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Una Boda Sin Amor

Frustración

-¿Entonces Jaz?-preguntó Leía a su amiga quien estaba terminando de leer un texto enviado por su padre-¿Vamos o no?

-¡Claro que vamos!-respondió la chica con entusiasmo- Después de todo es mi cumpleaños ,solo iré a casa a ver que quiere mi padre y nos vemos en la puerta de la disco.

Así que dejando a su amiga la joven que estaba cumpliendo sus veintitrés años se dirigió a su casa a hablar con su padre.

Jazmín Stuart era una joven muy bella, medía un metro sesenta de estatura, sus ojos eran color miel y solo estando muy cerca de ella se podía ver en ellos pequeños puntos de color verde que los hacían ver mucho más bonitos acompañados de unas largas y delicadas pestañas, su cabello a la altura de su cintura de color negro hacía contraste con la textura de su piel la cual era muy blanca, no era una joven delgada más bien era rellenita y eso hacía que cada una de sus curvas fueran más llamativas a la vista. Muchos de sus amigos y compañeros deseaban tenerla como novia, pero su padre se había encargado de inculcarle el hecho de únicamente ponerse de novia con quien fuera a ser su esposo, lo cual dejaba a todos fuera de carrera, especialmente porque su padre solamente aceptaría su matrimonio con alguien de su misma clase social.

Su padre Elton Stuart era un hombre rico, cuyos pensamientos solo apuntaban a enriquecerse aún más sin importar a costa de que lo hiciera.

Cuando Jazmín llegó a su casa situada en una zona bastante alejada del centro, entró directamente hacia el despacho de su padre, mientras iba pasando saludaba a cada uno de los que se cruzaba -los empleados de la casa-todos le tenían mucho cariño por ser ella una joven noble, con muy buenos sentimientos y siempre predispuesta a ayudar a quien hiciera falta. La joven había sido criada por Anna una mujer que había estado a su lado desde que ella era solo una bebé, luego de que perdiera a su madre en un trágico accidente.

Mientras entraba se cruzó con un hombre el cual dedujo ella sería algún abogado, al llegar al despacho de su padre golpeó y cuando este le indicó abrió la puerta para entrar.

-Buenas tardes, papá. -dijo la joven acercándose y dándole un beso en la mejilla.

-Hola cielo, que bueno que viniste...

-Seguro. ¿Qué es eso tan urgente que debemos hablar?-le pregunto mientras se sentaba en el sofá que allí había.

-Bueno- su padre se puso de pie- Debido a que hoy es tu cumpleaños debo decirte algunas cosas que es tiempo que sepas.

La joven se acomodó en su lugar para prestar atención a lo que su progenitor iba a decirle, sin saber que pronto todo lo que ella creía que su vida sería cambiaría radicalmente.

-Mira, cielo. Como sabes tu madre provenía de una familia muy adinerada-la joven asintió- Su padre dejó un testamento en el cual ella era su heredera universal. Y al no estar en vida, por ser hoy tu cumpleaños número veintitrés tú te conviertes en su sucesora...

-¿Pero?-preguntó Jazmín adelantándose

-Pero dentro del testamento de tu abuelo hay una cláusula ...

La joven seguía atentamente cada palabra que su padre le decía y en su interior sabía que algo no estaba bien.

-En ella -continuó el hombre- estipula que solo podrás obtener su herencia si estás casada.

A la joven casi se le cae la mandíbula de la impresión ante tal declaración.

-¿Cómo que casada, papá? Si ni siquiera novio tengo.

-Eso no es problema cariño. Ya lo solucioné- le respondió con una sonrisa el hombre.

-¿De qué estás hablando?

-Mira cariño... como solo podrás hacerte de ese dinero y lo demás si te casas yo te he conseguido un esposo.

-¡Qué! ¿Te volviste loco papá?

-No, niña, Escúchame primero.

A Jazmín no le interesaba en lo más mínimo oír a su padre, era claro para ella el hecho de que dijera lo que dijera no le gustaría para nada.

