Hola a todos, ¿cómo están? Gracias por tomarte el tiempo de leer esta historia

Para comenzar voy a presentarme, creo que es un buen modo de hacerlo delgada contrario no sabrian quien está contando está loca historia. Lo que puedo decir es que mi nombre es Marie Eisenberg. Si, tal ves es algo muy simple... está bien reconozco que no se me da muy bien esto de las presentacione al igual que las cosas deportivas, pero da igual, lo importante a fin de cuentas es eso al menos para comenzar ya que conforme vayan conociendo más de mi y de mi historia puedo estar segura de que en algún momento acabaran teniendo una imagen más clara sobre quien soy...

Tengo 19 años y soy una chica de complexión esbelta, de ojos color avellana que hacen juego con mi cabello castaño intermedio (no muy claro ni muy oscuro), mi cabello era algo largo y ondeado que me llegaba a la altura de los hombros y que sujetaba con una coleta haciendo un clásico peinado de cola de caballo. Mi rostro tiene forma de diamante acentuando mi pequeña nariz al igual que mis pomulos y mi piel es color clara (blanca).

Y bien, hoy es jueves 17 de noviembre.

Partiré desde el punto inicial diciendo que nunca he sido una chica que podríamos llamar "atlética", de hecho, creo que soy pésima en los deportes, tanto que estoy segura que soy la peor a la hora de entrenar en el campo de entrenamiento aunque podría decirse porque hoy es mi primer día a penas pero no le doy mucha importancia, la verdad me sentía particularmente bien sea cuál sea el resultado porque en mi primer día no tenia espectavivas pero la verdad es que hay dos entrenadores uno es Benjamin Meloni y es mi mejor amigo, es un chico de mi edad, de complexión atlética, su cabello es enrulado y de color negro el cual lleva corto que hace juego con su rostro rectangular, su piel es clara (blanca), sus ojos son de color café oscuro.

El es alguien muy amable así que por ese lado está bien, lo malo es por el otro entrenador; Bartolomé Cart o como el quiere que lo llamen "el capitan Cart" no sé porque tal ves no le guste su nombre (y no lo culpo) o tal vez solo es un creído fanático de las películas de guerra, sea cuál sea el motivo no importaba porque creo que eso no es lo peor si no que el cree que las mujeres no deberían entrenar.

El es un hombre de 44 años, delgado con cabello negro con algunas canas, tiene cara que es muy similar al de una rata con una larga nariz, rostro delgado y dientes grandes

Bien, creo que todo va bien hasta aqui. ¿verdad?, me refiero a entienden hasta ahora la historia, bien, continúemos;

Como la suerte va y viene, siempre se debe de tener presente el riesgo de que nuestra buena y mala racha, me refiero a que en un abrir y cerrar de ojos se puede ver aplastada por una potente bomba de negatividad que acabe con la positividad o una potente bomba de positividad que acabe con la negatividad.

Varia segun sea el caso y en mi caso, esperaba un golpe de suerte aunque recibí otro, debo admitir que no lo ví venir pero si lo senti y lo sentí como un fuerte golpe en mi cara.

-Auch! -Dije sobándome la frente mientras estaba sentada en el suelo.

-Estas bien? -Dijo el capitan Cart.

-Eso creo. -Le dije sobando mi frente.

-Por eso no me gusta tener mujeres aquí dijo el dándose media vuelta.

-Dejame ayudarte. -Dijo alguien extendiéndole su mano.

Al levantar la vista pude ver qué era Ben, aunque tal vez me estoy apresurando un poco así que voy a ir al principio de esta historia y para hacerlo debo remontarme a 19 años en el pasado, hace 19 años habian nacido dos bebés (un niño y una niña) al niño le pusieron de nombre Gabriel Paul Nielson y a la niña le pusieron por nombre Marie Eisenberg.

Ambos habían nacido diferentes;

Él era un vampiro de clase alta, nada más ni nada menos que un noble miembro de una de las familias de vampiros aristócratas y ella era una humana común y corriente, una simple chica campesina hija de campesinos.

A demás de aquella diferencia de especies ambos vivían vidas muy opuestas y es que Gabriel como alguien nacido en cuna de oro era mimado por sus padres y llenado de riquezas, mientras que Marie trabajaba con sus padres en el campo.

Los padres de Marie eran personas muy trabajadores y onradas mientras que los padres de Gabriel vivían sin ninguna preocupacion.

A pesar de todas estas diferencias que los separaban ya que los humanos y los vampiros estaban en una especie de guerra, la verdad es que había algo que ambos tenían en común y era que habían nacido el mismo día y hay una leyenda antigua que dice que cuando dos personas nacen el mismo día son almas gemelas destinadas a estar juntas pero eso es solo una leyenda ¿o no lo es?

