Irina
llego a casa como alma que lleva el diablo y rápidamente subo las escaleras, cierro la puerta de un golpe y me arrojo a mi cama con mi cara metida en la almohada. Estoy harta de la escuela, harta de las burlas por mi aspecto físico. afortunadamente hoy fue el último día de clase y las vacaciones de verano comenzaron.
Escuchó que tocan la puerta de mi habitación y aquello me sorprende, pues se supone que no hay nadie en la casa.
-¿ Irina estás ahí? - me pregunta mamá. Se supone que ella estaba en el trabajo. levanto mi rostro de la almohada y limpio mis lágrimas .
- Sí mamá, - respondo.
-¿ Puedo pasar? - pregunta.
- Sí. - mamá, entra a la habitación y se sienta en la cama, me mira detenidamente y una de sus manos acaricia mi mejilla.
- ¿Estás bien? - pregunta.
- Sí . - respondo, desviando la mirada.
- Irina dime la verdad. - dice preocupaba.
- Estoy bien mamá tranquila no pasa nada. - miento tratando de tranquilizarla. Me Mira aún sin creerme.
-¿Sabes que puedes contarme cualquier cosa cierto? - me pregunta y asiento.- No te preocupes no es nada, sólo es mi alergia. - miento otra vez, tratando de explicar el porqué de mis ojos llorosos. - ¿Porque no mejor me cuentas qué haces aquí ? A esta hora por lo general estás trabajando. - cuestióno cambiando de tema.
Mamá suspira y luego sonríe. - -Sabes que ha sido una semana muy complicada en la empresa. - comenta y asiento recordando todo el trabajo que ha tenido esta última semana. - He estado algo estresada y sufrí un fuerte dolor de cabeza, mi jefe me mandó a descansar - dice y frunzo el ceño.
- ¿Estás bien? - pregunto preocupada.
Mamá sonríe . - Sí, ya me tomé unos analgésicos y ya se me pasó. - sonrió aliviada. Entonces algo que me dijo esta mañana viene a mi mente.
- Bueno ahora que estás aquí, ¿Dime qué era lo que querías hablar conmigo? - pregunto recordando lo que ella me había dicho esta mañana antes de ir a la escuela.
Automáticamente mamá se pone nerviosa y aquello me preocupa.
- Mamá, ¿Pasa algo? - cuestionó curiosa y preocupada.
Mamá desvía la mirada y toma aire. - Veraz, yo quería decirte esto hace un tiempo, pero. me preocupaba tu reacción. - musita jugando ahora con sus dedos, alzó mis cejas por aquella acción, pero no digo nada y dejó que siga hablando. - Estoy saliendo con alguien. - suelta y abro los ojos sorprendida por aquello.
¡Mamá está saliendo con alguien, eso nunca había pasado.
- Pero, ¿Cómo cuándo? - pregunto.
- Desde hace cuatro meses. - responde y abro la boca sorprendida de la cantidad de tiempo. - Lo conocí en una reunión de trabajo. - termina de hablar y me mira.
-¿ Por qué no me habías dicho nada? - pregunto indignada.
- No quería adelantarme a los hechos,quería asegurarme de que él fuera enserio conmigo. - dice sonrojada. .
- ¿Entonces es algo serio? - cuestino y ella asiente aun sonrojada.
- ¿Cómo se llama? ¿Tiene hijos? ¿Cuantos años tiene? Es viudo, separado?. - indago rápidamente queriendo saber más del susodicho.
- Se llama Arturo Murphy, tiene 42 años, tiene un hijo de 20 años, es viudo. - responde a todas mis preguntas todavía nerviosa.
- Esta viejo. - digo arrugando mi nariz.
- No esta viejo, es solo seis años mayor que yo. - refuta molesta.
- Siempre te han gustado mayores que tú. - musitó sonriendo. - Te metiste con Leonel cuando tenías veintiuno y el treinta y uno . - digo mirándola burlona.
- Irina soy tu madre respetame, - regaña. - Además solo son seis años de diferencia, no es nada. - musita sonrojada.
- De acuerdo, perdón.- me disculpó. - ¿Y, supongo que me dices esto porque quieres presentarmelo?
- Así es, de echo debí decírtelo mucho antes, pero estaba bastante nerviosa. - confiesa desviando la mirada.
-¿ Creíste que iba a enojarme y comportarme como una niña malcriada? - pregunto. - Por favor mamá, sabes que no soy así.