-Mira- le dijo con mucha tranquilidad- He hablado con un amigo y hemos arreglado un matrimonio por contrato, él te conoce desde hace tiempo y...

-No, papá. Yo no voy a casarme con ninguno de los hijos de tus amigos, sabes muy bien que no me agrada lo estirados que son.

-Escúchame Jazmín, Miltón no quiere que te cases con ningún hijo suyo, quiere que te cases con él.

La joven no podía creer lo que estaba oyendo su padre le estaba diciendo que había hablado con uno de sus amigos-los cuales no tenían menor edad que él-para que se casara con ella.

-Ni lo sueñes...- sin un gramo de dudas la joven se dirigió hacia la puerta dispuesta a ir a encontrarse con su amiga-ahora si me disculpas debo ir a festejar mi cumpleaños. Nos vemos.

Dejando a su padre solo, la joven se dirigió a su habitación a arreglarse para salir, aunque en su cabeza daba vueltas cada palabra propiciada por su padre, le daba mucha impotencia que le haya propuesto algo semejante, pero no dejaría que nada empañara su festejo.

Así que sacando aquella conversación de su mente se vistió , poniéndose un vestido color turquesa a la altura de las rodillas , con un escote en la espalda que llegaba hasta donde está terminaba aunque llevaba el cabello suelto y no se veía. Se puso unos tacos de unos diez centímetros que la hacían parecer más alta y se maquilló de manera que sus ojos fueran lo único que resaltará.

Y sin más preámbulo salió rumbo a la disco a encontrarse con Leía, decidida a disfrutar .

Juego de seducción

Jazmín salió de su casa, en la puerta un coche con chofer la esperaba, se subió y recostó la cabeza en el asiento del coche tratando de no pensar en lo ocurrido. En poco tiempo llegaron al lugar donde su amiga la esperaría, al no verla en la puerta supuso que estaría dentro del lugar así que sin dudarlo entró.

Buscó con la mirada hasta que en el centro del lugar en una mesa vio a Leía, se acercó y la saludo.

-¡Hola! ¿Me extrañaste?- le dijo su amiga con alegría cuando la vio pero no pudo evitar notar que algo le ocurría-¿qué pasó?¿ qué quería tu papá?

Sin pérdida de tiempo Jazmín le contó a su amiga todo lo ocurrido en la charla con su padre y está otra le respondió.

-No te preocupes cielo, ya verás que no va a pasar nada. Mejor disfrutemos de tu fiesta.

-¿De qué hablas?-dijo la joven y en ese instante todo el lugar se oscureció apareciendo un camarero con un pastel que llevaba una vela encendida . Jazmín llevó su vista a sus alrededores y notó que había muchos de sus amigos cerca, todos empezaron a cantarle feliz cumpleaños, y se dio cuenta de que su amiga le había organizado una fiesta sorpresa.

-Pide un deseo, Jaz-Le dijo Leía acercándose y abrazándola

-Ok-dijo la joven al borde de las lágrimas, cerró sus ojos y pidió un deseo.

Luego de eso cada uno de los que habían asistido se acercaron a felicitarla, si bien la amiga de Jazmín había solicitado ayuda de la gente del lugar para festejar el cumpleaños de su amiga, estos habían accedido sin interrumpir los demás eventos del lugar. Por esa razón mientras en una zona se celebraba el cumpleaños de la joven en la parte alta, donde estaban los vip ,un grupo de muchachos se divertían a su manera también.

Cuando las luces del lugar se apagaron...

-¿Qué carajos?-preguntó Lucca a uno de sus amigos , mientras una joven mujer se sentaba en su regazo dándole un beso lleno de lujuria para luego responder a la pregunta de este.

-Un grupo de niños que están festejando el cumpleaños de una de sus amigas y como el dueño los conoce accedió a ayudar.

Lucca no dijo más solo se limitó a acercar a la mujer para sentirla de otra manera.

