Me levanto por el sonido insoportable de la alarma, acomodo mi cabello en una coleta y abro las ventanas de mi habitación aspirando el aire fresco y el olor a tierra que tanto me encanta.
Me dirijo al baño, donde veo mi aspecto y tengo rimel regado en toda la cara, el labial corrido, por mi aspecto dirían que tuve una noche loca.
Pero tuve una de mucho estudio y no de fiesta.
Saco unas toallitas desmaquilladoras que me paso por toda la cara, me echo cremas y me hidrato mi hermoso rostro, cepillo mis dientes y me doy un baño rejuvenecedor.
Salgo y me enrollo una toalla por todo mi cuerpo, me veo al espejo por segunda vez y luzco mejor, me peino mi hermoso pelo cobrizo.
Me pongo un vestido sencillo negro y bajo las escaleras.
Busco en la cocina algo de comer y me encuentro con yogur griego y algunas frutas, corto, fresa, kiwi, banana y las coloco ordenadamente en un plato y le echo el yogur encima.
Me siento en el comedor y desayuno.
— Buenos días, pequeña. — me saluda mi hermano.
— Buenos días, Erik.
Me da un beso en la cabeza mientras se dirige a la cocina y yo lo sigo para lavar los platos.
— ¿Has visto a valentino? — pregunta sentándose en el mesón de la cocina.
— No, debe de estar en fiesta todavía.
— Nunca cambia — me dice mi hermano y le doy toda la razón.
Mi hermano mayor, Erick, tiene 25 años y mi segundo hermano, valentino, tiene 20, es un año mayor que yo.
Tengo 19 años y puedo decir que soy la misma copia de mi papá, tengo su cabello cobrizo, sus ojos azules y su trasero, mi madre no tiene casi, mi papá sí y tengo bastante genética de él, como sus labios, menos las cejas tengo poca.
A veces me dicen la copia perfecta.
Mi padre es un hombre muy alto, con barba cobriza, igual que su hermoso cabello, labios grandes, cejas pobladas y un buen cuerpo, puede decirse, mi padre es el Alfa de esta manada.
En cambio, Erick tiene el cabello castaño y los ojos color verde esmeralda de mi madre, cejas pobladas a mi padre y no tiene trasero igual que mi madre, tiene buen cuerpo igual que valentino, menos por el trasero.
Valentino tiene cabello castaño y ojos verdes, pero la boca y las cejas son iguales a las de mi papá.
Mi madre es una hermosa mujer de pelo castaño, contextura delgada, ojos color verde esmeralda, nariz, súper delgada y unos labios medios, pero hermosos.
Salgo de mi casa y miro toda la gente alrededor, nuestra Manada Crystal blood, se considera la más pacífica.
La gente aquí es amable con todos.
Debo decir que mi familia ha hecho un excelente trabajo, en esta manada.
Todos mis hermano salieron Alfas, incluyéndome, pero ninguno se ha peleado por el puesto.
Todos por igual, hasta que mi padre quiera dárselo a alguien o él muera.
Me dirijo a mi invernadero, donde puedo ver todas las plantas que cuido.
Empiezo a echarles agua y ver como están de bonitas.
— Buen... Buenas, herm.. anita querida.
«Hay, no»
Dice mi loba interior, llamada Angelina.
— ¡Ay!
— No, no toques eso, Valentino, por favor.
Lo persigo quitándole un cuchillo que utilizo para arreglar mis plantas.
Es más veloz que yo y se suelta de mi agarre.
— ¡NO! Con mis putas matas, no, imbécil.
Lo empujo haciéndolo caer al piso, antes de que me fuera a dañar una flor.
Lo empujo sacándolo de mi invernadero y como buena hermana lo pateó dos veces y lo cargo hasta llevarlo a su cuarto.
Lo tiro a la cama y prosigo quitándole los zapatos y la camisa, dejándolo en pantalones.
Le coloco una taza grande a lado de su cama por si vomita a media noche.
Le limpio la cara donde tiene saliva y lo acomodo muy bien en la cama.
Salgo de la habitación y me dirijo al despacho de mi padre.
— Buenasss
— Uh, alguien se levantó de muy buen humor.
— Sí, papá.
Me sonrojo un poco, ya que, aunque no lo sepan, tengo el carácter fuerte de mi papá, pero a veces me vence la pena.
