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Te Quiero Sólo Para Mí

Capitulo 1: Prólogo, Tiempo presente

Matt:

Como si ya no tuviera toda mi atención. Madison dice: "papi, mira esto"

"Te veo hija" le aseguré

Madison comienza a reírse y corre sin previo aviso y empieza a hacer volteretas descalza a lo largo del salón de baile, qué mande construir en nuestra casa especialmente para ella.

Madison sin peder el tiempo hace esta otra voltereta, qué me volvía totalmente loco. Era joven para elegir su camino, pero la apoyaría en lo que sea que ella quisiera ser. ¿Su afición actual?, ser bailarina de ballet.

Mi pequeña era una bailarina estupenda y para conseguir ser la mejor en su grupo, tuvo que practicar demasiado. Mi pecho se inflama en orgullo y amor al verla, era una viva imagen de mí, cuando era más joven. Ella poseía esa tenacidad para enfrentar sus retos y por supuesto no darse por vencida, idéntica a mí.

Cada vez que la veía sonreír y decirme "papi" era el mundo para mí. Sin duda ser padre fue lo mejor que me pudo pasar. Bueno, pero en este puesto competía otra mujer, no menos importante. Otra sonrisa que me impulsaba tanto en la vida como Madi.

Mi esposa Jenna. La vi entrar al salón llevando una bandeja de bebidas para nosotros. Ella me sonríe al verme, esa era a la otra chica a la que le pertenecía.

Mi pequeña Madi se convirtió en la niña de mis ojos hace unos años. Pero Jenna era mi chica hace mucho más tiempo.

Desde la primera vez que la vi estuve fascinado por la Jenna adolescente. Tuve un mal rato ante sus constantes rechazos, pero debía saber que había una razón para esto...y yo solo actué infantilmente y fui duro con ella, un completo idiota en la adolescencia. Aún hoy me sorprendía que haya querido darme una segunda oportunidad a pesar de todo lo que le hice. Era sin duda afortunado y tenía a la mejor esposa del mundo.

Y no solamente eso, también era la mejor madre. Jenna sé acerca con las bebidas. Le agradecí cuando me dio un vaso. Jenna se fija en Madison "cariño eso fue espectacular" ella le dice y Madi inmediatamente se iluminó. Adoraba a su madre.

Madi se acerca a nosotros corriendo "mami, ¿crees que me escogerán para ser el cisne blanco? Pregunta nuestra hija, mientras Jenna le entrega a ella la bebida.

"Pienso que los jurados han visto que tienes demasiado talento, y tienes una buena oportunidad de ser elegida como cualquier otra chica. Pero recuerda Madi pase lo que pase eres la número uno para nosotros"

Mi pequeña le sonríe, como siempre Jenna tenía la respuesta correcta para cada inquietud que tenía mi pequeño ángel.

"Estoy algo nerviosa" admitió Madison cubriendo su sonrojo, mientras tomaba su bebida.

Jenna se acercó a Madison y le dio un abrazo afectuoso, mientras decía "no dudes de ti, eres nuestra estrella y estamos orgullosos. Además la mayoría de las otras chicas estuvo ahí por años. Mientras que tu lo haz conseguido en poco tiempo. Así que como te digo no dudes de ti, vas a lograrlo" ella termina

No sabía si era posible amarla más. Jenna siempre conseguía que Madi se sintiera mejor. Mientras yo me preocupaba, jenna nos tranquilizaba a ambos.

La verdad no estaba muy contento con que le dijeran qué no, a mi pequeña. Pero Jenna siempre me recuerda que no puedo luchar sus batallas. Madi debe enfrentarse. Mi consuelo es qué estaremos ahí para ella como salvavidas si obtenía un no.

Madi quedó satisfecha con la respuesta, porque nos sonríe y vuelve a su pista para seguir practicando.

Mientras tanto atraje a Jenna a mi regazo. Me encantaba sentarla sobre mi. Ella se hundió más en mi disfrutando de mi calor y me hizo el hombre mas feliz. Mis manos picaban por ir adonde tanto anhelaba, pero tuve que hacer un esfuerzo mayor, no estábamos solos.

