Siempre la misma rutina, siempre un cielo gris y un tormento llamado sociedad, todo esto me ha llevado a creer que los seres humanos no somos más que simples cifras en este mundo, simples números que no tienen nada de importante y más aún si tienes el desfortunio de nacer como Omega en una sociedad tan idealizada, cómo lo es mi caso, o, al menos eso era lo que creía.
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-Ying Ying despierta, el profesor no tardará en llegar.- dijo un chico de ojos castaños.
-mmm..- dijo Ying Ying un poco adormilado, mientras sus ojos verde esmeralda soltaban un pequeño lagrimeo debido a un tierno bostezo.
-Aw realmente te ves bastante adorable- dijo el chico de ojos castaños.
-Cierra la boca Young-Yin- dijo Ying Ying un poco malhumorado.
Al ver la tierna expresión de su compañero Young-Yin no dudo en acercar de forma precipitada su rostro al de Ying Ying, ya que le encantaba observar sus hermosos ojos verdes.
Al notar está repentina acción por parte de su amigo, Ying Ying no pudo evitar sonrojarse mientras sentía como su corazón amenazaba con salir de su pecho.
-Oye alejate, me repugnas- dijo Ying Ying desviando la mirada para que su compañero no notará lo sonrojado que estaba.
-Jjajaja ¿ es eso verdad?- dijo Young-Yin mientras se alejaba hacia su lugar de clase.
*Maldito, cómo se te ocurre hacer eso? Es que acaso no te das cuenta que me gustas desde hace 3 años.- pensó Yin Ying, pues efectivamente el pequeño de ojos esmeraldas, sentía algo por su amigo, sentía ese torbellino de emociones desde que lo conoció el primer año de universidad, en primer lugar no pudo evitar sentirse atraído por un alfa tan atractivo y con la convivencia se dió cuenta de lo dulce que es su personalidad.
En ese momento la entrada del profesor interrumpió los pensamiento de Ying Ying, transcurrieron las horas y sin darse cuenta ya era hora de ir a casa, Ying Ying no podía creer que el tiempo pudiese pasar tan rápido.
Ying Ying se dispuso a guardar sus cosas, cuando terminó se dirigió a la salida pero algo detuvo sus pasos.
-Oye Ying...¿Te gustaría venir a tomar un café conmigo?...me gustaría contarte algunas cosas- dijo Young-Yin algo nervioso, mientras tocaba su nuca y desviaba la mirada.
Ying Ying no pudo evitar sentirse emocionado, en su mente no paraban de circular múltiples escenarios en los que Young-Yin y el terminarán en una relación.
-A...claro- dijo Ying Ying tratando de parecer tranquilo.
Ambos caminaron durante varios minuto asta llegar a una gran cafetería, al ver la cafetería Yin Ying no pudo evitar sentirse sorprendido, pues era una de las más grandes cafeterías del país, tenía cadenas internacionales y se rumoraba que no era la única empresa del dueño, pues el dueño de esta compañía también dirigía algunas otras relacionadas con la tecnología y la medicina.
-Wow, seguro que es aquí?- dijo Ying Ying todavía impresionado, parecía un pequeño niño.
Ante esta situación Young-Yin no pudo evitar reír levemente mientras asentía.
Ambos chicos entraron, y fueron atendidos por un apuesto joven que parecía ser al menos 2 años mayor que ellos.
Ambos ordenaron capuchino, mientras se acercaban a una de las mesas para poder conversar.
- Y bien, de que querías hablar, recuerda que mi tiempo es valioso.- dijo Ying Ying tratando de controlar la emoción que le corroía por dentro.
-Bueno...necesito tu ayuda- dijo Young-Yin un poco sonrojado por la vergüenza.
-Y dime para que necesitas mi valioso intelecto- dijo Ying Ying un poco sarcástico.
-Me gusta alguien, pero no sé cómo decirle, por eso necesito que me ayudes- dijo Young-Yin con un tono suplicante.
