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Prisionera De Mi Esposo

Inicio.

1. inicio...

Los vestigios del pasado han hecho que deseé no volver a su lado nunca más …

Se que busca venganza contra mí padre y me tiene a mí como una prisionera de guerra...

Varios años han pasado desde la última vez que lo ví.

Recuerdo que eramos pareja en aquel tiempo, nos amábamos con todas nuestras fuerzas, a pesar de que nuestros padres competían entre sí en el mercado internacional.

Siempre nos hablaban mal de la otra familia, afirmando que la competencia le había robado sus ideas, se hacían constantemente difamaciones entre ellos.

Pero a pesar de todo ésto, nuestro amor surgió cuando ambos elegimos la misma universidad y la misma carrera : Administración de empresas en Harvard…

Al principio fue insoportable, competimos todo el tiempo para descalificarnos entre nosotros y mostrarnos más aptos que el otro en nuestro ámbito. En este caso, programación y tecnología.

Pero me enamoré de su hermoso cabello rubio que formaban ondas en las puntas al llegar al cuello, y su actitud dominante y a la vez, tierno, cuando quería demostrar afecto, el era muy frío y le costaba ser romántico.

Poco a poco, nos fuimos acercando y él también me mostró que sentía lo mismo, y así fué que nos hicimos novios en ese mismo año.

Pero la avaricia de mí padre no me puso en un lugar favorable.

Fui movida como una pieza de ajedrez y él obtuvo a través de mí más información de la que podía obtener a simple vista de su competencia. Me había puesto micrófonos cuando empezó a sospechar de mí relación con Jonathan Hevinson. En conclusión, robó el nuevo programa que estaban preparando para revolucionar Apple, y con ésto la empresa de mí padre X-Vixen se le adelantó y copió el mismo producto para acabar con el proyecto de los Hevinson, perdiendo el acuerdo con Apple y también millones de dólares por ello.

Para ese tiempo nuestra relación ya había terminado, yo me fui del país para que Jonathan creciera en la industria, pero nunca supe lo que mí padre había hecho hasta que me enteré en Nueva York y aunque quise explicárselo el no atendía mis llamadas, pensaba que todo fue planeado y qué era una embustera.

Era imposible que intentará aclararselo.

Ahora, él está enfrente de mí…

Con un papel en la mesa, jugando con un bolígrafo entre medio de sus dedos , mirándome con una mirada penetrante, dándome escalofríos en todas partes, sus ojos me dicen que no me hará la vida fácil.

Ha encontrado la forma para poner de rodillas a mí padre, con un convenio que fusiona la empresa X-Vixen con su empresa Alpha 3.0, salvándola de la bancarrota y las miles de demandas de los trabajadores que no han visto ni un centavo por meses.

Pero lo que él pide para salvar a X-Vixen, es…que me case con él….

El silencio hace parecer la gigantesca oficina donde estoy, vacía, la tensión entre mí padre y él era notable, casi puedo oír los autos de las avenidas a cientos de kilómetros en mis oídos, en medio de tanta incomodidad, Jonathan se apoya en la mesa.

— ¿ Que pasa?, ¿No firmaras?.

Me cuestiona y mi mirada se levanta hacía la suya, mis ojos se llenan de lágrimas de odio, mí ceño se frunce a la par que intentó contener la angustia en mí pecho, sé que su plan es humillarme, puedo verlo en sus ojos azules, hay rencor en el fondo de ellos.

Los ojos son el reflejo del alma..dicen por ahí.

Creí que cuando me casaría con él, sería de una manera distinta, que habría una fiesta y nuestros allegados más cercanos estarían para nosotros, me imaginé con vestido elegante como ésos que ves en las película o en un drama de novela, que él me sostendría de la cintura para calmarme por qué sabría cuán nerviosa estaría al decir mis votos ante tanta gente y al terminar de decirlos, me tomaría de las manos y diría sus votos, nos besaríamos al dar el sí en el altar, y los gritos de nuestros amigos aquellos que siempre shipearon nuestra relación, nos harian reír y correriamos hasta la salida apresurados por consumar nuestro amor,escuchando como las campanas de la iglesia sonaban sin cesar.