Asi que me conformé con rodear su caderas con mis brazos y acercarla más a mi. Le dice cerca de su oído "eres irresistible" . Jenna suelta una risa por mi comentario, sabiendo en el estado en el que me pone, y como no caer en su redes.

Mi esposa era demasiado sexi, aunque siempre lo fue. Este cuerpo podía detener el tráfico.

Muy pronto seria nuestra cena de aniversario y tenia todo preparado por adelantado, pretendía hacer ese día algo especial para ella, sé lo merecía. Amaba demasiado a Jenna y no imaginaba un mundo sin ella y sin mi pequeño angel Madison.

En ese momento me viene el recuerdo de la primera vez que la vi hace nueve años. Ella literalmente me quitó el aliento cuando vi sus hermosos ojos observarme, esa mañana en el estacionamiento, justo cuando comenzaban las clases.

Ahora aparte de mi interés por ella, obtener que me prestará atención fue un reto para mí en ese entonces.

Jenna había decidido que no quería nada conmigo y con justa razón. En ese tiempo éramos vecinos y no le hablaba mucho, pensando que así llamaría su atención, después de todo yo era popular y cualquier mujer quería estar conmigo. Tenía un pensamiento muy errado.

Al final intente acercarme una y otra vez, pero ella no cedía. No estoy orgulloso de lo que hice después....pero si no lo hubiese hecho hubiera perdido el amor de Jenna. La obligue a casarse conmigo no por amor. Bueno eso creía, pero lo hice solo porque podía y además ella me atraía demasiado.

Pensé que una vez la hiciera mi mujer y me acostara con ella. Me cansaría de Jenna y la dejaría, pero no fue el caso. Mi vida cambió cuando no termino sus estudios en nuestro Instituto, sino que se transfirió. Senti morirme, mi pecho sentía un gran vacío por su partida. Jenna sé había metido bajo mi piel.

Cuándo nos volvimos a encontrar. Mi sueño en ese entonces era que mi empresa fuese reconocida internacionalmente, subir de nivel, obtener más prestigio. Pero eso cambio cuando me enamore de Jenna y me di cuenta que el único sueño que queria hacer realidad, era el que jenna se quedara conmigo para siempre como mi esposa.

Así que este no fue un matrimonio consensuado no, este fue un matrimonio forzado y queremos contarles nuestra historia.

Capítulo 2: Instituto

Nueve años atrás...

Jenna:

Me senté en el auto bus, escuchando hablar a otros de sus increíbles veranos en la playa, esto incluía las fiestas y por supuesto dormir y cuanto les chocaba volver a la preparatoria.

Ellos no hablaban mi mismo idioma, a diferencia de ellos me sentía bastante aliviada de volver a la escuela. Espere por ese día todas las vacaciones.

Solo volver me permitía escapar del infierno en que vivía. Cruce mis piernas, observe mis pantalones cortos. Ya estaban demasiado pequeños y apretados. Tire de ellos hacia abajo.

Hace mucho no tenía un guardarropa nuevo, aunque trabajaba, la mayor parte iba a parar a mi cuenta privada. Mi madrastra no sabía que la tenía y era un alivio.

Éste ahorro lo utilizaría para irme por fin de casa. Así que no me permití sentirme mal por mi ropa pequeña y deshilachada, la usaría cuanto pudiera y cuando no me sirviera más, vería como conseguir algo más decente que simplemente unos pantalones cortos.

Ahora, el problema de usar ropa pequeña, tenía una desventaja que a los chicos solo les agradaba más, pero a mí no. Trataba en lo posible de ocultarme del sexo masculino.

Mis pechos a mi edad, sé habían vuelto más grandes, incluido a esto mí, trasero y por sí fuera poco mis caderas se ensancharon también.

Probablemente, había aumentado de peso y eso era un chiste de mal gusto, porque la verdad no comía mucho. En especial porque mi madrastra no me sustentaba, tenía que encargarme de todo por mi misma. Siempre lo dejo claro, desde que cumplí quince años.