Sea como sea ambos tenían más cosas en contra que a favor para estar juntos, además de despertar la furia de ambas razas al enterarse que había una relación entre unos miembros.

Una relación de dos personas de razas enfrentadas cómo la de los humanos y la de los vampiros eso no puede terminar bien pero veremos qué es lo que pasa a lo largo de esta historia.

Ahora nos y encontramos a un adulto Gabriel Paul Nielson quien estaba descansando en su habitacion, el tiene su cabello pelirrojo lacio y algo corto que acentuaba su cara cuadrada. Su piel blanca y ojos de color verde.

Para su molestia sus padres esperaban se emparejara con la hija de otra familia aristócrata de vampiros, de hecho, han intentado emparejarlo con varias vampiresas pero siempre terminaba rechazandolas o arruinandolo ya que el no tenía el más mínimo interés en ellas y tampoco se esforzaba por ocultarlo.

La nueva pareja que tenían en mente para el era la hija de una familia de vampiros vecinos de ellos. El nombre de ella es Diana Becca Morena, es una muchacha con cara en forma de diamante que hacía juego con su tez blanca, cabello largo y rubio ondulado. Díana tenía ojos de color ámbar y era una mujer muy codiciada por varios nobles de la especie vampirica, la clara excepción a esto es Gabriel quien no tiene en menor interés en ella.

¿algo así les ha pasado en algún momento? En cualquiera de los casos si es así podrían ponerse en la piel de cualquiera y saber lo que se siente.

Se encontraba a punto de quedarse dormido hasta que repentinamente escucho que llamaban a la puerta de su habitacion por lo que se puso de pie para ir a ver de quién se trataba;

Era Felipe, el mejor amigo de Gabriel, quien fue a avisarlo al enterarse de aquella noticia que lo incluía a él ya a Diana.

—iHola Gabriel! -Exclamo su amigo al verlo.

—¿Qué ocurre?—dijo el príncipe mientras se refregaba los ojos. -Es raro verte a esta hora..

Mientras tanto Marie despierta dando la bienvenida a un nuevo día de trabajo en la granja. Ella ahora es una mujer de cara en forma de corazon, ojos color miel y piel blanca, su cabello es castaño claro y llega hasta sus hombros.

Comencé el día desayunando para lugo prepararme lavándo mi rostro, como es de costumbre ate mi cabello con una coleta ya que no me gustaba tener el cabello suelto mientras trabajo.

Con una sonrisa parti en busca de los animales de la granja padre para darles de comer, primero alimente a las gallinas y luego me dirigi a alimentar a las vacas, pero cuando fui a buscarlas no las encontré.

—¿Dónde estarán las vacas? —Me pregunte para mi misma al no ver ni una sola mientras caminaba.

Camine un poco más buscando con la mirada hasta que para mi sorpresa logre encontrarlas. La sorpresa al encontrarlas es que encontre a las vacas muertas..., pero esa no fue la mayor sorpresa si no que junto a ellas habían dos persona de aspecto siniestro que voltearon a verme.

Asustada solte un grito aterrada al notar que esas personas tenían sangre en sus bocas evidenciando que era un vampiro.

—Que gran sorpresa. -Exclamo uno esbozando un sonrisa mientras me observaba. -Aquel vampiro tenía piel clara y cara redonda cubierto casi en su totalidad por gran barba, su aspecto era desaliñado y corpulento, de hecho, podríamos llamarlo un vampiro con "sobrepeso".

—Eres muy hermosa. -Exclamo el otro vampiro.

Aquel hombre tenía cabello negro y piel oscura y era calvo aunque no era más alineado por no tener aquella maraña de cabello que tenía su compañero.

-Me preguntó si tú sangre es igual de dulce que ti —Exclamo comenzando a acercarse a mi mientras yo retrocedía con pánico. Retrocedió hasta que choque con la pared del establo.

Aquellos dos vampiros siguieron acercándose, cerré mis ojos de miedo hasta que de pronto escuché un grito que me hizo abrimos de nuevo.

Al abrir mis ojos pude ver qué una estaca se clavó en el corazón de uno de ellos (El carbón)… y al caer al suelo se volvio polvo.

Al voltear me pude ver la silueta de quién sería mi salvador.

-¿Quien?...

Cuando avanzó pude reconocerlo, se trataba de Benjamin Meloni, mi mejor amigo y vecino.

-Bien! -Dije aliviada.

-Tengo tu corazón en la mira. -Le advirtio Ben intentando intimidarlo.

-No me mates. -Suplico aquel vampiro junto a las cenizas de su compañero.

