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UNA CRUZ SOBRE MI PECHO

capítulo 1

8 DE SEPTIEMBRE

Todo comenzó una noche de Septiembre, para ser más exacto el 8 de Septiembre del año 2019, noche de tormenta con muchos rayos presentes. German era un joven alto, delgado, de piel acentuada y con el cabello liso, de cuerpo atlético, estaba por terminar el High School para disfrutar unas breves vacaciones antes ingresar a la universidad. Era buen estudiante, pero pésimo en los deportes, en el equipo de su colegio estaba siempre sentado en la banca y muy pocas veces entraba a la cancha a jugar. Su equipo de Basketball, The Firehawk habían obtenido los últimos tres campeonatos escolares y eso lo acreditaba como campeón de su colegio permitiéndole usar su jacket de campeón, aunque todos le criticaban su condición, cosa que lo tenía sin cuidado, estaba allí porque debía pertenecer a un equipo para poder graduarse, además, el coach del equipo era amigo de su padre y este en su juventud fue un jugador insigne. Tenía una hermana de 11 años llamada Germany y proyectaba ser una de las mejores porristas del equipo. Ambos vivían junto a su madre Jackeline desde la misteriosa desaparición de su padre el día 16 de Septiembre de 2012, fecha en la que German tenía ocho días que sin explicación alguna y siendo un joven sano se había desvanecido en su colegio y desde entonces estaba en sala de cuidados intensivos en el hospital de la ciudad, los médicos no tenían un diagnóstico sobre el caso y luego de una serie de exámenes seguían sin saber la causa que lo mantenía inconsciente. Su madre era una mujer delgada de estatura promedio, piel blanca, cabello castaño y ojos claros; especialista en niños con problemas de aprendizaje y desde aquel día no pudo trabajar más en su área, en adelante se ganaba la vida como entrenador físico, dedicó todo su tiempo a entrenar jóvenes deportistas para que no sufrieran lo mismo que su hijo que, según un diagnóstico de uno de los médicos que atendieron a German, había sufrido desaceleración por malas técnicas aplicadas en sus entrenamientos, como entrenadora había ganado varias competencias y eso aseguraba su trabajo porque quería darle a sus hijos educación en las mejores universidades del país. Desde que ella quedó viuda muchos hombres se acercaban, pero los rechazaba porque aún amaba y extrañaba a su esposo, su único amor y padre de sus hijos.

Su casa, era pequeña y estaba ubicada en una esquina de un barrio, solo tenía dos habitaciones, una pequeña cocina, un baño y una diminuta sala de recibo donde escasamente entraban seis personas. German dormía en la terraza de la casa donde no podía caminar porque el techo estaba bastante bajo, este tipo de terrazas eran usadas como depósito y solo podían guardar cosas de tamaño regular, la escalera bajaba en medio del pasillo entre las dos habitaciones. Allí el joven German Scale pasaba días enteros echado viendo hacia el cielo por la única ventana que poseía aquel reducido lugar, buscaba respuestas a la innumerable cantidad de preguntas del por qué su padre Arthur se había ido sin dar explicación y no había vuelto en tantos años, no había llamado, nunca envió ni tan solo una postal para saber que estaba bien. Él no entendía como desapareció y ni siquiera su cuerpo sin vida se encontró para llorarlo, sepultarlo e ir a visitarlo en momentos difíciles o colocarle flores en su aniversario, solo la fecha de aquel fatídico día y un vago recuerdo de haber visto a su padre al despertar con la vista borrosa cuando colocó una cruz sobre su pecho y quedar cegado por un resplandor para jamás volver a verlo.