Ciertas cosas me dan mucha, vergüenza y pena, y parezco niña de 12 años, sonrojándose.
— ¿Qué quieres hija?
— por ahora nada.
Río porque piensa que le voy a pedir algo, por ahora no, pronto sí.
— Ayúdame, ves con las mujeres de la manada que trabajan en construcción y diles que pronto tendremos una reunión, con todas.
— Listo.
Sin más salgo de la casa , algunas mujeres están construyendo casas, un poco lejos de donde vivo, ya que hay nuevos integrantes.
Llego y repaso todo el lugar viendo que la mayoría son hombres, pero me alegra que algunos se dejen ayudar por un grupo reducido de mujeres.
— Buenos días, para todas las mujeres de aquí de parte del Alfa — todos se quedan quietos y me miran al mencionar a mi padre — las mujeres de aquí, tendrán una reunión en la tarde con el Alfa, no lleguen tarde.
Todas hacen una reverencia por ser hija de él y ser alfa.
Me volteo y me dirijo a mi invernadero.
Me siento parte de la naturaleza, me imagino por qué soy lobo, pero me encanta mucho.
Salgo otra, vez de mi invernadero y me trasformo en un hermoso lobo blanco, con cierto pelaje cobrizo, una combinación rara, pero hermosa.
Corro por todo el bosque sintiendo el aire fresco en mi cara, me paro firmemente en una roca y cierro los ojos, aspirando el olor de tierra mojada.
«No me canzo de este olor lea»
Yo Tampoco.
Veo salir a serpiente detrás del árbol y me alejo de ella, corro, por todo el bosque, pero ella me persigue, una hermosa serpiente blanca.
Me coloco en mi posición y suelto un aullido.
Solo basto con eso para que se asustara y saliera corriendo.
En mi familia se cuidan mucho, por qué somos Alfas del linaje puro y quedan muy poco.
Los otros puede tener la misma sangre nosotros, pero no el mismo poder.
Miro el cielo oscureciéndose y vuelvo antes de que se haga más de noche, veo a lo lejos a mis hermanos y padre haciendo la reunión con las mujeres de construcción.
No interrumpo y subo a mi cuarto, el cual está muy desordenado, pero de tanto correr me quede sin fuerzas, bostezo mucho y caigo rendida en la cama.
Me Levantó por un horrible sonido de una máquina de construcción, tengo todo el pelo en la cara.
Me levantó, me dirijo al baño y me quito todo el pelo de mi cara, hago la misma rutina de siempre.
Bajo las escaleras, para dirigirme a la sala a desayunar.
— Buenos días — digo saludando a toda mi familia en la mesa.
— Buenos días — me saludan todos.
Me siento en la mesa, sirviéndome un poco de comida.
— Valentino, necesito que ayudes, afuera a construir, por favor. — Le dice mi padre a mi hermano.
— Sí, papá, dime donde y enseguida voy. — dice con sarcasmos.
Mi padre le da una mirada dura y él toma una postura recta y desvía la mirada.
Ya que mi papá tiene una mirada muy dura y seria, valentino puede ser alfa, pero lo intimida todavía.
— hoy viene el líder de la manada moon walkers.
Todos quedamos impresionados ante la noticia, absolutamente todos dejamos de comer y enseguida dirigimos toda nuestra atención a nuestro padre.
Me emociono un poco, ya que, sus guerreros son los mejores y me da curiosidad.
— Viene por un asunto, pero no sé que quiere el aquí.
— bien, A qué hora viene papá — pregunta Erik.
— Dentro de unas horas, necesitó que tu estes acompañándome en todo momento junto con mi beta.
— Entendido.
—sí.
— La manada más fuerte, aquí es increíble — Comenta valentino.
La manada Moon Walkers, es una de las manadas más peligrosa, ya que ellos son los típicos sádicos, les gusta mucho la sangre y las peleas, pero son muy ágiles y ellos siempre están escondidos en las sombras.
— bueno, me voy, espero que les vaya bien, tengan un lindo día.
— Igualmente, cariño — me dice mis papás al mismo tiempo.
Me sonrojo, un poco por la palabra, cariño y salgo corriendo a mi invernadero, ya que hoy vamos a trabajar con una flor.
La flor se llama stevia, una flor blanca muy bonita, pero peligrosa que expulsa veneno por la raíz.
