Mickey
Mi nombre es Michael Varais, tengo 24 años, vivo en la ciudad de Detroit y soy Ingeniero Mecánico. Amo mi profesión, la escogí para poder ser parte activa en la compañía que dirige mi padre, Andrew Varais, Austeen & Varais Automotriz.
Mi familia y la familia Austeen somos dueños a partes iguales de esta compañía exitosa dedicada al diseño de motores y carrocerías para autos, un negocio que por años ha generado grandes ingresos a nuestras familias.
Mis mejores amigos son Margareth Austeen, Timothy Albine y Suzzane Olsen, nos llevamos solo algunos meses y nos conocemos desde que éramos niños.
Margareth, a quien cariñosamente llamamos Maggie, es la menor de nosotros, única hija de Steve y Laureen Austeen y sinceramente es mi mejor amiga y la mejor diseñadora industrial que pueda existir. Es una chica dulce pero de carácter fuerte, con ella todo funciona de maravillas, hemos trabajado juntos desde antes de graduarnos y es increíble lo buen equipo que somos, siempre ha sido de esa manera desde que tengo memoria.
Ella ha estado presente en mi vida desde que recuerdo, conoce todo de mi y yo todo de ella. No puedo evitar en ocasiones comportarme como un hermano celoso y sobreprotector al verla interactuar con otros chicos, aparte de Timmy. Es una chica inteligente pero también puede ser muy ingenua y no puedo permitir que venga algún aprovechado y le haga daño.
En ocasiones prefiero que sea como ella es, un poco descuidada en su arreglo personal, aunque eso no evita notar lo hermosa que es, pero es mejor así, eso hace que los indeseables no se acerquen demasiado.
Maggie también escogió su profesión para desarrollarse en la empresa de nuestros padres, eso hace que pasemos mucho tiempo juntos, al igual que con Timmy, somos el trío perfecto al momento de trabajar y gracias a ello nuestros resultados son excelentes.
Maggie vive con su abuela materna desde los 10 años, ya que sus padres murieron en un accidente aéreo y la mujer se encargó de su crianza. Es una mujer extraña y es en gran parte responsable de lo diferente que es mi mejor amiga, pero eso es algo que les contaré más adelante.
Timothy Albine, Timmy para sus amigos, tenemos la misma edad y cumplimos el mismo mes. Hemos sido amigos desde siempre, no recuerdo una época de mi vida en la que él no haya estado presente. Sus padres han sido amigos de los míos desde jóvenes y aunque no tienen nada que ver con la compañía, Timmy escogió su profesión para trabajar junto a nosotros, Ingeniería de Sistemas.
Mi mejor amigo es un chico muy inteligente y aunque es un Nerd, nadie pensaría que lo es, pues es un chico bastante guapo que siempre viste a la moda, aunque demasiado tímido y algo introvertido.
Y Suzzane Olsen… ella es otra cosa… dejó de ser mi amiga hace mucho tiempo para convertirse en mi novia, Susie.
A diferencia de nuestras familias, la de Susie no tiene mucho dinero. Su padre era el presidente de una reconocida compañía inmobiliaria en la ciudad, pero terminó envuelto en un gran escándalo que llevó a su empresa a la quiebra.
Cuando eso sucedió, aún no habíamos ingresado a la secundaria y el hecho de que sus padres retiraran a Susie de la escuela fue muy traumático para ella. Extrañó a sus amigos de toda la vida y a pesar de ser una niña de apenas 11 años, cayó en un estado de depresión que obligó a sus padres a buscar ayuda para ella.
Tal vez lo mejor hubiera sido que esta ayuda fuera sicológica y que se le ayudara a entender y a aceptar su nueva situación. Pero al contrario de todo esto, sus padres acudieron a los nuestros para que Susie pudiera permanecer en la escuela junto a sus amigos y estudiar en la misma secundaria que lo haríamos nosotros, así que Susie fue beneficiada con una beca que le cubría todos sus gastos escolares.
A causa de la quiebra sus padres tuvieron que vender la enorme mansión en la que habían vivido hasta ese momento y mudarse a una casa mucho más pequeña, aunque bastante cercana al sitio donde se encontraba la anterior, y unos meses después se fueron al extranjero..
