La tarde era calurosa provocando que las personas no desearan salir de sus casas.
Dentro del taller que a lo largo del tiempo a cumplido con la función de ser el centro de reunión de un grupo de amigos se encontraban dos jóvenes amigas compartiendo gustos por medio de revistas.
El ambiente podría describirse como agradable y pacífico. Suaves risisitas femeninas como música de fondo, el olor de galletas recién horneadas mezclado con las suaves fragancias de perfume que provenían del dúo y una tierna imagen de dos bellas chicas sonriendo y conviviendo en armonía.
En resumen el día estaba pasando de manera muy tranquila y gratificante. Oh al menos así lo era desde la perspectiva del par de amigas.
Todo iba bien. Todo estaba transcurriendo de manera alegre para la castaña pero de pronto algo salió mal, algo completamente amargo hizo su aparición y arruino de manera veloz su buen humor.
Sonriendo de oreja a oreja y con un leve sonrojo adornando sus suaves pómulos, la chica frente a ella levantaba con entusiasmo una revista mostrándole la portada de esta en la cual se encontraba la razón de su alteración.
—Este-inicio-es mi favorito. Pueden haber un montón de chicos guapos en mis revistas pero ninguno se puede comparar a mi ardiente amor.
Claro que está acción no era motivo para un enfado, pues en todo el tiempo que a estado divirtiéndose con la rubia en la sala es todo lo que han hecho. Hablar de los chicos lindos que aparecen en las revistas.
Todos estos lograron atraer la atención de las chicas, unos más que otros sacando sonrisitas cómplices de las dos y una que otra pícara por parte de Liza.
Era algo que Susan estaba disfrutando bastante aunque realmente no se sentía atraída románticamente hablando por ninguno de esos chicos. Lo disfrutaba hasta que su amiga mostró aquella revista que contenía la imagen de su supuesto "ardiente amor" que logro congelarle la sonrisa del rostro.
Con su mano derecha deslizó un mechón de cabello atrás de su oreja uniendo lo con el resto que se encontraba suelto, solo para hacer su incomodidad un poco de lado.
—¿Verdad que es guapo? Incluso te a dejado sin palabras. Anda, puedes verlo pero recuerda que yo lo ví primero, así que es mío.
Susan sostuvo con ambas manos la revista que extendía su amiga invitando la a tomarla.
Examinó con cuidado el rostro del chico que se mostraba en ella para comprobar que era quien creía y no un error. Cómo se esperaba no se trataba de ningún error. En el centro de la revista mostrándose en grande con su elegante pose enfocada de las rodillas hacia arriba que aparentaba estar recargado levemente en una pared y con su mano derecha enredándose en su melena oscura -que ya no era tan alborotada como antes-, se encontraba Cam, uno de sus amigos de infancia quien además de ser el que más la apoyaba y cuidaba de los tres varones también era el que había confesado tener sentimientos románticos hacia su persona hace algunos años atrás.
Su brillante mirada dirigida a la cámara, aquella que podría provocarte dos sensaciones contrarias en un solo momento. Por un lado te sentías morir con el apasionado tono de sus ojos que parecían contener fuego en ellos acompañados del carbón que eran sus pestañas, por el otro lado a pesar de todo lo dicho anteriormente su mirada estaba cargada con un gran aura de indiferencia. Lograba ser tan helada y distante que incluso podría hacerte temblar de los nervios.
Totalmente una combinación extraña y única.
Aquellos quienes no fueran sus amigos habían experimentado más de una vez aunque sea un poco de esta mirada glaciar. A ellos que contaban con el privilegio de ser sus amigos solo les había tocado mirar un muy poco grado de frialdad siendo sustituida por el sarcasmo o con una simple in expresión en el rostro.
Susan no se sentía bien, ya no más felicidad por el resto del día. La última vez que ella y Cam habían hablado sobre sus sentimientos acordó vigilar lo hasta aclarar sus sentimientos y este acepto esperar gustoso pero con el tiempo las cosas se volvieron más a como eran antes hasta llegar a alejarlos más que acercarlos.