Su veneno puede ser malo, pero junto con otros ingredientes se vuelve demasiado bueno a decir verdad.
Busco mi libreta y acomodo mi cabello detrás de mi oreja mientras leo, escribo todo lo que he visto de la planta, sus reacciones y otras cosas importantes.
Me coloco unos guantes y paso a un vaso de vidrio, el veneno, el cual lo mezclo con un tónico morado y sale, rosado, muy pálido.
Me corto un poco el dedo y me echo unas dos gotas de tónico, para probar si sus raíces curan las heridas.
Me lo hecho, pero pasan 5 minutos y nada.
Espero, espero y nada.
«Parece que no sirvió nada»
Me dice mi loba y la ignoro.
Pasa una hora y la herida se va cerrando.
Mierda, esto no sirve, en una hora, con una herida grande se mueren y para agregar solo te cierra un poco la herida internamente, pero no tanto, o sea que todavía por dentro no está totalmente curado, tengo que trabajar en eso.
Me pongo a estudiar todas las partes de la planta y me centro más en la raíz, se me ocurre echarle alguna de sus flores blancas.
Estoy a punto de echar las flores para mezclar todo, cuando me veo interrumpida por mi hermano.
— Hermana, ya llego, puedes ir a buscar en el bosque las frutas que hacen falta, tengo que estar con mi papá.
— Listo, enseguida voy.
Dejo lo que tengo a medias y salgo corriendo a toda velocidad, llego al bosque Encontrándome con polvo de hada en el aire y oculto mi olor en el bosque.
Bajo la cabeza y me encuentro con ciertas plantas, que son bonitas y muy interesantes.
Busco algunas fresas negras y manzanas amarillas.
Las fresas negras son iguales que las rojas, pero cambian un poco el sabor, pero siguen siendo deliciosas.
Me llevo algunas y me arreglo un poco la ropa que tengo puesta.
Llego a la casa de mi papá, entro sigilosamente y dejo todo en la mesa.
Escucho un ruido y veo que mi papá sale con el líder de la manada, pero no logro ver su cara me escondo y no sé, por qué lo hago.
Me escondo un poco y escuchó la conversación mientras algunas de las cocineras se burlan de mí.
— ¿Qué tienes? — pregunta mi padre.
— Me siento raro, aquí, como si venir aquí fuera la solución de todos mis problemas. — confiesa.
—Entiendo.
— A lo que vine. — dice serio.
— He escuchado muchos rumores de aquí, según ellos en este pueblo lleno de “Paz” habita una ingeniera química y una botánica, la necesitó urgentemente.
Escuchó y todos en la cocina dejan de hacer lo que estaban haciendo.
¿Por qué carajos salieron de la oficina?
¿No podían hablar haya?
Tomo un poco de agua y miro a todas mis direcciones.
¡Carajo, me puede dar mucha curiosidad y puede ser tan bacano, conocer a los guerreros, pero yo sola no me voy con él!
Mi padre no dice nada, está parado mirándolo.
— Mejor hablemos adentro — dice él con una voz varonil y fuerte.
Mi padre lo sigue como si él. Despacho fuera de ese sujeto y no de mi padre.
Salgo de la casa y voy a mi hermoso invernadero de nuevo.
Me como algunas fresas con crema y le echo un poco de agua, a algunas plantas.
Pasa unas 3 horas, después y estoy sembrando más stevia, estoy más relajada.
Termino poniendo algunas flores a su alrededor y toco la tierra con mis manos sintiendo una energía muy buena.
Toca la puerta y me sobresalto al ver a mi hermano, Erick.
— Lea mi papá te llama, que vayas a su oficina, ahora mismo — Me dice autoritario.
Le mantengo la mirada unos segundos y me dirijo junto con él, a ver a mi padre, ya me siento más tranquila por qué creo que se fue.
Desde que me fui al bosque bloque mi olor y seguirá así.
Cuando bloqueo mi olor no puedo sentir el de los demás y ellos no pueden sentir el mío.
La mayoría de veces lo hago, para que nadie sepa a donde voy y no me molesten.
Camino relajadamente por la casa, buscando el camino para entrar a la oficina de mi padre, tomo una fruta de la mesa y me la llevo a la boca.
Hago lo mismo dos veces, antes de entrar a la oficina.
