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La Princesa No Será Un Cordero

Capitulo 1: "La Historia del Reino de Hèmera "

Al inicio de todo, él mundo se encontraba en un total caos, un lugar donde no se distinguía el bien del mal. Diversas razas vivían sobre la tierra, todas luchaban día a día por su propia supervivencia, entré estás razas estaba la de los humanos, los conocidos como monstruos o demonios, animales sumisos y bestiales y tantos otros, no existía ningún orden particular que rigiera a estos seres tan solo los instintos más antiguos de cada uno que los impulsaba a sobrevivir.

El mundo era observado por los cuatro dioses supremos, pero nadie intervenía en él, hasta que un día un dios en particular sintió mucha curiosidad por este mundo y decidió apoderarse de él, según dicen el dios de la oscuridad la representación de lo que hoy este mismo mundo gobernado por los hombres conoce cómo la maldad, la crueldad, el dios Darcel.

Darcel bajo a la tierra y observó las criaturas que más le gustaban, las bestias, decidió darles de su poder y hacer que estás gobernaran a los demás. Es entonces cuando las bestias elegidas por Darcel comienzan a dominar a las demás razas, causando desesperación, dolor, caos todo lo que a Darcel le gustaba. 

Pero los tres dioses que también observan la tierra se percataron de las acciones de Darcel, Azahara la diosa de la luz, la némesis de Darcel no soporto todo lo que estaba observando, y viendo el sufrimiento que estaban pasando aquellos seres decidió apiadarse de ellos y convocó a los otros dos dioses Aalim el dios de el conocimiento y sabiduría y el dios de la abundancia Duban, juntos bajaron a la tierra y enfrentaron al despiadado Darcel, lucharon por días hasta que lograron fragmentar a Darcel quien se disperso por todo el universo en pequeñas partes convirtiéndose en un mal menor por el momento.

Azahara después de la batalla colmó al mundo con sus bendiciones para consolar aunque sea un poco a aquellas criaturas después de tanto sufrimiento, viendo el caos que era ese mundo pensó que sería un lugar mejor si se parecía a lo que ellos conocían como el orden, entonces propuso a los otros dos dioses darles sentido de existencia a esas criaturas  crear un mundo donde el orden existiera, todos aceptaron pero decidieron darle solo a una raza el poder de gobernar para evitar que el caos vuelva a existir, de entre todos eligieron a la raza del hombre ya que era la más parecida en aspecto a ellos.

Aalim le dio el don del conocimiento, sabiduría y razonamiento aunque en cierta medida de está forma la raza humana se agrupó y formo una sociedad, Duban los bendijo con la abundancia de los alimentos, tierras fértiles y diversidad de especies tanto animales cómo de vegetales para que pudieran alimentarse.

Finalmente Azahara los bendijo, con la luz que hace que todo sea posible, con el amor, la esperanza y la fe. Azahara tomo la mano de uno de los hombres que allí estaban reunidos ante la presencia de los tres dioses y le dio un beso en la frente haciendo que tanto sus ojos cómo su cabello cambiarán a un color dorado casi iguales a los suyos. Luego procedió a dar su discurso

-De entre todos los hombres he elegido a éste para que sea cómo mi hijo, el sera su líder de el vendrán, los futuros líderes, lo querrán, respetarán y obedeceran cómo si de nosotros los tres dioses fundadores se tratará.

Transmitían la historia del inicio de la humanidad de generación en generación y no olvidarán quien fué el responsable de tanto sufrimiento, se comprometerán a luchar contra los males que Darcel esparció por el mundo y los que caigan en sus tentaciones serán castigados.

Los humanos ya con conciencia veneraron a los tres dioses y maldigeron la malicia de Darcel.

Luego de ésto los tres dioses ascendieron a sus templos lejos del mundo humano.

La raza humana que había obtenido las bendiciones de los dioses se organizó en una sociedad liderada por el elegido de la diosa Azahara llamado Novak quien fue el primer emperador y fundador de el reino de Hèmera, quien le dió esté nombré en honor a la diosa Azahara, pero por más que fuera elegido por la misma diosa no era una tarea fácil la que se le había encomendado así que Novak confío en otros cuatro hombres para llevar a cabo la creación y organización del reciente nuevo reino de Hèmera. Quienes en la actualidad son conocidos como las cuatro  familias de los duques del imperio.

Ese día también se estableció un escrito denominado "la ley de reyes" que determinaba cómo debía ser la sucesión de los reyes de Hèmera todo para asegurar mantener el orden y las promesas que le hicieron a los dioses, esté escrito fue sellado con la sangré de las cuatro familias y el receinte rey bajó la premisa de que si alguna de las leyes era incumplida serían castigados por los dioses, quienes tambien juramentaron éstos hechos.