La verdad cuando las cosas parecían volver a como eran antes, justo un año después del regreso de Cam a la ciudad ella creyó que él se había rendido respecto a lo que sentía y decidió dejar morir sus sentimientos. Se preguntaba si este había cambiado sus sentimientos o si posiblemente descubrió que solo estaba confundido.
No lo sabía, pero ella tampoco siguió intentando. Dejo de observarlo.
Su mascota, Nena se acercó a su compañera cuando noto el cambio emocional en esta, y Liza también fue capaz de notar su cambio de humor borrando su sonrisa del rostro preocupada por su amiga.
—Susan -la llamó suavemente
–¿Eh? ¿Qué decías?
– ¿Estás bien?
Esa simple pregunta exaltó a la castaña haciéndola preguntarse sí había mostrado una imagen extraña al momento en que se perdió viendo a Cam. Su rostro palideció de solo imaginarlo.
–jajaja claro que lo estoy - Agitaba su mano exageradamente tratando de hacer aun lado su nerviosismo - ¿Porqué no lo estaría, Liza?
– Sí, lo mismo me pregunté yo pero te veías un poco triste cuando te mostré la revista
– Nah solo son tonterías ya sabes que suelo perderme en viejos recuerdos de la nada.
– Sí te creo. a veces sueles actuar extraño en momentos aún más extraños.
Ambas amigas rieron juntas al recordar este hecho, pero Nena no estaba muy convencida. Ella sabía muy bien la historia que había entre su compañera y el chico de ojos rubí.
La joven de ojos verdes se dispuso a devolver la revista a su dueña pero está la negó de inmediato.
– Quiero que tú conserves esa para que aprendas lo que son los buenos hombres.
– Pero Liza esta tiene a tu chico favorito en ella.
– No te preocupes por eso. En mi casa tengo un montón que lo tienen a él como modelo principal.
– ¿No es eso una especie de acoso? – la miro burlona
– Es amor – regreso la mirada
Las puertas del elevador sonaron anunciando la llegada de una persona y de estás apareció, como si hubiera Sido invocado, un joven y apuesto Cam.
Liza le daba la espalda así que no presto atención a su llegada hasta que esté habló.
La elegante figura se acercó a pasos tranquilos y silenciosos hasta donde se encontraban las únicas dos personas en la sala estando acompañadas de sus fieles mascotas siendo seguido de cerca por el suyo propio, que al igual que su dueño avanzaba en silencio.
Ninguna de las dos parecía notar su llegada por lo que justo después de detenerse a tan solo unos pasos cercas de dónde estás se encontraban charlando decidió hablar para hacerse notar.
– Hola.
– ¡Cam!
– Espera ¿¡Qué!?
Ambas dirigieron sus miradas hasta el lugar de donde provenía la voz captando al fin a la tercera persona que acababa de hacer acto de presencia en el lugar.
La mujer de los ojos verdes dirigió su mirada de la persona que se encontraba parada a unos cuantos pasos de ellas a la revista que sostenía en sus manos encontrándose con el mismo rostro del chico.
Cómo un acto de reflejo dió vuelta veloz mente a la revista y la oculto alarmada debajo de uno de los pequeños y blanquecinos cojines.
Liza no cabía de la sorpresa. La persona más ardiente que había visto en su vida, el tan bello e inalcanzable fénix, su amor platónico se encontraba en el mismo lugar que ella observando las de cercas.
¿Porqué se encontraba ahí? Según con la reacción que tuvo su amiga al verlo entendió que está ya lo conocía en persona y era por esto mismo que Liza no entendía porqué no le dijo nada al momento de mencionarlo.
Una sutil mirada molesta fue dirigida a su lado derecho justo en donde se encontraba su amiga dispuesta a reclamarle por ese detalle cuando se encontró con su rostro algo pálido y actitud alarmada. Al verla así su ceño se relajo.
Estaba apresurando a los hechos. Talvez Susan no le comento nada en el momento en el que le mostró su revista y le confeso su interés por el chico porque este mismo apareció de repente y no le dió tiempo a contarle, o talvez quería darle una sorpresa y se lo presentaría después en un momento más apropiado. No puede ser, incluso podría ser que está allá tenido algunos problemas con él y justo ahora estar en malos términos.