Esa noche justamente faltaban ocho días para cumplirse siete años de aquella pérdida tan lamentable. German miraba por su ventana, cada rayo que caía iluminaba su pequeño lugar, así permaneció largo rato hasta que fue vencido por el sueño y como cada Septiembre entre el 8 y el 16 desde el 2012 eran las únicas noches del año que soñaba con su padre y una vez al año los días 16 que era su cumpleaños la cruz que llevaba en su pecho se calentaba y tomaba un color brillante como si fuese poseída por algún tipo de energía, energía que salía desde la cruz e iba hasta su cabeza y las imágenes de su padre comenzaban a llegar, recuerdos de su niñez, momentos en que su padre daba alguna enseñanza, le ayudaba a levantarse de una caída, pero también llegaban imágenes de batallas donde un guerrero usaba una espada de oro, una capa roja y un casco brillante, ese guerrero tenía alas doradas y peleaba con ejércitos de seres que no tenían formas humanas y que salían de cuevas o aberturas en la tierra, esos sueños lo aceleraban y comenzaba a dar vueltas en su cama hasta despertar sudoroso y tembloroso, muchas veces llorando de desesperación y con más dudas de las que ya tenía.

PRIMER ENCUENTRO CON SAN MIGUEL

En la profundidad de aquel sueño volvió a aquellos momentos en donde ese guerrero peleaba sin descanso, estando en esos lugares sentía mucho calor y veía llamaradas de fuego por todos lados. Los movimientos de ese guerrero eran rápidos y precisos, cuando se cuadraba en combate muy pocas veces, por no decir nunca, daba dos pasos sin aniquilar a uno de sus contendientes, cubría sus cuatro flancos y ninguna de esas criaturas lograba acercarse lo suficiente para hacerle daño, se podría decir que sus alas doradas tenían ojos y por eso cuando hacía movimientos para eliminar a uno de sus opositores sus alas se movían con elegancia, la elegancia que tiene un bailador de tango inspirado en su baile.

German que había llegado a esa batalla sin entender por qué, jamás pensó que podría sufrir algún daño estando allí, estaba seguro que era un sueño y su atención estaba en ese guerrero, de pronto una de las criaturas vió al chico que estaba distraído y en vez de ir a palear sabiendo que iba a morir, se fue escurriendo lentamente hasta pararse justo detrás de German, sacó su espada de dos puntas, se cuadró y dispuso a atacarlo, en uno de los movimientos previos el monstruo tropezó un casco que estaba tirado al piso y eso alertó al joven Scale, cuando se dió cuenta que la bestia podía lastimarlo intentó correr y en los primeros pasos cayó al piso sin posibilidad de librarse de ese ataque, y a su mente vino una imagen la cual invocó de inmediato.

capítulo 2

–– San Miguel, Arcángel bendito, sácame de esta pesadilla.

Dichas aquellas palabras apareció un hombre alto detrás del monstruo, con alas y un escudo con una balanza en el centro, sacó su espada sin esperar nada y de un certero movimiento le cortó la cabeza, corrió hasta donde estaba German, lo cogió por un brazo como si su cuerpo no pesara y en la carrera lo alzó en sus hombros. Muchas de esas criaturas que participaban en ese combate cambiaron de dirección y comenzaron a perseguir a ese hombre que llevaba a German en peso, el muchacho asustado que veía como esas cosas vivientes se acercaban a pasos gigantes soltó nuevamente un grito.

–– ¿Puedes correr un poco más? Nos están alcanzando.

Y un destello de luz en frente de ellos se hizo presente, una luz tan blanca que encegueció a German de tal manera que no pudo ver nada más. De pronto el calor y las llamas no estaban y pasaron de una zona de combate a una habitación completamente blanca y con un silencio que ensordecía, de ir a hombros pasó al piso en una caída brusca y ver a su salvador frente a él con sandalias de cuero y cordones tejidos a media pierna, cuando subió un poco la mirada pudo ver la punta de una espada llena de un líquido gris como especie de barro y lo que su mente descifró como el borde de una falda y las piernas en posición de combate, quiso subir la mirada para ver el rostro de quien estaba allí y solo pudo ver una mano que tocó su frente y otra vez ese destello le imposibilitó ver con claridad.