—Te dejaré vivir para que les digas a todos tus amigo que si se atreven a venir a nuestra comunidad van a acabar como ese gordo seboso. —Dijo Stefan tratando de asegurarse que al menos no regrese.

-Tengo mejores cosas que hacer que estar aquí. -Respondio antes de irse corriendo a una impresionante velocidad que superaba a la de cualquier humano normal.

-Maldito chupasangre. -Exclamo bajando su ballesta.

-Que susto... -Dije con un suspiro de alivio.

-Estas bien? -Me pregunto acercándose a mi.

-Eso creo..., solo asustada.-Le respondí.

-Ven, te llevaré a casa. -Respondio sonriente.

Me llevó a casa para explicarle todo juntos a mis padres.

-Que paso que?! -Pregunto mi madre notablemente furiosa.

-Me atacaron dos vampiros pero...

-Malditos chupasangre! -Vocifero mi padre interumpiendome.

-Estoy bien... -Continue. -Ben me salvó.

-Gracias Ben. -Le agradeció mi madre.

-¿Quieres quedarte a cenar?

-Perdon pero no puedo, mis padres me esperan para cenar con ellos. -Contesto Ben.

-Oh que lastima... -Exclamo mi madre.

-Quiero que me enseñe a matar vampiros. -Exclame decidida.

-¿Que? ¿porque? -Me pregunto mi madre.

-A mi no me molesta enseñarle. -Dijo Ben.

-No, no es necesario. -Respondio mi padre. -Que los hombres cuiden que para eso están y tú ocúpate al campo.

-No quiero que vuelva a pasar esto. -Proteste. -No quiero ser ninguna damisela en peligro que deba ser protegida.

-Si me permite opinar. -Le dijo Ben a mi padre. -Si yo no hubiera estado cerca no se que le hubiera pasado... tal ves lo mejor es que si le enseñe por si pasa algo pueda defenderse.

-Si yo no hubiera estado cerca no se que le hubiera pasado... tal ves lo mejor es que si le enseñe por si pasa algo pueda defenderse.

Mi padre se quedó en silencio un momento hasta que de mala gana dijo:

-Esta bien...

Sonreí emocionada, sentía que estaba lista para ser parte del pelotón de defensa de la comunidad.

-¿Cuando podemos comenzar? -Le pregunte.

-Mañana hay entrenamiento a las 8:00 AM, por favor se puntal los demás entrena dores son muy estrictos y más con las chicas... -Contesto Ben viendo el reloj en su muñeca. -Bien ya debo irme..., se me hace tarde.

-Nos vemos Ben y gracias... -Le dijo mi padre.

-De nada, es mi labor. -Exclamo Ben volteando a verme. -Te veo mañana para.

-Hasta mañana. -Le dije viendolo salir de la casa.

-Seria buen esposo para ti. -Dijo mi padre volteando a verme.

-¿Otra vez? -Me queje.

—Hija, ¿qué te ocurre?. -Me preguntó mi madre.

—Madre, yo no quiero casarme con Ben. -Le conteste. -Estoy cansada de que papá siga mencionandolo.

-¿Porque no quieres casarte con Ben? -Pregunto mi madre. -Es un buen protector y cazavampiros

-No solo bueno, es fantástico. -Agrego mi padre.

-Yo no lo amo. -Les dije a mis padres.

—Pero hija es lo mejor para ti, ¿no lo entiendes? -Me dijo mi madre.

—Lo único que entiendo es que me obligarán a casarme con alguien que no amo y no consideran por ningún minuto lo que quiero. -Proteste seriamente.

-Pues te casarás con el. -Contesto mi padre. -Ya estoy haciendo los preparativos así que te casarás con el. -Respondio.

-Luego podremos hablarlo, ahora vuelve al trabajo. -Exclamo mi madre.

Mientras Gabriel pasaba por una situación similar el estaba basante furioso y rambien se negaba rotundamente a casarse, él no conocía ni amaba a aquella vampiresa pero por lo que le contó su mejor amigo ella se mudaria ese mismo día a su palacio ya que sus padres estarían arreglando un matrimonio entre ellos.

—Felipe, necesito que me ayudes. -Le dijo Gabriel mientras abría la ventana de su habitación.

—¿Te escaparás no?. -le dijo Gabriel sonriente.

-Exacto. -Respondio Gabriel.

Si alguien conocía a Gabriel era Felipe ya que eran mejores amigos y vecinos desde pequeños y siempre jugaban juntos. Gabriel No sabe mucho de la vida fuera de aquel castillo y es que sus padres le habían prohibido salir para evitar llamar la atención de los humanos.

—SÍ, ¿puedo confiar en ti? -Le pregunto Gabriel a Felipe seguro de la respuesta.

—Sabes que sí. -Le contesto Felipe.