~~

Tomé la lapicera que tenía a un lado, mirándolo cómo se le dibujaba una sonrisa en el rostro sabiendo que firmaría, mí firma era lo último que faltaba para sellar el trato con X-Vixen.

" El me tiene en sus manos, arrastrada al borde de sus pies, como al resto de mí familia".

Firme esa porquería con desprecio, yo no quería ésto, pero debía salvar a mis familiares, entregando mi dignidad a cambio.

— Gracias hija…

Me dijo mí padre Vixen Clay, a mí lado queriendo dar unas palmadas a mí hombro que evité de inmediato levantándome de aquélla silla con indignación. El me acaba de entregar al mismo hombre qué tuve que dejar por su culpa.

Me salí de aquella oficina siguiéndome la mirada penetrante de Jonathan en cada movimiento. Sabe que tampoco se la haré fácil.

Al dejar el lugar de inmediato caminé tan rápido me lo permitieron mis tacones de 5 CM, pero a la par la asistente personal de mí nuevo "marido ", Ivee, de apenas 22 años, caminó a mí lado siguiéndome el ritmo. Apretando la agenda electrónica con nerviosismo en su pecho.

— Espero que entienda que a pesar del contrato, no voy a permitir que vuelva a perjudicar al señor Hevinson sin importar que ahora usted sea su esposa, voy a hacer lo imposible para alejarla de él.

Me amenazó, impúdica, como si yo tuviera algo que ver en esta sentencia infernal.

Esas determinadas palabras hicieron que me detuviera, ¡ Estaba completamente ofendida!, ¡había sido obligada a ésto!, ¿y ahora esta mujer me amenazaba por haberme casado con su jefe?. La miré a mí costado con hastío y ella me miró desafiante como una loba defendiendo a su alpha.

Parece que la asistente tenía sentimientos por él, eso era evidente.

— Créeme, Ivee, lo único que quiero es estar lejos de tu " jefe".

Comenté despectiva a ésta unión y seguí mí camino librándome de su acechansa. Ella se me quedó viendo con rabia tras sus lentes de contacto ; no podía hacer nada en contra de mí solo podía verme desaparecer en el ascensor del décimo piso.

Lo que le dije era cierto, no quería tenerlo cerca, he hecho muchas cosas para librarme de él, y solo Dios sabe cuánto me ha costado dejarlo ir, para que tenga que venir a mí nuevamente.

Después de que reveló que mí familia ésta ahogada en deudas, el escándalo dejó a mí madre en el hospital al borde de un colapso y ahora se burla de nosotros con ésto. Ya no tengo más tolerancia para Jonathan…

¿ Hasta dónde podría llegar éste sujeto?.

Ya no se asemeja en nada al hombre que una vez amé.

Respiré profundo mientras miraba cuántos pisos bajaba el ascensor, ésta chatarra era muy lenta, quería llegar a mí departamento lo más pronto posible, tomar una ducha y tirarme a la cama para olvidar éste bodrio.

Pero en cuanto llegué hasta el tan ansiado primer piso, sus hombres aparecieron de la nada.

— Señora Hevinson, el CEO de Alpha, mandó a comunicarle que deberá vivir con él, como lo específica el contrato.

Me comunico uno, alto y robusto que tapaba la poca luz de la tarde que me iluminaba en ese momento.

— ¿Por qué sus guardaespaldas siempre tienen que ser tan grandes ?, ¿ Acaso el maldito Jonathan Hevinson, necesita compensar algo que le hace falta ?.— Sugerí.

Sus guardaespaldas se miraron entre ellos molestos por mí sarcasmo, detrás de éstos ví un auto gris , seguro que ése era él transporte dónde me llevarían a dónde vivía.

— Como sea.

Murmuré y ente al auto, aceptando mi destino.

¿ Qué me esperaría en su mansión?, pensarlo me aterroriza, ¿ Será que dormiremos en la misma cama?, ¿y si intenta propasarse conmigo ?. En otro tiempo jamás se me habría pasado por la cabeza estás cosas, pero ya no era el mismo Jonathan que conocía.

