...Hola hermosas lectoras que gusto que estén aquí acompañándome en éste nuevo proyecto....

...Habrán escenas +18, violencia y conflictos. Ésta historia es producto de mi imaginación así como todas las demás y espero que les guste....

...(Segunda Parte de Poción Gitana. No hace falta leer la primer novela para comprender ésta)...

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Zita es la nieta mayor de Dolores Fernández, la matriarca de una familia de brujos, magos y adivinos que les ha enseñado a sus tres nietas distintas formas de leer el futuro de los demás.

Durante un año las tres nietas practicaron y cuando la matriarca estuvo segura de que ellas estaban listas para comenzar a trabajar con clientes reales a quienes podrían ayudar les eligió un lugar que ella creyó destinado para cada una.

Dolores además de dominar todos los tipos de adivinación ya sean con cartas, runas, etc y tener el poder de la videncia también preparaba ciertas pociones que podrían cambiar la vida de cualquier persona que las posea.

Cada poción tenía como objetivo hacer el bien aunque eso provocara en quien las bebiera muchos inconvenientes y sufrimiento. Zita tuvo en su poder una poción demasiado poderosa que cambiaría demasiadas vidas sin siquiera pensarlo.

La matriarca le dijo a cada nieta lo que podía sobre las pociones entregadas y es que, en cada persona otorgaban diferentes consecuencias. Lo único que les advirtió a cada una fue ser sabías al momento de entregarlas, no actuar ante emociones negativas porque eso podría ser terrible.

La poción más poderosa y escalofriante fue entregada a Zita por ser la más centrada y responsable. Mientras que a Chavi le fue entregada una poción para el amor.

Zita tiene 25 años y es una mujer que posee un carácter fuerte aunque en apariencia suele mostrarse muy tranquila y serena. Nadie conoce el huracán en el que ella puede convertirse...

Ella es alta, de cabello negro como la noche y unos ojos azules fríos como el hielo. Jamás se enamoró ni está en sus planes hacerlo. Posee un cuerpo normal, no es delgada ni tampoco tiene sobrepeso, posee un cuerpo normal que oculta debajo de los vestidos coloridos típicos que utilizan las mujeres de su familia.

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En cada familia existen costumbres que aveces no son bien inculcadas o por el contrario son mal aprendidas. También existen personas decididas a romper las reglas y así convertirse en las famosas ovejas negras, así es el caso de Gabriel Santos.

Gabriel tiene 20 años, nació en una familia de clase media. Fue el primer hijo del matrimonio Santos aunque desde pequeño supieron que nombrarlo Gabriel como un ángel no le haría justicia.

Gabriel siempre tuvo problemas de conducta y un temperamento muy volátil que solo empeoró con los años. Su padre siempre fue estricto y su madre una mujer cariñosa pero igual de firme en el deseo de criar hijos de bien.

Gabriel fue enviado por la escuela al psicólogo quien no supo identificar que problemas tenía el pequeño porque es un experto en manipular casi desde que comenzó a hablar. Una pequeña mente maestra y un carácter endiablado se escondía detrás del perfecto rostro de un ángel.

¿Que les ocurrirá a nuestros protagonistas? ¿Como ellos acabarán teniendo algo en común? Acompañenme a averiguarlo 🤗

...6 AÑOS ANTES ~ GABRIEL SANTOS...

Hola me llamo Gabriel y tengo 14 años. Soy el hijo mayor de Micaela y Juan Santos, ellos me tuvieron siendo apenas unos adolescentes porque solo tenían 18 años al momento de mi llegada.

Ellos son un matrimonio joven ya que actualmente tienen 32 años de edad. En este momento estamos bien económicamente pero yo no olvido las veces que pasamos necesidades cuando apenas era un niño pequeño.

Recuerdo cuando papá trabajaba todo el día y mi madre solo quería salir con amigas mientras que yo era un estorbo. Afortunadamente para mi madre aquellas salidas solo fueron por poco tiempo ya que yo siempre la avergonzaba para que volviéramos a casa.

Después llegaron mis hermanos a nuestras vidas. Mi padre consiguió un buen trabajo que le daba tiempo para estar en casa y además un buen salario para una familia de cinco. Ellos empezaron a ir a la iglesia y todos nos vimos obligados a ir al mismo sitio ya que debíamos dar la imagen de familia perfecta.

Ir a la iglesia no me gusta y nuestra familia no siempre fue tan perfecta como todos piensan pero aquí todos viven de apariencias.

Me gusta el arte de expresarme libremente pero mis dibujos oscuros han llevado a mis padres a meterme de nuevo en terapia psicológica y a llevarme más a la iglesia a grupos de jóvenes dónde no encajo ni lo haré nunca.

Estoy en un grupo de amigos a quienes sus padres no les ponen castigos no nada como los míos. Mauricio tiene piercings, Adrián un tatuaje y Franco compra cigarrillos para compartir con nosotros. Nosotros realizamos travesuras en el barrio, cada vez más peligrosas y arriesgadas.

Al principio nuestras travesuras eran simples y luego ya estábamos al filo de la ley, robando cosas baratas y económicas por diversión y por estúpidos retos que nos poníamos entre sí. Por ejemplo entrar a la tienda y robar una revista, chocolates o papas, incluso una cerveza.

