En esta vida sino hacemos nada y las cosas salen mal es nuestra culpa, pero si en cambio hacemos todo y las cosas salen mal a eso le llaman el destino.
A veces estoy llamado destino es una burla cruel de la vida, en un minuto todo de puede derrubar a nuestro alrededor, y quedarnos sumidos en hoyo negro sin posibilidades de salir.
Así recuerdo mi vida de niña, un tragedia que tuvo su punto culminante a mis 18 años, una vida en la oscuridad con solo algunos rayos coloridos llamados suerte y muchas piezas oscuridad llamadas desgracias.
A mis 12 años todavía mi vida era una primavera hermosa y florecida, mis padres estaban vivos y disfrutaba de una familia estable y cariñosa, no éramos ricos pero siempre había comida en la mesa y calidez en nuestro hogar.
Pero la vida es una ruleta rusa que puede variar en solo una vuelta el resultado, a mis 13 mis padres murieron en un accidente, mi tío se llevó todo nuestras pertenencias y vienes, y en un solo giro del llamado destino todo se esfumó, ya no tenía padres, ni tenía casa, no tenía nada, solo me quedaba la ropa que llevaba puesta en el funeral y mi anciana abuela, que decidió llevarme con ella, ya que le dama lastima que su hijo más querido se había ido, dejando solo a mi en este mundo como evidencia de que una vez estuvo presente en este mundo.
Es aquí cuando con solo 13 años, comenzo mi otoño, no pude vivir toda mi primavera, ni sentir el cálido verano que todos los demás podían vivir, mis hojas se comenzaron a maduras tan rápido que para cuando viene a darme cuenta, no quedaba nada verde en el árbol de mi vida solo quedaban amarillo y marrón.
Asistí a la escuela, y trabaje en la pequeña panadería de la abuela todos los días, nunca hice amigos por que no tenía tiempo, además lo poco que se hacía en la panadería solo daba para mantener el negocio y los gastos básico de la vida diaria.
En mis cumpleaños mi abuela me hormeaba un pequeño pastel, comprabamos ropa en la rebajas o de la que era donada en el orfanato donde solíamos ir, ya que las monjas proveían medicinas y ropa a los pobre de lo que era recibido mediante fundaciones benéficas, eso ayudaba mucho a la economía de la casa y podía la abuela ahorrar algunos centavos cada mes.
En cuanto a mis estudios la escuela pública no era mala, me enfoque en aprender todo lo que puede y también iba a las monjas ha aprender cosas útiles, además enseñaban otros idiomas así que aprendí todo lo que me enseñaron gratis, a pesar de todo, al parecer mi otoño comenzaba a sufrir un retroceso a mis 17 años, la panadería había mejorado, las monjas ayudaron a conseguir una beca para la universidad ya que era inteligente y aplicada además, pero no sé por qué cuando comienza a subir un sol brillante y el día es más despejado, lentamente comienzas a juntarse las nubes y en el momento en que se oscure comienza a llover.
El día que cumplí mis 18 años comenzo la lluvia torrencial que aplastó el sol para siempre en mi vida, ni siquiera puede volver a ver el otoño, llegó inesperadamente un gris y frío invierno, y ese pozo del que creí había salido se hizo más profundo y simplemente me trago.
El día de mi cumpleaños número 18 no hubo pastel, cuando llegue de tomar el examen para la universidad, la casa estaba hecha un desastre, escuché los gemidos de alguien, era mi abuela, cubierta de sangre en el suelo, salí corriendo en busca de ayuda, milagrosamente mi abuela llegó vida al hospital pero se necesitaba realizar una costosa cirugía para salvar su vida, lamentablemente los ahorras eran un mal chiste y no había a quien pedir ayuda.
En mis momentos más desesperados recordé al otro hijo de mi abuela, corrí a su casa en busca de su ayuda pero me tiró a la calle no bien entrando por la puerta, entonces fui donde más monjas, no había dinero suficiente para regalar me dijeron, me reí entre las lágrimas al caminar por las calles desesperada y recordar esas palabras,
"No ahí suficiente dinero como para regalar" al parecer la caridad de Dios tiene un límite y yo me había sobrepasa de lo que la bondad de las personas que lo representan en esta tierra podían dar.
