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Heridas Sanadas

Cap1

Alexandra Brunete, 16 años chica soñadora, feliz.

Llegó con su familia a un nuevo lugar para vivir, pero nunca imaginó que allí cambiaría su vida.

_ Papá pero, que hermoso es este lugar.

_ claro que sí, mi hermosa hija.

_ me gusta mucho el campo lo sabes

_ sí hija, sabía que te gustaría.

Una familia humilde, trabajadora, su madre costurera, su padre un albañil, habían cambiado de vivienda, porque ambos padres habían quedado sin trabajo.

Su padre había logrado conseguir un nuevo trabajo como capataz de una hermosa hacienda.

_hay muchos caballos, papá.

_ Sí de todos ellos me haré cargo hija, mejor dicho de todo este lugar.

Una chica hermosa, cabello castaño, ojos color miel, piel muy blanca. Muy hermosa

Tenía muchos deseos de ser la mejor arquitecta, sus padres con muchos esfuerzos la apoyaban. Era su única hija y la mejor de todas. Siempre respetuosa, muy atenta a sus padres y sobre todo obediente.

Ahora todo cambiaría para ella, ya que dejó sus amigos, aquel colegio y ahora empezaría de nuevo. Aun así era feliz,.

_ Buen día, mamita

_ Buen día, hija

_ Debes desayunar y alistarte, vamos a salir, vamos a inscribirte en el colegio para que comiences tus clases hija.

_sí mamá, desayuno y salimos.

Se vistió con un jeans, blusa color rosa y zapatillas.

Al salir del lugar pudo notar que era más grande de lo que imaginó. Algo o más bien alguien llamó su atención, y era que al salir de los terrenos de ese sitio, había una hermosa casa, dónde notó a un chico muy guapo, cabello negro, piel trigueña, ojos negros. Sus miradas se cruzaron y ella sintió que su corazón se detenía y las mariposas volaban en su estómago. Así siguió con su madre al colegio.

_ hija, sé que te va a gustar tu nuevo colegio.

_ ojalá, mamá.

_ ya verás que sí, y tendrás nuevos amigos

tengo temor, mamita.

_no tienes por qué hija.

_ Claro mamá, mírame, soy diferente.

_no entiendo.

_ Mamá, pues soy la hija de un capataz, y no me avergüenza, pero estudiar en este colegio no sé cómo me traten.

_ no te preocupes, hija todo va a estar bien ya verás.

_ bien mamá.

Así entre pláticas y a la vez algo de temor de parte de Alexandra, llegaron al colegio. Se notaba que era un lugar para niños con dinero, pero sus padres con ese nuevo trabajo, podrían ponerla a estudiar allí.

_ Te gusta, hija?

_ sí, mamita

__ Eso me alegra, ya el lunes comenzarás un nuevo camino en este lugar, sé que saldrás con honores.

_ Gracias mamá por creer en mí.

_ sabes que eres nuestra única hija y haremos lo mejor para ti para que logres tus sueños.

_ eso lo sé mamá y lo voy a lograr por ustedes, por mí.

Había quedado encantada con el lugar, con algo de temor, pero las palabras de su madre la alentaron. Así juntas volvieron a la finca, su madre a los quehaceres del lugar y ella ayudarla, no tenía que ir si no

hasta el lunes al colegio, así que aprovecharía el fin de semana para conocer el lugar.

Cap.2

Un fin de semana llegó, y con él una feliz Alexandra, encantada por su nuevo hogar.

_Buen día mamá, papá

_buen día hija, contestaron sus padres.

_

_ Quiero ir a ver los caballos después del desayuno, vas a ir conmigo Alexandra???

_ si papá, pero también quiero caminar, recorrer el lugar.

_ Está bien hija, solo ve con cuidado

_ así lo haré papá.

Hasta el momento para ella todo ese lugar le parecía hermoso, lo sentía mágico, todo a su paso le gustaba. Mientras caminaba, sintió que alguien la observaba y claro era Antonio, el chico que había visto el día que fue con su madre a inscribirse en el colegio.

Muy tímida lo miró y esas pequeñas mariposas volvieron a su estómago.

_ Hola hermosa, mucho gusto mi nombre es Antonio.

_ mucho gusto, ella lo miró y él tenía su mano extendida.

Un corto roce de manos al saludarlo y ella sintió una corriente por todo su cuerpo.

_ Mi nombre es Alexandra

_ soy tu vecino

_ ah sí?

_ ella miró, y era la hermosa casa que había visto

_ yo vivo en la finca soy nueva por aquí, mi papá es el capataz.

_ si lo sé mi tío es el dueño, Federico Montemayor

_ oh! Ya veo

Y así pasaron un rato platicando, conociéndose, él la llevo de regreso a la finca. Su madre que estaba afuera de la casa observó muy detenidamente aquel joven simpático, así lo veían ambas mujeres, sin saber que detrás de su linda cara escondía los más oscuros pensamientos y también actos.

_ Buenas tardes, señora, soy sobrino de Federico, mi nombre es Antonio.

