-¿Mami, porque no puedo contarle a nadie que soy una hechicera? – Preguntó la pequeña Leila de 05 años a su madre Wanda.

-Leila imagina un mundo en el cual coexisten la magia y la tecnología, ¿sería maravilloso?

-Si mami sería maravilloso.

-Pero que ocurriría si debido a que hechiceros muy oscuros en el pasado hicieron tanto daño a las personas de Nadine que ahora más que temerles a los hechiceros son odiados por todos los ciudadanos y deben ser destruidos.

La pequeña niña observó a su madre con mucho miedo, la abrazó y comenzó a llorar.

-¡!! No quiero ser una hechicera mami!!! – Respondió Leila llorando.

Wanda sonrió amablemente a su hija y la consoló, ella lamentaba mucho infundirle miedo, pero no tenía más opción que hacerlo si quería que llevara una vida más “normal”.

-Leila, prométeme que este será nuestro pequeño secreto.

-Lo prometo mami, nunca le voy a contar a nadie que soy una hechicera.

-Yo lo sé mi princesa.

No era la intención de Wanda llenar de miedo a su hija Leila, pero era necesario que desde pequeña entendiera el riesgo que corría si se conocía sobre sus poderes.

La preocupada madre sabía a lo que se enfrentaba su hija porque ella también era una hechicera, pero debido a que nunca quiso aprender cómo usar sus poderes, ahora eran muy débiles y lo único que podía hacer era ocultar la magia que existía en su hija hasta que ella misma pudiera hacerlo.

-No te preocupes mi pequeña, qué mamá siempre te va a proteger.

La ciudad de Nadine era la más importante de todo el continente, en ella se podían encontrar la tecnología más avanzada y la magia, esto último en una pequeña medida y de forma muy oculta, porque en esta sociedad tan moderna era un tabú ser un hechicero.

Había muchos charlatanes y eso contribuía al prejuicio de las personas hacia los hechiceros, solo unos pocos eran reales y su poder era inigualable, lo cual rozaba en lo imposible, en el pasado existieron hechiceros oscuros muy malvados que causaron mucho daño y por eso entre los ciudadanos de Nadine la magia era muy temida y a la vez odiada.

Ninguna familia respetable admitiría que entre sus integrantes nació un hechicero, por eso cuando sus dones eran descubiertos, estás personas eran aisladas y su magia neutralizada.

La familia Escalante descendía de un hechicero oscuro muy poderoso, aunque eso siempre se mantuvo oculto, porque si eso salía a la luz perderían su prestigio, además debido a que la magia en Nadine se fue extinguiendo, todos creyeron para su alivio que no nacerían más personas con dones en la familia y por varias generaciones no hubo ningún hechicero hasta que nació Leila.

El actual líder de la familia Claudio, cuando contrajo nupcias con Wanda, lo hizo porque ignoraba que ella poseía magia y ese era el motivo por el cual se fue extinguiendo el don de la familia Escalante porque evitaban relacionarse con hechiceros.

Debido a que poseía algo de magia, Wanda fue la primera en notarlo y a pesar de que debía reportarlo a las autoridades, ella conocía como era el método con el cual le quitaban sus dones a los hechiceros y era destruyendo sus mentes, la idea de que su adorable niña se convirtiera en un ser sin voluntad era insoportable, desde pequeña la enseñó a ocultar su poder y así pasó desapercibida no solo por sus familiares sino por las personas en general, los únicos que conocían su secreto era su mejor amiga Arisha y su hermano mellizo Evan.

Con el tiempo, Wanda se dio cuenta de que Leila era muy poderosa, así que debió ponerla en contacto con otras personas con sus mismas habilidades para aprender a controlarse, para su maestro Dimitri era sorprendente porque esta niña era sumamente poderosa debido a que era descendiente de uno de los más poderosos hechiceros oscuros que alguna vez existió en este mundo.

Leila Escalante creció y ahora era una adorable chica de 25 años que tenía una apariencia de fragilidad, ojos de un azul profundo, su cabello oscuro y piel muy blanca poseía una gran belleza, estos eran los rasgos característicos de un hechicero muy poderoso, ella se destacaba por la clarividencia, sus visiones eran muy acertadas y eso más que una bendición con el tiempo se convirtió en una maldición para ella porque podía ver el futuro, sin embargo, no tenía suficiente poder para cambiarlo.