Volví al hospital, el doctor dijo que si en las próximas horas no era intervenida, no habia esperanza, otra palabra que es una ilustración en mi vida esperanza, salí a la calle otra vez, esperando eso que la gente llama un milagro, algo que es importante que suceda pero sucede, eso es un milagro.
Pero no hubo tal cosa para mi, hasta que vi la casa de las flores de Taipei, había escuchado hablar es eso alguna vez, es un lugar lleno de mujeres que venden sus cuerpos a hombres ricos, no era un burdel normal, solos hombre de dinero pueden tener a esas chicas, me quedé mirando la puerta, me dije a mi misma que más podía perder si no quedaba nada.
Entre y busque a la dueña una mujer llamada Lady Mary, era un nombre que denotaba nobleza pero en realidad esa señora era como un loto que se alzaba en el falgo de donde salió,
Niña ¿que edad tienes?
Hoy es mi cumpleaños 18
-¿Eres virgen ?
Si
Eres bonita, puedo darte un buen precio,
-Solo quiero el dinero de la operación de mi abuela, ella está muriendo, por favor ayudame.
Niña muchas chicas llegan aquí desesperadas como tú, pero me caes bien, dinero cuanto dinero es.
350 mil dólares
Eso es mucho dinero, pero si trabajas dos años para mí te daré ese dinero ahora, solo tienes que firmar el contrato.
Quería leer detenidamente el contrato ya sabía que esa mujer no podía ser tan buena y que era una trampa, pero no tenía ninguna otra opción,
Acepto
Firme rápidamente, ella fue al hospital comingo y pago la operación ante mis ojos, entrego el dinero y guardo los recibos, dejo a alguien conmigo en lo que se realizaba la operación, esa mujer no dejaba nada al azar y no podía perder su inversión, la cirugía duro 4 horas sentada en ese pasillo en frente al quirófano, en mi corazón comenzó a protar eso que le llaman esperanza, aunque tuviera que trabajar en un burdel por no se sabe cuánto tiempo pero por lo menos tendría en consuelo de que me queda un familiar en este mundo, alguien a quien quiero.
Cada minuto se me hizo una eternidad, el tipo a mi lado quien era de la segunda de la Casa de las Flores, estaba estático y sin expresión, prefería mirar al techo que ver esa cara, el reloj seguía avanzando hasta que al final el doctor salió con una mirada sería, me miró y me dijo:
Lo siento.
Esa palabra resono en mi cerebro (LO SIENTO) de una manera tal que sentia como si un vacio aterrador comenzara a llenar toda mi existencia, es como una burla del destino hice todo, lo perdi todo y nadie funciono, en este mundo, una niña que tenia una familia feliz la perdio, solo me quedaba mi abuela y ahora se ha ido, se que mi tio no perdera el tiempo y se queara con lo poco que queda en casa, al final no tengo familia en este mundo y en este momento nada que perder.
En ese mismo momento en que mi abuela exalo su ultimo aliento perdi mi alma, no se cuanto tempo me quede aparada en el pasillo, no tenia nada nisiquiera para darle un entierro apropiado, la cabeza me dio una veulta pense que me desblomaria en el suelo, pero el hombre que esta cuidandome me sostuvo justo a tiempo, en ese momento fui conciente de mi alrededor, el hombre me sostenia con una mano, mientas me arrastraba lentemente hasta el telefono del hospital, se queria comunicar con Lady Mary para darle la noticias, esta aturdida asi que me deje llevar por el, ya me sentia como una lata vacia, no habia ningun contenido en mi interior..
Tomo una moneda de su bosillo, la entro en el telefono y comenzo a marcar los numeros, mientras me sostenia firmemente con la otra mano, escuchaba el silvido del telefono, queria tirarme en el suelo y esperar a que todos mis sentidos volviera a estar alineados, pero no me dejaba por su agarre...
- Quiero hablar con Lady Mary,
Escuche que le dijo a la persona que le contesto el telefono, no podia escuchar al que estaba del otro lado pero si la respuesta de esta persona,
- Espero, si señora, todo termino mal, esta aqui conmigo, no, la espero.
Entonces estas espuesta acomedaron la conversacion en mi cabeza
- Espero,
-¿Termino la operacion?
