Camille Fitzgerald es una mujer que sabe lo que es estar realmente rota y que con el tiempo ha aprendido a recoger los pedazos salvables de su vida y a dejar ir los que se hicieron polvo.
Camille es fuerte, valiente, gentil, inteligente, hermosa, a ojos de cualquiera, lo tiene todo, pero ella sabe que no es cierto, no tiene paz y después de lo que ha vivido se rehúsa a creer en el amor.
Théodore Williams también es el típico hombre que lo tiene todo, dinero, belleza, estatus y es uno de los hombres más cotizados, tiene amigos, familia, un perro... Pero no ha encontrado a su otra mitad y nisiquiera la echa en falta, puesto que tiene una negativa rotunda al compromiso y la idea arraigada de no creer en el matrimonio.
El ha sido testigo del amor, ha visto lo hermoso y poderoso, pero también, lo horrible y destructivo que puede llegar a ser ese añorado sentimiento.
¿Que pasa si dos personas que se niegan al amor, tropiezan repetidamente hasta poner sus vidas de cabeza?
¿Que pasa cuando comienzan a dudar de todo en lo que dicen creer firmemente?
¿Habra acaso un pequeño espacio para que florezca el amor, para que llegue la paz?
¿O acaso será una completa guerra?
Hola queridos lectores, se que llevo tiempo con esto pendiente, pero por fin estoy de vuelta y lo prometido es deuda, he aquí la sinopsis de Amor a Segunda Vista. La historia de Théodore y Camille... solo he de decir que el camino entre ellos es largo y escabroso, con altibajos, llanto, miedo, una historia realmente complicada que poco a poco los va llevando a los brazos del otro, van a odiarme en más de una ocasión y quizás a algunos la historia no les parezca adecuada o apropiada... me disculpó de antemano y a los que deseen emprender el viaje conmigo, disfruten de la historia 💖💖💖
...***PROLOGO***...
No se si estoy muerta… pero de estarlo lo único que puedo sentir es alivio.
Justo ahora siento alivio.
Alivio de no poder sentir más dolor.
Mi cuerpo está completamente adormecido y mi mente está demasiado exhausta como para pensar en algo más allá que la paz que me recorre.
Mis ojos tratan de rechazar la intensa luz que reflejan los bombillos del recibidor, creo que muy en el fondo, sé que no estoy muerta, pero si estoy muy cerca de morir y no estoy asustada.
No tengo ganas de sobrevivir, no tengo ganas de levantarme o de luchar.
Porque cuando pasas de vivir en una fantasía a una pesadilla a tiempo completo, no te quedan ganas de nada.
Lo único que puedes preguntarte es en qué momento se fue todo a la mierda.
Después de dos años haciéndome la pregunta, tengo bastante claro cuál fue mi momento.
Fue cuando lo conocí. Cuando Robert Mars entró a mi vida, bueno, un poco después, cuando nos casamos, desde ese punto todo se fue a la mierda tan de prisa cómo fue posible.
Lo único que quiero es cerrar los ojos y descansar por siempre.
Así que cierro los ojos…
Señora Mars, abra los ojos, quédese con nosotros –escucho a lo lejos los gritos desesperados de algunas personas- Señora, por favor trate de mantenerse despierta.
Pero me siento tan ligera y mis ojos tan pesados que simplemente me dejo arrastrar en la nebulosa.
CINCO HORAS ANTES.
Estoy usando un impecable vestido blanco y zapatos del mismo color, mi cabello bien estirado en un moño elaborado, sin un solo pelo fuera de lugar, maquillaje perfecto, labios color carmín, un brazalete de oro, un reloj de oro, aretes y collar del mismo material reluciente ante las luces.
Mis gafas de montura suplantadas por lentes de contacto, no puede haber defectos, debo lucir impecable y ser perfecta.
Si hay algo que Robert odia, son los defectos, y si hay algo que yo odio, es hacer que se moleste, así que bajo las escaleras diez minutos antes de su llegada y verifico que todo esté preparado en la cocina.