-Maestro, debe haber alguna manera de evitar este destino – Le suplicó Leila a Dimitri.

-Leila, incluso usando todo mi poder es muy difícil, porque se requiere el uso de magia prohibida – Dimitri dijo esto con mucho temor.

La magia prohibida se trataba de encantamientos que no todo hechicero podía realizar y que requerían de un gran poder, pero también exigía hacer un intercambio, para recuperar algo debías entregar algo del mismo valor.

-Debo hacerlo maestro – Dijo Leila con preocupación.

Leila desde hace un par de semanas tenía una visión horrible sobre la decadencia de su familia y ella quería evitarlo.

-Leila, si existe un hechizo, pero debes recordar que se necesita de gran un sacrificio ¿Estás dispuesta a hacerlo?

-Estoy dispuesta maestro.

-Bien que así sea – Sentenció Dimitri.

El maestro hizo un encantamiento y frente a ellos apareció un libro muy desgastado debido a su antigüedad, pocos hechiceros tenían la capacidad para realizar cualquiera de estos encantamientos, Leila lo tomó entre sus manos y comenzó a leerlo y fue justo allí cuando se dio cuenta a lo que se refería su maestro, sintió mucho pesar, pero si no lo hacía muchas personas sufrirían las consecuencias.

Dimitri observó lo contrariada que Leila se sentía debido a lo que tenía que hacer y se compadeció de su pupila, la conocía desde niña y sabía que esto era muy importante para ella, pero Leila era una mujer para la cual su familia valía cualquier sacrificio.

-Leila, lo bueno es que luego no recordaras nada de lo que aquí ocurrió.

Le dijo su maestro mientras le tocaba la frente y colocaba un hechizo para alterar la memoria.

-Olvida – Hablo en un lenguaje desconocido para Leila

-¿Qué hizo maestro? - Preguntó Leila con curiosidad

-Es solo un hechizo de protección Leila y espero te sea de ayuda - Respondió Dimitri

Una semana después ……

La familia Escalante estaba integrada por los padres Claudio y Wanda y sus tres hijos Boris, Blas y Leila, y eran una de las familias más prestigiosas de la ciudad de Nadine a pesar de su pasado relacionado con los hechiceros.

Boris, de 35 años, era un hombre muy exitoso y cordial, economista de profesión, aunque nunca había ejercido su carrera, era el resultado de una aventura extramatrimonial entre Claudio y su asistente Jezabel, de la cual se decía era una hechicera, pero nunca se había demostrado, cuando el chico tenía 10 años su padre insistió en traerlo a vivir con la familia y Wanda terminó accediendo porque no quería perder a su esposo.

El ambiente en la familia era muy hostil de puertas para dentro porque Claudio tenía un marcado favoritismo por su hijo Boris y siempre hacía a un lado a Blas y a Leila, mientras que Wanda, por su parte, aunque no trataba mal a Boris, ella favorecía a sus hijos.

Blas y Leila eran muy cercanos, pero a pesar de esto ella jamás le confesó a su hermano que era una hechicera porque él era hombre de ciencias y no creía en la magia.

Ante el inminente desastre que se acercaba, Leila decidió hablar con Blas para intentar convencerlo de que no cometiera el error que desencadenaría la desgracia de su familia.

-Blas, por favor no vayas a ese lugar – Le suplicó Leila  a su hermano

-¿De cuál lugar hablas Leila? – Dijo Blas fingiendo ignorancia.

-Sabes de cuál lugar estoy hablando Blas.

-Leila, hay cosas que uno no puede controlar, además eso no es tu problema.

-Por favor hermano, no lo hagas, Sol es una mala mujer y debes alejarte de ella de inmediato – Le dijo con mucha seguridad.

Blas observó con molestia a su hermana y sospechó que Arisha su prometida, seguramente habría ido a contarle a su hermana cosas sobre él y Sol, ese era el problema de ser novio de la mejor amiga de Leila.

-Blas como me gustaría que entendieras que la luz en tu vida es Arisha.

