___ ¿Pero qué...? ¿Qué carajos acabas de decir?

Mamá: ¿Quieres conocer a ese hombre?

___ Estás de coña.- me levanté lista para salir de casa e irme a algún lugar donde nadie pudiera molestarme.

Mamá: Espera.

___ ¿Qué? ¿Qué otra estupidez vas a decir?

Mamá: Vas a irte con él.-estaba de espaldas colocándome un suéter con mangas pero su respuesta me detuvo en seco y me congeló por completo. Me giré le lentamente, por un momento pensé que era una broma que le había escuchado mal pero no, estaba con la cabeza gacha mirando el suelo.

___ ¿Qué acabas de decir?

Mamá: Qué tienes que irte con él.

___ Espera... ¿Tengo?.- dije pasmada.

Mamá: O de lo contrario serás una víctima más de la trata de blancas.

___ ¿Cómo sabes eso?

Mamá: Lo he averiguado hoy en la tarde, ese hombre está aquí para secuestrar mujeres y meterlas al tráfico de drogas y prostitución. Ayla...tu no sabes lo oscuro y retorcido que es ese mundo de la mafia. Y si tú no te vas con tu padre...

___ ¿Qué...? ¿Qué dices?

Mamá: Serás una víctima más y ni tu, ni tus abuelos y ni siquiera yo podré hacer algo al respecto¿Entiendes?.- mamá portaba una firmeza enorme en sus palabras, una dureza en ellas me hizo ver que no se trataba de ningún tipo de bromas y...¿Quién podría jugar con algo así? ¿Quién podría bromear? A estás alturas entendí que todo podía ser menos una broma.

___ ¿Y él si? ¿Ese señor que dice ser mi padre si puede?

Mamá: Tiene mucho poder.

___ Yo tengo más poder que él, puedo tener el control de las cosas.

Mamá: Tienes doce años Ayla.

___ No te confundas, en un mes cumplo trece.

Mamá: Sigues siendo una niña.

___ ¿Cuándo dije que no?

Mamá: Ayla, escúchame, solo él puede salvarte de todo esto. Solo él tiene el poder de ayudarnos.

___ ¿Y a ti en qué va a ayudarte?

Mamá: Con que te tenga con él me estaría ayudando.

___ ¿Tú quieres que me vaya con él? Por Dios mamá, no has sabido de él en años ¿Qué te hace pensar que ahora vas a saber de él?

Mamá: Tengo su número de teléfono.- dijo mostrando un pequeño trozo de papel con un número telefónico. Todo este tiempo ha tenido su número y como nunca me dijo la verdad nunca ha hablado con él¿Era capaz de hablar ahora?

___ ¿Has estado en contacto con él, madre?

Mamá: No...pero está en otra ciudad, sé dónde está. Todo el siempre lo he sabido.

___ ¿Y me lo dices hasta ahora?

Mamá: Ayla...

___ Podemos salir de esta, no voy a irme con un hombre al cual le traigo mala sangre por lo que te hizo.

Mamá: Ayla por Dios, entiende que no podemos...

___ ¿Hacer nada?.- la había interrumpido.___ Podemos juntas, créeme que si.

Mamá: No sé cómo puedes ser tan madura, tienes doce años Ayla.

___ Solo estoy siendo una persona fuerte, con todo esto, creeme eres afortunada pero una cosa si es segura, no quiero irme de aquí.- le dije y cuándo estaba por salir ella me detuvo.

Mamá: ¿Quieres ser vendida al mejor postor? ¿Eso quieres?

___ Mamá...- intenté decir.

Mamá: No tienes nada que pensar, te vas a ir con él y de eso me encargo yo. Prefiero mil veces alejarte de mi a saber mucho más después que eres una prostituta porqué un maldito te metió a ese mundo del cual muchas no logran salir, tenía una amiga, le hicieron lo mismo pero ella se suicidó después de que la vendieran como carne fresca en el mercado. Dime...¿Tu quieres eso? ¿Quieres que un viejo sucio te meta a su cama solo para arrancarte la inocencia?.- una vez más mamá dejaba caer gruesas lágrimas. A mí también me duele.