Al cabo de dos o tres horas German despertó de un sueño profundo, su vista comenzó a aclarar y logró ver que estaba semisentado en un sillón de una habitación que desconocía totalmente, estaba solo, se levantó, caminó hacia una ventana, al tirar de la cortina a un lado y asomarse para ver donde estaba y tener una idea de que había pasado no logró ver absolutamente nada, por mucho que cubrió con sus manos la luz detrás de él fue imposible, los vidrios eran completamente negros y no se veía hacia afuera, entonces caminó al otro lado de la habitación donde estaba un escritorio y una biblioteca, comenzó a escudriñar en la gavetas y encontró unos escritos que al abrirlos las letras allí contenidas no eran algo que jamás sus ojos hubiesen visto, leído o escuchado, fue a los libros que estaban colocados de manera que cada uno contenía una letra que formaban palabras que tampoco sabía pronunciar. Confundido y un poco desesperado fue al sillón donde despertó, se sentó y llevó sus manos a su cabeza, cerró sus ojos y se dispuso a orar, pero un ligero ruido, tan ligero como la caída de una hoja de papel al piso lo hizo desistir de su oración, solo el silencio del lugar permitió a German escuchar.

Al quitar sus manos vió claramente a un hombre parado frente a sí, estaba vestido de saco, corbata con pantalón negro y zapatos de negro patente, toda su ropa bien pulcra y planchada, tal como si la hubiesen planchado puesta en su cuerpo, cabello negro, barba bien rasurada y correctamente peinado. Lo más asombroso fue al ver su cara, era el director de su colegio con veinte años menos.

–– Hola German ¿Cómo estás?

Dijo aquel joven hombre.

–– Hola prof… ¿Profesor Peter es usted? Pero se ve con muchos años menos.

Contestó German extrañado.

–– Sí joven Scale, soy el profesor Peter, tú me ves más joven porque para ustedes los humanos es muy importante verse joven por muchos años, cosa que para nosotros no significa nada.

German dió un salto hacia atrás y pasó de estar sentado a estar de pie un tanto retirado.

–– ¿Para nosotros los humanos? ¿Acaso usted no es humano profesor?

Peter con mucha calma cerró los ojos, tomó un poco de aire en sus pulmones y soltó un soplo de aliento que formó una especie de pequeña nube en su cara y al disiparse el rostro de Peter era el que German estaba acostumbrado a ver en el colegio.

–– Explicarte que soy y por qué estoy aquí será un poco complicado German, lo único que te pido en primer lugar es qué no me tengas miedo.

–– Si es por miedo créame que ya estoy temblando, no entiendo cómo puede usted envejecer su rostro con tan solo un soplido.

Peter trató de acercarse a German y tendió su mano, pero este continuó hacia atrás diciendo:

–– No se acerque porque voy a gritar.

––No seas tonto German, donde estamos nadie te escuchará, si hubiese querido hacerte daño dejo que el demonio te cortara la cabeza y comiera tus entrañas.

–– ¿Cuál demonio? No recuerdo ningún demonio ¿Dígame qué es usted?

–– ¿Quieres saber cuál demonio?

Y apuntando con su mano a la pared hizo que German viera como en una pantalla lo que había vivido minutos, segundos u horas atrás. El joven quedó parado mirando fijamente aquellas imágenes como una película, sintió como por muy poco estaba con vida.

–– ¡Ahora sabes cuál demonio German!

Dijo Peter.

–– Si prof… profesor, ya recordé que ese demonio casi me mata, pero estoy seguro que todo es un sueño y nada me puede suceder.

–– Si la espada de esa cosa hubiese alcanzado tu cuello no estuvieses aquí conversando conmigo.

––Recuerdo que estaba en mi habitación durmiendo en medio de una tormenta con muchos rayos.

––No estabas soñando y puedo demostrarte que no es como piensas.

–– ¿Explíqueme qué es usted y cuál es el fin de estar aquí?

–– Haz memoria un poco jovencito.

–– Estaba soñando con un guerrero de espada de oro, capa roja y un casco brillante, tenía además alas doradas, era muy ágil y preciso en sus movimientos.

–– ¿Y qué más recuerdas German?

–– Un monstruo asechando a mi espalda y cuando quise salir corriendo resbalé y caí.

–– ¡Y esa cosa casi te mata verdad!

