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Prisionera Del Desierto

Capítulo Mi reina

El jeque Malek Al-Halabi sintió la puerta de su habitación, espero unos segundos esperando el ataque.

En cuanto esta se abalanzó sobre él, la atrapó entre sus brazos.

- Amira Leylak Al- Halabi, ¿Qué haces fuera de tu habitación?, pregunto él.

- Papá hay un hombre malo en mi ventana.

- Mi pequeña y dulce Amira, te esconderé aquí respondió él abriendo la cama para que ella entrará. Solamente no despiertes a tu madre, Amira beso a su padre y se acostó a su lado.

- Me cuentas un cuento papá, pregunto Amira.

- Está bien respondió él le dio un beso en la frente. Estaba la reina Amira cabalgando en su corcel blanco...

- Papá ¿puedo tener un corcel blanco?, pregunto Amira.

- Te compraré uno respondió él, hora del cuento. La reina Amira cabalgaba por un hermoso prado…

A la mañana siguiente mientras veía a su hermosa hija de tres años dormir en su cama Malek se sintió el hombre más afortunado del mundo.

Su esposa Mariana lo rodeo con sus brazos.

- ¿Otra vez apareció el hombre malo en la ventana?, pregunto su esposa.

- Así es ocúpate de que preparen otra habitación para ella, pondré un guardia en su ventana.

- Seguramente fue el movimiento de alguna de las plantas respondió Mariana.

- Entonces haré quitar todas las plantas, pero nadie asustará a mi hija. Por favor estén listas para ir al aeropuerto en cuanto Khalil Hazbun llegue se irán a Londres respondió él.

- Malek no cuestiono tus motivos, pero este lugar es seguro. No separes a nuestra familia comento Mariana.

- La guerra en Raleigh ya ha llegado hasta la frontera con Durham, no dejaré que mi hija presencié ese horror. Mientras se llevan a cabo las negociaciones estaré más tranquilo si ustedes se van a Londres

En unos días me reuniré con ustedes, ¿crees que podre estar lejos de mi amada esposa mucho tiempo?, pregunto él

- Podrías buscar otra esposa una que te de el heredero que tanto necesitas, respondió Mariana.

Él sostuvo el rostro de su esposa entre sus manos con dulzura.

- Te juré que serías mi única esposa y jamás en esta vida romperé mi promesa, ya vendrá ese heredero y si no viene seré feliz a tu lado con esa hermosa hija que me has dado que se ha robado por completo mi voluntad respondió él y la beso con tanta dulzura.

- Te amo Malek nunca lo olvides te vamos a estar esperando en Londres respondió Mariana.

Esa tarde la pequeña Amira caminaba por los pasillos del palacio como todos los días se había escapado del cuidado de su niñera Fariha.

Amira había llegado hasta el pasillo que daba a la oficina de su padre vio a alguien salir de la oficina de su padre era un niño más grande que ella.

Pero ella sintió pena por él, estaba llorando, ella se acercó con cautela.

- ¿Por qué lloras?, le pregunto ella.

Khalil Hazbun se limpió las lágrimas que brotaban de sus ojos, la miro con recelo y odió.

- Los hombres no lloran niña tonta respondió Khalil furioso.

Amira lo miro sorprendida, escucho la puerta de la oficina de su padre.

Ella corrió hacia su padre arrojándose a sus brazos. Él la levantó en el aire.

- Amira que haces aquí sola.

- Papá me llamo tonta se quejó Amira.

- ¿Quién te dijo eso?, pregunto Malek.

- Él respondió Amira señalando hacia donde estaba el niño mayor, pero ya no estaba ahí. Se fue papá respondió Amira.

- Hay mi bella Amira otra vez te escapaste de Fariha.

Ella sonrió mientras rodeaba su cuello con sus pequeños brazos y besaba a su padre en la mejilla y en la frente mientras él se reía.

- Lo has visto Fariha y es así como se libra otra vez del regaño comento Mariana.

- Es que la princesa sabe como hacerlo mi señora respondió Fariha.

- Que puedo decirte mujer esta niña me trae de cabeza respondió Malek, bajando a su hija.

- Ya nos vamos respondió Mariana. Malek se arrodilló frente a su hija

- Amira te voy a extrañar en unos días papá irá a verte y te llevará ese corcel blanco para qué la reina Amira cabalgue.

