^^^ETHAN.^^^

Mis manos recorrieron su abdomen, subiendo la camiseta roja con estampado de gatos negros que utiliza como pijama. Tan jodidamente suave, una vista increíblemente hermosa que lleva descargas eléctricas por alrededor de mi eje.

Conozco perfectamente esta camiseta infantil, como también sé de su exquisita piel blanca y la extraordinaria calidez que emana su perfecto cuerpo. Tengo su maldito tacto tallado en mis huesos, incluso antes de nacer la tuve a mi lado y ahora me es imposible ver un futuro sin ella.

Levanto la mirada y me encuentro con el brillo de sus ojos marrones, casi tan oscuros como los de un oso pardo, tan salvaje y delicada al mismo tiempo. Poppy es la perfecta combinación entre la pureza y la jodida tentación.

Un maldito dulce prohibido que se me niega probar en la realidad, pero, ¿en los sueños?, en mis jodidos sueños puedo y haré lo que se me plazca con su hermoso cuerpo.

—Ethan.—Gimoteó mientras abría sus piernas para mí, nuestros cuerpos nunca estuvieron tan perfectamente encajados como ahora.—Te necesito..

Yo la necesito más, incluso en un jodido sueño tengo la necesidad de poseerla y hacerla gritar mi nombre. Quiero grabar mi nombre en cada centímetro de su delgado y pequeño cuerpo. Sinceramente, mi maldita hermana tiene un cuerpo que puede hacer suspirar a cualquier hombre, los hará desearla y reclamarla como suya, nadie en su juicio la dejaría a un lado para conformarse una mujer común y corriente. YO NO LO HARÍA, NO ME PODRÍA CONFORMAR.

Tiene que ser Poppy, ninguna otra podría recuperar el corazón que se me fue arrebatado sin mi consentimiento.

—No tengo dudas.—Me acerqué a su centro y lo presione con mi miembro, no poder recibir la atención que necesita hace que palpite por el dolor incluso en el reino de los sueños.—Eres un demonio disfrazado de un dulce ángel y has llegado a la tierra para hacerme pecar.—Susurro en su oído y ella se estremece cuando empiezo a dejar un rastro de besos en el, cayendo a su cuello y finalmente llegando a sus pechos. Beso, estos por encima de su camiseta y sé que debo darme prisa o mi maldita alarma me despertará antes de haber hecho gran cosa con ella.—Serás un pecado que nunca recibirá su arrepentimiento, porque diablos, arderé en el infierno antes de arrepentirme por haber deseado la perfecta encarnación de la felicidad y el placer.

Ella murmura algo que no es alcanzado por mis oídos y algo me dice que es tiempo de abrir los ojos, no sin antes profundizar un beso y reclamar sus suaves labios con mi boca.

No siempre tengo la oportunidad de soñar con ella, pero cuando lo hago, intento aprovechar el tiempo lo mejor posible, yendo a los extremos que nunca podré cruzar en la realidad. Olvidé cuando fue mi primer sueño húmedo con Poppy, pero sé que desde entonces no puedo sacarla de mi jodida cabeza.

ES COMO UNA MALDITA DROGA.

Imposible de abandonar y siempre necesitando de más, mi hermana tiene mi cabeza, cuerpo, corazón y alma en sus pequeñas y frágiles manos. Tiene mi vida en su poder y la estúpida ni siquiera lo sabe.

—Ethan, levántate ahora.—Ordenó mi madre mientras apagaba la alarma que posiblemente llevaba sonando los últimos 10 minutos, a diferencia de mi familia que tienen fama de madrugar y dormir solamente 6 horas, yo, por muy contrario, tengo el sueño pesado y debo configurar mi alarma para que esta suene la última hora y solo entonces podre despertar apenas con el tiempo suficiente como para no llegar tarde al instituto McIntire.—El desayuno ya está servido en la mesa, asegúrate de comerlo y luego vete a la escuela con Poppy.

—Gracias.—Respondí con el ceño levemente fruncido por la molesta luz que amenazaba con perturbar la fragilidad de mis ojos recientemente abiertos.

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Advertencia ⚠️: Lee la descripción, esta es una historia con extremo tabú y puede no ser del agrado del lector. Si decides continuar leyendo, espero que puedas tratar con respeto esta historia y no dejes comentarios ofensivos.