2

~ Jonathan.

Llegar hasta donde estoy no fue fácil, me costó mucho esfuerzo como a la mayoría de las personas que alguna vez tocaron la cima como yo.

Tuve que remontar después de que Sara robará información del prototipo tecnológico en el que estaba trabajando con mí padre . Esa jugada casi nos dejó en la quiebra, por poco y Apple nos demandaba por incumplimiento de contrato, pero al no haber contrato, no había demanda.

Aquélla mierda en el pasado manchó mí reputación y la de empresa de mí padre en ese tiempo.

Pasaron años,para que demostrará mí valor en la industria, me tomó 8 años casi 9, son como diez años de mí vida en reconstruir esa reputación. No había nadie que me apoye, me cerraban la puerta en la cara y todo se lo debía a Sara Vixen.

Un universitario recién graduado necesitaba oportunidades, y me las negaron por " inventar" que los Vixen robaron nuestro experimento, querían evitar a toda costa problemas con ellos o meterse en esos litigios. Muchas veces sospeché que el maldito Clay Vicen estaba detrás de esas puertas cerradas.

Pase esos 9 años acumulando rencor hacia su padre su empresa y ella. No era fácil soportar ver cómo mi nueva sistema operativo para celulares, los volvía cada vez más ricos, me llenaba de cólera, tanto que hasta termine en la cárcel por golpear a uno de sus ejecutivos que antes trabaja para mí. Pero una vez tuve los recursos, gracias a los contactos de mí madre, cree Alpha 3.0 tres veces mejor que su sistema operativo y los dejé por debajo de las listas de interés.

Con el tiempo, nadie compraba sus productos con su sistema operativo Vixen era considerado inútil y muy poco rentable.

Nadie quería ayudarlos a saldar las deudas que se acumularon con los años, y que incrementaban cada vez más.

Aunque cabe admitir, que yo tuve algo que ver en éso…

Los tenía dónde quería, sobre la lona, desesperados, hasta que el CEO Clay Vixen aceptó mis demandas, con mí principal objetivo bajo la suela de mí zapato ahora seguía la siguiente de mí lista, Sara.

La mujer que me traicionó.

No tenía tan altas mis expectativas de volverla a ver, pero cuando se apersonó para firmar nuestro acuerdo de matrimonio, me quedé un poco aturdido, Sara se veía igual que antes; Rubia,cabello recogido, ropa ajustada de oficina negro y blanco, tacones altos negros jugando con su pollera del mismo color, ojos celestes, labios rosaceos ....

Todavía seguía siendo tan hermosa, como antes. Al ver su cara otra vez me sentí en el pasado, su rostro me iluminó como una ráfaga, algo se movió en mis entrañas. Solía sentirme así cuando la veía en la universidad...

Todavía tenía ese efecto en mí.

Ella apartaba la vista en todo momento, evitando mirarme, ni me saludo al entrar, todo quedó en silencio cuando se sentó frente a mí al lado de su padre en la mesa de reuniones que tenía, la ví dudar enfrente del acuerdo matrimonial enfrente suyo, su cara estaba pálida como un fantasma, disfrutaba cada segundo de su desesperación, para romper el hielo le pregunté si firmaría o no, casi burlandome de ella, por supuesto que firmaría no tenía salida.

Sus ojos me demostraron cuán pesada había caído esa pregunta para ella.

Su mirada reflejaba dolor y amargura, como si fuera yo el malo de la película. ¿ A qué papel jugaba?, ¿ La víctima en esta situación?. Ella fue quien me traicionó en primer lugar.

Nada cambiaría las cosas, y no me detendría a pesar de su angustia, todavía quedaba mucho por hacer y ésto era solo el comienzo.

Me convertí en el segador de los Vixen y era el tiempo de recojer sus cosechas, nada quedara impune mientras esté dentro de la empresa. Me aseguraré de destruirlos y dejarlos sin nada, tomaré su corazón y lo arrojaré al vacío, tal y como lo hizo ella conmigo.

