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El Veneno De Las Rosas

『Capítulo 1 』

Cuando las rosas crecen y se propagan,

nos embriagan con su aroma,

y si estas no se detienen,

nos perforan con sus espinas.

 ▬ ¿Que sucede cuando la verdad se oculta demasiado tiempo?... ▬

⚝ La respuesta es sencilla, se convierte en el peor veneno de todos, uno que jamas podrás extraer de tu cuerpo y que te corromperá hasta dejarte sin vida. ⚝

  ▬ ¿Cómo lo se?... ▬

❄Eso es muy fácil, pues lo he vivido,

igual que aquellos que tiene la dicha de la vida  y están a la espera de su fin, la crueldad y hermosura del mundo, crea una dualidad extraordinaria.

Nos venda los ojos con una hermosa ilusión, y luego nos lanza a las lamas a la espera del dolor .❄

「▬▬▬*¿Que sucede cuando el felices para siempre se rompe y nos muestra un...felices solo en el exterior? *▬▬▬ 」

✽◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈✽

Con sangre y suciedad adherida a mi piel camino por este inmundo corredor que me conducirá a mi muerte, admirando las motas de nieve que caen cambiando los colores antes vibrantes, soy empujada al suelo, mientras mi verdugo pronuncia mis pecados, o al menos los que ellos aseguran son verdaderos, la cuchilla se alza y refleja por un momento las ondas de luz.

Para finalmente perforar mi cuello, mientras los gritos desgarradores de quien ya no logro reconocer son emitidos.

Una luz me envuelve recordándome que mi tiempo se ha acabado, y debo pagar mi contrato.

Con una ultima imagen en mi mente, la de una pequeña cabaña, en la frontera del reino de Stellae.

✽◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈✽

-Mi querida niña, ¿es necesario que viajes?-Cuestiono mi querida abuela con un atisbo de preocupación en su rostro lleno de arrugas.

-Claro que si nana Kara, debo ir por las medicinas adecuadas para tratarte, pero no te preocupes regresare pronto-Serví un poco de té, en la algo averiada taza, para después entregarsela.

-¿Y si te sucede algo? sabes que no me lo perdonaría, estaría traicionando el juramento que le hice a tu madre-Soplo a la taza, dejando que un poco de humo saliera.

Mis padres habían muerto, cuando solo era una bebé, ella solo conoció a mi madre, mi nana la encontró perdida en el desolado bosque, le permitió quedarse en esta cabaña, unos días después, la asistió en mi parto, desgraciadamente solo unos meses después mi madre fue asesinada por bandidos, y yo quede a cargo de nana Kara.

-Por supuesto que debo, bueno, te dejo ahora o de lo contrario no llegaré a tiempo antes que anochezca-Deposite un beso en su frente y me dispuse a marcharme, tomando el único caballo que poseemos emprendí mi camino hasta la villa más cercana.

Aunque en realidad no había mucho que lamentar, nuestra vida siempre fue tranquila, aisladas de los demás la mayoría del tiempo, en aquel lugar tan apartado, en la frontera del frágil reino de Stellae, la cantidad de veces que había salido podía contarlos con mis dedos, y me sobraban.

De hecho esta es la primera vez que salgo sola, así que es inevitable que mis manos tiemblen por el terror, puedo modular mi voz y ocultar mis expresiones, pero este acto es inevitable para mi.

A pesar de lo lejos que me encontraba de la capital, las altas torres del palacio de Stellae aún eran visibles, alguna vez llamado la estrella más brillante, pero de ello sólo quedó su sombra, un reino sumido en la pobreza y pendiendo de un hilo, en la mira de los reinos e imperios más fuertes, a la espera de invadirlo.

Llevaba montado alrededor de 4 horas, cansada y con las piernas entumecidas dejando más que claro que no estoy acostumbrada a cabalgar tanto tiempo, por suerte solo falta un poco más para llegar a mi destino. Me abrí paso entre la multitud de personas con movimientos desorientados, busque indicios de algún centro médico.

-¿Esta perdida señorita?¿Puedo ayudarle en algo?-Mis ojos se abrieron de sorpresa al escuchar esa varonil voz y el ligero trote de caballo que se aproximó a mí, giré mi rostro encontrándome con un hombre de cabellos castaños montado en un corcel negro, vistiendo de forma sencilla pero pulcra.

