Sofía
A las 2:30, se escucha la voz de mi hermana gritar hasta mi habitación, así que despiértate, ya que perdemos el avión. Me desperté con cara de zombi; es muy temprano, el avión sale a las 5:30, lo sé, pero debemos estar listas antes. Así que levántate, muévete de la cama y arréglate. Te espero abajo para que desayunes algo.
Hola, soy Sofía Cooper. Tengo 17 años, soy morena de pelo largo. Mis ojos son negros como la noche, tengo un lunar en la parte de arriba de mi labio, mi boca es algo pequeña con un tono carmín. Mid
o 1.63, mi piel es blanca y tengo una marca de nacimiento en la parte baja de mi espalda, es una media luna, al igual que mi mejor amiga. Tengo un tatuaje en la parte superior de mi cintura que me hice con mi hermana y amiga. Mi cuerpo se puede decir que está bien definido. Mi estilo, bueno, no tengo algo exacto, me visto según la ocasión y mi ánimo.
Hace 4 años mataron a mis padres frente a mí, fue un golpe muy duro de superar. Yo apenas tenía 13 años, tenía dos hermanos mayores, los cuales tenían 20 y 23.
Mi hermana se quedó a mi cargo, ya que mi hermano se hizo cargo de los negocios familiares y viajaba mucho. Solo éramos mi hermana y yo y, claro, Diana, mi mejor amiga, que es como otra hermana para nosotras.
La loca que acaba de salir de mi cuarto es mi hermana Alexa, tiene 22 años, hace 2 meses, se graduó de medicina en la universidad. Ella era castaña, sus ojos eran color miel y tenía un buen cuerpo. Teníamos la misma estatura.
Hace unas semanas le ofrecieron hacer la pasantía en un pueblo al norte de Aragón. Ella no estaba segura de aceptar.
Una semana atrás:
Ella sube a mi habitación para hablar conmigo.
Alex: podemos hablar.
Sofía: claro, dime.
Alex: ya me dijeron dónde tengo que ir a hacer la pasantía.
No la dejé terminar y la abracé.
Sofía: espera, no he terminado.
Su expresión se puso algo tensa.
Alex: ¿Qué pasa? No te emociona saber dónde te mandaron.
Sofía: no es eso, es otra cosa.
Alex: Sofía, ya dime qué pasa.
Sofía: te lo diré ya sin rodeos. Donde tengo que ir de pasantía es en un pueblo al norte de Aragón, y no sé cómo vas a tomarlo.
Alex: lo que diga o haga yo no importa. Tú has esperado desde que te graduaste que te asignen tu lugar. Eso es muy importante para ti, y si lo es para ti, también para mí.
Sofía: no sé ni siquiera ir.
Alex: estás loca si no aceptas. Ya has esperado mucho. Dime por qué estás así de insegura. Tú no eres así. Dime qué pasa.
Sofía: lo diré. La razón es que es en un pueblo al norte de Aragón, y tendré que mudarme. No quiero alejarme de ti, pero tampoco puedo obligarte a ir, porque sé que sería muy egoísta de mi parte. Tú tienes tu vida aquí, tu fama, todo.
Alex: quiero verte feliz, y yo tampoco me quiero alejar de ti, no lo soportaría.
Sofía: no digas eso. Nada de ser egoísta. Tú diste tu vida por mí al cuidarme todo este tiempo, y yo no podía estar alejada de ti. Sé que te veré muy poco, y no podría estar sin ti. Tú siempre velaste por mí. Ya es momento de que yo lo haga por ti. Nos mudaremos a ese pueblo.
Sofía: Alexa, no lo hagas solo por complacerme. Sé que esta ciudad es tu vida. No puedo pedirte que la abandones. Aquí están todas las personas que quieres.
Sofía: tú no me estás pidiendo nada. Y no lo hago por complacerte. Lo hago porque quiero. Si está en esta ciudad, hay muchas personas que quiero, pero la que más quiero eres tú. Tú has dado todo por mí. Has hecho muchos sacrificios por cuidarme.
Sofía: gracias, aprecio mucho que quieras irte conmigo, pero ¿qué va a pasar con tu carrera?