___ No...- tragué grueso. Mis ojos brillaban. Las ganas de gritar de la desesperación y la rabia me tenían apresada.

Mamá: Me duele, dirás que no, pero me duele, no quiero alejarte de tus abuelos y mucho menos de mí pero si no lo hago, créeme la mafia persigue y una vez que sepan dónde estás van a ir por ti, por qué ya te han fichado con tan solo una mirada.

___ ¿Cómo sabes tanto?

Mamá: Aprendí mucho después, cuando estuve embarazada de ti para ser exacta.

___ ¿Tengo otra opción?

Mamá: No, al menos que... cambio de identidad, que te vayas lejos, esperemos que no sea inútil.

___ Joder.- maldije entre dientes.¿Qué hay del suicidio? También puede ser una salida pero...mis abuelos...

Mamá: Cuándo tengas la mayoría de edad podrías regresar a casa, en seis años las cosas pueden cambiar.

___ Seis años...- repliqué mirando el suelo.

Mamá: Hablaré con él, solo será temporal.

___ No quiero irme...

Mamá: Pero debes hacerlo.

Las lágrimas cayeron por mis mejillas, no supe en qué momento me encontraba abrazando a mí madre, lloré como una magdalena cuándo acepté que esa era mi realidad.

Mamá: Es por tu bien, solo con él estarás a salvo.

***

No sé en qué momento había amanecido, yo me encontraba durmiendo en el sillón mientras que mi madre se había pasado toda la noche sentada intentando localizar a ese hombre que decía ser mi padre y después de todo había tenido éxito.

***

___ Abuelo...- dije llorando mientras lo abrazaba, había amanecido y era la hora de la despedida, mi abuela también comenzó a hipar del llanto así que me apresuré lo más pronto posible a la puerta con una pequeña maleta en manos. Me dieron su bendición, mi abuelo intentó hacerse el fuerte por mi abuela ya que ella tenía problemas al corazón pero por más que lo intentó no logró conseguirlo.

Pedimos un taxi el cual nos llevaría a la otra ciudad, eran dos horas de camino, vaya incluso parecía hacerse corto el camino, después de tanta plática, llanto e incluso cosas que aún me quedaban por saber decidí escuchar a mi madre.Contó cómo la pasó durante el embarazo, como lloraba con frustración al verse así embarazada de un hombre que la había tocado por varios días seguidos, aunque no la lastimaba como ella se lo hubiera imaginado, sin embargo él decía que solo era temporal, cuándo su esposa estuviera de regreso mamá sería libre. Y así fue, una vez que fue libre y yo salí de su panza ella se dedicó al trabajo absoluto en su invernadero de platas de todo tipo, mi madre es joven, buena persona y muy bonita pero sin embargo nunca tuvo intenciones de salir con algún hombre, en doce años ella nunca volvió a conocer a uno que tuviera intenciones de una relación, porqué cada que sentía que uno se acercaba ella huía ya que decía que ella era madre soltera y que no tenía interés en tener algo, simplemente se dedicó a mí. Y así es como en doce años ella ha estado más sola que una cabra el catorce de febrero, mamá dice que en la navidad en la cual estuvo embarazada sus amigas le regalaron mucha ropa y cosas útiles para bebés, que después de abrir los regalos dejó de llorar por como se sentía o estaba, desde entonces dedicó más tiempo a coser cositas para mí, cuándo estaba por nacer ella me esperó con ansias aunque una vez que nací y me tuvo en sus brazos y vió lo parecida que era a él quiso deshacerse de mi pero mi abuelo ya se había encariñado y eso que solo habían pasado dos tres días, mamá superó su recaída, luego de eso dijo que yo era lo más bonito que ese hombre le pudo haber dado sin importar las circunstancias en las cuales me había obtenido.

Y después de dos horas de camino estábamos ahí, al frente de esa mansión la cual estaba rodeada por más de ciento cincuenta hombres armados con trajes negros y lentes oscuros. No voy a negarlo, al principio tuve miedo, mucho miedo cuando mamá se acercó y uno de ellos le apuntó en el pecho, otro de ellos venía con un par de niños de la mano el cual venía hablando por celular, él le dijo algo a aquel hombre que estaba apuntando a mí madre y este bajó el arma. Las grandes rejas de la mansión de abrieron dando a paso a una enorme mansión la cual tenía colores básicos con un enorme jardín, mis ojos recorrieron las enormes puertas y ventanales, dentro de esta ya hacía muchos más hombres armados por todos los rincones de la mansión, dos de ellos venían detrás de nosotras, uno traía a los niños de las manos mientras que el otro venía solo, por un segundo me giré y uno de los niños me sonrió, uno de cabello castaño de ojos cafés claro.