-Oh...emmm, pues...buscaba un médico, pero en realidad soy nueva en este lugar y bueno...-Murmuré incómoda, y un tanto avergonzada.

-Si me permite yo podría ayudarle-Mostró una sonrisa llena de amabilidad, y a pesar de las constantes advertencias de nana Kara, decidí aceptar su propuesta.

-Por supuesto, y bueno, puedo preguntar ¿qué hace usted aquí?-Inquirí.

-Estoy buscando a alguien-Su afilada mirada viajaba por todo el lugar, y entonces asumí que era la clase de persona que siempre esta pendiente de su entorno, que a pesar de su aparente amabilidad, seria muy sensato.

-¿Un conocido suyo?-Mi voz se perdía por todo el ajetreo del mercado, pero por suerte aún fue audible para el.

-Así es, me esta causando bastantes problemas, cuando se lo propone puede llegar a ser muy escurridizo-Suspiro exhausto, mientras se masajeaba el puente de su nariz.

-Bueno, espero que lo encuentres-Toque su brazo.

-Gracias-Respondió con una sonrisa un tanto incomoda, en ese momento me percate de mi atrevimiento y retraje mi brazo. Quedando en lo que restaba del camino en completo silencio.

-Bueno, hemos llegado-Nos detuvimos frente a un pequeño establecimiento.

-Le agradezco por la ayuda-Desmonte y amarre las riendas del cabello.

-No fue nada-Se despidió. Mientras yo ingresaba al lugar.

Las diferentes especies de plantas llenaban el lugar, creando una aroma irreconocible para mi, me encontré con un viejo hombre que me atendió con amabilidad. Una vez acabe de comprar, decidí que era hora de regresar.

La plaza aún más llena que hace unos minutos me obligo a tomar unas calles secundarias, esperando no perderme las atravesé, hasta que frente a una pequeña fuente, vislumbre una apariencia conocida.

-Parece que nos volvimos a encontrar-Emboce una sonrisa mientras me acercaba con las riendas en las manos.

-Eso parece, y...¿encontró lo que buscaba señorita...?-Su tono dudoso me instó a contestar.

-Alisha, y si, lo he encontrado gracias em...-Apenada por no haberme presentado cuestione.

-Pauli Callish no necesita agradecerme. En su lugar ¿qué tal si me acompaña a comer algo? ha sido un día algo atareado-Mencionó con pesar.

-No podría, ha sido muy amable conmigo-No quería abusar de su amabilidad, ya había hecho suficiente.

-Insisto, vamos solo será un momento-Su tono de voz suave me convenció.

-Esta bien-Su sonrisa creció mas y me guió hasta un establecimiento, al entrar los deliciosos aromas se colaron hasta mi nariz y no pude evitar dejar escapar un rugido de mi estómago, del cual Pauli se percató, giro un poco su cabeza en mi dirección con una expresión divertida, la sangre se acumuló en mis mejillas y evite su mirada avergonzada.

Nos dirigimos a una de las mesas, tomamos asiento mientras una mujer de unos treinta años se acerco para pedir nuestra orden, al poco tiempo regreso con ella.

Pauli y yo nos dispusimos a comer, junto con unas pocas preguntas acerca de cada uno, me contó que se encuentra buscando al hijo de su amo, pero que no ha contado con tanta suerte para encontrarlo.

Así paso el tiempo hasta que era hora de partir. Me despedí con un gesto de mano y comentándole que esperaba que algún día nos viéramos de nuevo, él estuvo de acuerdo con ello y así me dispuse a irme.

Retomando el camino que había tomado en la mañana, ya adentrada al bosque, me dispuse a acelerar el paso, sin embargo mi cuerpo se estremeció al escuchar un leve quejido cerca del sendero, detuve de golpe al caballo e intente ubicar la procedencia de ese sonido.

Desmonte y me dirigí hacia mi lado derecho, pasando por los inmensos árboles llenos de musgo, con mis pasos resonando por la madera que crujía con cada paso. No me podía creer lo que había encontrado.

「▬▬▬*Por distraerme con las hermosas apariencias como las rosas pronto tendría que aceptar su veneno. *▬▬▬ 」

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(Proyecto retomado y

activo, espero lo disfruten.)

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(•ㅅ•) ||

/   づ Atte. Ness Pendragon.