- Te amo papá respondió Amira abrazando a su padre, él la beso con dulzura esa pequeña de cabello castaño y esos ojos color ámbar con ese destello dorado cuando sonreía era todo lo que él más amaba.

Se puso de pie y se despidió de su esposa

- No olvides mis recomendaciones es por precaución en unos días iré por ustedes amor mío comento Malek.

- Te amo Malek y vamos a estar esperándote respondió Mariana.

Se encontraban en el avión perteneciente al reino de Durham, y por primera vez Amira volvió a ver al niño que le había dicho tonta, ya no lloraba y la miraba con odio.

- Khalil Hazbun era él segundo hijo varón del jeque Jalil Hazbun, por lo tanto, segundo en la línea de sucesión a sus quince años era enviado nuevamente después de pasar sus vacaciones en Raleigh al internado militarizado en Londres. El problema es que esta vez Raleigh se encontraba en guerra, su hermano Rashad príncipe heredero se había quedado al frente de la batalla, como era de esperar a sus 26 años Rashad ya era un hombre.

Pero él se sentía impotente de no poder defender a su pueblo.

Una vez que llegaron a Londres dos autos los esperaban uno para el príncipe Khalil y otro para ellas.

Mariana se instaló en la casa que la familia tenía en Londres.

Amira jugaba en jardín al cuidado de Fariha. Los días pasaban rápidamente y Malek no viajaba a Londres. Esa mañana en particular Mariana había ido a ver al médico.

- Su Alteza, ¿cómo le ha ido?, pregunto Fariha.

- Estoy embarazada Fariha, no veo la hora de darle la noticia a Malek.

- Felicidades, mi señora, el jeque estará muy feliz con la noticia.

Las cosas en Durham no iban muy bien un complot contra la vida de Malek se llevaba a cabo.

Era de noche uno de los guardias disparo.

Malek despertó cerró la puerta de su habitación trabándola con un mueble.

Afuera se seguían escuchando las detonaciones iban por él.

Tomó el teléfono y llamó a su esposa

- Mariana debes irte de ahí, escucha bien ve a tu casa...

- Malek que esta pasando que son esos...

- No hay tiempo, ve a tu casa ve sola con la niña no confíes en nadie Mariana, yo iré por ti ya sabes lo que tienes que hacer. Mariana lloraba desconsoladamente.

La llamada se cortó abruptamente.

Se dirigió a la oficina de Malek, abrió la caja fuerte y tomó todo lo que había dentro, hizo una llamada.

Fue al cuarto de Amira vistió a su hija y escondida en la oscuridad de la noche abandono la casa de Londres se dirigió directamente al aeropuerto un jet privado la esperaba.

- Donde vamos mamá pregunto Amira.

- A Argentina cariño, conocerás a tu tía Nadia y papa nos verá ahí respondió Mariana.

Mientras tanto Malek intentaba abandonar el palacio sin ser visto, pero fue en vano estaba intentando cruzar el jardín cuando uno de los rufianes le disparo y luego se oyó otro disparo.

Pasado y presente.

Mariana miraba por la ventanilla del Jet mientras arropaba a su hija.

Empezó a recordar como había conocido a Malek.

Ella había estudiado arquitectura, era Argentina su mundo y vida no podían ser más diferentes a los de Malek.

Se había presentado en un concurso para la construcción y reforma de un antiguo edificio en Londres, en cuanto gano el proyecto ella viajó a Londres, quien diría que ese sería el inicio de una nueva vida.

Una tarde ella se encontraba paseando por un parque había visto a un hombre pasar trotando por al lado de ella.

Siguió caminando sin prestar atención a que hombre la seguía para intentar quitarle su cartera, ella comenzó a gritar mientras forcejeaba con el rufián.

Cuando otro hombre alto, apareció y la salvo golpeando al rufián, lo más sorprendente de todo es que enseguida un grupo de hombres armados los rodearon y se llevaron al rufián.

- ¿Se encuentra bien?, pregunto el misterioso hombre entregándole su cartera.

- Gracias, me ha salvado la vida respondió ella

- Algo exagerado es solo una cartera respondió él.