Se sintió una mala amiga, aún no sabía el verdadero motivo y ya se estaba molestando con su amiga imaginando cosas terribles como que está no confiaba en ella o que tan solo no la veía como una verdadera amiga aún.
Antes de que cualquiera de las dos pudiera hacer o decir algo el único hombre del lugar pareció notar la tensión y esto lo hizo sentir un poco incómodo incitándolo a hablar para salir de una vez por todas de esa situación y dejarlas seguir con lo que sea que estaban haciendo.
– Lamento la interrupción.
– N-No te preocupes por eso, Cam. No nos interrumpiste en algo importante.
Se acercó a su amiga con los pocos pasos que las separaban tomándola del brazo.
– Aprovechando que estás aquí quiero presentarte a mi nueva amiga Liza. Nos acabamos de conocer hace seis meses.
– Un gusto, Liza.
– El gusto es mío, Cam.
El pelinegro asintió suavemente con la cabeza tan solo para darle más formalidad a su presentación en dirección a la rubia para después centrar toda su atención en Susan provocando un leve estremecimiento en esta, mismo de el cual él no fue capaz de percibir.
Los ojos color sangre la miraban atentamente cambiando su forma de mirar de lo simple neutral a lo cálido permitiendo le a ella una vez más notar aquellos sutiles cambios que tenía su mirar dependiendo de la persona a la que sus ojos observaban.
Su rostro enrojeció.
No pudo contener el leve sonrojo que comenzaba a mostrarse en sus mejillas cuando él la miraba de esa manera, dejándola aún más confundida de lo que ya se encontraba hace un rato atrás cuando se preguntaba que había pasado exactamente entre ellos dos.
– No quería interrumpir en su charla pero acordé entrenar hoy con Louis y Will y se decidió por encontrarnos aquí. ¿Estuvo aquí antes de que yo llegará?
– No, de hecho no lo eh visto el día de hoy y valla que llevamos un buen rato aquí
El timbre de un celular anuncio la llegada de un nuevo mensaje. Cam metió su mano en el bolsillo derecho de su pantalón negro encendiendo el aparato en su mano para leer el mensaje.
– Ah, esto es tan típico de él. Debí suponerlo desde un principio.
– ¿Es de él el mensaje?¿Sucedio algo?
– No te preocupes, no paso nada malo. Es solo Louis siendo Louis –el celular fue guardado en el mismo lugar de antes-
Decidió pasar por el parque y cambiar el punto de reunión en el último momento. Ahora tendré que ir ahí para reunirme con Marco y él.
– Sí creo que eso se está haciendo ya muy típico en él.
– En fin, creo que ya es momento de que me valla y las dejé continuar con –observo la mesa circular que se encontraba en el centro notando todas las revistas esparcidas sobre está cada una con modelos masculinos en ellas- lo que sea que estaban haciendo.
– ¿Podemos acompañarte?
Liza, que hasta hace unos momentos estuvo callada decidió hablar deteniendo la retirada de Cam.
– ...Si prefieren ser testigos de un enfrentamiento amistoso entre amigos, no veo el porque no.
– ¡Fantastico! Me encantan los enfrentamientos amistosos. De hecho soy una gran fan de ustedes y me encantaría conocer al resto de su grupo, en especial a ese otro ganador de las batallas–mintio– También de él soy su mayor fan.
– ¿Encerio? -Quiso saber la castaña– ¿Desde cuándo?
– Jajaja Es encerio, ya te lo había dicho antes tontita– a pesar de la sonrisa que le dirigió su mirada mostraba el reproche para que su amiga pudiera entenderla y seguirle el juego – ¿Bien entonces qué esperamos? ¡Vallamos de una vez a con Luke!
– Louis– Corrigió Susan
– ¡Jino! Sí eso dije
– .. Louis y bien, entonces andando chicas.