Aclaraciones:

Historia legalmente registrada, queda prohibida cualquier reproducción o modificación de esta obra.

『Capítulo 2』

La maldición que te persigue desde antaño,

se encuentra grabada para la eternidad en tu mirar,

en el azabache que no muestra nada más,

se esconde en sus profundidades tu cruel final.

Aquellos que miren a esos fríos cristales,

serán duramente condenados,

aguardando al veredicto,

serán postrados para enmendar sus pecados.

✽◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈✽

Frente a mis ojos estaba el cuerpo de un hombre de aproximadamente unos 20 años, con la ropa sucia y la parte superior de su hombro manchada de sangre, el negro acentuado de sus cabellos realzaba su pálida piel, y las perlas de sudor bajaban por su rostro.

- Creo que tienen fiebre- acerque mi mano hasta su frente para medir su temperatura-en efecto está muy elevada- en ese momento me percate que había avanzado hasta estar a solo centímetros de él\, solo para poder verlo mejor.

Indecisa entre las opciones de alejarme y dejarlo aquí, o intentar tratarlo un nudo se formo en mi estómago, das lo que recibes ¿no es así?, exhale un fuerte suspiro y decidida prepare una ungüento para tratar con su heridas.

Camine por casi todo el bosque para encontrar los ingredientes necesarios para ello, además de un poco de madera para hacer una fogata, me siento desfallecer y al parecer tarde tanto que ya está atardeciendo, pero ya he decidido ayudarle, no importa cuánto tarde tendré que curarlo.

Me coloque de cuclillas a su lado,preparada para limpiar sus heridas, había algunas pequeñas en su rostro, que ahora que observo de cerca... es bastante apuesto, es la clase de persona que al verlo te roba el aliento.

Aparte mi mirada de su rostro y enfoque mi atención en su hombro ensangrentado, tendría que romper un poco la tela que lo cubría para limpiarlo, mis manos se dirigieron a su saco teñido de rojo, lo desabotone, hasta ahora caigo en cuenta de que sus prendas están elaboradas con materiales de alta calidad, ¿es posible que sea algún noble?.

Pero, en primer lugar¿Que hace un noble en un lugar tan apartado?  y encima herido ¿fue atacado? ¿tal vez esta perdido?no lo comprendo, bueno eso lo menos importante ahora.

Revise su temperatura de nuevo, con algo de reposo y esto debería estar bien. Gracias a la experiencia que tengo prender la fogata solo tardo un santiamén.

Retorne en dirección a aquel hombre para examinar su condición, sus dientes tiritaban y todo su cuerpo temblaba, me acerque al caballo para tomar las riendas y las amarrarlo a una árbol cercano, procediendo a sacar una pequeña capa que tenia guardada, la tome y la coloque sobre el desconocido.

 Mis párpados comenzaban a pesar y mi cuerpo cansado solo pedía dormir, ¿por qué no concederlo? el día de hoy fue realmente agotador. Así me recosté bajo un árbol cercano y me dispuse a descansar bajo el cielo estrellado.

El canto de las aves se coló en mis oídos, me incorporé aún algo adormilada, abrí mis ojos que tan pronto se acostumbraron al panorama se abrieron lo más que pudieron completamente asombrada, no esperaba que el propietario de esos orbes oscuros que no dejan de examinarme, estuviera sentado a solo centímetros de mí.

Esos ojos con pupilas de un color azabache, que me miraban con recelo.

-Contéstame ahora ¿Quién eres?-Su voz de barítono fluyo hermosamente.

-Me llamo Alisha, he limpiado y tratado tus heridas- intente calmar sus dudas tan pronto como lo dije, paso de examinarme a mí a su cuerpo-Por cierto no deberías moverte tanto, se abrirán las heridas-Regresó su vista a mí y pronunció.

-Te agradezco lo que has hecho por mi, ¿como puedo pagarle por su bondad?-Inclino levemente la cabeza en señal de respeto.

-No es necesario, solo me pareció inhumano dejarlo aquí en ese estado-Respondí, en realidad esta un poco resentida con el, pues si no lo hubiera ayudado ya estaría en casa con mi abuela.

-Insisto, no puedo dejar cuentas sin resolver-Respondió con una ligera sonrisa que casi hizo que mi corazón se paralizara.

-Bueno, podrías decirme ¿Cómo te llamas? ¿Y por qué estabas herido en medio del bosque?-Necesitaba calmar todas estas dudas.