Cuándo pusimos un pie dentro de la casa una señora venía a paso apresurados hacia nosotras, esta se acercaba de forma extraña y en menos de lo que pude procesar había abofeteado a mí madre.

Mamá: Sara...- dijo tocándose la mejilla. Yo me llevé las manos a la boca de forma automática.

Sara: ¿Qué haces aquí?.- la miró con un ápice de molestia e indiferencia absoluta.

Mamá: Vine a ver a Francisco.

Sara: ¿Con que cinismo te atreves a poner un pie en mi casa?

Mamá: Disculpa te he dejado en claro el porqué estoy aquí.- mamá puso máscara de hielo y elevó su mentón. Eso mamá, no te dejes. Y por un momento lo sospeché.La esposa de mi padre. Haber no tendría por qué decirle así, no se lo merece. Pero mamá me enseñó muy bien y dice que si ella pudo perdonarlo yo también, así que tocaba esperar si podía llegar a hacerlo, soy muy rencorosa, mamá dice que aunque es poco lo que conoció de ese señor, supone que parte de él habré haredado. Volviendo a lo de antes dice que cuando nací lloró del enojo cuando vió que tenía mucho parecido a él, muchas reacciones que ella recordaba perfectamente, pero mi abuelo le hizo entender que yo no tenía la culpa.

Sara: Cuanto cinismo Cristina, no quisiera sé porqué no le he hablado a seguridad.- negaba con la cabeza, las miradas que le echaba a mí madre eran odio total, uno que se podía ver reflejado en sus ojos. Pero dejó de mirarla así cuando se enfocó en mi con más interés uno muy desagradable que aunque no tenía intenciones de ocultarlo se notaba a leguas que a mí era a quién odiaba más, incluso más que a mí madre pero cuándo iba abrir para boca para decir una palabra un niño apreció detrás de ella, mí madre me dejó detrás de ella al igual que aquel niño, también se veía de mí edad al igual que los dos que habían entrado con nosotras¿Eran hijos de ese señor? ¿Todos?

Benjamín: ¿Mamá...?.- le dijo a su madre, este se veía muy inocente. Su madre le hizo dar un respingo cuándo gritó.

Sara: ¡Saquen a esta mujer y a esta escuincla de mi casa!.- los guardias se miraron y agacharon la cabeza pero no hicieron nada y entendí el porqué cuándo un señor de barba muy alto con un aura que destilaba poder y prepotencia se acercaba a grandes zancadas mientras traía un cigarro en la boca, este se acomodó el traje y se pasó la mano por el cabello.

CAPITULO 3-PAPÁ

Don Francisco: ¿Qué son esos gritos?.- dijo en un apice molesto y prepotente. Sus ojos se posan en mi madre y luego bajan a mí, su mirada me recorre de pies a cabeza y una vez más mira a mi madre, mira a mi madre una vez más.___ Cristina...

Mamá: Francisco...

Don: Por favor, ven a mí despacho y trae a la niña.- dice dando la vuelta.

Sara: Alto, ¿Qué carajos significa esto?

Don Francisco: Lo sabrás muy pronto, por ahora encierrate en tu habitación que después hablo contigo.

Sara: No pensarás quedarte con ella.- la mujer empuña sus manos.

Don Francisco: Eso no sería asunto tuyo.- se va en la misma dirección en la que vino. Aquella mujer, Sara, ahora sé su nombre, bien, Sara se va llevando a jalones a aquel niño que le había llamado mamá.

El hombre con los dos niños nos muestra una enorme puerta la cual abre con sus dos manos, los niños me miran con curiosidad y uno de ellos le sigue sonriendo.

Mamá: No creí volver a verte, han pasado casi trece años.

Don Francisco: Dejemos el sentimentalismo a un lado.- apaga el cigarro en un cenicero. Me sigue observando en especial los ojos.

Mamá: Se llama Ayla.- hace referencia a mí.

Don Francisco: Tiene mis ojos.- dice y entonces confirmo, este señor es mi padre, no miente, tengo el mismo color de ojos, mi madre los tiene muy oscuros pero los míos son verdes.___ Ayla...- pronuncia lentamente.