Cam avanzó en dirección a las puertas las cuales eran muy similares a las de un elevador esperando ser seguido por Rass y las dos chicas, pero antes de que Liza pudiera dar un paso fue sujetada por Susan.
– Así que mayor fan ¿eh? –Susurró tratando de no ser escuchada por Cam– ¿¡Luke!? Ni siquiera sabías el nombre de Louis.
– Entre en pánico ¿bien? Solo quería pasar un poco más de tiempo con mi amor platónico–excuso– por favor Susan, ayúdame con esto, te lo suplico.
– Ah, bien –suspira– seguiré tu juego pero no exageres de más con esto.
– Sin exageraciones, entendido.
– ¿Chicas ya vienen?
– Ah, sí ya vamos Cam. Solo ordenamos un poco el lugar.
Otra mentira. Liza tan solo tomo sus revistas siendo ayudada por Susan guardando las en su bolso para llegar en donde se encontraba Cam y encaminarse al punto de reunión con Marco y Louis.
– ¿De casualidad eres actor además de modelo de revista?
– No.
– Pues lo pareces.
– ¡Liza!
– ¿Qué? Si lo parece.
†
.Nota de autora:
†
Terminamos el capítulo dos y la verdad estoy muy nerviosa con los que vendran ya que me costó un mundo desarrollar esté creando, cambiando y volviendo a cambiar con el fin de lograr hacer una historia que sea clasificada como algo buena y no una completa basura o algo levemente bueno.
Seré honesta, esta historia la publique con el fin de mejorar en mi escritura.
El duelo amistoso entre el Dragón azul y el flameante Fénix había concluido en un empate y fue después de que Louis decidiera aceptarlo ( por supuesto luego de alegar que aún así él era mejor que Cam) que el grupo decidió "celebrarlo" con pizza. Aunque realmente todos sabían que solo era una excusa para comer pizza.
Los cinco caminaban animadamente rumbo a la pizzería, siendo seguidos por sus compañeros peludos.
Susan elogiaba a los dos competidores, Louis se presumía a si mismo subiendo su ego en el proceso, Marco hacía uno que otro comentario sarcástico con dirección a Louis, Cam solo se dedicaba a escuchar y defenderse cuando su oponente trataba de ponerlo en ridículo y Liza solo sonreía ante las ocurrencias del grupo. Oh bueno, era así hasta que está última se decidió por hablar.
– Ese enfrentamiento a sido genial. Las técnicas de Louis me sorprendieron bastante.
– ¡¿Verdad qué sí?! ¿Verdad qué soy genial, Liza?
– Sí lo eres, Louis. — sonrió a su dirección — Tú también lo hiciste estupendo, Cam.
Está vez se dirigió al chico pelirrojo que se encontraba caminando a lado de su amiga, la cual caminaba entre él y Liza.
– Mmm — Su mirada se encontró con la de ella — Gracias.
– Sí, sí, sí. Lo hiciste genial, Cam... Pero no tan genial como yo
Y fue el turno de los cuatro restantes en poner los ojos en blanco
•~•~•~•
– ¡Sí, pizza! ¡Muero de hambre!
– ¡Espera un segundo, Susan!
Marco freno a tiempo el ataque de Susan sobre la pizza sujetando su cabeza con la palma de la mano.
– No eres la única que tiene hambre. Piensa en Liza al menos, ella también está aquí para disfrutar de la pizza y no solo para verte a tí devorarlo todo.
– Tienes razón, debo pensar en Liza también.
– Y en nosostros- replicó Louis.
– Lo siento, Liza. Suelo perder el control a veces con la comida, pero tú también estás aquí por la pizza
– Y nosostros- volvió a replicar Louis.
– Sólo por tí estoy dispuesta a tomar esté sacrificio: repartan la pizza chicos...
- ¡Valla no puedo creerlo! ¡La glotona de Susan no devorara toda la pizza como alguien fuera de este mundo! Deberíamos traer más seguido a Liza.