En resumen mi madre nos abandonó a mí y a mi padre cuanto tenía seis años y luego él decidió que era hora de que tuviera una nueva madre. Megan, mi madrastra a la cual no le agradaba.

Y la ironía de la vida, mi padre murió y me dejó con esta arpía que ni sentimientos poseía. No me quedo de otra que permanecer en esa casa, después de todo era mía por ser la única hija de mi padre y Megan no pensaba perderla así que me conservó.

Pero tenía un tiempo de caducidad, ya llegaba a mis dieciocho y pretendía sacarme y sustentar con un abogado, qué la casa era totalmente suya porque había cuidado de mí.

La verdad no me importaba la casa, solo quería alejarme lo más lejos que pudiera de Megan. Jamás le tuve aprecio, ella jamás estuvo para mí, jamás me dio cariño. Ella me odiaba por ser la carga que le había dejado mi padre. Pero como dije esto cambiaría estaba cerca de cumplir dieciocho y pronto me iría de allí.

En ese momento, Teresa mi mejor amiga me saca de mis pensamientos y me llama al presente. Ella dice "ya te lo dije Jenna, podrías aceptar la ropa que quiero obsequiarte" ella tiene el ceño fruncido en preocupación.

Negué, ella ya hacia demasiado por mí, sus padres me alimentaban cuando podían ya estaba demasiado agradecida con ellos “ya has hecho demasiado por mí tú y tus padres” le dije, de todas formas Teresa era más delgada que yo y la ropa me quedaría igual de estrecha.

Ella suspira resignada “al menos acepta este” ella abre so mochila y saca un suéter grande y largo que me cubriría perfectamente. Teresa continúa hablando “era de mi madre, pero decidió que era lo demasiado viejo para volver a usarlo, por favor acéptalo” Teresa me observa suplicante.

Le sonreí ella era la única persona en el mundo que en realidad me importaba. Ella era como una hermana para mí, qué me había apoyado en todas las etapas de mi vida.

Quiso ayudarme a salir de casa y lograr que sus padres me adoptarán, pero era un trámite demasiado largo, y la ley exigía que sí había pruebas de maltrato. Las organizaciones de acogida me llevarían con ellos, mientras duraba el proceso de adopción y por supuesto que no lo quería.

Además de que sé decían muchas cosas de esos lugares, no tendría la libertad que tengo acá. Pronto me liberaría, así que no acepte lo que Teresa me ofrecía.

“Está bien te lo pagaré” le dije tomando el suéter

Teresa me miró de mala forma y dijo “ni hablar es un regalo, y eso que no es ni la mitad de lo decente que hubiera querido darte, consérvalo”

Sonrió apenada y le digo “gracias”

Ella asiente “si me lo preguntas están demasiado cortos” dice mirando hacia mis pantalocillos “¿no te dije que compraras nuevos?” Teresa me regaña.

Le digo como excusa “solo estoy gorda, es por eso . Pero adelgazaré y todo se solucionará” le sonrió brillantemente.

Teresa niega “no comes demasiado y lo sé. No es una subida de peso, solo estas en desarrollo” dice todavía enojado, por mi intento de excusa

“Está bien Teresa además nadie me nota” digo irritada.

Ella se ríe graciosa “¿de verdad lo crees?, por favor Jenna, los hombres te voltean a ver dos veces cuando pasas por su lado” hice una mueca tal vez debería reconsiderar lo de comprar ropa más holgada.

El autobús hizo la parada y fue nuestra señal para bajar. Comencé a decirle que no era cierto, pero mi ritmo cardiaco sé aceleró. Matt estaba justo frente de mí, a una cierta distancia. Aparte la mirada no quería que me sorprendiera viéndolo.

No sabía por qué, pero mi cuerpo reaccionaba a él siempre que lo tenía cerca. Fue así cuando lo vi por primera vez hace unos meses e hicimos contacto visual. Era el chico más guapo que había visto.

Me ilusioné ese día. Emocionada de volverlo a ver, pero mis ilusiones se fueron a la basura, cuándo lo vi más tarde con dos chicas una de cada brazo. Ellas o mejor dicho las chicas populares sé lanzaban a él siempre.