––Si y justo cuando iba a usar su espada contra mí y ma… invoqué a San Miguel Arcángel porque fue a quien recurrí para salvarme.

Abriendo sus ojos al recordarlo. Peter hizo una reverencia.

–– Aquí presente mi joven señor.

–– ¿Usted es San Mi…?

Inmediato Peter interrumpió.

––Sí, soy San Miguel o como comúnmente me llaman ustedes los humanos, Miguel Arcángel.

–– Lo que no entiendo es como usted siendo un Arcángel puede ser director del colegio donde yo estudio.

–– Podemos venir a tu planeta a cumplir misiones por orden de nuestro CELESTIAL CREADOR. Nos asignan cuidados especiales y podemos convivir con ustedes.

–– ¿Y cómo viven en esos cuerpos? ¿Acaso roban sus almas?

––No joven Scale, ese tema lo hablaremos más adelante. No puedes pensar que voy a venir a la tierra con mi traje de guerrero y pasear por las calles como cualquier ciudadano, crearía un caos, además, los príncipes del infierno nos perseguirían de día y de noche para matarnos.

–– ¿En serio es usted San Miguel?

–– Sí German y en adelante trátame de tú.

–– ¡Dios qué emoción! Conocer en persona a la mano derecha de DIOS.

Y haciendo una gran reverencia dijo Peter nuevamente:

–– ¡MI GRAN SEÑOR Y SALVADOR!

capítulo 3

Entonces German se sintió con más confianza y comenzó a preguntar cómo era hablar con el creador de todo el planeta, cómo era su rostro, qué idioma hablaba, si entendía todos los idiomas del planeta, si había dado vida en otro planeta, y un sinfín de preguntas hasta que Peter lo mandó a callar.

––Ya German, deja las preguntas para luego y enfoquémonos en lo que verdaderamente importa ahora.

–– ¿Y qué es eso tan importante en que debemos enfocarnos?

–– No vayas tan rápido muchacho, todo a su debido tiempo, mañana en la noche cuando duermas te iré a buscar para que trabajemos en algunas cosas.

–– ¿Cosas como qué?

–– Mañana irás al colegio y cuando me veas trátame como el señor Peter director de tu colegio. En la noche debes estar preparado para lo que verás y escucharás.

Justo cuando iba a realizar la siguiente pregunta fue halado por un túnel negro y despertó en su cama, era pasada la media noche y todavía llovía un poco. German miró a todos lados, creyó que había tenido una pesadilla, estaba desarropado y tenía frio, tomó su cobija y almohada, buscó acomodo en su cama y continuó durmiendo hasta que sonó la alarma de su reloj a las 06:30 am, se levantó, miró a todos lados tocándose sus brazos y cara para luego soltar una ligera sonrisa de satisfacción al ver que todo fue un mal sueño. Se dijo:

__ German Scale tú estás loco ¿Cómo crees que vas a hablar con San Miguel Arcángel?

Y Jackeline su madre pasaba justo en ese momento por debajo de donde dormía lo escuchó y le habló:

–– Deja de estar hablando solo, baja a bañarte, a tomar el desayuno e irte al colegio con Germany, hoy tengo un entrenamiento temprano y no puedo faltar para llevarlos, así que date prisa.

–– Si mamá ya te escuché, bajo en seguida.

Abrió la puerta del piso y soltó la escalera, bajó, fue directo al baño, pero no dejaba de pensar lo que sucedió en aquel extraño sueño. Tomando el desayuno su madre lo notó distraído y le llamó la atención, estaban con la hora y los dejaría el bus.

––German date prisa, no sé qué te pasa hoy que estás distraído, el bus está por pasar y si los deja tendrán que caminar.

Germany que era una niña muy activa le dió un golpe en la cabeza y le dijo:

––Si German date prisa, no quiero caminar al colegio, deja de pensar en la profesora Emily y en la capitana de las porristas, acaso crees que no me he dado cuenta.

–– Cállate muchachita! Nadie te dijo que abrieras tu bocota para decir tonterías.

–– ¡Ey jovencito! ¿Qué modales son esos?