- Lo sé pero, no es algo fácil de asimilar, tal vez no te gustaba la idea. - dice acariciando mi cabello. Sonrio y tomo su mano.
- Mamá, tú eres una mujer hermosa, joven y buena, es normal que quieras tener una relación. - digo.
Y es cierto mi mamá es una mujer hermosa su cabello es de color castaño lacio, sus ojos son de color verde (único rasgo que herede de ella) tiene un rostro hermoso y sin rastro de arruga ni imperfecciones, se ha sabido conservar, y ni hablar de su cuerpo, pues parece que nunca hubiera tenido una hija. - De echo ya me preocupaba no haber oído hablar de algún enamorado. - musitó sonriendo burlona.
- Es porqué nunca me había interesado nadie, hasta ahora. - aclara.
- ¡Y es genial que te des esta oportunidad y esperó que ese tal Arturo sea un buen hombre y sepa lo valiosa que eres! No como el tonto de Leonel.
- Irina - dice llamando mi atención.
- Papá. - corrijo.
- No tienes remedio. - sisea moviendo su cabeza de un lado a otro.
- ¿Y cuando conoceré a tu novio? - preguntó elevando mis cejas.
Mamá se sonroja y desvía su rostro. - ¿Te parece bien mañana? Quiero organizar una cena para que así se conozcan.
- Sí, esta bien. - respondo. - ¿Mamá y tú ya conoces a su hijo?
- Sí, el me lo presentó hace un mes.
- ¿Y como te fue? ¿Le caíste bien o fue grosero contigo? - indago preocupada.
- Es un buen chico, no sé si le caí bien, pero se mostró amable conmigo. - responde y eso me tranquiliza.
- ¿Qué le paso a su madre? - preguntó por curiosidad.
- Tuvo un accidente, ella y Stephen que es el hijo de Arturo iban en el mismo auto, ella conducía así que recibió todo el impacto, un atobus se le atravesó, Stephen duro mucho tiempo en el hospital.
- ¡Que horrible! - digo sorprendida
- Sí, para Arturo fue muy duro, pero lo superó, su hijo lo necesitaba.
- Bueno, por como hablas de él parece que es un buen hombre.
- Lo es.. Ah y es muy guapo. - dice sonrojada.
La miro maliciosa y sonrio, se nota que esta enamorada.
- Bueno quiero que uses el vestido que te compre la semana pasada para la cena. - dice colocándose de pie.
- Pero mamá sabes que yo no uso...
- No aceptó un no como respuesta Irina, ese vestido te queda hermoso y quiero que te lo pongas para mañana. ¿ de acuerdo?
- Esta bien mamá, pero solo por esta vez y porque es importante para ti. - accedo.
- Gracias hija. - dice y luego sale de la habitacion.
Espero que se un buen hombre, mi madre se merece ser feliz.
Irina.
Al día siguiente por la noche, me encuentro en mi habitación, viéndome en el espejo. Llevo un vestido de color vino tinto con tirantes, volado en la parte de la falda, los combinó con unas zapatillas planas negras con detalle dorado. de accesorio solo llevo un collar dorado con un dije de color vino tinto.
No me gusta usar vestido, pero mi mamá tiene una obsesión por verme con ellos puestos. Accedo a usar este solo porque hoy es un día muy importante para ella.
Se escuchan ruidos en la puerta y sé que es mamá para preguntarme si estoy lista.
- Pasa. - le digo y ella asoma su persona en mi habitación. Sonrió al verla tan arreglada y bonita. Lleva puesto un vestido ajustado al cuerpo de color negro que le llega por las rodillas, unos tacones del mismo color, un collar plateado con unos aretes largos del mismo color, su maquillaje es muy sutil y tiene el cabello suelto.
- ¡Oh qué linda te vez mamá! - alago y se sonroja.
- ¿Ya estás lista? - pregunta .
- Sólo me falta peinar esto. - digo señalando mi cabello enmarañado. - No te demores deben de estar por.... - mamá es interrumpida por el timbre de la puerta. - Dios son ellos, voy a abrir, no tardes tanto.
- Okay. - digo y veo cómo rápidamente sale de mi habitación, sonrió por verla tan nerviosa, tomo el peine y comienzo la lucha con mi cabello, mientras escucho voces provenir del piso de abajo.
Cinco minutos después he logrado vencer mi cabello, así que me miro por última vez en el espejo y aliso un poco la falda del vestido con mis manos, quitando cualquier arruga. Salgo de la habitación y comienzo a caminar por el pasillo. Al llegar a las escaleras escucho la voz de dos hombres, suspiro preparándome para esto y comienzo a bajar las escaleras.