Al escuchar esto Ying no pudo evitar sentir un sobresalto en su pecho, mientras un escalofrío recorría su cuerpo y mordía su lengua para evitar romper en llanto.
-Y bien quien es??- dijo tratando de disimular su desilusión.
-Bueno, es un Omega adorable, es realmente hermoso, ya hemos convivido un poco y su personalidad es agradable - decía Young-Yin mientras se notaba entuciasmo en sus palabras.
-Necesito conocerlo, y yo ayudaré a que le confieses tus sentimientos, tu solo invitalo a tomar un café con nosotros- dijo Ying Ying con una gran sonrisa en su rostro que cubría por completo su tristeza.
-Aaaaa, Gracias Ying, en serio no me arrepiento de ser tu amigo, eres la mejor persona que he conocido- dijo con gran emoción el de ojos castaños.
-Jjajaja siii, pero esto te costará una porción de pastel de vainilla- dijo Ying Ying un poco nervioso.
-retiro lo dicho- dijo Young-Yin con resignación.
Ambos seguían conversando de cosas poco importantes, asta que el teléfono de Young-Yin sonó, al atender la llamada se tuvo que retirar.
-te dejo el dinero para que pagues el café, tengo un poco de prisa y debo irme- dijo Young-Yin mientras tomaba sus cosas y se disponía a salir.
-Maldito idiota- dijo Ying Ying una vez ya se había ido Young-Yin.
Ying no podía evitar que lágrimas cayeran levemente por sus mejillas mientras apretaba sus labios para evitar romper completamente en llanto.
Mientras lloraba en silencio, y maldecia en voz baja a Young-Yin, no se dió cuenta en qué momento el apuesto joven que los atendió en la entrada estaba enfrente suyo.
-¿Se encuentra bien?- dijo el joven con un poco de preocupación en sus oscuros ojos.
Al ver los hermoso que era aquel joven con sus ojos oscuros y su cabello negro Ying Ying no pudo evitar sonrojarse un poco.
-Eres lindo- dijo Ying mientras limpiaba sus lágrimas.
-Jjajaja, si, me lo han dicho muchos- dijo el joven mientras se reía del brusco cambio emocional de Ying Ying.- ¿Dos capuchinos verdad?- dijo el joven mientras ponía ambas bebidas en la mesa.
-Solo uno para mí, tu toma el otro- dijo Ying Ying mientras sorbia su bebida.
El joven quedó sorprendido de tan rara acción, y a la ves de lo tierno que se veía el de ojos esmeraldas bebiendo su café mientras parecía estar malhumorado.
El chico de ojos oscuros no pudo evitar sentirse mal por aquel joven de ojos esmeraldas, así que tomo asiento frente al chico de ojos esmeraldas.
-¿Realmente te gusta el capuchino?- pregunto el joven de ojos oscuros, mientras sorbia la bebida que Ying Ying le había dado.
-Si, aunque amo más las cosas dulces- dijo Ying Ying mientras hacía un pequeño puchero.
El chico de ojos oscuros no pudo evitar sonrojarse ante lo tierno que parecía Ying Ying, así que solo sonrió levemente.
-Y tu, parece que no te gustan las cosas ni siquiera un poco dulce- dijo Ying Ying mientras señalaba la bebida del de ojos oscuros.
-A...realmente me agradan más las cosas amargas- dijo el chico de ojos oscuros un poco avergonzado.
Ying Ying no pudo evitar reírse cuando vio lo avergonzado que estaba el de ojos oscuros, al notar la pequeña y tierna risa de Ying Ying se sonrojo al punto de parecer una fresa.
-Eres lindo, tanto que me siento celoso del chico que acaba de irse- dijo el de ojos oscuros con un tono seductor y posesivo, al ver este brusco cambio de personalidad Yin Ying se sintió nervioso y se sonrojo, lo que causó gracia en el mayor.
Hubo un corto silencio, pero a pesar de ser completos desconocidos con un silencio de por medio, este no se sentía incómodo, todo lo contrario, ese instante parecía eterno pero tranquilizante mientras sus mirabas no se despegaban de la opuesta, causando que sus corazones se acelerarán internamente.