- No soy de aquí, mi documentación y dinero están ahí respondió ella.

- ¿De dónde es?, pregunto él.

- De Argentina respondió ella orgullosa.

- De la tierra del tango, ¿qué hace tan lejos de casa y sola?, pregunto él. Ella se rió de la forma en la que lo dijo.

- Soy arquitecta vine a participar de un concurso, respondió ella.

- Disculpe usted parece tan joven, respondió él.

- ¿Y por eso no debo estar sola lejos de casa?, pregunto ella.

- No, respondió él con tanta convicción que ella se sintió agredida.

- Pues no tengo familia más que mi hermana menor, mis padres fallecieron y así como me ve puedo cuidar muy bien de mí respondió ella.

Malek sonrió ese descaro en una mujer no era habitual, había salido con mujeres occidentales, pero todas buscaban agradarle, los obsequios que obtenían de él.

- Lo siento, supongo que al ser de diferentes lugares me ha sorprendido respondió él.

- ¿De dónde es?, pregunto ella

- De Durham, respondió él.

- ¿Dónde queda?, perdoné mi ignorancia no pretendo ofenderlo respondió ella.

- Es un pequeño país de medio oriente respondió él.

- Ahora comprendo tiene costumbres diferentes a mi país respondió ella.

- Así parece respondió él mientras comenzaba a caminar a su lado.

- ¿Vino de vacaciones?, pregunto ella.

- Por trabajo respondió él

- Gracias por caminar conmigo hasta la parada de taxis. Por cierto me llamo Mariana Montero.

- Encantado de conocerla Mariana Montero, soy Malek Al-Halabi respondió él, ella estrechó su mano como si nada para ella su nombre no significaba nada.

Pero Malek no pudo sacarla de su mente, investigo sobre su persona.

Los días pasaron, recibió su premio su diploma y cuando estaba por regresar a su país Mariana recibió una propuesta que cambiaría su vida para siempre.

Contribuir en el proyecto de reforma de un orfanato en Durham.

Quedo maravillada por ese país, por esa cultura.

Mientras ella contribuía en el proyecto Malek mantuvo cierta distancia hasta que un día no resistió más y la busco, aún recordaba su rostro de sorpresa cuando lo vio aparecer las reverencias que hacían los empleados y la gran cantidad de guardias armados que lo rodeaban.

Al principio se sintió intimidada con su puesto, pero el cambio ese miedo con sus detalles y cuando llego el momento de abandonar Durham, él le pidió que se quedara.

- Quédate, aprende a amar a Durham tanto como yo te amo a ti, acepta y adopta las costumbres de Durham, como yo te aceptaré a ti le dijo él.

La esposa extranjera resistida por tantos, pero él le dio su lugar, si al menos hubiera sido una segunda esposa, pero no era la primera.

- ¿Tendrás otra esposa?, había preguntado ella horrorizada.

- Jamás en esta vida tendré otra esposa más que tú, había respondido él.

Ellos se casaron y dos años después nació el fruto de ese gran amor.

¿Qué estaría pasando en Durham?, ¿Qué pasaría con su hija?

La seguridad de Amira era lo que más le preocupaba.

Finalmente, llegó a Buenos Aires, decidió ir directamente a lo de Nadia su hermana.

El ruido del timbre despertó a Nadia.

- No lo puedo creer, ¿ya se cansó de vos?, pregunto ella al ver a Mariana

- No digas tonterías, ¿no vas a invitarme a pasar?, respondió Mariana.

- Pasa si quieres, pero mira que esto no está a la altura de una reina como vos.

- Deja de decir tonterías, te presento a tu sobrina Amira. Cariño dile hola a la tía.

- Hola tía dijo Amira en español.

-Habla en español dijo sorprendida Nadia.

- Si yo le hablo en español y su padre en Árabe, pero no vine a hablar de eso necesito un favor respondió Mariana.

- No sé en qué puedo ayudarte no tengo ni para pagar la luz respondió Nadia.

- No es plata lo que quiero. Necesito que me escondas aquí te daré plata para la comida y gastos.

- ¿Qué está pasando?, pregunto Nadia.

- ¿Has escuchado algo de una guerra?, pregunto Mariana.

- En Raleigh si lo escuche, pero eso que tiene que ver con vos.