Asi dice que fue el surgimiento del reino de Hèmera, o al menos, eso es lo que nos dice la historia de éste.

En la historia de Hèmera se dice que los demás reinos que ahora están esparcidos por el mundo derivaron de Hèmera. Algo que puede ser sierto ya que en todas partes se veneran a los mismos dioses, y a diferencia de Hèmera sus reyes fueron determinados por la fuerza bruta, no por la gracia de la diosa Azahara , lo que hace una diferencia en quien fue el primer reino.

Capitulo 2: "El nacimiento de un heredero y de un conflicto"

532 años han pasado desde la fundación del reino de Hèmera, 532 años durante los que siempre gobernó un hombre, 532 años de hegemonía masculina, por lo que el actual rey Marco Hèmera sé encontraba muy convencido de cuál sería el sexo de su futuro heredero, un niño que se esperaba en todo el extenso reino de Hèmera, y que era noticia en otros reinos debido a la importancia de Hèmera.

Finalmente, el día que la reina Alicia traería al mundo a tan esperado príncipe llegó.

Habían pasado dos días desde que la reina entro en trabajo de parto, los gritos de la misma resonaban por el palacio de la reina, ya transcurrido esté tiempo tanto los sirvientes cómo médicos que la atendían comenzaron a sentir nervios, no era normal que llevará tanto tiempo, temían por la vida de la reina y el niño aún no nacido.

El rey comenzó a entrar en un estado de desesperación al no recibir noticias del nacimiento de su hijo, ya había transcurrido mucho tiempo desde que le dijeron que la reina entro en trabajo de parto. Inquieto en su palacio sin poder concentrarse en los asuntos del estado decidió ir al palacio de la reina para ver cómo iba todo.

En cuanto se acercaba a la habitación de la reina pudo oír el llanto de un recién nacido, apresurado por ver a su hijo entro a toda prisa a los aposentos de su reina.

En medio de su alegría no se dio cuenta del abrumador silencio que se apoderó del lugar, pero cuando vio a su hijo entendido el porqué.

El rey se acercó a la cama donde la reina rodeada por sirvientas y parteras era atendida y entre sus brazos un pequeño bulto destacaba.

Atónito se quedó cuándo vio la espesa cabellera negra que resaltaba entre las ropas blancas que lo envolvían, aún mayor fue su sorpresa cuando hablo la partera que atendió el parto.

- Es una niña majestad, felicidades.

El rey con la boca abierta miró a la partera, quién realizó una reverencia y cómo presintiendo lo que pasaría se retiró de la vista del mismo.

- Marco:U.. un..a niña.

Fueron las palabras que salieron entrecortadas de su boca, luego dirigió su mirada bruscamente hacia la niña y explotó.

- Marco: ¡Que significa esto, que es ese color de cabello esa niña no puede ser mi hija.!

¡Reina demandó una explicación!

Alicia la reina, lo miro con profunda tristeza mientras con cuidado mostraba la niña al rey.

- Alicia: Me duele majestad que usted piense eso de mi y que diga eso de su hija.

Dijo mientras los grandes ojos dorados únicos de los que tienen sangre real se abrían ante el rey.

La niña recién nacida no emitía ningún sonido más que el de su suave respiración y veía curiosamente al hombre frente a ella.

Mudo se quedó el rey al ver esto, indudablemente esa niña era su hija, no había forma de negarlo, y sus ojos dorados eran la prueba.

De todas formas nada bueno salió de la boca del rey, había sido invadido por la rabia y confusión.

- Marco: de todas formas que significa esto, está niña solo puede significar una cosa, es una maldición, nada bueno puede salir de alguien que tiene oscuridad cómo parte de su cuerpo.

Dijo refiriéndose al cabello negro de la pequeña princesa recién nacida.

Una lágrima corrió por el rostro de la reina, pero no era por el dolor que sentía por recién haber parido, sino por las palabras de su esposo hacia su hija que cortaba en lo más profundo de su ser.

- Alicia: De que habla majestad, es su hija como puede decir esas cosas, eso que dice son solo prejuicios!

Dijo entre lágrima Alicia. Alicia miró a su hija recién nacida y entre lágrimas continúo.

Alicia: como pude decir tal cosa, usted no la ve.. ¡como está pequeña niña podría ser tal cosa! Una maldición tontería.