Leila tomó del brazo a su hermano y puso un encantamiento sobre él.

Blas estaba asombrado porque ignoraba que su hermana era una hechicera y antes de que pudiera reaccionar ella lo pinchó con una aguja de plata y sintió un ardor insoportable.

-Restaura el orden - Dijo en una lengua desconocida para Blas.

Blas estaba incrédulo ante esta imagen y se preocupó porque si su padre o Boris descubrían que Leila era una hechicera estaría en problemas.

-Leila, por favor no vuelvas a hacer esto, se pueden dar cuenta y por favor no opines sobre mi vida privada.

Le dijo Blas con mucha

molestia mientras subía a su auto y se revisaba el brazo, y para su sorpresa no tenía marcas a pesar del ardor que sentía en la zona.

En su visión, Leila veía como la desgracia de su hermano y de su familia ocurriría en el momento en el cual Blas le era infiel a su novia Arisha con su exnovia Sol.

Leila llamó su novio Evan porque él, aunque carecía de magia, sí creía en esta y sabía que las visiones de Leila eran 100% acertadas y quería evitar que ocurriera una desgracia que destruiría a ambas familias.

-Lo siento Evan, pero no pude evitar que mi hermano fuera a ese lugar.

-Intenta convencer a mi hermana durante la cena que yo voy a esperarla para evitar que ella entre a ese lugar y lo encuentre.

Blas Escalante, de 30 años, era el hermano mayor de Leila y era un hombre de rasgos finos, muy atractivo, piel trigueña, ojos pardos y debido a una incipiente calvicie rapaba su cabello, usaba una barba muy cuidada que le

profería una imagen muy sensual, medía 1,92 y su complexión era del tipo atlética, vestía a la moda y era considerado como uno de los solteros más codiciados de la ciudad, era el Gerente General de Escalante - Scott, una de las empresas más importantes de Nadine.

-Leila, a veces puede ser un poco neurótica, debo evitar que papá descubra que es una hechicera – Se dijo a sí mismo.

Blas recibió una llamada mientras conducía su auto y se sonrió porque se trataba de Sol y aunque evitó en muchas ocasiones lo que pensaba hacer esta noche, ya no podía más, estaba muy enamorado de ella y lamentaba mucho haber terminado con ella hace dos años, pero la caprichosa de Arisha se empeñó en ese estúpido compromiso y se vio presionado a hacerlo.

-Voy en camino Sol - Dijo Blas

-¿En serio vas a venir Blas? - Preguntó Sol con asombro

-Sí - Respondió Blas

-Aquí te voy a estar esperando - Dijo Sol con una maliciosa sonrisa

Ahora que Blas finalmente se hizo con el control de la empresa, podría terminar con Arisha y volver con la mujer que realmente amaba y casarse con ella, decidió llamar a su novia y decirle una mentira, porque quería una ruptura limpia con ella para evitar problemas con sus accionistas.

-Arisha puedes disculparme con mis padres, me surgió de última hora una cena con un potencial cliente.

-Está bien Blas que tengas mucha suerte, sé que lo vas a hacer muy bien y recuerda que te amo.

-Adiós, Arisha – Le dijo sin mucho interés a sus palabras porque odiaba su exceso de cariño.

Llegó a un reconocido hotel de 5 estrellas de la ciudad y la mujer que lo esperaba en ese lugar era su exnovia Sol Duarte, la había extrañado mucho desde que rompieron.

Sol Duarte era una rubia exuberante con un cuerpo muy curvilíneo, ojos negros y brillante sonrisa a los ojos de Blas, ella era casi angelical, pero a la vez apasionada, en cuánto entró en la habitación y la encontró solo usando esa sexy lencería de color rojo se encendió de inmediato.

-Realmente Viniste Blas – Dijo Sol fingiendo incredulidad

-Voy a terminar con Arisha, pero necesito tiempo para hacer las cosas bien.

-Está bien lo entiendo mi amor, y te prometo que seré paciente porque solo quiero que volvamos a estar juntos.