Intervino Jackeline.

–– Perdón mamá. Ya verás cuando estemos solos, me las vas a pagar.

Contestó German a su mamá y a su hermana. Tomaron los bolsos y cuando iban saliendo sonó el claxon del bus.

–– Hasta luego mamá, nos vemos en la tarde.

Dijeron ambos a su madre y ella les contestó:

–– No hagan travesuras que lamentar.

LUNES EN EL COLEGIO

En el colegio German se encontró con el señor Peter Grace en uno de los pasillos y cuando este pasó en frente lo saludó con mucha formalidad, formalidad que siempre lo ha caracterizado.

–– Señor German Scale buenos días, espero que hoy asista a la práctica de Basketball.

–– Señor Peter buenos días, claro, asistiré señor.

German esperaba que lo saludara con un poco más de confianza por la conversación de la noche anterior, cosa que no sucedió, se detuvo un momento y volteó esperando que el director volteara a saludarlo o hiciera una mueca que le diera indicio de reconocimiento, pero todos sus pensamientos quedaron lejos de la realidad. Más confundido aún retomó su marcha pensando en todo lo sucedido en el sueño, un sueño alocado que ocurre solo una vez en la vida.

Llegó al aula 6 y entró a clase de historia, llegó con cinco minutos de retraso y le llamaron la atención.

––Señor German Scale tiene un pequeño retraso, la próxima vez no le permitiré entrar y lo enviaré con el director.

–– Profesor Christian Scott, el motivo de mi retraso es por llevar a mi hermana a su clase y el bus tuvo un ligero retardo en su ruta.

–– Sus excusas me tienen sin cuidado, usted debe llegar a la hora.

–– Sí señor, no volverá a suceder señor.

El profesor Scott comenzó su clase pidiendo levantar la mano quien llevaba una Biblia, todos extrañados miraron sus caras, se suponía que debían sacar sus libros de historia. Uno de los compañeros de German, Nick Sutil quien era uno de los jugadores favoritos de los Firehawk, pero en clases era pésimo y solo gustaba hacer bromas pesadas y molestar, quiso hacer un chiste cual vulgar bufón.

––Profesor Scott, ¿Qué tiene que ver la Biblia en esta clase? Estamos en clase de historia, no de religión.

Todos rieron a carcajadas viendo sus muecas y la forma en que lo dijo. El profesor que muy pocas veces reía y en esa ocasión tampoco lo hizo, dijo:

–– Señor Nick Sutil, reconozco que su habilidad para jugar Basketball es innata, por eso su equipo es tres veces campeón, debería usar esa habilidad para dejar de ser estúpido en mi clase.

Nick que tenía su cara sonriente creyendo ser el mejor, perdió aquella sonrisa rápidamente, se sentó, se encogió de hombros y bajó su cabeza. Nadie se burló esta vez. El profesor repitió su pregunta:

–– Una vez más ¿Quién de los presentes trajo una Biblia?

Y fue mirando a cada uno hasta llegar en frente a German. Le dijo:

–– Revise su bolso por favor, quizás usted trajo su Biblia hoy.

Nervioso y por no contradecir al profesor metió la mano en su bolso sabiendo que no tenía una Biblia allí porque nunca la llevaba a clase. Sorpresivamente al meter su mano fue como si le hubiesen puesto el sagrado libro en ella, lo sacó y ciertamente era una Biblia, no podía creer como fue a dar a su bolso. Todos sus compañeros lo miraron y se miraron entre ellos buscando una respuesta lógica. Otros hicieron gestos de que el chico estaba loco, el mismo German rascaba su cabeza no entendiendo nada de lo que sucedía. El profesor continuó:

–– Para conocer la historia es necesario que conozcamos la Biblia, saber por qué hay lugares en el mundo que científicamente no le han encontrado un sentido a su existencia, muchos curiosamente los llaman santuarios y otros lugares de sacrificios, en muchos de estos quienes los han visitado dicen que ciertas épocas del años se oyen gritos desesperados y otros han entrado y nunca han regresado, desaparecen misteriosamente.

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