Sofía: no tienes nada de qué agradecerme. Yo haría cualquier cosa por ti. Tú siempre has estado apoyándome. Ya es mi turno de apoyarte en tu carrera, que sé que es tu sueño. Por mi carrera, no te preocupes. Pensaba tomarme un descanso en el modelaje y la actuación. Seguiré grabando vídeos para mi canal y me organizaré con Diana para nuestro canal.
Lloramos y nos dimos un fuerte abrazo.
Ya eran las 3:00, me estaba terminando de arreglar cuando...
Ya era bastante tarde, y Alex me llamaba para que bajara a comer.
"Alexa, mañana empiezas en el instituto."
"¿Cómo estás? Mañana no llevo ni un día aquí, ¿y ya quieres que vaya al instituto? Mejor empiezo la otra semana."
"Alexa, claro que no vas a ir la otra semana. Te vas a atrasar mucho, y quiero que sigas con el mismo promedio que en Los Ángeles."
Después de una larga discusión, finalmente estuvimos de acuerdo.
"Irás pasado mañana para que te organices mejor."
"Maldición, odio que siempre ganes en una discusión."
Subí a mi habitación para cambiarme; aún estaba en pijama. Me sumergí en la tina durante una hora, luego me dirigí al armario y elegí un vestido escotado negro con un cinturón dorado y unos tacones de plataforma del mismo color.
Un poco de perfume y me recogí el cabello antes de salir y recostarme en mi cama. Era la primera vez que no tenía que preocuparme por los paparazzi, y eso me gustaba.
Los gritos de Alex interrumpieron mis pensamientos.
"¿Puedes bajar?"
"Alex, ¿qué pasa con esos gritos?"
"Es para decirte que si quieres ir a comprar el auto conmigo y algunas cosas."
"Claro, vamos, pero deja de gritar así."
Íbamos en un taxi hacia la agencia de autos.
Llevábamos un buen rato y aún no decidíamos qué comprar. Finalmente, el gerente desesperado nos mostró una Rubicón negra de último modelo, y al unísono dijimos: "Esa es".
Mi hermana se fue a hacer el papeleo, decidí esperarla afuera. Estaba a punto de llamar a mi novio cuando vi a Alex a lo lejos con las llaves del coche.
Estábamos por ir al supermercado cuando llama Lucas. Duramos un rato hablando. Al pasar por mi nuevo instituto, veo chicos guapos. Maldición, odio cuando Alex tiene razón.
Acabamos de llegar de hacer las compras. No me había fijado, pero la casa es muy grande, mejor dicho, la mansión era un poco más pequeña que la que teníamos en Los Ángeles.
Ya era hora de cenar, y como aún no teníamos empleadas, Alex hizo la cena: espaguetis a la boloñesa.
Sebastián:
Otro maldito día sin encontrarla. Hace años que la estoy buscando por tantos países. A veces pienso que la diosa luna se olvidó de mí. Me aterra pensar que pudo haber muerto sin mi protección.
Soy el alfa de la manada Full Moon, necesito encontrarla. Una parte de mí dice que no pierda la esperanza.
Derek: "Hay chicas nuevas en el colegio."
Sebastián:
"Espero que estas sean menos plásticas y más reales."
Alexander:
"¿Cómo sería plástica o no? ¿Te acuestas con ella?"
Sebastián:
"No puedes hablar tú, al igual que Derek, se acuestan con muchas plásticas."
Derek y Alexander son mis mejores amigos, alfas de sus manadas. Nuestras manadas son las más fuertes.
Derek:
"No me van a negar que la mayoría de las chicas de este pueblo son puro plástico."
Sebastián:
"Es cierto, y son pocas a las que no te has cogido ya."
Reímos y bromeamos, pero ninguna de esas chicas va a llenar el vacío que llevo por dentro.
Horas atrás:
Fue un día como cualquier otro, estaba en el campo cuando veo a Sariá y se acerca con su voz chillona y cara de lujuria. La llevé a un lugar detrás de las gradas, me puse un condón, y la poseí sin piedad.