De pronto Ying Ying decidió romper aquel silencio, pues sentía que su corazón terminaría explotando de tanta belleza y tranquilidad.
-mmm...¿Cuál es tu nombre?- dijo Ying Ying mientras desviaba un poco su mirada para evitar que el mayor notará su sonrojo.
-Xiao-Ce, pero puedes decirme Xiao Xiao- dijo el de ojos oscuros.
-mmm...Xiao...Ce.- dijo Ying Ying un poco avergonzado.
- Jajajajaja- rio ligeramente Xiao-Ce ante lo avergonzado que se veía Ying Ying.
-¿Que te causa tanta gracia?- dijo Ying Ying aún más avergonzado y con sus mejillas completamente rojas.
-Eres hermoso- dijo Xiao-Ce de forma coqueta- ¿Puedo saber cuál es tu nombre?
-Me llamo Ying Ying, y no digas tonterías - dijo El de ojos esmeraldas un poco malhumorado.
De pronto aquella pequeña charla fue interrumpida por la voz de una chica.
-Xiao Ciao, puedes venir y ayudarme por favor- dijo una de las chicas que se encontraba en el mostrador.
-Claro- dijo Xiao-Ce mientras se levantaba de su asiento- Creo que debo retirarme, por cierto eres un lindo omega- Xiao-Ce dijo esto último con una intensa mirada que hizo que a Ying Ying se le paralizara el corazón.
Cuando Xiao-Ce se retiró por completo de la mesa de Ying Ying, este no pudo evitar soltar un gran suspiro de alivio.
*Maldita sea que fue todo eso* pensó Ying Ying, un poco alterado y confundido.
De pronto Ying Ying miro su teléfono y noto que había estado bastante tiempo en aquel lugar, se dispuso a tomar sus cosas y al salir de la cafetería pudo notar lo nublado que se encontraba el cielo, parecía que podía llover en cualquier momento.
Al principio pensó que tal vez podría llegar a su casa antes de que comenzará a llover, pero su idea fue errónea, pues solo unos segundo fuera de la cafetería y comenzó a llover tan fuerte que parecía que el cielo fuese a caer en mil pedazos.
-Maldicion- dijo Ying Ying bastante malhumorado, y al no tener otra opción, regreso al interior de la cafetería y se sentó en la misma mesa que estaba ocupando.
Mientras Ying Ying esperaba a que la lluvia se detuviera, comenzó a jugar con su teléfono, sin embargo había algo que le mantenía nervioso y era la presencia de Xiao-Ce, que aunque este se veía muy concentrado en su trabajo, Ying Ying no podía evitar sentir aquella sensación de ser observado por la intensa mirada del mayor de ojos oscuros.
Transcurrieron las horas y la lluvia parecía no estar siquiera cerca de parar, y Ying Ying comenzaba a sentirse aburrido y con sueño, fue tanto el sueño que sintió, que no supo en qué momento se quedó dormido. Xiao Xiao se dió cuenta cuando Ying Ying se quedó dormido y no pudo evitar sonreír ante la ternura que le emitía aquella imagen del delicado rostro de Ying Ying reposando sobre la mesa mientras esté dormía
Ying Ying, no supo cuánto tiempo durmió asta que Xiao-Ce lo despertó.
-Ying Ying, despierta- dijo Xiao-Ce de forma suave mientras sacudía delicadamente el hombro de Ying Ying.
-mmm...- fue una pequeña expresión que emitió Ying Ying al apenas comenzar a despertarse.
-A terminado de llover, puedo llevarte a tu casa, acabo de terminar mi turno- dijo Xiao Xiao amablemente.
-mmhm- expreso Ying Ying, pues aún se sentía un poco adormilado.
Ambos chicos se dispusieron a salir de aquella cafetería, Caminaron varios minutos mientras conversaban un poco de sus vidas y Ying Ying le decía a Xiao Xiao en dónde vivía.
