Bienvenidos a esta nueva Historia, espero que sea de su agrado, Agradezco ante mano su apoyo y participación... que la disfruten!!

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 Un chico joven, de unos veinticinco años, alto de uno noventa aproximadamente, piel clara ojos color miel, cabello oscuro y una sonrisa envidiable, Ricardo Fuentes CEO de la constructora más importante de la ciudad entraba a una hermosa casa de campo de la mano de su más grande y primer amor Anabell Lobo una hermosa chica de veinte años de edad, piel blanca, figura normal con buenos atributos, cabello largo castaño, sus ojos color grises y lo que más le encantaba al CEO sus labios color Rosa, un rosa que invitaba a la perdición.

La pareja subió muy contenta a la habitación y sin perder el tiempo empezaron a despojarse de su ropa, de manera apasionada pero a la misma vez con un tono salvaje.

Ricardo acariciaba cada parte de la piel de su amada mientras escuchaba los lujuriosos gemidos de placer que detonaban más al joven….

*Ahhhh, mmmmm, Ahhhhh amor, Ricardo me encantas.

* me encantas más mi amor, eres deliciosa, te Juro que nunca más nos volveremos a separar mi amada Anabell*  dice Ricardo aún dándole embestidas a su hermosa mujer.

-una vez llenos de placer Anabell se encontraba descansando   con su cabeza recostada en el pecho de Ricardo-

*Ricardo, amor ya quiero que nos casemos y seamos muy felices* decía Anabell con sus ojos brillosos imaginando el día de su boda.

*Claro que sí mi vida, seremos una familia hermosa, por qué quiero que tengamos muchos hijos y que todos se parezcan a ti* dijo Ricardo acariciando el cabello de Anabell.

*Sabes que tu mamá no gusta de mi, pero haré todo por ganarme su confianza, así ella se haya inventado lo tuyo con Oriana* dijo Anabell

*Ana mi amor, no importa lo que diga ni mi madre, ni el mundo, solo me importa es que tú y yo seamos felices, nada ni nadie podrá borrar nuestra felicidad, Mi madre y Oriana pensaron que íbamos a caer en su trampa pero más grande es nuestro amor y nadie nos volverá a separar* dijo Ricardo un poco serio, pues sabía que su madre Janny de Fuentes era la mujer más perversa que hubiese conocido.

Mientras tanto en la ciudad

*Oriana querida, no se que vas hacer pero debes engatusar a mi hijo, esa mal viviente no puede ser su esposa* dijo Janny la madre de Ricardo, una mujer de cuarenta y cinco años, fría y malévola.

*Suegra, no se si pueda, además ya desistí de esto, dejemos que Ricardo sea feliz yo prefiero apartarme es lo más sensato* dijo Oriana y al mismo tiempo se escucho “Plaf” una cachetada que le dio Janny.

*Pero que le pasa vieja ridícula, quien se cree para golpearme, sabe que me largo (tomando su bolso de el sofá) usted está loca* termino de decir Oriana para salir de aquella mansión.

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El padre de Ricardo, un hombre imponente, frío y calculador, CEO de una empresa de Arquitectos y de Formulación de proyectos, la más importante a nivel nacional e internacional, Roberto Fuentes, de Cuarenta y dos años, siendo menor que su esposa por tan solo tres años, fue obligado a casarse por contrato un contrato que no tenía fin, ha vivido veintisiete años de tortura al lado de la mujer que dice llamarse su esposa, cuando tenía diecisiete años estaba enamorado de una hermosa mujer que si bien era humilde, no tenía lujos pero si un enorme corazón que lo dejo embobado, la conoció por casualidad uno de esos días en el que se encontraba en un parque muy concurrido de la ciudad, el se sentó en el césped muy cerca de una chica, este  la miro llorar y cómo todo caballero saco un pañuelo y se lo ofreció con una gran sonrisa la chica acepto y desde allí entablaron una gran conversación, hasta que un día Roberto se le declaró a la joven y está acepto ser su novia y futura esposa sellando el compromiso con una hermosa cadena en forma de sol.