Mamá: Sabes su edad, no hace falta decirlo.

Don Francisco: Tiene la edad de Benja, mi hijo.- se encoge de hombros. Benja se llama aquel niño y es mi hermano. Tenemos la misma edad.

Mamá: Te expliqué el porqué estoy aquí.

Don Francisco: Ese infeliz, no le ha hecho nada¿no?

Mamá: Ella dice que no.

Don Francisco: Si me entero de que si, lo mataré, a él y a toda su mugrosa familia.

Mamá: No hables de violencia delante de nuestra hija.- dice entre dientes apretados.

Don Francisco: ¿Crees que has traído a la niña para que viva su vida de en sueños y de color rosa? Créeme será todo menos una fresa en esta casa.- su tono de voz parecía intimidar a mí madre, ¿Fresa? ¿Es eso una fruta, no?

Mamá: Por favor dime qué no es lo que estoy pensado.

Don Francisco: Es una Villacordova, ¿Qué esperabas Cristina?

Mamá: Es una niña.

Don Francisco: Lo es, lo veo perfectamente pero no será una débil. Será entrenada para que mi apellido no quede por el piso, no será como lo es mi hijo.

Mamá: Solo serán seis años, me la devolverás.

Don Francisco: No te preocupes,no tengo intenciones de quedarmela para siempre.

___ Mamá...- dije cuándo el me volvía a recorrer.

Don Francisco: Será difícil aprender pero lo sabrá llevar, en este momento ya tengo al personal indicado para su entrenamiento.

Mamá: Quiero venir a verla una vez al año, ¿Puedo?- mamá dijo temerosa. ¿Una vez al año? No mamá, por favor no, que sea más seguido mamá te lo supli...- dije en mi subconsciente.

Don Francisco: Después de seis años o nada.

Mamá: Por favor...- suplicó.

Don Francisco: ¿Crees qué puedes convencerme con tus súplicas?.- se levantó de su silla y caminó a alrededor de nosotras, mi mamá comenzó a llorar y yo la abracé, por un segundo crucé miradas con ese señor, en ese segundo pude dedicarle mi mirada más desafiante, me miró con cierto interés, me encajó una ceja y se nos quedó viendo, mi madre estaba cerrada como la última cosa a la cual quisiera dejar ir.

___ Señor...- me alejé de mi madre para hablar con él por primera vez.

Don Francisco: Señor...- replicó él con ironía.___ El señor está en los cielos, yo soy tu padre. Papá es cómo me vas a llamar, de lo contrario tu entrenamiento será mucho más largo del que he asignado para ti.- sus prepotentes palabras me hicieron sobresaltar de un respingo.

___ Señ... digo, papá. ¿Es verdaderamente usted mi padre?

Don Francisco: Supongo que por eso estás aquí, aunque si necesitas una prueba de paternidad, créeme será inútil, no Benja que es mi hijo se parece tanto.

___ ¿De verdad?.-lo miré curiosa. Me ojeó las trenzas que traía y la ropa vieja y los desgastados zapatos que traía en ese momento.

Don Francisco: Tu, tu tía y yo hemos heredado los ojos de mi padre. Es increíble que te parezcas a mí madre, ni siquiera mi hermana se parece tanto. Pero bueno, lo importante es que ya estás aquí, Ayla, me gustaría decir que voy a dejarte descansar pero hoy mismo en la tarde comienza tu aventura con nosotros. Así que por favor, despídete de tu madre, no tengo todo el día.- salió del que parecía ser un despacho, este tenía cierta similitud al del banco del pueblo. Mamá comenzó a llorar, decía lo mucho que me iba a extrañar y de verdad yo también se lo había dicho, a pesar de todo ella me quería y yo a ella, a mis abuelos y a todas las personas a las cuales iba a dejar a un lado por seis años, seis años lejos de ellos, esperaba al menos ver a mis abuelos de buena salud y no pasando peripecias ni hambre.

Luego de la amarga despedida mi madre se fue dejándome con el corazón vuelto trizas, me dolía mucho. Mi padre entró minutos después con otro cigarro en la boca.

Papá: ¿Te has despedido ya?.- se sentó frente a mí.___ Siéntate, necesitamos hablar.- me mostró la silla frente a él, ni siquiera la había visto.