Lucca era un joven de unos veintisiete años de edad, medía un metro ochenta de estatura, tenía cabello castaño, ojos color negro, se cargaba un cuerpo muy bien cuidado, musculoso y atlético además de que sus rasgos faciales lo hacían ver como todo un dios romano. El hecho de ser descendiente de italianos le jugaba a favor en todo momento. Desde que había partido de su hogar, luego de la muerte de su madre Lucca se dedicó a estudiar, aprovechando el beneficio de la herencia que está le había dejado.

Asimismo aprovechaba el dinero, su físico y carisma para conquistar cuanta mujer hermosa se le cruzara, obviamente que sin ningún tipo de compromiso. Así había vivido siempre y eso era algo que jamás cambiaría. A pesar de ser un playboy, con todo lo que eso implicaba era también un gran hombre de negocios, dirigía su propia empresa de bienes raíces de manera excepcional.

Cada fin de semana se encontraba con sus amigos a "festejar la vida" en la misma disco, donde los tragos y las mujeres bellas nunca faltaban. Lucca sintió curiosidad por el grupo de jóvenes que festejaban en otra zona del lugar, se los oía muy alegres. El joven y su chica de turno se dirigieron a la pista de baile y luego de un par de canciones regresaron al vip que siempre ocupaban con sus amigos el cual estaba situado en la planta alta del lugar . Desde allí se podía apreciar la pista de baile y a cada persona que allí se encontraba a través de un gran ventanal, Lucca y su amigo Marco observaban aquellos jóvenes saltar, reír y bailar muy animados festejando.

-¿Viste eso?-habló Marco dirigiéndose a su amigo que se hallaba a su lado.

-Aja...es...-respondió el joven sin poder evitar su asombro

-¡Es muy bella!-suspiro Marco y ambos quedaron en silencio viendo hacia la pista de baile embelesados , a aquella muchachita de vestido corto y cabello largo que bailaba en la pista sin inhibiciones.

Mientras tanto Jazmín y sus amigos celebraban, a pesar de que la joven siempre había sido muy recatada había entendido que nadie sabía lo que podía ocurrir el día de mañana así que decidió vivir al máximo, al menos esa noche que para ella significaba mucho. La joven sonreía, bailaba, saltaba de emoción y alegría con su amiga a su lado, la cual en un momento la vio y le dijo

-¡Me encantó como te vestiste, cariño! Aunque hay algo que yo cambiaría-

-¿Qué cosa?-Preguntó ella con curiosidad mientras su amiga caminaba para situarse a su espalda.

-Deja y te muestro- Le dijo, mientras le tomaba el cabello y se lo levantaba para improvisar un moño alto.

-No, Leía. Es mucho-dijo apenada

-¡Es perfecto! Además, no te preocupes nadie lo va a notar- dicho esto sonrió quitándose de atrás de su amiga y volviendo a su lugar.

Los jóvenes que estaban mirando con atención cada acción ocurrida allí abajo, sintieron curiosidad al ver lo que la chica hacía, no despegaron sus ojos para no perderse de nada. De pronto vieron que la muchacha que ahora llevaba su cabello recogido le dijo algo al oído a la otra y se dio vuelta dándoles de esa manera la espalda, mostrando el enorme escote que llegaba al nacimiento de sus nalgas, en ese mismo instante ambos se vieron y de la boca de Lucca solo se oyó...

-¡Es preciosa!- su amigo no hizo más que afirmar con un movimiento de cabeza, cuando volvieron su mirada ella ya no estaba, Lucca salió con prisa hacia la puerta.

-¡Hey, !¿adónde vas?-Le dijo su amigo

-A buscarla, esa muñeca no se me escapa por nada del mundo.-sonriendo con autosuficiencia salió del vip en busca de Jazmín.

Mientras tanto la joven que había ido al baño se veía al espejo admirando como le quedaba la ropa y el recogido que su amiga había improvisado.

-Decidido- dijo mientras se veía al espejo- en la mañana voy a hablar con mi padre, no pienso casarme con nadie. Mucho menos sin amor.