Cuando los padres de Roberto se enteraron, estos lo obligaron a casarse con Janny Monsalve una pretenciosa chica que solo buscaba en ese entonces fama y lujos, tanto fue la presión y engaño que Roberto corto bruscamente con su amor, casándose con la ahora mujer que odia con toda su alma, más nunca supo de aquella hermosa Ada cómo el la llamaba, Un terrible Pasado que perturbaba al aún apuesto CEO quien a pesar de todas las adversidades se sentía orgulloso de su único Hijo quien había logrado llegar a la cima a tan corta edad y por sus propios medios siendo así uno de los hombres más cotizados.

Los días fueron pasando y un amor seguía creciendo, Ricardo y Anabell decidieron darle la noticia a la madre de la chica, ese día llegaron a una casa humilde pero muy bonita y con calor familiar.

*Hija has vuelto, mi princesa* recibió Eda a su hija Anabell con un gran abrazo

*Mama por fin quiero presentarte a mi novio y futuro esposo* dijo Anabell muy contenta.

*Ya mi hija quiere abandonarme* dijo Eda mostrando una cara triste.

*Eso nunca pasará mamita, sabes que eres mi pilar, sin ti no fuera lo que soy*

* Y yo sin ti hija, tu eres mi motor, pero bueno cero sentimentalismos y preséntame a ese hermoso chico* dijo Eda muy contenta.

*Mami te presento a Ricardo, Ricardo te presento a mi madre* dijo Anabell con una enorme sonrisa en su rostro.

*Mucho gusto joven, tome asiento, disculpe somos de familia humilde, no tengo mucho que ofrecerle pero si desea un jugo de naranja o un agua, y también tengo limonada* dijo Eda muy servicial.

*No sé preocupe suegra, Anabell me ha dicho que prepara una limonada muy rica, quisiera probarla si no es mucha molestia* dijo Ricardo sonriente, sentado en el sofá con su mano entrelazada a la de Anabell.

Eda traía el vaso de limonada cuando pregunto * cuéntame cómo es tu apellido, que edad tienes y lo más importante que quieres con mi hija* dijo muy seria Eda.

*Mamaaa*

*Amor tranquila, tu mamá está en todo su derecho, suegra con su hija quiero toda una vida, casarme, tener hijos y sobre todo ser muy felices, referente a mi edad tengo veinticinco años y pues soy Fuentes, CEO de la constructora Fuentes & Asociados*.

Eda que sostenía el vaso de limonada lo dejo caer, pues ahora que cae en cuenta el chico se le hace familiar y ese apellido era perturbador para ella.

*Mama, ten cuidado, te cortaste, ven te ayudo a recoger* dijo Anabell algo preocupada, pues su madre no acostumbra ah actuar así.

*Suegra, disculpe dije algo malo, se encuentra usted bien* dijo Ricardo preocupado.

* Muchacho dime algo, cómo se llama tu padre* dijo Eda muy preocupada

*Ah mi papá es Roberto Fuentes, el CEO de la empresa de Arquitectos y Formuladores de proyectos Fuentes* dijo el joven orgulloso de su padre, pero esto se esfumó cuando vio a su suegra desmayarse

Ricardo corrió rápidamente ah auxiliar a su suegra, la cargo y la recostó en el pequeño sofá de la sala, Anabell busco enseguida alcohol y colocándole en la nariz a su madre está reaccionó

*No esto no puede ser, ustedes no se casarán y nunca más volverán a verse* dijo Eda muy molesta.

*Pero que dices mamá, no me puedes hacer esto, yo amo a Ricardo y además estoy embarazada* dijo Anabell con lágrimas en sus ojos

*Queeeeee?* Dijo Eda para volverse a desmayar

*Mi amor es verdad lo que estás diciendo, seremos padres?* Pregunto Ricardo emocionado y con su corazón a mil.

*Si amor, no te lo había dicho por qué era una sorpresa* dijo Anabell feliz

*Te amo, te amo, te amo* dijo Ricardo cargando ah Anabell y dándole vueltas en el aire

*Amor ya que me mareo, ayudemos a mi mamá más bien* dijo Anabell preocupada.

Eda era una mujer que a pesar de su humildad, y sus valores inculcado por sus padres se dejó llevar por un hombre apuesto, que lo que hizo fue jugar con su mente y corazon, pues es lo que ella piensa.

El día que tomo la iniciativa de presentárselo a sus padres el joven la cito a una cafetería, llegó pero para tan descaradamente a terminar con ella, aún retumban en su mente aquellas crueles palabras.