Como sí fuera una especie de dios y eso me molesto. Era un arrogante. Él y sus amigos escogían entre las mujeres como sí fueran platos para usarlos y después desecharlos. No solo fue ilusión mía había visto demasiado sobre Matt.

Después de eso lo veía con una chica diferente y después las encontraba llorando en el baño porque las había botado, después de acostarse con ellas. Era un bastardo. Matt utilizaba a las mujeres.

“Oh por Dios mira quién está ahí” dice Teresa emocionada. Sabía a quién se refería, en vez de volver la mirada hacia Matt, observe los ojos de Teresa que brillaban con cierta adoración al verlo.

Suspire y le dije “Detente, te sale baba” bromee con ella.

Ella me golpea graciosa “admítelo él es el chico más caliente de la escuela”

Negué y respondí “y también el más mujeriego”

Ella alza las cejas y sigue sonriendo “no está mal recrear tu vista por un rato o sí”

Suspiro frustrada “vámonos o llegaremos tarde” Teresa hizo una mueca, pero sé fue conmigo a regañadientes.

No mire en su dirección aún sí sentía su mirada en mí y mierda como me afectaba esto. Pero recordé mi desastrosa vida y me recompuse tenía problemas más serios con los que lidiar. Uno de ellos era sobrevivir.

Capitulo 3: Intentando acercarme

Matt:

Había pasado un largo tiempo desde que la vi y a pesar de que era mi vecina jamás me logré topar con ella en el verano y eso era raro. Vivían en esa casa desde hace bastante tiempo,... pero solo me interesé por Jenna desde hace más o menos un año y sabía que eso era muy idiota de mi parte. Pero ella había cambiado y me atraía hoy por hoy.

No sabía por qué me seguía preocupando por ella, había hecho todo lo posible por sacarla de mi mente, pero no lo había conseguido, ni con todo el sexo del mundo.

Jenna intervino en todas las fantasías sexuales que tenía y solo había una forma de arreglar esta deseo por ella. Tenía que hacer la mía.

Pero la cosa es que ella no me daba ni la hora, sabía que era mi culpa, después de todo la ignoraba y permanecía con demasiadas chicas para el desagrado de Jenna. Aun así qué podía hacer, así es como era.

La observé bajar del autobús, acompañada de su amiga Teresa que no me quitaba los ojos de encima. Típico.

“Su amiga es preciosa talvez consigamos una cita doble, si quieres puedo intentarlo por ti” dijo uno de mis amigos a mi lado.

Mierda me había sorprendido viendo en dirección a Jenna. Suspire frustrado “no importa” dije apartando la mirada de ella.

Él rueda sus ojos “lo que sea, pero avísame si quieres intentarlo"

Negué. Ocultar a mis amigos mi interés y necesidad por Jenna era imposible, me conocían bien y además notaron la fascinación que tuve por ella, hace unos meses cuando la noté por primera vez.

Pero después de que ella me rechazara, a mí el chico más popular de la escuela me moleste, no me hallaba acostumbrado al rechazo, jamás.

No sabía por qué era tan difícil conseguir la atención de Jenna, qué tenía yo de malo. Todas las chicas quieren estar conmigo, por qué ella no. Carajo.

Mi estado de ánimo no era el mejor ahora y justo llego una chica a coquetearme. “Oye he oído que tú y tu novia rompieron” dijo la chica tocando mi brazo.

“No hago lo de las relaciones, ella no era mi novia” le dije molesto. Esta chica podía perfectamente hacerme olvidar a Jenna por un rato pero al observarla, lo descarté. Ellas jamás seria Jenna.

La chica continua “oh pero ella dice que salían mucho y también que te acostaste bastantes veces con ella” ella se ríe y qué sonido tan desagradable.

“Yo cojo, no tengo citas” le respondí y alejé sus manos de mi cuerpo.

Me alejé era ahora o nunca, quería buscar a Jenna y lograr que me hablara. Me dirijo en la dirección por la que sé fue y la encuentro sola sin rastros de su amiga. Está observando su horario distraído sin notar que la observaba.