-Gracias por comprender mi Sol - Dijo Blas con una sonrisa

Blas la abrazó y comenzó a besarla, y fue la señal que necesitaba esta hábil mujer la cual era una experta en la cama, él olvidó por completo las advertencias de su hermana y en especial a la mujer que lo había ayudado durante este tiempo cuando su padre no lo creía capaz y jamás le exigió nada a cambio, sentía remordimientos el problema es que sabía que no era capaz de casarse con Arisha porque no la amaba.

-Como extrañaba esto Sol –Dijo Blas con mucha lujuria mientras le hacía el amor.

-¿Verdad que yo te hago sentir como te gusta Blas? No soy como esa aburrida de Arisha – Preguntó Sol con insistencia.

-Si mi Sol eres la única que sabes lo que me gusta – Respondió Blas dócilmente.

Blas no se daba cuenta, que estaba siendo grabado mientras le era infiel a su prometida Arisha con su exnovia Sol.

-Como extrañaba esto Sol - Gritó Blas en medio del éxtasis que sentía.

-Recuérdalo siempre Blas, tú eres mío.

-Soy tuyo Sol - Respondió Blas

Sol se reía con diversión porque había obtenido lo que quería y Blas muy pronto lamentaría mucho el error que acababa de cometer.

Arisha Scott, de 25 años, era una chica de complexión delgada, facciones finas y muy femeninas, de ojos verdes, no era muy voluptuosa, era de baja estatura porque apenas alcanzaba los 1,62 mts, había sido la prometida de Blas desde hace dos años y era la mejor amiga de Leila.

Arisha era la novia perfecta, siempre vestida acorde a la ocasión y luciendo su mejor sonrisa, trabajaba largas jornadas en la empresa de ambas familias y era la responsable del departamento de tesorería, a pesar de su juventud, era una devota hija, una entrañable hermana, una cariñosa yerna, con frecuencia cenaba con su suegra Wanda la cual no gozaba de buena salud y poco a poco se había ganado el aprecio de todos, solo una persona no valoraba su esfuerzo y era su prometido Blas porque la culpaba de haber terminado su relación con Sol debido a su insistencia de casarse con él.

Todos los jueves la familia Escalante se reunía para cenar, pero Blas aún no llegaba, poco antes de salir llamó a Arisha para mentirle sobre su ausencia en la cena familiar de esta noche.

-¿Arisha donde se encuentra Blas? – Le preguntó Wanda con curiosidad.

-Suegra me dijo que tenía una cena de negocios con un potencial cliente y que llegaría un poco tarde.

-Debió decirte que lo acompañaras – Reflexionó Wanda con tristeza

-Usted sabe cómo es Blas con su trabajo- Dijo Arisha un poco avergonzada

-Mamá, ya sabes cómo es Blas cuando se trata de captar a “potenciales clientes” – Dijo con sarcasmo Boris.

-¿Boris, cuantas veces te voy a decir que no llames así a mi madre? – Le preguntó Leila.

-Leila, por favor, haz silencio – Le reclamó su padre Claudio, muy molesto.

Claudio en todo momento apoyaba a su hijo mayor y eso molestaba tanto a Blas como a Leila, el problema era que la mayor accionista era Wanda y era muy cercana a los padres de Arisha por eso tenían el control, de lo contrario Boris, fácilmente, se habría convertido en su sucesor.

-Que sea tu hijo, no lo hace el hijo de mi madre y me parece una falta de respeto de tu parte papá que trajeras a vivir a la casa al hijo de tu amante y nunca me cansaré de decirlo.

-Leila, por favor tenemos invitados – Le recriminó Wanda.

Wanda decidió aceptar la situación dócilmente porque amaba a Claudio y no quería perderlo, sin embargo, Leila nunca lo aceptó.

Wanda no sabía que Leila podía ver el futuro y leía el aura de las personas, por eso conocía la verdadera naturaleza de su medio hermano, el cual podía fingir ser una buena persona, pero en realidad solo quería hacerse con el poder para destruirlos a todos.

-Leila, por favor estamos en la mesa y la comida te va a hacer daño – Le dijo Arisha con amabilidad a su cuñada y mejor amiga.

