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El Prometido De Beatrice

capitulo 1: “la patética protagonista"

Beatrice Graham, desde su infancia siempre fue una mujer ejemplar, su madre la gran duquesa de Graham, era muy estrictas con ella con respecto a su pureza, no dejaba que la joven usará vestidos ni joyas elegante, solamente debía reservarse para su futuro esposo. Quién por derecho ella podía elegir entre sus pretendientes. Desde niña siempre tuvo a uno solo, era Víctor Belmore, hijo de los marqueses Belmore, aunque era de bajo estatus en la nobleza, fue de menos cuando Víctor demostró ser alguien con capacidades de heredar la familia Graham, era inteligente y astuto. Además que Beatrice siempre había estado enamorada de él desde niños, ya que fue el único que le demostró afectó puesto a que sus padre solo le dieron cariño con estudios y reglas absurda de cómo debe ser una perfecta esposa. Los años habían pasado y había llegado el momento de que la joven Beatrice confirmara quién sería el pretendiente elegido por ella. Al final siempre fue Víctor, entre todos los candidatos, hasta el príncipe de este reino era uno, pero él tenía mala fama por una cosa, era un mujeriego, así que tampoco le interesaba casarse con nadie. Sin embargo, ella había elegido a su amor de infancia y al tiempo después, ambos habían contraído matrimonio. Sin darse cuenta Beatrice que todo era un teatro por Víctor. Siendo el un marqués, al casarse con ella se convirtió en el gran duque de la familia Graham. Todo lo que él siempre quiso era ganarse el apoyo y el corazón de Beatrice solo por sus riquezas, y cuando al fin lo consiguió, dejó su doble cara y empezó actuar como un patán, tratando de indiferente a su pareja. Ya lejos de ser el santo hombre que le prometió a su esposa ser, ahora se mostraba su verdadera identidad.

Lejos de la familia de Beatrice, en la costa de Atena, donde ahí se hallaba el hogar de los recién casados, Víctor se atrevió a llevar a Chloe a vivir con ellos, una mujer que tenía contacto con él hace tiempo.

Llevando a esa chica con la escusa de que era una vieja amiga que queria visitar la costa por sus zonas turísticas. Aún con todas las señales encima, Beatrice aceptó eso, pensando que de verdad Chloe queria conocer esa zona. Un día, cuando ella se fue de compras por un regalo para su esposo, al volver a su residencia, sentía el presentimiento que no debía anunciar su llegada, con pasos lentos subió a su habitación y sin antes de llegar a la puerta se escuchaba rechinido de la cama provenientes de su alcoba. Ahí si actuó rápidamente y abrió con fuerza la puerta, asustando a los amante en pleno acto sexual. Beatrice al ver los rostros de Chloe y Víctor, en ese momento, tenía muchas emociones alteradas, más solo pregunta apretando el obsequio en la mano.

— ¿Por qué?

Víctor no se encontraba ni asustado, ni mucho menos apenado. Más bien, su rostro mostraba una decepción total.

— te creí más lista...

— ¿Jamás me quisiste?— preguntó ella, con lágrimas desbordando sus mejillas.

— no... No hagamos esto más difícil. Te propongo algo.

Un trato que solo era para conservar a su amante, era que ambos podían tener su propia pareja fuera del matrimonio. Aunque ya era muy tarde, Beatrice le dijo que no, pero aún seguía apegada a ese sentimiento de amor.

— yo... Yo podría perdonarte, si la dejas a ella.

Chloe se ríe a un lado de Víctor, pues era obvio que no iba a pasar, en lo que el duque le responde.

— nunca... Si te estoy dejando que escojas a un amante es porque no pienso renunciar a la mía.

— ¿Entonces?... ¿Para que te casaste conmigo?

Con otro suspiro de fastidio, Víctor le responde con molestia.

— ¿Tu que crees?... Ahora soy el gran duque Graham. El heredero de tu familia. Tengo el poder de tus tierras, y tus bienes también me pertenece. Sabía muy bien de tus riquezas y pretendí darte mi atención y vaya que caíste tan fácil... Aunque también fue difícil porque tus padres no me aceptaban, tuve que demostrar que era el santo perfecto para su hija.

Con haber oído lo suficiente, Beatrice deja caer el regalo y se marcha corriendo de ahí. Víctor con fastidio se masajeaba la frente.

— pensaba decirle con más tiempo...

— oh, vamos, era tan idiota que no hizo nada, ni siquiera reclamó del hecho que estábamos en su cama... Verás que aún será fácil de manipular.

— tal vez así sea, ella aún me ama y sería capaz de soportar esto, la dejaré sola para que piense mejor las cosas

Víctor también pensaba lo mismo, que Beatrice dejaría pasar esto si la dejaba sola un momento. Al llegar la noche, el duque buscaba a su esposa por todos lados de su mansión... Al encontrarla, la escena que estaba presenciando era algo difícil de creer.