- Buenas noches. - saludo al llegar a la sala y tres pares de ojos dirigen su mirada hacia mí. Entonces es cuando lo veo. El chico enfrente de mí, él cual me imagino que es él hijo de Arturo, me mira y yo quedo hipnotizada por ésos ojos. son grices y son los ojos más hermoso que he visto. Rápidamente lo escrutinio y entonces caigo en la cuenta que no solo sus ojos son hermosos. ¡Dios todo él lo es!
Su cabello es rubio, tiene unas largas y abundantes pestañas, su nariz tiene como una curvatura y sus labios son grueso, tiene facciones duras que le dan un aire de chico malo, su piel es clara pero bronceada y a leguas se nota que le gusta hacer mucho ejercicio pues su complexión musculosa lo demuestra.
¡Dios y yo pensando que no podía existir chicos más guapos que los de mi escuela! Eso son unos ogros comparados con este chico.
- Tú debes de ser Irina. - escucho que alguien habla y salgo de mi pequeño letargo, busco al dueño de aquella voz, me encuentro con un hombre sonriente y de igual manera sonrió. El hombre es de piel clara igual que su hijo, su cabello es rubio, pero sus ojos son de color café. Tiene pequeñas arrugas al rededor de ellos. Confieso que padre e hijo tienen cierto parecido, sobre todo la forma del rostro y su nariz. Es de la misma altura de su hijo y se nota que está en forma, pues su complexión es igual a la del chico. Sí es un señor muy guapo, mi mamá tiene buen gusto.
- Sí, así es. Supongo que usted es Arturo. - contesto y afirmó.
- Así es, Es un gusto conocerte en persona, porqué he oído hablar tanto de ti, que creo que te conozco tanto como tú madre.
Sonrió y quiero decir que lástima que yo no sepa casi nada de él. Pero me guardo mi comentario para no parecer grosera.
- Él es mi hijo Stephen. - dice señalando al joven que hasta hace uno minutos había acosado con la mirada. Stephen me sonríe y me ofrece su mano, yo la tomo tratando de no temblar. - Es un gusto. - - musita.
- Igual. - es lo único que logro decir.
- Bueno, vamos a pasar a cenar - propone mamá y todos concordamos y pasamos al comedor.
- Te ayudo mamá. - digo y las dos nos dirigimos a la cocina.
La cena transcurre sin novedad, nos mantenemos hablando de todo un poco y yo he logrado no mirar cómo tonta a Stephen y concentrarme en mamá y Arturo.
El hombre presta atención a todo lo que dice mi madre , la mira como si ella fuera la octava maravilla y eso me hace feliz, porqué entiendo que este hombre ama a mi madre. A mis catorce años yo no sé mucho de amor, ni siquiera he dado mi primer beso, pero recuerdo que una vez fuí a una boda con mamá, yo tenía once en ese entonces. Mamá y otras mujeres hablaban de la hermosa pareja de recién casados y de lo enamorados que estaban. Yo miré hacia la pareja y vi como se miraban, y es justo como mamá y este hombre se miran. Sonrió feliz por mamá, porqué ahora sé que si algún día yo no estoy cerca, ella tendrá a alguien haciéndole compañía.
Tres horas después ya nuestro invitados se han marchado y mamá y yo estamos en la cocina limpiando los trates.
- ¿Y qué te pareció Arturo? - pregunta mamá pasándome un plato para que lo seque.
- Bien, es muy agradable y se nota que está loquito por ti. - respondo y automáticamente mamá se sonroja. - Es guapo para ser un viejo. - comento y ella me mira molesta. Sonrió por eso. - su hijo también es muy guapo. - musitó y esta vez creo que la sonrojada soy yo, porqué siento mis mejillas calientes. Mamá me mira un poco asombrado. -, ¿Qué pasa? - pregunto al ver su expresión.
- No sabía que ya te llaman la atención los chicos. - dice y ahora sí estoy segura que me sonroje. - Creo que es hora de que hablemos de...
- La, la, la. Basta no. - digo poniendo mis manos al frente. - No necesito la charla. - digo haciendo comillas. - En la escuela ya nos han hablado de eso.
- No es lo mismo, yo soy tu madre y por lo tanto... - dice, pero la interrumpo.
- Mamá, por favor, ni siquiera he dado mi primer beso. - informo un poco incómoda. - Sólo fue un comentario.