Me quedo quieta al ver a un hombre de cabello negro con una mirada seria, como si te fuera a matar, pero es hermoso, quizás sea frío, pero sus ojos conservan ese brillo, que los hace muy especial.
Tiene un cabello, cara y cuerpo perfecto, tiene muchísimo músculo, diría yo, tiene unas pestañas largas y unos labios rosaditos y se ven jugosos y apetecibles.
Mientras estoy detallando a tremendo hombre, se me cae la manzana y mi hermano entra primero que yo.
Quedo completamente en shock y el hombre no tan misteriosos parece que igual.
— Buenas, ¿Qué necesitan? — Pregunto de una forma formal, pienso yo.
Entro sentándome y tirando mi manzana a la basura.
— Hija, mira, necesitó que me hagas un favor...
Dice mi padre y yo solo puedo sentir la mirada de ese hombre en mí.
— Quiero que vayas con él a su manada, para que lo ayudes, solos seran unas semanas, después de eso tu hermano irá a buscarte.
— Listo, ¿Solo era eso? ¿Alguna otra cosa más que se le ofrezca? — Miro al hombre misterio sito.
Él, me mira y sigue con su mirada sería.
Diría mentira si no siento un poco de nervios.
«Supuestamente, no ibas a ir sola»
Cállate.
Puedo ser alfa, pero entre un alfa más poderoso, puedes sentirte inferior y hacerle caso a uno, siempre y cuando sea más poderoso.
«Y eso que digites que eras de sangre pura»
Me dice mi loba.
Lo sé, pero ese hombre es diferente
Pero, eso no quita que sigan teniendo sangre de alfa, y pueda intimidar a otros.
Empiezo a recoger cosas que necesitó, más que todo materiales.
Me llevo lo más necesario y cuando estoy lista bajo las escaleras con dos bolsos negros.
Miro al hombre que está parado en toda la sala con un teléfono en la mano y juro que es la mejor vista que tenido toda mi vida, sin duda, el hombre más hermoso y perfecto y creo que ya estoy exagerando un poco.
— ya, nos podemos ir. — le aviso y me mira de arriba abajo.
Lo veo con la intención de ayudarme, pero no lo dejo y ni quiero, ni lo conozco.
Me monto en el auto con él, mientras su guardaespaldas nos siguen.
Miro por la ventana del auto como me voy alejando de mi pueblo sin tener idea de que me tendrá preparada mi destino.
Han pasado solo dos horas que salí de mi casa y he comido mucho chocolate, no puedo mentir.
Estoy un poco nerviosa, pero no porque voy a ir a otra manada.
Es por el hombre que tengo a lado mío, siento tensión en el ambiente.
Lo miro y parece un dios griego perfecto, pero si me coloca nerviosa algo que casi nadie puede hacerlo.
Es porque de seguro tiene más poder que yo su lobo se controla más.
No hablamos en lo que queda del camino y realmente es algo incómodo.
Para tratar de quitar este ambiente tan tenso, pongo un poco de música y parece no molestarse.
Me relajo en mi silla y cierro los ojos y su rostro es lo último que veo.
— Llegamos. — Escuchó una voz, cerca de mi cara.
Abro mis ojos y salto un poco, quedando cara a cara con él y muy cerca.
Demasiado diría yo, un mínimo movimiento y nos estaríamos besando.
— Disculp...
Me pone nerviosa, no pude ni terminar la palabra.
— Sígueme — me dice cortante.
Me bajo del auto y quedo realmente impresionada, esto parece un castillo, donde vive un príncipe, todavía no se pierde las costumbres de las manadas, pero esto está, realmente, muy hermoso.
Lo sigo y entramos a su casa, la mayoría de cosas son de oro.
¿Cuánto debió de costar todo esto?
Quedó demasiado impresionada, carajo.
Tomo una postura más recta, mientras me guía a una habitación supongo yo
Entró y no está nada mal.
— Aquí está, te espero en la noche para la cena, sé puntual. — dice fríamente.
¿Acaso toda su familia será así como él?
Callado y para agregar frío, en el tono en el que contesta y demanda las cosas, es frío, un pedazo de hielo.
Necesita como que descongelarse.
Uf alfa, yo lo puedo descongelar.
«¿Qué lo vas a qué?»