Hasta cierto punto, todo lo hicieron por amor a ella, para que ella sufriera lo menos posible el impacto de un cambio tan radical.
Cinco años después regresaron al país. Susie se había convertido en una chica hermosa, la chica más bella que haya conocido. Con una figura perfecta, sin ser delgada ni gorda, ni alta ni baja, con hermosos ojos de color azul que contrastan con su cabello castaño y una dulce personalidad.
No me fue difícil enamorarme de ella y cuando supe que ella sentía lo mismo por mí, me sentí el chico más feliz del mundo. Pero al contrario de mi, mis padres no estuvieron para nada contentos cuando les di la noticia, nunca han estado de acuerdo con nuestra relación.
Cuando los cuatro terminamos la escuela y decidimos nuestras profesiones, aspirábamos ingresar al MIT en Massachuset. Nuestras familias tenían los medios para costearlo y nuestros resultados académicos lo permitían, a excepción de Susie que no contaba con ninguno de los dos y estaba un año retrasada.
Pero ninguno quería que ella se alejara de nosotros. Susie es la mejor amiga de Maggie y fue ella la que armó el plan para lograr que no nos separarámos.
Y es así como terminamos todos asistiendo a la misma universidad, University of Detroit Mercy, un poco menos costosa y con mejores programas de becas, a los cuales Susie podía acceder.
Nuestros padres estuvieron muy enojados al principio, pero los convencimos al decirles que estaríamos más cerca de casa y que la facultad de ingeniería está muy enfocada en lo que a la ciencia de automóviles se refiere.
Sin embargo no fue fácil para Susie ingresar y solo lo logró un año después, cuando los demás ya habíamos avanzado cuatro semestres.
Fue maravilloso volver a verla y descubrir que en realidad me gustaba mucho, fue allí cuando iniciamos nuestro noviazgo hace ya casi cuatro años.
Podría decir que mi vida y la de mis amigos es casi perfecta, pero eso es algo que nadie puede asegurar, sobre todo cuando hay personas que pretenden controlarla y hacer que de ellos dependa nuestra felicidad.
Margareth Austeen
Mi nombre es Margareth Austeen, tengo 23 años y vivo en Detroit, Michigan. Soy huérfana y he vivido desde el fallecimiento de mis padres con mi abuela materna. No puedo negar que desde que no están conmigo, hace ya 13 años, no he dejado de extrañarlos ni un momento.
Mi abuela Anna Fulton ha sido una buena mujer y ha hecho todo lo posible por brindarme una buena educación, a su manera. El dinero no ha sido problema, ya que soy la heredera del 50% de una importante compañía del sector automotriz en la que ya me encuentro trabajando, aunque no en el área administrativa, ya que mi profesión es ser diseñadora industrial.
Me encanta estar en los talleres y laboratorios, imaginando y creando nuevas formas y diseños, es lo que me apasiona.
Tengo tres amigos maravillosos que son mi familia, Michael Varais, a quien desde siempre he llamado Mickey, Timmy Albine y Susie Olsen, esta última es la novia de Mickey.
De todos, Mickey es el más especial para mi, hemos crecido juntos y compartido muchos momentos como familia y como amigos. Puedo decir que lo conozco al derecho y al revés, igual que él a mi. Somos muy unidos y cualquier asunto que manejemos juntos siempre sale bien, tanto en lo personal como en lo profesional.
A veces no puedo evitar enojarme con él debido a su sobreprotección hacia mi, sobre todo en lo que a los chicos se refiere, sé que él ha sido responsable de alejar a algunos que han mostrado interés en mí, con la excusa de que son unos aprovechados. Yo por el contrario, siempre he ayudado para que su relación con Sussie funcione, ella es mi mejor amiga y saber que están juntos es agradable.
Todos decidimos estudiar carreras afines con el fin de conformar un buen equipo y trabajar juntos en Austeen & Varais Automotriz, y hasta el momento lo hemos hecho muy bien.