Éramos adolescentes con gusto por la adrenalina, ¿Que más se podía esperar? Era divertido sentir que nos podían atrapar y luego la gran victoria de no ser descubiertos.

Comenzamos a involucrarnos en algunas peleas y altercados y allí en casa todo empeoró más porque yo era libre y querían dejarme preso en casa o en la iglesia en charlas como si eso resolviera algo.

...CINCO AÑOS ANTES ~ 15 AÑOS...

En el instituto comencé a tener fama de chico rudo con 15 años por haber peleado con los supuestamente más fuertes. Mi interés por las mujeres no hizo más que crecer y el de ellas igual por siempre querer estar con el chico malo.

El reto con mis amigos era quien se llevaba a la cama primero a tal, claro que todos sin experiencia pero era algo que cambiaría pronto con nuestra reputación.

Pasaron meses y mi madre me encontró condones en mi mochila y puso el grito en el cielo. El sexo era malo para mi edad pero ella se quedó embarazada con 17, ¿Que podía reclamarme?

Tuve mi primer arresto por robar en una gasolinera una cerveza sin percatarme que había cámaras de seguridad y allí fue que en casa todo se volvió aún peor. Yo no era más que el hijo rebelde, la deshonra, la oveja negra de la familia pero me importaba poco.

Mis padres dejaron de darme dinero y fue allí que con los chicos comenzamos a robar más para comprar ciertas cosas como cigarrillos o alguna cerveza para compartir entre todos.

Alli no me daba cuenta que lo divertido me estaba arruinando la vida y la posibilidad de tener un mejor futuro. Además de eso estaba alejandome de mi familia cada vez más...

...GABRIEL SANTOS...

Llegué a mis dieciséis y ya me quedaba poco para finalizar mis estudios y decidir que haría con mi vida pero con mis calificaciones no podría acceder a ninguna beca.

Mi tiempo lo pasaba con amigos en fiestas, experimentando todo lo posible con mujeres y además rompiendo la ley de las maneras que pudiera pero nunca solo, siempre con alguno o todos mis amigos.

Junté dinero y me hice mi primer tatuaje, uno que escondí de mis padres. Dejé mi cabello crecer un poco y mi ropa fue reemplazada con tonos oscuros. No estaba deprimido ni mucho menos, era mi manera de expresarme.

Aún dibujaba cosas de las cuales me sentía orgulloso, desde cosas terroríficas como el payaso o la monja así como paisajes sombríos pero una gran fascinación fueron los dibujos de ojos, miradas penetrantes y vacías o bien paisajes nocturnos dentro de ojos femeninos.

Los dibujos los escondía de todos porque mis amigos no estaban enterados de nada por temor a que no me aceptaran tal cual soy ya que piensan que cualquier cosa así es propia de un gay.

Comenzamos a escalar en nuestras salidas ya que estar juntos era sinónimo de problemas. Ahora pintábamos graffitis y hacíamos mil cosas más como explotar buzones y robar la rueda de algún auto de quién nos caía mal.

Las cosas en casa iban de mal en peor porque mis padres querían disciplinarme pero yo consideraba que era demasiado tarde para eso así que cuando me ponían límites yo simplemente huia de casa. Volvía cuando mis padres se calmaban porque si seguían con la misma cantaleta y el mismo sermón yo me iba de nuevo.

Así llegaron mis diecisiete años que los festejé con mis amigos y una tremenda borrachera que acabó en arresto y mis padres no estaban felices al respecto pero a mí me daba igual. No podría hacer nada con mi vida, dinero para universidad no había y yo no sería elegido ni en un millón de años para una beca.

Dejé de preocuparme por todo y viví con mi lema antes de cometer cualquier acto "a la mierda las consecuencias". Un arresto no sería gran cosa ahora ya que era menor de edad y no podían hacerme nada. Al cumplir la mayoría de edad me cuidaría más de que no me atraparan.

Aprendí a conducir y me arrestaron porque mi padre denunció su auto como robado así que luego retiró los cargos pero ahora ya quitarle el coche sería más difícil.

Mi madre cuando salí de estudiar me esperaba en casa con el sacerdote porque había encontrado mis dibujos por estar husmeando en mi cuarto seguro buscando drogas o alcohol pero no sería tan estúpido de tener algo en casa estando mis hermanos pequeños que siempre meten sus narices dónde no los llaman.

El sacerdote había intentado darme su bendición pero ¿Por qué? ¿Solo por un dibujo? Que exagerados.

-mamá solo es un estúpido dibujo de una película

-Eso es satánico, ¿Cree que necesite un exorcismo padre?- se veía realmente muy nerviosa, demasiado alterada e histérica

-No creo que sea necesario tal cosa hija- el sacerdote intentaba calmarla

-Un exorcismo por un dibujo, esto es absurdo. Deberías buscar un buen psiquiatra porque te hace falta

La cachetada de mi madre no tardó en llegar ni tampoco el grito de mi padre que acababa de llegar y había escuchado lo que dije.

-¿En qué fallamos?- le preguntó mi madre a mi padre llorando histérica

-En nada querida, siempre hay un hijo que no sigue los caminos del señor