El chef ha terminado y un pequeño equipo de catering fue contratado para atender minuciosamente la velada, todo debe salir perfecto, es una cena en la que estarán socios importantes y sus esposas, compruebo que el solomillo de res este cocido a la perfección, los aderezos, las ensaladas, reviso todo con total atención, verifico la temperatura de los vinos que se van a servir y una vez que estoy segura de que todo está perfecto me sitúo cerca de la puerta.
Escucho el auto de Robert, detenerse fuera y la puerta del auto cerrarse cuando baja, así que abro la puerta para recibirlo, no salgo, simplemente aguardo a que él se acerque, recibo su abrigo, planto un beso en su mejilla y tomo el maletín de sus manos, dejando todo en su lugar, cuatro hombres trajeados junto a sus acompañantes se acercan y recibo los abrigos de todos para colocarlos en el recibidor, hago pasar a todos y les invito a sentarse en el salón dispuesto para las conversaciones más formales.
El ambiente es agradable y una botella de vino es vaciada inmediatamente, luego de eso me dirijo al comedor donde todo está listo, indico a todos pasar a sentarse y hago lo propio mientras disponen la comida a todos.
Ya a punto de terminar, me permito un respiro de alivio, todo salió perfectamente.
Los invitados comienzan a levantarse y también yo, es cuando todo mi esfuerzo se va a la mierda, uno de los socios al pasar a mi lado no se da cuenta lo cerca que está, y tropieza conmigo, al ver que el impacto podía hacerme caer me sujeta rápidamente de la cintura mientras se disculpa, yo me retiro de su agarre rápidamente indicando que no pasa nada, pero es tarde, lo veo en los ojos de Robert, habrá consecuencias para mí.
- Lo siento mucho, he arrojado vino en su vestido –dice el hombre mirando la mancha que ahora adorna sobre mi pecho- Pagaré por el sin ningún problema.
- No es necesar…
- Mi esposa no necesita dinero para otro vestido, puede tener una tienda completa de ellos si lo desea.
- No quise ofenderte, Robert, ni a tu esposa, mil disculpas, creo que es momento de marcharme.
- Hasta luego, me disculpo por el inconveniente –todos deciden irse y mis manos tiemblan cuando me despido del último invitado en la puerta.
Robert no dice nada, sé que no va a decir nada mientras los de catering estén presentes, por lo que aprovecho para ayudar a llevar todo a la cocina y controlar mis ganas de llorar en algún rincón, Olivia se acerca a mí y me da un ligero apretón en las manos tratando de reconfortarme, ella se encarga de la limpieza de nuestra casa y ha sido testigo del infierno que puede desatarse por una simple copa rota o hasta por menos.
Robert se detiene en la puerta, lo sé no solo porque siento su mirada, si no por lo pálida que Olivia está de repente, me giro para ver su rostro inescrutable, preguntándome una vez más como puede esconderse un monstruo bajo esa fachada de hombre intachable y ese rostro apuesto.
- Vamos arriba.
- Claro –me giro a Olivia- Por favor Olivia, encárgate del pago a los chicos de Catering, el sobre esta sobre el escritorio del despacho, allí están los cheques de cada uno, luego puedes retirarte, ten buenas noches.
- Claro señora, buenas noches, buenas noches señor.
Robert ni siquiera responde antes de emprender su camino a las escaleras, lo sigo sin otra opción.
Cuando llego a mi habitación él me mira y cierra la puerta mientras tiemblo por dentro.
- Eres una maldita perra –dice despacio acercándose a mí- ¿Crees que no me di cuenta de cómo te pavoneabas frente a esos hombres, de cómo te encanta llamar la atención, crees que no vi como ese imbécil te miraba las tetas con la excusa de la mancha?
- Robert…
Escucho el golpe antes de sentir el escozor del cinto en mi pantorrilla y suelto un grito ahogado a causa del dolor.
- Eres una ramera, si lo que quieres es sentir a un hombre, pues siéntelo.