- Bueno, bueno chicos tienen que parar sus burlas contra Susan. Estamos aquí para celebrar, no para pelear
- Tienes razón Liza, lo sentimos
La disculpa sincera de Marco logro calmar el ambiente y ahora los cinco se encontraban comiendo juntos contando algunas anécdotas.
Fue durante las diversas conversaciones que estaban teniendo que Susan noto algo que la desconcertó, al mismo tiempo que un sentimiento extraño se instalo en su pecho, pues en un momento dado Liza había logrado captar la atención de Cam, y no solo eso si no que justo ahora ambos se encontraban poniéndose de acuerdo para encontrarse en una sala de videojuegos.
– Siempre me gustaron las ligas de videojuegos que se realizan cada año pero nunca tuve la oportunidad de participar en una.
– ¿Encerio?–Pregunto Marco– ¿A qué se debe eso, Liza?
– Bueno, verán, nunca eh tenido la oportunidad de mejorar mis habilidades y hay muchas cosas a las que aún no entiendo.
– ¿Cómo fue qué conociste las ligas, Liza?
Esta vez fue el turno de Louis de preguntar.
– Cuando iba a la secundaria el rumor del campeonato mundial de videojuegos se comenzó a extender y fue entonces que la curiosidad comenzó a crecer en mí. Investigue más sobre el tema y me encontré con cosas tan maravillosas, juegos increíbles y jugadores aún más increíbles y fue entonces que conocí a Cam.
– ¿A mí?
Exclamó algo confundido pero sobre todo impresionado el pelinegro.
– S-sí –se ruborizó la joven– Se que fuiste uno de los finalistas hace dos años y estuviste muy cercas de conseguir el primer lugar el pasado. Realmente creo que eres una persona genial y me gustaría algún día poder llegar a ser igual de buena que tú.
– Valla que esa fue una gran declaración –Admitio Marco– No me esperaba ver qué llegara el día en el que alguien admitiera su admiración por tí como Gamer y no como supermodelo.
– ¿Suena absurdo?
– No, solo algo alocado.
La chica se avergonzó y según lo que pudo notar Susan de la rubia, está parecía estar muy arrepentida de haber dicho lo anterior.
Aunque Susan no había sido la única en notarlo pues el pelinegro también lo hizo, fue así que sintiendo algo de ternura por la rubia decidío hablar y hacerle ver qué para él no había Sido algo alocado.
– Yo podría enseñarte algunas cosas algún día.
– ¿Encerio?– Se iluminó ella
– ¿Porqué no? ¿Qué te parece vernos los viernes en el centro?
– ¡Me parece genial! No sabes cuánto te lo agradezco.
Antes de que el chico pudiera responder a la emoción de la chica, su amigo castaño los había interrumpido burlándose de la situación.
– No lo puedo creer, el gran y distante Cameron acaba de ofrecerse a ayudar a alguien con los videojuegos –Se burló con más fuerza– ¿Es encerio? ¿qué pasó con el 'no hay tiempo para nada chicos '?
– Bueno es cierto que la agencia no suele dejarme en paz por mucho tiempo pero últimamente eh tenido más tiempo libre y los viernes podría hacer espacio.
– ¿Encerio quieres hacerlo?–Se preocupo la rubia– Entiendo que eres alguien muy ocupado por tu trabajo y no quiero quitarte tu tiempo libre.
– No estarías quitándome nada, soy yo él que quiere hacerlo. Además estría teniendo mi tiempo libre, voy a divertirme mientras te enseño varios trucos.
– Sí lo dices así entonces acepto.
Liza sonrió alegre y Cam le dedicó una muñeca ligera que para todos ellos que ya lo conocían era una leve sonrisa.
Lastimosamente Susan no pudo sentir la misma felicidad que tenía su amiga.
La sensación que molestaba a su pecho se incrementó ante lo que acababa de presenciar pues sabía que Liza se sentía atraída por Cam, y lo peor, este había acordado a pasar tiempo con ella.
Eso jamás había sucedido, Cam no era alguien a quien le gustará salir con personas fuera de su círculo de amigos y ahora estaba ahí, siendo el primero en organizar quedadas con una chica a la que acababa de conocer ese mismo día.
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