Cuando terminó de firmar ella se fué, enojada con su padre y conmigo, me sentí algo extraño cuando su presencia nos abandonó. ¿ A qué venía ésa actitud?, se estaba casando con un multimillonario tal y como quería antes, esa fue la razón por la que me dejó en el pasado supuestamente, era muy poca cosa para ella, no cumplía sus expectativas según sus palabras, me desconcertaba ahora su actitud, pero poco me interesaba si estaba feliz o no con este matrimonio. Ahora estaba atada a mí por unos grilletes y yo tenía la cadena en su cuello, no iría ninguna parte sin mí autorización.

~ Sara .

No podía saber lo que pasaba por la mente de Jonathan al enviarme a vivir a su casa, me mordí los labios con molestia mientras el automóvil se movía en la autopista 46.

—Malditasea debí leer ese contrato con anticipación—, murmuré.

Con la presión que ejercía mí padre para que firmé y el patrimonio familiar dependiendo de ésto, no me tomé el tiempo de leer el contrato con tranquilidad; Ni siquiera una copia tenía para anticiparme a lo que sucedería.

Seguro había muchas cláusulas más a las que accedí sin mí conocimiento—¡ Por Dios Sara!, ¡ Cómo pudiste olvidarte de algo tan importante, conociendo como puede ser Jonathan Hevinson!—Me recrimine y di un golpe con mí palma a mí rodilla, tratando de liberar un poco de rabia.

Los hombres de Jonathan que conducían me miraron un poco al hacer tal escándalo, inmediatamente miré hacia otro lado, se me habían escapado esas palabras de lo molestaba que estaba conmigo misma.

" Ahora tengo las manos atadas, el muy maldito puede hacer lo que se le antoje conmigo, y yo no podré hacer nada para impedirlo ".

Pensaba en un suspiro acomodando mí cabeza en el asiento; lamentablemente no era mí propia abogada , o si no, me habría abofeteado y despedido al mismo tiempo.

De pronto recordé su sonrisa con algo de sadismo que mostró cuando me veía firmar los papeles. — Ahora entiendo por qué sonreía de esa forma —, me dije.

¿ Qué clausulas habrás puesto John?.

¿ De qué forma vas hacerme sufrir ?.

Mientras me preguntaba qué cláusulas habría añadido, una luz me iluminó, el contrato prematrimonial suele ser como un candado imposible de abrir, un seguro inquebrantable pero quizás en una de esas clausulas pueda encontrar también la libertad.

Llamé a Berenice mí secretaria y asistente de mí padre, ella me atendió de inmediato.

[ Sí, señorita Vixen, ¿Qué necesita ?].

— Escucha Bere, necesito que averigües si hay una cláusula en mí contrato que me libre de Jonathan Hevinson, no tuve tiempo de leerla y ya me estoy arrepintiendo.— al decir esas palabras la mirada de sus hombres se quedaron puestas en mí en el espejo retrovisor de la camioneta — pídele una copia del contrato que firme a su asistente personal y luego me informas que encontraste ¿ Entendido?.

[ Entendido señorita Vixen, lo leeré esta tarde y le informaré lo que se puede hacer ].

Una vez cortada la llamada, volví mí vista furiosa al espejo retrovisor dónde me observaban aquellos dos tipejos. Esta vez fueron ellos los que voltearon la mirada, no tenían el suficiente valor para sostenerme la mirada.

Después de un largo viaje, llegamos a Bel Air, el barrio privado más grande de los angeles, no tenía idea de que Jonathan vivía aquí, pensaba que solo las estrellas podrían tener algo en éste sitio, pero que podría esperarse del magnate que revolucionó Apple. Podría tener más mansiones de las que creo y yo, que me tuve que conformar con un Penthouse siendo asistente ejecutiva de mí propio padre.

Al doblar un par de calles más, me dí con una gran mansión, tan grande que mis propios chistes sobre Jonathan y su virilidad que empezaban a cobrar sentido.

—Parece que sí compensa algo en sus pantalones para ser tan extravagante.

Dije entre risas ante la mirada molesta de sus hombres.

