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TODA MÍ VIDA ESPERÁNDOTE

Capítulo 1: Te encontré

Luna:

Tenso mi arco y lanzo la flecha hacia mi objetivo, esta vez sería un ciervo, no había logrado cazar nada por más de una semana y mis reservas se acababan rápido.

Me dolía tener que hacer esto, pero tenía que sobrevivir de alguna forma. Después de la muerte de mi padre, había tenido que rebuscarme mi, sustento diario.

Lo extrañaba muchísimo, él había sido mi única familia. Ahora me hallaba sola, en una casa alejana del pueblo, algunos dirían que era peligroso, pero prefería estar apartada, no me entendía mucho con las personas.

En un tiempo talvez, pero últimamente me había vuelto bastante huraña. Pretendientes no me faltaban, pero no eran de mi agrado y la idea de una familia tampoco lo era. A pesar de sentirme tan sola, el amor era algo que no estaba en mis planes. No quería tener que sufrir otra pérdida.

Me dirijo hacia el venado y empiezo a hacer mi parte menos favorita desollarlo. Aparto las pieles y las guardo en una bolsa de cuero. Luego empiezo a cortar por partes la carne y lo subo en mi carreta y me dirijo hacia mi hogar.

Caminar por este bosque me daba paz, me encantaba el sonido de los pájaros, el agua correr, el sonido de uno que otro animal, moviéndose por la hierba fresca, era sin duda mi lugar favorito.

Ya casi anochecia, así que aligere la marcha. A veces había una que otra complicación por estos caminos, algún borracho o forastero queriéndose propasar conmigo, pero no era problema para mí lograba neutralizar la amenaza en segundos. Mi padre era un experimentado espadachín, así que me enseñó.

En otras palabras podía protegerme a mi misma y no necesita a un hombre para eso.

Bueno lo necesitaría si fuera a luchar con un hombre lobo, pero al parecer estaban extintos. Jamás había logrado ver a uno real, solo partes de ellos, que vendían en el mercado. Su piel y sus colmillos eran codiciados en el mercado. Hoy en día, era raro lograr cazarlos.

Había dos razones o estaban más que muertos o estaban escondidos esperando su venganza y quien no estaría enojado después de casi exterminar a una raza entera incluyendo a los inocentes.

Yo estaría enojada... algunas veces temía que volviera la guerra a nuestras vidas. Yo era una víctima de esto, mi padre murió a causa de un hombre lobo, ya de eso unos cinco años.

Lo encontré en mi cumpleaños número 16, agonizando cerca de nuestra casa. No pude hacer nada por él. Era demasiado joven para presenciar esto, algunas veces sentía rencor por lo sucedido, quisiera poder devolverle multiplicado lo que esa criatura le hizo a mi padre. Él destruyó mi vida...

Logré llegar a mi cabaña. Abrí la puerta y dejé mi reserva de carne de venado junto a la bolsa de cuero que contenía las pieles, en un extremo de la habitación.

Me dirigí a un cuenco de agua limpia que tenía en la chimenea y borré el resto de la sangre de mis dedos y uñas.

Seque mis manos con un paño y me dirigí a la chimenea a encender el fuego. Todo mi cuerpo protestaba, hoy me había exigido demasiado, un baño me sentaría bien.

Calenté agua y cuando la tuve lista. Entre en la tina de madera y comencé a bañarme. Estaba tan inmersa en mis pensamientos, que no noté, el constante ruido que se escuchaba afuera en el bosque.

De repente escuche un quejido, seguido de un golpe, afuera de la cabaña. Inmediatamente mis alarmas se dispararon, algo está sucediendo...

Daniel:

La bala en mi costado dolía demasiado, traté de huir de un grupo de cazadores. Aunque logré dejarlos atrás necesitaba un refugio seguro, no me hallaba en condiciones de luchar si regresaban, no así en este estado.

De repente llegó a mi una fragancia intoxicante y atrayente, similar a la de las rosas y algo más. Este olor me llamaba a seguirlo. Así que me deje llevar por mi intuición.

Logró divisar a lo lejos una cabaña en la espesura del bosque, no se lo que me espera, pero continuó.