- No en Durham respondió Mariana.

- No, por lo menos no es lo que escuche hoy en la televisión respondió Nadia muy seria.

-¡No puede ser!, exclamó. Pensé que era la guerra, que por eso lo atacaron

respondió Mariana.

Los días se hicieron largos no había noticias de Malek.

Mariana comenzaba a desesperarse y entonces contra toda advertencia de su esposo. Decidió llamar a la embajada en Londres.

Tres días después de su llamada decidió volver a llamar.

- La respuesta fue clara y contundente, Malek Al-Halabi había desaparecido.

Iba caminando distraída cuando noto que una camioneta oscura la seguía camino un par de cuadras iba a dirigirse hacia el departamento de su hermana, pero no podía llevarlos ahí siguió caminando cada vez más de prisa y en un locutorio.

Marco el número de la casa de su hermana cuando Nadia le contesto la llamada le reclamo.

- me dijiste que serian unos minutos Mariana reclamo Nadia.

- Presta atención Nadia, me están siguiendo no voy a poder regresar ahora. Cuida de mi hija, Nadia si no regreso toma mis valijas hay dinero y joyas llévate a Amira lejos de aquí

- Pero que estás diciendo…

- Malek ha desaparecido, si no vuelvo llévate a mi hija de ahí, con todo el dinero que hay en mis valijas podrán vivir tranquilas un tiempo.

Mariana corto la llamada, pago su llamada y comenzó a caminar la camioneta seguía detrás de ella.

Mariana caminaba a toda prisa intentando perder a la camioneta. Paso por la puerta de una iglesia y decidió entrar, busco otra salida cuando finalmente la encontró camino de prisa avanzando varios metros.

Cuando dos hombres la interceptaron, quiso volver para atrás pero estaba rodeada.

- ¿Dónde está Amira?, pregunto uno de ellos, avanzando hacia ella.

- No te lo diré nunca respondió ella.

- Ya veremos respondió él, golpeándolo con el puño cerrado dejándola inconsciente.

Su hermana se quedó mirando el teléfono

por un buen rato. Debía salir de ahí, pero no llevaría a la niña con ella la dejaría con su vecina.

Luego de entregarle la niña a la vecina Nadia fue por su bolso estaba por salir del departamento cuando vio las valijas de su hermana. Al abrirlas quedó impresionada con la cantidad de plata y joyas que había ahí. Cerró la valija y la escondió muy bien y decidió ir a hablar con Damián su novio.

Miro el reloj ya había pasado una hora desde el llamado de su hermana.

En casa de Damián, Nadia no se decidía a que hacer.

- ¿Por qué no tomas la plata de tu hermana y nos vamos?, pregunto Damián.

- ¿Querés que le robe a mi hermana?, pregunto Nadia.

- Lo llamaría tomar prestado. Piénsalo muñeca ella tiene mucho y solo tiene que levantar el teléfono y tendrá mucho más no es que la dejaras en la calle, es nuestra oportunidad de irnos de aquí juntos respondió él.

- No es mala idea respondió Nadia sonriéndole. Vamos por el dinero.

Habían pasado cuatro horas desde que su hermana había llamado.

- Hay que suerte que llegas Nadia la niña no para de llorar le dijo su vecina entregándosela

- Lo siento pensé que mi hermana volvería antes respondió Nadia. Deja de llorar Amira ya eres una niña grande le dijo Nadia mientras tiraba de ella hacia la casa.

Nadia le mostró las maletas a Damián.

- Preciosa eso es mucho y esas joyas son muy caras. ¿Nos vamos?, pregunto él.

- Nos vamos, prepararé mis cosas, ve por las tuyas te espero acá respondió ella.

- Iré por mi ropa respondió él dándole un golpe en el glúteo.

Una hora después él estaba de regreso cargo todas sus cosas en su destartalado auto, eso sería lo primero que haría comprarse una camioneta.

- ¿y mi mamá?, le pregunto Amira.

- No está más, no existe más tu mamá respondió Damián. Amira comenzó a llorar

- No le digas esas cosas, ahora no parará de llorar.

- No importa nosotros estaremos lejos respondió Damián

- Estuve pensando y si la llevamos con nosotros. Damián negó con la cabeza. Escucha sabes lo que nos hará su padre si la dejamos abandonada a su suerte, en cambio, si la llevamos recibiremos una recompensa por cuidarla.