Y el infierno habría sido un mejor lugar para estar cuando sube mi vestido de un tirón y nuevamente me deja sin dignidad, la sangre recorriendo mis piernas cuando caigo al suelo, pero no ha acabado, no está satisfecho, así que comienza a darme latigazos con su cinto, en la cintura, en los muslos, en la espalda, sitios que pueda cubrir, al principio grito de dolor y le ruego que se detenga, pero es una bestia, llevo dos años viviendo esta pesadilla, las palabras que me dijo la primera vez siguen grabadas a fuego en mi memoria.
No dudes de mí, si llegas a decir una sola palabra de esto o tratas de huir de mí, me será muy fácil hacer que tu pequeña hermanita conozca este mismo tipo de dolor y lo lleve en su piel justo como vas a llevarlo tú.
Me quedo en silencio, sollozando y soportando las sacudidas de mi cuerpo cada vez que el cuero muerde mi piel, no puedo permitir que él le haga daño a mi hermana, no puedo permitir que le haga daño a nadie más, así que cuando se cansa de golpearme y humillarme, cuando se aleja y sale de la habitación, no dudo en levantarme cómo puedo y cojeo con dificultad detrás de él.
No tengo nada que perder, porque me ha quitado la voluntad de vivir, pero no me ha quitado las ganas de proteger a mi hermana, la única persona que me queda en el mundo, por quien daría todo, hasta lo que no tengo, así que no dudo dos veces cuando veo la oportunidad de acabar con el monstruo.
Está bajando las escaleras y me acerco lo más rápido que puedo, cuando voltea es demasiado tarde, ya me he lanzado a él y lo empujo de las escaleras con todas mis fuerzas dejándome ir con él.
Espero que se muera y yo igual.
Camille
- ¿Qué fue lo primero que pensó cuando despertó esa mañana hace cuatro años en el hospital? –mi nueva terapeuta es agradable, con su sonrisa ensayada y sus palabras reconfortantes.
Lo primero que pensé… Quizá esta vez la honestidad total me ayude a avanzar y no necesite otro terapeuta más adelante.
- Lo primero que pensé, fue que no estaba muerta, lo sabía porque podía sentir la sabana áspera bajo la piel de mis brazos, percibía el odioso aroma a antiséptico típico de los hospitales, entonces supe que no estaba muerta.
- Y eso era bastante afortunado.
- No lo vi así en ese momento, Dra. Sullivan –ella me estudia mientras hace una seña para que continúe hablando- Yo no quería vivir, no me malentienda, no tengo pensamientos suicidas, no tengo ganas de aventármele a un auto al cruzar la calle, ni de tirarme de algún puente, nunca he tenido la intención de hacerme daño.
- Entonces, ¿por qué no se sintió aliviada de estar viva?
- Porque si yo estaba viva, el infierno no había terminado.
- Pero si terminó.
- Es por eso que no veo la razón de estar aquí sentada, de nuevo tomando terapia.
- Sabe la respuesta, dígala en voz alta.
- Robert, será liberado bajo fianza por buen comportamiento.
- ¿Y cómo se siente al respecto? –me mira y le soy una sonrisa que sé que no me llega a los ojos.
- ¿Además de decepcionada de cómo funciona la ley? –ella asiente y me da una mirada que me llena de ira, no necesito la lástima de nadie- No le temo, ya no.
Si hay algo en lo que soy buena últimamente, es en mentirme, porque sé que aún tengo pesadillas algunas noches, pero me niego a pasar la vida con miedo.
- Camille, sé que ha sido una experiencia horrible y está bien, no estar bien.
- Lo estoy, no lo estuve durante bastante tiempo, perdí demasiado mientras estuve con él, y aún seguí perdiendo cuando ya él no estaba… Me cansé de perder, recuperé mi vida, tengo un trabajo que me gusta, una casa bastante bonita y estoy bien, no siempre, algunas noches vuelvo a ese infierno en sueños, pero ahora sé que solo es eso, una pesadilla.