No soy de las que desean hallar un príncipe azul porque sé que esos no existen, pero si de las que creen que en algún lugar se encuentra el hombre correcto.

Con esa afirmación y una sonrisa en sus labios salió del baño, caminaba por el pasillo hasta que una voz la detuvo

-Hola, preciosa-dijo Lucca que estaba en la penumbra, afirmado en una pared con sus brazos cruzados en el pecho.

Jazmín hizo caso omiso a aquel hombre y siguió caminando, en ese instante las luces del lugar bajaron su intensidad, ella detuvo su andar, la oscuridad extrema no era su amiga.

-No te preocupes, yo te cuido -le susurró muy cerca de su oído y sin dejarle emitir palabra alguna aprovechó lo que creía era su oportunidad y la acercó hacia él tomándola por la cintura.

Jazmín que estaba algo asustada no reaccionaba ante aquella situación, en el preciso instante en el que Lucca tocó la piel descubierta de su espalda, ambos jóvenes sintieron un toque de electricidad, eso hizo que ella alzará su cabeza para verlo a los ojos, aunque en la penumbra que estaban envueltos eso no era posible.

Ambos quedaron inmóviles sin emitir palabra alguna, solo sintiendo sus propias respiraciones.

-¡Jaz, Jaz!-Leía venía en la oscuridad alumbrando con su móvil -¿Dónde estás, cariño?

El escuchar la voz de su amiga hizo que Jazmín reaccionara intentando soltarse del agarre de Lucca, quien al darse cuenta lo único que hizo fue inclinar su rostro, tomar con sus dedos el mentón de la chica dejando en sus labios un beso dulce y suave que hizo estremecer el interior y exterior de la joven .

-Nos vemos, preciosa.-le dijo y se marchó .Jazmín quedó congelada en su sitio mientras con sus dedos tocaba el lugar donde aquel hombre, al cual no había podido ver con claridad le había besado. Sintió un toque en su hombro y recién ahí reaccionó.

-Jazmín, ¿Estás bien?-ella afirmó con un movimiento de su cabeza- debemos irnos, la luz no va a regresar por el momento- y sin decir más nada Leía tomó a su amiga del brazo sacándola del lugar pasando entre las personas que también se retiraban de allí.

Mientras tanto Lucca que aún estaba cerca la veía marcharse , mirando para todos lados, una sonrisa se dibujó en su rostro al darse cuenta que había logrado lo que quería. Ahora solo seguía volver a verla un par de veces más para luego obtener la victoria en su tan habitual "juego de seducción "

Un contrato...

Lo que Lucca no sabía era que eso se tardaría más tiempo de lo que él pensaba.

Mientras Jazmín era dirigida por su amiga hacia la salida del lugar, que aún se hallaba a medias luces, pues al parecer un desperfecto eléctrico había provocado un apagón y la fiesta no podía continuar. Leía sabía que Jazmín tenía algunos episodios de ansiedad en determinadas ocasiones y el estar en la oscuridad era uno de ellos por esa razón apenas las luces se apagaron salió en su búsqueda para evitarle un ataque de pánico.

Cuando por fin la encontró la arrastro fuera del lugar sin darse cuenta de que a su amiga le ocurría algo diferente de lo que ella pensaba.

Ambas subieron al coche de Leía y esta condujo hasta su propia casa, su amiga no estaba en condiciones de regresar a la suya debido a la charla que había sostenido con su padre. Y si ella podía retrasar cualquier otra cosa lo haría.

Al llegar ambas bajaron sin decir una palabra, entraron a la casa donde Leía siempre tenía una luz encendida por las noches, la joven encendió la lámpara de la sala y ambas se desplomaron en el enorme sofá del living. Se miraron y cerraron los ojos dejándose envolver por el cansancio y el sueño.