— ¡Que-...! ¡B-Beatrice!... Suelta el arma, no cometas una locura.

— es tu culpa... Lo dejaré en tu conciencia, que hiciste suicidar a tu esposa... Ah, y estoy embarazada...

Lo último era mentira, más ella no fingía que se iba a suicidar con la escopeta. Cuando Víctor le grita que no lo haga, de inmediato aparece Chloe y presencia el disparo mortal...

Y así, acabo una patética protagonista de una historia llena de tragedia y traiciones.

— más nunca leo está porquería...— cerré el libro digital de mi tablet y la dejé a un lado.

Odie esa historia, la protagonista jamás se dió a respetar como esposa, dejó que el bastardo tuviera una amante y era más ciega que otra mujer.

Mi nombre es Kelly, tengo más de 30 y con la esperanza de dormir con una agradable sensación de haber leído una historia, será lo contrario por ese mal protagonismo.

Al Quedarse dormida, Kelly soñaba que caminaba por el mar en un día brillante con las nubes pasar, el agua era tan cristalina que mostraba su reflejo, al verse más de cerca, podía ver que no era la misma...

— ¿Que?... ¿Por qué me veo diferente?

Se veía una niña con los ojos esmeralda y cabello oscuro, cuando en realidad ella es rubia. De repente, esa figura sale del agua y jala a Kelly para hundirla. Kelly se despierta de esa pesadilla, sudando y asustada.

Al mirar a su alrededor, veía una recámara totalmente diferente, una anticuada pero con los objetos más refinado asociado a la nobleza. Con miedo, se va al espejo de esta habitación, anonadada veía su nueva apariencia. La misma niña del sueño ahora era ella.

— ¡¿Aún sigo en el sueño?!— se muerde la lengua pero al sentir dolor lo deja de hacer...— ¡Esto es real!

capitulo 2: “no te quiero más"

Asustada, grita con pavor.

— ¡No soy yo!... ¡Debo estar soñando aún!

La apariencia era la misma que del personaje principal de la novela “ciega de amor"... Siendo ahora ella Beatrice Graham pero a la edad de 10.

Al tropezar con el piso, cae de trasero y el frío del suelo le da seguridad de que estaba en la realidad. Recuerdos que no son suyo aparecen en su mente, confirmando todas sus sospechas. Aunque el dolor de cabeza fue intenso, el asombro lo era más. Recapacita que ahora debe vivir en esta historia con un final que termino odiando.

— ¡Beatrice!— gritó un hombre que entra a la habitación.

— p-padre...— se le hacía difícil asimilar muchas cosas, pero de ahora en adelante, hará su mejor esfuerzo para vivir una vida lejos de un amor amargo.

La niña se levanta, y caminaba lentamente hacia su padre, pues le costaba estar de pie, de repente, el hombre la carga y la lleva a la cama.

— ¿Que ocurrió?... ¿Por qué ese grito?

— tuve una pesadilla, nada más.

— ya veo... Descansa, mañana habrá un banquete de los nobles, pienso llevarte... Pero si te sientes mal, creo que será mejor que te quedes.

— estoy bien... Solo necesito dormir, así que quiero ir.

Una vez que él dejó la alcoba, Kelly, no... Ahora Beatrice, decide hacer lo que desde un principio debió hacer con Víctor. Ya que en esa reunión también estará los hijos de los nobles, hasta los mismos emperadores irán. Será una reunión muy peculiar.

Al día siguiente, cuando a Beatrice la terminan de vestir, pensó que iba a un funeral.

— madre... ¿Que es ésto?... ¿Se murió el tío Ramón?

— ¿Que tonterías estas hablando?... Sabes muy bien que nuestra prioridad es que sea una mujer pura.

— todavía soy una niña... ¿Que pecado puedo cometer?

— Te quedarás así. Vámonos, se no hará tarde si te cambiamos.

_______________ en el banquete.

Cuando Beatrice había llegado al banquete junto con sus padres, de inmediato Víctor se había acercado a ella. Él tiene la edad de 12, ambos ya tenían tiempo de conocerse.Víctor a su edad, era muy astuto y sabía lo que quería, y era tener una vida comoda a costa de la riqueza de los Graham. Ambos niños estaban en el medio del salón.

— Beatrice... Me alegro verte.

— yo no, márchate, no te quiero ver.

— ¿Eh?...— tartamudeo Víctor, luego con una sonrisa para complacer el humor de la niña, le dice—... ¿Te molestaste con tus padres?

— no son tus asuntos, Belmore.

— B-Beatrice... ¿Por qué me dices eso?... ¿No éramos buenos amigos?