-Mi nombre es Maxim ...-bajo un momento su mirada para después fijarla en nuestro alrededor, creo que estaba verificando que estuviéramos solos ¿era tan delicado este asunto?, posó sus orbes oscuros sobre mí y continuo.

-Fui atacado- Explico simplemente, su mirada aguda pronto se esfumo, aun así se mostraba un poco reacio a bajar la guardia.

Se levanto de un salto, me entrego la prenda, aun perpleja la acepte mientras reaccionaba el ya había dado la vuelta y comenzó a caminar inspeccionando e lugar, me apresure a alcanzarlo.

-Necesito encontrar mis pertenencias ¿me ayudarías a buscarlas?-Se giro en mi dirección, en un rápido movimiento extendió hacia mí su mano derecha,no dude ni un segundo y la tome, en cuanto mi piel se encontró con la suya mis latidos se dispararon ¿Esto era correcto? ¿Estar tomados así de las manos era normal? sin lugar a dudas había muchas cosas que desconocía y me encantaría saber.

-Están cerca por este sendero, recuerdo que se quedaron ahí, por cierto ¿eres de esta región del reino? ¿Dónde vives?- Me cuestiono sin apartar la vista del camino, revisaba todas las áreas posibles con su vista.

Sin mencionar que teniendo todas esas heridas ni se inmuto desde que desperté, actuaba como si estuviera perfectamente bien, sin lugar a dudas era una persona extraña.

-Si soy del pueblo que se encuentra después de este bosque, ¿y...tú?- No tenía ni la menor idea del porque le contestaba con tanta franqueza, pero quería saber más que solo su nombre.

-Vivo en la capital-¿solo eso me iba a decir? quería saber exactamente la ubicación.

-Mira están ahí-Soltó mi mano para caminar hasta una bolsa que se hallaban debajo de un arbusto de frambuesas.

Por mi parte observaba los objetos que él sacaba de aquellas ramas, el primero una bolsa con monedas, una carcaj con varias flechas de madera que llevaban tallada la inicial "M" y por último, un arco el cual estaba tallado de la forma más delicada posible, con unos patrones de plumas y la inscripción "Maxim Night..." no termine de leer, porque, él lo apartó rápidamente de mi vista al percatarse de que lo estaba examinando, supongo que fui demasiado entrometida.

-Te agradezco por todo esto-Salió de sus labios en un susurro. Se giró de nuevo hacia el camino que cruza el bosque, tomó su arco en la mano junto a su carcaj con flechas.

Lo seguí con pequeños trotes, no tengo idea de lo que está haciendo. Saco una flecha que posteriormente colocó en el arco, alzó su mirada al cielo, con su mano izquierda sujetó el arma, y con la derecha tenso la flecha, hasta este momento me di cuenta de lo que intentaba hacer, mis pies se movieron más rápido que nunca, estaba a solo unos pasos para que Maxim le disparara a una paloma que tenía en la mira, con mis manos halé su brazo por reflejo, logrando con esto que su la flecha se perdiera en otra dirección.

-¿Pero qué...? por tu causa perdí a esa ave ¿estas consiente de lo que acabas de hacer?, ahora tendré que buscar un reemplazo ¿sabes lo difícil que usar un arma en este estado?-Giró para reclamarme con una mirada cargada de furia, su voz se volvió más alta, era claro su descontento.

-No puedes dañar a los animales, ellos también tienen sentimientos-si él estaba enojado, pero yo me sentía aún más furiosa, no permitiría que el siguiera con esto- ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA DECIDIR LA VIDA O MUERTE DE ALGUIEN?, ES INHUMANO ¿QUE NUNCA TE ENSEÑARON A NO LASTIMAR A LOS DEMÁS?, ¿ACASO ERES ESTÚPIDO?-Le grite todo aquello que me había guardado al detenerlo, pero ahora que lo pienso creo que me excedí, me dispuse a observar con atención su reacción, primero se quedó estático, después abrió un poco su boca intentando pronunciar alguna palabra, pero la volvió a cerrar.

-Pfff, JAJAJAJA- Comenzó a reír con demasiada fuerza, que tuvo que abrazar su estómago, intentaba recuperar el aire perdido con profundas exhalaciones que se detenían para dar paso nuevamente a sus fuertes carcajadas.