Tal vez no llevaban ni un día de conocerse, pero sentía que realmente encajaban el uno con el otro.
Su conversación fue tan fluida que no se dieron cuenta en qué momento llegaron a la casa de Ying Ying.
Al abrir su apartamento, Ying Ying hizo una pequeña reverencia a Xiao Xiao en forma de agradecimiento.
-Gracias- dijo Ying Ying con una hermosa sonrisa en su rostro.
Ante está acción Xiao Xiao no pudo evitar asentir con una leve sonrisa en sus labios, para después darse la media vuelta, pero una pregunta de parte de Ying Ying impidió que Xiao Xiao se dispusiera a avanzar.
-¿Cómo supiste que era Omega?- dijo Ying Ying con un tono que exteriorizaba su incertidumbre.
Ante esta pregunta Xiao-Ce se acercó al oído de Ying Ying para susurrarle la respuesta.
-Tu aroma es tan dulce que puedo asegurar que es igual al de la vainilla, y aunque soy un alfa que no le agradan las feromonas dulces, puedo decirte que las tuyas no me desagradan- dijo Xiao Xiao en un susurro tan seductor, que estremeció por completo el cuerpo de Ying, mientras la mejillas del menor tomaban un color rojizo intenso.
El corazón de Ying Ying se estremeció por completo provocando en el una extraña sensación de nervios. Al ver el avergonzado y rojizo rostro de Ying Ying, Xiao-Ce no pudo evitar reírse levemente.
—Creo que debo irme- dijo Xiao Xiao aún con una sonrisa en su rostro, mientras Ying aún seguía sorprendido y avergonzado.
En ese momento Ying Ying desvió la mirada aparentando estar malhumorado.
—Si...Ya deberías irte- dijo Ying, en un tono apenas audible.
Luego de estas palabras, Xiao Xiao se dispuso a retirarse, dejando a un Ying Ying completamente perdido entre los acelerados latido de su corazón y su nublada mente de nervios.
Ying Ying se encontraba recostado en su cama, no podía dejar de pensar en las palabras de aquel alfa "aunque soy un alfa que no le agradan las feromonas dulces, puedo decirte que las tuyas no me desagradan" el pensar una y otra vez en aquellas palabras, provocaban que Ying se sintiera nervioso nuevamente, y como si no fuese suficiente, no podía dejar de pensar en lo hermoso que era Xiao-Ce y lo deslumbrante que era su sonrisa.
—¿Por qué era tan jodidamente sexy?- dijo Ying en un susurro antes de quedarse dormido por completo.
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Mientras tanto Xiao Xiao había llegado a su casa, tomo una ducha y decidió leer un poco. Xiao Xiao llevaba varios minutos tratando de concentrarse en su lectura, pero desafortunadamente no lo conseguía, pues en ese instante pasaba por su mente lo tierno y lindo que se veía Ying Ying sonrojado, este proceso era repetitivo.
Xiao-Ce se encontraba completamente inquieto y comenzaba a desesperarse, pues aquella sensación de abrumación era completamente nueva para el, llegó al punto de lanzar el libro contra la pared, mientras cubría sus ojos con sus manos en señal de frustración y desespero.
—haa, por qué me distraes ni siquiera se quién eres o de dónde vienes- dijo Xiao-Ce para si mismo.
De pronto algo llamo la atención de Xiao-Ce, era su entrepierna, no podía creer que el solo pensar en un lindo rostro sonrojado, despertara sus instintos.
—Tsk, ¿Que soy? ¿Un adolescente?- dijo confundido y frustrado.
Al ver la reacción de su cuerpo, Xiao-Ce no pudo evitar sentirse patético y comenzó a reírse de si mismo, cuando su risa estaba por concluir, cambio a una expresión facial completamente seria.
—Maldita sea, realmente no está mal- dijo en un susurro refiriendo a Ying Ying.