*Eda perdón, pero no puedo seguir con este jueguito, no te amo y solo quise saber hasta donde podías llegar, eres tan solo una niñita mojigata*

Nunca se le olvidaría ese día, pues fue cuando conoció la decepción del amor, sus padres quedaron muy molestos y decepcionados del supuesto novio que nunca llegó y todo lo contrario le propusieron que se casará con su vecino Aníbal, si bien no era tan guapo pero tenía algunos negocios y los padres de Eda se dejaron deslumbrar, no les importo lo que la joven sentía, solo querían salir un poco de la pobreza y ese era su pase.

Con la petición de sus padres, Eda se casó sin tener marcha atrás, Aníbal al a pesar de todo era un hombre cariñoso sin importar de que fue quince años mayor que ella, fue atento y sobre todo la respetaba, Eda poco a poco se fue entregando ah Aníbal hasta que un día se sorprendió con la noticia de que estaba embarazada.

Aníbal era muy feliz, siempre quiso tener un hijo, el cuidaba de su Eda que no le faltará nada, un día saliendo de su negocio de comida rápidas ya muy tarde se disponía a ir a casa, cómo siempre llevándole una tajada de pastel de chocolate a su mujer, el cual cinco años después de casados por fin le daba un hijo, cuando de repente de uno de los callejones salieron varios hombres para robarlo dejándolo así sin vida.

Eda sufrió mucho pues aunque ella no se entregó en alma ah Aníbal, este fue un buen hombre y desde allí ella no busco a más nadie, sentía que no estaba destinada para el amor.

*Mama, despierta, mamá* decía Anabell ya preocupada.

*Ya hija, ya me siento mejor* dijo Eda con sus ojos llorosos.

*Señora Eda, quiero que me explique por qué no me puedo casar con su hija, acaso hay algo malo en eso?* Dijo Ricardo

*Muchacho no tengo nada en contra tuya, solo se cómo son la gente de tu clase y no quiero que hagan sufrir a mi niña* dijo Eda con su mirada perdida ocultando la verdad

*Mama no digas eso, el amor lo puede todo* dijo Anabell.

*TONTERIASS! (grito Eda) El amor no lo puede todo, crees que sus padres te van aceptar, una niña humilde como tú delante de ellos que se creen Dios todo poderoso* dijo Eda molesta.

*Mama por qué eres así, acaso quieres que sea como tú y este sola? Te digo que no lo lograrás, ahora mismo me iré con Ricardo* dijo Anabell molesta y llorando.

*Hija, si es tu decisión ahí tienes la puerta, solo te voy a decir esto y recuérdalo muy bien, cuando la mamá de este niño te maltrate, y quiera intentar asesinarte, vuelve a casa pero eso sí llámame antes para poder irnos de aquí.* Dijo Eda dándole la espalda a los jóvenes para luego irse a su habitación.

Los jóvenes quedaron en la sala petrificados con las palabras de Eda, luego de unos minutos pensándolo bien, Anabell subió a su habitación busco algo de ropa y se fue con Ricardo a la mansión.

No sabía lo que les esperaba, pues el infierno era hermoso comparado con lo que les tocaba vivir en los próximos días.

Cuando Janny se enteró de que Anabell estaba viviendo en la mansión su furia fue desatada, espero que su esposo y su hijo se fueran a trabajar, y decidió ir a la habitación donde aún dormía Anabell.

Entrando muy silenciosamente, cerro la puerta con seguro y saco una navaja, se monto encima de la joven tapándole la boca, cuando Anabell reaccionó, su cara era llena de terror.

*Maldita mugrienta, te dije, te advertí que no te acercaras a mi hijo, ahora me las pagarás* dijo Janny con una sonrisa macabra.

*Mmm mmmm mmmm* era lo único que se escuchaba de Anabell

*Nadie te a va escuchar mugrienta y esto es solo una advertencia, escúchame bien (pasando la navaja por la cara de Anabell como si la fuera a cortar) te vas a ir ya mismo de esta casa y desapareceras donde nadie te pueda encontrar, y más te vale que sea así por qué para la próxima no quedarás viva* dijo Janny para así enterrarle la navaja en el abdomen ah Anabell.