El padre de Mickey es aún el presidente de la compañía, pero no deja de presionarnos para que asumamos ese cargo lo más pronto posible, algo a lo que él se opone, al igual que yo, porque prefiere participar en los procesos de creación y diseño, de la misma manera que Timmy y yo. Pero se que tarde o temprano nos llegará el momento de ocupar nuestras posiciones, solo esperamos que desde donde nos encontramos ahora podamos lograr que lo uno no deje de funcionar sin lo otro.
Aunque Mickey y yo somos bastante unidos debido a que hemos sido casi familia, debo decir que mi mejor mejor amigo es Timmy. Somos compatibles en muchas cosas y es el mayor cómplice al momento de evadir las restricciones que me impone mi abuela.
Si, restricciones, algo que paso a explicar a continuación.
Ana Fulton, mi abuela es una mujer muy conservadora, demasiado diría yo, nació y creció en Steven Points, un pequeño pueblo de Wisconsin. Su familia era la típica familia rica del pueblo y su padre era un hombre muy riguroso que ante el hecho de no haber tenido hijos varones, no permitía muchas libertades a sus dos hijas, ya que esperaba que consiguieran buenos maridos para que en el futuro administraran su herencia.
La hermana mayor de mi abuela se casó con un buen hombre que era del agrado de su padre y ante los ojos de todos eran muy felices. Mi abuela por el contrario no lograba hallar alguien que le agradara hasta que conoció a mi abuelo. Un joven estudiante universitario y liberal que estaba de vacaciones en el pueblo.
Ocurrió lo que no debía ocurrir, se enamoró, se entregó a él y el chico desapareció al finalizar el verano. Poco después ella descubrió que estaba embarazada y huyó de casa para buscar al padre de su bebé. Lo hizo por meses hasta cuando sus ahorros se agotaron y estaba a punto de enfermar a causa del cansancio y de la mala alimentación.
Se vio obligada a regresar al pueblo donde fue recibida en su casa y tuvo que vivir el resto de su vida en medio de humillaciones de sus padres que se avergonzaban de ella. Solo su hermana le brindaba el apoyo y el afecto necesario.
Su padre decía que por lo menos esperaba que el hijo que iba a tener fuera un niño para que cuando envejeciera tuviera alguien que se hiciera cargo de ella. Pero al dar a luz era una bebé, mi madre, lo que no hizo que las cosas mejoraran.
Mi abuela decidió vivir su vida casi aislada, sólo participaba de las actividades de la iglesia a la que asistía, donde los líderes la forzaban a hacer de todo pues con ello purgaba en parte el pecado de ser una madre soltera.
Así educó a mi madre, Laureen Fulton, con “principios” fuertes, creencias religiosas arraigadas, alejada de las fiestas y de los chicos, creyendo que así evitaba que ella cometiera sus mismos errores.
Mi madre, una joven hermosa que por más recatada que fuera no podía evitar llamar la atención, viajó a Detroit para estudiar su carrera de Comunicación Social y lo hizo en compañía de mi abuela, quien ya lejos de su casa le permitía unas cuantas libertades a su hija.
Fue así como conoció a mi padre, Steve Austeen, quien se enamoró perdidamente de ella. Se casaron al terminar sus estudios y a los dos años me tuvieron a mi.
Mi padre era el heredero de la compañía Austeen & Varais, junto a Andrew Varais, asumieron la dirección de la empresa y juntos trabajaron duro para lograr llevar a una compañía nacida en los años 50, a un futuro prometedor en el siglo XXI.
Mi abuela siempre vivió con nosotros y era quien cuidaba de mí cuando mis padres debían viajar, algo que era frecuente debido a que mi padre era uno de los presidentes de Austeen & Varais y mi madre su relacionista pública.
Fue en uno de esos viajes donde perdieron la vida…
Desde entonces mi abuela se ha encargado de mi cuidado, me ha educado de la misma manera que lo hizo con mi madre, con mucho control y prohibiciones, asistencia infaltable a la iglesia los domingos, cuidando que mi manera de vestir sea bastante recatada y prohibiendo usar maquillaje.