Leila observó a su amiga y se sonrió porque realmente la quería mucho, ella era la buena estrella de su familia y era una lástima que Blas no la valorara porque Arisha era el motivo por el cual su familia actualmente disfrutaba de tanta prosperidad, su aura era blanca y brillante, esta noche mientras Leila la observaba se dio cuenta de que esta se oscureció y no podía ver su futuro es como si ella se hubiera apagado, eso solo significaba una cosa que su terrible visión estaba por cumplirse.

-Arisha a veces puedes ser tan ingenua – Le respondió con mucho pesar.

El compromiso entre Arisha y Blas se debió a los intereses de sus familias y contrario a lo que creía Blas, la persona tras este era Leila y no Arisha porque ella tuvo una visión de que su amiga les traería mucha prosperidad y se lo comentó a su madre.

Wanda, debido a lo mucho que le agradaba Arisha y a que la conocía desde niña, estuvo de acuerdo de inmediato, además que no deseaba que Blas se casara con su prima Sol, con la cual tenía una relación oculta porque eran parientes cercanos y tenía fama de ser muy promiscua.

Los Escalante y los Scott eran socios comerciales y por eso Arisha y Leila habían sido amigas desde la infancia, cuando las empresas de ambas familias enfrentaban una serie crisis económica, se fusionaron y los resultados desde el principio eran mejor de lo esperado.

Claudio también apoyo ese compromiso, aunque al principio deseaba era que Arisha se casara con Boris, pero los padres de ella no estuvieron de acuerdo, gracias a este compromiso Claudio debió aceptar entregarle el control de la empresa a Blas y no a Boris como era su deseo. Blas nunca mostró interés por Arisha a pesar de que la conocía desde niña porque siempre le pareció poco agraciada, infantil, aburrida y demasiado perfecta, sabía que siempre estuvo enamorada de él y creía que ella había manipulado a sus padres para que presionaran el compromiso entre ellos.

Blas solo tenía ojos para Sol, su prima, de la cual debió separarse para complacer a su padre y así heredar el negocio familiar, pero nunca pudo olvidarla y aunque durante su noviazgo con Arisha nunca le fue infiel tampoco

era un novio muy cariñoso.

Entre Blas y Arisha no existía contacto íntimo, él siempre alegaba que debían esperar a estar casados y le daba largas a ponerle una fecha a la boda, por el contrario, Arisha estaba tan enamorada de Blas que ella sentía que todo su mundo giraba en torno a su amado y aceptaba dócilmente todo lo que decía.

Blas se sentía cada vez más presionado para fijar una fecha, aunque se daba cuenta de que su posición en la empresa era sólida y contaba con el apoyo de muchos de los accionistas y ya no necesitaba el compromiso con Arisha, el único problema, ella era una persona muy necesaria en la empresa porque era un prodigio de las finanzas, y, no podían darse el lujo de perderla debía hacer una ruptura limpia para no molestar a nadie y evitar que Arisha renunciara.

Sol, durante después de la ruptura se fue del país, recientemente regresó y Claudio insistió en que comenzara a trabajar en la empresa como la asistente de Blas.

El contacto a diario con ella lo enloquecía porque la extrañaba y la deseaba como un loco y llegó al punto donde ya no pudo más con la tentación, por eso se citaron en ese hotel para dar rienda suelta a la pasión que sentían el uno por el otro, aunque Blas le aseguró que estaba por terminar el compromiso y que solo necesitaba un poco de tiempo para hacerlo adecuadamente porque no era conveniente para la empresa la partida de Arisha.

Arisha continuaba en la tensa cena con la familia de su prometido y se daba cuenta de que Leila que estaba sentada a su lado tenía una expresión de mucho terror, Arisha se acercó para hablarle de manera que solo ellas dos pudieran escuchar.

-¿Qué te ocurre Leila?

-No puedo leer el aura tuya y de mis padres.

Arisha no creía mucho en la magia porque era una mujer de ciencia, pero muy tolerante y respetaba mucho las creencias de su amiga.

-Probablemente, necesites usar lentes – Le respondió a manera de broma

-No te burles, esto es muy serio, necesito hablar con mi maestro para ver porque ocurre esto.

-Leila, sabes lo que pienso al respecto – Le espetó Arisha.

-Ustedes dos, por favor respeten los modales en la mesa que estamos comiendo – Les reprochó Claudio