Hadassa tuvo una infancia muy difícil, hasta su adolescencia se sintió rechazada por quienes se suponía que debían darle amor.
Acababa de cumplir diecinueve años, estaba enamorada de Felipe que sólo quería llevarla a la cama, tenía un cuerpo que llamaba la atención de los hombres, pero por miedo a pasar por todo lo que pasó su madre en el pasado, prefería no entregarse a nadie, aunque estuviera enamorada de su novio.
Tenía a su mejor amiga, que vivía con ella desde que su madre falleció hace dos años.
Bela Adams
-Amiga, hoy vamos a una discoteca, ya he quedado con Felipe y Mateus, porque no les voy a aguantar ni una vela.
Aprovecharemos nuestra noche para celebrar tu cumpleaños.
Hadassa Novais
-Amiga, no sé por qué te gustan tanto los clubes nocturnos.
Bela Adams
-Amiga tu problema es que prefieres quedarte en casa que ir a ningún sitio, pero hoy es tu cumpleaños y no voy a dejarte aquí en este piso en tus diecinueve años de depresión.
Además, mañana no vamos a trabajar.
Hadassa Novais
-Está bien Bela, pero por favor no te vayas sin mí.
Pasan las horas y se preparan para partir.
Bela Adams
Pedimos un taxi y vamos hacia la discoteca, donde nos encontramos con Felipe y Mateus.
La discoteca estaba llena y entramos los cuatro.
Los chicos fueron a por bebidas para nosotros, al cabo de un rato yo ya estaba borracho y no recordaba dónde había acabado Hadassa.
Hadassa Novais
Estaba bebiendo con Bela, hasta que me despierto sin recordar nada, en casa de Felipe, estaba en su cama sólo con un sujetador y me sentía avergonzada, no recuerdo lo de anoche, sigo preguntándome si bebí demasiado o si sólo estoy soñando.
Veo a Felipe darse la vuelta en la cama, me visto y me voy.
Llego a casa y busco a Bela, que estaba durmiendo en el sofá del salón.
Voy al baño y me ducho y siento dolor y veo que sale sangre, creo que es la menstruación, me lavo y me pongo el absorbente....
Me pongo el pijama y me voy a dormir.
Al cabo de unas horas me despierto con Bela llamándome, me giro hacia ella y le digo que todavía tengo sueño.
Bela Adams
-Amiga, ¿dónde estabas que no te encontré de camino a casa?
Hadassa Novais
-Bela No recuerdo nada de anoche, hoy me he despertado en la cama de Felipe con él a mi lado y sólo llevaba sujetador, supongo que ya no soy virgen y no sé cómo ha pasado todo.
Bela Adams
-Amiga, no crees que deberías llamar a Felipe y hablar con él, ya que esta mañana te has despertado en su cama, prácticamente desnuda.
Hadassa Novais
-Sí, estoy de acuerdo contigo, le llamaré.
El teléfono llama y nadie contesta, llamo varias veces y sigue saltando el buzón de voz.
Decido ir a su casa por la noche para que podamos hablar.
Después de unas horas voy a su casa y veo que la puerta se abre un poco y lo veo con otra mujer.
Al salir, acabo derribando una pantalla de lámpara, haciendo ruido, Felipe se me acerca y me dice.
Felipe Carter
- Hadassa, ¿ya echas de menos mi cuerpo?
Hadassa Novais
-¿De qué estás hablando, Felipe?
Felipe Carter
-Anoche, cuando la tuve en mi cama.
Hadassa Novais
-Y ahora tienes a otra en tu cama, por qué me hiciste esto Felipe, te amé todo este tiempo y sólo quisiste usarme.
Felipe Carter
-Tú sólo te hacías la dura, que yo tenía que saber esperar, pero tú sólo eres una mujer que sólo quería llevar a la cama.
Hadassa Novais
Escuchar sus palabras me hizo volver al pasado, cuando me sentía insegura y sola.
Salí de allí prometiéndome que no volvería a verle.
Bela Adams
Veo a Hadassa llegar llorando y entrar en su habitación.
- Hadassa, ¿qué ha pasado?
Abre esta puerta, amigo mío.
Hadassa Novais
Le abro la puerta a Bela y me abraza, lloro y le digo que Felipe me ha utilizado todo este tiempo, que sólo quería quitarme la virginidad.