Me siento desesperado, Sariá solo me ayuda a darme placer. A veces siento un gran vacío en mí.
Alex ya se había ido temprano al hospital.
A las 10:30 AM, qué lindo se siente despertar sin los gritos de mi hermana. Bajé a la cocina a prepararme mi desayuno, ya que aún no teníamos servicio. Preparé cereal con frutas y jugo de fresa.
Subí a mi habitación para cambiarme; iba a dar un paseo para conocer la ciudad. Estaba lavándome los dientes cuando salí de la tina. Me dirigí al closet y decidí ponerme ropa deportiva con tenis Adidas blancos. Me recogí el cabello y me puse perfume.
Había pedido un taxi que me llevó al centro del pueblo. Este era muy bonito con tiendas y un centro comercial. Después de caminar mucho, me detuve en un parque y me senté en una banca. Miré la hora, ya eran las 2:00 de la tarde.
Inicié una transmisión en vivo con mis seguidores en Instagram. Les conté mi decisión de darme un tiempo alejada. Después de la transmisión, me llamó Lucas.
Lucas:
"Hola, nena, ¿cómo estás?"
"Bebé, bien, ¿y tú?"
"Extrañándote mucho, te amo."
"Yo también."
Teníamos un rato hablando cuando él dijo que tenía entrenamiento. Estaba admirando la belleza del pueblo cuando algo o alguien me sacó de mis pensamientos...
Era un chico que me pegaba a él diciendo "mía". Traté de despegarme, pero me apretó más fuerte y me llevó a una casa abandonada. Grité con toda mi fuerza, pero nadie vino a ayudarme. Este tipo era un psicópata maniático que pensé que me violaría y luego me mataría.
Gritaba "súltame", pero no me hacía caso. Estaba apretándome muy fuerte y empecé a llorar. Me soltó un poco, pero aún estaba cerca. Grité de nuevo y lo pateé en los testículos. Aproveché para escapar, corrí y me subí a un taxi para perderlo.
Llegué a casa y Alex aún no había llegado. Preparé algo de comida, lave los platos y subí a mi habitación para tomar una larga ducha.
Le conté a Diana con detalle lo que me pasó. Noto su cara de curiosidad y pregunta qué le pasa. Le pido que no le diga nada a Lucas.
Diana:
"Pero, estaba guapo, ¿verdad?"
"Mejor no te hubiera dicho nada. Esto es serio. Te cuento que un psicópata maniático casi me viola, y tú preguntas si está guapo. No tomas nada en serio.
Ya, perdón, pero dime si está guapo o no.
Sí, debo admitir que es muy guapo. Él es alto, muy alto, pelinegro de ojos azules y piel blanca. Sus labios no son muy grandes ni muy pequeños; son perfectos y tienen un color rojo carmín.
Para estar asustada, lo viste muy bien.
Estábamos hablando y riendo cuando me acuerdo.
Sabes que soy muy observadora y tenía que ver bien la cara de mi asesino. Diana, ahora que lo recuerdo, no le digas nada de lo que me pasó a Lucas, ya sabes cómo se pone.
Claro, no te preocupes. Soy una tumba, y más sabiendo cómo se pone el neurótico de tu novio.
Estuvimos hablando por dos horas cuando Diana se acuerda de que tiene tarea de historia.
Esta niña nunca va a cambiar, siempre dejando todo para último momento, aun así, la quiero.
Me quedé dormida de tanto pelear con mis pensamientos.
Me desperté con los gritos de Alex, como de costumbre. Era muy temprano.
"Sofí, despierta."
"Alex, ¿estás loca o qué te pasa? Es muy temprano. ¿No sabes qué hora es?"
"Son las 5:40."
"¿Qué te pasa? Es muy temprano."
Decidí levantarme, ya que está loca y es capaz de tirarme agua.
Me metí en la tina, preparé un baño de burbujas con aceite de rosas y puse mi playlist favorita. Me quedé dormida, y ya eran las 7:00. Me vestí con un vestido rosado con negro, algo corto. Ya sé que es algo glamuroso, pero toda mi ropa es así.
