^^^Sarah Brown.^^^

—Corre, angelito.—Recomendó, jugando con la maldita cuchilla que siempre me puso los pelos de punta. Presionando suavemente el filo con sus dedos y cortando uno de estos con la mínima presión hacia esta. Una gota de sangre se deslizó por su mano, llegando a su muñeca y cayendo finalmente en el suelo, perdiéndose entre la hierba alta.

—Por favor.—Llevé mis manos hacia mi pecho, con el temor de morir de un ataque cardíaco con los desenfrenados latidos que mi corazón negaba a calmar.—Podemos hablarlo, no fue mi culpa..

—Tienes 10 segundos, corre.

—Jack.—Intenté con su nombre, mi voz temblorosa y lágrimas no derramadas que empezaban a nublar mi visión.

—9..

—Dios, no puedes..

—8..

—Basta.—Fue más una petición, pero fácilmente podría confundirse con una orden.

—7, 6..

Me di una media vuelta y empecé a correr, no sin antes ver una jodida sonrisa sádica en su rostro cuando empecé con mi carrera hacia el oscuro y frío bosque.

Corrí y seguí corriendo sin rumbo, adentrándome en las profundidades del bosque. Debí suponer que algo andaba mal cuando prácticamente me obligó para hacerle compañía en medio de la nada, pero si no lo hubiera hecho, entonces ahora estaría el doble o triple de lo enojado que está por haberme visto con Damián.

Di un grito cuando una mano sostuvo mi brazo derecho, tirando de mi cuerpo hacia atrás para chocar contra el muro de músculos. Incliné mi cabeza hacia arriba y me encontré con la oscuridad que siempre muestra a quien sea que le provoque.

—Demasiado lenta.—Aumenta la fuerza de su agarre en mi brazo, no me quejo, pero me duele y él lo sabe.—¿Debería empezar con tu castigo?

—Estás loco, suéltame.—Forcejeo, o lo intento al menos, pero es imposible, no logro apartarlo y provoco que su enojo aumente.—Jack, estoy hablando en serio.

—Yo también estoy hablando en serio, angelito.—Su ceño se frunce y pierdo el contacto visual cuando su rostro se acerca a mi oído para susurrar en este.—No me gustó verte bailar con ese hijo de puta, o que tocara tu maldita cintura para acercarte a él, ni mucho menos cuando el bastardo te hizo reír con sus jodidos chistes sin gracia. Ahora tienes dos opciones cariño, o recibes el maldito castigo por dejarte tocar, o mato al imbécil.—Siento su cuchilla presionar en mi vientre, mostrando el inicio de un horrible -excitante- castigo.

Cumplirá con su palabra como siempre lo hace, en estos 3 meses que llevo conociéndolo, sé que matará a Damián si decido esquivar este castigo.

Nunca debes tomar sus amenazas a la ligera.

—Bailé con él porque estaba molesta contigo.—Cierro mis ojos y las lágrimas finalmente se deslizan por mis mejillas.

—Me importa un carajo si estabas molesta o no.—Aumenta la presión del cuchillo en mi vientre y sé que falta un ligero movimiento para cortar la tela del vestido (rosa) y dañar mi piel.—Has actuado como una mocosa esta noche y necesitas un castigo.

—¿Me dolerá?.—Pregunto, derrotada sabiendo que no puedo dejar al pobre Damián como único culpable, no fue su culpa que haya decidido invitarlo a bailar para provocar a Jack.

—Sabes la respuesta.—Abandona mi oreja para dejar un suave beso en mi cuello, enviando una corriente de placer a mi centro.—Pero como la jodida zorra que eres, al final te terminará gustando.

Odio que diga tantas groserías.

No es cierto, lo amas.

Ni siquiera mi mente puede dejarme tranquila y necesita constantemente reafirmar los hechos que niego aceptar.

—Damián no fue..—Fui interrumpida por un gruñido molesto y rápidamente mi cuerpo fue girado para finalmente encontrarme con el rostro de Jack.

Ahora sus manos sostenían mis hombros y el filo de la cuchilla estaba lejos de mi piel. Por ahora.

—No digas su jodido nombre.—Ordena con rudeza y sin una pizca de amabilidad.—Si dices otra palabra del bastardo, piensas en él, le miras o te acercas a él, incluso si es solamente para cruzar caminos. Lo mataré y te haré gemir mi nombre sobre su cadáver.

Los latidos de mi corazón aumentaron y odio ver como todo mi cuerpo reacciona de esta manera por un loco posesivo.

Estamos jodidos.

Mi corazón y yo.

Estamos enamorados de Jack.

Grave error.