-¿QUÉ ES TAN GRACIOSO? ¿SE ESTÁ BURLANDO DE MÍ? ¿ACASO SOY MOTIVO DE GRACIA?-Ya estaba harta, esta chico estaba colmando mi paciencia.

-Po-por su-supuesto que no-contestó con la respiración entrecortada, e intentando incorporarse de nuevo, cuando al fin lo logró prosiguió-Es solo que eres la primera que me habla de esa forma, eres muy valiente, me gustas.-

Cuando acabo de decir aquello me quedé realmente sorprendida, no sabía si había escuchado con claridad, pero sentía demasiada vergüenza para rectificar. Con su mano libre tomó un mechón de mi cabello y lo acomodo detrás de mi oreja. Aun petrificado solo podía observar cada una de sus acciones.

-Fue un placer conocerla-Pronuncio mientras se apartaba.

Silbo, y solo pasaron unos pocos segundos para que un caballo con una montura roja se aproximara, y posteriormente se detuviera  frente a el. Aun sin salir de mi asombro solo pude mirarlo.

-Pero no se preocupe, me asegurare de volver a encontrarnos- De un salto subió a la montura y se despidió, y no pude apartar la mirada hasta que su figura se perdió entre el espeso bosque.

Jamás imaginaria que esos orbes oscuros serian los mismos que me arrastrarían al infierno, que ese bello demonio me envolvería en una telaraña a la espera de mi muerte.

『Capítulo 3』

El astro rey se ocultara bajo la oscuridad,

la pluma que cayó los quemara,

creando el rojo fatal, así ya nunca más olvidarán,

el cruel destino hablara, creando una melodía sin final.

Unidos están pasado y presente,

por más que lo intentes nada se puede borrar,

y tarde o temprano tu falta pagaras...

sufriendo, pensando, solo culpándote.

✽◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈✽

Aun con esas palabras en mi cabeza, regrese a casa, contándole toda a mi nana, más reacciono de una forma que no esperaba.

-No le volverás a ver- El tono tajante salió de sus labios resecos .

-¿A que te refieres?- En mi interior estaba deseando haber escuchado esto mal.

-Hablo de ese hombre que viste en el bosque- Su expresión seria desecho toda duda.

-Pero a mi me agrada, me niego- Intente protestar.

-Alisha- Expresó con voz severa.

-¿Por qué?, es agradable, un caballero, sensat...- Me callé de inmediato cuando se levantó de golpe y me dirijo una mirada fría.

-He dicho que NO, ¿entendiste?- Yo solo logré asentir torpemente, nunca había visto a mamá Kara tan enojada.

Sin embargo esta vez no puedo seguir siendo obediente, no cuando siento que ha pasado una eternidad desde que lo vi.

Con esos pensamientos rondando mi mente, llego la noche y el sueño me invadió.

✽◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈✽

Diversas imágenes e incluso voces nadaron en mi mente, como un eco lejano. Cuando abrí lentamente mis ojos la vista no era nada agradable y el ambiente por algún motivo lograba mantenerme en alerta.

Me encontraba en lo que parecía ser el bosque, iluminado con la luz de la luna sangrienta, sumido en la siniestra oscuridad, cuando baje mi mirada, mis ropas estaban cubiertas de sangre, todo mi cuerpo temblaba.

¿Cómo es que llegué aquí?, no lo sé, pero por alguna razón no dejaba de correr, mientras que con mis manos trataba de abrirme paso entre los espesos rosales, que con el contacto con las espinas me provocan cortes y se llevaban gotas de sangre, podía ver mi aliento gracias al intenso frió de la noche. No sabía de qué estaba huyendo pero mi instinto actuó de inmediato.

-CORRE, yo los distraeré- Se escuchó a la distancia la voz entrecortada de un hombre. Gire mi cabeza e intente enfocar mi vista en este, la figura que me había gritado se encontraba ya a varios metros de mí, dio la vuelta para después tomar las riendas del caballo que montaba, las ajito y dio una patada en el costado del animal.

Volví mi atención en el camino que intentaba abrir, mi respiración era agitada, mientras tanto  mi corazón parecía que en cualquier momento se saldría del pecho, moviendo mis piernas tan rápido como podía seguir por el lugar, entonces sentí un pequeño tirón de mi capa, me esperaba lo peor, el miedo me invadía, así que trate de ignorarlo, de nuevo otro tirón, enfoque mi vista a la persona que lo estaba haciendo, se trataba de una pequeña niña de no más de 4 años, dando exhalaciones fuertes, no podía vislumbrar por completo su apariencia debido a la poca luz.