Gritó, mirando furiosa al rey. El rey miraba desconcertado a Alicia, no entendía como es que no estaba maldiciendo a la niña si ella era algo visto como repugnante.

- Marco: No discutiré ahora con Tigo reina!

Dijo el rey y salió disparado a su palacio dejando a Alicia entre lágrimas después de escuchar lo que pensaba de su hija.

Cuando las sirvientas terminaron de atender a la bebé y a Alicia, está ordeno a todos los sirvientes que se retiran, estos duraron un poco pero no discutirían la palabra de su reina.

Alicia miraba encantada el pequeño bulto, tal vez el amor de madre era lo que le impedía ver de la forma en que el rey vio a su bebé.

Una piel blanca y suave como la nieve, con mejillas regordetas sonrojadas, y esos ojos tan grandes y de un dorado tan puro, tan hermoso como ninguno, es así como Alicia veía a su hija.

- Alicia: No importa lo que digan pequeña mía, tú eres lo más precioso de este mundo y tú madre te defenderá de cualquier cosa... Él no te dio un nombre...

Murmuró Alicia, en Hèmera era tradición que apenas nacieran los herederos fueran nombrados por el rey, pero esto no ocurrió con la princesa recién nacida.

- Alicia: No importa tu madre se esforzará y buscará el nombre más magnífico para ti, mi pequeña.

Susurró Alicia mientras arrullaba a la bebé.

Mientras tanto el rey que había salido furioso hacia su palacio, entro a su oficina cerrando violentamente las puertas y al grito dé.

- Marco: nadie me siga.

Dirigido a él séquito de sirvientes y guardias que usualmente lo seguían.

Cuando estuvo solo en su oficina, se sirvió el licor más fuerte que encontró mientras sus pensamientos no lo dejaban en paz.

- Marco: [¿Qué significa esto? ¿Una niña? ¿Ese color que demonios significa? Será un castigo, será una maldición, lo que sea esto no puede ser nada bueno, durante toda la historia de Hèmera nunca ocurrió algo como esto]

Mientras pensaba en esto una idea le vino a la cabeza y llamó a su asistente que estaba fuera de su oficina.

- Marco: Alden! ¡Entra ahora!

Un hombre de mediana edad alto, delgado de pelo castaño y lentes muy grandes, abrió cuidadosamente las puertas y se presentó.

- Alden : Saludos a él Sol del imperio, que la luz de Azahara lo ilumine siempre para que usted sea nuestra guía!

- Marco:Alden necesito que te contactes con el templo de inmediato.

- Alden: Majestad, de hecho un sacerdote bajo la orden directa del Supremo sacerdote ha llegado con un mensaje para usted.

El Rey no tardó en hacer pasar a dicho hombre hacía su oficina.

Los templos de Azahara y los demás dioses eran parte fundamental del reino de Hèmera, así que por ende los sacerdotes tenían mucho poder dentro del reino. Un sacerdote bajó el orden directo del supremo sacerdote era alguien con mucho poder, que era enviado solo para situaciones de suprema importancia, por lo que el rey se encontraba muy ansioso por el contenido del mensaje que traía dicho sacerdote.

El sacerdote vestido con sus características túnicas blancas y austeras entró a la oficina del rey ofreciendo el característico saludo.

- Sacerdote: Saludos al sol del imperio, que la luz de Azahara lo ilumine siempre para que usted sea nuestra guía.

- Marco: Bien sacerdote, a que debo su grata visita.

El sacerdote procedió a sentarse en la lujosa silla de bordes dorados de oro, y forrada por terciopelo rojo.

- Sacerdote: Majestad cómo sabe, nosotros los sacerdotes de primer grado solo actuamos por órdenes del Supremo sacerdote, hoy él me ha enviado con un importante mensaje para usted.

Dijo el hombre mientras que de entre sus túnicas sacaba una carta con el sello del templo de Azahara.

El rey trató de tomar tranquilamente la carta, evitando mostrar su evidente nerviosismo. Que podría ser aquello, solo esperaba que no fuera nada que empeorará lo que ya estaba ocurriendo. El contenido de la carta fue en tanto una gran noticia como también un gran desastre.

- Marco: [ Saludos majestad, en estos momentos supongo que debe estar agobiado por la felicidad de recibir a su heredero] . El rey frunció el seño al leer estás líneas, pero continúo.

- Marco: [Desde el templo de la suprema diosa Azahara queremos extenderles nuestras felicitaciones, pareciera que el cielo se ha alegrado por el nacimiento del nuevo miembro de la familia real, y un oráculo ha llegado. Dice qué - el cielo y la tierra son dos, pero el poder de la elegida  acercará  más a ambos, búscala ella tiene el poder de los dioses -

Lo hemos interpretado y se refiere a que una santa de Azahara ha sido elegida, esto es motivo de celebración para todo el reino y queremos solicitar la ayuda de su majestad para encontrarla.