- Si señora
- ¿Que sucedio?
- Todo termino mal
- ¿Donde esta la chica?
- Esta aqui conmigo
- ¿Intento escapar?
- No
- Voy para halla
- La espero.
Mi mente realmente a aprendido a evadir el dolor, y en estos años de pena y dificultad mis ojos se han secado, ni una sola lagrima callo pero este dolor de la perdida estaba arraigado en mis huesos, era insoportable, al final forse mi cuerpo hacia el suelo, y mi brazo se libero del agarre del hombre que me tenia vigilada, al ver que simplemente de sente en el piso con las piernas agarradas me dejo, ni intento agarrarme otra vez, solo dio un paso hacia atras y me dejo tranquila mientras seguia observandome.
El tiempo es implacable no se detiene por nadie, habian pasado pocas horas de la perdida de mi unico familiar y tenia un abismo frente a mi que a penas se esta abriendo ante mis ojos y que amenazaba con devorarme, no se cuanto paso, pero Lady Mary todavia no llegaba, tuve el instito de levantarme y ver como podria obtener el cuerpo de mi abuela y enterrarla, pero pense que si comenzaba a moverme este hombre podria pensaer que queria escapar, asi que solo espere.
Era asi denoche cuando unos tacones en el pasillo se aceraban hacia dondeyo estaba, levante la cabeza y ahi estaba Lady Mary no se por que tardo tanto para buscar sus mercancía, eso era en lo que me había convertido un producto de placer para el hombre que más pagará, el solo pensarlo me llenada de asco pero esa seria mi nueva realidad, no más estudios, no más luchar para salir adelante, solo quedaba una deuda enorme que tendría que pagar con mi cuerpo.
Levante mi cabeza cuando aquel sonido de tacones se detuvo a mi lado, vi la lástima en el rostro de aquella mujer, a pesar de todo ella parecía reconocerse en mí, se quedó mirándome por un momento largo, no podía esconder que su pasado sabio a flote cuando me miró en el suelo, quien sabe si está mujer que ahora es la que dirige un burdel famoso en su tiempo de juventud incluso pudo ser más miserable que yo.
- Me sorprendes,
Me dijo dejando ver una sonrisa fingida, que más parecía una mueca,
- Otras en tu lugar hubieran intentado escapar después de que todo fracaso, eres la primera que no lo hace.
La miré fijamente antes de contestar, me levanté del piso, estaba algo entumida, no aparte la mirada en ningún momento de ella,
- De que me serviría huir, ya lo he perdido todo, incluso si intentará huir, seguro me atraparía en poco tiempo y eso haría las cosas más difíciles para mí, así que solo acepto mi realidad.
Me miró de pies a cabeza, al parecer nunca había liderado con una persona como yo antes,
- Lo que dice es razonable. El que seas dócil te hará las cosas más fáciles.
- Quiero pedirle una última cosa,
- No te preocupes ya manejé lo del funeral, cremaran a tu abuela y te darán las cenizas.
- Gracias
- Vamos a tu casa a recoger tus cosas, mañana llevaremos las cenizas a una ceremonia para que te despidas de tu abuela y tu vida de inocencia a la misma vez.
Sus palabras fueron amargas, pero verdaderas mañana sería mi despedía, tanto de mi abuela como de mi misma, cuando fui realmente conciente de esta verdad me di cuenta, que no está al borde de un abismo come pense antes sino todo lo contrario el abismo me había tragado y arrastrado a las terrible oscuridad.
Con mis piernas temblorosas, camine a la salida del hospital junto a Lady Mary y el hombre que me había estado custodiando todo el día, nos dirigimos al auto de Lady Mary donde nos esperaba su chófer, un hombre delgado de apariencia amable, no se veía nada rudo como el otro hombre, no subimos al auto sin decir una palabra, intente decirle al chófer donde vivía, pero me percaté de que parecía ir en la dirección correcta, por lo que solo me recosté en el asiento, cerré los ojos y deje que todo lo que fue a suceder que sucediera lo más rápido y en silencio posible.