-Tengo miedo- Salió de sus pequeños y temblorosos labios como un suspiro.

-Lo sé- traté de calmarla -pero no podemos seguir así, CORRE- no podíamos detenernos, por alguna razón mi cuerpo no me lo permitía.

De pronto a mis oídos llegó un sonido nada agradable, que logro que se me helara la sangre, y comenzara a temblar de miedo, se trataba de múltiples y potentes ladridos, que venían a una velocidad alarmante -PERROS DE CAZA- esas palabras taladraron mis pensamientos.

-Vienen por nosotras-mencionó la niña, con su mano temblorosa tomo la mía- tengo mucho miedo -volvió su vista hacia mí, fue en ese momento cuando pude apreciar esos dos hermosos rubíes, en los cuales se reflejaba la desesperación y el terror.

-Resiste ya casi llegamos-la tomé en brazos y apresure mi paso, teníamos que salir de este lugar a toda costa. Ella volteo en dirección a los perros que nos seguían, solo que ahora podía escuchar también como los cascos de los cabellos chocaban contra la tierra, apostaría a que eran cientos.

-Él nos está alcanzando- me susurro al oído con su gélido aliento.

-No voltees-la abrace, como si mi vida dependiera de ello, ella hizo lo mismo, con sus pequeños bracitos rodeó mi cuello y escondió su cara entre mi cabello.

-SE ACERCAN-Dio un grito de desesperación, y su pequeño cuerpo se estremeció.

Intente correr más rápido por entre los espesos árboles, en mi campo de visión se reflejó un enorme lago, el cual por algún motivo me traía un sentimiento de nostalgia, no teníamos otra alternativa que cruzarlo, me sumergí en el.

El agua congelada me llego al cuello, igualando al sentir de mil agujas clavarse en mi piel, el hormigueo me hizo demorar los movimientos, luchando por cruzar y mantener a la pequeña en la superficie, no deseo que ella sienta este suplicio, con ayuda de mis pies me busque llegar a la orilla, ya ni siquiera sentía mis piernas, además los ladridos se hicieron más cercanos, gire mi rostro en su dirección, con la sorpresa en mi rostro mire a los perros llegar a la orilla a punto de entrar en el lago, regrese mi mirada hacia el otro externo, tomé impulso para seguir nadando, hasta que logramos salir del agua, sin embargo esto no terminaba aquí, seguí corriendo.

-ESTÁN DETRÁS DE NOSOTROS- gritó la niña, en efecto podía sentir a estas bestias aproximarse feroces y hambrientos, uno tras otro abalanzándose en nuestra dirección mostrando sus afilados dientes hasta que...

-AHHHHHHHHHHHHH-no pude evitar gritar, cuando uno de ellos me atacó, desgarrando mi pierna y abriendo un rió de sangre a su paso.

✽◈◈◈◈◈◈◈◈◈◈✽

Desperté con el rostro empapado de sudor frió y mi corazón resonando como un tambor.

-Q-Qué fue eso-me cuestioné a mí misma, no recordaba nada de lo que había soñado, pero sé que no fue nada agradable.

-Una pesadilla.-Susurre esto último con pesar.

Los días siguientes transcurrieron tranquilos, trayendo consigo el verano, y más encuentros establecidos con Maxim, cada uno de ellos me dejaba aún más segura de mi decisión. Y como otro de tantos, ambos llegamos  al punto de encuentro.

Ahí estaba él, en medio de la plaza central, abriéndose paso entre la multitud, con su postura recta y elegante, en cuanto nuestras miradas se encontraron en su rostro se formo una sonrisa, que me arranco un suspiro y latidos frenéticos.

"LO PROHIBIDO ES LO MAS DESEADO"

La tentación nos atrae y vence nuestra voluntad,  estos sentimientos nos hacen entorpecer, que una vez frente a nosotros crea la euforia, el deseo, la satisfacción y el placer nos nubla la vista y tarde o temprano nos arrepentiremos de haber elegido, porque todo tiene un precio.

Y pagaremos con lágrimas de sangre.

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