Me dejé el cabello suelto, me puse unos tacones de tacón bajo, un poco de perfume y maquillaje. No me quise vestir como toda la diva que soy para no llamar tanto la atención y que me reconozcan. Ya estoy cansada de que siempre digan que soy la diva del colegio y que consigo todo a base de mi fama y no por mi trabajo.
Ya estaba lista, bajé a desayunar. Alex había preparado panqueques con chocolate, frutas y leche.
Espero que les guste, les escribe su escritora. ❤️ Los quiero.
Alex me había llevado al colegio, así que si quieres, puedo entrar contigo. No está bien, no es necesario; además, tú ya tienes que ir al hospital. Está bien, pero si te pasa algo, no dudes en llamarme. O no, ya entro en su papel de hermana sobreprotectora, pero aun así, la quiero. Bajé del auto. Estaba tratando de pasar desapercibido cuando chocó con una chica alta, rubia, y de lejos se nota que es puro plástico. Ay, lo siento. "Mejor fíjate por dónde vas, estúpida". Disculpa, pero la que chocó conmigo fuiste tú; la que se tiene que fijar por dónde va es otra.
Me fulmina con la mirada. ¿Acaso no sabes quién soy? No, y no me interesa saber. No dijo más nada. Acaso ella pensaba que me iba a quedar callada, pues, no; eso aprendí de Alex, nunca perder en una discusión. No lo puedo creer, mi primer día y ya tuve problemas. Estaba perdida ya que el instituto es muy grande. Cuando veo que se acerca a mí una chica pelirroja con pecas en su cara y ojos negros, sí, soy muy observadora.
Hola, ¿estás perdida? Qué pregunta la mía es más que obvio; se ve que eres nueva. Sí, la verdad es que sí soy nueva y estoy buscando la dirección, ¿me ayudas? Claro, yo te llevaré. ¡Ay, qué mal educada soy! Déjame presentarme, soy Sabrina Ripoll, mucho gusto. Hola, yo soy Sofía Cooper, el gusto es mío. No lo puedo creer, que seas tú, soy tu fan. Sí, soy yo, pero no le digas a nadie; quiero pasar desapercibida. Está bien, no diré nada, pero ¿por qué, si no esindiscreción?
Me quiero dar un respiro y si los paparazzi saben que estoy aquí, no me la voy a acabar. Ya hemos llegado a la dirección. Gracias por traerme hasta aquí, un gusto conocerte, Director. Hola, señorita, ¿en qué puedo ayudarla? Hola, soy nueva. Director, dígame su nombre para buscarla en la lista. Sofía Cooper. Sí, acabo de hablar con su hermana, un gusto tenerla aquí. Aquí está su horario y la llave de su casillero.
Cuando estaba saliendo de la oficina del director, veo a Sabrina esperándome afuera y veo que llega un chico y la abraza, no lo pude ver, ya que este estaba de espaldas. Sabrina, ahí estás; te estaba esperando para llevarte a tu casillero. ¿Qué número es, Sofía? 105. Qué bien, está al lado del mío, que es el 106. No sé, pero esta chica me causa confianza; estábamos por llegar a los casilleros cuando pasa la chica que chocó conmigo y me fulmina con la mirada.
Veo que ya ganaste el odio de Sariá, ¿qué le hiciste? Nada, solo que le contesté porque ella chocó conmigo. Guao, qué valiente, ella es una de las chicas más populares. Bien, llegamos; ¿qué clase te toca ahora? Biología. Qué suerte, nos toca clase junta. Qué bien, así no me perderé. Nos estábamos riendo cuando entramos al salón; aún no había casi nadie, y ahí empezaron a llegar. Ya estábamos todos. Buenos días, clase; hoy tenemos a una alumna nueva, ¿podrías presentarte?
Hola, mi nombre es Sofía Cooper; vengo de Los Ángeles, nací allá, pero tengo origen latino. Un gusto conocerlos. La clase ya había empezado; el maestro puso unos ejercicios. Ya nadie quería ir a la pizarra, así que fui yo. Todos me miraban con asombro, ya que llené los ejercicios en menos de 2 minutos y los llené bien. Sabrina se acerca a mí y me dice que, además de bella y famosa, también soy adivina. No soy una cabeza dura. La clase había terminado.