- Bela estaba con otra mujer en la cama cuando yo estaba allí.
Bela Adams
-Amiga, no seas así, es un gilipollas, un hombre sin moral ni principios.
Hadassa Novais
-No puedo creer que pueda encontrarme saliendo con ese hombre, viví en el pasado tanto dolor a través de mi madre rechazada y ahora caigo en la misma trampa.
Pasan unas semanas y Hadassa con el corazón herido decide que lo mejor es centrarse en su trabajo, se pasa el día trabajando en un snack bar de la estación de autobuses.
Mientras tanto, en su casa Saulo bebia whisky, esperaba la llegada de su prometida, hacía las maletas y todo lo que había en su casa que le recordaba a ella.
Saulo Graham
Desde hace unas semanas noto que Lara me oculta algo, un día la seguí y la vi con otro hombre, así que hoy me armé de valor y le dije a la asistenta que empaquetara todas sus cosas.
Era de noche y ella llega despacio, enciendo la luz del salón y me ve sobresaltada.
Lara Miller
-Amor, qué susto.
¿Qué son esas maletas, nos vamos de viaje?
Saulo Graham
-En realidad, sólo irás tú.
Lara Miller
-Bueno, qué sorpresa, ¿dónde voy a ir?
Saulo Graham
-Lejos de mi casa y de mi vida, no tendremos más matrimonio, sé de tu traición y sé que cuando llega tarde, estabas con él, lo que no entiendo Lara es que si amas a otro, ¿por qué me engañaste todo este tiempo fingiendo amarme?
Lara Miller
-A Saulo qué ciego estás, no ves que sólo querías su dinero, el amor no vale nada si no se puede sostener con todas las joyas, viajes y tarjetas ilimitadas para comprar lo que quieras y cuando quieras.
Saulo Graham
-En una cosa tienes razón Lara, fui ciego al amarte, tu corazón debe ser muy ligero, pues no hay nada en él.
Mando a los guardias de seguridad que se lleven sus cosas fuera y tiro al suelo las joyas que le regalé, saco de la caja fuerte dinero y digo.
Aquí lo que sólo sabes amar, la veo tomarlo y mi corazón arde de odio, por dar a quien menos merecía lo más valioso que yo tenía.
Hadassa estaba con Bela en el trabajo y se encuentra mal.
Bela Adams
-Amiga estás pálido, siéntate, te traeré un vaso de agua, cuando me giro veo a Hadassa desmayarse.
Bela lleva a Hadassa al hospital, al cabo de dos horas llega el Doctor y viene hacia nosotros.
Bela Adams
-Doctor ¿qué le pasa a mi amigo?
Doctor
-Tu amiga sólo necesita tomar un suplemento de hierro y comer mejor, se desmayó y sus análisis mostraron uno que tiene anemia y en su estado es necesario que trate la anemia lo antes posible y tenga un seguimiento cada mes con su obstetra.
Bela Adams
-¿Qué quiere decir en su estado?
Doctor
-Está embarazada de cuatro semanas.
Hadassa Novais
Miré a Bela asustada, parecía estar viviendo el pasado, recordé lo mucho que sufrí por el rechazo de mi padre desde el vientre de mi madre y lo mucho que sufrí hasta mi adolescencia.
Pasé años intentando escapar de esa vida que tenía, mi madre por sentirse sola y rechazada siempre descargaba su rabia conmigo. Además de ser golpeado sin merecerlo, sólo no pasé hambre gracias a los vecinos que se compadecieron de mí.
A los cuatro años tuve que aprender a cocinar mi propia comida si quería alimentarme, en la adolescencia pensé en huir pero no pude, mi madre sólo me maltrataba cuando bebía, que era varias veces a la semana.
Entonces un día mi madre conoció a un buen hombre que la liberó de todo lo que la arrastraba al sufrimiento y fue entonces cuando pude sentir el amor de un padre. Desde los quince hasta los dieciocho años viví el amor familiar y siempre pude contar con mi padrastro, cuando ella murió, mi padrastro no pudo soportar tanto sufrimiento y meses después falleció, fue el día más triste que he tenido, había perdido a los dos, al que me amaba sin medida, y al que devolvió la vida a mi madre.