Cuando Leía despertó, restregó sus ojos hasta que aclaró su visión notando que su amiga ya no estaba a su lado, en cambio, al enderezarse la vio venir desde la cocina con un vaso de agua y unas pastillas que ella sabía le vendrían muy bien para la resaca.

-Buenos días-dijo Jazmín

-Buen día, Jaz-Respondió Leía

-Ni preguntarte como estas porque se nota que bastante cruda...

-Nop. Aunque yo si quiero preguntar...-Dijo Leía y su amiga quedó esperando la pregunta.

-¿No tuviste un ataque, verdad?

-Nop-dijo con algo de timidez Jazmín-un tipo me besó...

-¿Qué? ¿Cómo que un tipo te besó?-preguntó la joven y su amiga le relato lo ocurrido desde que salió del baño hasta que ella la rescató de la oscuridad.

-¡Guau! Eso es...es...-Leía no hallaba la palabra para describir la situación.

-¿Raro?-Preguntó Jazmín

-¡Muy emocionante!-dijo al fin con una enorme sonrisa -¿Y lo vas a volver a ver?

-¿Cómo? Si ni siquiera lo vi con claridad.-en ese preciso instante se oyó el móvil de Jazmín quien lo tomó y atendió.

-"Diga... Sí, papá. Ok, nos vemos luego".

-¿Qué quería?-Preguntó Leía

-Quiere que vaya para hablar.- respondió Jazmín

-¿Y... vas a ir?-Cuestionó su amiga

-Tengo que...-afirmó con desgano la otra- pero vuelvo¡eh!.

-Ok. Te cuidas-así Jazmín salió de la casa de su amiga a ver a su padre.

El camino hacia su casa se le hizo larguísimo mientras sus pensamientos divagaban entre la voz , la figura y el aroma de aquel hombre.

Cerró los ojos y no pudo evitar recordar en detalle cuando sintió la respiración de aquel hombre antes de que la besara. Ese recuerdo la hizo vibrar por dentro y desear que hubiera sido algo más que un simple beso.

Llegando a la reja de la entrada el chófer le aviso que estaban cerca, ella se incorporó en su asiento contemplando la belleza y majestuosidad de aquella mansión, no comprendía como a pesar de tener tanto su padre insistía en tener aún más.

Se bajó , entró a la casa planeando llegar a su cuarto , darse una buena ducha, recostarse a descansar un poco y luego buscar a su padre . Pero sus planes se vieron frustrados al pasar frente a la sala.

-Jazmín -la voz de su padre la detuvo- ¿Dónde has estado?

-Hola, papá. En casa de Leía, estudiando.

-Sí, como no. Ese cuento a otra persona.-le reclamo-¿Acaso no te has dado cuenta de que ahora debes andar con mucho recato?

La joven lo vio con una expresión de desconcierto ¿Acaso estaba prohibiendo que saliera?

-¿De qué hablas?-indagó-

-De que ahora que vas a comprometerte, debes tener cuidado por donde andas. No queremos que tu futuro esposo desista de la boda porque tu andas por ahí de libertina.-respondió su padre

-¡No, no, no! Así no papá. Que te quede claro yo no voy a comprometerme con nadie. Y mucho menos voy a casarme.-soltó con enfado jazmín-

-Eso lo vamos a ver-la desafío su padre-ahora ve a arreglarte que enseguida vendrá tu prometido a cenar.

-¡Qué! ¿Para eso me querías en la casa?

-Exacto, tiene derecho al menos a una plática contigo.-aclaró con puro autoritarismo el hombre

-¿Y mis derechos?¿donde quedan?-reclamó la joven

-Donde siempre han estado, niña. Pero tus derechos no sobrepasarán jamás a nuestra familia.

-¿A nuestra familia? ¿O a tu ambición?

-¡Vamos niña! No juegues conmigo y sube a ponerte bella.

Jazmín no soportaba que su padre fuera tan autoritario, de hecho era así con todos en aquella mansión.