Mi travesía se hace más fatigosa, no sé si lo podré soportar más, de mí sale un quejido. Sino logro sacar esta bala moriré. No es como si no fuera morir de todos modos. Al no tener un clan, ni una Mate, mi vitalidad se ha ido menguando con los años.

Digo irónicamente, en mi pensamiento: "Miren al Rey Daniel, reducido a nada. Huyendo de cazadores y próximo a ser auxiliado por humanos, si no es que me matan primero, pero debo arriesgarme".

Debí quedarme en aquella cueva, pero tras pasar más de 30 años alejado de la civilización, me pareció bien salir. Me mantuve alejado para olvidar, no porque fuera un cobarde, solo que no soportaba más masacres.

Con la guerra de los hombres lobo y humanos había perdido demasiado, mi familia, mi clan y la posibilidad de encontrar una mate.

Todas las hembras de mi clan habían sido asesinadas. Así que no tenía posibilidad. Las mates se daban entre nuestra misma raza de hombres lobo, rara vez se daban en humanos.

Seguí caminando rápidamente hasta aquella cabaña, ya estaba logrando llegar. Cuando una punzada atravesó mi costado. Grite de dolor, caí de rodillas a los pies de la cabaña. Sé que si fingía lo suficiente podía sobrevivir. Solo los cazadores más experimentados lograban saber quien era un hombre lobo y quien no. Quien sea que estuviera al otro lado de esta puerta no notaría lo que era.

Cruce los dedos y toque insistentemente. Inmediatamente, volví a sentir aquella atracción y una necesidad insaciable, sumado a eso estaba el dolor. Así que todo este mar de sensaciones eran insoportable en mi ser. Estaba despesperado. No lograba coordinar mis pensamientos.

La puerta es abierta y veo una hermosa mujer, parecida a un angel, parada en el umbral de la cabaña." Por favor ayuda" no estaba fingiendo en serio no quería morir aún.

Ella me mira sorprendida, su belleza me atraía demasiado, quería besarla, quería marcarla... fue cuando me di cuenta de que mi mate era una humana. Después de mil años de existencia te habia logrado encontrar.

Capítulo 2: Atracción desconocida

Luna:

Salí inmediatamente de la Tina y me puse un abrigo de pieles, que pertenecía a mi padre, junto con unas botas. No sabía por qué de repente empecé a sentirme extraña. Una necesidad desconocida empezó a gestarse en mí y la razón de esto se encontraba detrás de esa puerta.

Cuando la abrí me encontré con un hombre malherido, algo en mí se removió cuando me pidió auxilio. Jamás había hecho algo como esto, pero estaba segura en mi interior que lo haría solo por él.

Busqué una manta pesada que me ayudaría a transportarlo hacia dentro de la cabaña. "Te moveré" le avisé y él asintió. Durante todo el proceso no dejo de mirarme. No sabía porque pero me sentía atraída por su mirada. Además de que era todo un galán, nada que ver con mis pretendientes

Él era diferente, me sonroje un poco en el proceso de ayudarlo a moverse, él cooperó y pude fácilmente arrastrarlo.

Una vez adentro le pregunté "dónde está la herida" lo mire a los ojos.

Respondió con voz ronca." En el costado izquierdo" respiro profundamente. Era una voz hermosa y sexi.

"Voy que tener que romper tu ropa" le advertí, esto se pondrá incómodo. Me sentía nerviosa y tímida con él, su constante escrutinio me hacía estar a la merced de sus órdenes.

Él sonríe gracioso "sírvete" mi ceño se frunce

"Acaso me estás coqueteando, en un momento así?", rasgó su camisa sin dejar de verlo, algo en sus ojos brilla, y mis mejillas se calentaron. Él sonríe, pero aparto mi mirada hacia su herida. Mala decisión.

Tenía un cuerpo fenomenal, moría por tocarlo. Luna compórtate, me dije a mi misma, porque de repente me sentía así por un extraño. Estaba gravemente confundida.

"Por qué no debería, eres hermosa" dice él, mis ojos se dirigieron de nuevo a los suyos. Había una especie de magnetismo en nosotros, difícil de negar. Él me gustaba demasiado, pero ¿por qué en tampoco tiempo?.

Aclare mi garganta y no respondí a su comentario. La próxima vez mantendría mi boca cerrada. Revise su herida en silencio. Él dice, "es una herida de bala" lo miré de nuevo a sus ojos.