—Lo entiendo, tú ganas.—Levanto mi mano y acarició suavemente los botones superiores de su camisa gris. Siempre gris o negro. No existen otros colores para Jack y está bien así, porque ambos colores son perfectos para él.—Podrías solo.. ¿No estar molesto conmigo?

—Imposible.

—Yo también estoy molesta contigo.—Frunzo los labios y levanto la mirada para encontrarme con sus ojos grises. Mi corazón amenaza con salirse de mi cuerpo al ritmo que lleva sus latidos, pero decido ignorarlo por ahora.—Besaste a esa chica.

—Ella me beso.—Corrige.

—Pero no hiciste nada para detenerla, siempre me apartabas antes de poder tocarte y ella pudo hacerlo sin mucha dificultad.—Hago un puchero con mis labios e intento actuar dolida para evitar el castigo que tengo pendiente. Por ahora.

No estoy herida por el beso.

Sé que Jack tenía los ojos puestos en mi cuerpo cuando esa mujer se acercó y le robó un beso, pero de todos modos los celos aparecieron y cometí el error de ignorar a Jack para bailar con Damián.

Tonta, tonta, tan tonta.

No debí provocarlo sabiendo que es un idiota abusivo y terriblemente celoso. Debería pensar en mis acciones antes de actuar la próxima vez.

—¿Debería matarla?

—¡Deja de amenazarlos a muerte!.—Reclamo y golpeo su pecho para dejar de jugar con sus botones.

—Entonces debería castigarte por ambos.—Decide.

—¿Y ahora por qué debo soportar un castigo para salvar a esa tipa que te besó?

—Recibirás un castigo por no haber hecho nada cuando ocurrió.—Respondió.—También me dolió que no reclamaras lo tuyo y que decidieras ir por ese idiota de Damián.

Tuyo..

Mío..

Por supuesto, Jack es mío.

—¿Damien?.—Sonrío, no dije su nombre.—¿Quién es él?

—Exactamente.—Finalmente, luego de horas de haber salido del baile en el instituto, Jack me dedica una sonrisa que únicamente me ha mostrado a mí y a nadie más.—Ahora empezaremos con tu castigo, angelito. No creas que te has librado tan fácilmente.

Dios, por supuesto que no lo dejaría pasar, su naturaleza es actuar como un maldito sádico.

...----------------...

Nota del Autor: El siguiente contenido puede tener lenguaje vulgar y escenas violentas, entre otras cosas que no quiero mencionar para no hacer Spoiler.

Por favor, si eres menor de edad o tienes una mente sensible, NO LEAS LA NOVELA.

Estás advertido, si no disfrutas de la lectura, entonces pido amablemente que te vayas de aquí, porque este NO es un romance tranquilo y no necesito comentarios negativos por la oscuridad del tema que se mencionará.

...[ Hace 3 meses ]...

^^^Sarah Brown.^^^

Feliz cumpleaños bebé, lamento

no estar presente este día.

El trabajo me mantiene ocupada. 💋

—¿Y una nota debería ser suficiente para no sentir tu ausencia?.—Arrugo la noto que mi madre dejó encima de la mesa con el desayuno preparado y la tiro al bote de basura cuando decido salir de la casa sin haber tocado la comida que ella dejó para mí.

Tal vez hubiera aceptado su nota y su desayuno con más humildad hace unos años, pero ninguno trabajo podría mantenerte tan ocupado como para no ver a tu hija por más de 9 meses.

Mi madre se divorció de mi padre cuando todavía era una bebé, pero soy consciente de que ese hombre paga mensualmente por mis estudios y deja dinero extra para mis gastos diarios, así que no entiendo por qué mi madre trabajaría tanto por mi bien.

Tengo que trabajar para ti. Dice.

La escuela es muy costosa. Aunque papá es quien paga la matrícula.

Yo también quiero tiempo para mí. Se queja cuando pido pasar tiempo con ella y jura necesitar pasar tiempo con sus parejas que van y vienen.

Dios, incluso mi padre demuestra más interés en mí y solamente llama una vez al mes para preguntar por mi estado y por mi rendimiento escolar, incluso preguntó si ya tenía novio y me dio uno cuantos consejos para evitar a los chicos desagradables.

Ni siquiera lo conozco en persona y simplemente nos comunicamos por llamadas telefónicas, pero a pesar de eso, lo siento más presente en mi vida que mi madre, cuando se supone que ella vive en la misma casa que yo.

Tal vez inició su vida lejos de ti.

Tiene su propia casa e incluso una nueva familia, eso explicaría por qué nunca la ves en casa.

Niego con la cabeza y dejo los pensamientos pesimistas en un rincón apartado de mi cerebro, tal vez los necesite más tarde y no los quiero gastar ahora.