___ Gracias...- me senté y me limpié las lágrimas.

Papá: Ayla, bonito nombre, con mi apellido suena demasiado bien.- sonrió un poco, yo me mantuve en silencio absoluto.___ ¿Eres muda?

___ No.- contesté.

Papá: ¿Has dado un golpe alguna vez?

___ No.

Papá: Bien, ¿Has visto un arma alguna vez?

___ No.

Papá: Bien, ¿Has matado un animal alguna vez?

___ No...ellos...son inocentes.- parecí aterrado de tan solo imaginarlo.

Papá: ¿Y crees que las personas no?

___ Depende de que clase de persona sea.

Papá: Hmhm, buen punto.

___ Yo...¿mataré a alguien alguna vez?

Papá: Si, yo lo hago todos los días. Al principio te costará, ya después será normal. Te acostumbrarás.

___ No quiero asesinar a nadie.

Papá: Pues tendrás que hacerlo.

___ Pensé que vendría a vivir con usted por seis años y que luego...

Papá: ¿Te irías así como así? No, nada de eso. Has venido aquí a entrenar, estudiar y aprender de lo que somos. Porque si eres mi hija eres parte de mi y de lo que soy.

___ No soy una asesina.

Papá: Pronto te convertirás en una, puedo darte un título por ello.

___ No necesito un título y no quiero asesinar a nadie.

Papá: Vaya carácter, ese mismo necesito para que sepas defenderte. Cuéntame¿Está viviendo por ahí cerca ese infeliz?

___ ¿Lo conoce?

Papá: Si, se llama Bernard.

___ Se hace llamar Bruno.

Papá: No te creas, no es su nombre real. Tiene familia el muy hijo de puta aunque intenta ocultarlo, solo que hay un problema, no sabemos cuántos son y quiénes son pero sabemos que la tiene.

___ ¿Y qué haré?

Papá: Ahora a conocer el personal y a algo de entrenamiento.

___ ¿Entrenamiento?.- dije con confusión.

***

No sé en qué momento me ví tirada en el suelo, habíamos llegado a un lugar dónde prácticaban entrenamiento cuerpo a cuerpo e incluso había para aprender a disparar eso había dicho él, los dos niños de mi edad estaban allí, uno de llamaba Leonardo y el otro Damián, Damián era quien me había golpeado y yo tenía que defenderme, ese era el entrenamiento, aprender a defenderme cuerpo a cuerpo, una vez terminado el entrenamiento tenía que descansar y luego volver a darme de golpes con el otro. Al principio cuándo empezamos Damián no quería pero eran órdenes, él estaba entrenando para ello, papá me miraba a lo lejos mientras traía unas gafas de sol y una bebida en manos. Al final le pude acertar un golpe en las costillas, mi boca sangraba, mi nariz sangraba, el sabor metálico de la sangre ya hacía saliendo a chorros, ni con eso a papá le daba tanta importancia, solo quería ver cómo golpeaba o me dejaba golpear de mis pequeños entrenadores.

Después del entrenamiento seguimos con arma, para ese entonces ya eran adultos los cuales me estaban enseñando, Damián y Leonardo ya no estaban cerca, después de entrenar comenzó a llover, todos comenzaron a irse y los niños llegaron conmigo.

Damián: Tu padre quiere que vuelvas con él.

___ Auch, está bien.- me quejé, me dolían las costillas de tantos golpes. ¿Así es como me entrena? Casi me matan.

Leonardo: Somos buenas personas pero estamos aquí para entrenarte, nuestros padres son parte de aquí y hemos aprendido.

Damián: ¿Cuál es tu nombre?

___ Ayla.

Damián: Lindo nombre, el mío es Damián Salvatore.

Leonardo: El mío es Leonardo Salvatore.

___ ¿Son primos o algo así?.- dije intrigada.

Leonardo: Nuestros padres son hermanos.

___ Ah, bien.

Damián: Debes volver con el señor.

___ ¿Esto es entrenamiento? Hará que me maten de seguir así.

Damián: ¿Por qué estás aquí?

___ Soy su hija, me está entrenando según él, pero más bien está consiguiendo que muera de una hemorragia interna.- casi sonreí cuándo Damián me extendió la mano para ayudarme a levantar del césped. Tomé su mano y me levanté.