Angelina se rie conmigo
«perdón, nunca iremos a cambiar»
Como que nos volvimos chistosas, cuando llegamos acá.
«Más raro»
Cierto.
«Siento algo, raro desde hace rato y no sé que es, la verdad»
Sí, Angelina, ya sé, tranquila, esperemos que todo salga bien.
Arreglo mi ropa porque me quedaré un buen tiempo aquí.
Las paredes están pintadas de blanco, varias decoraciones en dorado, la cama es perfecta para una persona.
Termino de guardar mi ropa y empiezo a arreglar mis cosas personales en el baño.
Ea cuchos algunos golpes en la puerta, lo cual se me hace muy raro.
Me dirijo a la puerta y abro encontrándome con una mujer de mediana edad.
— Disculpe, me doy la bienvenida a la mansión Korolev, aquí le traje algunos dulces. — dice muy amablemente entrando a la habitación.
—muchas gracias — le respondo cuando la veo irse.
Veo la bandeja y mientras término de acomodar lo mío, pruebo algunos dulces y son extremadamente deliciosos.
Me devoro toda la bandeja completa.
Me dirijo al baño y acomodo lo de aseo personal.
Entro a la ducha para limpiarla un poco y de paso darme un baño, rejuvenecedor.
Entro y ruedo la llave del agua, de un lado a otro y nada que sale, me vuelvo a poner la misma ropa y salgo al pasillo.
Camino un poco con la ropa que me colocaré y una toalla.
No encuentro a nadie, así que entro a un cuarto que está bien ordenado, entro sigilosamente y miro todo a mi alrededor, no creo que sea un cuarto de invitados.
Por lo grande y todas las cosas que tiene, sospecho que es de alguien importante.
¿Quizás de él?
Me sonrojo de solo pensar en entrar a su cuarto, joder.
Soy alfa, pero qué mierda me pasa.
Después de asegurarme que no hay nadie, entro al lujoso baño y dejo mi ropa colgando a un lado.
Me desnudo y entro a la ducha a darme un delicioso baño, encuentro varias cosas de hombres, así que supongo que el cuarto es de uno.
Soy atrevida al entrar así, pero juro que ya necesito un baño.
Me echo un jabón de cuerpo de hombre y saldré oliendo a eso, pero que más da ni me desagrada.
Unos 10 minutos, después, escuchó una puerta cerrarse, pero no sé muy bien si el sonido proviene de aquí o de otra.
Desbloqueo mi olor para sentir quien está adentro y me pegan dos olores, uno normal y el otro no tiene explicación, una mezcla de olor a fresas y a cacao, tierra.
Una mezcla de olores, deliciosa, joder.
Siento una puerta abrirse y supongo que ya salió, quien sea que estaba.
Salgo del baño en ropa interior y creo que me equivoque el olor, ese me volvió loca, que nadie se había ido.
Veo a un hombre asombrado, viéndome y al que me trajo viéndonos fríamente.
— ¡Carajo! — dice el desconocido.
El otro hombre que está en la puerta, está rojo, de la rabia y entiendo todo y entro en razón más cuando suelta en palabras lo que ya había descubierto y el miedo se apodera un poco de mí.
— Mía — me mira fijamente.
Quedó helada cuando dice lo que no quería escuchar.
Devuelve su mirada a su hermano y lo mira con furia.
— ¡Que estaban haciendo! — grita el hombre que me trajo, el alfa.
Me quedo quieta en mi puesto y cuando veo que se acerca a la persona desconocida, me interpongo en la mitad.
— No, es lo que tú crees, simplemente encontré este cuarto, en el mío no había agua, me bañe y ya, No formes un escándalo.
Me mira más con furia y retrocedo con el desconocido hacia atrás.
Él golpea con furia la pared que enseguida le sale grieta y se derrumba toda la pared y sale furioso.
Bueno, al menos se sabe controlar.
— Lo siento mucho — me disculpo con el desconocido.
— Tranquila, pero, ¿Quién eres? ¿Qué hacías en mi cuarto? — enarca una ceja o.
— lo siento, es que no tenía agua y me tenía que bañar.
Me percato de que sigo en ropa interior y me trato de tapar un poco más.
Él me mira y desvía su mirada un poco nerviosa.
— Buenas noches — dije rápidamente para correr de vuelta a mi cuarto.
Mierda...
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