Pero algo terrible sucedió luego de recibir tal mensaje, el oráculo se rompió en miles de fragmentos, desconocemos porque, usted sabe que consecuencias podría tener estos hechos si son revelados así que está en su criterio que hacer majestad, saludos y bendiciones- Sumo sacerdote Pavis.]

Esta carta dejó un sabor agridulce, ya que la llegada de una santa era algo que ocurrió tan pocas veces que se podría contar con los dedos de una mano, pero lo segundo al igual que el nacimiento de su hija era algo que nunca había ocurrido, un oráculo roto, significaba que no recibirían ningún mensaje de los dioses a menos que estos se presenten en la tierra, cosa que desde que el mundo fue puesto en orden no volvió a suceder.

Esto podría interpretarse cómo que los dioses los abandonaron pero enviarles una santa antes, tal cosa no tendría sentido, así que con respeto a ese temas el rey no podía hacer más de lo que los sacerdotes podían hacer, por su parte la información de lo ocurrido con el oráculo no sería revelado al pueblo, pero si se anunciaría lo de la Santa, tal vez esto serviría para apaciguar la intriga que generaría el nacimiento de la princesa, y desvíe la atención mientras él pensaba que hacer.

Es así que el nacimiento del heredero en éste caso heredera trajo nuevos conflictos al reino.

Capitulo 3: "La camara de Lores"

La noticia del nacimiento de la princesa y tales características que la acompañaban se expandieron muy rápido por todo el Reino, no era algo que el rey pudiera ocultar a su voluntad. 

Los rumores cada vez fueron más grandes, el perjuicio también, pero todos estos rumores y perjuicios circulaban por la alta sociedad, es decir por la sociedad formada por los nobles.

El fuerte rumor que se expandía era que la familia real había traído al mundo, a una niña maldita, que era deforme, horrible como un monstruo y que ya era malvada, porque hizo sufrir horrores a la reina durante su nacimiento.

Todas estas cosas se comentaban en las reuniones de las refinadas damas de la nobleza, que cubriendo sus bocas con sus espesos abanicos compadecían a la reina por tal desgracia, mientras ansiosas esperaban que a sus esposos les llegará la convocatoria para asistir a la cámara de Lores para así enterarse más de lo que en realidad pasó en el palacio imperial. Teniendo excusas para realizar sus fiestas de té y seguir comentando sobre esa situación de sumo interés para todos.

Finalmente, el día que fue acordado para que diferentes nobles, que formaban parte de la Cámara de Lores se reunirán había llegado, había pasado apenas una semana del nacimiento de la princesa, en los que el rey nunca volvió a ver a su hija ni preguntar por ella.

Lo único que estuvo pensando todo ese tiempo fue como desestimarla cómo heredera.

La Cámara de Lores era el nombre que recibía el lugar físico donde se reunirán los nobles más influyentes de todo el reino, sin importar el grado de su título, ahí se discutían, leyes presupuestas, acciones a realizarse en todo lo que conlleva el reino, pero nunca se convocó a una sesión de los Lores para hablar de la sucesión de un príncipe, ya que había claras leyes sobre esto, pero la carta de convocatoria enviada por el rey no especificaba sobre que se debatiría ese día.

Lo cierto es que la asistencia de los nobles fue casi del cien por ciento.

Donde se llevan a cabo las sesiones de la Cámara de Lores era un edificio ubicado en la sección administrativa del palacio real, entre la biblioteca y la secretaria, era uno de los muchos edificios que formaban parte del llamado palacio real en su conjunto.

Por fuera era blanco como los demás edificios, pero por dentro estaba lujosamente decorado, un pasillo central con una alfombra roja de terciopelo, a ambos lados se disponían estados blancos con decoraciones doradas y las características hojas de laureles, que rodeaban los grandes pilares blancos, más cercano al lujoso trono central se disponían los cuatro estrados individuales de los Duques del reino.

Había mucho alboroto desde tempranas horas de la mañana, personas entrando y saliendo a toda prisa del palacio preparando todo para la sesión de los Lores.

Desde fuera de la cámara de Lores se podía escuchar el alboroto de los nobles que ya se estaban reuniendo ahí.

Desmedidamente, soltaban sus lenguas haciendo comentarios sobre la princesa recién nacida, entre los que se podían escuchar.