Ella había planeado una vida muy simple para sí misma, sin depender del dinero de su padre. Planes que cumpliría al terminar sus estudios universitarios, lo que ocurriría al año siguiente, sin embargo, ahora estaba peleando con su padre por no afrontar un compromiso arreglado.

¡Por supuesto que no lo haría! Ella no se comprometería con nadie. Esa misma noche dejaría todo atrás, rechazaría aquel compromiso y luego se iría de la casa en busca de uno de sus hermanos .

Decidió no hacer enfadar a su padre se bañó, arreglo su cabello y se vistió con un atuendo sencillo pero que dejaba ver la mujer bella en que se había convertido.

Bajó, oyó voces, demasiadas para ser solo una cena ,y si la muchacha tenía alguna duda, al entrar a aquella sala estas se disiparon completamente.

-¡Oh por Dios!-exclamó al ver que allí había más personas de la que ella esperaba...

-Bien... señores, aquí está mi bella hija Jazmín...-dijo su padre extendiendo su mano para que ella se acercara, y así lo hizo la joven

-¿Qué es esto papá? -indagó en voz baja sintiéndose muy enojada

-Esto es tu cena de compromiso, niña.-le dijo de la misma manera el hombre

Las palabras de su padre quedaron dando vueltas en su cabeza sin darse cuenta de que en pocos segundos su padre la había llevado hasta donde estaba aquella gente, que por cierto eran todos tan mayores como su padre .

-Cariño -le dijo Elton-él es Miltón Lorenz , un gran amigo y tu prometido.

Aquellas palabras estremecieron a la joven"¿prometido? ¡Ni en sus sueños! Pensó ella.

Alzó la vista solo para ver que estaba de pie frente a un hombre mayor que ella. Lo escudriño de arriba abajo era alto, de cabello cano, no era feo pero... ¿Bien podría ser su padre?

Tratando de no ser decortez saludo al hombre , estirando su mano , este la tomó y la dio un beso en el dorso. Luego su padre le presentó a otro señor que según él era abogado y también se hallaba allí el abogado de la familia.

Entonces Jazmín terminó de comprender que sería complicado huir de allí.

-Señor. -dijo uno de los empleados-la cena está servida.

-Papá...-le susurró aprovechando que los invitados estaban lejos- por favor hablemos.

-Después de cenar.-le corto él

De esa manera todos compartieron la mesa , Jazmín tuvo que soportar las conversaciones de aquellos hombres que hablaban solo de negocios y dinero. Se sentía lo que sigue de aburrida.

Casi llegando a media noche comenzó a bostezar, su padre la miraba con enfado

-Jazmín ¿me acompañas?-le dijo su padre poniéndose de pie para dirigirse al balcón

-Ok...-dijo ella levantándose de su lugar y caminando detrás de él con resignación

-¿Qué ocurre contigo? ¿Por qué te comportas como una chiquilla?

-Porque eso soy para él, una chiquilla ¿o acaso no ves que tiene casi tu edad?

-Tiene mi edad-afirmó con orgullo el hombre

-¿Y no te da un gramo de pena querer comprometer a tu hija con un sujeto que bien podría ser su padre?

Elton la miró ladeando la cabeza...

-Primero - le dijo-no hay razón para sentir pena , Milton es un hombre muy caballeroso. Segundo él sabrá como cuidar de ti, tercero no quiero comprometer a mi hija, ya lo hice y por último tú no vas a negarte pues ya he firmado un contrato con él.

La mirada de Jazmín se desencajó y en su interior las emociones se mezclaban como si un huracán estuviera arrasando con todo.

-¿Qué dices? ¡No importa! Yo no firmé nada, así que yo no me caso con nadie.-dijo más que segura y ver la sonrisa macabra que se dibujó en el rostro de su padre le dijo que estaba todo muy mal

-Error niña, tú te casas aunque no quieras, aunque tenga que llevarte a rastras al altar.

-¡Qué no me voy a casar papá !

-Sí, lo harás , porque si no lo haces perderemos la herencia de tu madre y es necesario recibirla porque de lo contrario estamos perdidos...

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