Oye, ¿qué te toca ahora? Historia. Y tú, ¿qué mal, a mí me toca matemáticas? Si no es mucho pedir, ¿me puedes llevar al salón de matemáticas? Sí, claro, no hay problema. Ya llegamos. Gracias por traerme hasta aquí, fue un gusto conocerte. Me había despedido de ella. Me cae bien esa chica, me inspira confianza, y es raro porque no es todo el mundo que hace que me inspire confianza.
Por fin, la clase había terminado; fueron las dos horas más largas de mi vida. Me dirijo a la cafetería; ya era la hora del receso. Por primera vez siento que no encajo; la cafetería era enorme, y no conozco a nadie. Cuando veo a Sabrina en el mostrador llamándome, me salvó de comer sola. Habíamos pedido la comida; yo pedí una hamburguesa con papas y Coca-Cola. Nos dirigimos a las mesas más lejanas para poder hablar mejor.
Te puedo hacer una pregunta. Claro, dime. ¿Por qué una estrella como tú decidió venir a vivir a este pueblo que no se compara en nada a los lugares que has estado? Decidí venir a vivir aquí por mi hermana; ella se ha graduado de medicina y le dieron la pasantía aquí, y no quería dejarla sola. Ella siempre ha estado para mí; ahora es mi turno. ¿Y tu hermano no vino con ustedes? No, solo somos mi hermana y yo; mi hermano nos visita cada vez que pueda. Él está muy ocupado con los negocios familiares desde que mis padres murieron; él se hizo cargo de ellos.
Sabrina, háblame algo de ti; me siento en desventaja que tú sepas cosas de mi vida y yo no sé nada de la tuya. Bueno, no hay mucho que decir. Soy hija única. No tengo novio. Tengo 17 años. Me encanta leer y escribir novelas de amor; nada interesante mi vida comparada con la tuya. No digas eso; tu vida también es interesante, y si yo no hubiera sido famosa, esa sería mi vida. Yo pensaba que tenías novio. En serio, ¿y de dónde sacas eso? Porque cuando estabaestaba saliendo de la dirección te vi abrazada con un chico
"A Derek, para nada; él es un hermano. Me habías dicho que eras hija única." "Sí lo soy, tengo 3 hermanos mayores que son mi primo y sus mejores amigos. Para ser familia no se necesita tener la misma sangre; crecí con ellos prácticamente desde que nací. En eso tienes razón; para ser familia no se necesita la misma sangre. Diana y yo somos hermanas de la vida."
Estábamos riendo y riendo cuando a lo lejos veo al chico que casi me viola. Maldición, no puede estudiar aquí. Estaba muy nerviosa y pregunté a Sabrina, "Oye, tú conoces al chico pelinegro que viene hacia acá?" "Sí, él es mi primo Sebastián, y el que está a su lado es Derek. ¿Por qué lo conoces?" "No para nada." Demonios, que tu primo casi me viola así, casual. Ahora vuelvo. Veo que ella se va hacia donde está él, Sebastián.
"¿Qué hacías con ella? ¿De dónde la conoces?" "A ver, bájale a tu tono. Ella es Sofía Cooper; es nueva en el pueblo. Y tú, ¿de dónde la conoces?" "Ella es mi mate." Que cuando pasa Derek. "Si tienes que contarnos cómo pasó todo, vamos a otro lugar para poder hablar. No quiero ir con ella; ya he esperado demasiado." Sabrina, te entiendo, pero también debes entender que ella no sabe nada sobre nuestra naturaleza, de lo que somos, y tal vez se asuste. Hazle caso a la duende. Terminé por aceptar ir a otro lado para hablar.
Ahora sí, dinos qué pasó. Flashback: Otro maldito día sin mi mitad de vida. No sé, pero ya debo rendirme. Era la hora de la salida; esta vez, Sariá no me convenció de quedarme con ella. Estaba harta de todo y de todos. Decidí dar una vuelta por la ciudad para despejarme un poco, pero me encontré con una sorpresa.
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