El sol chocaba con los cristales de la habitación de Xiao-Ce, pareciese que el sol intentaba avisarle de su presencia, y efectivamente, Xiao-Ce despertó con ojeras en sus ojos, pruebas de que toda la noche había estado pensando en Ying Ying y tratando de evitar que su cerebro produjerá alguna extraña fantasía.
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—uaaaa- era el sonido producido por un bostezo proviniente de Ying Ying.
*¿Por qué tengo que venir a la escuela los sábados?* Se pregunto Ying Ying en su mente.
Claro, el tenía la obligación de asistir a clases incluso los sábados, pues sus notas lo pedían.
Las horas de clase transcurrieron y Ying podía sentir como sus ojos intentaban cerrarse en contra de su voluntad, pues efectivamente las clases lo estaban matando de aburrimiento.
Por fin, se escuchó el timbre de una campana, y como si fuera una habilidad, Ying Ying no escucho las últimas indicaciones de su profesor, pues cuando menos lo espero, ya se encontraba en la salida del instituto.
Al encontrarse fuera, vio algo que lo estremeció e hizo que un sentimiento tan desagradable retumbara por todo su cuerpo; Vio a Young-Yin abrazando por la cintura a un hermoso chico de ojos color marrón y cabello claro, le dolía admitirlo pero Young-Yin se encontraba sonriéndole a aquel chico de una forma que nunca hubiese podido imaginar.
De pronto Ying Ying no supo en qué momento se perdió dentro de aquel tornado de emociones desagradables, asta que Young-Yin se percató de su presencia y decidió hacerle una seña para que se acercará.
La seña de Young-Yin hizo que Ying saliera de aquel pantano de emociones. Ying Ying trago un poco de saliva para aligerar el nudo que se encontraba en su garganta y como si hubiese hecho magia, solo se dirigió a ellos con una sonrisa en su rostro, misma que tenía el propósito de ocultar y frenar la ira, los celos y la tristeza que estaban a punto de controlarlo.
—¡Hola!- dijo Ying en un tono de voz elevado que aparentemente expresaba alegría.
En ese momento al ver la sonrisa de Ying Ying, Young-Yin soltó la cintura del chico de cabello claro, y se dirigió a Ying para abrazarlo, esto era una forma de saludarse desde que se conocieron.
—¿Es que acaso no piensas presentarme a tu pareja?- dijo Ying mientras su mirada se posaba en el chico de cabello claro que también lo veía con un poco de desconfianza.
—No hace falta que Young-Yin me presente, yo soy Yeon-Gi mucho gusto- dijo con una aparente sonrisa en su rostro mientras su mirada mostraba una desconfianza y agudeza dirigida a Ying Ying.
Al parecer Young-Yin noto lo tenso que estaba el ambiente, así que decidió simplemente desviar el tema para disminuir la tensión.
–Les parece si vamos a tomar un café - dijo Young-Yin tratando de fingir no percatarse de la brecha entre Yeon y Ying.
–claro- respondieron casi al mismo tiempo, pero no era un tono normal si no, uno desafiante y competitivo pues ninguno de los dos se iba a rendir fácilmente.
De camino a la cafetería todo fue incómodo, gracias al desafío entre Yeon-Gi y Ying Ying; Mientras que Young-Yin no podía decir nada por miedo a que las cosas fuesen peor a como estaban.
Los tres chicos entraron a la cafetería, misma donde Ying Ying había conocido a Xiao Xiao, tomaron asiento y transcurrieron algunos minutos sin que nadie dijera nada, volviendo así el momento incómodo. De pronto aquella incomodidad fue interrumpida por Xiao-Ce.
Xiao Xiao coloco una bebida en la mesa de Ying Ying, lo que sorprendió a los tres chicos pues nadie había ordenado nada aún. Luego de colocar la bebida en la mesa, Xiao-Ce se acercó al oído de Ying Ying.
–Sabes tu aroma es tan difícil de olvidar que he decidido crear una bebida muy parecida- dijo Xiao-Ce en un susurro que estremeció por completo el cuerpo de Ying Ying tornando de un rojo carmesí sus lindas mejillas.
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