"Que sucedió" pregunte cautelosa, a pesar de tener curiosidad por él, no quería problemas.

"No le agradó mucho a las personas" respondió simplemente, genial teníamos algo en común. Él continúa "sacaría yo mismo la bala, pero no logró alcanzarla" por su frente corría sudor. No había notado la tensión de en su rostro. Él estaba sufriendo.

Esto me hizo sentir mal, por qué?, no lo sabía. No quería que sufriera, si fuera posible cambiaría con él, para poder soportar su dolor. Me sorprendo ante mi pensamiento.

Daniel:

"Descuida lo haré yo" ella habla. No puedo dejar de ver su boca o cualquier parte de su cuerpo. Me está matando su falta de vestimenta. Tiene un abrigo de pieles, pero fácilmente se puede notar que no lleva nada más debajo. Como quisiera poder tocarla, esto una completa tortura.

"Como te llamas" preguntó mientras esteriliza un cuchillo en el fuego.

Ella me mira a los ojos "Luna y tú" la veo moverse en la habitación.

"Es un hermoso nombre" mi luna, la de mi manada si aún existiera.

Ella sonríe y es todavía más hermosa "gracias" responde

"Mi nombre es Daniel", le digo. Luna desinfecta mi herida con un poco de whisky creó. El dolor llega más fuerte pero lo soportó.

"Lo siento Daniel" la expresión de Luna es de agonía. Este gesto me conmovió y llegó a mi corazón.

Al parecer había olvidado que era una humana, pero en realidad eso ya no me importaba, quería estar con ella.

"Descuida cariño" dije suavemente, Luna sonríe agradándole mis palabras.

"Bien empezaré a sacar la bala, avísame si te duele y pararé enseguida" asentí. Ella introduce el cuchillo y me limito a mirarla.

A pesar del dolor, Luna es mi distracción, detalló cada parte de su rostro, es tan hermosa. Me mira de vez en cuando, comprobándome.

"Ya estoy cerca" me dice, siento un ligero tirón cuando saca la bala. Esto hace que mi lobo quiera rugir de dolor pero lo evito, como puedo. La plata quema mi piel, cuando sale.

Luna aún no puede saber lo que soy, me odiaría si se entera. Al menos eso creó. "Lo siento ya está" ella acerca su mano a mi rostro y pregunta preocupada "¿estás bien?"

Asiento, su toque envió una chispa de electricidad en mí, que estoy segura que ella también sintió. Nos observamos un rato en silencio, luego le digo "gracias" y le sonrió

Luna me observa y sonríe "Fue un placer ayudarte". Después de eso termina de limpiar mi herida y luego pone una venda improvisada con retazos de tela.

"Tomará un tiempo para que se cure" dice Luna. Asentí sin saber que más hacer. Mi herida se curaría de inmediato, ya estaba empezando a sentir como se cerraba.

No me alejaría de ella, así que lo mejor que podía hacer era fingir que aún estaba convaleciente. "Necesito quedarme, solo será unos días..."

Ella No me deja terminar "Descuida, preparé tu cama" dice con gusto y se levanta del suelo. La veo alejarse.

Respiró profundo, mi dolor ya había menguado, pero mi necesidad por Luna se había intensificado. Dios no sabía como soportaría estar tan cerca de ella y no poder marcarla y hacer hacerla mía.

Capitulo 3: Conociéndonos un poco

Luna:

“¿Desde hace cuánto vives aquí?” Pregunta Daniel. Se hallaba sentado en mi cama, descansando. Le ofrecí una camisa de mi padre, que por cierto le quedó pequeña. Daniel era bastante fornido, cuando él no me veía, lo observé.

Su cuerpo era hecho por los mismos dioses, sus brazos eran anchos y su abdomen, tenía tantos abdominales que parecían irreales en un hombre. No había notado a primera vista su cabello, lo pude apreciar. Era largo y lo mantenía atado en una coleta, que se había desecho, dejando libre algunos rizos. Mis manos picaban por tocarlo era hermoso.

“Hace ya un tiempo” respondí mientras cortaba un pedazo de la carne de venado para Daniel.