Antes de leer debes saber que esta es mi primera novela, así que no será "perfecta", también la escribí en una semana cuando no tenía internet, por lo que puede ser un poco apresurada.

^^^ETHAN.^^^

Mi madre abre las cortinas para abrir la única ventana de mi habitación y con ello se asegura de que no pueda volver al reino de los sueños. Es una mujer lista y con experiencia, sabe como manejar a cada uno de los integrantes de nuestra familia para lograr sus objetivos. Dicho objetivo ahora consiste en despertarme como cada mañana de lunes a viernes. La estúpida alarma ni siquiera es tan eficaz como lo es ella.

—No olvides bañarte antes de bajar.—Me recuerda con su dedo señalando mi cabello desordenado.

—¿Me lo dices cada mañana porque crees que no lo haré sin tu recordatorio?.—Pregunto con gracia.

—Tu padre y Poppy no lo hacen cuando no se los recuerdo, así que sí.—Afirmó ella.—Te lo recordaré cada mañana porque los otros dos no lo harían sin mis contantes quejas sobre su horrible higiene.

En defensa de mi padre y hermana, ellos normalmente toman un baño antes de dormir, así que a la mañana siguiente despiertan oliendo a flores silvestres y piensan fielmente que un baño por la mañana es totalmente innecesario y un desperdicio total de agua.

—Como lo ordene mi señora.—Aceptó sin más y espero que mi madre salga de la habitación para finalmente levantarme de la cama.

Hubiese sido fatal si llegase a ver el bulto en mis pantalones por el sueño que tuve con su adorada hija. Me estoy acostumbrando a ocultar los deseos que tengo firmemente aferrados en cada centímetro de mi alma, pero eso no significa que puedo esconder la reacción de mi cuerpo a la vista de los demás cuando pienso en Poppy.

Es un problema que debo solucionar tarde o temprano, no puedo y no quiero imaginar la reacción que tendrían mis padres o mi hermana al descubrir en donde se encuentran exactamente mis preferencias. ENTRE LAS PIERNAS DE MI JODIDA HERMANA, no puedo ser descubierto pensando en algo tan enfermo como eso.

El destino fue jodidamente cruel al decidir mi vida como miembro de esta familia, como hermano de Poppy, compartiendo la misma sangre e incluso el mismo espacio en el vientre de nuestra madre para nacer ambos en el mismo día, ella 4 minutos después de mí, haciéndola mi hermana menor por solamente esos escasos minutos.

—Como sea.—Di un suspiro y recogí mi ropa escolar para llevarla conmigo hacia el baño.

Odio utilizar el uniforme escolar, es jodidamente incómodo y no es de mucha ayuda en invierno, el frío atraviesa las prendas con facilidad y la inspectora es tan jodidamente molesta que no permite la entrada al instituto si alguien decide traer consigo una ropa que no posea el emblema de la escuela.

Afortunadamente, tanto Poppy como yo tenemos 17 años y nos encontramos en el último año de instituto para luego entrar a la universidad y ejercer una carrera que nos ayudará por el resto de nuestras vidas. No estoy del todo seguro sobre qué carrera voy a elegir, pero mi adorable hermana desea ser azafata.

Poppy siempre tiene la mirada en alto y ha comentado más de una vez sobre sus deseos de permanecer en las alturas, por los cielos y viajando de extremo a extremo entre ciudades o países. Tal vez pueda conseguir un trabajo que también me haga sentir la adrenalina de estar allá arriba. Nunca he sido fanático de las alturas, pero hacer algo que tenga relación al trabajo de Poppy me haría sentir más cerca de ella, aunque en el fondo sé que debo mantener distancia entre nosotros.

Probablemente, mi mejor opción es ser piloto, suena interesante y tendría algo de mi hermana para mantenerla cerca y lejos a la vez. Por ahora y por siempre debo conformarme solamente con el hecho de tener al menos solo un poco de los sueños de Poppy para mí, de otra manera no podría soportar otro jodido día intentando apartar la mirada del ser más hermoso que haya visto en la paz de la tierra.