— no quiero nada que venga de ti, ni tú amistad. Espero que tengas claro eso, Belmore... Así que espero que me llames Graham.

Dándole la espalda, Beatrice lo deja ahí con sus intenciones claras de no tenerlo cerca.

Era mejor que supiera que no quiero nada con él. Aunque sé que no será fácil quitarse a ese moco de la ropa.

Pensó ella, que se dirigía a la mesa de banquete. De nuevo, Víctor aparece detrás de ella.

— Beatrice... ¿Que te ocurre?... ¿No ves que me hiere escuchar eso de que ya no quieres ser mi amiga?

— ya te dije, soy Graham para las personas que no le tengo confianza. Déjame en paz, con tus preguntas absurdas.

Víctor aflige el rostro en modo de tristeza y pregunta.

— ¿Ya no confías en mí?

Beatrice solo lo mira de reojo y se vuelve a ir, dejando al pelirrojo con las palabras en la boca. Al ya no verla más, chasquea la lengua en modo de disgusto.

“¿En qué estoy fallando?... Si hace unos días ella sonreía al verme... Seguiré, no me daré por vencido. Beatrice será mi esposa en el futuro solo tengo que enamorarla"

Luego de un par de horas. Los demás hijos de los aristócratas estaban afuera en el jardín, teniendo su propia reunión. Además de que solo Beatrice estába ahí para conocer en quienes se puede confiar.

Nada... Solo cabezas huecas hay aquí. Pensé que sería buena idea tener algún aliado pero veo que es mejor estar sola por ahora. Solo hay niñas hablando estupideces, sobre fiesta de té y perder tiempo en eso.

Llega Víctor para dar una breve interrupción. Las jovencitas al verlo se ruborizan, pues a pesar de ser un niño, él era muy guapo.

— siento interrumpir su reunión señoritas, pero deseo hablar con la dama Beatrice.

— ¿Sabías que eres peor que una peste, Belmore?

Habló Beatrice levantándose de su asiento para irse.

“¿Que le pasa?"

“¿Acaso está ciega esa monja?... Que grosera"

— si tanto lo quieren a él, adelante, es todo suyo, total, no me interesa un simple marqués...

Esas palabras de alguna forma si hirió a Víctor, con la boca abierta se quedó, en su mente se preguntaba si era la misma ingenua Beatrice que conocía. Las demás muchachas trataban de consolar lo que Beatrice le acaba de decir. Con una sonrisa ella se marcha. Al entrar nuevamente a la sala de banquete, por fin veía la presencia de los emperadores con su hijo. Un niño de la misma edad que ella, rubio y con los ojos azules. Al ver a beatrice, se queda algo asombrado. Ya que ella era alguien peculiar.

— madre... ¿Quién es ella?

— Beatrice Graham... Hija única de los duques Graham. Ve Alejandro, habla con ella, tal vez de miedo pero ella es educada.

Haciéndole caso a su madre, Alejandro se acercaba lentamente a Beatrice...

capitulo 3: “conocerse"

— h-hola...— saludó el príncipe detrás de Beatrice, ella se voltea y con una breve reverencia afirma algo.

— eres Alejandro Claymore, hijo de los emperadores ¿Verdad?— él asiente con pena...— ¿Que pasa?... ¿Por qué estás tan rojo?

— ¿Eh?... Yo-...— Beatrice le coloca una mano en la frente.

— no tienes fiebre... ¿Te comió la lengua el gato?

— no... Es que me resulta extraño hablar contigo. Tu ropa, parece el de un funeral.

— mi madre es la que me elige la ropa, hasta el día en que me case y me vaya de ahí. Algún día tú también crecerás, te casaras y morirás... Es la ley de vida.

— ¿Eh?

Como él príncipe aún era muy inocente, pensó que se iba a morir después de contraer matrimonio, así que rápidamente sale corriendo despavorido de Beatrice.

— creo que no me supe explicar— ella se ríe y piensa.

Es miedoso y tímido hasta la médula. Quién diria que en el futuro sería un casanova con las mujeres y fuerte de carácter. Por eso... Te elegí a ti.

Beatrice se va al frente de su padre para comentarle un tema.

— ¿Que?... ¿Te gusta el príncipe heredero?

— si.

— pensé que querías a Víctor.

— él no puede darme lo que quiero...

Max, el padre de Beatrice sube el rostro para encontrar al príncipe, al verlo llorar frente de los emperadores, siente dudas.

— eh, Beatrice... ¿Seguro que lo quieres a él?

— más claro que el agua...

— si así lo quieres. Te di la oportunidad de elegir a tu pretendiente. No me opongo.

Max vio una gran union entre ambas familias, era una clara aceptación. Por otro lado. Alejandro entre llantos le decía a su madre lo que Beatrice le habia declarado.