“¿vives sola?” él me agradaba enserio, pero porque tenía tanta curiosidad acerca de mí. Pensé en no responderle, pero de todas formas lo hice.

“si” dije simplemente, no nos conocíamos demasiado para contarle mi vida personal.

“No hablas mucho” su voz tenía un atisbo de diversión.

Lo observo y le respondo "Tú tampoco" él se ríe.

Había intentado preguntarle sobre su vida y me había evadido. Daniel me observaba detenidamente mientras cortó algunos vegetales para la carne "He estado un tiempo asilado"

Asiento en compresión "Igual que yo" había mucho de él, en mí. 

Su mirada se torna confundida "No tienes amigos, familia… algún novio" De mí sale una sonrisa, así que eso era lo que quería saber. Niego.

Él me mira con curiosidad "Porque"

"Haces muchas preguntas" lo observé con reproche. No quería tener esa clase de intimidad con él, al final del se iría y me dejaría. Pensé con tristeza

Daniel alza una ceja divertido "Y tú no estás respondiendo" suspiro frustrada, porque siempre siento que tengo que responderle cuando me lo pide.

"No me gustan las personas, ok?. Desde que murió mi padre tras la guerra. No he tenido mucho contacto con la civilización" Apartó mi mirada de Daniel y continuo cortando los vegetales.

Este tema era algo muy personal para mí, y habérselo contado a él, me hacía sentir expuesta, era como si él pudiera ver a través de mí.

Su mirada es compresiva, casi como si me entendiera , “creo que nos vamos a llevar muy bien” dijo lo último en doble sentido.

Aclare mi garganta, no tenía planes de iniciar una relación con nadie. Si acaso, era lo que él esperaba de mí.

Además, porque estaba pensando en relaciones cuando, solo nos habíamos visto por un día.

Lave la carne de venado y la puse en una olla en la chimenea, añadiendo algunas especies y los vegetales, los remuevo todo con una cuchara.

Le di la espalda y me senté en el suelo mirando la chimenea, hacía demasiado calor pero lo soporté. Nos quedamos un rato en silencio mientras se cocía la comida.

No quería ser grosera, pero debía admitir que Daniel me daba miedo, tal vez miedo a enamorarme. Estaba segura que estaba delante de un hombre que sería muy importante en mi vida y eso me aterraba. No quería sentir, para después perder y sufrir.

Cuando estuvo listo, serví la comida en dos platos. “¿Crees que puedes comer?” le pregunte no se veía mal, pero si tenía que cucharearle la comida lo haría.

"Me duele un poco alzar mi brazo derecho" Daniel lo hace, y se queja de dolor.

Voy deprisa alarmada "porque has hecho eso" digo enojada "su puede abrir tu herida"

"Lo siento" él sonríe apenado y sonríe en satisfacción por mi preocupación.

Me sonrojó un poco, por mi arrebato. "No quiero que manches mi cama de sangre" digo para arreglar el malentendido. Daniel sonríe gracioso.

"Bien, te daré de comer" me volteó para alcanzar el plato de la mesa y sonrió en mis adentros. La verdad quería hacer esto por él, quería detallar su rostro de cerca. Debía detenerme o podía caer en sus redes.

Esperé a que se enfriará un poco y acerque un banco a la cama. El calor de la chimenea llegaba a nuestros pies, el ambiente era confortable para ambos.

Acercó el primer bocado hacia la boca de Daniel, me quedo un momento viéndolo, hasta comiendo es sexi. Él también me observa sin querer apartar la mirada. No me sentí tan avergonzada como antes, lo mire abiertamente y él a mí.

"Me encanta ese abrigo, ¿tu misma lo hiciste?", salgo de mi ensoñación y miro hacia abajo. Era de la piel de un oso y de otros tantos animales, que mi padre enfrentó cuando estaba pequeña.

"No, lo hizo mi padre, tienes frío si quieres puedo..." fue cuando noté que, no llevaba nada debajo. Mierda intenté cubrirme pero parecía evidente a sus ojos, así que actúe casual.

Daniel, acerca su mano tocando el pelaje de mi abrigo, Me quede paralizada, ante su gesto.

Daniel:

"Me gusta, esta piel, es mi favorita a partir de ahora" había una pequeña abertura entre el abrigo. Su pierna estaba un poco expuesta, así que la toque siendo lo menos obvio posible. Pero Luna lo notó, porque se sonrojó de inmediato.