- dicen que es tan fea que por eso su majestad no la quiere

- escuché de una fuente confiable que la princesa es deforme

- es obvio que está maldita, en la historia de nuestro reino nunca antes nadie nació así.

El duque Fontine que había llegado tan solo unos minutos antes de la hora pactada para el encuentro, estaba parado solemnemente frente a la gran puerta escuchando dichos comentarios, cuando nerviosamente, uno de los guardias lo saco de sus pensamientos preguntándole, si debía anunciar su llegada, a lo que el Duque asintió.

Entonces en medio del revuelo de la sala, la gran puerta blanca fue abierta de par en par junto al anuncio del guardia.

- ¡El Duque del sur Louis Fontine está entrando!

Las vigorosas voces, y las lenguas bífidas fueron decayendo cómo un eco que se apaga, el Duque siguió con paso firme por la lujosa alfombra roja hacia su correspondiente estrado, podía sentir la mirada de todos clavada en su espalda, no le dio importancia, ya que pronto todos tendrían que tragarse sus palabras.

Al llegar a su estrado hizo un breve saludo a sus pares, a su lado se encontraba el estrado de un hombre de mediana edad, alto y delgado caracterizado por sus lentes, y su claro pelo verde y ojos en el mismo tono, el Duque del Este Cristoph Vertian, quien le devolvió el saludo.

Al frente se encontraban los otros dos estrados, donde se encontró con la mirada de un hombre de aproximadamente su misma edad, un pelo de color marrón que iba perdiendo su color y volviéndose gris, así cómo los repugnantes ojos color violeta.

- Duque Fontine: [desagradable]

Pensó el Duque Fontine. El hombre lo miraba con una falsa sonrisa dibujada en su rostro, era el Duque del oeste Fernand Leopold. La mirada del Duque Fontine continúo hasta encontrarse con el estrado frente al suyo, el estrado del Duque del norte Francis Kratus quien no se encontraba presente, naturalmente el Duque Fontine había previsto está situación ya que el norte es la parte más ocupada en esa época del año, finales de otoño.

Sumido en sus pensamientos el Duque Fontine se vio vuelto a la realidad cuándo escucho el anuncio.

- Su majestad Marco Hèmera sol del Reino de Hèmera está entrando. 

Al unísono todos en la sala agacharon sus cabezas hasta que esté se sentó en el trono. El rey dio la orden que levantarán sus cabezas.

Mientras el Duque Fontine sondeó cuidadosamente la cara del monarca, un hombre alto de físico fornido, facciones marcadas, cabello rubio largo y ojos dorados característico de los que posee sangre real, alguien considerado muy atractivo según la mayoría, ese hombre que ostentaba el título de rey era su yerno.

El Duque Fontine frunció el ceño al recordar porque se encontraba en la sesión en ese momento.

El Rey pareció notar su disgusto y abrió la boca cortando el largo silenció que se había apoderado de la sala.

- Marco: Bien creo que todos tienen una idea de porque los he convocado tan apresuradamente.

Apenas terminó de hablar, el risueño Duque Leopold replicó.

- Duque Leopold: oh! ¿Si, majestad no es acaso por el nacimiento de una princesa?

Los nobles murmuraron por lo bajo esperando la respuesta del rey.

- Marco: Silencio.

Ordeno el Rey.

- Marco: Es así ha nacido una princesa como primer hijo por primera vez.

El rey no ocultaba su desazón por esto, lo que hizo que el Duque Fontine lo mirara con desprecio. Pero el Rey siguió.

- Marco: Como saben nuestro reino siempre a sido gobernado por hombres, y yo creo que así debe seguir siendo, no creo que esté Reino pueda ser gobernado por una mujer, así que propongo declarar cómo invalida la legitimidad de la princesa como heredera.

En tanto el Rey termino de hablar los nobles dieron riendas sueltas a sus lenguas, reavivando los comentarios sobre la princesa, llenando de ruido cada rincón de la sala.

Duque Fontine: [Que estúpidos]

Fue lo que pensó el Duque Fontine. El Duque Leopold parecía regocijarse con todo el escándalo.

El Duque Leopold no intentaba ocultar su odió hacia la familia Fontine, derivado de los hechos que ocurrieron hace un tiempo y en los cuales la hija de la casa Fontine se convirtió en reina, por encima de la hija de la casa Leopold.

El Duque Fontine nunca prestó atención a esto, ya que el que decidió que su hija sea la elegida para ser la reina fue el mismo Rey.

En medio del alboroto y antes que el Rey dijera otra estupidez el Duque Fontine tomo la palabra.

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