Me quede embodado viéndola, ella apretó sus labios pensando en algo o quizá recordando, este gesto aunque común para otros chicos para mí era demasiado lindo.

“Cada vez que te veo te haces más hermosa” le dije. Estaba seguro de que estaba nervioso y esta era la primera vez que me sentía así al hablar con una chica, pero jenna no era cualquier chica. Ella hacia que dijera estupideces.

Al escucharme hablar cerca de ella se tensó, siempre lo hacía y quería saber por qué. Bueno sí sabía pero aunque sea Jenna, debería valorar mi esfuerzo de acercarme a ella.

“Jenna vas a hablar conmigo esta vez o solo que te quedaras callada” pregunte irritado por su aptitud.

Su ceño se profundizó. Estaba seguro de que estaba enojada. “Eso es hipócrita viniendo de ti, vivimos justo al lado y jamás me has dirigido una palabra” ella niega “igual tampoco quiero hacerlo"

¿Qué?. Auch, me tenía allí, me lo había ganado por idiota pero lo arreglaría. Había logrado por lo menos que me hablara y eso era un avance.

Suspiro y le digo “lo siento” dije con un esfuerzo mayor, jamás me disculpaba. Continuo diciendo “ahora, por qué dices que no querías dirigirme la palabra, soy muy agradable, incluso podíamos llegar a ser amigos”. No podía creer que le había dicho eso, cuándo eso, era lo menos que quería.

Jenna no me había mirado durante toda la conversación, solo sé había quedado viendo su horario, pero ahora inclino su cabeza para observarme. Me detuve un momento en su mirada, mierda estaba seguro de que me hipnotizaba.

Pude notar que ella era casi de mi estatura y eso era perfecto, justo en este momento quería besarla. Pero sabía que no lo permitiría y debía llevarlo con calma para lograrlo.

Jenna me miro confundida, como tratando de descifrarme “¿amigos?, no tiene amigas Matt. Tú y tus amigos no hacen eso con las chicas”, casi me quedo en la parte que sabe mi nombre, aunque eso no era raro toda la escuela lo conocía. Podía irme feliz con esta afirmación, pero no era el caso. Ya sabia lo que molestaba a Jenna. Yo era prácticamente un prostituto y, ha qué chica no le molestaría esto. Bueno solo a las decentes como Jenna.

Pero le desmotaría que era diferente, me reí de esto, casi no me lo creí, pero continúe hablando “Quiero intentar ser tu amigo y probar las aguas”

Ella me sonríe y me observa incrédula. Luego se echa a reír. Mi corazón saltó, era la primera vez que la veía reír y era el sonido más maravilloso del mundo. ... Pero qué me estaba pasando yo no era así.

“que es tan gracioso” pregunte y le sonreí como tonto.

Ella sacudió la cabeza “quieres probar las aguas, y ver si puedo rendirme a tus pies. Por eso usas tu patética excusa de la amistad”

Me quedo en blanco ante su respuesta, Jenna continua “perdona pero voy tarde a clase” y comienza a alejarse, pero no quería que terminará.

Casi me desesperé cuando pensaba que no volvería a hablarme. “jenna disculpa mi estupidez y dame una oportunidad, sé mi amiga. Soy diferente lo prometo” la detengo con mis palabras.

Ella suspira y sé da la vuelta “una hombre como tú jamás cambiara” dice esto y se aleja corriendo por el pasillo.

Suspire frustrado esto sería más difícil de lo que pensé. Me hallaba molesto por su respuesta y también porque vi a los chicos mirar su trasero cuando paso por su lado.

Jenna no se daba cuenta de lo que generaba en los hombres. Apreté mi mano en un puño, el impulso de golpearlos para que dejaran de mirarla era difícil de resistir. Pero lo pensé mejor eso no evitaría que otros más la miraran de igual forma.

Respire profundo y me tranquilicé un poco.

Me conformé con darles miradas de muerte a estos chicos mientras los pasaba. Ellos necesitaban saber que Jenna era mia. Sólo mía. Amiga o no, sé hallaba fuera de su alcance, ellos y todos los chicos de esta escuela debían entender eso.

 

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