No podía creer que estuviera viviendo esta pesadilla, embarazada de un bebé inocente, y que el padre fuera exactamente el tipo de hombre del que siempre quise distanciarme, el tipo de hombre que no podía amar a nadie.
Bela Adams
-Hadassa, ¿estás bien?
pregunto, al verla distante en sus pensamientos durante un buen rato.
Hadassa Novais
-Novia, haré todo lo posible para ser la mejor madre y el mejor padre que mi bebé pueda tener.
No quiero que sufras como yo, que pienses que hasta hoy no sé quién es mi padre biológico, él nunca me quiso y mi madre pasó la peor etapa de su vida por culpa de él que sólo la utilizó.
Bela Adams
-Amiga, serás la mejor madre para tu bebé, estoy segura, y siempre te apoyaré, estoy contigo para lo que necesites.
- ¡Seré tía!
Hadassa Novais
-Sólo tú, Bela, para hacerme sonreír en este momento.
Gracias amiga por apoyarme siempre, eres una hermana para mi.
Bela Adams
-No puedo esperar a coger a mi sobrino del brazo.
Hadassa Novais
-Cálmate amiga, aún no sé el sexo del bebé y ya estás soñando con que sea un niño.
Bela Adams
-Si es niña también me encantará, pero espero que sea niño, para cuidar aquí de su madre y su tía.
Nos reímos juntos y al cabo de unas horas me sueltan.
En casa, Hadassa recibe una carta de la universidad a la que ha solicitado plaza.
Hadassa Novais
Cómo me las voy a arreglar para ir a la universidad, justo ahora que voy a ser madre, gané una beca para el curso de gastronomía.
Bela Adams
-¿Qué pasa amiga, a qué viene esa cara?
Hadassa Novais
-Gané una beca completa para estudiar gastronomía, pero como lo voy a hacer con mi trabajo, no puedo perderlo, así que ahora tendré un bebé.
Bela Adams
-¿Y si pudieras conseguir un trabajo en el que estuvieras libre por la noche?
Hadassa Novais
-El problema es que nadie contratará a una amiga embarazada.
No puedo empezar en un nuevo trabajo ocultando esta información, y nadie contrata a mujeres embarazadas.
Bela Adams
-Quizá entonces deberías trabajar como cocinero en una familia de acogida.
Hadassa Novais
-No novia, voy a ver si mañana hablo con nuestro jefe a ver si me deja ir un poco antes y los fines de semana no tendría tiempo libre.
Bela Adams
-Pero Hadassa, ¿no crees que sería agotador para ti tener que trabajar siete días a la semana sin tu domingo libre?
Hadassa Novais
-No tengo opción amiga, necesito luchar por mi sueño de ser chef y tener mi propia cadena de comida, y ahora tengo que mantenerme fuerte y no rendirme, mi bebé necesita ver que su madre no se cansará de insistir en darle lo mejor, quiero que crezca con todas las oportunidades que yo no tuve, pero una certeza tengo, mi bebé será amado.
Al día siguiente, Hadassa y Bela van a trabajar.
Cuando llegan a la cafetería de la estación de autobuses, el dueño llama a todos los empleados y les dice que el establecimiento va a cerrar.
Todos los empleados son despedidos y cobran sus salarios.
Pasan dos meses y Hadassa está en paro, nadie la contrata porque está embarazada.
Bela Adams
-Novia, no seas así, no te preocupes que me las apaño para pagar las facturas, siempre puedes contar conmigo.
Hadassa Novais
-Bela, llevo toda la semana pensando y si no consigo trabajo venderé la casa de mi madre.
El dinero que recibí del seguro de desempleo se acabará y no podré ayudar, así que necesito conseguir un trabajo lo antes posible o tendré que vender la casa.
Bela Adams
-Novia no hagas eso, no vendas la casa, es la única herencia que tienes.
Hadassa Novais
-Estoy embarazada y en algún momento necesitaré comprar cosas para mi hijo.
Seguimos hablando del nuevo trabajo de Bela como recepcionista en
Bela Adams
-Entiendo amigo, ¿no crees que deberías decirle a Felipe que esperas un hijo suyo?
Hadassa Novais
-Bela, él es el padre, pero no quiero que mi hijo pase por todo lo que yo pasé, así que prefiero que no lo sepa, por su forma de ser, si se entera podría querer pedirme que aborte y eso nunca lo haré.
-Por favor, Bela, no le digas nada.