_ Hola joven, mucho gusto soy madre de Alexandra

_ Qué les parece el lugar?

_ Muy hermoso

_ Me alegro de que les guste

_ Mi esposo, Pablo está viendo los caballos, no sé si gusta esperarlo.

_ No en otro momento, debo hacer algunas tareas del colegio.

_ Está bien el estudio es lo primero.

_ Cualquier cosa no dude en buscarme.

_ Si gracias muchacho.

Marta miraba marcharse y algo en él no le gustó mientras hablaba con él.

_ Hija ten cuidado con ese joven

_ Por que mamita ?

_ No se hija no me da buena vibra

_ mamá estás celosa? Que mamá más exagerada, decía mientras abrazaba a su madre y le daba una tierna sonrisa.

_ ojalá esté equivocada, solo ten cuidado. Recuerda que eres nuestra hija y si algo te pasa no sé que pasaría con nosotros mi amor.

_ lo tendré mamá

_ Sabes que te amamos.

_ Si lo sé madre, ahora ven vamos adentro a hacer algo rico para comer tengo hambre y papá no tarda en venir.

_ Si vamos, pero primero prométeme que no dudarías en decirme si algo malo está pasando.

_ Claro que te lo diré mamá, aparte de ser mi madre eres mi amiga y sé que siempre estarás para mí, sabes también te amo, bueno los amo a papá también

Pasaron parte del día entre pláticas, anécdotas, y risas, mientras preparaban algo de comer. Mientras tanto al otro lado de aquel lugar, estaba un Antonio analizando su siguiente paso, como atacar a su nueva víctima. Ya que era un muchacho que le gustaba jugar con los sentimientos de las chicas. No solo eso también les hacía daño emocional.

Cap.3

El lunes muy temprano se notaba una Alexandra, nerviosa, pero feliz de iniciar un nuevo comienzo en aquel colegio, no sabía cómo actuar, ya que era una chica humilde que se enfrentaría a muchas cosas en un lugar de niños ricos.

_ Buen día, familia

_ Buen día, hermosa contestan sus padres

_ Desayuna hija se te va a hacer tarde

_ Si mamá, no te preocupes de que estaré a tiempo.

Justo cuando está por terminar tocan a la puerta, y Pablo se levantó para abrir.

_ Buen día, señor Pablo.

_ Buen día, muchacho

_ vine para llevar a Alexandra al colegio, si usted me lo permite.

_ No sé que decirle, ella está lista, pero yo iba a llevarla.

Antonio sintió ofensa y cerró sus puños en molestia y fingió no estar incómodo y solo dijo para sí.. Ya me las pagarás viejo.

_ será un gusto llevarla, ya que usted va a ocuparse en las cosas de la finca.

_ Bueno si insiste, pero cuídala es mi tesoro.

Una vez más fingió con una sonrisa y pensó, ella será solo mi tesoro de eso puedes estar seguro.

_ Hija Antonio vino por ti

_ Si?

_ te va a llevar al colegio

_ pero tú me llevarías

Esas palabras enojaron a Antonio, pero no dijo nada y siguió allí fingiendo estar tranquilo. No le gustaba que le llevaran la contraria.

_ si, pero no le vamos a hacer un desplante

_ Claro que no papá

¿_Qué sucede? Dice Marta saliendo de la cocina

_ No nada querida

_ Buen día señora Marta, solo vine a buscar a Alexandra para llevarla al colegio

_ tú la llevarías dijo ella mirando a su esposo

_ Antonio miró a Marta y está sintió terror en esos ojos

_ si querida, pero no le voy a hacer un desplante al sobrino de mi jefe.

Muchas veces hay padres que olvidan que detrás de una cara bonita, un gesto de inocencia, y una posición económica se oculta lo más horrible de muchos seres humanos y solo en sus corazones hay odio.

_ Está bien amor. Miro a Antonio y le dijo;

_ Cuídala

_ con mi vida

Y así salieron del lugar, Camino al colegio Alexandra iba algo nerviosa y Antonio lo notó.

_ Hermosa porque está nerviosa?

_ he, no, no para nada decía con su mirada en sus manos.

_ no parece

_ Bueno sí, es mi primer día en el color y no conozco a nadie, bueno a ti.

_ Y es suficiente.

Decía con un tono de voz molesto y celoso.

¿_ He?

_ No nada, solo recuerda que me tienes a mí allí.

_ Si gracias.

Su llegada al colegio fue de lo más extraña, ya que todos pusieron su mirada en ellos, y esas miradas eran de todo menos de agrado, no por Antonio pues ya lo conocían, era el popular de la escuela, uno de los ricos del lugar, alguien que muy dentro guardaba secretos y no eran nada bueno. Alexandra sintió cada mirada y se sintió aún más nerviosa, Antonio tomó su mano y ella se sorprendió.

_ No temas hermosa

_ Todos nos miran

_ Corrección, todos te miran, y es que mírate Ale, te puedo decir así?

_ Si, ella estaba nerviosa, pero en el fondo feliz de lo que le dijo.

_ Es que eres hermosa, muy hermosa.

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