***

Los siguientes días han sido así de tortuosos como el primero, extraño a mí familia, este señor es un poco descabellado. El primer día no cené y para ducharme me tardé tres horas ya que ni vestir me podía, he tenido que soportar los malos tratos de su esposa y de ese niño que es mi medio hermano, me estoy quedando en la primera planta ya que ni los escalones para el segundo piso he podido subir, mi padre ha tenido muchos problemas con su esposa y para variar a cada nada está hablando mal de mí e insultandome todo el tiempo. He tenido que sentarme con ellos a la mesa por educación y orden de mi padre pero si por mí fuera comería con los empleados en la cocina. No voy a negarlo, la casa es enorme, tiene un campo solo para caballos y según en unos días iremos a una casa del lago para mis clases de natación ya que no sé nadar, Damián es quien me va a enseñar pues lo ha elegido mi padre, mí cuarto es de ensueños y aunque casi no paso allí es muy acogedor, por un segundo olvido para que y porqué estoy aquí. Extraño a mí familia cada maldito día que pasa, los ojos me arden de desvelarme y el apetito no me ayuda, ayer en la noche celebraron el cumpleaños de Benjamín mi medio hermano, papá salió y yo me encerré en mi alcoba, no he tenido contacto con mí madre, por más que se lo he pedido papá no accede y de paso no puedo decirle señor. Los días aquí son completamente aburridos, me la paso en la parte trasera de la casa aprendido puntería y arquería con Damián y Leonardo. Un día más amanece y ayer tuve clases de combate cuerpo a cuerpo donde casi me sacan la madre y hoy ni ponerme de pie puedo, papá ha regresado de su viaje y me ha llamado ya que según tiene algo muy importante que decirme, y yo cruzo los dedos esperando que sea algo bueno como permitir hablar con mi madre y mis abuelos, pero no, a raíz de que no me llevo nada bien con su esposa dice que tiene algo muy importante puede interesarme más de lo que pueda imaginarme. Espero qué se que me vaya lejos de ellos, a mi casa por ejemplo.

Sara: No ha querido comer con nosotros.- dice en un ápice de desagrado. Me estaba leyendo un libro y ya había cenado, ellos estaban cenando frente a mí.

Papá: Ayla.- eso había sonado como un regaño.

Sara: Dile Benja, no quiere jugar contigo.

Benjamín: Tampoco es que quiera jugar con ella.

Papá: Benja.- lo regaña.

Benjamín: No hay niños interesantes aquí.

Papá: Leonardo, Damián y tú hermana están aquí. Juega con ellos.

Benjamín: Ellos son servidumbre.

Papá: No les llames así.

Sara: Oh sí, Benja, no hagas eso, recuerda que ellos son como los segundos hijos de tu padre.- quiere con algo de sarcasmo irónico.

Papá: ¿Sara tu también?

Sara: Cambiando de tema, en una semana nos vamos a Polonia con mi familia, espero no te importe.

Papá: Bien, me parece bien, yo también salgo a México por algo y Ayla viene conmigo.

Sara: Espera cuándo Benja te dijo que quería ir a valle de bravo contigo no quisiste y ahora tu hija te pide que quiere ir y la llevas?

Papá: Se está enterando en este momento si es que me está prestando atención.

___ ¿Eh?

Benjamín: Buenas noches.- se levanta torciendome los ojos, al parecer voy a ir con mi padre a México y no les ha gustado para nada la idea. Sara también se levanta de su silla y se va indignada.

Papá: ¿Cenamos Ayla?

___ Está bien, comí pero está bien.- me siento cerca de él. Los del personal llevan mi cena y comemos.

Papá: ¿Qué tal tu día?

___ Estuvo bien.

Papá: ¿Qué tal el entrenamiento en el lago?

___ No he vuelto a meterme al agua.

Papá: En dos semanas iremos cuándo estemos de regreso.

___ ¿A dónde vamos?

Papá: México, valle de bravo.

___ Está bien.

Papá: Es verdad que no has cenado con tu hermano.

___ Hablan mal de mí todo el tiempo.

Papá: Precisamente te tengo noticias, vas a ir a estudiar a otro lugar, pero si quieres ir a la misma escuela que Benja no cuestiono.

___ Está bien.

Papá: Cuándo termines iremos al despacho, tengo unas cosas que mostrarte sobre tu estudio y la maestría.- ¿Maestría? Pero si yo solo estaré aquí hasta mis dieciocho años.

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