Ustedes se preguntarán ¿porqué lo permito si ya soy adulta? La respuesta es sencilla, me acostumbré a este estilo de vida, me acostumbré a satisfacer a mi abuela, porque independientemente de si es como es, ella me ama incondicionalmente y lo que no te mata te hace más fuerte.
Así que aprendí a amarme tal como soy, sin tener que exponer mi belleza física con ropa extravagante para ser apreciada, aprendí a que no me importe como me miran los demás, aprendí que la apariencia no es todo en la vida.
Reconozco que a los ojos de los demás puede que no sea una belleza, pero esto se debe a que no deseo llamar la atención de nadie por mi físico, más cuando me miro al espejo desnuda y libre de la ropa poco atractiva que suelo llevar, veo una mujer hermosa, libre de prejuicios, aunque en ocasiones no puedo evitar que las opiniones y rechazos de los demás me hagan sentir algo cohibida.
Recuerdo el día de la fiesta de nuestra graduación, Susie me convenció de comprar un vestido hermoso y lo hice. Esa noche mi abuela me hizo vestir de manera recatada con un vestido muy feo, pero ella lo había escogido con tanto amor que no pude negarme.
Cuando Timmy fue a recogerme casi no pudo aguantar la risa, pero lo hizo por respeto a ella. Luego de irnos fuimos a casa de Susie y me puse el vestido que habíamos comprado, me maquillé y arregle un poco mi cabello rizado.
Me veía hermosa, tanto que Timmy y Mickey quedaron impresionados y Susie decía que era mejor que me mantuviera oculta detrás de mis trapos para que los novios de nuestras amigas no me vieran o tendría muchos problemas, pero aunque me veía bella no lograba encontrarme cómoda.
Después de esa noche no necesité vestirme de esa manera otra vez. Sé que soy hermosa y el que me quiera ver a través de la manera como me visto pues será bienvenido a mi vida.
Maggie
Hoy es el último sábado del mes y es una tradición que las familias Varais y Austeen nos reunamos a cenar. Se habla de los negocios, de la familia, se intenta afianzar los lazos de amistad que nuestros padres formaron.
Desde hace dos horas salí de la compañía para descansar un poco antes de ir con mi abuela a casa de Mickey, pues es donde en esta ocasión se llevará a cabo la reunión. Siempre se alterna el lugar y el mes pasado fue en nuestra casa.
Tomo una ducha y busco en el armario algo que ponerme. Opto por una falda larga hasta mis tobillos, plisada color verde esmeralda, una blusa beige de mangas tres cuartas con un pequeño lazo en el frente y unos botines negros de tacón.
Solo me pongo algo de polvo y un brillo en los labios. Intento alisar un poco mi cabello rizado y me pongo mis lentes, que aunque no los necesito por ser casi de noche, los uso por costumbre. Sonrío ante la imagen en el espejo, porque realmente quiero verme bien, ya que la señora Varais, Bertha, siempre vive dándome consejos de como puedo mejorar mi imagen, algo que a veces puede resultar molesto.
Al llegar a la mansión Varais somos recibidas amablemente por Jerome, el mayordomo de toda la vida de la familia y conducimos al salón donde ya se encuentran los señores anfitriones..
-Ana, que placer verla de nuevo, siempre tan elegante- le dice Bertha a mi abuela.
-Muchas gracias Bertha- le responde mi abuela con un abrazo, mismo que ella le devuelve afectuosamente.
-Maggie, pero que hermosa te ves… veo que estás poniendo en práctica mis consejos- dice abrazándome y haciéndome sonreír.
-Gracias Bertha- le respondo, -entre tu y Susie piensan agotar mi paciencia al respecto- agrego riendo.
-Si claro, Susie…- dice con desdén.
Y es que los padres de Mickey nunca han estado de acuerdo con esa relación, por razones que me parecen absurdas, pero ese es otro tema.
-¿Mickey ya llegó?- pregunto.
-No, aún no lo hace, debía llevar a su novia a casa de sus padres para que no se sintiera sola, creo que a veces esa chica puede ser muy manipuladora- responde Bertha rodando los ojos.
La conversación es interrumpida por la voz de Mickey que llega y saluda a todos con besos y abrazos.