- Muy bien, nos veremos dos veces al mes para comenzar, si vemos que no es necesario, bajamos las sesiones a una vez al mes, partiremos de ahí… Camille, es una mujer muy valiente y muy fuerte, no deje que esto la afecté hasta hacerla retroceder, él no lo vale, no podrá acercarse de nuevo a usted.
- Gracias, Dra. Sullivan.
- Ahora… con respecto a los hombres, sé que es una pregunta difícil, pero… ¿Ha vuelto a tener alguna relación en estos cuatro años?
- No emocionalmente, pero si físicamente… Sexo, alunas veces, no demasiadas, creo que me arruino más en unos aspectos que en otros, a pesar de todo…
Y es cierto, más o menos, no me asusta tener sexo, solo me asusta no tener el control de la situación.
- Muy bien, debe sentirse orgullosa de usted misma.
- Gracias –no sé ni por qué agradezco.
- ¿Podría traerme unos documentos que necesito mañana en la tarde?
- Tengo una boda mañana… Pero si es urgente.
- No, tráelos en la próxima cita entonces, no quiero interferir.
Me despido de la Dra. Sullivan y salgo del consultorio, sintiéndome un poco más tranquila, no me encanta la idea de volver a terapia, se siente como un pequeño retroceso, pero sé por qué me lo sugirieron y simplemente no me permito pensar demasiado a fondo.
Él estará libre en un par de meses, pero nunca más podrá hacerme daño, no voy a permitirlo.
La tarde termina de pasar con rapidez y salgo de trabajar algo temprano, casi todas las chicas iremos a la despedida de soltera de Nadia, una de las modelos de nuestra empresa, es una empresa de marketing de modas, ropa, zapatos, accesorios, todo, yo soy la diseñadora en jefe y también fotógrafa algunas veces, cuando se necesita.
Así conocí a Nadia, una joven preciosa y brillante, con un carisma único, va a casarse con uno de nuestros modelos, Samuel, fue una relación bastante corta, pero ambos se ven felices.
Ya en casa me doy un baño y me envuelvo en un vestido corto y tacones, mi cabello ahora es largo hasta mi cintura y cae en ondas rubias, maquillaje para una noche movidita y estoy lista.
- Te ves preciosa –mi hermana Celina me mira desde el sofá, la abrazo.
- Gracias, nos vemos pronto, cuídate, cierra bien la casa.
- No te espero despierta… -suelta una risita y me voy como alma que lleva el diablo.
El club es bonito y está bastante lleno, aunque el área al que me dirijo es una Vip que fue reservada para la ocasión, por lo que hay bastante espacio, me sorprendo al ver a algunos hombres entre las chicas, avanzo hasta encontrar a Nadia y le doy un fuerte abrazo.
- Esto es hermoso, felicidades –ella sonríe demasiado.
- Gracias por venir, Cami, realmente me hace feliz tenerte aquí.
- Claro, lo que digas –me jala a la barra y nos pedimos un trago cada una- Hay hombres, eso es una sorpresa.
- Espero que una bastante buena –suelto una carcajada- Samuel y yo somos bastante unidos ¿puedes creer que hicimos una despedida conjunta?
- ¿Me debo alegrar o demo sacarte de aquí con alguna excusa?
- Alégrate, pero no por mí, yo de igual manera iba a terminar en la cama únicamente con mi hombre… alégrate por ti que puedes elegir al que gustes, créeme que ese que llevas es un vestido bastante atrevido.
- Es lindo.
- No, no es lindo, es sexy y tienes a muchos hombres pensando lo mismo que yo.
Una parte de mí está consciente de todas las miradas sobre mi trasero, y tengo que admitir que cuando elegí el vestido solo pensaba en pasarla bien con un hombre caliente, por lo que asiento y simplemente sonrío, voy a cumplir mi cometido, así que me muevo a la pista de baile y de inmediato una mano se posa en mi hombro y un aliento fresco roza mi cuello haciendo erizar mi piel, solo que sus palabras no son exactamente las esperadas.
Interesante forma de comenzar la noche.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play