- Pero no es que su padre está...

- No lo sé, pero aun así no importa es una princesa de Durham, obtendremos lo que queramos de su familia respondió Nadia.

- Está bien, pero procura que no fastidie respondió él.

- vamos nena iremos a pasear le dijo Nadia tomándola de la mano.

Veinte años después.

Estaba en su oficina sentado, como cada día con su mano derecha su primo Zaid Al-Halabi cuando un golpe en la puerta le hizo perder la concentración.

- Su Alteza me informan que el príncipe Khalil Hazbun acaba de llegar al aeropuerto le informo su sirviente.

- En cuanto arribe al palacio hazlo pasar, respondió.

- No sabía que tendríamos una reunión con Khalil Hazbun comento Zaid Al-Halabi.

- Será una reunión a solas con Khalil, puedes retirarte respondió Malek.

- Su Alteza respondió Zaid y salió de la oficina dirigiéndose a sus aposentos.

Malek abrió su cajón privado ahí tenía toda la información que había recabado durante las investigaciones llevadas a cabo durante esos veinte años que la tierra se había tragado a su esposa y a su hija. Veinte años teniendo la misma pesadilla, que había empezado 15 días después de su ataque en el palacio, cuando reacciono en Raleigh.

Uno de sus guardias más fiel, lo salvo después de que Malek recibiera el primer disparo, sacando a Malek del palacio llevándolo a Raleigh donde su amigo el Jeque Jalil Hazbun le brindo todo el cuidado y protección que él necesitaba. Pese a estar en guerra Jalil le brindo su ayuda, pero cuando despertó ya fue demasiado tarde para su esposa y su pequeña Amira.

Él mismo había viajado a Argentina, pero no encontró rastro alguno de ellas.

El golpe en la puerta lo trajo de vuelta a la realidad.

- Puede pasar grito él, las puertas se abrieron y Khalil Hazbun entró a la oficina.

- Su Alteza dijo Khalil Hazbun haciendo una reverencia.

- Muchacho que bueno tenerte, por favor siéntate le dijo Malek. ¿Cómo está tu padre?, pregunto.

- Testarudo como siempre, ¿cómo se ha sentido?, pregunto Khalil.

- A mi edad no me puedo quejar. Tengo entendido que en unos meses asumirás el trono de Raleigh.

- Así es en ocho meses respondió él

- Lo harás bien, he seguido tus avances tienes la mirada que Raleigh necesita respondió Malek. ¿Ya has encontrado una esposa?

- Debo confesar que se me ha dificultado, pero ya no me puedo seguir negando es hora de que le dé un heredero a Raleigh. ¿De eso se trata sé que su primo tiene dos hijas?, pregunto Khalil.

- Si, pero no estaba pensando en ellas si no en otra persona respondió Malek entregándole una carpeta.

Al abrir la carpeta Khalil Hazbun se quedó sorprendido.

- Quiero que te cases con ella le informo Malek.

- Es un chiste, todos saben que ella está...

- Escúchame primero, si tú la encuentras te la entregaré como esposa y tú serás el heredero de Durham, podrás dirigir ambas naciones y cuando sus hijos nazcan el primero heredará Raleigh y el segundo Durham respondió Malek.

- ¿Por qué piensa que está viva?, pregunto Khalil

- Porque un padre sabe de esas cosas, piensa en todos los beneficios que traerá esa unión para tu país respondió Malek.

- ¿Por qué piensa que la encontraré?, respondió Malek.

- Porque aunque no quiera decirlo en voz alta, mi búsqueda fue algo sentimental tú puedes ver algo que yo no vi.

Khalil tenía ganas de decirle que no, pero le debía mucho a ese hombre.

- Está bien tenemos un trato, encontraré a su hija y usted me la entregará como esposa respondió Khalil.

- Así será tienes mi palabra. En esa carpeta está toda la información que se ha recabado durante estos veinte años.

- No es mucha, las fotos no servirán de mucho era muy pequeña. ¿Por qué concentraron toda la búsqueda en Argentina?.

- Cuándo comenzó el ataque logre comunicarme con mi esposa le ordene que abandonará Londres y volviera a casa.