-Maggie…- me saluda con un beso en la mejilla, -¿dispuesta a aburrirte?- me dice susurrando al oído.
-Como siempre- le respondo sonriendo.
La reunión transcurre entre conversaciones, chistes, anécdotas, al igual que la cena. Al terminar pasamos al salón para comer el postre y tomar un café, como siempre lo hacemos.
El señor Andrew Varais murmura algo en voz baja al oído de su esposa antes de hablar.
-Quiero decirles que esta reunión tiene un motivo adicional. Mi esposa, Anna y yo hemos estado conversando acerca del futuro de la compañía y de nuestras familias, hemos decidido que ya es hora de que ustedes asuman la posición que les corresponde.- dice el hombre.
Eso es algo que habíamos esperado, así que no nos sorprende escucharlo.
-Sabemos que ustedes prefieren trabajar de la manera como lo hacen y que ponerse al frente de la empresa puede parecerles aburrido, pero no pueden pretender que sea algún extraño el que dirija y administre el capital de nuestras familias.
>>Así que aceptaremos la propuesta que nos hicieron de compartir la presidencia y repartir el tiempo entre la dirección y el desarrollo creativo. Se turnarán y cuando uno esté en los talleres de diseño\, el otro deberá estar en la presidencia\, ustedes se llevan muy bien y sabemos que no habrá problema con ello- dice el señor Varais.
Mickey y yo nos miramos sonriendo, porque esto es algo por lo que hemos discutido con ellos muchas veces.
-Pero tenemos una condición para poder presentar la propuesta a la junta- dice Bertha.
Ya sabía yo que nada de esto sería gratuito…
-¿Y cual es? - pregunto intrigada.
-Que se casen…- dice el señor Varais.
-¿Qué?!!!- pregunto extrañada, -pero yo ni tengo novio- digo.
Mickey por el contrario está feliz, sabe que es el momento que ha estado esperando siempre, para por fin poder casarse con Susie.
-¿Es en serio papá? No lo puedo creer, no pensé que este momento llegaría tan pronto- dice emocionado.
El señor Varais baja la mirada mientras mueve su cabeza de un lado a otro, Bertha lo mira con algo de preocupación y mi abuela me mira con total seriedad.
Bertha ríe un poco antes de decir
-No chicos, no nos han entendido, queremos que ustedes dos se casen, que tu, Mickey te cases con Maggie
-¿Queeeeee???!!!- gritamos los dos al tiempo.
-¿Pero es que se volvieron locos o qué?- pregunto poniéndome de pie, -Yo no puedo casarme con él, es como casarse con mi hermano, además él no me gusta- digo casi a gritos.
-¿En qué cabeza puede caber esa locura?- dice Mickey, -Maggie es mi mejor amiga, ella… ella… es Maggie…¿Cómo pueden pensar que podemos casarnos? Además se les olvida algo importante, tengo novia y la amo, Susie ¿la recuerdan?- dice caminando de un lado a otro.
Nuestra familia solo permanece en silencio mirándonos caminar de un lado a otro, observando nuestras reacciones y escuchando todo lo que decimos.
Pasan unos minutos y al ver que ellos no dicen nada quedamos en silencio.
-¿Ya terminaron de desahogarse?- pregunta el señor Varais.
-No!!!- decimos los dos al tiempo.
-Es… es… que es absurdo- digo, -¿abuela? Dime que tu no estás de acuerdo con esta locura…- digo observándola.
-Estoy de acuerdo Margareth, porque aunque se que te he educado de la mejor manera, temo que a tu edad ya te sea difícil conseguir un esposo, ni siquiera has tenido novio, así que, quién mejor para que sea tu marido que alguien que te conoce de toda la vida y que te acepta como eres…- pretende seguir hablando pero la interrumpo.
La miro con los ojos muy abiertos y tratando de ignorar lo que ha mencionado acerca de mi incapacidad para conseguir un marido.
-Pero soy muy joven aún, abuela, solo tengo 23 y no me quiero casar con alguien a quien no amo, además Michael no es mi tipo, no es ni siquiera parecido a la persona con la que me imagino casada y formando una familia…- digo pero soy interrumpida por él.