Janny tomo por los cabellos a la chica y la tiró escaleras abajo, todo el personal que laboraba en la mansión se escondió para que no fueran inculpados o amenazados.

Anabell se encontraba desmayada cuando Janny le pidió a su chófer de confianza que la llevará y la dejara en la puerta de su casa, es lo último que hacia por aquella mugrienta.

Así lo hizo el chófer, cuando tocaron la puerta de Eda, está salió apresurada a ver quién era, su mundo se le vino encima cuando vio a su hija casi muerta.

*Dios mío, nooo, por qué, hija te lo dije, vamos mi amor, mamá te llevará a un hospital, mi vida tu no me puedes dejar tu no* decía Eda llena de dolor

*Señor porfavor lleveme. A un hospital urgente* dijo Eda parando un taxi.

El taxista vio la situación tan desgarradora y ayudo a Esa a subir a la joven, llevándola a gran velocidad a un hospital.

*Ayúdenme por favor, se me muere mi hija, ayúdenme* es todo lo que gritaba Eda

*Señora cálmense, llevaremos a su hija a quirófano, espere aquí* decía una enfermera ayudando a empujar la camilla donde era trasladada Anabell.

*Señor te pido, ayuda a mi hija, se lo dije, esa mujer es mala, pero mi niña no tiene la culpa, dale una oportunidad* decía Eda en sollozo agachada en el piso frío del hospital.

*Mi niña, no me dejes no me abandones, no tengo a más nadie solo a ti, tu eres mi vida, mi motor, sin ti me muero, no me la quites Dios mío noooo por favorrr*

Mientras tanto en la mansión Ricardo y Roberto llegaban muy contento pues la noticia de ser padre y abuelo era el mejor regalo, cuando Ricardo subió a la habitación y no vio a Anabell, empezó a preocuparse hasta que bajo las escaleras y se encontró de frente con Janny.

*Dónde está mi mujer* le pregunto Ricardo furioso.

*Tu mujerzuela se fue, dijo que esto era mucho para ella, que no la buscarás* dijo Janny

*Es mentira, es mentira, que le hiciste, que les hiciste* gritaba Ricardo

Esa noche Ricardo se volvió loco buscando a su amada Anabell sin tener resultado alguno, así fueron pasando los días, Oriana estuvo ahí para el consolandolo por todo el dolor el cual estaba atravesando, los días se volvieron semanas, las semana se convirtieron en meses y así pasaron los años.

*Mama , abuela voy tarde, luzmi pasará por mi* dijo Renata

*Hija por favor, debes desayunar primero, sabes muy bien que debes cuidar mucho tu salud, recuerdo lo que siempre nos dice el doctor sobre tu alimentación, además que debemos cuidar tus valores sanguíneos y eso solo lo podemos lograr con una buena alimentación* dijo Anabell preocupada por su hija

*Abuela dile a mi mamá que se busque un novio, así me deja en paz por un tiempo* dijo Renata mirando a su abuela.

*Renata mi niña, he hablado con ella hasta dormida, pero no me hace caso* dice Eda encogiéndose de hombros.

*Eso deberías decírselo a tu abuela que desde que papá murió, más nunca se busco ah alguien para que esté a su lado, así sea un sugar* dice Anabell aguantando las ganas de reírse.

*Mira niña atrevida, ya estoy vieja para eso y tú anda vete a estudiar, que tú mamá y yo debemos trabajar* dijo Eda de manera sería

*Abu lo que dice mi mamá es verdad, es más mi amiga tiene un abuelo que no está nada mal, se parece a Tony el de Airon-man* dice Renata para salir corriendo de la casa muerta de la risa, pues siempre le encanta jugarse con su abuela de esa manera.

Luzmila ya estaba afuera esperando por Renata, eran amigas desde que tenían cinco años, luzmi cómo le decía Renata es una chica amable, pero con un carácter fuerte y esto fue lo que hizo que las dos se volvieran las mejores amigas, compartían mucho tiempo juntas, los padres de luzmi eran muy amigos de Eda y Anabell, cuando Eda llegó a esa localidad con su hija embarazada ellos fueron quienes le tendieron la mano el señor Piter Makovich y su esposa Marilin Rouse, Luzmila a penas tenía un año cuando Renata nació, toda la ropa que iba dejando su hija se la pasaban a Eda para su nieta, pues sabían que no tenían dinero y lo poco que tenían lo habían gastado en la compra de la pequeña casa.