.

3.

~ Sara.

Aunque el lugar donde viviría se veía acogedor y cómodo, poco me interesaba pasar mis días aquí si estaba con él; encontraría la forma de liberarme tarde o temprano, mí estancia con Jonathan aquí, sería corta.

Era cuestión de acostumbrarme a éste lugar hasta entonces. Después de todo no había nada que no pudiese manejar, era Sara Vixen, logré contratos por millones, y puse a X-Vixen como una de las marcas de dispositivos tecnológicos más reconocidas del mundo.

No me iban a vencer unos cuantos días aquí.

Jonathan no lograría doblegarme.

Cuando baje del auto, una fila de empleados me recibieron afuera, parece que alguien les había avisado de antemano que llegaría. Me quedé viendo a la decena de empleados ocupando el largo de la entrada sin saber que hacer...

¿Tendría que presentarme como la señora de la casa?, ¿ Debería dar órdenes? ¿ Que se supone que era ésto?.

" Jonathan..."

Murmuré entre dientes, cuán molesta era para mí esta clase situación, lo hizo a propósito, él sabía cuán nerviosa me ponía estar enfrente de tanta gente.

Quería me pusiese incómoda.

[ Narrado por el autor ]

Los empleados del señor Hevinson, jamás vieron una mujer como Sara vixen;con lentes oscuros, cabellos rubios, ropa fina pálida de color blanco y negro ajustada al cuerpo con custodios que la siguian por detrás.

Todos eran inmigrantes a excepción de el mayordomo que era ciudadano norteamericano. Sara apenas si podía levantar la vista ante ellos, le producía pánico las multitudes; para dar una presentación se tomaba subtiempo para saber que decir, errar no era una opción en una conferencia. Este silencio de su parte los llevó a creer que la señorita Vixen se creía una celebridad.Ni bien la conocieron empezó a caerles mal la nueva mujer de su patrón.

Cuando estaba lo suficientemente cerca de ellos, pensó pasar de largo y ésto los inquieto aún más , se supone que debían presentarse mutuamente como adelantó su señor por teléfono, y por eso esperaban que ella hablará, incomodando más a Sara por que no sabía que hacer.

Antes de que cometiera el error de irse sin decir nada, el mayordomo enfrente de ella, uno con traje oscuro y cabellos blancos, habló.

— Bienvenida señora Hevinson. Nos da mucho gusto tenerla con nosotros, me llamó Charleston y voy a ser su mayordomo.

Ella solo medio sonrió sin mostrar mucha alegría y asintió como una forma de saludar, Charles creyó que la señorita Vixen era demásiado tímida como para responder , cuando le resultaba bastante embarazoso ser nombrada por el apellido del hombre que le arrebató todo.

Todavía le hacía eco escuchar su nombre acompañado con Hevinson al final.

— Permítame mostrarle su habitación.

Le dijo educadamente el mayordomo mientras la invitaba a pasar. Sara accedió, sintiendo alivió de salir de ahi, mientras que la mirada de la servidumbre la atravesaban como decenas de flechas por la espalda, le sonrió a Charles como si le agradeciera de haberla sacado de esa situación.

Sara creyó que había hecho un amigo, que poco sabía lo que le esperaba.

Cuando Sara pasó por las puertas de la mansión, las murmullos entre los otros empleados comenzaron.

" Parece que la mujer del señor Hevinson no pensaba saludar".

" Ni siquiera nos miró a la cara".

" ¿ Por qué el señor que es tan bueno consiguió a alguien así ?. "

" Debe ser que está con él por su dinero ".

Se dijeron unos a otros, teniéndola por Vanidosa y arrogante, les parecía indignante lo que hizo, se supone que trabajarían para ella de ahora en adelante, se sentían ignorados y ridiculizados. Por más que Sara podía controlarse, no pretendía tomar el lugar de " Esposa del patrón " presentándose de esa forma.

Los tacones de Sara sonaban en el piso de cerámica a la par que iba adentrándose junto a Charles.

— La cocina está tras el pasillo a su izquierda, el living y la sala de estar a la derecha y los dormitorios arriba.