Bela Adams
-No te preocupes amigo, no se lo diré.
Cenaron y se fueron a dormir.
Hadassa y Bela se levantan temprano, mientras Bela va a la empresa de Graham, Hadassa sale en busca de trabajo.
El día pasa muy deprisa y Hadassa va al trabajo de Bela para volver juntas a casa.
Hadassa Novais
Estoy cerca del trabajo de Bela esperando a que se vaya y siento que alguien tira de mí, cuando me giro es Felipe.
Felipe Carter
Salgo del trabajo y veo a Hadassa, parada cerca de la empresa, voy hacia ella y la tiro del brazo.
-¿Me buscabas?
pregunto mientras la agarro de la cintura, ella intenta soltarse, pero yo soy más fuerte que ella.
Hadassa Novais
Me doy la vuelta y veo a Felipe sujetándome por la cintura, intento soltarme pero me sujeta con más fuerza haciéndome daño.
-Intento liberarme pero él me sujeta con más fuerza, haciéndome daño.
Felipe Carter
-Quieres decir que quieres escupir en el plato que te comiste, te voy a demostrar que nadie me niega lo que quiero tu puritano.
Tomo tu cuerpo lanzándolo contra la pared y beso la fuerza.
Hadassa Novais
Le escupo y él se enfada más y levanta la mano para abofetearme. Yo grito pidiendo ayuda y él me agarra del cuello y me dice que me calle.
-Por favor Felipe no me hagas daño.
Felipe Carter
-Entonces sé una buena chica y ven conmigo.
Hadassa Novais
No, no soy el tipo de mujer que crees, siento una de sus manos en mi cuello y la otra que iba en mi vientre y grito:
-¡Estoy embarazada!
Felipe Carter
Cuando la oigo decir que está embarazada, la suelto, cogiéndola sólo de los brazos, pregunto:
-¿Este bebé es mío?
Se queda un rato en silencio sin contestarme y yo grito:
-Responde Hadassa, ¿soy el padre de este bebé?
Hadassa
Tuve que decírselo porque temía que me diera un puñetazo en el estómago y perdiera a mi bebé.
Le oí preguntarme si era su bebé y, temerosa de decir la verdad y de que me hiciera daño, le contesté:
-¡No!
Felipe Carter
-Pero eres una auténtica zorra, aún decías que me querías, te hacías la dura, pero ya te entregabas a los demás.
Hadassa
Oírle llamarme zorra y ofenderme me enfureció y le di una bofetada.
Luego me abofeteó la cara y me apretó el cuello.
Saul Graham
Estoy saliendo de la empresa y cerca de allí veo a un hombre con una mujer, parecían tener un desacuerdo, pero cuando veo que el hombre le levanta la mano a ella voy hacia ellos.
Le dio una bofetada en la cara y le sujetó el cuello.
Le di un puñetazo en las costillas.
Cuando se vuelve, veo que es Felipe.
-Felipe ¿estás loco? Deja a la chica en paz, hombre.
Felipe Carter
-Saulo no te metas conmigo, me las veré solo con esta zorra.
Saulo Graham
Miro a la chica, asustada y con la cara roja por la bofetada de Felipe y le digo que no dejaré que le haga daño, entonces Felipe se acerca a mí y ya a punto de darme un puñetazo le doy una bofetada, haciéndole caer al suelo.
Bela Adams
Salgo del trabajo y veo a Hadassa junto a mi jefe, corro hacia ella, mientras Lord Graham abofetea a Felipe, la saco de allí.
-Novia, ¿qué pasó?
Hadassa Novais
Nos alejábamos y cuando voy a contarle a Bela lo ocurrido, oímos a alguien gritar, cuando miramos hacia atrás era el hombre que me ayudó.
Bela Adams
Amiga es mi jefe, esperamos quietos, mientras viene hacia nosotros.
Saulo Graham
La veo salir y grito pidiéndoles que esperen, mientras mi chófer ayuda a Felipe a subir a su coche.
Llego a ellos.
Bela Adams
-Hola Sr. Graham. Hablo esperando que diga algo.
Saulo Graham
Los miro y reconozco a Bela, a quien contraté hace unos meses, y digo:
-Señorita Bela, la llevaré a usted y a su amigo a casa.
Digo mirando a la chica que Felipe estaba lastimando.
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