*Amiga cuéntame ya casi cumples año, que vamos hacer?, Debemos preparar una super fiesta* dijo Luzmila.

*Luzmi no lo sé, más bien quiero cumplirlos rápido para ayudar a mamá y que mi abuela deje de trabajar, cuando llegue a los setenta ya no va a valer nada, quiero cuidarla para que me dure muchos años* decía Renata con una sonrisa

*Hay no que aguafiestas eres, bueno ya me ingeniare algo, de que no la pasas sin celebrarlo no la pasas, de eso me encargo yo * decía luzmila dándose pequeños golpecitos en el pecho

*Ja ja ja ja, te amo amiga* dijo Renata abrazando a Luzmi.

...Al otro lado de la ciudad....

*Adiós mamá, Adiós papá, nos vemos en la empresa* decía Aron gritando y tomando una tostada de la mesa.

*Señorito como usted se va a ir así sin despedirse de mamá* decía Oriana haciéndose la ofendida.

*Mama te dije que ya no soy un niño tengo dieciocho años y pronto seré el CEO de la constructora, a poco no te imaginas tu hijo guapo y manejando las empresas de papá* decía el joven orgulloso.

*De que hablan?* Pregunto Ricardo entrando al comedor.

*De lo narcisista que es tu hijo, aún no entiendo cómo puede ser así, si no le he inculcado esos valores* decía Oriana resignada por el comportamiento de su hijo.

*Ja, ja, ja, sabes que yo creo que desde el vientre es así* dijo Ricardo en forma de chiste.

*Papa, calma a mamá, me voy adiós, adiós* dijo Aron despidiéndose de su padre y su madre para salir a la universidad.

...Mientras que el matrimonio Fuentes -Preston  de quedó en el comedor conversando....

*Ricardo y las investigaciones nada* pregunto Oriana.

*Nada Ori, es como si se la hubiera tragado la tierra, creo que moriré sin verla nuevamente* respondió el hombre de cuarenta y tres años.

*Bueno lo importante es que hiciste el esfuerzo, ahora el otro tema que vamos hacer con tu mamá, ya me tiene hasta el borde, discúlpame pero pensé que esa vieja moriría pronto, pero es más dura, ni el COVID la mato* dice Oriana serenamente

*Ese otro tema que me tiene estresado, no se cómo actuar y lo peor es que papá no hace ni dice nada, es como si estuviese muerto en vida, lo único que lo mantiene vivo es ir a la empresa, si no te aseguro ya estuviese tres metros bajo tierra* dijo Ricardo preocupado.

*Yo aún no entiendo el bueno quiere morirse y la mala quiere ser eterna, a veces la vida es injusta* dice Oriana.

*Y ya hablaste Con Arnoldo?* Pregunto Ricardo.

*No me hables de ese malagradecido, no lo quiero ver ni en pintura, ahora quiere presionarme para que me vaya con el ah un viaje de Negocios a Reino Unido* comento Oriana molesta.

*Pero le dijiste algo?* Pregunto curioso Ricardo.

*Que le voy a estar diciendo, todo lo de el representa posesión, no sé cómo podemos estar en los términos que estamos.* dijo Oriana para soltar un suspiro.

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Cada quien hizo su vida muy aparte, con amargura, dolor y sufrimiento; pero todo se vería complicado hasta que dos jóvenes por obra del destino se cruzaran.

*Luzmi vamos apúrate vamos a llegar tarde, no debí hacerte caso y pasar por la cafetería* decía Renata molesta.

*Ah pero cuando te estabas comiendo el pastel de chocolate ahí ni te acordabas del horario* dijo Luzmila sonriente.

*Renataaaaa cuidadooooo* grito Luzmila.

El rechinar de unas llantas frenando fue lo único que se escuchó, un Mercedes Benz blanco le dio un pequeño golpe a Renata que sin fijarse del cambio de luz fue a cruzar la calle, Lizmila corrió hacia donde su amiga que se encontraba desmayada en medio de la calle con sangre por su frente, mientras que el joven bajo rápidamente del auto asustado pensó que había matado a la chica.