-No… pues gracias por lo que me toca Maggie- dice
-No… no me mal entiendas Mickey, tú eres un chico lindo, tienes una gran personalidad, pero no me atraes, además, sin importar lo que ustedes piensen, Susie es mi mejor amiga, no puedo hacerlo…- digo moviendo mi cabeza de un lado a otro.
-Pues no tienen opción, o aceptan o no solo no podrán asumir la dirección de la compañía, sino que no podrán seguir trabajando en ella, tampoco Timmy…- dice Andrew.
-Pero eso es injusto papá!!!- responde Mickey, -Margareth y yo nos hemos ganado a pulso la posición ahí, nuestro trabajo es impecable, y le ha representado ganancias a la compañía, además ¿Qué tiene que ver Timmy con esto?- pregunta muy enojado.
-No pensamos echarnos atrás con la decisión así que…- pretenden seguir hablando pero los interrumpo.
-No tienen derecho a jugar con nuestro futuro, con nuestra felicidad- les digo.
-Precisamente porque su felicidad y su futuro no es un juego, al igual que el de la empresa, es que tomamos esta decisión, además Michael, es hora de que abras los ojos y te des cuenta de que tu querida Susie no ha hecho más que aprovecharse de tus sentimientos y los de Maggie, para obtener los beneficios que su padre corrupto ya no puede brindarle- dice el hombre.
-No te atrevas a hablar mal de Susie… eso es algo que no te voy a permitir…- responde Mickey muy enojado.
-Conozco a Susie desde que éramos pequeñas, no es justo que ustedes la juzguen solo porque su padre cometió un error. ¿Saben que? no quiero continuar con esta conversación absurda- digo poniéndome de pie.
-Siéntate Margareth!!!- dice mi abuela.
-Lo siento abuela, siempre te he obedecido y respetado, pero esto es una completa locura- le respondo caminando hacia la salida.
-Voy contigo Maggie, no puedo creer que actúen de esta manera en pleno siglo XXI- dice Michael caminando tras de mí.
Salimos juntos de la casa y subimos al auto de Michael. Por un largo rato conducimos por la ciudad y ambos permanecemos en silencio. Nos dirigimos hacia las afueras de la ciudad hasta llegar al descampado de Havilley.
Michael estaciona el auto y nos quedamos en silencio observando la vista de la ciudad.
-¿Que vamos a hacer Mickey?- le pregunto después de permanecer callados no se cuanto tiempo.
-No se Maggie… Esta vez me dejaron sin palabras…- responde él.
-Tal vez debamos actuar como si nada de esto hubiera pasado, tal vez se les pase la locura y nos dejen en paz…- le digo.
-Sabes que no van a hacerlo- dice girando su rostro para verme, -cuando a mis padres se les mete algo en la cabeza no hay poder que evite que lo lleven a cabo, pero me sorprende más la actitud de tu abuela…- dice.
-Si… no puedo creer que piense que ya soy una vieja solterona, creo que hasta me dijo que por fea no tenía novio- digo ofendida haciéndolo sonreír de manera triste.
-No eres fea Maggie… creo que de eso ya habíamos hablado antes- responde.
Permanecemos en silencio un poco más.
-Creo que será mejor si lo manejamos entre los cuatro ¿no crees?, después de todo Susie y Timmy también se verán afectados a causa de esta locura, podríamos encontrar una solución, ya sabes dos cabezas piensan mejor que una, y si son cuatro pues mucho mejor, al fin y al cabo ellos también están involucrados- le planteo.
-Tienes razón, aunque no se como vaya a reaccionar Susie, ella sabe que mis padres no la quieren, pero no creo que pueda imaginarse algo como esto- lo escucho decir.
-Bueno, salgamos de las dudas de una vez- le digo tomando mi teléfono para llamar a Timmy.
Cuando me responde le digo que tenemos una reunión de urgencia y que nos encontraremos en el lugar de siempre, eso es el restaurante Harbor House.
-Listo, ahora debes llamar a Susie- le digo.
-Dios, ella va a asesinarme…- le digo.
-No… ella te ama… va a entenderte- le digo sonriendo.
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