^^^POPPY.^^^

Terminé de comer mi desayuno y me despedí de mis padres cuando estos salieron de casa para ir a otro día de trabajo. Papá es abogado y mamá es fiscal, ambos son fantásticos y aunque al principio me sentía sola con su contante ausencia, cuando cumplí los 11 años logré entender que ambos se esforzaban demasiado para darnos una vida sin necesidades económicas tanto a mi hermano como a mí.

—Llegaremos tarde al instituto.—Anuncio mientras llevo un dulce de menta a mi boca.

—Todavía hay tiempo.—Gruñe mi hermano mientras lleva una rodaja de pan en la boca e intenta atar la corbata escolar.—Jodida corbata.—Murmura a medio comer.

—¿Te ayudo?.—Ofrezco al verle fracasar en su cuarto intento de atar su corbata.

Siempre he creído que los uniformes del instituto McIntire son totalmente molestos, en especial cuando el invierno amenaza con darnos un ataque de hipotermia porque las prendas son fácilmente penetradas por la fría brisa de la mañana.

—Esperaba que lo hicieras.—Admite, dejando caer los brazos hacia sus lados.—Me declaró enemigo jurado de las benditas corbatas.

Di una pequeña carcajada ante el dramatismo de Ethan con su molestia hacia la prenda de vestir. Nunca ha sido realmente bueno haciendo nudos y recuerdo que solamente a los 15 años fue cuando finalmente aprendió a atar los cordones de sus zapatos.

—Algún día tendrás que aprender.—Digo una vez que estoy enfrente de él, haciendo el nudo de la corbata como corresponde y sintiéndome intimidada por su altura.

Ambos nacimos el mismo día y aunque tenemos el mismo color negro de cabello y ojos marrones tan oscuros que nuestra pupila parece ser el único color en ellos, de todos modos, no tenemos mucha similitud.

Ethan siempre ha sido más alto y fornido, inteligente, reservado y odiosamente grosero, mientras yo solo soy otra chica que intenta ver la vida con optimismo aunque sea un fracaso en todo lo que hago.

—No hará falta aprender, luego de graduarme no pienso colocarme otra corbata por el resto de mi existencia.

—Tan drástico.—Me burlo.

—Drástico sería convertirme en el gobernador de este mundo para prohibir la creación de esas jodidas cosas.—Baja la mirada hacia la corbata que acabo de anudar, luego, por un microsegundo pienso que su mirada se detuvo en mis pechos antes de apartar la mirada de mí.

—Las personas se ven bien con corbata.—Golpeo levemente su pecho con la palma de mi mano.—Y sí, estas dentro de esas personas Ethan.

—He cambiado de opinión, permitiré la distribución de estas cosas por una temporada más.—Se encoge de hombros.—De todos modos gobernar el mundo sonaba agotador.

Otra risa se escapa de mis labios al escucharle. Es cierto que en mi infancia me sentía sola con la ausencia de nuestros padres, pero nunca fue del todo solitario cuando mi hermano se encontraba en la habitación contigua para eliminar cualquier rastro de soledad que podría perturbar mi joven corazón.

—Si tuvieras este mismo humor en la escuela serias muy popular.—Afirmé y segundo después recibo su desaprobación con una mueca.—Solo digo que deberías ser un poco más social, mis amigas dicen que eres guapo, pero das miedo.

—Perdí mi oportunidad hace años, no seré social ahora que estoy a meses de graduarme.—Me cortó e hizo un gesto de manos para restarle importancia.—Más importante ahora, ¿estás lista?

—Estoy lista desde hace una hora atrás hermano, tú eres el lento.—Señalé.

Me gusta disfrutar cada parte del día, así que dormir no entra en una necesidad que realmente pueda considerar agradable. Simplemente cierro los ojos y luego, sin notarlo, ya es hora de levantarme, sin sueños ni pesadillas que pueda recordar. Solo una oscuridad que ha estado desde el principio en las horas de sueño, mis amigas dicen que es extraño y algunas ni siquiera creen en mis palabras, pero no es un asunto tan importante.

No haber recordado ningún sueño o pesadilla durante los años que llevo con vida no debe ser la gran cosa. Dudo que sea la única con este "problema", pero sigue siendo extraño, aunque ya no es de importancia ahora que he decidido disfrutar del tiempo despierta.