Camino de mi casa a la escuela y tardo un total de 15 minutos para llegar, es un buen tiempo si me lo preguntan. No podría gastar dinero en el transporte público cuando puedo llegar a la escuela en menos de 20 minutos caminando.

Unas chicas pasar a mi lado y una de ellas choca contra mi hombro, haciéndome tambalear, afortunadamente no me caí, eso sería vergonzoso enfrente de todos los demás estudiantes. Lo que sí se cayó, fueron mis lentes.

Los odio, pero odio más los lentes de contacto y nunca, jamás en mi jodida vida podría poner mis dedos en mis ojos para ponerlos en su lugar. Así que sí, llevo lentes circulares con un delgado marco negro.

Recibes bullying por ellos.

Lo sé, pero no pienso quitármelos.

Tal vez recibiría aún más bullying si los demás descubren que hablo con la voz de mi cabeza.

Dirían algo así como: La empollona virgen finalmente se volvió loca.

—Hey.—Mis lentes aparecieron en mi campo de visión en compañía de una mano, dicha mano está pegada a un cuerpo humano, posiblemente hombre, no lo sé.

No veo nada sin mis lentes.

—Gracias.—Intento recibir los lentes que fueron encontrados por el extraño, pero fallo miserablemente cuando tiendo mi mano y no los alcanzo.

Mi visión es una mierda y toco a la nada unas cuantas veces hasta que finalmente mis dedos se encuentran con ellos.

^^^Sarah Brown.^^^

—¿No sería más conveniente utilizar lentes de contacto?.—Hago una mueca de horror al escucharle.

—Absolutamente no.—Rechazo y finalmente veo a la persona que me ayudó cuando termino de colocar mis lentes en su lugar.

Santa mierda.

Lo sé.

Es jodidamente atractivo.

Estoy de acuerdo con la voz de mi cabeza y me sorprende, porque muy pocas veces estamos de acuerdo en algo.

Amo su cabello negro.

Yo igual, aunque es común, pero tiene algo especial en él.

Sus ojos grises.

Lo sé, malditamente lo sé.

Tranquiliza tu corazón, idiota.

Se supone que la voz de mi cabeza debería ayudarme en eso, porque dudo que yo pueda calmar los latidos que golpean contra mi pecho.

—Es una pena, por culpa de los lentes no puede apreciarse el azul.—Señala mis ojos con un leve gesto de cabeza mientras guarda sus manos en los bolsillos de su chaqueta negra.

—¿Qué?.—Pregunto como idiota, posiblemente babeando por el primer chico apuesto que me ha dedicado más de un minuto de su tiempo para mí.

Tus ojos son azules, niña.

Habla de nuestros ojos.

No creo que mis ojos sean especiales, la mayoría de las chicas en esta escuela tienen los ojos azules y el cabello rubio. Yo pertenezco a esa mayoría.

Y de todos modos estás en la categoría de las feas.

—Gracias por recoger mis lentes.—Decido agradecerle una vez más, doy un pequeño suspiro y paso a su lado para retomar mi camino hacia el salón de clases.

—¿En qué año estás?.—Pregunta el chico.

—No creo que te importe.—Respondo sin mirar atrás y sigo caminando.

Fue amable en recoger mis lentes, sí, pero estoy segura de que es uno más del montón que decide molestar a las personas como yo. Los chicos atractivos deben estar en compañía de las chicas atractivas y yo no pertenezco a esa categoría.

—¿Así es como actúas luego de salvar tus lentes de ser pisados por otros estudiantes?

Doy un sobresalto y mi corazón casi golpea tan fuerte en mi pecho que podría haberse escapado por mi boca. Dios, ¿cuándo se acercó a mí?

¿Y por qué no me di cuenta de que estaba a menos de un jodido centímetro de distancia?

—Dije gracias por eso.—Digo luego de calmar el pequeño temblor en mi voz.

Estás actuando como una perra.

Lo sé, pero ellos actuaron así conmigo primero.

Él posiblemente no sea ellos.

No voy a arriesgarme.

—Si realmente estás agradecida, entonces has algo para compensar el favor que te hice.

Lo sabía, siempre buscan algo a cambio.

—Soy nuevo en esta escuela y necesito encontrar mi clase.—Explica.—Debo ir al salón del cuarto año B.

—¿Eres nuevo?.—Frunzo el ceño, no por él, sino por la actitud que estaba tomando hacia un chico inocente.

Todavía no ha sido contaminado.

No es como el resto.

Pronto lo será si no haces algo.

Debo ponerlo de mi lado, tal vez finalmente pueda conseguir un amigo y pasar mi último año en compañía de alguien agradable.