- ¿Entonces no te gusta ningún chico? - pregunta.
- No, para nada. - respondo.
- Okay, no te incómodo más.
Respiro aliviada y seguimos con nuestra labor.
El verano termino y el otoño comenzó y con el también las clases, o mejor dicho el infierno para mí. Afortunadamente ya está segunda semana de clases había terminado, hoy es viernes y me dirijo a la parada de autobús para irme a casa. pero soy detenida abruptamente cuando alguien me toma por el cabello y me jala tirándome al piso. Un quejido de dolor sale de mi boca, levanto mi rostro para ver a mí agresor dándome cuenta que son las mismas chicas de siempre. Brenda, Lilit y Andrea, tres chicas que hacen de mi vida un infierno.
- Hola pequitas, ¿A dónde vas? - me pregunta Brenda, estoy segura fue la que me jalo el cabello. La estúpida tiene demasiada fuerza.
- Déjame en paz. - musitó levatandome del asfalto.
- !Ay lo siento! ¿Fui muy dura contigo? - pregunta en tono lastimero obviamente falso.
- Fuiste muy agresiva Brenda. - habla Lilit. - No trates así a nuestra amiga.
; Así es, no ves que con esa piel blanca cual papel de seguro le queda un moretón muy feo en el culo. - se burla . - Además, ¿No te da asco sujetar ese cabello. Mira que parece vello púbico - Ella y las otras dos chicas se ríen por ese comentario.
- Déjenme en paz. - pido y camino , tratando de alejarme de ellas, pero Brenda me toma del brazo.
- ¿A dónde crees que vas estúpida, no Hemos terminado contigo. - sisea está clavando sus uñas en mi brazo.
Quiero golpearla, quiero gritarles que me dejen en paz, pero ellas son tres y todo se pondrá peor si lo hago. Las lágrimas salen de mis ojos, pero no por el dolor, si no por la rabia e impotencia que siento.
- Uh. Déjala Brenda
, la pobrecita está llorando. - dice Andrea colocando su mano en mi cabeza, después agarra mi cabello fuertemente jalandolo. - No te da vergüenza andar por ahí con este cabello.
- Y con esa cara llena de pecas . - dice Lilit. - Si yo fuera tú no saliera a la calle, para no incomodar a nadie.
No entiendo porque estás chicas me odian tanto, ¿Qué les he echo para que me traten así? ¿Por qué odian tanto mi aspecto?
Mis pensamientos son interrumpidos cuando siento que jalan de mi camisa y Brenda me empuja , haciéndome caer al asfalto, de nuevo.
- !Basta ya déjenme en paz¡- grito colocándome de pie.
Ellas me miran sorprendidas y se disponen a atacarme pero una voz resuena y hace que se detengan.
- ¿Que está pasando aquí? - pregunta esa persona y giro mi cuerpo para encontrarme con el dueño de aquella voz. Ojos grises me miran y el alivio recorre mi cuerpo.
- ¿Quién carajo son ustedes? - pregunta Stephen mirando a la tres chicas con molestia.
- S. Somos amigas de Irina. - responde Lilit nerviosa, no sé si por que fueron pilladas infraganti o por lo guapo que es Stephen.
- Pues a mi no me pareció ver eso. - responde él tomando mi brazo. - ¿Estás bien? - pregunta mirándome preocupado.
- S.. sí. - respondo. - Un poco adolorida, pero nada grave. - Él asiente y mira a las chicas con enojo. Estás se asustan y huyen despavoridas del lugar.
- Ven te llevo a tu casa. - dice este tomado mi mano, llevándome a su auto.
- ¿No son amigas tuyas, cierto? - pregunta.
- No, son compañeras de clase. - respondo con la mirada baja.
-¿Por qué te molestan?- vuelve a preguntar.
- No les gusta mi aspecto.
- ¿Has hablado con alguien acerca de esto? - cuestiona, Llegamos a su auto y el abre la puerta del copiloto. - Adelante.
- No, no quiero preocupar a mamá. - respondo entrando al auto. - Gracias. - digo y él cierra la puerta, luego rodea el auto y abre la puerta del piloto y entra en el.
- No es bueno quedarse callado, si tú no puedes con ellas debes pedirle ayuda a un adulto.
Miro su rostro y veo preocupación en esos hermosos ojos.
- Me da vergüenza y miedo. - confiezo.
- Entiendo que te dé miedo, ¿Pero por qué vergüenza? Ellas son las que deberían de estar avergonzada por su manera de actuar.