Cuando cerré los ojos sentí que mi cuerpo era absorbido por el cansancio, comenzaron a dolerme las piernas y el brazo que el hombre de Lady Mary me había agarrado, al parecer todo lo que pasó en el día estaba haciendo su efecto en mí, en el auto todos iban en silencio, si no fuera por sus respiraciones, algunos movimientos de Lady Mary que estaba en el asiento trasero junto a mí o el propio sonido del auto, sentirá que estaba totalmente sola, como en realidad me sentía sola esa era mi oscura realidad.
Ya no tendría a nadie, no habrá pastel de cumpleaños el próximo año, no habrá clases de idiomas, de tejido, ni de pintura, ni de música, ni de cocina con las monjas, ni tampoco hacer pan con la abuela, todo se ha ido, me quedé ahí en mis pensamientos internos, mientras el auto seguía su trayecto al que desde hoy ya no sería más mi hogar.
El tiempo no se detiene pero las personas si, y este día yo me detuve, desde mañana cuando la ceremonia del funeral de la abuela termine, mi tiempo como Lucy Liu se detuvo también, congelaré mi vida en este día como si fuera mi funeral también, y mañana cuando todo termine como Lucy Liu comenzara mi vida como otra persona.
En ese momento de mi resolución silencio el auto se detuvo, está renuente abrir los ojos, no quería ver mi realidad, pero ahí cosas en la vida que son inevitable, aunque no se quiera ver la verdad cuando uno menos se lo espera la realidad nos golpea con tal fuerza que tenemos que ver la oscuridad aunque sea en el día más brillante.
- Hemos llegado,
-¿Quieres que baje contigo? Dijo Lady Mary
Asentí con la cabeza en realidad no quería ni hablar, salí del auto a regañadientes, mi cuerpo me dolía en todo lado, camine hacia la puerta con Lady Mary y su hombre el rudo a mi espalda, mientras, el chófer se quedó en el auto, cuando estaba justo en la puerta, escuché unos ruidos, inmediatamente me detuve, pensé si eran esos ladrones que causaron la muerte de mi abuela que regresaron a la casa otra vez, los mataré a todos, abrí la puerta con fuerza, todo lo que puede ver fue al parásito del Tío Liu a quien no le importa, ni su madre, ni su hermano, estaba buscando todo lo que tenía algún valor en la casa, fue lo más asqueroso que había visto en mi vida, el cadáver de la abuela todavía no se había enfriado bien y ya su hijo el que no quiso pagar su cirugía estaba adueñándose de las pocas cosas que había en la casa, era despreciable.
Me miró de forma arrogante y burlona, una sonrisa de llena se asomaba en sus labios,
- Lucy que bueno que llegas, necesitaré esta casa, así que busca donde vivir, y quienes son estas personas, ahora que mamá no estas crees que puedes traer a quien quieras...
Pase a su lado y no me moleste en decirle una sola palabra, intento detenerme agarrándome el brazo,
- Insolente contesta cuando te hablo
El hombre de Lady Mary le soltó el agarre que tenía el Tío Liu sobre mí y además torció su brazo,
- Oye! Le grito al hombre,
Pero al ver la mirada amenazante en su cara y que no podía vencerlo si peleaba, siempre se apartó sin decir nada más, y siguió reuniendo las cosas de la casa, camine directo a mi habitación que estaba todo revuelto, busque un pequeño bulto de tela que las monjas una vez me habían regalado, en él introduje pequeñas cosas que tenía de valor sentimental, mis artículos de aseo persona y una cuantas piezas de ropa que había obtenido de más monjas recientes, no perdí mucho tiempo, ya que me estaban esperando, además quería dejar ese lugar lo más rápido posible.
- Nos vamos, pregunto Lady Mary
- Sí, respondí
- Oye Lucy, ¿a dónde crees que vas?
Seguí mi camino, pero cuando estaba en la puerta a un paso de salir me volteé hacia el Tío Liu y le dije;
- Si un día tengo poder lo dejaré en la calle y me vengaré de todo lo que me hizo,
- Oye niña estúpida me estas amezando,
Lo mire fijamente para grabarme su cara de forma permanente en mi memoria, y si, esta es mi promesa silenciosa, si un día soy una persona con influencia o poder, dejaré vivir al Tío Liu la más amarga desesperación, Lady Mary y su hombre salieron primero y yo de último cerré la puerta de mi vida anterior en ese momento y para siempre.
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