Cuatro horas después, Mariana abordo un Jet privado hacia Argentina, el último registro que tengo de Mariana es cuando descendió en el aeropuerto de Buenos Aires.

- ¿Cree que su esposa está viva ocultándose?, pregunto Khalil.

Malek lo pensó varias veces y cuantas veces se hizo esa misma pregunta.

- No, sé que Mariana ya no está entre nosotros es la única certeza que tengo. Ella tenía una hermana Nadia Montero entre las fotografías encontrarás la suya, para sorpresa mía cuando llegue a Buenos Aires descubrí que ella también había desaparecido.

- ¿Cree que está relacionado?, pregunto.

- Estoy seguro cuando llegue al departamento que ocupaba Nadia encontré esto dijo Malek sacando un caballo de peluche blanco poniéndolo sobre la mesa. Esto es lo único que me queda de mi hija, sé que Amira estuvo ahí yo lo elegí para ella respondió Malek tomando nuevamente el caballo y guardándolo.

- Usted se da cuenta de que si lo que dice es cierto, esto no fue una casualidad. Su ataque, la desaparición de su esposa y su hija. ¿Qué hay alguien detrás de todo?, pregunto Khalil.

- Lo sé por eso una vez que salgas de aquí te pediré que no llames ni me mantengas informado de tu investigación. Hace unos tres años mi guardia más antiguo quien me salvo la vida, insinuó esto y me pidió permiso para ir personalmente a buscar a mi hija. Dos años lleva Moad desapareció en Argentina. Elige bien a las personas que llevarán a cabo esta tarea.

- Así lo haré señor respondió él.

Luego de que Khalil abandonará su oficina, Malek tomó de vuelta el caballito de su hija.

- Es mi última oportunidad de encontrarte mi pequeña murmuró Malek.

Conocía a Khalil Hazbun a sus treinta y cinco años era un hombre con un temple y voluntad de hierro, había conseguido recuperar a su país y se había repuesto a la muerte de su hermano Rashad. Sabía que Khalil Hazbun movería montañas por cumplir su palabra.

En cuanto regreso a su país Khalil se dirigió directamente a sus aposentos.

Se quitó la ropa, se dio una ducha mientras pensaba en lo que le había prometido a Malek.

¿Cómo haría para cumplir? ¿Le habría dado esperanzas en vano?.

Lo cierto era que le debía demasiado a Malek Al-Halabi como para decir que no.

Le había salvado la vida a su padre y a él mismo al sacarlo de Raleigh llevándolo a Durham y luego a Londres. También lo había apoyado cuando Raleigh había tenido problemas económicos. Era demasiado grande su deuda como para decir que no.

Ya duchado se sentó en su silla y comenzó a revisar la carpeta.

Al ver la foto de Amira, la tomó entre sus dedos. ¿Cómo sería hoy Amira?, su recuerdo sobre ella estaba unido a aquel momento de debilidad. Jamás volvería a derramar una lágrima delante de nadie, la información era demasiado vieja.

Lo último que había era la información que había recabado Moad, antes de desaparecer. Había tenido una entrevista con una mujer vecina de Nadia Montero, Teresa Fernández.

Tal vez debía empezar por ahí por la desaparición de Moad era lo más reciente y una corazonada le decía que alguien lo había hecho desaparecer ¿pero quién? ¿Qué tenía que ver eso con Amira? ¿Por qué Amira? ¿Qué representaba ella?.

- Pero te has vuelto loco como pudiste darle tu palabra, esa niña esta muerta le grito Khalil.

- Padre permítame explicarle mis razones...

- Silencio, conozco de sobra tus razones tú no te quieres casar, esa es la única razón. Te embarcarás en una aventura que no terminará en nada respondió Jalil.

- No es así, Malek Al-Halabi hizo demasiado por mi nación, por mi familia y el trato es beneficioso para nosotros, no me retractaré. Pero haré otro con usted, si en unos meses cuando asuma el trono no encontré a Amira Al-Halabi me casaré con la mujer que usted escoja.

Jalil Hazbun sonrió, Khalil era un buen negociante.

- Esta bien si no la encuentras, dos días después de que asumas el trono te casaras con quien yo escoja respondió Jalil.

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