- Miedo a que por acusarlas el acoso empeore. - respondo - Yvergüenza porqué algunas cosa que me dicen... Son incómodas.
- ¿Exactamente qué te dicen? - pregunta.
-, E.. ella se burlan de mis pecas, del color de mi cabello y su forma. - digo jalando uno de mis rizos. - Dicen que soy fea, que mi cabello es horrible, que mi piel es muy blanca y parezco un muerto, cosas así. Además de eso como pudiste ver les gusta hacerme daño físico.
La verdad no sé porque le estoy contando esto a él. Nunca he tenido el valor de hablar de esto con alguien, ahora aquí estoy, desahogandome con el hijo del novio de mi mamá. Con el cual he hablado tal vez unas dos veces antes. Por alguna razón él me inspira confianza.
- ¿Y crees todo lo que ellas te dicen? - pregunta.
- N.. no lo sé.
- A menudo las personas que se empeñan en criticar el aspecto de otra , es por que no se sienten seguras de sí misma. - comenta y lo miro curiosa.
- Eso no puede ser posible. Brenda, Lilit y Andrea son las chicas mas populares de la secundaria. - respondo.
- ¿Y eso qué? - dice alzando los hombros. - Créeme esas personas son las que más tienen problemas con su aspecto físico. No se aceptan, son inseguras y algunas para sentirse bien dañan y lastiman a otras personas. - dice y toma mi mano. - Estoy seguro que sienten celos de tu belleza, por qué sí Irina, eres hermosa, no eres como las otras chicas y tú belleza, tus rasgos son considerados muy especiales, tu cabello rojo y rizado, tus pecas, tú piel blanca, todo eso te hace diferente y Hermosa, no creas las estupideces que esas chicas te dicen. No tienes ni idea cuánto dinero gastan algunas mujeres para tener ese color de cabello o haciéndose permanentes. Tú eres hermosa tal y como eres y debes de estar segura de eso. - termina de hablar yo siento que el corazón se me va a salir del pecho. ¿Él piensa que soy hermosa? Ya había escuchado eso antes por parte de mi madre, pero que me lo diga él, un chico mayor y tan guapo, hace que mi corazón se acelere, Sé que está hablando enserio y que además lo dice para animarme, pero no puedo evitar emocionarme al saber que él me considera bonita.
- G.. gracias. - musitó, sientiendo mis mejillas arder.
- No te dejes humillar ni maltratar de esas chicas. - comenta. - Te tengo una propuesta. - dice y lo miro ya un poco mas tranquila.
- La violencia no es la solución a nada. Pero es bueno saber defenderse, se defensa personal, puedo enseñarte, para que puedes defenderte de esas chicas y del que te quiera hacer daño. ¿Qué te parece? - pregunta.
Su propuesta me sorprende, aunque si lo veo bien, no es nada raro que sepa de defensa personal, se nota que le gusta estar en forma.
- Me encantaría - respondo.
- Bien, ¿Q5ue tal si comenzamos hoy?
- ¿Eh?
- Voy para tu casa, papá y Alejandra Están esperándonos. El que esté aquí no es una considencia, tu mamá me pidió el favor de venirte a buscar . Me dijo que si no te encontraba en la escuela que viniera por esta calle, pues por aquí caminabas hacia la estación de autobuses. - confiesa y lo miro sorprendida. - Después de almuerzo podemos comenzar con tus clases. - dijo y asiento. - Bueno, vámonos. - dice y luego enciende el auto.
- No quiero que mamá sepa que... - musitó avergonzada.
- Entiendo no quieres preocuparla. No dire nada, ya me imventare algo, para justificar las clases.
Y así nos hicimos amigo. Durante los próximos meses él me enseñó defensa personal. Con su ayuda y sus conecejos pude acabar con el abuso que aquellas chicas mantenían. Ni siquiera tuve que levantar una mano para hacerlo. Sus palabras me hicieron entender que yo era hermosa, qué si yo me sentía bien conmigo, nadie podía cambiar eso. Asi que con mi actitud les demostré a esas tres arpías que sus palabras me valían.
El problema de todo esto es que Stephen me veía como una hermana, la hija de la novia de su padre, y yo, pues me había enamorado de aquel chico. Sabía que no tenía oprtunidad. Yo solo era una adolescente de 14 años y el era un joven de 20. Un chico maduro que jama se fijaría en una niña cómo yo. Asi que me guarde mis sentimientos y solo disfrutaba su amistad.
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