Decía el mayordomo mientras que Sara quedaba deslumbrada por el inmenso lugar, y su decoración al estilo contemporáneo del interior. Arriba había un gran candelabro con varias luces brillantes, esculturas en cada rincón homenajeando a distintas eras, y muchos cuadros elegantes de sucesos históricos.

Depronto Sara recordó que desea descansar.

— ¿ Dijiste que los cuartos estaban arriba Charles?.

— Si señora.

Ansiosa por quitarse los tacones Sara empieza a subir la escalera caracol que la lleva hacia arriba.

— La habitación del señor Hevinson es el primer cuarto a la derecha, está disponible, por si quiere darse una ducha o descansar.

Sara se detiene en medio de los escalones al escuchar eso y gira hacia el hombre de traje de pingüino.

— Uf no, ¿ No hay algún cuarto dónde me pueda quedar que esté lejos de él?.

— Naturalmente es el cuarto dónde debe dormir, como una esposa junto a su marido.

Ese tono respondón molestó a Sara, el mayordomo le estaba dando lecciones de como debería comportarse. Sara sospechó que esa manera de hablar podría estar influenciada por Jonathan, podría ser que el mayordomo tuviera conocimiento de lo que pasa entre ellos dos.

Sara frunció el ceño y procedió a responder a su altura.

— No lo sé, no creo que quiera ser el tipo de esposa con la que quiera dormir tu jefe.

El mayordomo bajo la mirada ante la chica obstinada.

— Es todo lo que puedo ofrecerle.

Dijo él y ella no creía que fuera cierto.

— No me mienta señor Charles¿ Acaso no hay más habitaciones aquí?..

— No, no es eso, señor Hevinson nos prohibió que usted se aloje en otra habitación fuera de la suya. Lo lamento pero tengo las manos atadas.

Sara se quedó sin palabras ante lo que dijo, podía sentir la correa de Jonathan en su cuello, jalandola a su antojo.

— Con su permiso iré a preparar la cena del señor Hevinson.

Se despidió el mayordomo y se fue dejando a Sara sin más alternativas. Con rabia, la señorita Vixen subió las escaleras hacia el dormitorio de Jonathan.

Una vez que llegó, en el pasillo notó varias puertas de otras habitaciones.

" ¿ Que debo dormir aquí?, A la mierda ".

Pensó ella fastidiada y fué hacía una puerta de al lado esperando poder abrirla,pero el picaporte no giraba, y lo mismo las demás. Ella pasó por cada una intentando que alguna se abriera, pero todas estaban bien cerradas, como si alguna mente maligna supiera que intentaría desobedecer sus órdenes.

Maldijo una y otra vez su nombre en el pasillo, él la obligaría a dormir a su lado quisiera o no.

— Si cree que ganará está muy equivocado. No voy a estar cerca tuyo Jonathan

Murmuró Sara para él. Al estar más calmada se aproximó a su habitación diciendose " Solo me daré una ducha eso es todo ", y cuando abrió la puerta tragó saliva.

El cuarto era más impresionante que la recepción de su mansión. Tenía aire acondicionado, y el lugar tenía una pequeña brisa que olía a tulipanes, y margaritas. Sarah sentía que se derretía al ver tan cómodo lugar, la cama de dos plazas se veía mullida, las sábanas la llamaban pidiéndole que se acostara en ellas. Pero volvió en sí, no quería ser sorprendida por Jonathan durmiendo en ella.

No se sabe lo que podría hacerle...

Se sacó los tacones y fue directamente a la ducha, todavía no tenía sus cosas en su hogar nuevo, Jonathan la llevó a vivir demasiado rápido a su casa, no tuvo tiempo de empacar.

Con eso en mente Sara pensó en llamar a Berenice su secretaria para que le trajera la ropa de su armario, pero hasta entonces se quedaría con lo puesto.

Cuando se terminó de duchar, se secó y se volvió a cambiar con lo que traía, moría de sueño pero no sé quedaría en su habitación era demasiado tentadora esa cama así que bajaría y dormiría en algún sofá.