Me encantaba que fuera tímida conmigo, era otra de las tantas cualidades que me gustaban.

Ella respira irregularmente, miro su cuello moverse al tragar. La atracción era inevitable. Era más fuerte cuando se encontraba a tu mate.

Asi que era natural que ella se sintiera así y yo por supuesto. Miro su boca entre abierta y siento un deseo irresistible por besarla. Me acercó y observó sus hermosos ojos verde esmeralda.

Pero ella sale de su estupor y me hace gracia lo que hace a continuación. Introduce la cuchara con comida en mi boca. "Tal vez no estás tan malherido como pense" me mira enojada y sonrío.

Luna deja el plato cerca de mí, se levanta y se aleja. Lo tomó sin protestar, ella estrecha su mirada "¡que!, no me puedes culpar, eres hermosa y tenia que tomar la oportunidad"

"Eres un idiota" me mira indignada. Se ve tan hermosa cuando se enoja. " que pasaría si fuera fea ¡eh!" toma su plato con el guiso y comienza a comerlo.

"Aún así te besaria" esto la deja confundida. Come en silencio sin mirarme. Yo en cambio la observo todo el tiempo.

Luna era una mujer dura. Lo evidenciaba su forma de actuar, sospechaba que la muerte de su padre la había marcado, dijo que estaba sola. Pero desde cuando, quería saber. Esto me entristeció, ella estando tan sola.

Miré hacia otro lado un tanto conmovido por las emociones que habían surgido en mi interior. Siempre fui un hombre de guerra, frío en batalla y como rey implacable, No me consideraba malo, pero sí, inflexible y falto de sentimientos, cuando era la ocasión. Pero cuando vi por primera vez a Luna, hace unas pocas horas, eso cambio.

En un momento dado, quise alejarme una vez obtuviera su ayuda, pero no pude. Está atracción era demasiado fuerte, así que me deje vencer por ella.

Terminó mi comida en silencio igual que Luna. Luego ella se levanta y me observa cuando dice "iré a descansar" ella se dirige a un montón de heno que tiene arrumado en un rincón y se acuesta allí. Pensaba dormir ahí?, sentiría frío y la cama era bastante espaciosa.

"Duerme conmigo" le ordené. Ella se da la vuelta y me mira con mala cara. Suspiro tenía que practicar en mis modales, "quiero decir la cama es grande, prometo no acercarme" hago mi mejor cara de inocente. Mentira la atraería a mi una vez la venciera el sueño.

"No lo creo..."dice dudosa de si aceptar. Sé que quiere venir.

"Ven" le ordeno suavemente y esto hace que frunza su ceño confundida. Estaba jugando sucio y lo sabia, pero la quería cerca de mi.

Por ser un alfa mi poder de dominación aumentaba y era mucho más efectivo en humanos. Pienso que se va a negar y podría después de todo era diferente con ella, por ser mi mate, pero se levanta y se dirije a mí. Sonrío en mis adentros.

Ella se acuesta aún lado de la cama y me da la espalda. Igualmente me acuesto y observó su figura. No se cubrió con ninguna manta, pero sospecho que ese abrigo de pieles sumando que la chimenea está encendida y cerca de nosotros, le dará suficiente calor.

Pasaron las horas y yo sigo despierto. Luna está profundamente dormida, todo parece en calma, pero salgo un momento de la cabaña y me transformo en lobo. Doy un recorrido por el terreno, era algo natural en nuestra raza, necesitábamos tener todo bajo control, ver que no hubiera nada que amenazara nuestra seguridad. Después de unos minutos, no noté nada amenazante, ni rastro de ningún cazador. Asi que regresé al abrigo de la cabaña.

Mi Luna se hallaba en la misma posición en la que la dejé. Me recosté a su lado y la atraje hacia mí como tanto quería, ella vino fácilmente.

Negué el hecho de que estaba desnuda, no podía pensar en eso ahora, si lo hacia perderia el control. Así que la abrace fuerte, consolandome en el hecho, de tenerla cerca y poder aspirar su aroma tan exquisito a rosas. Después de un momento dejé que los sonidos del bosque nos arrullaran.

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