-No digas nada. -Le dijo Gabriel subiéndose al marco de la ventana.

-Ten cuidado con los humanos. -Le advirtio Felipe.

-Tranquilo. -Exclamo Gabriel antes de saltar y cae al patio del palacio para comienzar a correr hacia el bosque.

Mientras Gabriel pasaba por una situación similar el estaba basante furioso y rambien se negaba rotundamente a casarse, él no conocía ni amaba a aquella vampiresa pero por lo que le contó su mejor amigo ella se mudaria ese mismo día a su palacio ya que sus padres estarían arreglando un matrimonio entre ellos.

—Felipe, necesito que me ayudes. -Le dijo Gabriel mientras abría la ventana de su habitación.

—¿Te escaparás no?. -le dijo Gabriel sonriente.

-Exacto. -Respondio Gabriel.

Si alguien conocía a Gabriel era Felipe ya que eran mejores amigos y vecinos desde pequeños y siempre jugaban juntos. Gabriel No sabe mucho de la vida fuera de aquel castillo y es que sus padres le habían prohibido salir para evitar llamar la atención de los humanos.

—SÍ, ¿puedo confiar en ti? -Le pregunto Gabriel a Felipe seguro de la respuesta.

—Sabes que sí. -Le contesto Felipe.

-No digas nada. -Le dijo Gabriel subiéndose al marco de la ventana.

-Ten cuidado con los humanos. -Le advirtio Felipe.

-Tranquilo. -Exclamo Gabriel antes de saltar y cae al patio del palacio para comienzar a correr hacia el bosque.

Al día siguiente me dirigi al campo de entrenamiento donde estaban Benjamin Meloni y el capitan frente a varios alumnos suyos.

-Hola... -Lo salude al llegar al lugar.

-Hola, estaba esperándote. -Respondio sonriente.

El fue el único que me saludo del grupo ya que los demás del grupo incluyendo al capitan Cart me obserbaban como si nunca hubieran visto a una chica en su vida algo que me ponía muy incomoda.

-¿Que hace ella aquí? -Le pregunto el capitan Cart a Ben en un susurro.

-Te dije que tendríamos un nuevo recluta. -Le contesto el.

-No me dijiste que era una mujer. -Se quejo Cart.

-¿Eso hace alguna diferencia? -Le pregunto Ben.

-Si lo hace. -Contesto Cart.

-Yo decido y para mi no lo hace. -Le dijo Ben.

Cart se quedó en silencio y por mas que quisiera no podía discutir con Ben, el es entrenador hace más tiempo que el capitan Cart así que si Ben le daba una orden el debía acatarla o podría ser expulsado del grupo y terminar como un simple campesino más.

-¿Y los demás? -Les pregunto Ben. -¿Tienen algo que decir?

Los demás se quedaron en silencio.

-Bien, comencemos con un pequeño combate -Dijo Ben sonriente. -Formen una fila y vengan a recoger sus armas.

-¿Armas? -Pense algo preocupada.

Esto era un nivel un poco alto para mí, después de todo yo era nueva no podrían enfrentarme a los reclutas que ya llevan tiempo y mucho menos con armas eso era peligroso pero no me importo, después del recibimiento que tuve no estaba dispuesta a darles el gusto de irme.

conforme fui avanzando el la fila intente mantenerme calmada aunque más que nerviosismo o tenis mi rostro reflejaba confusión al estar frente a la mesa y ver las armas.

-¿Y eso? -Le pregunte.

Habian pistolas de agua y ballestas de juguete que disparaban una especie de estacas de juguete, eso era algo que no me esperaba para ser honesta.

-¿Sucede algo? -Me pregunto Ben.

-¿Que es esto? -Le pregunte.

-Las armas. -Contesto Ben.

-¿Usaremos esto como armas? -Le pregunte.

-Claro, no les daremos armas a alguien que no sabe usarlas y mucho menos dejaremos que usen armas de verdad esto es un entrenamiento no es a matar ni lastimarnos entre nosotros. -Me contesto Ben.

Suspiré aliviada la verdad me estaba preocupando demasiado pero por suerte todo aquello era un simple temor infundado ya que era obvio que no permitirian que alguien salga lastimado.

Nosotros tomamos las armas y nos dividieron en dos grupos; el equipo azul que llevaba un pañuelo azul amarrado al brazo y el equipo rojo que llevaba un pañuelo rojo amarrado al brazo.

Era algo común que se dividieran en dos equipos para hacer un pequeño entrenamiento algo similar al que hacen los militares en sus simulaciónes de guerra dónde forman dos equipos para enfrentarse mutuamente es algo que se hace aquí también para prepararnos en caso de que se lleve a cabo una batalla en grupo.