Tan pronto encontró un mullido sillón en la sala- living el mayordomo más una mucama la despertaron.

— Señora Hevinson, señora Hevinson…

— Otra vez ese apellido…

Dijo entre balbuceos Sara molesta, todavía adentrada en sus sueños. El mayordomo la sacudió un poco más para que despertará.

— Señora Hevinson.

Sara abrió los ojos y se asustó de verlos tan cerca.

— Por dios, ¿ Que pasa ?, ¿ Por qué me despiertan?.

— Señora Hevinson, no puede dormir aquí.

Le aclaró Charles , desconcertando a Sara.

— ¿ Cómo que no puedo dormir aquí ?.

—Tenemos prohibido dejarla dormir en otro lugar que no sea su cama matrimonial.

— ¿ Qué?, ¡ Es solo un sofá por el amor de…

Protestó Sara mordiéndose los labios. Después giro su vista furiosa a Charles.

— ¿ Y qué harán?, ¿Me sacarán de aquí a la fuerza ?.

— No me pruebe señorita, no quiero tener que hacer eso.

Sara se sintió fastidiada, se levantó de prepo y se alejó del sillón. Al verla pasar a su costado el mayordomo preguntó.

— ¿ A dónde va señora Hevinson?.

— ¡ Al jardín!, ¡¿Ahora tengo prohibido ir al jardín? !.

Exclamó a lo lejos adentrándose en el patio trasero para tomar aire.

— ¡ En 20 minutos estará lista la cena !.

— ¡ Comeré después !.

—¡ Tenemos prohibido darle de cenar sin la presencia del señor Hevinson!.

Lo último que escuchó la hizo enfurecer más, no podía creer hasta donde llegaría Jonathan, por más que fuera la señora de la casa, ninguno de sus empleados le serviría como tal, era como si fuesen cómplices de la descabellada idea de Jonathan de encerrarla en una cárcel.

Sara quería irse, no permitiría que la tratarán de esa forma, pero sabía que condenaría a su empresa si rompía éste matrimonio. Salió hecha una furia de la mansión con todos los empleados detrás de ella, siguiéndole en cada paso que daba.

" Señorita Hevinson"

" Señorita Hevinson".

" ¿ A dónde va señorita Hevinson?. "

Molesta abrió la puerta del conductor del mismo auto que la trajo a ese alcatraz, pero uno de los hombres de Jonathan se lo impidieron, cerrando la puerta e impidiendo el paso.

— ¿ Qué hace, señorita Hevinson?, ¿ A dónde piensa ir?.

—¡ No viviré aquí!, no es necesario, podemos vivir separados.

— El señor Hevinson sabía que reaccionaría de esa forma, y nos dijo que le recordemos una de las cláusulas del contrato que usted firmó..

—En la que específica que mientras estén casados, ambos deben vivir en el mismo lugar en lo que duré el matrimonio. Además señora Hevinson tenemos prohibido llevarla a cualquier sitio sin la autorización de su esposo.

Añadió otro acercándose con los brazos cruzados para ejercer intimidación.

— ¡Ésto no puede ser!, ¡ Es privación de la libertad !. ¡ No pueden retenerme aquí!.

Sara sacó su celular de su bolso y se dispuso a llamar un taxi para que la recogieran, pero enseguida le arrebataron el celular y se lo destruyeron enfrente suyo, pisoteandolo en el suelo.

Sara escandalizada, no podía dar crédito a lo que veía…

— Por favor vuelva adentro hasta que regrese su esposo.

Le sugirió uno, y Sara obedeció pero no sin antes echarles una mirada de desprecio, a estos hombres. No importaba cuán gánster se creyeran, Sara quería demostrarles que no tenía miedo, que por ahora lo dejaba así.

Ella misma se daba cuenta que esto sería difícil. Jonathan la estaba obligando a ser su esposa, y a hacer lo que el deseé.

No podía ir para un lado, ni para el otro, no podía comer lo que quisiera, ni salir sin su autorización. Era una prisionera de verdad, una prisionera de su propio esposo.

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