— ella... Dijo que después de casarme moriré...

— no llores que no te hizo nada... Además, si he de casarte ella sería buena candidata. Se ve que es una niña inteligente.

— no lo sé... No quiero casarme si después tengo que morir.

— así no funciona las cosas, Alejandro...

Mientras que su madre le explicaba las cosas. Aquel joven con una cara llena de confusión veía hacia Beatrice. Pero de ahí, le llamó la curiosidad, y aunque a la vez le causara miedo la personalidad de ella, vio que podrían llevarse bien a futuro.

______________ al día siguiente.

En una de la recámara de estudio, se encontraba Beatrice, repasando todo en como debe llevar su propio negocio a futuro ya que ella no piensa dejárselo a nadie, además que siempre piensa sobre un dicho de su antiguo mundo, “Un ser sin estudios es un ser incompleto", así que planea estudiar hasta que llegue el momento de su matrimonio.

De repente, una visita inesperada anuncia su llegada. Era Alejandro, que le pidió permiso a sus padres para hablar con la hija de los Graham. Ambos niños se hallaban en otra sala, siendo esta de recibir a los visitantes.

— no sabía que vendrías, príncipe.

— yo... Vengo hablar sobre lo de ayer... Creo que me explicaste mal.

— ¿De qué?... Ah, ya me acordé. Sobre el ciclo de la vida, mira, te explico...— Beatrice le enseña los temas prácticos sobre ello, sin mucho enredo le decía al príncipe con más detalles.

El niño lleno de asombro veía a la joven, era muy inteligente a pesar de tener esa edad, ya que explicó lo mismo que su madre, con la misma fluidez de un adulto.

— sé que lo entendiste mal, no te vas a morír después de casarte, solo es un modo de decir una parte del transcurso de la vida... Eres apenas un niño y era claro que sería difícil de entender.

— ¿No quisiste decir, somos niños?

— yo en apariencia... Eso es irrelevante. Pero, ya que estás aquí... Porque no mejor te invito un poco de té con dulces, llegaste sin avisar pero aún sigues siendo mi invitado.

Con algo de pena, el chico asiente. Luego de una hora hablando sobre temas que él príncipe pudiera manejar, Alejandro ya estaba tomando más confianza con Beatrice.

— entonces... Quieres entrar a la Marina.

— si. Quisiera que mi familia esté orgulloso de eso.

— ¿Por qué?... Ninguno de tus parientes han entrado al ejército de esa forma.

— seré el primero. Ya lo verás... Traeré tantas medallas en nombre de los Claymore, y como príncipe heredero, será un gran honor.

Es excelente cuando muestra confianza en si mismo. De verdad que eres un buen candidato para mí compromiso.

Ese momento entre Beatrice y Alejandro es interrumpido por alguien. Víctor entra como perro en a su casa, no pidió permiso, y tampoco tocó la puerta. Solamente paso así sin más.

— que falta de respeto, ¿No te enseñaron en que se debe avisar antes de llegar?... Ni siquiera tocaste la puerta.

— siempre te ponías feliz que llegara de sorpresa.

— ya no. Además, ¿No ves que tengo a alguien más interesante con quién pasarla?

Víctor ve a Alejandro, ni siquiera una reverencia ofrece hacia su majestad.

“¿Que hace aquí ese mocoso?"

Se preguntó Víctor. Pero Beatrice interrumpe los pensamientos del pelirrojo.

— Belmore... ¿No le va a ofrecer un saludo al príncipe?... Veo que tu falta de respeto no tiene límites.

A regañadientes, él hace una reverencia.

— ¿Por qué estás con él?— preguntó Víctor.

— eso no te importa. Pero si quieres saber...— La chica se desliza detrás del rubio — El príncipe es más agradable que tú, es tierno...

— bien... Si quieres que compita con el príncipe para que otra vez estes de mi lado, lo haré... Verás que ganaré.

— no quiero que hagas eso, solo te humillaras. Vámonos, Alejandro, creo que deberíamos continuar hablando en el jardín.

Era claro la cara de disgusto por parte de Víctor, por haber escuchado que ella lo nombró sin honorífico a plena confianza.

Cuando el insistente de Víctor iba detrás de ellos, choca con el cuerpo del padre de Beatrice...

— ¿Donde crees que vas?

— gran duque Graham... Yo, quería ir a compañar a su hija.

— Beatrice ya tiene la compañías del príncipe... Porque no mejor te marchas si no tienes nada que hacer aquí.

Con un rostro de disgusto, Víctor no le tocó más de otra que irse. Aún seguirá tras Beatrice aunque ella ya le dijo lo que sentía.

“seras mía, junto con tu apellido... Beatrice"

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